Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

La locura de Thor

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Nota: Este capítulo contiene cierto material sensible (humorístico) con tono religioso. Puede resultar ofensivo para algunas personas, por favor discreción.

–Y como si no fuera suficiente presión el constante temor de que pueda estar tramando ahora Mildew, anoche mi padre me remarcó la gran importancia que tiene ganar el Thawfest ante el temor colectivo fanático religioso que se ha apoderado del pueblo desde la tormenta.

Hiccup soltó su larga cantaleta mientras continuaba martillando arduamente un largo pedazo de metal para darle forma. Junta él, en la forja de Gobber se encontraba Astrid, recargada contra unos barriles escuchando atentamente, pero sin mucho entusiasmo, las angustias del gemelo pecoso. Para ella, era más que una tormenta en un tarro de hidromiel, pero siendo vikingos una simple bebida podría traer resultados desastrosos.

–¿Y tú que le respondiste?

–¿Responderle? –soltó el joven sin dar crédito a sus palabras, volvió su cabeza sobre su hombro para lanzarle una mirada angustiada a Astrid –. ¿Qué podía responderle? "Escucha papá no será que exiges un poquito con tus aspiraciones a que resulte victorioso en una competencia estrictamente física, cualidades de la que carezco desde el nacimiento (por cierto, muchas gracias por ello), sin olvidar mencionar que no importa quién gane el Thawfest ya que estoy casi seguro que la mayoría de la aldea encontrara la manera (y posiblemente estúpida) de empeorar la situación. Por que como ya sabes, lo vikingos no tienen muy buenos antecedente manejando el estrés en lo que se refiere a la inminente ira apocalíptica de nuestro dios favorito. Pero… no te preocupes, estoy dispuesto a sacrificarme con gusto por el equipo… una vez mas" –agregó un impresiónate monologó abandonando su trabajo para realizar una serie de pantomimas mientras marchaba a largo de la forja de un lado a otro.

–A mí me parece un argumento razonable –dijo la chica con una leve sonrisa.

–Muy graciosa, Astrid.

–Pero conociéndote –dijo recargando ambos codos sobre la superficie del barril para recargar su barbilla en ambas manos –probablemente te quedaste callado y aceptaste todo el peso del mundo entero en tus hombros de nuevo.

Toothless que dormía hecho un ovillo en una orilla de la forja soltó fuerte un resoplido y alzó la cabeza dándole la razón a la chica rubia.

–El peso del mundo entero suena muy extremo ¿no? –la contradijo Hiccup –. Yo solo diría que del mundo conocido.

–Hiccup –lo llamó ella endureciendo la mirada en manera desaprobatoria.

–Lo sé, los sé –se rindió finalmente él volviendo a su martillo que muy apenas podía levantar con una mano –. Pero puedo asegurarte que con mi nuevo plan todo se resolverá, de eso estoy convencido.

El dragón de ébano volvió a soltar un resoplido en total desacuerdo.

–Yo pienso igual que Toothless –confesó Astrid con tono burlón, aunque realmente en el fondo se encontraba preocupada de la nueva idea loca de Hiccup.

–Wow, su apoyo incondicional me conmueve –declaró el chico con acido sarcasmo –. Por cierto, les pediste a los demás que vinieran antes del medio día ¿verdad?

–Por supuesto –contestó Astrid fingiendo estar ofendida. Se apartó del barril donde había estado recargada toda la mañana y se aproximó al chico pecoso que tenía dificultades para aplastar un cierto pedazo de metal poco cooperativo –. Aunque ya los conoces, no son precisamente el ejemplo modelo de la puntualidad y el orden. Además, no estoy muy segura que Snotlout despierte tan pronto con el fuerte puñetazo que le di –confesó ella con calma mientras examinaba sus rosados nidillos que continuaban algo irritados por el contacto físico con la nariz joven patán.

–¿Se puede saber que hizo ahora para ganarse tremendo castigo?

–No mucho, solo existir.

–Astrid –soltó Hiccup imitando el tonó que ella utilizó primero en él.

–¡Arg! ¡¿Qué querías que hiciera?! Tan pronto llegué a su campo visual, fue suficiente para que intentara desplegar sus encantos como un yak en celo. Aunque confieso que preferiría mil veces al yak.

Hiccup no pudo evitar una carcajada. Eran esos los momentos que más atesoraba y la razón por la que le encantaba estar con Astrid. Tal como cuando eran apenas unos críos. La joven Hofferson siempre encontraba la manera de cambiar su humor.

–¿No te molesta? –preguntó de repente ella sacando al gemelo Haddock de sus pensamientos.

–¿Eh?

–¿Qué Snotlout me coquetee? –dijo ella en tono más bajo y con algo de seriedad –. Ustedes están emparentados y… él sabe… que tú y yo… –por alguna razón la voz de Astrid se fue perdiendo y su rostro tomó un leve color carmín.

–Bueno, yo… –masculló Hiccup imitando el sonrojo en su rostro mientras rascaba nerviosamente su nuca –no sabía… que hubiera un nosotros…

Su tonto comentario lo hizo ganarse un ligero puñetazo de la rubia en el hombro, pero suficiente para dejarle un tremendo moretón que aparecería el día siguiente.

–Solo bromeo… –agregó nervioso evitando a toda costa de la chica rubia a su lado que esperaba con ansias su respuesta –. En realidad, no me afecta... porque sé –se apresuró a completar ante la cara de sorpresa de Astrid –que en realidad no éstas interesada.

Astrid no pudo evitar sonreír ante sus palabras.

–Además, es interesante ver cuánto castigo puede recibir Snotlout antes de que aprenda la lección –dijo Hiccup tratando de aminorar el ambiente –y esto lo digo con solo con fines experimentales. No porque lo disfrute.

–Claro –contestó la rubia con claro escepticismo, pero sin dejar de sonreír.

–Y regresando para el Thawfest ¿Estás lista?

–¿Lista?

Ante las palabras del chico, Astrid le arrebató el martillo de las manos con gran facilidad para luego comenzar a realizar piruetas con éste usando leves movimientos de sus muñecas. Lo lanzó en el aire un par de veces antes de atraparlo sin siquiera mirar y terminando su demostración dando un fuerte golpe al pedazo de metal que Hiccup había estado toda la mañana intentando doblar, emparejándolo por completo.

–¿Eso de deja alguna duda? –coqueteó Astrid levemente y guiñando un ojo, antes de regresarle su martillo al gemelo pecoso.

–Nop –dijo él tajantemente –. No me queda duda con ese descarado desplante de habilidades que dejan en ridículo cualquier intento de probar mi masculinidad.

Astrid soltó tremenda carcajada que enrojeció sus mejillas. El verla tan feliz sacudió por un momento el corazón de Hiccup y por unos breves segundos olvido todos los problemas que cargaba sobre su espalda.

El agradable momento, así como la risa de Astrid, fueron interrumpidas por un potente barullo que se intensificaba a las afueras de la herrería. Al asomarse por una de las ventanas para descubrir la fuente de tal caos, ambos jóvenes vikingos se toparon con la gemela Haddock, marchando furiosa hacia aquella construcción seguida de cerca por una horda de vikingos. Cada uno de ellos no paraba de hablar en lo que preguntaban una y otra vez a la chica, mientras las frases que salían de su boca perdían significado ante la mescla de palabras de todos los parlantes.

Se notaba con claridad como Honey fingía ignóralos mientras avanzaba con la mirada clavaba al suelo y con los puños apretados. Lo único que impedía que la muchedumbre cayera de lleno sobre la pequeña y delgada jovencita, era porque ésta se encontraba protegida por su fiel Howl. Incluso cuando estaba a un par de metros de entrar en la herrería, Furry se volvió furioso hacia los vikingos y con un potente gruñido los desalentó a continuar con su persecución.

–¿Qué fue todo eso? –fue lo primero que le preguntó su hermano tan pronto ella y Furry entraron por la puerta.

–Histeria colectiva, Hiccup –respondió Honey sacudiendo sus brazos –. Histeria colectiva.

Furry se adentró más en la forja hasta llegar con Toothless. El nightfury alzó la cabeza para saludarlo, pero en cambio el howl ignoró por completó sus movimientos y se dejo caer de lleno sobre el cuerpo de Toothless usándolo como almohada.

–Desde el día de ayer en que Gobber tuvo la fantástica idea de mencionar que estudio las runas –explicó Honey –, todo insisten a que les diga que les depara el futuro o peor aún, quieren saber porque Thor está enfadado con la aldea –refunfuñó la chica castaña dando un leve pisotón –. ¡Como si a mí me importara que carajos pasa en la cabeza de un dios!

–Shush –la cayó de inmediato Hiccup sacudiendo sus manos –. No digas esas cosas; o al menos cuando están otros cerca de ti. Algunos no queremos que nos caiga un rayo en la cabeza.

Honey le sacó la lengua en respuesta.

El antiguo arte de leer las runas era una tradición muy antigua que difería de leer y escribir. Los símbolos que se usaban eran diferente y con otros significados, algunos muy complejos para entenderlos a simple vista. Era una acción que en general usaban los sabios, ancianos y valas para descifrar el futuro, las estaciones de cultivo, las estrategias de guerra, los tratados de paz y por supuesto, los designios de los dioses. Los vikingos que eran muy supersticiosos, acudía cada vez que podían a la lectura de las runas, incluso era tradición para los líderes de las tribus acudir a un lector de estos símbolos para determinar el nombre que debía llevar su heredero.

–Pero no te preocupes, Honey –le aseguró Hiccup a su hermana levantando ante ella el pedazo de metal que había estado trabando toda la mañana –. Con este plan finalmente calmaremos la ira de Thor.

Honey le contestó con una mirada exceptiva.

Justamente aquella mañana, Hiccup y Astrid habían acudido ante el consejo de Berk y el jefe Stoick para plantear la reciente idea del muchacho que consistía en construir la primera y más duradera estatua de Thor… hecha con metal. Los percheros que construyeron para los dragones demostraron ser lo suficientemente resistentes al soportar la tormenta de rayos del día anterior, por lo cual pareció el mejor material para llevarlo a cabo. Aunque para Astrid (quien no era una persona muy devota) la idea de la estatua le parecía algo completamente inútil; pero los miembros del consejo estaban desesperados y temerosos, y Stoick dispuesto a aceptar lo que fuera con tal que calmara los ánimos.

Así que sin más problemas aceptaron el plan del chico Haddock. Ya solo Hiccup necesitaba la ayuda de todos los jinetes y sus dragones para armar la estatua antes de que iniciara el Thawfest (día en que justamente se revelaría). Pero planearlo era mucho más sencillo que llevarlo a cabo.

–¿Se puede saber que les pasa a ustedes, par de tarados? –soltó Astrid altiva tan pronto vio a los dos gemelos Thorston.

Una vez que todos los jinetes con sus dragones se reunieron frente a la herrería los dos hermanos rubios destacaron de los demás ya que vestían un par de largas sotanas negras, cuyas capuchas cubrían sus huecas cabezas.

–¡Silencio!... pecadora –soltó Tuffnut señalando acusatoriamente a Astrid, quien no se intimido en lo más mínimo –. Tus palabras son blasfemia para los seguidores devotos de la religión del verdadero dios.

–¿El verdadero dios? –preguntó Fishlegs.

–¡Dios de la destrucción! ¡Dios del caos! ¡Dios de la genialidad! –vociferó Ruffnut alzando sus brazos al aire.

–¿Y ese sería…? –se animó a preguntar Hiccup.

–Thor nada más y nada menos.

–¡Thor protégenos! ¡Thor sálvanos! ¡Thor aplasta con tu rayo a los pecadores con el más grande espectáculo de llamas y luces!

Un resoplido colectivo de los demás jinetes se apoderó de la escena en lo que los gemelos Thorston hacía su danza al cielo.

–Ahora si se… –soltó frustrada Honey. Para la gemela había sido una pésima mañana con todo mundo invadiendo su espacio personal para preguntarle cuales eran los designios de los dioses; lo que menos necesitaba era un par de idiotas con una nueva secta de un dios único –. Primero: Thor no es el dios de la destrucción, ni del caos o la genialidad; segundo: ¿quien le dio a entender que podían ser sus profetas? La gente ya está suficientemente asustada para que ustedes salgan con tales estupideces.

–Aaaahhh –musitó Tuffnut dando un paso atrás ofendido –. ¡Blasfema! ¡¿Cómo osas de insultar de esa manera la verdadera religión?! ¡Barf, Belch! ¡Quemen a la bruja por impía!

–¡¿Qué?!

Pero antes de que alguien pudiera generar una respuesta, el zippleback dio un par de pasos hacia a Honey creyendo que se trataba de un juego, mientras que una de sus cabezas comenzó a producir chispas. La postura del dragón fue lo suficientemente alarmante para que Furry diera un salto hacia adelante defendiendo con su cuerpo a su delgada jinete. El Howl detuvo los ademanes del zippleback con un estruendoso rugido.

–¡Wow! ¡wow! ¡wow! –Hiccup también avanzó hacia adelante seguido de cerca de su nightfury e interponiéndose entre los dos dragones –. Nadie va a quemar a nadie.

–¿Bruja? ¿Me llamaron bruja? –exclamó Honey a los gemelos sin poder creerlo.

Astrid y Snotlout no pudieron evitar soltar unas leves risitas.

–Hey, Thorstontos –los llamó el chico Jorgenson ignorando completamente el momento tenso y trayendo la atención a su persona –. Y esta religión suya ¿Qué cosa profesa?

–Es sencillo –explicó Tuff tranquilamente como si nada hubiera pasado –. La tormenta de ayer eran clara señal de que Thor está furioso y que esta por lanzar el ragnarok sobre nosotros. Debemos concentrar nuestra adoración a él para salvarnos del fin del mundo.

–¡Pero el ragnarok no es controlado por Thor! –gritó Honey irritada por la inexactitud de los hechos que relataba el gemelos rubio.

–Así que hay rezar solo en el nombre de Thor –la interrumpió Ruff descaradamente sin evitar sonreír –, seguir las todas palabras de sus dos profetas… –agregado indicándose a ella y a su hermano.

–Y sobre todas la cosas, dedicar solo uno de tus días a alabar al único dios –completó Tuff satisfecho de sí mismo.

–O sea ¿Qué solo debo dedicar un día a la semana a rezar a Thor y tendré un lugar seguro en el Vallhala?

Los gemelos Thorston asintieron al mismo tiempo. Snotlout alzó su puño al cielo satisfecho con la respuesta, mientras que Astrid y Fishlegs negaban levemente con la cabeza y Honey se cubría el rostro con horror.

–De acuerdo… acólitos de Thor –los llamó Hiccup tratando de conservar la calma en aquella locura matutina –. Antes de que continúe reclutando seguidores para su secta, hay una estatua a su dios único que debemos armar y será mejor que trabajemos pronto antes que el fin del mundo caiga sobre nuestras cabezas ¿sí?

Sorprendentemente, los jinetes acataron la orden de Hiccup a la primera y comenzaron a armar la estatua de Thor de metal; pero lo que era más sorprendente aún, que el joven pecoso ingenuamente creyó por unos breves minutos que todo resultaría bien así de fácil. Pronto descubrió el problema de poner a un grupo de jóvenes revoltosos y sus dragones escupe fuegos en tal tarea no era tan buena idea después de todo.

Hiccup tardó casi una hora en convencer a los gemelos rubios que Thor no tenía cuatro brazos. Honey no fue de mucha ayuda en ello, ya que cada vez que trataba de corregir a los Thorston insistían en que su alma sería devorada por gigantes de hielo en el Hel.

–¡No hay gigantes en el Hel! –vociferó Honey prácticamente jalándose el cabello en frustración. Su hermano tuvo que retirarla de la escena antes que sufriera un ataque neurótico.

Tampoco Astrid resultó de gran ayuda, ya que la rubia tenía sus propio problemas lidiando con Snotlout, quien insistía en impresionarla con sus desplantes de fuerzas que solo conseguían arruinar el metal forjado de la estatua. Actos que imitaba Hookfang provocando un daño mayor.

Y por último estaba Fishlegs, quien equivocó dos veces las piernas y los brazos dejando un Thor bastante deforme.

–Cuando las piernas y brazos son tan robustos, es difícil diferenciar –se justificó el joven regordete apenado frente a la anormal figura de metal.

Ya pasaba más de medio día y no había logrado terminar la escultura que estaba planeada en armarse en tan solo quince minutos. Para desgracia de Hiccup, y sus nervios, su padre hizo su aparición en compañía de la mayoría de los vikingos del consejo en su acostumbrada inspección de la aldea.

–No sabía que Thor tenía manos en lugar de pies –señaló Stoick a su hijo una vez que le echó un vistazo a la escultura de metal.

–Lo sé –se quejo Hiccup dejando caer los brazos a sus costados, mientras Fishlegs se sonrojaba de la vergüenza.

Stoick soltó un leve resoplido en lo que sus manos reposaron en sus anchas caderas. Aprovechó un momento en que los vikingos que los acompañabas se dispersaron alrededor de la estatua, para susurrarle a su hijo al oído:

–¿Espero… que tengas todo en control como dijiste?

El tono burlón de su padre le dejo claro a Hiccup que éste lo estaba poniendo a prueba. Generalmente, el muchacho respondería tal comentario con un chascarrillo sarcástico, pero debido a la poca paciencia que le quedaba de una eterna mañana de locura, el humor de su padre le pareció inoportuno.

–¡Todo está en control! –dijo él con firmeza en lo que tomaba de nuevo un martillo y comenzó a dar un par de golpes a la estatua –. ¡Lo tengo muy bien controlado! –sentenció seguro imitando la postura altiva de su padre, pero con su último golpe desequilibro la chueca escultura de metal que comenzó a inclinarse hasta caer de espalda con un fuerte estruendo.

Todas las miradas se enfocaron solo el joven Haddock que continuaba con la misma postura, con la mirada firme y una sonrisa débil. Toothless ocultó la cabeza entre sus patas delanteras en lo que Hiccup continuaba dando la espalda a la estatua derrumbada.

–Eso fue planeado –dijo al final el chico indicando a su padre con el martillo, pero un leve tic en el ojo denotaba lo cerca que estaba por perder la cordura.

–Aja.

–A este ritmo primero terminara el Thawfest antes de que la estúpida estatua esté lista –indicó Snotlout airoso a Astrid al otro lado la plaza central de la aldea–. Que será una lástima que no esté en mi coronación de victoria.

–Ahora eres tú el que perdió la cabeza, Snotlout –le respondió la chica con una fingida carcajada antes de darle la espalda y continuar martillando un pedazo de metal que serviría como el ancho cinturón de Thor.

–Vamos, nena –dijo el joven Jorgenson –. Yo sé que la que pierde la cabeza por mí eres tú –agregó alzando los brazos presuntuosamente. Astrid no tuvo que ingeniárselas para darle una respuesta despectiva, porque casi inmediatamente el padre de Snotlout lo llamó a gritos.

El joven moreno que estaba muy acostumbrando a acatar de inmediato las palabras de su progenitor dio un leve respingo, antes de correr a un lado de Spitelout como un chicuelo temeroso.

–¿Señor?

–Tranquilo muchacho, no pasa nada –dijo Spitelout suavizando su tono de voz, pero a experiencia de su hijo, no era algo de fiar–. Solo quiere saber si estás listo para mañana.

–Claro –respondió Snotlout relajándose antes de volver a adoptar una postura petulante –. Jorgenson somos los campeones del Thawfest.

–Así es, mi muchacho –respondió su padre orgulloso posando su enorme y musculoso brazo en el hombro de su hijo, pero más que un acto de apoyo, era con la intensión de acercarlo a su persona y hablarle al oído lo suficientemente fuerte para que Astrid (a un par de metros de ellos) los pudiera escuchar –. Pero como futuro campeón debes de reconsiderar tus opciones.

–¿Qué quieres decir?

–Bueno, los Jorgenson son campeones natos. Nuestro clan es uno de los más fuertes de Berk y…. bueno, no debemos manchar nuestro gran nombre mezclándonos con otros que no están a nuestro nivel.

Snotlout no pudo evitar alzar una ceja ante el comentario de su padre. Desde que tenía memoria, para el joven moreno su progenitor era un ejemplo de gloria y honor, a pesar de ser un hombre presuntuoso, estricto y orgulloso. Snotlout quería crecer y ser como él, y Spitelout quería lo mismo, así como la gloria de su clan siguiera en lo alto y haciendo competencia con los Haddock. Snotlout no era ajeno a la presión por ello, pero a diferencia Hiccup, él chico Jorgenson cubría más fácilmente las expectativas de un adolecente vikingo. Y su padre quería que continuara así.

–No he podido evitar notar tus avances a Astrid –dijo Spitelout.

–La tengo babeando por mí –respondió el hijo orgulloso y petulante.

–Y no puedo negar que es bastante agraciada y que tienes muy buen gusto. Por desgracia, ella viene de un clan en decadencia…

–¿Eh?

–No quiero decir que Astrid busque aprovecharse del nombre de nuestra familia, pero es fácil ver para quien sería más provechoso.

–Papá –dijo el joven –. ¿Quieres decir que debo alejarme de Astrid?

–No, no, no –corrigió Spitelout con una sonrisa –; pueden seguir siendo amigos… y tal vez no hay nada malo en lago de diversión ¿verdad? –guiñó descaradamente un ojo a su hijo –. Pero debes tener presente que nada serio puede haber con esa chica. Ella no está nuestra altura.

Snotlout se quedo mudo, con la boca entre abierta como un pescado a punto de morir asfixiado. Sus ojos, tan grandes como platos quedaron enfocados en su padre, mientras su mente se quedo en blanco.

–No te preocupes –terminó Spitelout dándole a su hijo unas ultimas palmaditas en su mejilla –. Habrá chicas mejores y más dignas de ti –y sin más, marchó con los demás miembros del consejo que continuaron con su patrulla de la tarde alrededor de la aldea.

El joven Jorgenson se quedo mudo sin saber que pensar o decir, simplemente salió de su trance cuando algo lo golpeó en el hombro al pasar a su lado.

Astrid lo había escuchado todo.

–Hey, Astrid –la llamó Hiccup al verla pasar con la cabeza baja pero con paso decidido en dirección del bosque de Berk seguida de cerca por Stormfly –. ¡¿A dónde vas?! ¡Necesitamos tu ayudad! ¡Astrid! –le gritó una y otra vez mientras ella se alejaba cada vez más fingiendo no escucharlo.

Hiccup habría ido detrás de ella, pero por desgracia el peso de una de las piernas de la estatua caía sobre sus brazos.

Por su parte la muchacha continuó con paso firme, ignorando su alrededor o las lagrimas que se escurrieron por su mejillas. Ella tenía que continuar entrenando…. Había un Thawfest por ganar.


Hola a todos

Sé que ha pasado tiempo desde el ultimo capitulo y me hubiera gustado entregar algo más largo con la cantidad de tiempo que paso, pero como lo he mencionado últimamente mucho, por favor, tengan paciencia.

Quiero agradecerle a los nuevos seguidores por unirse a la lectura y espero que a todos les gustara este capítulo donde reinó un poco la locura. Se podría decir que Thor puso a todos un poco locos ¿eh?

Además creo que con este se han dado cuenta que no habrá que esperar hasta RTTE para tener un poco de Hicctrid. La cosa va en serio desde temprano y por ello habrá más drama. Espero que tampoco no les pegue la locura de Thor y se frustren con lo que tengo planeado para este par.

Ya por último, hace unas semanas llegó mi copia de comic The Serpent Heir y aunque la historia desperdició cierto potencial, definitivamente voy a utilizarla para el fic. Claro que ira justo en la misma línea de tiempo que le toca y eso sería hasta después de la segunda película. Y para eso falta…. Algo. Jejeje.

Bueno, ya para terminar muchas gracias por todo, leer, seguir y comentar. Nos vemos en el siguiente capítulo.