Cómo entrenar a tu dragón (How To Train Your Dragon) está basada en la serie de libros de mismo nombre de la autora británica Cressida Cowell, y realizada por Dreamworks Animation.
No poseo ningún derecho sobre los personajes y detalles originales de HTTYD.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
DRAGONS: A Twins Story
El gélido calvario de una doncella irascible (Parte 10)
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El mar se encontraba picado y el viento enérgico, lo que lo volvía peligroso para navegar con los constates casquetes de hielo que aparecían de la nada, pero la armada de Berk continuó su recorrido hacia el norte del archipiélago barbárico.
El pingüino peregrino, el barco más grande e insignia de la armada, navegaba seguro, pero lentamente por las aguas peligrosas, no completamente del gusto para algunos de sus tripulantes.
Astris Hofferson se encontraba en la proa del barco contemplando el horizonte en completo silencio y soledad, mientras el resto de la cubierta se encontraba llena de vida por los vikingos tirando de las sogas, las velas o pedaleando los remos. Sus blanquecinos nudillos ante el agarre firme que tenía contra la baranda de madera, denotaban la frustración por la que estaba pasando.
–¿Astrid? –la llamó Hiccup antes de acercarse ella con cuidado en compañía de Toothless. Después de lo sucedido con el flightmare, el joven pecoso no había tenido oportunidad de hablar de nuevo con la rubia y no estaba completamente seguro de estar listo para hacerlo, pero Astrid había pasado varias horas en proa en silenciosa soledad, expuesta a la fría intemperie.
Pero la chica guardó silencio, ignorando por completo al gemelo pecoso, quien compartió una mirada nerviosa con su dragón.
–¿Te encuentras bien? –insistió él sin poder evitar verla temblar un poco ante el gelido clima a su alrededor. La chica estaba reacia de usar una de las pieles abrigadoras que había dejado Arngrim, el secuestrador de Stormfly, a diferente a todos los demás en el barco.
–¿Te encontrarías bien si te hubieran robado a Toothless? –comentó ella secamente sin siquiera volverse a verlo.
–Ese un buen punto – comentó el muchacho algo nervioso rascándose la nuca.
–Entonces si ya sabes la respuesta ¿por qué lo preguntas?
Hiccup se mordió el labio para contenerse de responder de inmediato. Estaba claro que Astrid se encontraba de mal humor y bastante agresiva, y podía intuir que no estaba muy feliz con él en ese momento. Pero, dentro de él, no se sentía listo para dejarlo pasar.
–Sabes que la recuperaremos ¿verdad? –dijo finalmente él, esperando lograr alguna respuesta de su parte.
–Sé que encontraremos al maldito que la robó y que lo partiré en pedazos con mi hacha –respondió ella levantado su arma afilada y clavándola con facilidad en la baranda de la proa.
Hiccup y Toothless tragaron saliva nerviosos ante su desplante, solo Blazebite (nightmare de Astrid que rescató en la isla outcast) quien descansaba junto a ella, pareció inmutable a las acciones de la rubia.
–Ese es el espíritu –dijo finalmente Hiccup con una risita nerviosa –. Aunque algo asesino para mi gusto.
–Pero ¿sabes que es lo peor de todo?
–¿Qué?
–Mientras ese miserable pedazo de trol ponía sus manos sobre mi dragona –comentó la rubia finalmente volviéndose hacia el chico y su dragón, mostrando una mirada profunda y melancólica en sus ojos –, lo único que cabía en mi cabeza era matar a otro dragón, que olvide completamente a la que quiero.
Blazebite respondió a su comentario alzando su cabeza y frotándola contra las rodillas de la chica. Ante la ausencia de Stomfly, Astrid necesitaba una otro dragón para montar como jinete y Blazebite, que había quedado a cuidado de su tío Fenrir desde que lo rescató, era el perfecto sustituto temporal.
–También te quiero a ti –agregó Astrid frotando la nariz del dragón y obteniendo un leve gruñido de su parte.
–Astrid no deberías ser tan dura contigo misma –le comentó Hiccup tratando de consolarla.
–No, tú ya lo fuiste por mí –aseguró ella lanzándole una mirada llameante.
El gemelo pecoso no pudo evitar ponerse nervioso, Toothless hasta ocultó detrás de él.
–La verdad… –dijo el chico casi atragantándose con sus palabras – creo que debería disculparme por todo lo que te dije…
–No –tajo la rubia, deteniendo completamente –. Estabas totalmente en lo correcto. El robo de Stormfly lo prueba. Yo estaba mal y tú en lo correcto.
Y a pesar de ese comentario, Hiccup no se sentía muy seguro con ello.
–Pero justamente ahora eres mi persona menos favorita.
El gemelo se atragantó con su propia saliva en lo que trató de pensar cómo responder aquello sin mucho éxito. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo consolar a una persona, que no estaba lista para verlo? ¿Realmente había arruinado las cosas entre él y Astrid?
Astrid se alejó finalmente de la proa, acompañada de su segundo dragón y una vez que quedo lado a lado con Hiccup, le murmuró casi maliciosamente:
–Incluso menos que Snotlout.
Y sin dejar oportunidad para hablarlo o discutirlo, Astrid se marchó, dejando al gemelo pecoso solo con su dragón de ébano. Pasó por un lado de Honey y Furry con tanta indiferencia, que provocó que la pecosa se volviera para contemplarla macharse.
–¿Eso se sintió tan mal como lo escuche? –le preguntó a su hermano, señalado a la rubia con su pulgar.
–Como un golpe bajo –respondió Hiccup casi abatido y muy preocupado.
–Tienes que platicarme que sucedió entre ustedes.
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El viaje continuó por unas horas más, en las que las aguas azotaron con fuerza el Pingüino peregrino, en lo que los casquetes de hielo aumentaban de numero en la superficie helada del mar. El viaje se estaba volviendo cada vez más peligroso; alguien más sensato no vería productivo correr tales riesgos solo por una dragona, pero aquí estamos hablando de vikingos hooligans, los más tercos y no los más brillantes.
–Estamos acercándonos a las aguas del norte –comentó Lydia mientras tiraba de una soga conectada a la vela más grande del navío, ante las condiciones del mar y aire helado que las sacudía sin piedad.
–¿Espera un momento? –soltó Tuffnut –. ¿Vamos al norte? Pensé que ya vivíamos en el norte.
–Vamos más al norte – dijo Fishlegs tratando de explicar lo que sucedía.
–¡Ja ja ja! ¿Qué tonterías dices, Fishlegs! – se burló el gemelo rubio, siendo secundado por su hermana.
–No podemos ir más al norte, tonto –comentó ésta –, porque nos caeríamos por la orilla del mundo, da ah.
Pero antes de que Fishlegs pudiera responder aquel comentario burlón, el vigía soltó un llamado a todo pulmón:
–¡Hay algo frente a nosotros!
–¡¿El fin del mundo?! –soltó Ruff emocionada corriendo a la proa.
Los demás tripulantes, los jinetes y sus dragones se acercaron para apreciar de cerca lo que anunciaba el vigía, pero la pesada neblina y nieve volvía casi imposible distinguir alguna estructura o construcción humana.
Hasta que casi choca contra ella.
Por suerte para los tripulantes de la nave insignia de la flota de Berk, el jefe Stoick iba al timón y sus años de experiencia en alta mar le permitieron reaccionar a tiempo y lograr virar su grande y pesado barco, antes de que fuera muy tarde.
Pronto, los jinetes de dragones, sus bestias escamosas y resto de la guardia de Berk, se encontraron con una inmensa pared de hilo, de la cual sobresalían inmensos y amenazadores picos helados.
–¡¿Qué es eso?! –gritó Snotlout dando un brinco hacía atrás.
El silencio se apoderó del barco en lo que se volvía evidente que la gigantesca masa de hielo les impediría seguir adelante.
–Sea lo que sea no podemos continuar –sentenció finalmente Stock al detener por completo su barco.
Pronto la duda se reflejó en los rostros de los tripulantes en lo que diferentes ideas comenzaban a formase en sus cabezas, desde escalar el hielo, hasta dar media vuelta y regresar a casa.
–¡Oh por favor! –bramó Snolout expresando sus pensamientos, antes de que cualquiera, incluido Hiccup, compartiera algún plan –. Debo recordarles que tenemos lagartijas gigantes que pueden volar sobre esas cosas –agregó señalando a Hookfang, quien estaba distraído con algunos copos de nieve.
–Nada de vuelos –tajó Stoick inmediatamente –. No sabemos qué hay del otro lado y no los arriesgaré a ir solos.
–jefe –dijo Astrid avanzando con seguridad –, del otro lado de ese muro de hielo está la bahía de Baldur y ahí está Stormfly –agregó indicando con su brazo el gran muro en cuestión –. Tenemos que ir allá a rescatarla.
La mirada penetrante y desesperada de Astrid dejaba en claro su sentir, pero las emociones, no era precisamente lo que le preocupaba al jefe de Berk.
–Podríamos escalar el muro, Stoick –sugirió Gobber a su vez posando su mano en su hombro.
–Sí, pero estamos hablando del mismo hombre que logró capturar un nader y sacarlo de Berks sin que fuera descubierto –sentenció Stoick duramente como un ultimátum –. Del otro lado de ese muro esta su territorio, no sabemos que tendrá preparado para sus enemigos, vikingos o dragones. No vamos a arriesgarnos así… no arriesgare a nadie así, sin saber que hay del otro lado.
Hiccup podría idear un par de estrategias alternas para acelerar la situación, pero ante el tono tan tajante de su padre, era definitivo que él no aceptaría ninguna otra opción.
–Rodearemos, aunque eso signifique que tardemos más.
–La última aldea vikinga antes de llegar a la bahía es Chilblain –comentó Barbara en lo que acariciaba el pelaje de su gato guerrero que descansaba sobre su hombro –. Podríamos llegar ahí y averiguar más de la situación del mar de esta zona, o incluso, conseguir ayuda.
Tanto los jinetes como el resto de los vikingos intercambiaron miradas de desconcierto, sin saber que bien podrían ser recibidos en Chilblain si un previo aviso. Aquella isla vikinga era el principal consumidor de la madera de Berk y por ello, un socio económico.
Aun así, Gobber soltó un gemido en frustración, que pasó desapercibido para algunos, pero no para su buen amigo.
–Chilblain será –aceptó al final Stoick, posando su mano en el hombro de Gobber antes de retomar el timón del barco.
–¿Qué sucede Gobber? –le preguntó finalmente Hiccup a su mentor, una vez que barco recorrían de nuevo las aguas heladas. El herrero se encontraba muy sería de lo habitual.
–Solo que… tengo mi historia en Chilblain.
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Hola a todos.
¿Qué dicen? ¿Será realmente el final de la relación de Hiccup y Astrid?
Espero que disfruten de este capítulo. Nos vemos en el siguiente.
Saludos.
