Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

Cría cuervos… (Parte 11)

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–Éste es Lars "Bubblebelly" Ragnarsson y su hijo Svend IV –explicó con gran elocuencia Fishlegs a Heather señalando uno de los escudos pintados con la cara de dos vikingos greñudos que posaba en la pared junto a los demás antiguos líderes de Berk–. Eran conocidos por ser unos lobos de mar, aventureros y…

–Y unos completos ebrios –interrumpió Snotlout a sus espaldas, acompañado de los dos gemelos Thorston. A ninguno de ellos le gustaba como el regordete Ingerman acaparaba la atención de su nueva amiga –. Al menos eso decía mi abuela.

Fishlegs frunció el seño, pero se contuvo dar una respuesta antes de continuar.

–Estos de aquí son Brugg "The Wild" y su quinto y único hijo varón, Knut "One eye" –indicó el chico recobrando su sonrisa ante la mirada expectante de la morena –. Son los antepasados más antiguos que tenemos conocimiento de las tierras natales. En realidad fueron ellos dispuestos por el mismo rey Ragnar a buscar nuevos territorios. Knut descubrió por sí mismo la isla que se convertiría en el hogar de los Lava Luts.

–¿Por qué le decían "One eye"? –preguntó Heather mientras sus ojos crecían como platos ante la explicación de Fishlegs. Los otros tres jinetes detrás de ellos gruñeron en sincronía en fastidio.

Sí hubieran querido oír una clase de historia, hubieran preferido escucharla de Honey. En su estado actual, probablemente ella se hubiera quedado dormida a la mitad de la explicación liberándolos de la tortura. Pero en cambio Fishlegs estaba más fresco que una lechuga y disfrutaba mucho el interés de Heather por lo que tuviera que decir. Eso lo hacía sentirse importante.

Por desgracia, cuando estaba por responder, alguien más interrumpió su gran momento:

–Por Odín –soltó Gobber de repente–, hay muchas versiones –explicó mientras martillaba gruesos clavos en la pared de roca del gran comedor para los cuadros que le faltaban colocar –: una dice que perdió un ojo durante una batalla contra un nigthmare, otra que fue contra un romano, la más popular dice que se quedo dormido junto a un cuchillo para filetear pescados. Pasa más seguido de lo que se imaginan –agregó indicando con su garfio a sus espaldas al viejo Stevenson que lucía un parche negro sobre su ojos derecho –. La verdad tal vez nunca lo sabremos.

–¿Quiénes son esos Gobber? –le preguntó Heather entusiasmada indicando el nuevo escudo que acababa de colocar en la pared.

–¡Oh oh oh! ¡Ellos son lo Hamish! –rápidamente se adelantó a contestar Fishlegs al reconocer a los vikingos rubios pintados en la madera; eso resultó fácil ante el buen estado del escudo a pesar de los años guardado (alguien lo limpió anteriormente, o al menos eso pensó Gobber) –. Según el árbol genealógico del archipiélago, son descendientes directos del mismo rey del Wilderwest.

–¡Bah, eso es plasta de yak! – Gobber escupiendo al suelo con hastío y casi lanzando el escudo de los Hamish consigo–. Yo siempre tuve mis dudas sobre eso. Todo mundo sabe que el rey del Wilderwest solo tuvo dos hijos –gruñó el herrero contando con sus dedos regordetes – y sus descendencias se pueden rastrear hasta cada uno de los líderes de las tribus en el archipiélago. Dímelo sabelotodo –se volvió solo a Fishlegs posando con sus brazo en su cintura –. ¿Dónde quedan lo Hamish ahí?

Cualquiera se intimidaría con las postura dominante del antiguo guerrero, incluso Heather dio paso hacia atrás. Pero a Fighlegs cuando algo le apasionaba o Meatloug estaba en problemas, podía resultar ser una masa de grasa muy valiente.

–Hay muchas referencias sobre los Hamish para no creer que fueron reales –respondió el chico rubio haciendo frente a Gobber –, especialmente Hamish II (hijo). Sus aventuras y hazañas se volvieron leyendas –sentenció de ultimo clavando su mirada en la pizpireta del herrero.

Pero la penetrante lucha de miradas fue interrumpida por un comentario, no precisamente brillante:

–¿Y sí era tan maravilloso porque se murió? –soltó Snotlout tratando de acaparar la atención de la morena que seguía prendida de Fishlegs.

Lo único que consiguió el joven Jorgenson fue una mirada incrédula por cada uno de los presentes.

–Wow Fishlegs –dijo Heather regresando a la conversación como si nunca hubiera habido una interrupción –. ¿Cómo es que sabes tanto?

Ante el brillo en los hermosísimos ojos verdes de la joven, el pobre chico regordete no pudo evitar ponerse más rojo que un tomate.

–Siempre me he sentido intrigado con las historias del pasado –confesó éste pateando discretamente el suelo, huyendo de la mirada de Heather con timidez – y Honey me ha ayudado a conseguir varios de los pergaminos sagrados de Gothi que no cualquiera puede leer.

–¡Neeeeeerd! –soltaron a la vez los gemelos Thorston desde el fondo.

–Pues yo sigo pensando que son patrañas –insistió Gobber como si hablara solo consigo mismo, tratando de mantener derecho el escudo de los Hamish en la pared –, como lo del tesoro perdido. Lo buscamos por meses y ni siquiera estuvimos cerca de encontrarlo. Muchos otros vikingos lo intentaron antes y lo único que consiguieron fue perder algunos miembros o la razón.

–¡¿Tesoro?! –los gemelos Thorston y Snotlout dieron una un leve brinco con aquel comentario y su atención fue captada como terrible terrors frente a una barrica de pescados –. ¡¿Qué tesoro?!

–Según las leyendas –respondió Fishlegs –, se dice que Hamish II obtuvo el tesoro del mismo Grimbeard The Ghastly y en lugar de gastarlo, decidió ocultarlo como una especie de prueba o broma. Al parecer, a él le gustaba mucho los acertijos y jugar con la gente.

–¿Qué? – gruñó Ruff –. ¡¿Estaba loco?!

–Sí, el Tufnutt quiere saber qué clase idiota se desase de un tesoro solo para burlarse de otros –agregó su hermano.

–¡Pavadas! –espetó el herrero –. Por eso estoy seguro que es una completa mentira. Niña –se dirigió a Heather para entregarle momentáneamente el retrato de los Hamish que pareció negarse a mantenerse derecho –, sostén esto mientras hago lugar para el nuevo retrato.

Pero el interés de la joven pacifista ya no se encontraba más en los Hamish o sus tesoros perdidos, en cambio su interés se enfocó en un escudo en particular, cubierto con un lienzo al fondo de la pared.

–¿Qué retraso es ese Gobber?

–Es el retrato de Stoick e Hicc... –pero el viejo herrero no terminó la oración ante una mancha delgada, borrosa y castaña que apareció prácticamente de la nada, impidiendo que la pregunta de la joven morena fuera respondida.

–¡Que dices Gobber!–soltó Hiccup causando un leve sobresalto con su repentina aparición y su forma rápida como desesperada de hablar –. ¡Nadie importante! Entonces no vale la pena verlo –aseguró de ultimo extendiendo sus brazos de espagueti como si pudiera cubrir el escudo de la vista de los demás.

–Oh jo jo jo –se rió Snotlaut comprendiendo lo que estaba sucediendo con el delgado muchacho –. Debe de ser horroroso para que tengas pánico de que lo vemos.

–¿Pánico? ¿Cuál pánico? ¿No se a que te refieres?

Pero las palabras nerviosas de su líder resultaron una confirmación para los demás jinetes. Sin perder oportunidad, tanto el joven Jorgenson como Tuff y Ruff trataron de arrebatarle el lienzo que cubría el retrato, en lo que inútilmente Hiccup se interpuso. Al final tuvo que ser Gobber el que entrara al rescate, he hiciera a los otros tres chicos retroceder.

Ninguno puso atención a sus pasos durante el pequeño forcejeo, ya que chocaron a ciegas con Heather; la pobre perdió el equilibrio, así como el escudo de los Hamish de las manos. Un fuerte "Pom" retumbó en el gran salón provocando un silencio avasallador como un terrible presagio del posible destino de aquel retrato.

–¡Oh no! ¡Los Hamish! –exclamó Fishlegs horrorizado corriendo hasta el escudo.

–Lo siento mucho, Fishlegs –se disculpó Heather arrodillándose a su lado.

–Descuida no es tu culpa –le aseguró el chico regordete inspeccionando cada extremo el escudo –. ¡Es de ellos! –exclamó de ultimo fulminando con la mirada a Snotlout y los Thorston.

El moreno fingió ignorancia en lo que Tuffnut le soltó una sonrisita nerviosa y Ruff trató de escabullirse de la escena del crimen.

–El retrato parece estar bien –dijo la joven morena tomando también el escudo y examinándolo de con cuidado –. ¿Pero… qué será esto? –comentó de ultimo al encontrar una leve ranura entre la madera y la base de metal que lo mantenía unido.

Con mucho cuidado, Heather introdujo uno de sus dedos en aquel estrecho espacio, forzando a un pedazo de papel extremadamente doblado a salir de ahí. Una vez en sus manos, la chica desdobló con cuidado y a la vista de todos los jinetes presentes, un largo pergamino amarillento con el aspecto de desmoronarse en cualquier momento.

–Parece…–murmuró ella contemplando las líneas de tinta negra trazada en el papel – el mapa de un tesoro.

Ante sus palabras, los demás chicos se amontonaron sobre los hombros de Heather para comprobarlo con sus propios ojos. Pero repentinamente, el pedazo fue arrebatado de la chica morena perdiendo pequeñas partes del mismo de las orillas.

–Dejen ver eso, energúmenos –se quejo Gobber forzando su mirada para contemplar lo escrito en antiguas runas de aquel pergamino –. Vaya, vaya –dijo con una sonrisa melancólica –. Creí que estaba perdido. ¿Ha estado aquí todo el tiempo? –continuó rotando el papel en todas direcciones como si pudiera ver algo más en éste –. Esto me trae recuerdos.

–¿Es realmente un mapa? –preguntó Hiccup tratando de ver sobre antebrazo de su mentor. Efectivamente tenía la pinta de serlo. Se mostraba la isla de Berk trazada con bastante exactitud, así con varias marcas y una larga lista de instrucciones en un costado.

–No cualquier mapa –confesó el herrero jovialmente –. Es el mapa de Hamish II, o al menos eso pensamos Stoick, eh… y yo. Esperábamos cumplir nuestro rito de madures encontrando el tesoro, por lo que lo seguimos como imbéciles por semanas sin obtener nada. Terminamos arriesgando nuestras vidas en una tormenta de nieve, de caer en un acantilado y ahogarnos en el mar. Fuimos afortunados con salir vivos de ahí y con nuestra amistad intacta. Es curioso, estaba seguro que lo destruimos esa porquería en el camino de regreso. ¿Cómo habrá llegad ahí?

–¿Podemos conservarlo? –soltó Ruff con rapidez.

–No veo por qué no –aceptó el herrero lanzando el pedazo de papel sobre su hombro como si no tuviera ni un valor, cayendo con suavidad en las manos regordetas de Fishlegs –. Ese pedazo mierda es más falso que los bellos en las axilas del abuelo Thorston.

–¡Hey! –gruñó Tuff.

–Sí, lo dije –el antiguo guerrero les lanzó una última mirada sobre su hombro –. Díganle que no engaña a nadie – y sin más se alejo en búsqueda de más clavos para los escudos que faltaban

–¿Puede ser de verdad el mapa del tesoro perdido de Grimbeard? –soltó Fishlegs completamente anonadado con el papel en sus manos.

–Venga con papá –exclamó Snotlout arrancándoselo de los dedos y haciendo perder más puntas al papel.

–¡Snotlout!

Su movimiento sucio fue pronto imitado por Tuff y luego por su hermana, Fishlegs tuvo que empujarla para arrebatárselo con sumo cuidado y no destruirlo. Pero de nuevo el joven Jorgenson intentó tomar posesión del mapa, en lo que el chico rubio lo mantenía sobre su cabeza.

–¿Ahora porque esos idiotas están peleando? –espetó Astrid a Hiccup al unirse al grupo en compañía de Honey, en lo que Snoutlout se colgaba del brazo de Fishlegs, Ruff se había trepado a sus hombros y Tuff intentaba inútilmente de derribarlo.

Solo Hiccup y Heather permanecía indiferentes al pandemónium, contemplando el caos uno al lado del otro; por lo cual Astrid no perdió el tiempo para colocarse entre ambos.

–Creemos que es el mapa de un tesoro –dijo Ruff mientras ejecutaba un candado al cuello de Fishlegs.

–Además de peligroso de a madres –agregó Tuff tratando inútilmente de levantar a regordete rubio.

–Uno que ni Gobber y el jefe Stoick lograron encontrar –gruñó Snotlout antes de caer al suelo vencido.

Un tesoro que Stoick no había logrado conseguir.

Esas palabras retumbaron en la cabeza de Hiccup como tambores en un baile en el gran comedor. Efectivamente, su padre, el gran Stoick "The Vast", líder de los peludos Hooligans, jefe de Berk, escuchen su nombre y tiemblen… no había podido resolver el mapa de Hamish II y conseguir el tesoro perdido de Grimbeard "The Gastly".

–Aunque podría ser falso… –murmuró el joven Ingerman casi sin aliento.

–Déjenme adivinar, idiotas –soltó Astrid con sus manos en la cintura –. ¿Quieren seguir mapa a un tesoro perdido potencialmente peligroso y que podría no ser real?... Esa es la idea más…

–…brillante que es escuchado –completó Hiccup para la sorpresa de todos.

–¿Qué? –exclamó Astrid.

–¿Qué? –dijeron los jinetes que luchaban.

–¿Eh? –musitó Honey completamente somnolienta.

El gemelo castaño caminó hasta Fishlegs y tomó el mapa de sus manos sin ningún problema, mientras los otros cuatro permanecían petrificados en la misma posición ante la estupefacción.

–Hiccup… –bramó Astrid aún en shock – ¿qué carajos estás diciendo?

–Esta es la perfecta oportunidad para probarle a mi padre que no requiero cubrir los estándares vikingos –dijo el gemelo pecoso enrollando el pergaminos en su manos. Su mirada decidida y su postura firme denotaba que iba enserio –. Si encuentro el tesoro que el mismo Stoick "the Vast" no pudo encontrar, no volverá a dudar de mí. Nunca.

La rubia entendía a la perfección de donde venía todo eso. Sabía lo que pasaba en la mente de Hiccup, así como en su corazón, y no solo porque lo había estado rumiando desde que vieron su retrato en aquel escudo. Pero aunque comprendía la postura del gemelo, no compartía su mismo entusiasmo.

–Hiccup, no tienes que probar nada –insistió Astrid soltando un suspiro en frustración –. Lograste la paz con los dragones, domaste un nightfury, ya has cubierto tu rito de madurez…

–Al parecer eso no ha sido suficiente para su padre sigua dudando de él –interrumpió Heather sutilmente.

–¡Tú no opines! –rugió Astrid con fuerza dirigiéndose solo a ella. La chica morena dio un paso hacia atrás espantada, un sentimiento que fue compartido por los demás jinetes ante el arrebato de la rubia. Pero ésta, al captar su acción, recuperó la calma para solo agregar –: Hiccup ¿realmente lo estas considerando?

–Sería un idiota sino lo hiciera –opinó Snotlout ganándose también una mirada furiosa de Astrid.

–¿Debo recordarles que mañana inicia la semana de Bork? ¿Creen que es el momento indicado para buscar un tesoro?

–Astrid tiene razón –comentó Ruff con bastante compresión –. Si mañana van a empezar las festividades ¡Debemos comenzar de inmediato, cabrones! –agregó de ultimo con gran alegría alentando a los demás jinetes a unirse.

Al final solo Astrid y Honey quedaron fuera del ánimo del grupo, una por lógica y la otra por falta de energía.

–Honey, di algo –le suplicó Astrid tratando de encontrar algo de apoyo, curiosamente de la misma persona que la había amenazada con alejarse de su hermano si las cosas no salían bien entre ellos.

Pero Honey era lista, centrada y la menos emocional del grupo, generalmente era la que ponía un alto a las locuras, hasta las malas ideas de su hermano gemelo. Así que su respuesta fue esperada con un profundo silencio por parte de todos los jinetes y Heather.

–Sí todos piensan que es falso –dijo finalmente la gemela castaña con voz adormilada y con la mirada perdida –, no veo porque debemos preocuparnos.

–¡¿Qué?!

Y antes de que Astrid pudiera pedir una segunda opinión, los demás chicos corrieron a abrazar a Honey como si aprobación fuera todo lo que necesitaban para efectuar una travesía innecesaria y potencialmente peligrosa. Y aún atrapada en el fuerte apretón, Honey le dirigió una sonrisa ladina a la rubia.

–Astrid, vamos –la llamó Hiccup claramente alegre una vez que terminó el abrazo de grupo –. Hemos estados bajo mucho estés estos días, tal vez esta es la mejor oportunidad de distraernos antes de comenzar el festival. Podemos seguirlo hasta donde lleguemos el día de hoy y después del festival continuamos.

La rubia pasó su mirada por cada uno de sus amigos y Heather; el entusiasmo y brillo en sus miradas era algo que no deseaba arruinar a pesar de todas las probabilidades de fracaso. En especial el entusiasmo de Hiccup, quien desde hacía días no sonreía con tanta naturalidad después del fiasco del retrato, el estrés del festival y su preocupación por la soledad de Toothless.

–De acuerdo, los acompañare –aceptó a regañadientes–, además no puedo dejarte sola con ellos –agregó indicando a los gemelos Thorston y Snotlout, aunque también se refería a la morena –. Pero voy quejarme durante todo el camino.

–Gracias, Astrid.


Hola de nuevo,

Lamento la tardanza pero tuve varios contratiempo y la verdad tengo un orden para trabajar y "Twins" lo dejo al final porque requiere más dedicación que otros de mis proyectos. Pero en compensación el capitulo es un poco más largo que los últimos.

Hice un gran cambio de la serie al mi fic en cuanto al mapa de Hamish II y no me refiero al origen del tesoro, sino al hecho de que Gobber les entrega fácilmente el mapa cuando en la serie se lo arrebata. Es que me pareció más shockante que hubiera un irreverencia en ello.

Y les recuerdo que ésta historia se encuentra en proceso de ser publicada en Wattpad y además de una versión descargable en PDF en DeviantArt. En ambas páginas me encuentro con el mismo nombre. Y tiene su propio blog en Tumblr: dragonstwinstory, por el momento lo he tenido un poco inactivo, pero contiene reseñas, comentarios y fanart, y por cierto doy adelantos de los próximos capítulos.

Eso sería todo por ahora, saludos

Gracias.