Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

-o0o-

Llora por mí

~o~

Ningún suspiro en el viento,

Frio que hela el cuerpo,

Cae un atardecer sangriento,

Las lágrimas cubren el suelo.

~o~

Padre afligido,

Vástago victorioso,

Rey orgulloso,

Hermano rencoroso.

~o~

Como ríos de risos dorados,

Teñidos de rojo carmín,

Las esperanzas y sus sueños robados,

Por los labios sucios del parlanchín.

~o~

Padre furioso,

Hijo traicionado,

Hermano ponzoñoso,

Compañero desconsolado.

~o~

Rechazado por su rareza,

Odiado por tu perfección,

Admirado por su destreza,

Amado por tu corazón.

~o~

Padre afligido,

Vástago muerto,

Reinado perdido,

Por engaños se disoluto su puesto.

~o~

Por Thor, Odín y Freya,

El perdón no ha sido otorgado,

Un teatro se ha vuelta la faena,

El pobre joven despedazado.

~o~

Hermano furioso,

Hermano desconsolado,

Hermano, por favor perdona

Cada uno de sus pecados.

Página 7


DRAGONS: A Twins Story

Cría cuervos…

-o0o-

Después de la firma del tratado con la tribu berserker, los escasos pero importantes meses de calor llegaron a la isla de Berk, y con ellos algunos cambios significativos.

Stoick se estaba acostumbrado presenciar lo tan rápido que se adaptaban los habitantes de su isla a la presencia de los dragones. Efectivamente, casi habían pasado dos años desde que terminó la guerra entre ambos bandos, pero para lo testarudo que podía ser la sangre vikinga, el perdón y la aceptación sucedió bastante rápido.

Con el paso de los días, más dragones se adaptaban a vivir bajo la reglas de la aldea hooligan, incluso las bestias que continuaban salvajes, resultaban menos hostiles con los humanos en los límites del bosque e incluso algunos eran bastante cooperativos, a pesar de sus instintos. Pronto, los dragones se habían convertido en un elemento cotidiano de la vida vikinga en Berk.

Cottomouth se había acoplado con facilidad a la vida pesquera de Bucket y Mulch, en especial con los constantes mimos y dulces que recibía; en varias ocasiones Hiccup tenía que intervenir y recordarles a los vikingos que la thunderdrum rosa era un dragón y no su hija adoptiva.

Pero todos se encontraban satisfechos con lo efectivos que resultaban los alaridos de Cottomouth para llevar los cardúmenes de peces hasta las redes. Con el paso del tiempo, Mulch y Bucket atrapaban más y más peces que tenían que regresar algunos al mar para que su barco no cediera ante el peso. Más navíos se unieron a la labores de pesca cuando la Scauldron bebe que Hiccup había rescatado y convirtió las aguas que rodeaban Berk en su hogar, comenzó a apoyar con las labores de pesca.

Nunca nadie pensó que un dragón que continuara salvaje aceptara con tal facilidad ayudar a los humanos, pero Misery (nombre que se otorgó a la Scauldron) era uno de eso muchos casos especiales. Claro, excepto con Mildew, a quien había llenado su trasero con su poderoso veneno de una sola mordida; en cambio a Honey le permitía ordeñarla sin ningún problema. El veneno de Scauldron resultó tener grandes propiedades curativas en dragones.

En el caso de los Stevenson, Merci, una montrous nightmare de un hermoso rojo carmín, tenía una habilidad única para incinerar maleza que estropeaba los cultivos sin causar ningún daño a las espigas de trigo. Los Ingerman habían descubierto que los gargajos de lava incandescente de Meatloug generaban un calor más continuó y con mayor duración para su horno de piedra que los leños. Fishlegs incluso comenzó a tener problemas con el acaparamiento de sus padres hacia su dragona.

Y hablando de leños, Astrid descubrió una manera bastante efectiva para guiar parvadas de timberjack a los antiguos robles del bosque con la ayuda su fiel Stormfly, y así cortar una gran cantidad de leños de un solo tajo y sin arruinar los arboles en crecimiento. Su método se volvió tan efectivo, que el negocio familia se levantó de las cenizas y pronto los Hoffersons podían ver la salida de un pozo fondo en que se habían mantenido por años.

También la guardia de Berk descubrió los beneficios de la presencia de los dragones en la isla. Ante cualquier amenaza, estos se lanzaban sin necesidad de advertencia al combate junto a sus compatriotas vikingos. Incluso Spitelout descubrió diferentes llamados en los terrible terrors que resaltaban óptimas alarmas ante diferentes siniestros.

Entre más convivían con los dragones, nuevos atributos e utilidades para la vida diaria vikinga salía a relucir. Incluso Stoick tuvo una larga conversación con el consejo de Berk para que aceptaran el entregarles el viejo manual de dragones a los chicos de la academia, y así pudieran continuar con la recapitulación de información sobre sus nuevos compañeros. Aún los libros estaban prohibidos en la isla ante las viejas leyes vikingas, pero el manual de dragones era la única excepción a la regla, por lo que fue fácil convencer al consejo que aceptara que los jinetes continuaran con la prolongación del libro.

Stoick no podía estar más orgulloso de su hijos, Hiccup y Honey habían crecido tan raído y adquirido renombre entre sus pares, que finalmente el líder vikingo podía respirar con calma ante un prospero futuro para sus vástagos, su gente y su isla.

Su deseo de premiarles sus avances y existo fue tal, que buscó diferentes formas para hacerles notar su orgullo de padre. Y justamente, como un regalo de los dioses a sus deseos, Johan le había enviado una premisa informándoles que había logrado encontrar justamente lo que estaba buscando.

Pero Odín actuaba de maneras misteriosas, fue por ello que cuando se enteraron de la desaparición del barco del mercader de ambulante cerca de la isla de los histéricos, Stoick tenía que hacer algo para conseguir el regalo perfecto para sus hijos.

–Papá ¿Qué es lo que te traería Johan para que fuera tan importante? –preguntó Hiccup a su padre después de largas e infructíferas horas de vuelo sobre sus respectivos dragones.

–Es un viejo tesoro perdido –contestó el hombre de barba roja sin apartar sus ojos de las solitarias aguas en señal del marino perdido.

–¿Qué clase de tesoro? –cuestionó Honey agotada por la búsqueda.

Stoick no contestó su pregunta de inmediato, en lugar de ello con una leve señal a Thornado, para que cambiara de dirección a un solitario acantilado de roca en medio del mar, donde los tres dragones podían recobrar el aliento.

Con el atardecer de aquel segundo día de búsqueda desapareciendo en el horizonte, Stoick se volvió hacia las miradas incrédulas y expectantes de sus hijos, para solo musitar casi con dolor en su voz:

–Era de su madre.

-ooOO000OOoo-

Stoick les debía una buena explicación a sus hijos.

Pero antes de que pudiera dárselas, tanto Hiccup, Honey y los demás jinetes partieron en búsqueda de Johan la mañana siguiente. El padre de los gemelos Haddocks deseaba seguirlos, pero no sabía donde comenzar a buscar; además Thornado no era el tipo de dragón para rastrearlos y nadie más podía hacerlo. A pesar del acercamiento de los dragones a los hooligans, el montarlos todavía era una cualidad que los chicos de la academia solo dominaban.

Y aunque la frustración e impotencia lo carcomía, Stoick tuvo que admitir que los chicos realmente merecían ser llamados jinetes de dragones, ya que sus conocimientos sobre ellos eran de verdad avanzados. Pudo confirmarlo al ponerse el sol del tercer día desde su partida, sus hijos, amigos y dragones regresaron no solo con Johan, sino también con el tesoro perdido.

Pero el mayor tesoro para Stoick era tener a sus hijos de regreso.

–Quien diría que de verdad aprenden sobre dragones en la academia y no solo se dedican a jugar como nosotros lo imaginábamos –soltó Gobber con una sonrisa jovial a lado de su buen amigo y sin despegar los ojos de los dragones que surcaban el cielo.

Los chicos relataron la increíble historia de cómo encontraron la peligroso y elusiva isla de Breakneck Bog. Una isla maldita cerca del territorio de los Histéricos.

Se decía que el aquella isla con la peculiar forma de una mano era en realidad los restos de un gigante que cayó al océano por la ira de Odín. Su cuerpo se descompuso en las aguas, pero su mano se mantuvo fuera de ella convirtiéndose en la isla maldita. Según la leyenda, Breakneck Bog tenía una maldición donde cosas extrañas sucedías y los navíos se perdían sin dejar rastro. Incluso la isla en sí era difícil de encontrar y nunca se había logrado cartografiar correctamente.

Había quienes creían incluso que su cercanía a la isla de la tribu de los histéricos era lo que había vuelto locos a sus habitantes.

Pero según Hiccup y sus amigos, el misterio de la isla se debía a la presencia de unos pequeños dragones llamados Smothering Smokebreath. De la clase misterio, estos pequeños dragones elusivos evitaban ser vistos por depredadores liberando una densa capa de humo de sus hocicos. Al no contar con la habilidad de producir fuego, sus principales defensas era ocultarse o construir sus nidos con el material más fuerte que pudieran conseguir.

–¡Como el metal! –soltó Fishlegs fascinado con el descubrimiento –. Es por eso que desaparecían los navíos, tomaban las piezas de remaches y las armas. Nadie podía ver que sucedía por la niebla y todos pensaban que se estaban volviendo locos.

–El monstro en la neblina era una teoría más interesante –agregó Tuffnut desanimado con la poca atractiva realidad.

El tesoro perdido consistía principalmente en un cofre de un extraño y resistente metal, al cual habían agregado el escudo de Berk a la fuerza sobre la cubierta con un material menos resistente y que se había oxidado con el paso del tiempo. Fue esa mezcla de metales lo que atrajo la atención de los pequeños dragones y generaron la difícil misión de recuperarlo.

Pero no fue lo único difícil referente a ese tesoro.

–¿Cómo se abre? –preguntó Hiccup una vez que había regresado a su hogar junto a su padre y hermana. Sobre la mesa donde tomaban el desayuno, el cofre misterioso permanecía inalterable a pesar de los intentos del joven pecoso por abrirlo.

–Tal vez tenga un interruptor secreto por algún lado –comentó a su vez Honey, tendiéndole su tarro de leche de yak a su hermano, para luego levantar el pequeño cofrecillo. Le dio varia vueltas en lo que examinó cada centímetro de éste, sin ningún resultado –. Curioso –soltó ella en voz baja regresando la caja de metal a la mesa.

–¿Qué? –le preguntó su hermano.

–No…nada importante… –musitó la chica pecosa, tratando de no darle importancia a la intensa visión de la boca de un volcán que tenía al sostener aquel cofre en sus manos.

Hiccup reconoció a la perfección aquella mirada que había adoptado el rostro de su gemela, pero antes pudiera insistirle a su gemela sobre su comentario, el padre de ambos se interpuso entre los dos para tomar el cofre por igual.

–No es para tanto –dijo el gran líder vikingo –. Solamente requiera algo de fuerza –agregó antes de intentar forzar la tapa sin ningún resultado. Stoick no se dio por vencido, continuó su transgresión aplicando fuerza con cada minuto que pasaba, pero con el mismo resultado.

Después de casi quince minutos de forcejeos, el gran hombre barbado dejo de golpe el cofre de nuevo en la mesa de madera, completamente frustrado.

–Acaso… –masculló mientras jadeaba del esfuerzo ejercido – es una venganza por mis actos.

Apoyando todo su peso en sus manos sobre la mesa, Stoick suspiro vencido, sin percatarse de inmediato que sus hijos fueron testigo de su resignación. Cuando enfrentó sus miradas llenas de duda, sabía que había llegado el momento de dar explicaciones.

–Papá ¿Qué quieres decir? –le preguntó Honey.

–No les he dicho todo sobre éste cofre –explicó Stoick vencido, soltando otro suspiro –. Si pertenecía a su madre, pero el contenido eran un regalo de ella para ustedes.

–¿De nosotros?

–Así es –continuó el jefe vikingo –. Ustedes eran muy pequeños, y les estaban saliendo los primeros dientes, por lo cual no habían dormido toda la noche –en lo que continuaba su explicación, Stoick demostraba con su tono de voz la desesperación e impotencia que sintió en aquella época de padre soltero –. Yo estaba solo y me dolía mucho la cabeza y Hiccup no dejabas de arrojar las cosas de tu hermana…

–Él siempre está arrojando mis cosas –interrumpió Honey con desdén. Inmediatamente le dio un manotazo al brazo de su hermano, haciendo que soltara el tarro en sus manos. Los tres dragones en la casa rápidamente corrieron al lamer la leche derramada en el piso.

–… ustedes no dejaban de pelear por ello –siguió Stoick como si nunca hubiera habido una interrupción –. Así que metí la fuente del problema en el cofre, lo cerré y lo arroje al mar.

–Como si simbólicamente arrojaras todos tus problemas –comentó Hiccup secamente sujetándose la barbilla con sus dedos.

–Hiccup –el jefe vikingo alzo la voz –. ¿Qué te he dicho?

–Que no haga sicoanálisis de tus acciones –respondió el chico.

–Eso no explica porque usaste el cofre de mamá –soltó Honey retomando el de la conversación.

Stoick entornó su mirada en lo que se enfocaba en el pequeño y menudo cuerpo de su hija. El líder vikingo esperaba no tener que entregar más razones, pero habría pecado de inocente si no fuera consiente de la capacidad de Honey de saber las cosas de antemano.

–Sí, el cofre era de su madre –confirmó –. Fue un regalo de su primer pretendiente.

–¡¿QUÉ?! –soltaron los gemelos al unísono causando un ligero brinco en los tres dragones que lamían el suelo.

–¡¿Mamá tuvo otro pretendiente?! –dijo Hiccup sorprendido.

–¡Oh ¿Quién era?! –preguntó Honey con una gran sonrisa y un brillo en sus ojos.

–Eso no es importante –contestó Stoick evadiendo la mirada –. El punto es, que no se encuentra completo. Ella me dijo que le faltaba la llave.

–¿Cuál llave?

–La que él le iba a dar como regalo de compromiso.

–¡¿QUÉ?! ¡¿MAMÁ ESTUVO COMPROMETIDA CON OTRO HOMBRE?!

–¡Ese no es el punto! Él le entregó el cofre abierto y le pidió que no lo cerrara hasta que trajera la llave, entonces así ella podría guardar su corazón ahí y más cursilerías como esas...

–¡Que romántico! –exclamó Honey con voz melosa.

Stoick la fulmino con la mirada.

–¿Qué paso con él? –preguntó el muchacho como sería lo más lógico.

–Nadie lo sabe –respondió Stoick con hermetismo –. Nunca regreso de su último viaje. Todos intuyeron que murió, hubo rumores de algún romance prohibido con alguna princesa, pero nada se verificó. El detalle es que rompió el corazón de su madre.

Había algo en la voz del gran guerrero vikingo que dejo inquietos a ambos muchachos.

–Pero no importaba cuantas veces se lo pedí, su madre nunca quiso tirar esas cosa. Así que vi la oportunidad de deshacerme de todo de una buena vez, y la aproveche.

–Derribaste dos terrors de un tiro ¿Verdad? –se burló Hiccup con una sonrisita.

–No me juzgues, muchacho –lo amenazó Stoick con su redondo dedo índice –. Es solo… –agregó unos segundo después aligerando su semblante – dejar todo ese rencor atrás. Como ya hemos abandonado viejas reciñas del pasado… –explicó frotando suavemente las escamas azules de la nariz de Thornado.

¿Era mucho pedir? Stoick lo había visto a diario en los últimos meses y lo había comprobado de primera mano. El vikingo era terco y podía llevar rencores por mucho tiempo, pero había descubierto que el perdón hacía maravillas.

El thunderdrum respondió al tacto con un ronroneo gutural. Pronto, Toothless y Furry buscaron el mismo afecto de sus jinetes.

–Gracias, papá –dijo Honey con dulzura mientras sacudía las escamas largas del cuello de su dragón –. Por contarnos eso.

–Yo solo quería darles… quería demostrarle… lo orgulloso que me siento.

–Y lo entendemos –terminó Hiccup, soltando a su nightfury para abrazar a su padre lo más fuerte que sus brazos le permitía. Honey lo secundo a los pocos segundos. Pero cuando los dragones quisieron unirse, los seis cayeron al piso en carcajadas.

Los gemelos apreciaron el regalo de su padre a pesar de no poderlo reclamar, pero lo que pronto descubrirían, era que ese cofre tenía más secreto que los que había dentro de éste o los que su padre ocultaba.


…Y te sacaran los ojos.

Hola a todos,

Quería publicar éste capítulo hace unos días, pero tenía problemas con el poema. Se nota que no soy buena con la poesía. Es un principio tranquilo para lo que será un capitulo complicado. Aquellos que siguieron mis pistas en mi blog de Tumblr saben que habrá muchos elementos importantes en ésta nueva aventura.

En cuanto al título (cría cuervos…), he tomado la decisión que de ahora en adelante cada aventura comparta el mismo título solo con su sección correspondida (parte 1, 2, etc.). Así será fácil distinguir secciones de la historia y encontrar sus momentos favoritos.

Pero bueno, ya estamos a la víspera del estreno de la tercera y última película de HTTYD. He tratado de mantenerme fuera de spoiler y espero saber su opinión. Yo tan pronto la vea, publicare una reseña igual en mi blog.

Después de ello, me tomare unas cortas vacaciones, para olvidarme de mi trabajo y descansar unos. Pero sabrán más de mí pronto.

Y para aquellos que no lo he hecho, quiero invitarlos nuevamente a que visiten el nuevo blog dedicado a este fic como a todo lo relacionado a "How to train your Dragon". Ahí publico reseñas, comentarios, información, mitologías y mucho arte. También hay adelantos de los próximos capítulos.

Por favor den una vuelta al blog, puede buscarlos en Tumblr como dragonstwinstory.

Hace poco reseñe el segundo libro "Como hablar dragonese"

Ya por último, ésta historia se encuentra en proceso de ser publicada en Wattpad. A penas van los primeros capítulos, pero espero se ponga al día en el futuro.

Y sin decir más me despido, nos vemos en el siguiente capítulo.

Un saludo y abrazo a los nuevos seguidores.