Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.
No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
DRAGONS: A Twins Story
Entre la espada y la pared
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Dulces sueños de tierras fértiles,
Deseos vacíos de corazones inertes.
El porvenir del mañana se vuelve inalcanzable,
La naturaleza de hombre no es confiable.
~o~
Amplios cielos de azul cristalino,
Por el gran océano por el que fluye el destino.
Bestias aladas surcan el horizonte,
Tierras conquistadas sin quien los confronte.
~o~
Vikingo y dragón se encuentran en el campo de batalla,
Llenando de sangre la arena y la playa.
Guerrero el acero es tu fuerte,
Bestia, con tu fuego traes muerte.
~o~
Los dioses lloran en su palacio,
Mientras los banquetes transcurren despacio.
Ojos llorosos se vuelven hacia Thor,
La paz le exigen con clamor.
~o~
Gran dios guerrero busca la solución,
Triste perdida que traerá su conclusión.
El hombre y el dragón eran los preferidos,
Pero en el Hel terminaran los desagradecidos.
~o~
Por alguno se tenía que elegir,
Uno condenado y al otro a bendecir.
Lagrimas por una nueva perdida,
Una terrible muerte gélida.
~o~
Sueños de añoranza y deseos dulces,
Cielos estrellados y sus luces.
Una última esperanza había en manos,
Los enemigos se rencuentran como hermanos.
~o~
Piedad de un dos da la oportunidad,
Para salvar al mundo es la única posibilidad.
Palabras de amante y fuego de enemigo,
Solo así el dragón y el hombre serían amigos.
Página 9
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El gélido calvario de una doncella irascible (Pt. 1)
Muchos y diferentes clanes habían habitado en Berk desde la colonización de la isla. Algunos llegaron con el tiempo, otros solo estuvieron temporalmente, pero muy pocos clanes habían estado desde el principio. Uno de ellos era el clan Hofferson.
Leñadores por generaciones, el clan Hofferson siempre se aseguró de dotar a Berk con la mayor cantidad de leña que les permitiera sobrevivir los gélidos meses del invierno en archipiélago barbárico. Después de todo, blandir un hacha siempre les resultó natural.
Y con el pasar de los años, fueron los únicos en quienes recaía tan importante tarea. Con el tiempo, los clanes crecieron, nuevos llegaron y pronto, otros se interesaron en el fructífero negocio de la leña ante los frondosos bosques de Berk. Aun así, por generaciones, los Hofferson fueron la cabeza del gremio de leñadores de la isla y por mucho tiempo, conservaron tal puesto en el consejo de Berk.
Así fue hasta que puesto llegó a manos de Arvid "Heart's Dardevil" Hofferson, el segundo de cinco hermanos.
Normalmente en la jerarquía vikinga, el honor de ser la cabeza de la familia recaía en el primogénito varón; pero Finn "Fearless" Hofferson a pesar de ser un guerrero valiente e intrépido, no tenía el intelecto para manejar el negocio familiar, probablemente por haberse caído de cabeza tantas veces de niño, lo que también explicaba su bajo sentido de autopreservación. Pero con gusto y voluntariamente, cedió tal privilegio a su hermano Arvid.
Y gracias a las bendiciones de los dioses piadosos, Arvid a pesar de su corazón aventurero, era un líder innato, astuto y determinado. Bajo su guía la familia Hofferson prosperó ante las dificultades y la creciente competencia por la madera del bosque de Berk.
E igualmente, la familia Hofferson creció cuando Finn y Arvid contrajeron matrimonió. El mayor de los Hofferson quedo prendidamente enamorado de una doncella bastante atrevida de la tribu Basheen Oik, de nombre Brie, que gustaba de bailar y cantar. Por su parte Arvid, no tuvo que ir muy lejos de su hogar para encontrar el amor con su vecina Bertha del Clan Dubrain.
Bertha y él se conocían desde críos, y ella siempre fue la mejor amiga de las hermanas de Arvid. No había mejor elección para crecer el clan Hofferson. Era tradición vikinga que las mujeres no solo adoptaran el nombre de la familia de su esposo, sino también su clan. A pesar de una vergonzosa propuesta que no resultó como se esperaba, por designios benditos de los dioses y el corazón piadoso de Bertha, fue suficiente para cautivarla y así Arvid la convirtió en su mujer.
Con el paso de los años, pronto la casa Hofferson se llenaron de pasitos con la llegada del primogénito y heredero de Finn, Ansred, que un día adquiriría el puesto a la cabeza del clan. Normalmente, el hijo del líder del clan tendría tal honor, pero como Arvid y Bertha tuvieron una niña, y eso le daba ventaja por tradición a Ansred de un futuro privilegiado.
A pesar de las condolencias de algunos bocas flojas en la tribu, Arvid nunca sintió más que amor su pequeña hija, aquella con la que los dioses lo bendijeron y decidió llamar Astrid como su difunta madre.
Pero la convivencia entre padre e hija fue corta, hermosa, pero terriblemente corta.
Una hermosa mañana de primavera, en que curiosamente el mar permanecía mucho más tranquilo de lo normal, Arvid Hofferson se lanzó al gran océano azul en un rutinario viaje para comercializar una tala de leña. Todo transcurrió con normalidad, la familia lo despidió pensando que tan solo no se verían por unos días y que pronto estarían de nuevo juntos. Pero los dioses que los bendijeron por tanto tiempo, finalmente les dieron la espalda.
Era conocimiento común que los dioses gustaban de ser impredecible y caprichosos, y sus actos contra los Hofferson parecía una broma de mal gusto de Loki, pero definitivamente nunca esperaron que esa mañana sería la última en que verían a Arvid "Heart's Dardevil" Hofferson.
Los primeros días no hubo sospechas, pero cuando estos se convirtieron en semana, fue cuando la preocupación se apoderó del corazón de Bertha, Orna y Plegma. Cuando el tiempo transcurrido se convirtió en meses, suplicaron a Stoick "The Vast" lanzar una expedición de búsqueda. Toda la armada de Berk respondió a la petición… pero no encontraron ni rastro.
Miles de teorías corrieron por las bocas de los habitantes de las islas, desde un ataque pirata, hasta que fue devorado por un dragón. Al final solo se sospechó que a Arvid se lo tragó el mar por designios de Njord.
Pero las pérdidas son rutinarias en el mundo vikingo, y ser fuertes ante las adversidades era un estilo de vida. Así que una vez que los rituales funerales terminaron y el tiempo para lamentarse se acabó, el clan Hofferson continuó con su vida al día a día, a pesar de la ausencia de uno de ellos.
Astrid era muy pequeña entonces para saber y comprender lo que sucedía a su alrededor, incluso, para sentir el vacío de la perdida. Pero con los años, ella comprendería que ese fue el momento decisivo en que su munod se fue en picada.
Ante la desaparición de Arvid, Finn tomó las riendas del clan. Sus hermanas estuvieron de acuerdo ya que Fenrir era muy joven para tanta responsabilidad. Por desgracia, pronto la razón por la que se le rechazó Arvid, en un principio, tal responsabilidad se vio justificada con sus malas decisiones que llevaron al negocio familiar a tener contrariedades.
Gracias a generaciones de éxito y prosperidad, las dificultades que provocaba Finn no resultaban tan graves. Después de todo, la perdida de Arvid los había unido más como familia y lograban salir adelante juntos. Por ello, Finn se convirtió en un segundo padre para Astrid, alguien que la educó, cuidó y amó como lo hubiera hecho su progenitor, tanto así que la pequeña rubia veía a Ansred más como su hermano que un primo.
Salieron adelante a pesar de las adversidades, pero al parecer Loki no estuvo satisfecho con su primera travesura, por lo que mandó otra desgracia a la familia.
Vivir en Berk era todo un reto. Era una alejada isla de las tierras natales, sufría de pesados inviernos y era asediada constantemente por los dragones. Pero tras vivir durante generaciones en aquellas gélidas y traicioneras tierras, los peludos hooligans se habían adaptado a esa forma de vida riesgosa.
La isla de Berk eran un territorio de sorpresa y peligros, y una de ella que cubría ambas características era el terrible Flightmare. Un dragón monstruoso que su sola visión provocaba terror en los corazones de los más valientes, por ello, nunca nadie lo había visto directamente y había sobrevivido para describir su verdadero aspecto. Lo único se sabía de esa bestia, que era un dragón de gran tamaño, frío como el hilo y pálido como la luna, y que solo regresaba a la isla cada cuatro años con la aparición de las luces de Auvandil's.
Astrid tenía solo siete años cuando comprendió el verdadero peligro que implicaba la llegada de las luces de Auvandil's de la peor manera posible.
Aquel terrible año, su amado tío Finn "Fearless" Hofferson, el hombre que la cuidó y amó como su difunto padre hubiera hecho, decidió en enfrentar al terrible Flightmare solo. Un acto valiente, pero muy estúpido, ya que en el momento en que Finn vio directo a los ojos de la bestia, el gran valor por el que era reconocido desapareció por completo y se volvió un bocadillo tembloroso para el terrorífico dragón.
Y así, Finn "Fearless" Hofferson desapareció de la faz de la tierra y su nombre quedaría por lo suelos siendo siempre recordado con el "Temeroso" Hofferson.
La muerte de Finn significó un terrible golpe para su familia, no solo había perdido de nuevo un integrante, sino a otro líder y a un padre, sino también su nombre había quedado enlodado, su reputación manchada y futuro era incierto.
Ya que Fenrir siempre fue muy dócil de temperamento para tomar las riendas del clan, por lo que las mujeres de la familia no vieron otra opción que trabajar juntas y sacar adelante el clan, algo poco común, pero no imposible.
Tal vez las mujeres de las tierras natales se había ganado un lugar por igual en la sociedad vikinga, pero en Berk que se encontraba bastante aislado del resto del mundo vikingo, y con viejos cánones del último rey que vivió en el archipiélago barbárico, el acto de las mujeres Hofferson no fue muy bien visto principalmente por las calumnias que arrastro consigo la muerte de Finn.
Incluso, trajo terribles consecuencias. Su clan comenzó sufrir rechazos, su negocio familiar recayó y con el tiempo perdieron la silla a la cabeza del consejo. La familia de Astrid se hundió en la desgracia y ella ya tenía la suficiente edad para comprender que sucedía a su alrededor.
A como crecía y veía su mundo a su alrededor sufrir y colapsar, la joven rubia pronto entendió los sucesos que llevaron a su desgracia. Su tía Orna mencionaba mucho a los dioses, pero a los ojos de Astrid solo había un culpable: los dragones.
Era muy probable que la ausencia de su padre en su vida a tan corta edad se debía a los dragones que atacaban la isla y sus alrededores, así les había sucedido a otros tantos en Berk. Pero el principal causante de todo su sufrimiento era sin duda el Flightmare. Astrid aprendió a odiar a esa bestia y se volvió su principal objetivo en convertirse en toda una doncella escudera, acabar con ese dragón y todos aquellos que asediaban su hogar.
Por ello entrenó arduamente y con tenacidad para volverse la mejor. Su madre, tías y Ansred la apoyaron en su decisión, aunque se guardaba para sí misma las fuertes razones de sus acciones. Pasaron los años y ella se sentía cada vez más cerca de lograr su objetivo a pesar de los altibajos; Ansred se había embarcado a la aventura como mucho lo hacían al cumplir la edad, su madre y tías se enfocaron más en sacar a la familia adelante el día al día, que levantar su nombre enlodado, y el tío Fenrir… siguió siendo el mismo.
Sin duda eran curiosos los designios de los dioses, porque de nuevo le jugaron un giro inesperado a la joven rubia, porque cuando ella estaba decidida a acabar con todos los dragones que se interpusieran en su camino, vengar a su padre y matar a la bestia que humillo a su tío, resultó que los dragones no eran los terribles monstruos que crían.
Gracias Hiccup, Astrid no solo entendió la verdad detrás de aquellas bestias, de lo incomprendidas y maravillosas que podían ser, y en contra de cualquier predicción, ella misma terminó entregando su corazón y amistad a una de ellos.
Stormfly se volvió en su amiga, compañera y aliada de la cruda vida del archipiélago, pero sobre todas las cosas le enseñó que no todos los dragones eran como se los imaginaba. Pero… en su mente… algunos… o tal vez, unos pocos… no eran como los demás dragones.
Así fue como Astrid encontró una dualidad en su corazón: ella amaba mucho a su dragón, casi como odiaba al dragón que arruinó a su familia.
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Hola a todos
Perdón por la larga espera, pero la verdad tuve unas semanas muy malas por cuestión de salud, y no llegué a comentar o advertir de ello ya que justamente esos días cambié de computadora. Y sinceramente, creo que, para este punto, cualquiera que ha seguido mis historias ya es consciente que sufro de una enfermedad crónica que en ocasiones me imposibilita avanzar en mis historias.
Les agradezco por la compresión y espero que disfruten el inicio de está aventura.
Un abracin.
