Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

Cría cuervos… (Parte 13)

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Así que, a pesar de encontrarse a unas horas de iniciar la semana más larga y divertida del calendario vikingo, la celebración a Bork, y ser ellos los principales organizadores de los eventos de tal festividad, los jinetes de Berk se lanzaron a la búsqueda del tesoro perdido de Grimbeard The Ghastly gracias al mapa de Hamish II, en una última locura antes de enfrentar las responsabilidades que habían sido encomendadas a ellos, principalmente al joven heredero al trono de Berk.

La idea principal de Hiccup era liberar un poco de tensión en su grupo de amigos con tal búsqueda (aunque a la mayoría de ellos les importaba más el tesoro), pero las cosas resultaron mucho más complicadas de lo que se imaginaba.

Resultó que Hamish II era bastante brillante para ser un vikingo y hooligan a la vez. El mapa no solo indicaba los puntos donde tenían que llegar, sino también incluía versos con pistas de lo que tenían que hacer en cada locación para así localizar una parte de la llave del tesoro. Con ello, Hiccup entendió el obstáculo que resultaba ser el mapa para algunas mentes obtusas con sus revueltos acertijos, pero con la ayuda de Astrid, Heather y Fishlegs no resultaba tan difícil la tarea (los gemelos Thorston y Snotlout quedaban fuera de la ecuación y Honey continuaba más dormida que despierta para ser de ayuda).

El mapa primero los llevó hasta la playa del lado este de Berk, donde una pieza de lo que era la llave del tesoro se encontraba oculta en una de la esculturas en la costa. El conseguirla resultaba algo engañoso ante los fuertes vientos; solo Meatlog fue lo suficientemente estable en vuelo, pesada y lenta, para acercarse a la escultura con Hiccup colgando de una soga; algo sugerido por Heather debido su poco peso. Con tal estrategia obtuvieron la primera pieza, aunque por un instante, Hiccup casi cae al mar por la fuerte brisa marina.

A continuación, las pistas los guiaron hasta el pico de Thor en lo más alto de Berk. Con la guía de Furry en su antiguo hogar, fue fácil encontrar la cueva que indicaba el mapa, donde se encontraba atrapada la segunda parte de la llave en una gran pared de hielo; la cual requirió un poco de fuego por parte de Hookfang para ser derretido. El problema fue que en un intento de impresionar a Heather, Snotlout ordenó a su dragón fundir una columna de hielo que provocó la inestabilidad del tempano y un alud que destruyó por completo la cueva. Por suerte los dragones salvaron a sus jinetes a tiempo.

Ya por último, los acertijos los llevaron hasta otra cueva en la base de la colina más grande de la isla. Un lugar rara vez era visitado por aldeanos de Berk.

Fishlegs comenzó a sospechar que la elección de los escondites de las llave fueran todos en la misma isla, probablemente se debía a que Hamish II lo hizo antes de que la Berk fuera poblado, porque de otra manera lo hubiera llamado la atención de alguien con su curiosas excursiones a terrenos peligrosos.

–¿Pero no se supone que su padre, Hamish I fue de los primeros lideres de Berk? –preguntó Astrid encontrando un error en su teoría.

Aunque era algo para cuestionarse, tenían cosas más sería que preocuparse que las acciones de Hamish II; ya que pronto se enfrentaron con el gran reto de escapar de una cueva cuando ésta se derrumbó sobre sus cabezas sorpresivamente.

–De acuerdo, chicos –dijo Hiiccup con calma tratando de aminorar el miedo en sus compañeros jinetes y de los dragones –. Sé que esto no pinta de maravilla, pero intentemos mantener la calma.

–Claro que mantendremos la calma –soltó Snotlout con los ojos desorbitados – ¡Cuando terminemos muertos debajo de toneladas de roca!

Su gritos maniáticos alteraron los ya por sí estresados dragones ante la limitación de espacio en el oscuro túnel. Toothless soltó un rugido particular con gárgaras desde su garganta que tuvo un efecto consolador en los demás reptiles lanzallamas.

En cuanto el histórico Jorgenson, Astrid le propinó un certero coscorrón que detuvo sus chillidos de inmediato, en lo que le ordenaba:

–Cierra el pico, Snotlout.

–Insisto, debemos mantener la calma –agregó Hiccup alzando sus brazos tratando de llamar la atención de sus compañeros ante la poca luz de sus antorchas –. Seguiremos adelante con las indicaciones del mapa, posiblemente encontremos una salida. Pero ante todo debemos mantenernos juntos, alertas y nadie se separe de sus dragones. ¿Entendido?

Casi como pequeños infantes temerosos de lo oculto en las sombras, los demás jinetes asintieron débilmente sus cabezas.

Sin más que decir u objetar, los jinetes comenzaron a marchar entre las sombras del gran túnel de roca, solo protegidos de la penumbra por sus improvisadas antorchas y las bocas llameantes de sus dragones.

–Hiccup ¿estás seguro de esto? –le preguntando Astrid alcanzándolo al chico que iba a la cabeza de la marcha.

–¿Qué que encontraremos una salida o que estoy pidiendo demasiado al decirle a Snotlout, Fishlegs, Tuff y Ruff que mantengan la calma? –respondió el chico no escuchándose tan seguro como le hubiera gustado.

–Aparte. Más bien ¿Sobre si debemos continuar buscando el tesoro?

–¿Qué otra opción queda? –dijo Hiccup encogiendo los hombros.

–Podemos simplemente buscar una salida –sugirió la rubia siendo ella la que se escuchó nerviosa.

–¿Por dónde? ¿Por cuál dirección? –comentó el gemelo pecoso –. Astrid recuerdo que no estabas de acuerdo con ésta búsqueda del tesoro desde un principio, pero a estas alturas ¿Qué otra alternativa nos queda?

–Creo que tienes razón –aceptó Astrid bajando la mirada –, pero al menos haz el favor de no apartarte de mi lado.

–¿Eh? –masculló el muchacho casi atragantándose con su propia saliva. Era precisamente el último lugar y el peor momento para lo que le pareció que proponía Astrid.

–¡No me refiero a eso! –gruñó ésta sonrojada leyendo la interpretación de Hiccup en su rostro –. Sino a que no confió para nada a la señorita desamparada –dijo de último bajando la voz para no ser escuchado por los demás chicos y dragones que les seguían de cerca en su marcha.

La misma cantaleta otra vez.

Sí, Astrid no estaba de acuerdo con la búsqueda del tesoro desde un principio y sí, también todos sabían que no se llevaba bien con Heather; pero desde que habían empezado a seguir el mapa, la rubia se había asegurado de que cada instante recordaran el riesgo que corrían al continuar, y soltaba comentarios desdeñosos hacía la morena. Siendo sinceros, esa actitud ya tenía harto a Hiccup.

– Por favor, Astrid –se quejo el muchacho rodando los ojos –. Otra vez no.

–¿Acaso no te distes cuenta? ¡Ella podría estar detrás de todo!

–¿De un alud, del viento o de un derrumbe?

–¡No! Pero definitivamente ella está haciendo algo para arriesgar nuestras vidas… tú vida principalmente.

La mirada penetrante de Astrid denotó lo comprometida que estaba con sus palabras, pero el chico pecoso simplemente estaba muy estresado para interesarle.

–Por el amor de… Astrid –Hiccup frotó sus manos por su rostro tratando de mantener la calma –, Heather no está intentando matarme. Esos fueron simples accidentes que nadie tiene la responsabilidad.

–Sí, pero los aprovecha para….

–¡De acuerdo, lo entiendo! –gritó el gemelo exasperado parando en seco su marcha y trayendo la atención del resto del grupo –. ¡No te agrada Heather! Pero lo que estás haciendo no está bien, Astrid.

–¡¿Qué?! – vociferó éstas alzando la voz –. ¿A qué carajos te refieres?

–Acusarla sin pruebas.

Astrid bufó indignada ante la necedad de Hiccup. ¿Cómo no lo podía ver? ¿Cómo podía ser tan ciego? ¿Qué había hecho Heather para hechizar a todos?

–Te he dado miles de pruebas para no confiar en ella, Hiccup –escupió la rubia despectivamente y con mucha pasión –, pero todos parecen estar tan embelesados por su presencia, que no lo están viendo claramente. Ni siquiera tú –dijo ella de último casi clavando su dedo índice en el pecho del joven.

Su discusión se volvió tan acalorada, que ambos jóvenes no se percataron que eran observados por el resto de sus compañeros y por supuesto, la tercera en discordia. Snotlout sonreía satisfecho, Fishlegs horrorizado, los Thorston maravillados y decepcionados por no llevar bocadillos consigo para disfrutar la función, y hasta Honey perdió el sueño por un instante.

La discusión acalorada continuó por varios minutos más, mientras las voces de ambos jóvenes subían en fuerza e intensidad. El dragón de ébano se percató algo a sus alrededores que intentó advertirle a su humano, pero sus quejidos fueron ignorados por la declaración knockout de éste:

–¿Sabes que los estoy viendo en estos momentos, Astrid?... Que estás celosa.

–¡¿Qué?! –bramó la rubia terriblemente sonrojada e indignada –. ¡Yo no estoy celosa! ¡Y menos de ella! –tajó de golpe indicando a la morena que no sabía ni donde esconder la cabeza en ese momento –. ¡Solo estoy tratando de que todos vean lo sospechosa que Heather es, pero claramente nadie quiere escucharme!

–Tienes razón –sentenció Hiccup de ultimo tajantemente –. Ya estoy cansado de escucharte –y sin más, ante la mirada estupefacta de Astrid y sus amigos, levantó en alto su antorcha y siguió su camino dentro de las sombras de la olvidada gruta.

–¿Hiccup? –lo llamó Astrid inútilmente mientras el otro se alejaba –. ¡Hiccup! –insistió corriendo detrás de él.

Estaba decidida a no dejar que nada los separara.

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En contra de las intenciones de Astrid y sus deseos, la cueva resultó ser mucho más inestable de lo que se imaginaron en un principio. Un sorpresivo derrumbe obligó a los jinetes y a sus dragones a desplegarse en todas direcciones con tal de evitar ser aplastados por las toneladas de rocas que caían sobre sus cabezas.

Hiccup estuvo a punto de terminar en el Valhala con sus antepasados, sino fuera porque Heather logró empujarlo a un lado en el instante exacto para evitar que una pedrusco le rompiera el cráneo, para luego ambos fueran protegidos por el robusto cuerpo de Toothless.

Una vez que la última piedra suelta cayó, ambos chicos como el dragón de ébano, se levantaron del suelo para sacudirse el polvo de encima y descubrir una gigantesca pared de escombros y roca que bloqueaban un extremo del pasadizo dejando a los tres separados de los demás jinetes.

–¡Honey! ¡Astrid! ¡Chicos! –en un intentó en vano, Hiccup trató de apartar manualmente cada una de las piedras, y aunque contaba con la ayuda de Heather y Toothless, sus intentos terminaron fútiles.

Estaban solos.

–¿Crees que los demás se encuentren bien? –preguntó la chica de cabellera negra como plumaje de cuervo al ver que no existía forma de pasar el muro de roca.

Era un terrible pensamiento, pero también una posibilidad… una que el gemelo pecoso no deseaba considerar tan rápidamente.

–Eso espero –respondió tratando de sonar seguro –. Lo mejor es seguir adelante y buscar una salida –Hiccup agregó levantando en alto la antorcha en sus manos y guiando el camino para los tres a lo largo del túnel (aunque Toothless podría ver en la oscuridad por su cuenta) –, es seguro ellos harán lo mismo.

La conmoción por el derrumbe los dejo en completo mutismo los primeros metros de su caminata en la oscuridad de la cueva. Sus pasos retumbaban, en lo que leves tintineos en la lejanía incitaban a la imaginación.

–Lo lamento mucho, Hiccup –dijo Heather rompiendo sorpresivamente el silencio entre ambos.

–El derrumbe no fue tu culpa, Heather –respondió el chico pecoso con una suave sonrisa mientras continuaba la marcha–. En realidad, debería agradecerte por empujarme a un lado.

–No hay de qué –aceptó ella a pesar de ser consciente de la ironía en sus palabras –. Pero no me refería a eso.

–Ah ¿no?

–Me he dado cuenta que he causado problemas entre tú y Astrid. No quisiera ser una piedra en la bota de su relación.

–¿Eh? ¿Relación? –Hiccup prácticamente se atraganto con su propia saliva y casi se tropieza ante el sorpresivo comentario –. Astrid y yo no tenemos una relación… bueno sí, aunque ninguno lo llama así, pero me gustaría, aunque prácticamente no es de la manera convencional… –detuvo su balbuceo al percatar la mirada perdida de Heather y la incrédula de su dragón – lo que quiero decir, es que muy complejo y nada oficial. Aún.

–¿Ella te gusta? –arremetió la morena como otro puñetazo directo al hígado de Hiccup. Éste casi se tropieza nuevamente con una roca, en lo que sus mejillas se tornaban de un rojo carmín completamente perceptible por la luz de la antorcha –. Se nota que tú a ella. Y creo que es por eso que no me quiere cerca.

Aunque había una connotación posesiva en la acción y un hecho discriminatorio denunciado por la morena, Hiccup no pudo evitar que su corazón se apretujara dentro de su pecho ante el hecho de que rubia lo celara.

–Astrid es una persona de acción más que de palabras –le explicó él recobrándose de la sorpresa, pero siéndole imposible no sonreír al solo pensar en la doncella guerrera–. Y bueno, ella tiende a ser… ser algo…

–¿Sobre-protectora?

–Puedes decirlo así. A lo que quiero llegar, Heather, es que tú no estás siendo la piedra en la bota; simplemente Astrid y yo estamos teniendo un desacuerdo que por desgracias terminaste en medio. Ya verás que cuando salgamos de ésta cueva, hablaré con ella y todo regresara a la normalidad. A la normalidad que estamos acostumbrados.

–Gracias, Hiccup.

El momento fue interrumpido por un gruñido del nightfury, el cual no estaba molesto por la falta de atención en su ser, sino porque se vislumbraba algo más adelante en el pasadizo.

–Mira –dijo el gemelo pecoso indicando el fondo del túnel con la antorcha –. ¿Qué será eso?

Con cuidado, los tres se acercaron cautelosos ante la extraña formación que sobresalía del piso de la cuerva. En lo que parecía ser una cámara subterránea sin salida, había un estrechó túnel que descendía desde el suelo por varios metros hasta perderse en la oscuridad. La orilla estaba delimitada por una acumulación de piedras y rocas, como si pozo hubiera sido hecho desde abajo hacia arriba.

¿Qué cosa lo había hecho? Daba miedo de solo pensarlo.

–Se siente un corriente de aire viniendo desde el fondo – explicó Heather al colocar sus manos sobre el gran agujero –. Tal vez sea una forma para salir de aquí.

Era muy posible, pero también podrían ser una trampa sin salida. En especial para los dos chicos sin capacidades físicas para escalar.

–¿Podemos bajar sobre Toothless? –preguntó la morena indicando al dragón negro como la noche. Éste brinco alegre hasta subir a la orilla del pozo emocionado por ser útil.

–Sí, pero podría ser muy arriesgado –comentó Hiccup preocupado por el bienestar de su dragón. Pero Toothless le gruñó de tal manera que capto su atención –. ¿Qué dices amigos? ¿Crees que puedas revisar la gruta por tu cuenta? –le preguntó el muchacho a nightfury que no tardó ni un segundo para reptar gracias a sus poderosas garras, por la pared de roca del tune vertical.

Hiccup trató de alumbrarle el camino desde la cima con su antorcha, pero el túnel era tan profundo, que pronto las escamas negras relucientes del dragón se volvieron imperceptibles.

El muchacho estaba tan enfocado en la dirección que había descendido su dragón, que no se percató que detrás de él, Heather enfrentaba un dilema.

Desde esa posición, resultaba sumamente sencillo a Heather empujar al joven pecoso a una muerte segura y hacerlo pasar por accidente. Algo que había intentado constantemente durante toda la búsqueda del tesoro, tal como se lo había ordenado Alvin.

Pero nada había resultado como el plan y cuando finalmente podía haberse evitado el trabajo sucio con ayuda del derrumbe, ni siquiera ella estaba segura porque había salvado la vida del gemelo Haddock al último momento, en lugar de asegurarse de su perdición.

Y ahora estaban ahí, él dándole la espalda con la mitad del cuerpo inclinado en un gigantesco agujero en la piedra que cuya profundidad podría significar la muerte ante una caída inesperada, y ella, con la duda existencial y los brazos extendidos lista para cometer tal fatídico crimen.

Pero antes de que realmente se atreviera en convertirse en asesina, Heather dio un brincó hacia atrás cuando la cabeza sonriente y desdentada de Toothless emergió sorpresivamente por el agujero.

–¡Perfecto, Toothless! ¡Encontraste el camino! –gritó aliviado el chico, sin perder un momento para montar a su dragón – ¡Vamos Heather! –a continuación le tendió la mano a la chica con negras intenciones como su negra cabellera.

Ésta montó detrás del Hiccup, confundida ante sus propias acciones, antes de descender a lo desconocido.

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Habían pasado un par de años desde el fatídico intento de Stoick y sus amigos de encontrar el tesoro perdido de Grimbeard The Ghastly oculto por Hamish II y muchas cosas habían cambiado desde entonces. Gobber había ido a visitar algunos parientes lejanos junto con sus padres a la aldea de Chilblain en las tierras helada del norte y desde entonces no había regresado. En cartas enviadas con halcones le había asegurado a su buena amigo que su decisión de permanecer lejos de Berk no tenía nada relacionado con su pelea en el pico de Thor.

Aún así, un leve sentimiento de desasosiego acompañaba al joven vikingo ya maduro, al recordar el terrible intercambio de palabras ante los resultados fatídicos de aquella excursión. Stoick solo podía esperar con ansias el regreso de su buen amigo.

Sobre la otra amistad de joven vikingo, Alvin había caído más en las malas lenguas de los habitantes de la isla. Su presencia entre los hooligans nunca fue totalmente aceptada ante su peculiar origen y su conducta anarquista, pero a como maduraba el joven vikingo, pronto quedo claro para muchos en Berk que Alvin era una bomba de tiempo a punto de estallar. Brenda "Big arms", la madre de Stoick, ya le había advertido más de una vez a su muchacho de lo perjudicial que podría ser para él su amistad con Alvin. Pero la juventud y la personalidad atrayente del joven rechazado resultaba demasiado para Stoick, como ignorar.

Y en cuanto al futuro líder de Berk, éste podía ver cada vez más cerca la inminente toma de poder y responsabilidad de la aldea hooligan. Él había cumplido exitosamente su rito de madurez a pesar del fracaso en la búsqueda del tesoro perdido; y su tío le confirmó que estaba más que listo para el intercambio de cargos (uno que nunca había deseado) aunque el vikingo mayor aún tenía muchos años de vida por delante.

Pero para Stoick existía en esa época algo más atractivo que la amistad y más cautivante que el trono Berk. Era el amor.

–¿De nuevo aquí, patético enamorado? – se burló de él una voz a su espalda sacando de sus dulces fantasías.

–¡Vete al hel, Alvin! –le gruñó en broma a su amigo en lo que le arrojaba una piedra del suelo. Éstas eran escasas en el granero de los Stevenson, un escondite que Stoick solo recurría para sus momentos a solas… y ¿meditar?

–¿Cuánto más vas a ocultarte aquí como perdedor entre las sucias ovejas de los Stevensons, en lugar de salir y reclamar lo que te pertenece?

–Ella no me pertenece, Alvin –contestó el recio vikingo perdiendo su jovial sonrisa por una más melancólica – Es Humongously Hotshot quien la tiene –se quejo soltando despectivamente el nombre de su rival de amores.

–¿Qué tiene él que no tengas tú?

–El titulo "The Hero"

–Sí, pero él nunca será líder de una aldea.

–Eso no parece interesarle a ella.

–¡Va! ¡Plasta de yak! –maldijo Alvin desplomándose junto a su amigo en un motón de heno –. ¿Qué saben las mujeres de elegir hombres? No es a ella a la que tienes que impresionar, sino al viejo Wrinkly. Ese saco de huesos casaría a su hija con el mejor partido sin importar lo que ella no le parezca interesante. Además, ni que ella fuera el mejor partido de la isla.

–¡Pero yo no quiero eso! –bramó Stoick realmente molestándose con el comentario de su amigo –. Yo quiero que Valka este conmigo porque ella quiera hacerlo, no porque su padre la fuerce.

–Pues por ahí escuche –murmuró Alvin ladinamente como una serpiente – que al viejo no le gusta para nada "el héroe" ese. Vamos, Stoick –su amigo le soltó un puñetazo en el hombro para animarlo –, haz lo que te digo. Habla con el viejo Wrinkly, dile a tu tío y padrastro que intercedan.

–No –soltó Stocik secamente pero firme. Su mirada determinaba terminó por desechar el tono burlón de su amigo –. Yo deseo ganarme el corazón de Valka y que ella me ame por mí.

–Por Thor, que cursi te escuchas –se quejo Alvin recostándose cómodamente en el heno que estaban sentados.

–¿Y tú vas a saber del amor?

–Es un sentimiento sobrevalorado.

–¿Qué hay de las mujeres?

–No necesito saber de amor para saber de mujeres –Alvin le lanzó una sonrisa pecaminosa a Stoick que provocó que ambos estallaran en carcajadas.

Eran esos momentos los que muchos no comprendían de Alvin y Stoick disfrutaba, la sutileza de hacerlo reírse de los establecido, de su propia moralidad y viejos valores. Le mostraba lo atractivo de la inmoralidad; un pequeño bocado, que nunca llegaría a probar por su cuenta.

–¿De verdad es importante para ti? –le soltó Alvin sacándolo de sus pensamientos.

Stoick asintió con la cabeza.

–Maldita sea –maldijo el joven vikingo antes de ponerse y sacudirse el heno de sus ropas –. Vamos, levántate. Que tenemos un viaje al cual colarnos.

–¿De qué estás hablando?

–¿Qué es lo sabes de la piedra corazón de rubí? –explicó éste entornando la mirada que solo podía significar una cosa –. ¿Eh, Stoick?

–Stoick

–Stoick

–¡Hey, Stoick! –los gritos de Gobber lo sacaron de golpe de la profundidad de sus recuerdos.

–¡¿Qué pasa?! –bramó éste volviéndose hacía el viejo herrero.

–¿Qué te pasa a ti, por Odín? –insistió Gobber inquieto. No él era el único, Thornado frotaba su nariz contra la pantorrilla del líder vikingo desde hacía cinco minutos para llamar su atención –. Te quedaste perdido mirando el atardecer por un buen rato. ¿Qué rayos estabas pensando?

–Más bien, recuordando –dijo casi sonámbulo volviendo a perder la mirada en la puesta de sol en horizonte.

Era curioso como ciertas cosas regresan en la memoria. Aunque su amada Valka siempre estaba presente en los recuerdo del líder vikingo Berk, hacía mucho tiempo que no recordaba su rivalidad con Hotshot, a pesar de que su antiguo cofre se encontraba en la sala de su casa en esos momentos.

Pero justamente esas remembranza comenzaron a regresar a él justo cuando Gobber le mencionó el mapa del tesoro perdido de Hamish II.

–Bueno, los chicos no pueden estar muy lejos –comentó Gobber sacándolo de nuevo de sus ensoñaciones. Acto seguido se arrojó un terrón de tierra a la boca que masticó suculentamente –. Solo nos llevan media hora de ventaja.

–No tengo idea de cómo puedes saber eso masticando tierra.

–Es que sabe la mitad de fuerte que una hora.

Stoick tuvo que contenerse las ganas de soltarle a su amigo un buen puñetazo en la testa. Lo necesitaba consiente para encontrar a Hiccup, Honey y los demás jinetes. Cuál fue su horror cuando precisamente Gobber le relató cómo dejo el peligroso mapa de tesoro de Hamish II en las manos de sus hijos, y prácticamente incitándolos a la aventura. ¿Acaso no era encargado de su entrenamiento? ¿No sabía lo idiotas que puedían ser? ¡Hiccup había decidido esconder un night fury en el bosque, por el amor a Freya!

–El mapa es falso, Stoick –fue la defensa del herrero ante su error.

Pero que el mapa fuera falso no los había impedido a él, Gobber y otro más, casi perder sus vidas en la búsqueda del tesoro.

Cual mayor fue su sorpresa cuando descubrieron que Hiccup y los demás, habían avanzado en una tarde, mucho más que lo que ellos lograron en varias semanas. Era consciente de que Hiccup y Honey eran brillantes, y su éxito con el mapa lo demostraba, pero aún así era muy riesgoso que continuara con la búsqueda. Podía estarlo llevándolos a una trampa.

–Tienen dragones, por el martillo de Thor –se quejo Gobber –. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Y como un desafió a sus propias palabras un temblor sacudió la base de la colina donde ambos vikingos y el Thunderdrum buscaban a los jinetes.

Lo peor que un padre se podía imaginar, es lo que podía pasar.


Es un milagro de navidad!

Así es señores, he regresado y con mi computadora más viva que nunca. Esperemos que así sea por un buen tiempo. Y con las fechas decembrinas tan cercas quise darles éste regalo de navidad, el ultimo capitulo de Twins de éste año, y uno más largo de lo normal para compensar la espera.

Ahora viene lo malo. Tendrán que esperar hasta el otro año para el siguiente, muaja ja ja!

Y les recuerdo que ésta historia se encuentra en proceso de ser publicada en Wattpad y además de una versión PDF en DeviantArt. En ambas páginas me encuentro con el mismo nombre.

Además ésta historia tiene su propio blog en Tumblr: dragonstwinstory, que contiene reseñas, comentarios y fanart, y doy adelantos de los próximos capítulos.

Ya por ultimo les deseo a todos una feliz navidad y un prospero año nuevo.

Abrazos.