Hijo de La Luna

Capitulo 3

Una historia diferente

Cada quien tiene su paso propio
Cada quien anda un camino abierto
Que coinciden por instantes
Una vez acompasados
Y otra vez a contratiempo

El llevaba su equipaje a cuestas
Ella iba con angustias viejas
Se encontraron frente a frente
Con las ganas indomables
De una historia diferente

Ellos saben que hay que hacer las paces
Con heridas que una vez se abrieron
Aferrándose al presente
Porque esta en sus propias manos
Esta historia diferente

Con la verdad y la mentira
Con los vaivenes de esta vida
Con los que les duele
Con lo que se pierde
Porque así se aprende

(una historia diferente: Fernando Osorio / Santiago Cruz)

La muchacha de ojos amatista se encontraba feliz ante la reciente primavera. Ahora usaba ropas frescas y no sus pesados abrigos. Rei acomodaba ahora un enorme jarrón con lirios caza blanca, ahora lucía una tenue sonrisa.

Unas manos la abrazaron desde la espalda y besaron su mejilla.

- Amo esa sonrisa…-susurraron a su oído- ¿puedo saber a qué se debe?

- me han gustado las flores, muchas gracias.

- Solo deseaba hacerte sentir un poco mejor. Sé que no ha sido fácil para ti.

- ambos sabíamos que no todos tomarían de buen agrado nuestra decisión.

- Pero no merecías que Mina te gritara de esa forma, linda.

- Tu tampoco merecías el derechazo que te lanzó Haruka cuando le dijeron de lo nuestro, pero igual pasó.

- Me gustaría hacer todo más fácil para ti. Que no tuvieras ningún problema.

- No soy ese tipo de mujer y lo sabes. No necesito que me facilites nada, estoy acostumbrada a todo

- ¿te arrepientes, Reiko?

- ¿de estar contigo?...no. Creo que fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida.

- ¿y por qué no tomar el siguiente paso, Hōbijin?

- ¿el…siguiente paso?

- Si, el siguiente paso… no intentes decir que no me comprendes.

- Creo que será mejor que te vayas. Hotaru y tú llegarán tarde a la escuela

- Una vez más me cambias de tema

- No es momento para hablar de eso

- ¡Darien, llegaste antes!- grita la pelinegra de corta melena- Que alegría ¿me ayudarás con mi proyecto de ciencias?

- Si, claro que lo haré. ¿dónde está?

- Justo aquí- dice Hotaru entregando una pequeña Jaula con un conejillo de indias al muchacho

- ¿una rata?

- Conejillo de indias- dicen a la par Rei y Hotaru

- Y me alegra que por fin te lo lleves, no me gusta tener roedores en casa ¿no pudiste elegir un gato o un perro?

- Solo Demóstenes podría conseguir pasar su laberinto en un par de minutos, seguro sacaré un cien.

- Solo llévate a esa cosa de aquí ¿quieres?
- ¿a Darien? Claro, pero te aseguro que regresará muy pronto, él está loco por ti.

- ¡Hotaru, cómo dices eso!- grita la joven, pero la muchachita corre hacia la puerta entre risas.

Darien besa la mejilla de Rei y se apresura hacia la puerta

- Si, tiene razón. Yo volveré más pronto de lo que te imaginas- promete Darien- te amo

- Fuera de aquí.

Rei intentó ocultar de sus labios una sonrisa tímida, pero no lo consiguió del todo. Quizás, el decidirse a intentar una relación con Darien era una locura, tal vez el estar a su lado a pesar de perder a la mayoría de sus amigos era un disparate, pero escuchar un "te amo" de aquellos labios la hacía más que feliz…

Némesis, en una cálida mañana.

La muchacha de ojos azules se encontraba sentada a la mesa con la mirada perdida.

- Jamás había visto a una chica tan sonriente por las mañanas

- ¡Zafiro! También te has despertado temprano.

- ¿dónde está el demente de mi hermano? ¿tan poco le duró el amor?

- No seas bobo, idiota- se escucha una voz en forma de gruñido- estaba preparando el desayuno

- ¿nos hiciste de desayunar?- se emociona el pelinegro

- Le preparé el desayuno a mi esposa, no a ti. Bobo

- ¿qué tiene eso de malo? Deberías de ser un buen hermano y prepararme algo delicioso

- jamás. No eres tan lindo como ella- dice el de cabellos platinados- Te he preparado tus panecillos como querías, linda.

- Luce delicioso, Ante. - Se alegra la de cabellos rubios, amo los huevos con jamón

La rubia muchacha tomó un bocado de su platillo este no fue de su agrado y corrió lejos del comedor sin decir nada más. El pelinegro sonrió al ver el rostro preocupado de su hermano mayor.

- ¿de qué te ríes, idiota?

- de nada, tonto…es que…a veces creo que eres tan ingenuo…

- ¿ingenuo? ¿Yo soy ingenuo? No tengo tiempo para tus tonterías. Debo ir con Serena. No entiendo cómo puede causarte tanta gracia que él esté enferma

- quizás no esté enferma.

- pero qué idiota eres

- llama al doctor imperial, seguro te sorprendes de las noticias- se burla el de cabellos negros.

- ¿a dónde crees que vas?- se enoja el de cabellos blancos

- De compras, Iré con Rubeus para que me lleve a alguna galaxia cercana.

- ¡ahora necesitas cosas! La futura Reina está enferma y tu te detienes en pequeñeces

- Justo son compras para la futura reina, hermano- sonríe el menor de los Black. - Te veré más tarde.

- Este hermano mío es un verdadero idiota.

Diamante se quedó confundido y cruzado de brazos en el comedor. Lo único inteligente que había dicho Zafiro había sido el tema del doctor, necesitaba conseguir al doctor imperial y pronto.

París, En una elegante cena a mitad de la noche

Una pequeña pelinegra portaba un vestido negro ajustado al cuerpo, a su lado se encontraba un pelinegro que lucía sonriente y orgulloso, dos parejas de rubios se encontraban frente a ellos.

- Tu novia es verdaderamente hermosa, Darien- halaga uno de los muchachos

- Que alegría que por fin nos la presentes. Solo nos hablabas de ella pero jamás nos habías presentado.

- Es que Rei es algo reservada, hoy me honra que aceptara acompañarnos a esta cena.- dice caballeroso el pelinegro

- Solo he estado ocupada, quizás no soy doctora, pero voy a la universidad, sabes que mi agenda ha estado saturada en estos días

- Lo sé, Hōbijin… No quise decir eso

- Bueno…lo que queremos decir es que nos alegra que tuvieras espacio en tu agenda- interviene otro de los rubios para bajar a tensión

-Si, también ahora descubrimos que no eres un fantasma- dice la rubia amiga del médico- él siempre nos hablaba de ti. Creíamos que eras un pretexto de Darien para alejar a las chicas

- Si, es verdad. Muchas mujeres acosan a éste hombre- confiesa uno de los amigos doctores del de ojos azules- Desde que él llegó al hospital, todos los rubios franceses hemos dejado de interesarles a las chicas

- Eso no me lo habías dicho, Darien

- Bueno….es que…yo…

- Descuida, descuida. Nunca ha hecho el menor intento de hacerle caso a alguna de ellas. Solo me interesas tú.

- Eso es verdad, nos gustaría tener una boda pronto. Necesitamos sacar a este chico de circulación, es muy cotizado.

- Justo eso le he insistido desde navidad, pero es difícil convencer esta chica

- Cuidado, Rei. Quizás otra lo elija por ti.

- No seas exagerada, Natasha. Yo siempre elegiré a Rei

- Aunque siempre esté ocupada- suelta entre dientes la muchacha de ojos amatista

- Hōbijin… solo era una broma- susurra él

El celular de Rei sonó en ese momento, era un mensaje.

- Debo ir a casa, me disculpo.

- Reiko, yo…

- Hotaru me necesita. Lo lamento, chicos, cenaremos otro día.

- Nos vamos, te llevo a casa.

- Tomaré un taxi.

- Reiko…

- Disfruta la cena con tus amigos. Hablaremos mañana

- pe…pe…pe…

- gusto en conocerles, chicos.

La muchacha de ojos amatista tomó un taxi antes de que nadie pudiera detenerla, llegó mucho antes de lo esperado a su departamento y entró sin tocar la puerta a la habitación de la joven a su lado.

- Hotaru, ¿qué pasa?

- Ese chico Jean Paul…- cuenta entre lágrimas la muchacha- él…él…me dejó por otra…

- oh, Hotaru…- se preocupa la pelinegra que abraza a la muchachita - lo lamento tanto…

- ¿por qué, Rei? ¿por qué es así?

- tranquila, pequeña. Todo estará bien- tranquiliza Rei- Ese Jean Paul es un idiota.

- Pero lo quiero…

- es tu primer amor, pequeña. No pasa nada- dice la ex sacerdotisa- vas a encontrar un chico que si te valore, encontrarás a alguien digno de ti…volverás a amar

- ¿me lo prometes?

- Te doy mi palabra…- dice solemne la pelinegra

- ¿sabes? algo dentro de mi me dice que eso no será posible

- Hotaru, no digas esas cosas, basta de fatalidades

- es que.

- sé que estás acostumbrada a que las cosas vayan mal, pero ya no es así. Eres una chica afortunada, nuestros destinos han cambiando, el tuyo también lo hará

- Rei…¿te quedarías conmigo hasta que me duerma? es que…

- Claro que me quedaré contigo. Mañana Planearemos formas para matar a ese Jean Paul

- gracias…- se alegra Hotaru- Rei…

- ¿si?

- Lamento haber arruinado tu cita con Darien

- No te preocupes habrá más…espero

- ¿esperas?

- Hoy estuve de bastante mal humor. Tuve un día terrible en la universidad y él…es muy necio, así que me desquité con el pobre, quizás no vuelva a querer invitarme a salir de nuevo.

- Sé que si…él te ama

- trata de dormir, todo irá bien por la mañana

- ¿sabes? El estar así es como sentirme en familia, como si estuviera con mi madre.

Hotaru dijo estas palabras mientras se quedaba dormida, un profundo y agradable sueño la invadió por completo.

Némesis, durante una tarde lluviosa:

- ¿por qué demonios tarda tanto?- bufa el joven de cabellos plateados

- Calma, Ante. No está tardando tanto en realidad

- ¡lleva siglos examinándola! Ni siquiera debí dejar que la analizara a solas

- Eres el rey del drama. Ustedes dos juntos han hecho de Némesis el planeta más dramático de la galaxia.

- incluyéndote a ti, hermano. ¿no tenías una cita o algo así?

- La he cancelado. Creo que será más interesante lo que estoy a punto de presenciar

- ¿la salud de mi esposa te parece divertida? Ella está enferma, Zafiro. Lleva semanas sin poder comer nada…quizás se está intoxicando, quizás…¡demonios, por qué tarda tanto!

- Majestad…- llama una de las ayudantes de cámara de la joven rubia- El doctor dice que puede pasar

El blanco muchacho de ojos amatista se apresuró a entrar a la habitación, no estaba haciendo uso de su educación monárquica, pero era lo que menos le preocupaba en ese momento.

- Serena ¿estás bien? ¿cómo te sientes? ¿qué ocurre? ¿qué es lo que tiene mi esposa, Doctor?

- Ante, estoy bien. No te preocupes.

- ¿entonces qué es lo que tienes?- se preocupa él

- La verdad es que he encontrado la salud de la princesa en perfecto estado. - interrumpe el doctor al ver la desesperación del joven- La de ambos en general.

- ¿a..ambos?

- Si, la princesa y el heredero…su hijo

- ¿mi…mi…hijo?

- vamos a ser padres, Ante- cuenta la muchacha de ojos azules

- ¿pa….pa….padres?

Esas fueron las últimas palabras que Diamante pudo pronunciar, luego vio todo oscuro y no supo más de él, escuchar los gritos del médico, su esposa y su hermano muy al fondo lo hicieron saber que él no estaba ahí.

París, durante una larga y atormentada noche:

Un golpeteo insistente en la puerta hizo a Rei salir de su cama e ir a abrir, por algún extraño motivo a ella no le sorprendió encontrar a su desconcertado vecino del otro lado de la puerta.

- ¿Darien, qué es lo que te pasa? Son las tres de la mañana?

- Pasa que no puedo dormir, Rei Hino. ¿puedo saber qué fue eso que hiciste en el restaurante? Tú no eres así

- Lo que me pasa eres tú, Darien Chiba. Tú me desesperas

- ¿yo te desespero?

- Si, tú. Y no voy a hablar de esto y menos ahora. Sal de aquí

- No.

- ¿qué?

- Que no me voy, Reiko. No hasta que hablemos de nosotros. Sé por qué te portaste de ese modo en el restaurant.

- ¿y se puede saber cuál es la causa, señor inteligente?

- Estas asustada. Siempre reaccionas así cuando estas asustada, Hōbijin…

- ¡No estoy asustada!
- Lo estas, y mucho- insiste el pelinegro caminando hacia la cocina y tomando una lata de soda de manzana del refrigerador- y eso me preocupa.

Rei lo observó como quien escucha a alguien hablar en otro idioma

- Me preocupa que no estés segura de lo nuestro, de estar conmigo

-¿cómo puedes hablar de esa manera? ¿no asumí frente a todos nuestros amigos y conocidos el que tenemos una relación?

- Si, pero yo no quiero que tengamos una relación, no quiero ser "el novio de Reiko" y lo sabes

- No empieces…

- Quiero estar en tu vida y no solo por un tiempo.

- Darien…

El pelinegro se puso de rodillas y tomó la mano de Rei.

- Rei Hino… ¿te casarías conmigo?- El joven saca un pequeño anillo de plástico con un corazón rojo encima.

- ¿Un anillo de plástico?

- Dame algo de crédito, son las tres de la mañana… No encuentras un Tifanny´s abierto a estas horas. Es lo único que encontré en la farmacia

- ¿no pudiste planificarlo mejor?

- ¿con el humor de perros que has tenido últimamente? Prefiero improvisar…aunque te perdiste de una cena romántica a la luz de las velas

- tú siempre con tus Clichés- se divierte la pelinegra.

- ¿ese es un sí?- Interroga el pelinegro con mirada expectante y aun arrodillado- Mi rodilla duele

Rei tira de la chaqueta de él y lo hace ponerse de pie para besar sus labios con suavidad, algo raro en ella

- Eres un anciano

- ¿eso es un sí?

- Es un "muero de sueño" ¿te quedarás a dormir?- Responde la pelinegra aceptando el anillo- No pensarás que te dé una respuesta luego de una oferta tan mal planeada ¿o si?

- Rei, yo…- susurra sorprendido el joven pelinegro

- Solo dormir. No creas que podrás hacer nada más- amenaza ella tomando la mano de él.

- ¿me dejarás abrazarte?

- Quizás…

Una pequeña promesa al aire que arrancó la sonrisa del rostro del pelinegro. Quizás ese día Rei no había aceptado su propuesta de matrimonio, pero no se detuvo por casi una década para seguir queriéndola y no pensaba rendirse en algo así en esta ocasión.

La joven de ojos amatista despertó sonriendo, una fuerte cadena de brazos y piernas la enredaban con espero, sintió el cálido aliento de él rozando su oído y su barba de un día haciéndole cosquillas en el cuello.

- ¿cuánto llevas despierto, Darien?

- Quizás una o dos horas.

- ¿por qué o has salido de la cama entonces?

- ¿acaso piensas que voy a desperdiciar la primer oportunidad que me diste de dormir a tu lado solo porque no puedo dormir más? Ni loco.

- Darien, solo dormimos juntos, no es como si hubiéramos hecho algo más.

- Reiko, ¿es que aun no lo entiendes? Aunque te deseo con toda el alma, el solo tenerte entre mis brazos me hace realmente feliz.

- Creí que lo que te haría feliz sería ver lo que hay debajo de este camisón- dice con voz seductora la pelinegra que se pone a horcajadas sobre el joven de ojos azules

- Claro que me hará feliz, pero sé que lo descubriré tarde o temprano- dice decidido el joven médico

- ¿ah si?

- si, además. Técnicamente eres mi prometida.

- ¿tu prometida?

- El anillo en tu dedo lo demuestra. Eres cincuenta por ciento mía.

¿tuya? - se escandaliza la joven y termina tirada de espaldas en el colchón

- oh, si…mía- asegura el joven mientras besa los labios de la ex sacerdotisa, ella reacciona al beso con la misma intensidad.

- ¡Reiko, Hija, he llegado!- la puerta se abre poco antes de que alguno de ellos pueda reaccionar y la primer imagen con la que el correcto senador Hino se encuentra es con el correcto Darien Chiba sobre su joven hija a medio vestir.- ¿pero qué rayos significa esto?

- ¡Otou San!

- ¿qué demonios significa esto?

- Senador Hino, puedo explicarlo, yo…

- Takahashi, ¿qué ocurre? Has gritado como si hubieras visto al mismo de…Darien…Hijo…oh Gran Kami…ahora lo entiendo todo. Hola, Nieta.

-Chiba- Sama- Saluda apenada la joven que se encuentra roja como un tomate

- Ustedes dos…vístanse. Los quiero en cinco minutos en la sala.

- Pero, Otou San….

- Cinco minutos, Reiko.

La sala se encontraba en total silencio, el imponente Senador veía con ojos amenazantes al joven doctor y con el mayor desapruebo a su única Hija que lucía del color de las manzanas al mirar a Chiba Sama.

- Y bien…estoy esperando un comentario de ustedes dos al respecto de lo que acabo de ver hace un segundo.

- Otou San

- Senador Hino, yo…quisiera explicarlo…

- si, debería. Estoy muy decepcionado. Cuando hablamos con ustedes en Diciembre sobre su relación prometieron que se comportarían de acuerdo a la situación y veo que…

- hay por el gran kami, Takahashi… No deberías de exagerar tanto, hoy en día el mundo no es el de antes- interviene el abuelo del médico- solo vamos a organizar una boda y listo.

- Bueno…quizás eso podría…

- ¿qué? ¡claro que no!- se enoja la muchacha de cabellos negros

- ¿y por qué no? - habla el de ojos azules- sería una gran idea, Reiko ¿no lo crees?

- Chiba Sama, Otou San. Aun no termino la universidad, no es un buen momento para dar ese paso. Darien y yo ya lo hablamos y no lo haremos, no está en nuestros planes

- ah, claro. No está en nuestros planes…Entonces creo que yo no tengo nada que hacer aquí Senador Hino, abuelo…los veré más tarde. Creo que no tengo nada que decir u opinar…con permiso

El joven cirujano se puso de pie y salió del departamento en silencio, los dos hombres mayores lo observaron intrigados y la joven frunció la ceja y también se puso de pie.

- Debo arreglarme para ir a la universidad. me voy

Rei se adelantó a su habitación y azotó la puerta con el mayor de los corajes, el par de hombres mayores solo se miraron el uno al otro sin comprender en absoluto de qué se trataba todo eso. Al parecer se quedarían con la duda.

Tras aquel cruce de palabras por la mañana, Rei tuvo un día terrible. Discutió con más de un profesor y gritó más de un compañero por un centenar de detalles, pensó que la hora del almuerzo le serviría para relajarse un poco ¿por qué se había puesto tan de mal humor?

- Reiko…

- Darien ¿qué haces aquí?

- tu padre y mi abuelo han invadido el piso y no podremos hablar ahí ni de chiste.

- ¿de qué necesitamos hablar tu y yo?

- ¿de nosotros?

- No hay nada que hablar, sería una tontería casarnos, Darien. Ya te lo he dicho antes

- ¿de verdad crees que es una tontería? ¿o solo tienes miedo?

- ¿miedo yo?

- Si, miedo tu. Te amo, Reiko y no se tu, pero al menos yo no tengo nada de tiempo que perder, ya te lo he dicho, perdí demasiado tiempo fingiendo amar a otra mujer solo porque era lo correcto. Ahora solo quiero estar a tu lado, no importa que tan demente pueda sonar eso. Quiero dar ese paso, Hōbijin….

- Es una locura

- Entonces…¿cometerías esa locura conmigo?- pide el pelinegro vistiendo la mejor de sus sonrisas y sacando una pequeña cajita de terciopelo negro- Ahora si estaba abierta la joyería…

De la pequeña cajita emergió un anillo de platino con un enorme diamante al centro, a su alrededor había pequeños puntos de rubíes, la inscripción de una fecha exactamente como la de ese día pero diez años atrás se encontraba en el interior del anillo.

- un día como hoy pero de hace diez años tropecé con una hermosa colegiala, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Aun cuando nuestra primer cita fue un desastre y le pisé la cabeza.

- Lo…recordaste

- ¿por qué más te pondrías de ese humor tan terrible, linda? Quizás llevamos menos de un año saliendo pero tienes una década de haber robado mi corazón. Ahora que estas a mi lado no deseo perder más e tiempo, quizás no sea fácil, pero junto a ti será perfecto.

- Quiero realizar mis sueños, terminar la universidad, trabajar y…

- Y por eso te amo, Reiko. Tú siempre has tenido metas, aspiraciones, creo que podemos lograrlas juntos, a menos que…creas que puedes amar a otro hombre más que a mi - dice dolido el de ojos azules

- Eres un tonto- sonríe la de ojos amatista que se sienta en las piernas del médico y abraza su cuello. - Y no era necesario el segundo anillo.

- Mi chica merece solo lo mejor…

- Entonces llévame a comer a un buen lugar ¿quieres? muero de hambre

- Eso es porque seguro no has comido nada desde que despertaste. Te prometo que me aseguraré de que hagas todas tus comidas de aquí en adelante

- Tu también deberías de comer algo…Otou San y Chiba Sama querrán hablar contigo muy seriamente

- Por usted, Señorita Hino, pelearía contra mil dragones…o contra su padre, es el equivalente

- Tonto- rió la muchacha de ojos amatista

- ¿crees que también deba pedirle tu mano a Hotaru?

- Definitivamente…

El alto pasó su brazo alrededor de los hombros de la muchacha de ojos amatista y besó su frente. Le parecía increíble que su diosa de fuego hubiera dicho "si".

Némesis, varios meses después:

La chica de ojos azules comía un par de pastelillos con desesperación mientras difícilmente lograba caminar a un buen paso por los pasillos de palacio, gritaba una y otra vez un nombre conocido. Le sorprendió no obtener respuesta.

Bajó las escaleras con cuidado y logró encontrar la voz de la que no obtenía respuestas, pero en esta ocasión bastante molesto.

- ¡No, no y no, Rubeus! No pienso ni siquiera con ese hombre que dices haber conocido en ese viaje

- ¡Entiende, Diamante, nos ofrece todo, todo lo que le pidamos!

- Pues no deseo escucharle ¿no entiendes acaso que tengo todo y más de lo que puedo pedir?

- Diamante, no hablo de tonterías como una familia, te hablo de poder, del mundo a tus pies, ninguna limitante, ningún…

- Mi familia no es una tontería y no los arriesgaré por nada del mundo, ese nombre no tiene esas ofertas por nada, Rubeus y ya te lo dije. Lo que él me ofrece, no lo quiero…

- ¡eres un necio, me largo!

- ve a casa, te veré después

- ¡No pienso volver!

- Claro que si, volverás. Lo harás cuando estés menos molesto o si no lo harás cuando nazca mi hijo. No te perdonaré que no lo hagas ¿me entendiste?

Un sonido gutural fue la respuesta del pelirrojo a su amigo para luego desaparecer por la puerta principal, la muchacha de coletas rubias fue descubierta al abrirse la puerta de par en par.

- Pasa, querida. - pide el de cabellos plateados, la muchacha entra con duda y lo hace lentamente hasta llegar al trono donde se encuentra su esposo- no es de buena educación para una futura reina el escuchar tras de las puertas.

- Lo lamento…me sentí sola y o te encontraba por ningún sitio- se confiesa apenada ella y él tira ligeramente de su mano para sentarla sobre sus piernas

- perdóname, Rubeus dijo que era urgente y me vi obligado a atenderle.

- me asusté mucho el no encontrarte

- perdóname, debiste sentirte muy tensa por mi culpa. Debí avisarte pero no quise despertarte, tardaste mucho para quedarte dormida anoche.

- es que alguien ha estado muy inquieto últimamente.

- mi heredera

- o heredero- corrige ella- Zafiro vota porque es un chico.

- preferiría que fuera heredera, así no estaría celoso por compartirte con otro

- Diamante…

- Aun sigo sin creer que una mujer tan maravillosa como tú aceptara quedarse a mi lado

- Creo que hay pruebas suficientes para demostrar que me quedé por mi propia voluntad aunque me trajeras por la fuerza

El hombre pálido se puso nervioso y sin habla

- Me alegra que lo hicieras…- confiesa la muchacha con un ligero carmín en su mejilla y besa la del hombre bajo su cuerpo- Ahora…vamos por más pastelillos

- ¿más?

- Tu hijo y yo estamos hambrientos

- en ese caso vamos a la cocina, algo encontraré para que coman ya que nuestro proveedor de pastelillos no piensa pararse por Némesis por un par de días al menos.

- Diamante…

- ¿si?

- ¿de qué hablaban Rubeus y tú?

- él quiere que conozca a una persona…

- Pero tú no quieres

- dudo que sea una buena idea. Supongo que esa persona querrá hacer algún trato sucio conmigo. No pienso exponerles a ninguno de ustedes

- Quizás podrías solo escucharle

- Quizás…o quizás no. No deseo atraer el caos a nuestras vidas, justo así soy muy feliz. Anda, te prepararé algo delicioso

- ¿tú, cocinar?

- Bueno..Chantajearé a Zafiero

- Eso es más creíble.

Tokio, otoño de ese mismo año:

La nostalgia aparecía en el rostro de la muchacha de ojos amatista, aun vestía su shiromuku y tenía poco de haber regresado del templo Hikawa. Finalmente era una Chiba. Instantes antes había ocurrido su ceremonia de bodas, como tantas veces lo presenció en Hikawa. Solo que ahora ella no era la sacerdotisa, había sido la novia y todo había sido perfecto.

Su padre a pesar de ser católico había estado allí, junto con el abuelo de Darien quien se había emocionado hasta las lágrimas al ver a su nieto casarse.

Makoto no había faltado a la boda, como Andrew y Hotaru. Mina, Amy y las demás Outers no se habían presentado tampoco, aun así. Ese día se sentía feliz.

Ante la media luna del espejo observaba su reflejo y a sus espaldas el fuego de la chimenea que la llamó como en un embrujo.

La muchacha se puso de pie y se arrodilló frente al fuego ante ella, a pesar de estar feliz no podía dejar de sentir un poco de culpa. No dejaba de venir a su mente una y otra vez la imagen de una rubia muchacha de coletas.

- Rei…Rei…

- ¿Serena? ¿Eres tú?

- Si, amiga, soy yo.

- ¿dónde estás? ¿por qué no he podido contactarme contigo?

- Lo lamento. Eso ha sido porque no he querido…no por ti…si por mi antigua vida…no deseaba recordarla. Soy muy feliz ahora.

- Serena, he meditado por semanas, he intentado encontrarte, pero…

- ¿para qué querrías encontrarme? Te pedí que fueras feliz, amiga…creo que lo eres

- pero me siento culpable…Darien…

- Darien jamás fue mío. Ambas lo sabemos y yo…yo soy demasiado feliz para preocuparme por él

- Pero…

- Rei, amiga. Te lo dije antes, no pienso volver jamás. Tampoco voy a volver a contactarme, así sea el fin del mundo. Tengo algo que me ata al lugar donde estoy y nada me hace más feliz que eso. Finalmente siento pertenecer a un lugar.

- ¿de verdad no deseas volver?

- No. Ahora tengo un nuevo hogar y tu tienes el tuyo. Disfrutemos ambas de nuestros nuevos destinos, amiga…y no sientas más culpa.

- Pero…¿y si necesito contactarte?

- No lo necesitarás. Eres fuerte, siempre lo has sido

- Serena…

- Debo irme. Felicidades- dice la rubia a través del fuego, quizás porque su corazón lo necesitaba o quizás porque era así, la silueta de la rubia lució una alegre sonrisa que reconfortó el corazón de la pelinegra, una paz llenaba su corazón.

- ¿está lista, señora Chiba?- Irrumpe en la habitación un joven de ojos azules y brillante cabellera de noche

- Claro que lo estoy. Aunque no es de buena educación irrumpir en la habitación de los demás sin tocar, señor Chiba- regaña con dulzura la joven

- Creo que en la de mi mujer tengo todo el derecho, ahora también es mía. ¿no es así?

- Técnicamente es la casa de mi padre

- Ahora es mi padre también, como mi abuelo es el tuyo. Por cierto…me enviaron por la novia ¿estás lista? Aun hay un centenar de fotografías que tomar

- Odio eso

- Tu padre consintió la boda Shinto que querías a cambio de una enorme ceremonia en su casa, el abuelo ha pedido también una boda católica a cambio de consentir las dos primeras, así que…todos ganan aquí

- tú no pediste nada…

- yo soy feliz con tener a la mejor señora Chiba que pude imaginar jamás. No podría pedir nada más

- Entonces me quedo con el lado izquierdo de la cama

- Todo lo que quieras, Reiko…lo he prometido- ofrece el joven mientras enreda entre sus brazos la muchacha de ojos amatista y ve el reflejo de su felicidad en los de ella.

- ¿de verdad…todo?- interroga con coquetería la muchacha que pone sus brazos alrededor del cuello de él

- to…do- alarga él mientras besa los labios de la joven con ternura.

- Haré mi lista y la guardaré para más tarde.

- Podrías comenzar ahora…

Un destello de lujuria apareció en el rostro de Rei pero ninguno de los dos pudo seguir hablando, fueron interrumpidos.

- Hey, tórtolos. Bajen al jardín antes de que esos dos ancianos se infarten, quieren otro centenar de fotos y presentarlos con todos individuos de Tokio, no querrán verte aparecer con el vestido arrugado, Rei Chan.

- ¡Makoto!

- Es verdad. Ustedes planeaban anticiparse a Osaka.

- ¡qué!

- Reconozco la lujuria cuando la veo y ustedes dos estaban a punto de tener sexo salvaje en esta habitación

- Bueno…tanto así como salvaje…quizás…- Acepta Darien y Rei niega con la cabeza

- vamos con Otou- San- dice resingna la pelinegra tirando de la solapa de su esposo.- Tendrás que esperar hasta Osaka

Némesis, durante una oscura noche de tormenta:

La tormenta era terrible, quizás no era tan terrible como otras tantas que solían ocurrir en Némesis, pero para él era la más terrible de todas, ya que su esposa llevaba horas encerrada en la habitación real, con el médico y algunas enfermeras, solo escuchaba los terribles gritos de agonía de su esposa y el joven heredero de Némesis que era el hombre más fuerte y valiente en galaxias a la redonda temía y se veía imposibilitado para hacer algo por el amor de su vida.

- Juro que si no sale en diez…no en cinco minutos, voy a entrar y matar a ese doctor ¿cómo es posible que dijera que no era nada de qué preocuparse? ¿acaso es sordo?

- Los gritos de Serena Son normales, además, recuerda que ella es un poco…bueno…tiende exagerar las cosas

- Eso no es verdad- se ofende el de cabellos de plata

- claro que es verdad ¿recuerdas el día que se raspó la rodilla al jugar con ese animal que le conseguiste?

- Es porque de verdad le dolió

- fue solo un cortoncito

- Pudo morir desangrada

- Son iguales, tal para cual

- mataré a ese médico, deberán buscar un sustituto al título del "mejor médico de la galaxia"

Un fuerte grito se escuchó desde el interior de la habitación, el llanto de un bebé que emergía a la vida, Diamante intentó entrar a la habitación, pero rápidamente fue corrido

- ¡esto no es posible!

- Calma, amigo. Los sacerdotes predijeron que tu hijo nacerá bien y que Serena no tendrá ningún problema, que estará bien también ¿por qué te preocupas?

- No entiendes…Ella es mi vida

- Estarán bien, cabeza dura

- Príncipe Diamante

- ¿si?

- Hay una persona que pide verle

El joven monarca se olvidó de todos sus modales y la etiqueta, entró sin decir una palabra y se arrodilló a los pies de la cama donde reposaba su esposa con un rostro agotado y una sonrisa en los labios con un gesto que apenas y pudo reconocer

- ¿estas bien?- pregunta con miedo el muchacho

- Si, estoy de maravilla.

- No tendremos más hijos. Esta experiencia fue aterradora, Serena, creí que moría en la espera de noticias y…

- Príncipe, Su hijo desea conocerle…

El rostro despreocupado del monarca cambió cuando entregaron en sus brazos un pequeño bultito con algunos cabellos plateados emergiendo entre las telas, de repente lo vió:

Era el niño más hermoso y perfecto que pudo ver alguna vez, tenía los ojos de sol y cabellos de plata, era blanco como la nieve y tenía una sonrisa de paz, su corazón se detuvo.

- Hola, galán…soy tu padre

- creo que le gustas

- tiene los ojos de mi madre y tu sonrisa…

- ¿ya han decidido el nombre?

- Helios…Helios Black

Si, quizás no era lo que alguno de ellos pudo haber soñado. Tal vez eso no era lo que habían planeado, pero en aquellos cuatro rostros no había rastro alguno por el dolor o la nostalgia que pudiera ocasionarles el estar cumpliendo "un destino diferente" a pesar de ello y aun muchos años después de aquel día, ni Serena, ni Diamante, ni Darien, ni Rei recordarían en sus vidas un día más feliz que aquel…

Me devora una sensación fugaz

incontrolable y superficial

años corriendo, llevando a cuestas lo que sentí

que no me dejaba vivir.

Sueños inconclusos, sueños cumplidos

metas sin cumplir, metas realizadas

soledad eterna y felicidad aparente

solo me decepcionaban o triunfaban

ardían en mi, como fuego ardiente del sol amaneciendo.

Un destino escrito, tal vez tocó a la puerta,

con lápiz y papel plasma en cada suceso

donde la protagonista soy yo y mis ideas revueltas.

Un destino escrito que solo Dios sabe,

donde soy la pieza del juego

una vida llena de prisas y alegrías

así como lenta y con palabras vacías.

"Algunos dicen que el destino se lo labra cada uno

otros que ya existe una historia y todo pasa por algo"

yo solo me encargo de tomar decisiones

llevar tranquilidad y paz en mi alma

hacer feliz a los que amo.

Bastan segundos para ganar o años para perder

todo al azar se deja entre el amor y el odio

entre las pasiones, los deseos y la voluntad de ser quien soy.

Nadie busca, nadie planea en el destino esta,

lo que debe estar, cuando el mundo se apiada

con golpe de suerte o el esfuerzo de cada quien

hace de un destino escrito lo que hoy quise decir.

aut: Loraine Sanchez

¡Hola!

aquí estoy de nueva cuenta. Gracias por leer este capítulo. Esta semana me aventé más lenta la escritura, creí que tendría más tiempo y lo tuve pero también tuve un dolor bien sabroso porque me sacaron una muela del juicio bien mal rollo la canija y la pasé durmiendo. Aun así aquí les traigo este pedacito de mi corazón que espero les sea de su agrado ¡cuéntenme que es de sus vidas en estos días!

Leonor de Eboli:

amiga, gracias por proporcionarme el último poema que no pude dejar de poner, es hermoso y queda muy bien para nuestro cuarteto, gracias por los consejos y por comprender lo dificil que es escribir de la pareja de la luna.

Irais:

gracias por leerme a pesar de tu gran agenda de pendientes tu sabes más que nadie los años que llevo no queriendo a Moon. Prometo que estoy metiendo un poco de la pareja de los Hansford en lo que estoy escribiendo

Abel Gregov:

gracias por tu review tan lindo, prometo resolver las dudas que quedan en el aire. Algunas tienen continuación y son a proposito :P espero que Diamante fuera un buen personaje para ti en este capitulo

Muchas gracias, chicos. Abrazos a todos y espero estar por aquí la semana entrante con otro capitulo. Gracias por su apoyo y si hay alguien ahí...lector silencioso, sé que estas ahí, deja tu review :P

Abrazos