DIA 1
El silbido de las flechas zumbaba en las orejas del zorro que huía evadiendo el rápido ataque de los humanos. Había sentido la curiosidad de acercarse a una aldea humana aun sabiendo que seria descubierto y hasta temido, pero no esperaba que los humanos demostraran valor al trabajar juntos para derrotar a una bestia mítica como él.
De su boca salió un gemido al sentir otra flecha entrar en la carne de su lomo y maldijo internamente al creerse indispuesto y reacio a matar a los humanos por lo que siguió su ruta; mientras mas dentro del bosque y más denso el follaje mejor seria su escape.
Cuando sus orejas ya no pudieron escuchar mas jadeos ni gritos hacia el, detuvo su marcha cerca de un pequeño arroyo y dejando caer su cuerpo bufo, transformando su cuerpo en un aspecto mas humano, necesitaba bajar la guardia si no deseaba ser descubierto.
Desnudo entró al frio arroyo cubriendo con el agua todo lo que lograse, deseaba lavar toda la sangre que emanaban de las flechas incrustadas y tomando unos segundos respiro hondo para extraer la primera flecha incrustada en su muslo izquierdo dejando escapar elegantemente una maldición.
Lavo con cuidado la zona lastimada en su pierna y haciendo presión en la herida hizo uso de su magia para curarla, sus piernas eran su principal movilidad y siendo humano era indispensable estar bien si necesitaba huir de alguien que lo descubriese.
Al momento de retirar la flecha que estaba en el costado de su abdomen tomo mas tiempo de preparación mental, el hecho de ser un kyūbi no le evitaría el sentir dolor, retirar esa flecha iba a doler como el infierno así que empuñando el cuerpo de la flecha se dispuso a contener la respiración para extraerlo hasta que un jadeo lo alertó dejándose caer de lleno al agua.
-Esto no podía ser peor - pensaba observando su entorno, era de noche pero veía muy bien
Un delgado cuerpo cubierto con unas mantas extrañas jadeaba frente a él, ocultándose aparentemente de algo, por su desarrollado olfato sabia que también estaba herido y por su aguda visión, lo que alcanzaba divisar era una cara femenina.
Olfateo miedo en el aire pero también la combustión de las flamas, esa mujer seguramente escapaba de algo o de alguien. Se exaltó un poco al verla desfallecer un poco, profiriendo una mala palabra "sabia que mi olfato no fallaba, ella es una mujer" el podría ser descubierto por culpa de una humana.
Indefensa la vio cubrirse la cabeza con las manos logrando que él sitiera algo de pena por lo que usando un poco de su magia creo un pequeño campo de energía que los hacia invisibles a los ojos humanos, a los ojos que la perseguían, protegiéndose de igual manera a si mismo.
Ella estuvo en la misma posición por minutos quizás, él la veía curioso y divertido, sonrió para sus adentros y se espantó cuando la vio levantar la mirada "joder" pensó sumergiéndose un poco más. La mujer pareció ignorarlo porque la vio levantarse y mirar en la dirección de donde ella venia, al poco tiempo la vio suspirar, aliviada quizás y él hizo lo mismo, seguramente se marcharía.
-Oh kami...Eso ha sido suerte... - suspiraba y bajaba la capa de su cabeza mostrando sin querer su rostro a cierto dios cerca, caminando al arroyo.
El zorro ahora humano retrocedió aun agachado dentro del agua, deseaba no ser descubierto hasta que una roca golpeo la flecha incrustada en el costado de su abdomen haciéndolo vociferar una mala palabra y asustando a la mujer que termino perpleja al verlo salir semidesnudo del agua, el sonrojo se quedaría grabado en la memoria del hombre.
-Eres una humana demasiado atrevida - Dijo socarrón al verla, ella se giro inmediatamente causándole gracia - ¿Por qué estabas huyendo?
-Robe una tienda - confeso con facilidad dejando a su acompañante perplejo por un instante
-Keh!...eso no es gran cosa - contesto sin inmutarse de su sitio, mirando la flecha aun en su costado
-¿Quien eres? - pregunto sin girarse para ver al hombre, sabia que su visión no era la mejor pero con solo ver la silueta durante ese par de segundos era suficiente para hacerle saber que un hombre estaba frente a ella - ¿por que estas desnudo?
-Los humanos son muy atrevidos - dijo al fin, conteniendo la respiración y jalando la flecha de su abdomen, era ahora o nunca, repitió el proceso presionando la herida y curándose con un poco de magia - ¿Quién eres tu?...
-Yo...soy Kagome - dijo vagamente, casi el hombre creyó escuchar un susurro, sonrió al notar la vergüenza de la mujer, ella no se giraba a mirarlo.
Un poco de magia bastó para hacerse con ropa, un haori rojo y blanco que lo pudiera cubrir de la noche y lo abrigara del viento, volvió a sumergirse sin dejar de mirarla y la llamo de nuevo.
-Bien humana, ¿te atreverías ayudar a una bestia? - pregunto y la vio soltar un respingo, sonriendo con amargura "no hay diferencia, son iguales, los humanos son iguales" ella se giro para encararlo, pero al ver sus ojos se lleno de curiosidad, el miedo en ellos era casi palpable
-Bestia...? - pregunto con temor - tu...eres un demonio? - retrocedió un paso, tambaleándose pero sin soltar lo que llevaba en sus brazos, alertando al hombre que paseo la mirada a las manos femeninas.
-¿Que llevas en las manos? - desconfiado pregunto caminando hacia ella, el olor de la mujer era extraño, sus ojos parecían brillar mas, el se sentía curioso - muéstrame... - ella retrocedía con cada paso que él avanzaba hasta que callo y soltó una botella que escondía rompiéndose entre ellos
-No... - sollozo la mujer viendo como el liquido se regaba y era absorbido rápidamente por la tierra, hasta que al verlo inclinarse frente a ella contuvo la respiración, tenia unos ojos dorados que nunca en su vida creyó ver, quizá el tenia razón al decir que era un demonio.
-No te hare daño - dijo - ahora dime - ¿Qué tenia esa botella? - su voz sonaba ronca, haciéndole ver enojado a simple vista, el olor se hizo mas fuerte una vez que la botella se hubo roto.
-Yo...eso era... - jadeo mirándolo temerosa.
-Mujer dime, no voy a matarte ¿sabes? - dijo irguiéndose frente a ella señalando una zona de su cuerpo - estoy herido también, ¿lo ves? - apunto su hombro aun con la flecha, ella lo miro pero guardo silencio desviando la mirada.
-Estas malditas flechas son un fastidio... - soltó para arrancarse la flecha frente a la mujer, tirándola con hastío, la sangre corrio a borbotones manchando el haori blanco - estoy cansado así que me dices que tenia esa botella o dejare que ellos te maten - advirtió quitando el campo de energía, dejando ahora ver la luz de las llamas a la lejanía - ellos están buscándote ¿o me equivoco?
-No... - susurro, sintiendo que el hombre se acercaba un poco, no sabia de que temer más, su situación era desfavorable desde donde la viera.
-No...? - dijo presionándola tomándola de una de las muñecas con brusquedad, ella chilló un poco - mi paciencia se agota, dime ahora o te entregaré... y mas te vale que no grites si no quieres que te escuchen...
-Medicina, simplemente medicina - ella cruzo mirada con el cuando sintió su mano ser liberada, pudo leer preocupación en él por unos segundos.
-Estas herida?... - preguntó
-No, yo simplemente...
Una flecha termino incrustada en la espalda de ella haciendo rabiar al hombre, quien con la mano creo una honda que termino por empujar y herir a los perpetradores, luego su atención se hubo concentrado en ella de nuevo, quien seguía agachada frente a el encorvada, con una de sus delgadas manos intentando tomar la flecha de su espalda, ella estaba soportando el dolor aparentemente.
-Eres una mujer que huele extraño, pero parece que eres valiente - sonrió socarrón cargándola al estilo nupcial sin ningún tipo de delicadeza, ella jadeo de dolor - gracias a ti ellos cambiaron el objetivo pero por tu culpa me habrían descubierto de nuevo seguramente y estas malditas flechas... - dijo para mirar la flecha en ella - no te preocupes, te la quitare luego, ahora mírame a los ojos un segundo.
Ella casi obedeció inmediatamente mirándolo y cayendo en un sueño profundo, el sonrió victorioso, ser un zorro de 9 colas tenia sus ventajas y era la primera vez que podía interactuar con un humano sin ser lastimado así que iba a divertirse todo lo que pudiera, durante años había ansiado un contacto así de cercano y durante sus 500 años de vida ella era la primera humana que no parecía rechazarlo y se preguntaba si quizá su aspecto humano lo hacia menos temeroso preguntándose cuanto resistiría su poder, cuanto podría soportar esa apariencia
Continuara...
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Espero sus opiniones, gracias siempre por leerme :)
