Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.
No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
DRAGONS: A Twins Story
El nuevo jinete
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–¡Eggingard! –le gritó Honey, abatiendo a la pequeña nómada del norte ante su fulminante mirada –. ¡¿Qué carajos estás haciendo aquí?! ¡¿Y por qué rayos eres esclava de Dagur?!
La pobre niña en la piel de oso polar se encogió sobre sí misma, mientras sus grandes ojos negros se llenaban de lágrimas.
–¿Roar? –rugió lastimeramente, mientras protegía su rostros con sus pequeños puños.
Ante aquel semblante de sumisión y miedo, la gemela Haddock dio un leve respingo y un brinquito hacia atrás sin saber como lo había provocado y mucho menos como repararlo. Eso, hasta que su hermano intercedió en la situación, posando una de sus manos en el hombro de Eggingard y expresándole la calma que parecía necesitar.
–Eggingard ¿Qué fue lo que paso? –dijo éste–. La última vez que te vimos, estabas en un bote en camino a las tierras de norte.
–A-a-así era –contestó ella moqueando de la nariz –. Hasta… hasta que me alcanzó la tormenta.
–¿Tormenta? –soltó Honey ya un poco más relajada.
–Sí. El mar rugía con grandes olas y mi pequeño barco se mecía de un lado al otro. Y de repente ¡Crush! hizo la madera. Lo siguiente que supe, es que estaba en el agua helada. Mi piel de oso me protegió del frio, pero… ¡Roar! El mar seguía y seguía sacudiéndose. Luego, todo se puso oscuro.
En lo que relataba su increíble historia, la pequeña Eggingard imitaba los movimientos del mar con sus brazos y dramatizaba cada una de sus palabras.
–Cuando abrí los ojos, ya no estaba en el agua –continuó –, sino sobre la madera de un barco, rodeada de muchos y feos vikingos. Los berserkers me sacaron del agua pensando que era un cachorro de oso polar. Eso me dijeron, pero cuando se percataron de mi marca de esclavo –dijo indicando la gran quemadura en su frente –, me hicieron tallar todo el piso de la cubierta inferior. Y desde entonces, trabajo en el barco de líder berserker; es la primera vez que estoy sobre tierra en meses –terminó mucho más animada dando unos brinquitos y llenándose de tierra las botas lanudas.
–Cuanto lo lamento –se apresuró a disculparse Hiccup –. No era nuestra intención que casi te ahogaras o que te atrapara Dagur.
–Esperábamos… –balbuceó Honey tristemente frotando su brazo con nerviosismo –que finalmente fueras libre.
–¡Y lo fui! –dijo Eggingard con una gran sonrisa –. Solo que por poco tiempo.
–Hiccup ¿Qué vamos a hacer? –Honey se volvió inmediatamente hacía su hermano con la desesperación reflejada en su mirada –. No podemos dejar que Eggingard siga siendo esclava de Dagur.
–¡Esperen un momento! –interrumpió de repente Astrid, dando unos pasos hacia adelante y atrayendo todas las miradas a su persona –. No tengo ni una maldita idea de quién eres tú –agregó con poca paciencia indicando a Eggingard – o como carajo ustedes la conocen –señaló luego a los gemelos Haddock –, pero no tenemos el tiempo para estar rescatando esclavos. Por si no lo recuerdan tenemos un zippleback suelto… ¡Además de un ejercito berseker y el maniático de su líder cazándolo!
–¡Pero tampoco podemos dejar que Eggingard regrese con esos mismos dementes de los que hablas! –bramó Honey con la misma frialdad y haciendo frente a Astrid.
–Roar –gruñó levemente la de las tribus del norte.
–Tengo estar con Astrid en esto –comentó por un lado Fishlegs alzando con timidez su mano –. Berk y nuestros dragones corren peligro.
–Lo sabemos, Fishlegs –aceptó Hiccup alzando la voz–. Pero debe de haber una forma en que podamos salvar a todos sin que Dagur se dé cuenta.
–Bah –bufó Gobber quien se había mantenido como un espectador durante toda la discusión –. Para eso necesitarías más manos de las que ya tienes –parafraseó –; eso incluye garfios.
–Lo que necesitamos es a los gemelos –insistió el gemelo Haddock.
–Claro, sí es que pudiéramos encontrar a Ruffnut –sentenció Astrid con escepticismo cruzando sus brazos sobre su pecho.
–Probablemente se encuentre en las cavernas junta a la costa –pronunció de repente Snoutlout provocando un silencio sepulcral entre sus amigos.
Los demás jinetes, Eggingard y Gobber se volvieron lentamente en dirección del joven patán que tranquilamente hurtaba y comía manzanas de la careta donde había estado tranquilamente recargado durante toda la discusión.
–¿Qué-e… qué dijiste? –masculló Astrid con dificultad.
–Son una red de túneles que se extienden por debajo de la aldea –comentó Snotlout sin la menor emoción –. Se encuentran accesibles con la marea baja. Los tontonuffs juegan ahí desde niños.
Sin darse cuenta de la crucial información que había estado guardando para sí, el joven moreno continuó comiendo con calma, ignorante de cómo la impotencia y rabia comenzaba a apoderarse de sus compañeros jinetes y los otros presentes. Se encontraba tan ausentes en sus pensamientos (si es que existía algo por el estilo dentro de esa cabeza dura), que ni siquiera se percató de cómo Astrid alzó lentamente su mano para tomar el hacha que colgaba de su espalda.
–No –la detuvo Hiccup sin siquiera apartar la mirada de su primo Snotlout –. Primero veamos la veracidad de sus palabras. Después lo matas –luego agregó.
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El inconfundible sonido del choque del metal, retumbaba como alarma a la cercanía de la isla de los dragones, advirtiéndole a aquellas bestias escamosas mantenerse alejadas del combate.
Efectivamente, era una fiera batalla entre los peludos hooligans de la isla Berk contra los traidores de isla Outcast. El gran guerrero vikingo y líder hooligan, Stoick the Vast, había guiado a sus tropas de nuevos a sus barcos para interceptar aquellos navíos que intentaban escabullirse con nada menos que un Thunderdrum.
El elemento sorpresa estuvo de su lado, los Outcast no esperaban en los más mínimo ser atacados por los lanudos vikingos de Berk.
–¡¿Qué es lo que hacen aquí, Savage?! –rigió Stoick mientras chocaba con fiereza la hoja de su hacha contra la espada del segundo al mando. Aquel que dedicaba a hacer el trabajo sucio de su líder, Alvin the Treacherous.
–Pescando dragones ¿Qué crees tú, Stocik? – soltó el sucio bandido indicando con la cabeza el Thunderdrum que había logrado liberarse de las redes de soga del muerto, gracias al repentino ataque Hooligan.
El macho azul volaba algo desorientado y aunque sus rugidos eran estridentes, la mayoría se desviaban de su objetivo ante su vuelo errático.
Los Thunderdrums eran criaturas muy sensibles. Debido a que los sentidos de la vista y el oído no eran precisamente buenos en estos dragones, un sistema especial de sonar en sus narices y la sensibilidad de la piel de la misma, ayudaba muchos a éstas criaturas a orientarse espacialmente. Por desgracia, el tiempo que estuvo atrapado en las redes, llegó a lastimar un poco la parte más sensible de la nariz del macho azul, dificultándole el volar correctamente o ubicarse en sus alrededores, provocando que sus gritos salieran en todas direcciones.
–¡¿Redes más largas que el Jörmundgander para atrapar a un solo dragón?! –gruñó Stoick esquivando con facilidad un par de flechas que sobrevolaron su cabeza, girando sobre sí mismo para darle un puñetazo a otro bandido que intentó colarse en su combate, para terminar delante de Savage en el momento justo para chocar de nuevo sus aceros –. No te burles de mí. ¡Esas redes son para evitar que los peces se acerquen a Berk!
Savage levantó su espada sobre su cabeza y soltó dos estocadas más. Stoick fácilmente esquivó una, mientras que la segunda la detuvo con su propia hacha, dándole suficiente espacio y tiempo para lazar un certero puñetazo y así, tirarle un par de dientes a la por sí chimuela mandíbula del Outcast.
–¡Stoick! –el nombrado no tuvo tiempo para contemplar su victoria en el combate mano a mano, ya pronto la voz de Mulch lo sacó de sus pensamientos y lo hizo volver la mirada.
Pronto sus ojos verdes pudieron apreciar el combate a su alrededor, en el que sus fieles guerreros vikingos aprovechaban al máximo su superioridad numérica para abatir a sus contrincantes. Aún así, no era aquello lo que le indicó Mulch con su gritó, sino al gran macho azul que era atacado ferozmente por las flechas de un tercer navío Outcast que se unía a la trifulca.
La mayoría de las fechas eran rechazadas por la dura piel escamosa del dragón, pero el constante ataque no le ayudaba a la pobre bestia ya por sí desorientada, cuyos gritos retumbaban en todas direcciones poniendo en riesgos a los mismos guerreros Hooligans que intentaba rescatarlo.
Entonces Stoick hizo algo que en su pasado habría considerado bastante estúpido pero muy valiente… pero principalmente estúpido.
Olvidando al adolorido Savage en la cubierta del barco, corrió a lo largo del navío enemigo en dirección de Thunderdrum. La bestia fuera de control giraba en todas direcciones en lo que su salas sacudían el agua a su alrededor, en una peligrosa espiral. Aún así, el líder de Berk continuó su carrera hasta arrojarse de la orilla del barco a las frías aguas del mar.
Por lo que serían unos breves segundos en la que los compatriotas de Berk y bandidos de Outcast que lograron captar la enigmática y suicida maniobra del fiero guerrero vikingo, dieron casi por seguro su muerte en las aguas o a manos de dragón. Oh vaya que fue sorpresa cuando Stoick emergió poco después, altivo y majestuoso, posado tranquilamente de pie sobre el lomo del macho azul.
El gran peso sobre su cabeza había le había dado la suficiente estabilidad al Thunderdrum para recuperar la coordinación de su vuelo, a pesar de que sistema de localización se encontraba comprometido ante el maltrato.
Fue una visión sorprendente tanto para los guerreros de Berk como para sus enemigos. Ningún vikingo, guerrero o incluso asesino de dragones, se había visto tan imponente como el mismo Stoick the Vast de pie sobre aquel dragón en vida. Y precisamente uno, que era conocido por causar pesadillas a los más grandes marineros.
Les costó unos segundos a los Outcast salir de aquel estupor y retomar su ataque contra el dragón.
Tal vez un par de flechas volverían a sacar de quicio al dragón y arrojar al vikingo pelirrojo altanero de su lomo al mar y a una muerte segura.
Error garrafal era subestimar al gran Stoick, quien con un par de movimientos de su hacha detuvo cada una de las flechas dirigidas al Thunderdrum. Un acto que no pasó desapercibido por la bestia.
Por unos breves segundos la mirada de ambos macho alfas se conectaron y en sus mentes se formuló una sola idea, como si sus pensamientos se conectaran y se volvieran uno solo. No eran dragón y vikingo, montura o jinetes… sino… amigos.
Y el siguiente pensamiento en la cabeza de Stoick fue igualmente canalizado pos dragón a través de su mirada y la energía que exudaba su cuerpo, y pronto arremetió contra el barco Outcast recién llegado con un poderoso rugido. Ante la guía del vikingo sobre su lomo, el macho azul se volvió certero en sus ataques, mientras los de sus enemigos eran repelidos fácilmente por el humano en su espalda.
En cuestión de minutos y con el poder combinado de ambos guerreros, los bandidos Outcast fueron superados, dos de sus barcos tomados, y Savage, con los pocos de su hombre que habían evitado ser arrojados al mar, huyeron como perros cobardes con la cola entre las patas.
Mientras se alejaban con sus patéticas vidas, temblaban en su interior ante la imponente imagen de Thunderdrum azul y del líder vikingo de pie sobre su lomo.
Una penosa y humillante derrota para Alvin.
En cuanto Stoick, nunca se había sentido tan victorioso como en aquel momento, casi como en la cima del mundo. Mientras los gritos de victoria de sus hombres retumbaban detrás de él, el líder vikingo conectó de nuevo sus ojos con los del dragón bajo sus pies y una vez más sintió como sus pensamientos se leyeran mediante sus miradas.
Una sensación de calidez albergó como nunca el pecho de Stoick y se preguntó a sí mismo si ese era el sentimiento que sus hijos querían desesperadamente demostrarle, lo que significaba ser un jinete de dragón… tener un compañero incondicional.
Le gustaba… le gustaba mucho.
Hola de nuevo y he aquí el nuevo capítulo.
La conversación de la primera parte no es tan relevante, ya que el enfoque para éste capítulo era la batalla de Stoick.
Además, hice mucho el énfasis de la posición de Stoick sobre Thornado porque siempre me ha parecido algo ridícula la forma en que se ve sentado, con esas pequeñas piernitas. Así que lo cambie estando de pie, algo así como Valka vuela sobre Cloudjumper en la segunda película. Causa un efecto más impresiónate.
Y tengo que admitir que no pude evitar imaginarme a Stoick surfeando sobre Thornado en el mar.
Hoy es el primer aniversario de mi blog!
Así que quiero invitarlos nuevamente a que visiten el nuevo blog dedicado a este fic como a todo lo relacionado a "How to train your Dragon".Ahí publico reseñas, comentarios, información, mitologías y mucho arte. También hay adelantos de los próximos capítulos. Por favor den una vuelta al blog, puede buscarlos en Tumblr como dragonstwinstory.
Y sin decir más me despido, nos vemos en el siguiente capítulo.
Saludos
