Hijo de la Luna
Capitulo 4
Vida nueva
Quiero una vida nueva a tu lado
Que olvidemos juntos todo el pasado
Y darte lo que nunca di
te estoy siendo sincero
Lo único que quiero, es una vida nueva
Junto a ti…
El sol de la mañana aquel día era increíblemente brillante, quizás porque era primavera, quizás porque desde hacía varios meses la vida tenía un brillo diferente, desde hace meses no había mañanas nubladas…
- buenos días…- escuchó ella una ronca voz en su oído que la hizo sonreír, pero volvió a fingirse dormida- mmhhmm…creo que alguien está mintiendo esta mañana
Un silencio en la habitación
- Reiko….Hōbijin…. ¿sigues dormida?
La única respuesta a esa pregunta fueron los brazos cautivadores de la blanca muchacha que se aferraron al cuello del muchacho y unos labios posesivos que le besaron con toda la pasión existente.
- amo tu forma de despertar por las mañanas- apenas pudo decir el muchacho cuando recuperaron el aliento de aquel beso
- amo sorprenderte, querido- dice con malicia la pelinegra que intenta incorporarse de la cama pero el joven se tumba también y giran para colocarse ella a horcajadas sobre él- lo sabes
- mmmhhmm será el mejor desayuno- se emociona el pelinegro cuando la muchacha tira de su corbata- será el mejor lunes, qué más da llegar tarde al hospital
- ¿lunes? ¡Demonios! Tengo examen a las ocho- grita la pelinegra saltando de la cama y corriendo al baño
- pe…pe…pero…
- Tu también deberías apresurarte. Tienes que llevarnos a Hotaru y a mi a la escuela
- s…si…voy a ir preparando el desayuno- se resigna él
- Por la noche continuaremos con lo nuestro- promete ella guiñando el ojo al médico que se ilusiona con la idea- quiero fresas
- si…
Todas las mañanas esa era la dinámica, intentar robarle un poco de tiempo a la rutina para disfrutar de sus besos y sus caricias, ¿qué más daba llegar un poco tarde a sus compromisos? Darien se desnudó y entró de prisa al baño para hacer compañía a su musa, sabía que ese día no llegarían a tiempo a ningún sitio.
- Te dije que se nos haría tarde- refunfuña la muchacha pelinegra mientras sale de la habitación abrochando su falda
- es culpa tuya por despertarte así
- ¿así cómo?
- Tan bella…- responde con sonrisa coqueta el joven de ojos azules
- siempre encuentras la forma para librarte de la reprimenda, Chiba…
- ¿otra vez alguno de ustedes se quedó dormido? - Interroga una muchacha de ojos amatista mientras embarra mermelada en su pan tostado
- Pues…la verdad es que no encontraba mi pendiente
- ¿otra vez? Te has vuelto descuidada, Rei- se burla la joven
- muy graciosa, Jovencita ¿tienes ya tu almuerzo?
- Si, y mi tarea de ciencias
- Perfecto- asume Rei mientras saca del refrigerador un yogurt para beber y algunas manzanas- se nos hace tarde, Darien, tu corbata está mal anudada
- lo hice lo mejor que pude
Ella frunce el ceño no muy conforme.
- sabes que prefiere como lo haces tu, creo que por eso siempre la anuda mal
- Chist….silencio, señorita….- pide el pelinegro consiguiendo una risa de la chica de cabellos cortos
- eres terrible, Darien…Debería de castigarte
- cuando tu lo quieras….
- Darien…- Reprende la joven señora Chiba mientras escucha la risita de Hotaru, luego un golpe en seco- ¡Hotaru!
La muchacha se había desvanecido, solo un par de segundos tardaron en levantarla del suelo y correr al hospital, aun así para Darien y Para Rei eso se volvió una eternidad…
- ¿qué es lo que tiene?- Interroga la pelinegra cuando ve salir a su esposo del área de urgencias
- ya conseguimos estabilizarla y le he mandado a hacer algunos análisis
- ¿pero estará bien?
- Seguramente si, Hōbijin…Quizás solo fue la presión por los exámenes de la escuela que se estresó demasiado…no te preocupes
- me aterra que algo le pase- confiesa la muchacha mientras él la abraza contra su pecho
- no te preocupes…estará bien…¿quieres entrar a verla?
- ¿puedo?
- Eres mi esposa ¿hay algo que no puedas hacer?
La joven sonrió con esa frase y tomó la mano de Darien que la llevó hasta donde estaba la muchacha de ojos amatista, aun lucía pálida
- Rei…
- ¿cómo te sientes?- interroga preocupada la pelinegra
- Deberías estar en la universidad, hoy tenías examen…
- Eso no importa ahora…importas tu. Y vas a dejar de comer solo esas cosas extrañas, señorita. Vas a comer sano así tenga que aprender a cocinar- amenaza Rei y Hotaru la observa poco convencida- o así tenga que meter a Darien a un curso de cocina saludable
- Eso es más creíble
- no vuelvas a asustarme de ese modo ¿me escuchaste?
- si…te escuché
- Bien, ahora descansa. Yo me quedaré aquí
- ¿no irás a la universidad?
- No me hagas enojar, señorita…te lo advierto
- bien, bien…era solo una pregunta
- Entonces no preguntes, solo duerme.
- no tengo…bien…dormiré
- excelente
La mujer de ojos amatista escondió detrás de su seriedad y forma dura el temor, muy en el fondo sentía que algo no iba bien, muy en el fondo sabía que algo terrible se acercaba a sus vidas…
Némesis:
La Rubia princesa se encontraba sentada en su lugar favorito de palacio con la mirada atenta a un lugar en específico, una pequeña cesta donde dormía un niñito con cabellos de plata, para ella no había nada más hermoso que esa imagen.
- Luces feliz- dice una voz a sus espalda
- Claro que estoy feliz. ¿cómo no serlo?
- Ante también lo está- dice el joven de cabellos obscuros- ¿quién diría que una pequeña personita como esta vendría a cambiarnos la vida a todos?
- Helios es un bebé maravilloso, jamás llora y siempre está sonriendo, incluso ahora que duerme
- Mi madre siempre decía que yo era una niña llorona, quizás salió a Ante
- ¿al cabeza dura de mi hermano? ¡Claro que no! Cuentan que él era un niño demasiado llorón cuando era pequeño, yo recuerdo que era demasiado mimado .
- ¿de verdad? ¿entonces a quién habrá salido este pequeño? Mi hermano también era un mar de llanto cuando era un bebé
- quizás…no…eso sería imposible- se detiene el de ojos celeste- Quizás solo han tenido suerte
- ¿de qué hablas con mi amada?
- Otra vez con tus celos, tonto. Solo charlamos, bobo.
El alto monarca se sentó al lado de la rubia y en un gesto instintivo paso su brazo alrededor de los hombros de modo protector.
- ¿de mi?
- no, de ti no, Ante
- ¿entonces?
- De Helios, le decía a Zaf que Helios jamás llora
- Es solo porque ha salido a su padre, es un chico fuerte y guapo
- más bien ha salido a su tío. Su tío es un hombre guapo y valiente
- Si, quizás solo hemos tenido suerte y Helios es un niño formidable
- Debo irme, lamento dejarles
- ¿a dónde crees que vas?
- Tengo cita con unos amigos, iremos a dar un paseo
- Nunca nos has presentado a tus amigos, Zaf.
- Quizás después… Ahora no es el momento, deberían ir adentro, no tarda en llover
- Es un día soleado ¿por qué llovería?- Se burla el de cabellos plateados mientras su hermano desaparece silenciosamente.
- Ante… ¿hay algo que deba saber sobre Helios? ¿algo de lo que deba preocuparme?
- Nada en absoluto ¿por qué lo dices?
- Es que…a veces es lo que siento, ustedes son tan misteriosos…
- Si hubiera algo que tuvieras que saber te lo diría, linda. Pero todo está bien, deja de tener miedo
- ¿todo está bien con Helios?
- Todo- asegura el monarca
- Oh, Diamante…a veces temo tanto…
El joven sonríe y acerca hacia él a la chica de ojos azules mientras levanta su barbilla y besa sus labios dulcemente
- No temas…nunca dejaré que nada malo les pase a ninguno de los dos ¿de acuerdo?
- De acuerdo
Un par de gotas de lluvia comenzaron a caer sobre ellos y una maldición de parte del príncipe que se apresuró a ponerse de pie y tomar a su pequeño hijito en Brazos.
- Odio cuando Zafiro tiene la razón
- Entonces lo odias casi a diario- se divirtió la rubia corriendo junto con el de cabellos plateados
Las cosas marchaban bien dentro de lo común en Némesis, aun así, para Serena algo no estaba del todo bien, sentía un miedo terrible al pensar en lo que Diamante y Zafiro podrían estar ocultando, porque era seguro que un secreto guardaban ese par de hermanos..
París, una tarde fresca de verano:
- ¿estas cómoda?
- Si, Rei. Estoy bien, no te preocupes- dice la pálida pelinegra
- Darien te ordenó estas vitaminas, debes tomarlas
- Pero no me gustan las vitaminas…
- Ni a mi que te enfermes, así que te quedas en cama y te tomas tus medicinas
- Pero debo ir a la escuela
- Lo lamento, no irás a ningún lado, señorita.
- Tú tienes que ir a la universidad
- No iré a ningún lado hasta que estés mejor. Mis maestros lo entienden y los tuyos también
- Eres muy mandona
- Lo sé, pero no te preocupes, Darien nos traerá la cena, tómalo como unas pequeñas vacaciones
- Rei…
- ¿si?
- ¿no has pensado que?
- ¿qué?
- ¿no has pensado que quizás esto pueda ser?
- No puede ser nada más que el que no te has alimentado bien, Hotaru. Tú estarás bien, deja de preocuparte
- Quizás sea mi destino…de nuevo
- Quizás, pero si es el destino no pienso dejárselo tan fácil. Ahora vamos a luchar
- gracias por preocuparte por mi…
- no digas esas cosas…sabes que lo hago porque te quiero
- y yo a ti.
- Ahora duerme y deja de tener esos miedos tan bobos, pronto saldrán los estudios y verás que solo te estabas preocupando por nada.
- tienes razón…cuando una vive en medio del caos y la desgracia se acostumbra a que siempre sean las cosas así.
- Pues ya no más. Ahora todo irá bien para nosotros, nada debe preocuparte, nada debe asustarte. Estaremos bien ¿de acuerdo?
- Si…
Hotaru aceptó aquellas palabras, pero sabía perfectamente muy en el fondo que algo no iba del todo bien…
Darien llegó a casa aquella noche, no le sorprendió encontrar la casa en silencio y la luz de la habitación de Hotaru encendida, no hizo por preguntar por Rei, tampoco hizo por avisar que ya había llegado, sabía donde encontrar a la persona que tanto buscaba.
Desde hacía varios días al llegar del trabajo encontraba a Rei en el mismo sitio: En la habitación de Hotaru.
Se había quedado de nueva cuenta velando su sueño hasta que ambas se quedaron dormidas, la encontró al pie de la cama de la jovencita con la cabeza recargada en el colchón.
La tomó entre sus brazos y la llevó a la habitación con el mayor de los cuidados, la joven despertó hasta que sintió la suave almohada bajo su cabeza.
- Da..rien
- Hola, linda.
- ¿a qué hora llegaste?
- Hace un instante, amor. Supuse que estarías en la habitación de Hotaru.
- no la dejé levantarse para nada de la cama, ¿tienes sus resultados?
- Tiene anemia, una muy fuere. Iniciaremos con alimentación y vitaminas, quizás sea necesaria alguna transfusión, pero solo en caso de que las primeras dos no funcionen.
- ¿tan mal la ves?
- Es solo para prevenir…estoy seguro que para ella será suficiente con cuidar su alimentación vitaminarla.
- Me encargaré de ello
- ¿sabes? Estaba pensando…Te falta poco para terminar el semestre, para Hotaru Igual, yo tomaré unos días de descanso en el hospital por los días que he doblado turno… ¿ te gustaría hacer algo?- invita él.
- Darien…tu siempre pensando en esas cosas.
- Me refería a dar un paseo, Hōbijin- se divierte el pelinegro- Aunque, claro…también pasó por mi cabeza.
- ¿un paseo?
- Vamos a Niza o a algún lugar agradable para relajarnos, quizás eso ayude al humor de Hotaru ¿no lo crees?
- Me encantaría. Hace tanto que no me pongo un bikini- se emociona la pelinegra
- Quizás ir a las montañas sea una buena idea también….es helado y alejado del mundo, Podrías usar un abrigo calientito
- Darien, eres incorregible- bufa ella- Es verano, claro que quiero una playa tropical
- moriré de celos- refunfuña él
- Si, seguramente, pero no olvides que a quien elegí fue a ti…
- Lo sé…soy tan afortunado
- Si, es verdad. Lo eres.-se divierte la pelinegra que tira del cabello de él para besarlo con fiereza.
- Eres demasiado brusca
- Lo siento, querido…hoy no pienso tratarte en absoluto con dulzura…aunque te aseguro que tampoco lo necesitarás…
La lujuria apareció en la mirada zafiro de Darien mientras se entregaba al beso furioso de Rei, Quizás no iba a ser bien tratado esa noche, pero Rei tenía toda la razón, en ningún momento lo necesitó…
Némesis, una cálida noche de verano:
La rubia mujer de ojos azules de verdad estaba abochornada y paseaba por el balcón de su habitación con un pequeño bultito en sus manos.
- De verdad que hace calor ¿verdad, Helios? ¿sabes? de donde yo vengo también suele hacer calor y frío. Tengo bastante tiempo aquí y ninguna noche había sentido tanto calor como hoy. Pero tu estas bastante cómodo. Se nota que perteneces a Némesis, nunca estas molesto, siempre sonríes.
Un gélido viento hizo temblar a la muchacha que estrechó con fuerzas al pequeño niño entre sus brazos en señal protectora, un par de segundos después apareció una extraña silueta ante ellos, el niño entre los brazos de la joven no lloró en ningún momento, por el contrario, sonrió.
- ¿quién es usted?
La figura no contestó
- ¿qué es lo que desea? Hable
Una mano huesuda salió de entre esas sombras y acarició la carita del niño entre los brazos de la muchacha, luego acarició el rostro de ella, extrañamente Serena no podía moverse.
- ¿qué ocurre aquí?- se escuchó la voz del príncipe Diamante
Tan pronto él habló, la silueta extraña desapareció y Serena pudo moverse, el pequeño Helios rompió en llanto.
- ¿qué ocurre, con quién hablabas?
- Diamante…¿lo viste?
- ¿a quién?
- a esa sombra que estaba aquí hace un instante.
- No vi nada. Solo vine porque te escuché hablar y sentí tu voz nerviosa, pero al entrar solo los vi a Helios y a ti ¿por qué llora este jovencito?
El alto muchacho tomó al niño entre sus brazos y comenzó a jugar con él, como por arte de magia, el niño dejó de llorar.
- Quizás solo se estresó al escucharte gritar.
- Ante…había alguien ahí afuera.
- Serena…
- No estoy mintiendo
- Bien…Ordenaré a la guardia que busquen por todo palacio, pero será mejor que Helios y tu entren a la habitación. ¿de acuerdo?
- Si.
El joven de cabellos de nieve salió de la habitación no muy convencido de su orden. La muchacha rubia, a pesar de tener ahora las ventanas cerradas buscó a través de los cristales alguna prueba que le dijera que no había imaginado esa visión…no la encontró.
Niza, Durante una tarde de verano.
-No puedo creer que golpearas a esos muchachos, Darien.- refunfuña la pelinegra entrando a la casa de verano que habían rentado a la orilla de la playa.
- Esos pervertidos las estaban acosando
- Solo estaban siendo amables, Darien- se une Hotaru-Nos habían obsequiado unos cocteles, querían ser nuestros amigos.
- ¡amigos! Esos tipos no querían ser amigos de nadie, pretendían otra cosa de ustedes y yo no lo iba a permitir.
- Eres un orangután ¿cuándo vas a aprender?
- así que para no parecer un orangután debo de deja que cualquier hijo de vecina intente seducir a mi esposa
- ¿seducir? ¿cómo crees, Darien? Es Niza. Aquí la gente solo quiere ser amistosa.
- ¿amistosa? JA, si como no.
- Yo…iré a mi habitación, me siento cansada.- se excusa Hotaru, pero al final ninguno de los dos mayes la escucha, ambos enfrentan una lucha de miradas a muerte.
- ¿quieres dejar de ser tan celoso? Me molesta que me montes esas escenitas
- No soporto que otros te miren de ese modo
- Madura, Darien. No todo mundo intenta seducir a tu esposa
- ¿lo dice la mujer que se encargó de decirle a tooodas las enfermeras y doctoras de mi trabajo que soy un hombre casado?
- Alguien debía de darles la noticia ¿no?
- no golpeé a nadie
- pero estuviste cerca, las chicas de oncología me hablaron de ese día
- No es igual- baja la guardia la pelinegra y él sabe que ella está perdida.
El alto joven aprisiona de un solo movimiento la fina cintura de su amada y eleva la barbilla para perderse en sus ojos amatista. La atracción entre ambos hace su efecto y se besan como una llama de fuego naciente, que comienza con una pequeña chispa y sin saber cómo se convierte en un torbellino que solo frena cuando a ambos les falta el aire para respirar.
- ¿tregua?- ofrece él
- Solo si prometes controlar esos celos
- Te lo prometo…
Un beso es el que está a punto de sellar esa promesa pero una fuerte punzada en la cabeza de la pelinegra se los impide, una terrible visión de un desconocido lugar ardiendo en llamas y ciento de gritos clamando por sus vidas aturde la cabeza de la joven pelinegra, de repente todo es obscuridad, de repente la nada.
- Hōbijin… ¿estas bien?- es lo primero que escucha cuando despierta en su habitación, Darien y Hotaru la observan preocupados
- ¿qué me pasó?
- te desmayaste linda. ¿te sientes bien?
- Claro que estoy bien. Quizás fue el exceso de sol lo que me afectó.
- No más sol para ninguna de ustedes hoy- amenaza el pelinegro- Ahora, Hotaru, quédate a hacerle compañía a Rei, les prepararé la cena.
- No es necesario que hagas eso, estoy bien.
- No más peleas por hoy, señora Chiba. Hotaru ¿la cuidarás?
- Cuenta con eso, Darien
El pelinegro sale con una sonrisa en sus labios, la joven de cabellos cortos observa a la mujer a su lado con preocupación.
- ¿De verdad estás bien?
- Claro que si. No te preocupes por nada.
- ¿tú también lo sentiste?- interroga Hotaru luego de unos segundos de pausa
- ¿el qué?
- El fuego…el miedo…el dolor de todas esas personas
El silencio de boca de Rei confirma a Hotaru que no fue la única en vivir aquella sensación
- ¿tienes idea de quienes eran o dónde?
- No, fue una visión diferente. Jamás había soñado algo así, fue demasiado real pero también demasiado lejana…como si no hubiera sido una visión de la tierra
- ¿quizás del milenio de plata?
- No. He vivido cientos de visiones del milenio de plata y nada se asemeja con eso…fue diferente.
- Me dio mucho miedo, Rei…
- No temas…solo fue una visión. No puede hacerte daño
- ¿de verdad?
- Si, pero será mejor que Darien no sepa nada ¿de acuerdo?
- Si.
- Bien
- Rei…
- ¿qué pasa?
- Me siento cansada.
- Duerme un poco..Te despertaré cuando la cena esté lista
- Si…
Tan pronto la muchacha pronunció esa palabra se dejó caer en un profundo sueño. Rei era mucho más joven cuando tuvo sus primeras visiones, quizás por ello no le afectaba tanto ahora el tener una visión de vez en cuando, aunque…hacía mucho no tenía una visión y peor aun, una tan real…
- ¿de verdad no vas a buscarla?- Escuchó Rei una voz en el balcón de la habitación de Hotaru, era Luna que la veía con sus ojos rubí desde la ventana.
- Luna ¿cómo me has encontrado?
- Eso no es importante ahora, Debes dejar todas estas tonterías y acompañarme a Buscar a Serena, He hablado con Setsuna y quizás si…
- No voy a acompañarte a ningún sitio, Luna…lo siento
- ¿de qué estas hablando? Tú le has jurado lealtad a nuestra princesa y…
- Serena no desea que la busquen, ella misma me lo dijo.
- ¿cómo pudiste hablar con ella y no decírmelo? llevo demasiado tiempo buscándola y…
- Solo necesitas saber que ella está bien y que no desea volver aquí
- Tú debes saber dónde está. Con tus poderes y las habilidades de Setsuna…
- No iré, búscala tú si lo deseas, pero lo harás contra su voluntad.
- Bien sabía yo que eras una traidora. ¿crees que solo porque conseguiste casarte con el novio de tu mejor amiga estarás bien? Claro que no, Rei…Apena Serena vuelva Darien te abandonará y volverás a estar sola.
- No retengo a nadie contra su voluntad, Luna. Si él desea irse en este o en cualquier otro momento será su decisión, no la mía.
- ¡eres una terca!
La gata negra desapareció entre los árboles y la pelinegra cerró las ventanas. Hotaru estaba dormida y le apagó la luz antes de salir de la habitación. Aquella charla con Luna la había afectado más de lo que hubiera deseado y sabía que sería descubierta por Darien si la veía así.
Entró en su habitación y se sentó ante el espejo de su tocador, de verdad lucía pálida por el coraje de haberse encontrado Luna, si bien era cierto que jamás se habían llevado bien, también lo era que cada que se encontraba con ella su salud se veía afectada.
- Creo que tus poderes son superiores a lo que creía- dijo una voz a las espaldas de la muchacha, era una alta muer morena de ojos rubí.
- ¿En verdad no puedo mantener en secreto mi destino de fin de semana?
- No para la guardiana del tiempo- bromea la morena
- Apagar los celulares hoy en día ya no es suficiente para tener privacidad
- Sé que Luna vino a verte
- Y seguro también sabes lo que le respondí. No voy a ir a ningún lado y por favor no intentes convencerme de…
- Estoy de acuerdo en tu decisión- interrumpe la morena- Será mejor no buscar a Serena, por más que insista Luna
- Tú sabes dónde está ella ¿no es así?
- Solo sé lo que pasaría si el curso de las cosas se modifica.
- Su desaparición ha alterado el futuro, ¿o me equivoco?
- No…No te equivocas, Rei. Un nuevo destino se forma todos los días, del hecho de que elijas cereal para el desayuno o huevos revueltos crea dos vertientes diferentes del futuro. Cada decisión lo modifica, la desaparición de Serena lo alteró significativamente.
- Me sorprende que vengas aquí y sobre todo…que no insistas en encontrar a Serena como lo insiste Luna.
- Tengo mis razones para no hacerlo.
- Y claro, yo no puedo saberlo ¿no es así?
- Tienes toda la razón. Solo vengo a pedirte que no accedas a las peticiones de Luna, Hacerlo desencadenaría un terrible caos.
- Setsuna… Sobre mis visiones…
- No temas…Si no ayudamos a Luna en sus objetivos todo eso no pasará de una terrible pesadilla
- ese lugar…jamás lo había visto, Setsuna.
- No pienses más en esas visiones. No deben de preocuparte en absoluto. Desaparecerán dentro de poco
- ¿por qué Hotaru también las tiene? ¿Por qué tiene los mismos sueños que yo?
- Son sus poderes, ustedes tienen muchas cosas en común.
- Pero…
- No puedo responder a todas esas dudas que están en tu cabeza. Por favor… disfruta de tu vida, Rei…
- ¿has venido solo para eso entonces? ¿no responderás ni una sola de mis dudas?
-Lo siento…También quise aprovechar para ver a Hotaru, sé que está dormida. Solo la veré un segundo. Te dejo, sé que es un poco tarde, pero felicidades por la boda.
- Gracias- dice la pelinegra resignada- Setsuna, Hablando de eso…
- ¿si?
- Procura no visitar la puerta del tiempo esta noche ¿quieres? No deseo recibir ni más visitas ni más intromisiones…
- comprendo, descuida…- sonríe la de piel morena- te veré luego
- Procura llamar
- Lo tomaré en cuenta la próxima vez, disfruta tu cena- dijo la morena con un toque de picardía que Rei no le conocía.
La guardiana del tiempo se desvaneció en el aire mientras Rei la veía desaparecer por el espejo.
- Luces hermosa luego de ir a la playa.
- Eres un adulador, Darien- sonríe ella al escucharlo entrar a la habitación, ya estaba sola.
- fue una gran idea venir aquí, Hotaru la pasó muy bien y tus ojos brillan de una forma diferente hoy.
- Debo aceptarlo- dice la pelinegra poniéndose de pie y enredando sus brazos en el cuello de él- si ha sido una gran idea tomarnos el fin de semana libre
- Tú estabas muy tensa y Hotaru estaba muy concentrada en su debilidad, ahora la he visto brillante, sonriente como una muchacha de su edad.
- Aunque se ha quedado dormida
- ¿dormida?...pero si ya hice la cena
- hoy será cena para dos…
- si, cena para dos, señor Chiba…
- eso me pone creativo, señora Chiba
- y a mi hambrienta- agrega ella mientras besa la comisura de los labios de él y separa de prisa para correr a la puerta de la habitación- hora de cenar…
París, Una fresca mañana de otoño:
La vida seguía su rumbo con total naturalidad en la ciudad Luz. Luego de aquellas vacaciones Hotaru parecía haber recuperado su energía y la alegría estaba de nuevo en aquel pequeño hogar. Rei servía jugo y café a la mesa y algunos platos con huevos revueltos y pan tostado, dejó la cacerola sobre la estufa cuando se dio cuenta que unos brazos fuertes la sujetaban por la espalda.
- Te levantaste temprano- ronronea la voz a sus espaldas
- quise hacerles el desayuno, he estado practicando
- Huele delicioso, Hōbijin pero no es necesario, sabes que a mi me encanta prepararles el desayuno
-Lo se, pero también sé que es un día pesado para ti, tienes cirugía y clases por la tarde.
- Es verdad, linda. Pero eso no importa, amo consentirlas.
- si nos consintieras tanto habrías comprado mis galletas para ir a la escuela- interrumpe Hotaru fingiéndose molesta.
- Las compré. Están en tu bote de galletas, linda.
- Eres el mejor- sonríe la muchacha abrazando al pelinegro y besando su mejilla- Rei, me hace tan feliz que te casaras con él. Ahora los dejo, debo irme.
- ¿a dónde crees que vas, señorita?
- Debo ir a la escuela, los veré por la tarde, mis amigas quedaron de venir por mi.
- Siempre te llevo al colegio, Hotaru.
- Hoy no, los dejo solos
- ¿ni siquiera vas a desayunar?- se ofende Rei
- Es que mis amigas….
- Está bien, ve- se resigna Rei- Pero lleva tu almuerzo
- Si- sonríe la joven y besa a ambos muchachos- los veré por la tarde
La jovencita salió corriendo dejando a solas al matrimonio.
- Hotaru debe de estar nerviosa- dice la pelinegra para romper el silencio- hoy te dan los resultados de sus últimos análisis ¿verdad?
- Si, hoy por la tarde. Verás que todo está bien, la he visto más animada, más sana.
- Ha estado muy pesimista últimamente, espero que su humor mejore pronto. Cuando estas acostumbrado a que la tragedia te acompañe, es difícil ser optimista.
- Nosotros rompimos con ese ciclo, verás que Hotaru también lo rompe- tranquiliza el pelinegro- a ti también deberíamos de hacerte algunos análisis, linda. No has dormido bien últimamente y…me preocupas
- Estoy bien, solo algo inquieta por la salud de Hotaru
- A ti te pasa algo más…No solo es Hotaru
- Estoy bien, deja de preocuparte
- Ustedes son mi familia ahora…claro que me preocupan. Son mi mundo
- Te amo- se conmueve la pelinegra besando los labios del guapo doctor- Sé que no te lo digo muy a menudo, pero hay días como hoy en los que te lo ganas…
- sé que no me lo dices tan seguido, pero sé que me amas todos los días y que estés a mi lado es suficiente, Hōbijin, no puedo pedir más.
- come tu desayuno
- A la orden, señora- sonríe el pelinegro- Rei…
- ¿si?
- Ya que…No llevaré a Hotaru…me queda un poco de tiempo…¿tienes alguna idea para aprovechar el tiempo?
- Pues…quizás- coquetea la de ojos amatista poniéndose de pie y quitándose la bata para quedarse totalmente desnuda- Estoy satisfecha…iré a darme una ducha, disfruta tu desayuno, querido…
Rei caminó hacia la habitación disfrutando el rostro sorprendido del hombre frente a ella. Adoraba jugar así con las emociones de Darien, adoraba saber lo que despertaba en él y adoraba saber que el baño de esa mañana sería demasiado excitante…
Nemesis
El sol brillaba con el mejor de sus brillos en Némesis, de un tiempo para acá las mañanas y los días enteros en Némesis eran soleados y perfectos, también lo era la vida del joven monarca.
- ¿de verdad tienes que irte?
- Parece que hay unos revoltosos dando problemas lejos de aquí, Zafiro insiste en que es mejor que vaya.
- Pero nos dejarás solos a Helios y a mi…te extrañaremos
- Lo sé, pero su seguridad es primero. No soportaría que algo les ocurriera a Helios o a ti por un descuido.
- ¿entonces es peligroso?
- No lo sé, quizás mi hermano exagere, quizás no es nada…
- Entonces vamos a dejarlo de lado…no te vayas
- Quizás sea lo más peligroso del mundo para mi familia y para Némesis, no me arriesgaré a eso, Serena. ¿estarán bien sin mi?
- Solo si prometes volver sano y salvo y lo más pronto posible.
- Te lo prometo- dice solemne el de cabellos de nieve mientras besa la mano de su esposa- antes no tenía una razón para volver, ahora la tengo…y son dos.
El alto monarca se alejó con pesar de la muchacha rubia y su pequeño hijo, era la primera vez que se alejaba de su familia y eso le dolía realmente.
París…
La pelinegra llegó a casa con una montaña de libros, su bolso y algunas otras bolsas con contenidos desconocidos, le sorprendió no encontrar un delicioso olor en el departamento y sobre todo las luces apagadas.
- ¿Darien?
Nadie contestó
- Rei, he llegado- dice la muchacha de ojos amatista y corta melena- ¿Por qué no huele a comida?
- Creo que algo retrasó a Darien para poder llegar a casa ¿quieres que encarguemos algo de cenar?
- Si, Pizza estaría bien
- ¿de vegetales?
- Si, y algo de pasta.- una con mucho queso
- Está bien, yo ordenaré la cena. ¿por qué no vas a cambiarte mientras llega?
- Si, me daré un baño también, hoy fue un día pesado
- ¿quieres hablar de ello?
- No…solo me daré un baño- apenas dice la muchacha de ojos amatista para luego desaparecer por el pasillo
- Rei envió un mensaje de texto al médico, pero no hubo respuesta, ella pidió la cena y se percató de que había una llamada en espera en su celular y la tomó.
- "Señora Chiba, Habla Sor Margarite, Directora del colegio de la señorita Hotaru, usted está identificada como su tutora.
- Si, soy yo. ¿ocurre algo con ella?
- Últimamente la hemos notado algo…diferente
- ¿diferente?
- ¿la señorita Hotaru ha estado comiendo y durmiendo bien?
- Claro que si, ¿por?
- la señorita se ha negado a participar en cualquier actividad deportiva de la escuela
- Bueno, nunca ha sido muy deportista
- Si, pero también se ha quedado dormida en clase y la vemos muy cansada en el instituto. Nos preocupa que tenga problemas en casa.
- Ella está bien en casa, madre. Le agradezco su preocupación y lo revisaremos.
- Quizás tengan problemas. No sé cómo se le ocurrió al padre de la señorita Tomoe dejarla custodiada por ustedes dos. Son un matrimonio demasiado joven para apenas hacerse cargo de ella.
-Con todo respeto…si el señor Tomoe no confiara en nosotros no habría dejado la custodia de su hija a nuestro cargo.
- Quizás podría darme el teléfono del señor Tomoe y…
- Yo resolveré esto con Hotaru, gracias por su interés.
- Pe…pe…
- Buenas noches
La pelinegra colgó su celular y lo apagó. Se acercó a la habitación de Hotaru y la encontró dormida, no se atrevió a despertarla, la pizza llegó minutos después.
- ¿ocurre algo Hōbijin? - preguntó Darien cuando llegó al departamento y encontró a su esposa sentada en la sala, meditabunda.
- La directora del colegio de Hotaru llamó, dice que ella ha estado muy diferente últimamente y nos culpa a nosotros de su bajo desempeño ¿puedes creerlo?
- ¿dónde está Hotaru?
- Dormida en su habitación
- ¿en verdad? Pero si es aun muy temprano.
- Está muy cansada últimamente, pero si duerme bien y come bien ¿crees que esté consumiendo algo? Es muy joven…
- Rei…tengo los análisis de Hotaru y los resultados de todas sus pruebas
- ¿consume drogas?- se preocupa la de ojos amatista al ver la mirada de su esposo, él negó con la cabeza y se sentó junto a la muchacha- ¿qué ocurre, Darien?
- Hōbijin… debes tomarlo con calma
- ¿qué puede ser tan delicado, Darien? ¿regresó su anemia?
- No…
- Entonces estará bien, mañana compraré un procesador, le haré jugos de mil cosas y…
- si, Reiko. Hay que consentir mucho a Hotaru…hay que ver por ella
- Darien… ¿estas bien? ¿qué tiene Hotaru?
- Ella…Tiene Leucemia…Leucemia aguda
- ¿puede morir?
- Si…
¡Hola!
gracias por leer una vez más las ideas de esta endemoniada mente. No han sido días fáciles pero hoy tuve chance de editar y ya he avanzado un poquito más en esta historia, pero voy a paso lento aunque quisiera ir más rápido, gracias por comprender.
Irais:
Si, el famoso Helios Black ha llegado y promete ser un buen chico rompe corazones
Abel Gregov
gracias por tu review y por tus porras, espero este capitulo haya sido de tu agrado
Leonor de Eboli:
ya se que te haré sufrir un poquito con este capitulo amiga, pero las cosas tienen que ser como tienen que ser para que la historia llegue a donde debe llegar.
Lector silencioso:
sé que estas ahí, anda, animate a comentar, los reviews son alimento para el alma del escritor.
chicos, no prometo publicar la semana entrante, espero que si se pueda pero la vida es una moneda al aire, trataré de seguirles escribiendo para que esta historia tome la forma que necesito, este es tan solo el inicio. les mando un abrazo y los quiero.
saludos!
