Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.
No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
DRAGONS: A Twins Story
… y te sacarán los ojos (parte 12)
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Toothless no perdió ni un instante en bloquearle al outcast su ruta de escape. Mostrando sus dientes y fulminándolo con su mirada, el dragón de ébano tomó posición de ataque listo para acabar con el vikingo de gran tamaño. Estaba furioso, le habían arrebatado a su jinete, y lo amordazaron y encerrado; el dragón quería venganza.
–Oh vaya… –musitó Alvin moviéndose con cuidado en lo que el night fury le gruñía con intensidad – ya me esperaba que nos enfrentaríamos tarde o temprano, lagartija.
Una sonrisa ladina de dientes chuecos, provocó que Toothless lanzar su ataque. De un solo brinco, cubrió la distancia entre él y el bandido, intentado capturarlo con sus filosas garras. Alvin logró rodar por el suelo para evitarlo, pero tan pronto quiso levantase, fue derribado por la larga cola del dragón.
Toothless inmediatamente volvió a saltar sobre él, logrando capturarlo contra el piso posando sus enormes patas contra su pecho, casi asfixiándolo con su peso. Alvin luchó en su contra consiguiendo que el dragón retrocediera un poco, pero cuando este le lanzó una mordida, el bandido tuvo que sacrificar su antebrazo para no perder la cabeza. La gruesa muñequera de cuero y hierro fue lo único que evitó que Toothless le arrancara el brazo.
El forcejeo entra ambos continuó mientras la batalla entre los jinetes de dragones y los outcast se llevaba a cabo a su alrededor. Los dos fieros contrincantes, solo podían escuchar los gritos, los golpes, el temblar del suelo y ver de reojo las siluetas de las personas a su alrededor, ya que su ambos estaban más enfocados en su mortal duelo.
Alvin logró alcanzar un trozo de madera perteneciente a un escudo con el cual golpeó con todas sus fuerzas la mandíbula de Toothless, consiguiendo el tiempo suficiente para escapar de debajo del dragón. El bandido logró hacerse de un hacha en lo que el night fury sacudía su cabeza.
–Esto no ha terminado, desgraciado –lo llamó Alvin ansioso de pelear con tan magnífica bestia.
El líder outcast comenzaba a lamentarse mentalmente el tener que matar a tan poderoso y único animal que podía haber usado en su beneficio, cuando sintió y escuchó algo moverse a sus espaldas en lo que Toohtless lo enfrentaba de directamente.
Furry había se había unido a su hermano dragón, también deseoso de actuar.
–Hijos de puta –masculló Alvin con una pequeña sonrisa irónica en sus labios. Acto seguido, alzó su hacha sobre su cabeza y se lanzó en contra de Toothless con un grito de batalla.
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La entrada valerosa de los jinetes no resultó tan agraciada como esperaban, en especial cuando se lanzaron desde la cima de los muros laterales de la arena de combate de los outcast y ninguno logró caer de pie. Por suerte el elemento sorpresa estaba de su lado, ya que tuvieron suficiente tiempo para poder levantarse y fingir que nada había pasado antes de que los bandidos pudieran reaccionar y comenzar el combate.
Los dragones y sus jinetes se separaron durante la batalla, dejándoles a los chicos la oportunidad de demostrar las habilidades en el combate que Gobber le había estado enseñando. Al principio, al combatir uno que otro marginado rufián no tuvieron gran problema; Snotlout aprovechaba su baja estatura y su pesado mazo para aplastar los pies de sus oponentes, Tuffnut confundía a los suyos con raros movimientos que realizaba con sus dos espadas, Ruffnut golpeaba con su larga lanza a más de dos bandidos pero en general lo hacía accidentalmente y Fishlegs era ayudado por su gran barriga que hacía revotar los golpes de los bandidos de nuevo a ellos. Por desgracia, a como el numero de outcast aumentaba en el enfrentamiento, los jóvenes jinetes se dieron cuenta que tal vez requerían más entrenamiento en combate como el viejo herrero les había insistido tanto.
Y cuando pensaban que las cosas no podían complicarse más, la armada de Berk comenzó su ataque con las catapultas completamente ignorantes de la presencia de los jinetes en la isla. Los pedruscos golpearon la estructura que mantenía el área de combate generando derrumbes y una caída de escombros sobre los bandidos, los chicos y sus dragones.
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A Astrid le dolía todo el cuerpo en lo que intentó arrastrarse por el suelo de la arena, pero su dolor pasaba a segundo plano, ya que tenía que hacer el esfuerzo de poner al resguardo antes de que las paredes del cráter de la zona de combate se colapsaran sobre ella.
Las patadas que recibió la chica contra sus costillas le dificultaban el respirar y el dolor en sus articulaciones le dificultaba el moverse por el suelo. Pero la joven rubia era justamente como debía ser un vikingo, terca y perseverante. Continuó adelante a pesar de los escombros que caían sobre ella, cubriéndose la cabeza en cada momento.
Fue hasta ella que vio al joven nightmare cautivo que tuvo que domar por orden de Alvin. La pobre bestia estaba aterrada con el caos a su alrededor, apretándose en un ovillo cubriendo su cuerpo con sus alas, en lo que su mirada dejaba en claro el pánico que sentía. Al ver aquel pobre dragón atemorizado, algo en Astrid le dio la fuerza para levantarse del suelo a pesar de todo y acercarse a él.
–Tranquilo. Tranquilo –lo llamó suavemente, pero ante el ruido de la batalla y el ataque de la armada, sus palabras fueron enmudecidas–. ¡Hey! –le gritó ella con fuerza finalmente captando su atención –. ¡Tranquilo! ¡Voy a sacarte de aquí! ¡Pero necesito de tu ayuda!
Un brillo en los ojos del nightmare le dejo claro a la rubia que el dragón había entendido sus intenciones. La chica tomó inmediatamente la gruesa cadena que apresaba el cuello del dragón y con un esfuerzo descomunal ante sus heridas, la extendió por el suelo.
–Ahora… ¡Fuego! –le ordenó la rubia al nightmare, pero este solo la miró confundido. Astrid repitió gritando –: ¡FUEGO!
Casi asustado por la mandato, el dragón expulsó una bocanada de su fuego incandescente derritiendo el hierro de la cadena dejándolo libre.
–Vamos, no debes quedarte aquí –dijo a chica en lo que motivaba al dragón a moverse pero de nuevo sus palabras quedaron enmudecidas por la caída del techo de la arena ante un disparo directo de las catapultas en los barcos de la armada de Berk, dejando un boquete estupendo para salir volando de ahí –. ¡Ahora! ¡Vuela! – le ordenó de nuevo Astrid dándole una fuerte palmada que motivó al dragón a extender sus alas y salir por la abertura.
Astrid lo contempló mientras se alejaba volando, casi ignorando el caos a su alrededor.
Al menos uno ya era libre.
Pero no podía quedarse quieta por mucho tiempo, tenía que reunirse con sus compañeros y recatar a Hiccup y Honey. Tomó del nicho del nightmare el manual de los dragones, la daga de obsidiana del suelo y fue en busca de los demás jinetes.
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Para un perro sediento por la victoria como Alvin, una batalla contra dos dragones poderosos y raros entre el caos que se llevaba a cabo en el cráter de su isla, era casi un sueño. Pero al ser un bandido oportunista y tramposo, la fantasía ideal hubiera incluido algunas trampas que le dieran la ventaja en la pelea.
Aunque era diestro, habilidoso y muy fuerte, el bandido outcast no era estúpido para no percatarse que se encontraba en desventaja y que los dos dragones estaban lo bastante furiosos como para arriesgar su propia seguridad con tal de despedazarlo.
Alvin necesitaba un cambio en su suerte, fue cuando un dragón azul descendió en la arena, provocando el cambio que no era precisamente el que esperaba.
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La batalla se había salido de control, los bandidos outcast superaron a los jinetes diez a uno, el ataque aéreo de Berk había destruido por completo la zona de combate y los dragones terminaron inmovilizados por los derrumbes de roca por proyectiles aéreos.
–¡Oh no, oh no! –musitaba una y otra vez Fishlegs atemorizado, en lo que empujada lejos de sí algún bandido que cargaba en su contra –. ¡Son demasiados!
Meatlug, quien le cubría la espalda a su jinete con disparos de bolas de fuego, comenzaba a quedarse sin municiones. Y no era la única, todos los dragones de Berk se estaban quedando sin sus llamaradas al proteger constantemente a sus humanos de los escombros que caían sobre ellos.
–¡Menos quejas y más golpes, Fishface! –le gritó Snotlout en lo que sacudía su martillo para golpear a su oponente, pero el mango de su arma se escapó de sus dedos y el mazo salió volando en dirección de otro bandido que arrinconaba a Tuffnut, golpeándolo en la cabeza.
–¡El Tuffnut te lo agradece! –le dijo éste con una gran sonrisa.
–¡El Tuffnut debería regresarme el favor! –gruñó el moreno desarmado, en lo que retrocedía ante el avance de su oponente. Pero aunque Tuffnut hubiera querido ayudarlo, otro bandido llegó a remplazar a su colega, desarmando al rubio con un movimiento de su hacha.
Estaban en problemas… serios problemas.
Benditas son valkirias que los bendijeron con buena fortuna en esa batalla, ya que en el momento que más lo necesitaban, Stomfly hizo su aparición en la arena de combate y con sus púas alejó a los bandidos y detuvo varias rocas que estaban por caer sobre los jinetes, sus dragones y los padres de Heather.
Con la increíble agilidad y destreza en el aire con la que Astrid había entrenado a la nadder, esta voló con gracia escapando de los disparos de las catapultas y los escombros, hasta aterrizar con gracia delante de los jinetes de Berk.
–¡¿Hiccup?! –gritaron ellos sorprendidos al ver a los gemelos pecosos que se suponían que iban a rescatar, sentados sobre el lomo de Stormfly –. ¡¿Honey?!... ¿Heather? –agregaron de ultimo a la morena bajar también de la nadder.
–¡¿Heather?! –gritaron los padres de la chica antes de cualquier otra interacción entre los jinetes.
–¡Mamá! ¡Papá! –exclamó ella efusivamente en lo que corrió a abrazarlos.
–¡¿Mamá?¡¿Papá?! –soltaron lo jinetes sorprendidos, sin poder creer que las palabras de la morena sobre su padres secuestrados fueran ciertas.
–¿Qué? ¿Cómo? ¿Eh? –balbuceó Snotlout sin poder entender lo que sucedía a su alrededor.
–A mí también me da gusto verte, Snotlout –le dijo Hiccup con una sonrisa al bajar de un brinco del lomo de la nadder.
–¿Qué hacen libres? –les preguntó primo aún totalmente incrédulo –. ¿Con Stomfly? ¿Y con ella? –dijo de ultimo señalando a Heather.
–¡Sí! Se supone que nosotros íbamos a recatarlos –se quejo Ruffnut posando su manos en su cintura.
–¡Ahora regresen ahí y esperen a que el Tuffnut los recate! –musitó el gemelo de la rubia molesto señalando la guarida de los bandidos.
Pero antes de que pudieran responder las órdenes del joven Thorston, los outcast aprovecharon la calma y distracción de los jinetes para lanzarse contra ellos. Stormfly dio un giro sobre sí misma, golpeando con su poderosa cola a los atacantes y lanzando púas en todas direcciones.
–¡Menos saludos y más acción! –gritó Honey aún sobre el lomo de la dragona, en lo que el resto del grupo se agachaba para evitar las púas de la nadder.
Hiccup asintió.
Inmediatamente, buscó con sus miradas los alrededores en busca de una joven doncella guerrera, pero sus ojos captaron primero fue a un gran bulto de escamas negras como la noche.
–¡TOOTHLESS! –el joven pecoso no pudo evitar gritar a todo pulmón.
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Aquel grito resultó como una descarga eléctrica que dejo en blanco el cerebro del nightfury. Toda agresividad desapareció de su rostro en lo que levantó su cabeza en búsqueda del origen de aquel grito. Sus grandes ojos verdes se iluminaron cuando estos se enfocaron en el pequeño y escuálido chico del otro lado de la arena de combate.
Era su jinete… era su amigo… era Hiccup.
Una sonrisa desatentada comenzó en formarse en el hocico de Toothless cuando recibió un golpe directo contra su cabeza. La emoción de encontrar a su humano le había hecho olvidar que se encontraba en una batalla a muerte con el vikingo que los había secuestrado. El impacto de un puñetazo contra su cráneo lo hizo tambalear y quedar a la merced de Alvin, quien levantó su hahcha para asestar un golpe mortal.
Lo habría conseguido sino fuera que también luchaba contra Furry. El howl no dejo que el golpe llegara contra Toothless al congelar el brazo de Alvin con su aliento helado. La extremidad congelada arrastró consigo al bandido al suelo dejándolo temporalmente fuera de combate. Furry corrió hasta su hermano dragón, dándole en empujón para alejarlo del vikingo y guiándolo hacia el añorado rencuentro con sus humanos.
Alvin soltó un gruñido de frustración en lo que los vio a los dos dragones alejarse y reunirse con los gemelos pecosos que se suponían ser sus prisioneros. La furia y frustración creció dentro del pecho de Alvin como una llamarada; gritó iracundo en lo que golpeó su brazo congelado contra el suelo macizo de roca, rompiendo el hielo en miles de pedazos, liberando así su extremidad.
La victoria había escapado de nuevo de las manos de Alvin al contemplar el feliz recuentro de sus prisioneros, la destrucción de su isla y caos que se apoderó de su hombres; al menos así lo creyó hasta que miró sobre su hombro a una joven rubia que intentaba escabullirse cojeando con el manual de los dragones. Alvin no iba a permitir que no sucediera eso.
Saludos a todos,
Espero que disfruten el capitulo, ya que batalle mucho para lograr sacarlo en esta semana. Y por desgracia, no alcance a abarcar todo lo que deseaba.
