Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.

No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


DRAGONS: A Twins Story

El gélido calvario de una doncella irascible (Pt. 3)

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A pesar que las mañanas frías se habían vuelto habituales en Berk desde la última helada congelante, Hiccup no podía evitar tintinar los dientes incontrolablemente mientras marchaba por la aldea. Su fiel dragón negro no se encontraba a la vista por ningún lado, una precaución a tomar ante la presencia de tantos viajeros.

Todos los inviernos en el archipiélago barbárico eran terribles, pero aquel año fue realmente difícil. No solo se había adelantado por semanas, sino que también había congelado el mar en una dura capa de hielo que se podía caminar fácilmente sobre ella.

Los vendedores navegantes de las tierras del norte solían migrar al sur en búsqueda de aguas más fáciles de surcar, generalmente amarrando en los puertos de Chilbain; pero ante el fuerte inverno habían viajado más al sur hasta alcanzar la solitaria isla de Berk, donde habían quedado atrapados por el hielo.

Sin más a donde ir, estos mercantes hacían el esfuerzo desmesurado de vender la mayor cantidad de sus mercancías a los hooligans, a pesar del veto que el jefe Stoick había impuesto sobre ellos. Ningún vendedor tenía permitido dejar el muelle y deambular libremente por el pueblo, ante el riesgo de que descubrieran la interacción entre los hooligans y los dragones.

Aun así, había algún que otro ladino que encontraba la manera de desobedecer y encontrar su camino hasta el centro del pueblo.

–¡Vengan a comprar con el buen Arngrin! –llamaba a todos gritos un vikingo robusto, de cabellos y barbas doradas, mientras sacudía al viento sus largos trozos de pieles lanudas –. ¡Al mejor precio que podrían encontrar! ¡Vengan! ¡Ve-ewaaaaaa! –bramó de ultimo antes de salir corriendo con su mercancía ante la llegada de Lydia y otros miembros de la guardia, que comenzaron a perseguirlo de regreso al muelle.

Hiccup solo presenció el suceso resignado, mientras frotaba con insistencia sus brazos en un esfuerzo casi inútil de obtener algo de calor.

En cierta forma lamentaba la situación en que se encontraban los mercantes, incluido Johan; pero tampoco la helada había sido fácil para Berk, a pesar de que, en cierta, estaban acostumbrados a recibir el mayor castigo posible sobre su pequeña isla ante la frustración de los dioses.

Cuando el mar se congeló por primera vez hacía unas pocas semanas atrás, se creó un peligroso camino por que cualquier transeúnte podía tener fácil acceso a la isla. Incluso, dragones que les era imposible volar.

Aunque sonara imposible de imaginar. Existían bestias como tales incapaces de volar; ese era el caso de los speed stingers, pequeños dragones bípedos que podían alcanzar grandes velocidades en compensación a su falta de alas. Su gran velocidad les daba una venta para aproximarse demasiado a sus oponentes para sí utilizar su aguijón venoso en ellos. Estas bestias de la clase sharp poseían un veneno único que paralizaba por horas a sus víctimas.

Los habitantes de Berk tuvieron que experimentar de primera mano los efectos de tal veneno, ante su repentina llegada a la isla. Por suerte los jinetes lograron alejarlos y eliminar las rutas congeladas que les permitieran regresar.

El arribo de los speed stingers solo dejó en claro para Hiccup que los jinetes de dragones requerían reforzar su entrenamiento para así, asegurar el bienestar de vikingos y dragones por igual. Y la determinación de Hiccup finalmente rindieron frutos cuando lograron ayudar a Hookfang a recuperar sus llamas con el auxilio de una enorme fireworm queen, y rescatar un scauldron atrapado en tierra que Ruffnut decidió bautizar Scauldy.

A como el número de dragones aumentaba en la isla de Berk, y aquellos al cuidado de los jinetes, Hiccup estaba comprometido más que nunca en sacar la academia de dragones en adelante, con visitantes inesperados o no. Por suerte, el veto que su padre había impuesto en los jinetes y sus monturas expiró tan pronto comprobaron que eran completamente autosuficiente para defenderse en equipo ante un nuevo ataque de Alvin "The treacherous".

Stoick era muy consciente de los peligros que corrían sus hijos, especialmente cuando se hablaba de su malicioso rival, pero finalmente se dio cuenta que cortarles las alas a los jóvenes vikingos, no solo figurativamente, le hacía más daño que bien.

Fue así, como los estudios sobre los dragones se volvió la prioridad número uno para Hiccup, a pesar de sus otras responsabilidades como hijo del jefe, sus tareas en la forja y su compromiso con Fishlegs de investigar más hierro de grounkle, y mucho más. Pero dragones no era lo único que ocupaba la mente de Hiccup.

También estaba el misterioso libro que había traído consigo de la biblioteca meathead y la incógnita de quien había sido Hiccup II. Su interés en el joven no solo radicaba en poseer el mismo nombre, sino también en las pocas pistas que lo rodean.

Hiccup II sin ninguna duda tuvo por igual interés en los dragones, y claramente, también desobedecer las reglas; ya que había sido desterrado de todo conocimiento por el último rey de Wilderwest. Algo muy terrible había hecho sin duda para haber sido rechazado por su padre tan drásticamente. Hiccup podía imaginarse algunas situaciones ante su propia historia personal, pero no estaba seguro que preferir a los dragones sobre su gente era una posibilidad igualitaria para el misterioso joven.

El nombre y el gusto por los dragones no parecía ser lo único similar entre los Hiccup, sino también que, si el retrato encontrado en la isla outcast era verdadero, Hiccup II fue un renacuajo flacucho como Hiccup III. Era bien sabido que los lideres vikingos del archipiélago estaban emparentados de una manera u otra a Grimbeard "The ghastly", explicando las similitudes entre ambos chicos. Aunque claramente Hiccup II fue mucho más agraciado de lo que Hiccup III podía imaginarse a sí mismo.

Pero entre más cosas deducía de su antepasado, más preguntas se formulaban en la mente del joven pecoso.

–Lo que no entiendo… –se quejó Hiccup una tarde en particular. Frotando sus sienes mientras caminaba detrás de su hermana por toda la choza de los curanderos.

–Posiblemente muchas cosas – soltó ella en broma en lo que acomodaba tranquilamente algunos artilugios en las estanterías junto a la pared.

–No – dijo su hermano tajantemente –. Sobre Hiccup II –agregó –. Si realmente estamos emparentados y fue por ello que me nombraron Hiccup III ¿No se supone que eso significaría que más sabían de su existencia? ¿Qué realmente no fue del todo borrado y suplantado por Hamish? ¿Acaso las ancianas saben algo?

Hiccup no pudo evitar jalar su cabello en lo que arrojaba el libro de Hicccup II sobre el catre más cercano. Toothless y Furry solo presenciaron silenciosamente su arrebato con gran interés. En cambio, su hermana, le lanzó una mirada complaciente y empática.

–Te diré un secreto sobre ese grupo de vieja brujas –comentó Honey limpiando sus manos en el mandil que colgaba de su cintura –. No saben absolutamente nada, de nada. Ni siquiera leer correctamente las runas.

El joven pecoso la miró extrañado, mientras claramente su mente iba a velocidad del vuelo de nightfury intentando comprender las implicaciones de las palabras de su hermana. Entonces… ¿Cómo es que terminó con el nombre de Hiccup?

–No puede ser una simple coincidencia ¿o no? –dijo él finalmente al aclarar sus ideas.

–La mayoría de la gente no lo sabe, Hiccup –continuó Honye con calma –. Las ancianas se aprovechan de que casi nadie puede leer correctamente las runas para hacer lo que quieran y no ser descubiertas– explicó con descaro, ante de cambiar su semblante y agregar con seriedad –: Aunque… tal vez nosotros fuimos la excepción.

–¿Eh? ¿Por qué?

–Gothi estuvo en la lectura de las runas en nuestra designación de nombre –confesó la chica rascando discretamente su nariz – y ella si sabe leerlas. Aunque las viejas ancianas hubieran querido hacerse de las suyas, no hubieran podido con Gothi entre ellas.

Era una vieja costumbres acudir a los miembros más ancianos de la tribu o de otra, para buscar consejo en los designios de los dioses en el nombre de un recién nacido. La tradición incluía la lectura de las runas y justo como lo explicó Honey, las personas capaces de hacerlo eran limitadas. Lo cual dejaba a Hiccup con un dilema: su nombre tenía un significado ancestral o era un simple chiste viviente.

–Todos estos años he creído que me llamaron "hiccup" por ser un "hiccup". Pero tal vez es mucho más complicado por eso.

–Sin duda te llamaron Hiccup por ser un "hiccup" –le indicó su hermana en una mezcla de broma y sinceridad –. El detalle es que Hiccup II también lo fue, y que tú eres el III.

El joven pecoso ya no estaba seguro que pensar al respecto.

–Sé porque le das tantas vueltas –interrumpió Honey sus pensamientos con un tuno mucho más comprensivo dejaba en claro que casi podía leer su mente –. Pero deberías dar gracias, al menos tu nombre no es un remedio para curar el hipo –dijo con una cálida sonrisa.

Ambos hermanos compartieron una carcajada de cómplices, que por unos segundos le ayudó a olvidar cualquier problema que cargaban consigo.

–Yo pienso que eras mucho más que un medio para arreglar mis desastres –dijo él ya con calma, devolviéndole el gesto.

–Que lindo –dijo la chica –. Ahora basta de eso. Creo que hay algo más importante que deberías estarte preguntando.

–¿Qué?

–¿Quién fue Hiccup I?

Era una pregunta que ni él mismo se había atrevido a cuestionarse, pero subconscientemente sabía que tarde temprano debería enfrentar. Tal vez… en él radicaría el motivo de porque el nombre de…

–¡Hiccup!

El muchacho detuvo sus pasos de inmediato al escuchar el llamado. Alzo la mirada sobre aldea a su alrededor en lo que dejaba sus pensamientos y dudas a un lado.

Para su sorpresa se encontró con Snotlout corriendo hasta él desde el otro lado del camino.

–¡Hiccup!... Tenemos un problema.

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Hola todos

Espero que disfruten el capítulo.

Tengo que admitir que pase un mal momento al escribir, no por mis problemas de salud (increíblemente) o por algo relacionado con el capítulo. Sino en realidad por la cuarta temporada DTNR. Quienes ha leído mis reseñas sabrán que le he tenido paciencia a esa serie y un poco de esperanza ante algunos buenos conceptos, pero pesimamente ejecutados en ella. Me había parecido una serie inofensiva para niños poco relacionados con HTTYD. Hasta que vi los dos insultos al canon, no solo a la trilogía original, sino también a los libros que aparecen en esa temporada.

No entraré en detalles aquí, pondré mi comentario al respecto en mi blog de Tumblr dedicado a este fic. Pero esos detalles me hicieron ver a DTNR como una especie de fanfiction mal escrito que toma lo que hicieron dos personas muy creativas: Cressida Cowell y Dean De Blois, y lo destrozaron por los suelos con tal de incluir su propia interpretación de la historia y vender. Eso me ha hecho pensar, si yo no estoy cometiendo el mismo sacrilegio con mi fanfiction aunque no tengo intensión de monetizar nada con este. Sí debería continuar o terminar de una vez mi historia y dejar a HTTYD tal cual es, en lugar terminar haciendo lo que ha hecho DTNR con la historia de Hiccup. No lo sé, necesito meditarlo.

Yo siempre he escrito estos fanfiction por diversión, sin verdadera intención de lograr algo con ellos o que la gente los lea. ¿Estaría mal de mi parte criticar lo que hacen con la historia en DTNR, mientras yo escriba este fanfiction?