HIjo de la Luna

Capitulo 6

"Ya te estoy Imaginando"

Llevo 2 años esperándote
Y he tardado 2 minutos en quererte.
No estoy buscando noches fáciles,
Lo que yo quiero es aprenderte.

Ya te estoy imaginando llevandome de viaje a tu cintura,
Rompiendo con tus ojos mi armadura,
Tirando el muro que yo construí.
Ya te estoy imaginando...

Marwan

La rubia mujer de ojos azules cantaba una nana junto a un pequeño lago en Némesis. El bebé entre sus brazos dormía plácido y sonriente, ella no podía más que sonreír al ver la dulce sonrisa del pequeño. Helios le inspiraba tanta paz…

- Así que aquí estás…

- Vi que estabas ocupado con unas personas, no te quise interrumpir…

- nunca me interrumpes- dijo el de cabellos claros- aunque agradezco que no te acercaras… la verdad es que no me gustaría que te involucraras en todo esto

- ¿está todo bien?

- parece que consiguieron acordonar los ataques… eso nos dará un poco mas de tiempo

- entonces no te irás pronto

- no lo sé Serena…con las guerras nunca se sabe, espero que no…- un rastro de tristeza apareció en el rostro de la rubia- pero te tengo un regalo

- ¿a mi?

- sé que hace poco fue el equivalente a navidad en tu planeta…yo tengo algo para ti

- ¿de verdad?
- claro…

El alto joven invitó a la muchacha a sentarse en una banca y sacó de su bolsillo una pequeña bolsita, en ella un collar con una piedra demasiado extraña y brillante.

- Solo se dan en la tierra de mis ancestros, puede parecer un simple diamante, pero si ves en su interior…

La muchacha puso atención en el prisma entre sus manos, cuando lo veías con más cuidado la luna y un extraño punto obscuro se unían en un momento, repitiendo la operación una y otra vez

- te revela la esperanza que existe en tu corazón….

- es hermoso, Diamante…pero yo a ti no te tengo ningún obsequio

-que estés a mi lado es el mejor de todos los obsequios…te amo

y yo a ti…

París

La mujer de ojos amatista veía por su ventana el perfecto paisaje Parisino. Amaba esa vista, la había adorado cuando se mudó a París y la siguió adorando todo el tiempo.

- Empiezo a sentirme celoso de la forma en la que miras esa torre, yo soy mucho más guapo

- ¿estas celoso de la torre Eiffel? - Se burló Rei girándose para encontrarse al pelinegro solo cubierto por una toalla

- me gusta más cuando yo soy el que llama tu atención

- pobre bebé- se burla ella mientras suelta una pequeña risa y tira de él para acercarlo a ella- quizás si me ofreces una mejor vista…

- Todo para la señora…- sonríe él dejando caer la toalla y tirándose sobre su ninfa en la cama para besarla profundamente en los labios- Tus labios deben de ser una categoría diferente de pecado…

- quizás…

- Algo te ocurre, Hōbijin.. ¿qué te pasa?

- Hoy es el día que nos dan los resultados del trasplante de Hotaru… ¿crees que todo salga bien?

Darien calló un segundo, pero ella supo que él callaba algo importante…

- no lo crees… ¿verdad?

- Solo te puedo prometer que sea cual sea el resultado velaré por su salud y agotar hasta la última opción.

Rei se abrazó al pecho de su pareja en silencio, él besó su cabeza con ternura y enredó entre sus dedos un mechón de cabellos de la joven.

- ¿morirá?

- No lo sé, Hōbijin… Hay algunas cosas que me preocupan, quizás esto exagerando, pero si no…quizás el hecho de que ella se sienta bien y amada le ayudará mucho…

- es demasiado joven para pasar por todo esto…

- tú también, Hōbijin…y te has hecho cargo de ella como nadie

- No he estado sola. Tengo un esposo fuerte y la peor parte no la llevo yo…

- Lo sé…debemos mimarla mucho, mi abuelo y tu padre la han mimado mucho también. Como a una nieta

- Lo sé. Mueren por uno de verdad, pero les he dicho ya que tendrán que esperar al menos a que termine la universidad.

Darien frunció el ceño pero no dijo nada.

- Estas de acuerdo, ¿verdad?

- He de decirte que nada me haría más feliz que un pequeño o una pequeña con tu sonrisa, tus ojos, tu belleza y mi apellido corriendo por el departamento. Sé que no es tu momento y la verdad es que planeo pasar el resto de mi vida a tu lado… no tengo prisa de nada, linda…solo de estar a tu lado

- amo estos momentos…- sonríe ella

- podemos mejorarlo- insinúa él besando el hombro desnudo de la mujer entre sus brazos

- durante la noche, ahora debo de ir a la universidad. Tengo que ver a algunos de mis profesores para validar los trabajos pendientes.

- ¿quieres que te lleve? Tengo tiempo

- No. Mejor quédate con Hotaru…no me gusta dejarla sola

- ¿te llevarás el coche?

- Si. No tardaré mucho, así me aseguro de que mi chico esté en casa cuando yo regrese.

Ella se puso de pie y caminó hacia el baño de la habitación

- No comas nada en la calle, cuando regreses te tendré algo rico de desayunar

- me aseguraré de conservar mi apetito- sonríe ella mientras cierra la puerta de la habitación priva a Darien de la vista.

Ella se esforzaría por llevar las cosas lo mejor que pudiera y ser optimista, aunque jamás había sido su fuerte. La vida no era tan benevolente con ella…

Condujo hasta la universidad en silencio. Algunos de sus compañeros la saludaron sonrientes y conversaron con ella hasta los salones de la universidad. La joven de ojos amatista charló con sus maestros para seguir con su clases a distancia. Prefería mil veces seguir con los estudios desde casa que dejar a Hotaru sola en esos días, sospechaba que las cosas no estaban por mejorar…

- ¿cómo puedes llevar una vida tan tranquila cuando tu supuesta mejor amiga está desaparecida?

- ¿ Luna?- susurra Rei girándose para encontrarse con una gata negra que la veía con coraje

- Tuve que pasar semanas enteras antes de que estuvieras sola para poder hablar contigo.

- ¿me espiaste durante semanas?

- detesté ver tu aburrida vida. Los ancianos visitando tu casa, la traidora de Makoto y Andrew y Darien que jamás te deja sola

- no sabía que ahora fueras espía…

- eso no es asunto tuyo

-Entonces dime qué si lo es, porque debo volver a casa pronto.

- Creo que encontré cómo localizar a Serena. Si vas a Japón conmigo, quizás con tus poderes y la ayuda de Setsuna…

- Ella no quiere ser encontrada, Luna. Te lo dije ya

- No te estoy pidiendo tu opinión. Si tomas el vuelo de las once, quizás…

- No- dijo tajante la pelinegra- No pienso ir a ningún lado. Tengo una vida aquí

- No puedes ser tan egoísta, es tu misión

- No. Tu misión es y siempre fue velar por la princesa…la mía se terminó cuando ella eligió que no necesitaba ser protegida.

- Eres una egoísta

- Quizás…

- Encontraré la forma de dar con ella, aunque me lleve la vida

- Te deseo suerte…- Dice despreocupada la de ojos amatista siguiendo su camino

- Solo una cosa más, Rei…- la pelinegra se detuvo pero sin girarse- Te di a elegir y elegiste la opción incorrecta, ahora deberás soportar las consecuencias….

- siempre he vivido con ellas…- Dice Rei girándose levemente. Luego emprende su camino intentando no sentirse afectada, algo en su interior le decía que en un futuro no muy lejano se arrepentiría de haber retado a aquella pantera…

- Luces preocupada, Hōbijin…- susurra el pelinegro mientras acomoda un cadejo de cabellos detrás de la oreja rosada de la joven pelinegra- ¿te fue bien en la escuela?

- Todo bien…

- mmmhhmm…te conozco, sé que algo no está bien dentro de esa cabecita guerrera

- ¿tienes los resultados de Hotaru?

- ¿quieres una copa?

- Darien…- apenas puede susurrar ella

- No quiero que te preocupes por nada. Ella…estará bien, linda. Te lo prometí, lucharé por ella médicamente, hasta lo imposible…

Ella se quedó en silencio. Por primera vez en mucho tiempo no sabía cómo reaccionar ante tal declaración…él solo la abrazó contra su pecho

- Somos más fuertes que toda esa basura, Hōbijin…. ella estará bien

Un golpe en seco los hizo separarse y correr a la habitación de Hotaru, la joven estaba inconsciente, había sangre fluyendo de su nariz…

Cuando Hotaru despertó estaba en la cama de un hospital. No lo sabía pero había perdido la conciencia por casi un día, Rei estaba junto a su cama tomándola de la mano, la joven estaba dormida, parecía que la había vencido el cansancio.

- Rei… ¿dónde estoy?- interrogó la joven

- Te trajimos al hospital. Te desmayaste…

- Ha empezado….

- ¿de qué hablas?- preguntó la joven de ojos amatista, aunque suponía la respuesta, su piel se había erizado

- Mi muerte…he comenzado a morir…

- pequeña…no…

- Rei…Tu odias las mentiras ¿no es verdad?

- Si…

- Yo también las odio… Llevo semanas sintiéndome mal…he sentido cómo la muerte toca mi ventana, sé que vendrá por mi muy pronto…

- Lucharemos, Hotaru…Darien está buscando técnicas para ayudarte y…

- Rei. No hay mucho por hacer…El trasplante era mi última oportunidad, todos lo sabemos

- No podemos darnos por vencidas, Hotaru…somos guerreras, es nuestra naturaleza

- También es de guerreros saber cuándo has perdido una batalla. Solo… Solo quiero ir a casa, Rei… quiero estar con mi familia el día que tenga que morir, no en un hospital, sáquenme de aquí

- Hotaru. No pienso rendirme y tú tampoco vas a hacerlo, ¿me escuchaste?- dice molesta la pelinegra poniéndose de pie y saliendo de la habitación, allí se encontró con Darien que estaba por entrar a la habitación.

- ¿qué ocurre, Hōbijin? ¿por qué estás tan molesta?

- Hotaru ha despertado

- Creí que eso te daría gusto

- Ella quiere ir a casa, no quiere más doctores, más medicina y se niega a pelear y se da por vencida antes de pelear!

- Hōbijin…- Nombra él buscando en el violeta de aquellos ojos la conexión que los unía- quizás sea mejor darle gusto

- ¿qué? ¡No! Dijiste que lucharíamos, Darien. Dijiste que encontrarías la forma, dijiste que…

- tengo los resultados de las pruebas que le hicimos al llegar al hospital…Eso que la está matando avanza a paso acelerado…

- Dijiste que encontrarías la forma

- creí que tendríamos más tiempo, Hōbijin… generalmente cuando hay un rechazo de médula el deterioro no es tan acelerado como ahora…no comprendo, mis colegas y yo no comprendemos nada…

- La quiero viva, Darien. La quiero viva y sana y salva en casa

Él la abrazó contra su pecho y ella al final se quebró, era demasiado para que cualquier ser humano pudiera soportarlo.

- No quiero que muera, Darien…ella no…

- Debemos estar con ella, Rei…Ahora somos su familia…Ella nos necesita apoyándola…

- No quiero rendirme…no puedo…no…

- Shhh….estaremos bien…debemos de ser fuertes…por ella…

Quizás la fortaleza del matrimonio Chiba duró al inicio, pero cuando volvieron a casa y vieron a Hotaru deteriorarse poco a poco les fallaron las fuerzas. No era fácil ver a aquella jovencita tan alegre y llena de vida apagarse como una pequeña flama. AL inicio ella era capaz de dar pequeños paseos por versalles…luego necesitó verlo solo desde el balcón para finalmente verlo desde su cama, sus fuerzas menguaban y le era imposible salir de cama.

- te traje sopa…-dijo la pelinegra con la voz más dulce que pudiera usar- Es tu favorita, del restaurante frente a la torre Eiffel que te gusta. Juro que no la he preparado yo. Puedes comerla con toda tranquilidad

-Rei…no tengo hambre…

- Anda, come algo. Te gustará.

- Me duele el estómago. Preferiría no comer

- Hotaru…lo necesitas…

- No quiero- dijo con tristeza la jovencita- Rei…

- ¿si?

- ¿Moriré sin haber probado una sopa deliciosamente preparada por ti?

- No morirás…

- Moriré…las dos lo sabemos y quiero que lo aceptes- pide la muchacha con la mayor tranquilidad- por favor…

- te quiero a nuestro lado, Hotaru ¿es eso egoísta?

- Se que me quieren, yo igual…pero….la hora de irme se acerca, lo siento…

- Hotaru…

- Anoche soñé con un unicornio. Uno blanco que volaba conmigo. Fue un sueño hermoso…

- ¿un unicornio?

- Si…bellísimo. Me dio paz

La puerta de la habitación se abrió. Era Darien que llegaba con dos enormes ramos, uno de lilis y otro de tulipanes morados

- Darien- sonríe la joven

- Traje flores…para mis amores. Espero les gusten, también un pastel.

- ¿es para las visitas?

- ¿visitas?

- Si…

La joven de ojos amatista sonrió y detrás de la puerta aparecieron Makoto y Andrew

- Hemos llegado- sonrieron los jóvenes haciendo gran escándalo. -hemos querido hacerte compañía y vinimos a visitarte

- y tu abuelo les envió esto- dijo el rubio entregando un sobre al joven doctor

- Son boletos para un fin de semana en toscana- explicó el pelinegro a su esposa

- son por su aniversario- explica Makoto- quisimos ser cómplices

- Pero no podemos ir…

- nosotros nos quedaremos con Hotaru ¿verdad, Hotaru?

- Si, vayan…necesitan un respiro

- Estamos bien, Hotaru…Iremos después, cuando estés bien…

- Vayan ahora, por favor- pide la chica- les he tenido demasiado atados a mi enfermedad. Necesitan estar solos

- Quizás sería bueno aguardar un poco más- apoyó Darien

- Pamplinas. Nos quedaremos con Hotaru y ustedes irán a disfrutar de Italia. Solo es un fin de semana. Además, Tu suegro estará aquí el fin de semana.

- En ese caso…algo de sol te caería muy bien, linda.- invita él y ella duda. él le extiende un papel- te mandan un mensaje

-"queremos nietos" no quitan el dedo del renglón…

- ¿de verdad estarás bien?

- Si…no moriré mientras están lejos, lo prometo

- Solo porque no quiero escuchar de nuevo a mi padre pidiéndome nietos…

- Esa es mi chica…- abraza Darien a su chica por la espalda

La toscana era un lugar mágico. El matrimonio Chiba se había hospedado en una pequeña casita, no en un hotel, buscaban privacidad…

- Podría amanecer todos los días con este paisaje- susurra Darien al oído a su esposa

- Darien…

- El amanecer en la toscana te hace lucir aun más linda

- que cosas dices…

- Donde sea que estés luces linda, pero…hay algo aquí

- Me agrada que conociéramos juntos este lugar…Gracias por insistirme

- Solo quiero que estés tranquila

- Soy fuerte, Darien

- Lo sé- apoya con seriedad el muchacho- Pero esto es de dos… necesitamos estar juntos, apoyarnos…

- Estoy acostumbrada a hacer las cosas sola

- ya no más. No estás sola, Hōbijin. Somos tu yo, necesitamos hacer las cosas juntos.

- ¿crees que podré? Siempre he estado sola

- Hōbijin…- susurra él al oído de la muchacha- ¿ves estas argollas? Significan algo…

- Si… que tu y yo somos uno…

- Que lo que te duela a ti me duele a mi…y que las cosas serán más ligeras si las compartimos… me lo has dicho siempre

- entonces recuérdalo… Solo por hoy…intenta dejar todo de lado. Te prometo que lo que sea que te preocupe… nos estará esperando a nuestro regreso

- vamos a recorrer el pueblo… ¿si?

- Te compraré algo lindo allí, lo que tu quieras.

- buena oferta… iré a ponerme mis pantalones para que cumplas esa promesa

- ni siquiera hemos desayunado

- entonces también me comprarás algo de desayunar. Son nuestras vacaciones… no vas a cocinar hoy también

Darien sonríe y besa los labios de su esposa

- algo rico encontraremos…

A pesar de las muchas opciones, Rei terminó por beber solo algo de jugo de naranja, no tenía muchas ganas de comer a esas horas de día, quizás por lo pesado del viaje, quizás por todas sus preocupaciones el apetito se había ido.

- unas golosinas te harán feliz, ¿no lo crees?

- no, no quiero nada ahora- pide la joven- ¿de acuerdo, Darien?

- No, no lo estoy- seco dice el joven abrazando la cintura de la chica y presionándola contra su cuerpo- pero se que no debo de presionarte y al menos voy a estar a tu lado y pasearte por este mercado ambulante para que veas la exquisita fruta…mira venden cerezas…

- Darien…

El muchacho tomó una cereza y se la puso en la boca a la chica que la recibió sin chistar, él sabía que las cerezas eran su debilidad

- ¿ves? son ricas

- sabes que prefiero los chocolates, pero… esto está delicioso

- ¿te gustaría vivir aquí?

- ¿aquí?

- Es un lugar lindo ¿no?

- Hermoso… me encanta

- ¿por qué no mudarnos aquí?
- Darien…mi carrera, tu especialidad…

- No dije que ahora.. después…cuando los dos terminemos nuestros estudios

- creí que te gustaba París

- Solo fui a París porque tu estabas allí… pude haberte seguido al Congo

- ¿tanto te gusta aquí?

- Me gusta como luces aquí. Te ves tranquila… te ves…radiante

- que cosas dices…

-Estaré donde quieras estar… pero tener una casa aquí… eso si pasará

- me agrada la idea de tener una casa aquí, Darien…mudarnos a Italia… sería algo de pensarse

- No importa, me basta con pasar unos días aquí. ¿sabes? Los chicos se ven tal felices aquí, me gustaría ver a nuestros hijos correr aquí como los demás pequeños..

- está yendo muy lejos, señor Chiba…No tenemos aun planes de nada

- No tengo prisa de nada…bueno…si

- ¿se puede saber de qué?

- De ti…-amenaza él haciendo cosquillas a la muchacha que se queja y se escapa de su abrazo- ah, no Hōbijin… no escaparás más de mi…

- No me harás más cosquillas…

- puedo hacerte más cosas…

- para eso…tendrás que alcanzarme

Y vaya si se esforzó para alcanzarla, terminó igualándola justo cuando llegaron a la casa que habían rentado

- Siempre te alcanzaré…

- ¿en serio?

- Si… Ya no te escapes más

- Entonces se volvería muy aburrido…

- Tengo formas más divertidas de demostrarte que es mejor que te quedes a mi lado… es divertido

- deberás convencerme…

Una sonrisa seductora en el muchacho y en un segundo toma en vilo a su pareja y la lleva en brazos adentro, pensaba explicarle de muchas maneras su punto durante el resto de la tarde…

Nemesis:

El pequeño niño de cabellos blancos se encontraba en su sala de juegos mientras su madre lo observaba, era sorprendente ver como en Nemesis el tiempo no corría de la misma forma que en la tierra.

- Solo por estas cosas me gusta volver a casa

- ¡Diamante!- brinca la muchacha rubia mientras corre a abrazar a su pareja, el pequeño niño también corre hacia su padre y este los abraza a ambos

- Eres ya todo un hombre, hijo- bromea el padre al revolver el cabello de su pequeño hijo

- Diamante…tiene dos años

- En mi mundo eso lo hace ya bastante maduro

- en el mío no, es un bebé

- espero que pueda seguir siéndolo mucho tiempo

- ¿por qué no iba a ser así? Es nuestro hijo…

- Me preocupa que tenga que enfrentarse a la realidad muy pronto

- ¿a qué te refieres, Diamante? ¿pasó algo malo en tu ultima expedición?

- Espero que no

- Ante…algo me estás ocultando, hace mucho tiempo dijiste que todo estaba controlado, luego, de buenas primeras desapareces diciendo que necesitas revisar algo en las fronteras y … te vas

- Solo era alguien tratando de ingresar a nuestra galaxia, nada importante

- ¿nada importante?

- estamos demasiado lejos de todos, así me gustaría continuar, Serena. Esa extraña presencia…desapareció y creo que así seguirá.

- ¿lo atacaron?

- No.

- ¿no?

- cumplí con mi promesa, no atacamos a nadie, solo usamos un par de trucos del planeta de mi madre, esa presencia desconocía que estuviéramos aquí, quizás solo estaba buscando algo… pero prefiero que no lo busque aquí Solo "desaparecimos de su radar"

- ¿pueden hacer eso?

- Si, con magia

- ¿y estaremos bien?

- Si, espero que si…-tranquiliza el hombre de tez blanca besando la cabeza de la muchacha- me aseguraré de su tranquilidad, linda… al precio que sea.

- espero que ese precio no tenga que ser tan alto, Ante… me alegra que consiguieras organizar a los demás

- todos queremos paz, Serena. Yo la quiero más que nada desde el día en que llegaste a mi vida…

- Ante…

- quiero lo mejor para ustedes, Serena.

- Lo tendremos…estas con nosotros

- ¿no extrañas tu planeta?

- Extraño a mis amigas…pero no a mi planeta, no mi vida anterior y como imagino que sé porqué lo preguntas…tampoco extraño a mi pareja anterior

- Pero…

- Lo nuestro es por mucho más real que lo que pude haber tenido con Darien, Diamante… aquí estoy feliz

El joven se relaja sonriente

- Yo también estoy feliz… Alguna vez creí que mi destino era estar solo… luego llegaste tu y Helios…

- Diamante…Sobre él…hay algo de lo que quería comentarte

- ¿qué pasa, Serena?

- Hace un par de noches… mientras estabas fuera…algo ocurrió

- ¿algo?

- Acosté a Helios en su cuna y me fui a dormir…cuando lo hice, soñé con él…jugando en el cuarto de juegos, aquí….

- es normal que sueñes con él

- si… pero no es normal que él haya amanecido aquí…lejos de su cuna. Pregunté a todos en palacio, nadie lo movió de su cuna

- oh…ya veo…es eso- se relajó el muchacho

- no parece preocuparte

- no lo hace… Querida…Creo que…debe de saberlo

- ¿sabes qué?

- Bueno…te he hablado de mi madre

- si, claro…

- Bueno…creo que omití contarte que en mi familia, el poder controlar los sueños es algo…normal

- ¡Normal!

- Pues si….entrar al sueño de alguien, manipular ese universo…es normal

- ¿tú puedes hacerlo?

- alguna vez lo hice de niño, pero eso requiere mucho esfuerzo y no tuve a nadie que me enseñara a controlarlo así que… no lo hago.

- Pero podrías, si quisieras

- si, si quisiera y me esforzara…podría

- ¿y qué haré yo? ¿cómo lo cuidaré de que se lastime? ¿cómo lo protejo? ¿cómo?

- tranquila…pediré una niñera al planeta de mi madre, alguien habrá allí que nos oriente

- ¿Helios estará bien?

- muchos niños tienen ese poder…él podrá controlarlo, no temas

- Me alegra que estés a mi lado para afrontarlo

- Serena, tenemos un hijo precioso…él estará bien, tranquila. ¿quieres pasteles? Mandé a traer varios

- si, si quiero. Helios, ¿quieres pasteles?

- ¡si!

- eso lo heredó de ti- bromea el pálido joven

- Lo sé…

Serena estaba lejos de imaginar la aventura en la que se embarcarían a partir de ese día con el pequeño Helios…no sería sencillo.

En una pequeña casa en La toscana:

La luz del sol cubría sus cuerpos desnudos, fue Rei la primera en revolverse sobre el colchón, instintivamente un par de brazos atrajeron su cintura y ella sintió el cuerpo de su pareja reaccionar ante el contacto.

- No puedo creer que luego de la noche que pasamos sigas pensando en eso…- susurra la joven

- No fui el único, Hōbijin… alguien se negó a quedarse dormida cuando vio que estaba amaneciendo y abusó de mi cuerpo a su antojo

Ella sonríe y se coloca a horcajadas sobre el cuerpo desnudo del joven pelinegro

- ¿acaso no firmaste un papel donde decías que eras mío completamente?

- pues…si

- todos aquí parecemos saberlo…incluso su cuerpo, doctor Chiba…

- Jamás dije lo contrario, señora Chiba. Usted debería descansar, para eso era este viaje….

- Creí que era para disfrutar de usted…

- Si esas son sus intenciones, señora…claro que no tengo nada que decirle, estoy a su entera disposición…

- Usted es un hombre tan sacrificado….

- Solo por usted, señora Chiba- susurra el pelinegro mientras coloca sus manos sobre las caderas desnudas de la pelinegra para empujarla hacia él y provocar un beso suave- por nadie más

- Más te vale, Darien-amenaza la muchacha volviendo a besar al pelinegro

- Espera…tengo algo para ti…

- ¿qué es?
Darien rebusca debajo de la almohada y saca una bolsita de terciopelo que entrega a la chica

- lo compré mientras elegías las compras para Hotaru y los demás

- No necesito nada

- Lo sé, solo es un detalle

Ella sonrió y lo sacó de la bolsita, era un colgante de plata con la figura de un fénix

- me encanta

- tiene una inscripción

- "Eternamente tuyo"

- más te vale cumplirlo

- Voy a ponerte ese collar- dice decidido el joven incorporándose con la joven aun sobre él, se las arregló para colocarse a espaldas de la muchacha y acomodar su cabello hacia adelante, acarició intencionalmente con la yema de sus dedos la espalda de su mujer y esta se estremeció al contacto. Tomó su tiempo para cerrar el broche y terminando besó el hombro desnudo de la muchacha- lo harás lucir precioso

- Me gusta…y creo que debo recompensarte de una u otra forma…

- No necesito regalos, Hōbijin….

- Lo se… por eso voy a invitarle a acompañarme a darme un baño…esa bañera es exquisita…

La sonrisa se colgó de los labios del pelinegro al ver a la muchacha caminar desnuda hacia el baño, se puso de pie pero cuando se disponía a encaminar sus pasos, el celular sonó.

- ¿qué pasa, Doctor, no va a acompañarme?- Interroga ella cuando ve que Darien no la alcanza, la mirada en ese rostro que tan bien conoce la hacen detenerse en seco- Darien…

- Debemos volver a casa, linda…

- ¿Hotaru?- pregunta con miedo la pelinegra, él asiente- iré a hacer maletas

- llamaré para adelantar los boletos de nuestro vuelo, Hōbijin…

Ella asintió en silencio y se escabulló, sus más terribles pesadillas la esperaban en París…

El vuelo les pareció eterno, aun cuando encontraron un taxi casi inmediatamente después de salir del aeropuerto. Igual les pareció eterno el instante en el que el ascensor llegó a su piso, el mundo se les derrumbó cuando encontraron a Hotaru en su cama, dormida

- Darien…- nombró un alto y rubio joven que aguardaba junto a la cama

- Paul…¿cómo está Hotaru?

- Está dormida, amigo. Le inyecté algo para que pudiera descansar

- Si estás aquí es porque hubo una emergencia

- ¿qué ocurre, Paul?

- Ella llevaba días sintiéndose mal… decidió ocultarles su malestar porque no quería preocuparlos, igual era poco o nada lo que se podía hacer por ella…

- ¿en verdad, Paul?- se frustra la joven- ¿nada más?

- Solo…estar con ella, por eso los mandamos llamar. Ella debe estar con su familia, debe de estar rodeada de sus seres queridos cuando el momento llegue…

- "el momento" Aun no llegado el momento, Paul. Nosotros lucharemos y…

- Hōbijin…-Susurra Darien abrazando a la muchacha

- ¡No, Darien! nada… Ella va a vivir ¡tú lo prometiste, prometiste que la salvaríamos!

- Ya se hizo todo lo posible, Hōbijin…

- No pudo haber pasado de un día para otro…espera…. no fue de un día para otro…tú lo sabías…sabías que se acercaba este momento.

- Hōbijin…yo solo quería que te relajaras un poco…necesitabas estar relajada para lo peor…para lo que viene…

La joven se gira con la mirada llena de ira, jamás Rei había observado a Darien con tanto coraje, con tanta molestia.

- ¡Lo que tu hiciste fue robarme tiempo junto a Hotaru!

- ¿Rei?- nombra una suave voz

- Hotaru…estoy aquí…estamos aquí- explica la muchacha

- Eso… me alegra mucho, Rei- sonríe la muchacha de ojos amatista- que bueno que alcanzaron a llegar

- No es como si algo importante fuera a pasar, linda…es solo que…Italia es aburrido

- sé por qué vinieron… gracias

- te compré unos caramelos y…

- ¿podrías guardarlos para mi?- susurra con dificultad la muchacha de ojos amatista- ahora no tengo hambre…

- está bien…yo…lo guardaré para después de la cena- intenta sonreír la pelinegra

- ¿podrías comerlos por mi?

- no, no, no… lo comerás más tarde. Son tuyos

- Rei… mi tiempo se acaba- explica con toda la tranquilidad del mundo la pelinegra- me esforcé muchísimo para no irme antes de que llegaran…

- Hotaru…

- Solo quería despedirme…

- pequeña…solo estás cansada- interviene Darien

- No…no es así. Pero está bien…yo…estoy feliz de verlos

- debes esperar a tu padre- intenta calmar la pelinegra

- No… él no vendrá, él ya me espera en otro lugar…

- ¿cómo dices?

- He estado soñando con algo extraño… otros mundos…a mi padre…mi padre ya me espera ahí

Un par de silenciosas lagrimas comenzaron a correr por los ojos de la muchacha de ojos amatista

- también he soñado con un pegaso… un hermoso pegaso blanco

- Hotaru…

- quiero ir ahí…. no tengo miedo, no tengo miedo, Rei… solo…voy a extrañarlos mucho- suelta la muchacha que silenciosamente también llora a pesar de que intenta ser fuerte

- No irás a ningún lado, muchachita- intenta refunfuñar Rei, pero no logra transmitir una actitud molesta- tu te quedarás con nosotros

- No… no puedo hacerlo, pero… desde donde esté te aseguro que los veré y quiero verlos felices… no te enojes con Darien… él te ama y tú a él aunque ahora estés enojada…- Ella sonríe- me gustaría vivir lo suficiente para ver a los hijos que tendrán…serán hermosos

- Hotaru…- se conmueve ella

- Una chica y un chico…serán hermosos…

- Los verás

- Ya no hay tiempo, pero donde esté seguro lo veré…Solo…quiero que me prometan algo

- Lo que quieras, linda…

- te lo prometemos- aseguró el pelinegro

- Deben prometerme que lucharán por lo suyo… que no dejarán que ninguna mentira los separe…

- ¿qué podría separarnos, linda? Estamos bien…

- Lo intentarán… alguien lo intentará algún día y ustedes deben de ser fuertes…

- estarás allí para aconsejarme cuando me vuelva una cabeza dura y él un cobarde, Hotaru…

- claro…claro que estaré, pero… ¿me lo prometen?

- si eso te tranquiliza…te lo prometemos

- jamás dejaré de amar a esta mujer, Hotaru… no pretendo dejarla ir a ningún sitio

- Entonces… creo que podré descansar…

- No te atrevas a ir a ningún lado, señorita…

- Solo…voy a cerrar mis ojos…me siento muy cansada

- entonces…debes dormir- apenas logra decir la pelinegra sabiendo que el tiempo se les acaba- te tendré algo rico de comer cuando despiertes, compraré lo que tú quieras

- ¿podrías…complacerme en algo?

- lo que quieras, linda…

- quiero una sopa…hecha por ti… algo delicioso…

- Hotaru… sabes que no cocino…

- ¿por mi?

- claro… lo que digas… Si lo quieres…

- Yo me quedaré a leerte, lo que tú quieras- ofrece el joven

- Gracias, Darien…- sonríe la muchachita- pero mejor cuéntame de nuevo la historia de cómo se enamoraron Rei y tú

- claro…te contaré toda la historia…

- no completa, Darien- amenaza Rei cuando va camino a la puerta

- solo las partes que puedan ser contadas….promete él guiñando un ojo a su pareja, un sonrojo inmediato de la chica de ojos amatista que tose nerviosa

- Iré…a la cocina

La muchacha de ojos amatista fue a la cocina y deseó no tener esa misiva en sus manos, sabía que muy seguramente ese sería la última comida de Hotaru y tendría que ser hecha por sus propias manos…

- pequeña…¿estás bien?

- Padre…Hotaru…

- Su médico nos dijo que ella no sobreviviría la noche… creo que es un esfuerzo sobrehumano el que ha hecho esa niña para sobrevivir a verlos a ustedes…

- Quiere que le prepare algo de sopa

- tiene hambre…

- no se cocina, Otou San…¡en mi vida he cocinado una maldita sopa! Solo ramen…siempre es Darien quien tiene que entrar a la cocina, yo no hago nada más que cereal…

- Hey…-interviene el abuelo de Darien- Todo estará bien, nieta…tranquila

- Chiba Sama… ¿recuerda la vez que intenté cocinar para usted? Fue un desastre…

- Si… lo fue… pero debo aceptar que tu crema de champiñones era estupenda, nieta…

Una risa entre lágrimas sale de la muchacha de ojos amatista

- Darien insistió tanto en decirle que yo era una buena cocinera para impresionarlo el día que fuimos a visitarle en Kobe… Yo no sé cocinar y esa cena fue un asco.

- te presionamos mucho, nieta…

- y los avergoncé a todos…

- ahí comprendí porqué mi hijo te llamaba su "chica de fuego"

- Así que la llamaba de ese modo…- arquea la ceja el Senador Hino

- Pues…incendié las cortinas, Otou San… Antes de eso me llamaba "la chica de hielo"

- ¿incendió tus cortinas?- se interesa el padre de la muchacha

- sí, unas muy caras por cierto. Pero fue culpa del cabeza dura de mi nieto… Dijo que Rei flameaba un filete excelente, si juntas todo eso…

- Solo hay una cosa que sabes cocinar…

- algo que Oka san me preparaba….-sonrió la chica

- ánimo, hija…

- funcionará…- apoya el padre

La muchacha asintió y comenzó a buscar en el refrigerador, tenía una misión y la iba a cumplir.

- la sopa está lista, pequeña…-saludó la pelinegra que encontró a la jovencita sonriendo al pelinegro

- ¿de verdad te escapaste con Darien un fin de semana?

- ¡Le contaste eso!

- cariño, soy un hombre respetuoso, no le contaría que te embriagaste esa noche y tampoco lo que hicimos en la playa….

- cierra la boca, Darien- se enoja la chica tirando al piso al joven- no le hagas cosas, dice solo tonterías

- ¿cómo hacía Darien para escabullirse a Hikawa por las noches?- interroga Hotaru

- ¿es en serio?- gruñe la chica observando a su esposo- No debiste de contarle esas cosas

- Yo se lo pedí, Rei…

- además, tardaste mucho haciendo esa sopa, linda, tenía que entretenerla

- me sorprende que no tengamos ya un pequeño Darien o una pequeña Rei corriendo por ahí- se divierte la joven

- Bueno…prueba tu sopa- pide la muchacha de ojos amatista colocando la bandeja en las piernas de la joven en la cama- me esforcé mucho

- ¿champiñones? Huele delicioso…

- es lo único que no podría lastimarte, pequeña… cocino terrible

- Pues…de verdad sabe delicioso- apoya la chica mientras come su sopa

- es su especialidad- cuenta el joven

- Oka San me la preparaba cuando era pequeña, me enseñó a hacerla para cuando faltara…

- Me hubiera gustado aprender a hacerla…

-Te enseñaré, te lo prometo- ofrece entre lágrimas la pelinegra

- Ya no hay tiempo, pero en otra vida seguro lo harás- sonríe Hotaru que se mira cansada, agotada

- quiero dormir…- pide la joven

- ¿ahora?, es que…

- Rei, hicieron todo lo que podían hacer y aun más…gracias por ser mi familia…

-Te amamos, pequeña…- dice el joven mientras besa a la joven en la frente

- estaremos aquí…

- Lo sé… y también los amo…

Una sonrisa fue lo último que apareció en aquel angelical rostro antes de que la vida desapareciera de su cuerpo, fue tan lenta su partida que apenas y fue perceptible, hasta que esas pequeñas manos resbalaron de su pecho, hasta que el último suspiro salió de sus labios, así de despacio se fue Hotaru, no fue tan lento el dolor que sintieron, la vida pareció detenerse desde ese momento…

Las semanas pasaron muy lentamente, para suerte de Rei, la muere de Hotaru coincidió con sus vacaciones, el pelinegro aprovechó para pedir un par de días en el hospital, la muerte de Hotaru les había afectado más de lo que pudieran aceptar y no era fácil.

- Hōbijin… he regresado- dice el pelinegro entrando al departamento, seguía siendo un lugar silencioso, lastimeramente silencioso, para su desgracia él sabía dónde encontrar a Rei- aquí estás, linda…

- Si, estoy aquí…- responde seca la joven de ojos amatista desde su cama, aun luce en camisón y su rostro está ojeroso y pálido

- Te traje unos chocolates… tus favoritos

- eres tan bueno- sonríe la chica tomando la caja, Darien se sienta en la cama y abraza a la chica- extrañaba eso

- hace un día precioso, Hōbijin…¿quieres recorrer París conmigo?

- ¿hoy? Mañana quizás…

- linda… eso me dijiste ayer. Tienes que salir…. no has salido de casa desde…ese día

- no quiero salir de casa, Darien. Quiero estar aquí…solo aquí

- Hōbijin…tu padre nos ofreció ir a su casa de verano…quizás…

- no voy a salir de París, Darien. Eso no me hará olvidar que Hotaru está muerta

- Sé que no pasará…pero…me preocupas, Reiko. casi no has comido nada….duermes poco, no quieres salir, no quieres hablar con nadie…ni conmigo… no sé qué hacer….no sé cómo ayudarte- confiesa frustrado el muchacho

- Darien…

- dime qué quieres que haga y lo haré, pero eres lo más importante en mi vida y no quiero perderte por nada del mundo, por favor, Hōbijin… déjame ayudarte…

- ¿es que no entiendes que estoy destrozada? Que no comprendo cómo viviré sin ella, que no encuentro la manera de sonreír luego de que Hotaru muriera…

-a mi también me duele, Hōbijin…yo también estoy destrozado, y lo estoy aun más cuando veo que no hay forma de ayudarte, cuando veo que no me dejas llegar a ti…

La joven observó directamente a la cara al joven de ojos azules, lucía exactamente igual que ella, el dolor lo estaba carcomiendo, pudo ver la pena y el dolor reflejado en aquellas pupilas.

- creo que… podrías invitarme a pasear…

El rostro del pelinegro se iluminó y una sonrisa colgó de sus labios, abrazó a la muchacha y no pudieron evitar el sentir las lágrimas fluir por ambos rostros, una vez más compartían los mismos sentimientos.

- Hace un día cálido, quizás quieras usar tu vestido rojo para nuestro paseo

- odias ese vestido- confiesa la muchacha

- no, lo amo, te queda precioso, pero… detesto como otros te voltean a ver cuando lo usas

- otra vez tus celos, Darien- refunfuña la chica intentando zafarse del abrazo, pero él la sujeta más fuerte y la hace caer sobre la cama.

- sabes que siempre será mi peor defecto contigo, Hōbijin…Yo no puedo soportar que otros miren lo que es mío

- ¿lo que es tuyo? ¿dónde dice que soy tuya, Darien?- refunfuña la chica

- aquí- señala él el corazón- ¿me equivoco?

- deja de alardear. Sé que solo dijiste lo del vestido porque pensaste que no lo usaría para hacerte sentir mejor…

- ¿lo harás?- pone su cara más tierna el pelinegro

- No me atrevería a usar algo que te perturbe tanto- sonríe la joven y se escurre de entre los brazos del pelinegro- tengo algo mejor…

- tu mirada me asusta, Hōbijin…

- iré a darme un baño

Darien se arrepintió de Invitar a Rei a salir tan pronto como la vio salir de la habitación, vestía no un vestido pero si un pequeño short negro con un top pequeño y ajustado, solo una ligera blusa de gasa encima y unos tacones altos, Darien sintió la sangre brotar de su nariz, Rei sí que lucía hermosa.

- No has hablado casi nada ¿el gato se comió tu lengua, querido?- interroga mientras caminan por Versalles tomados de la mano

- Me agrada que decidieras pasear conmigo…gracias

- Tienes razón, hace un lindo día…pero aún la extraño

- creo que la extrañaremos siempre, linda…no se trata de olvidar… creo que eso sería imposible

- ¿cómo lo superaremos?

- un día a la vez, Hōbijin… un día a la vez- alienta el pelinegro besando la frente de la joven- pero juntos

- ¿cómo haces para que todo parezca tan fácil?

- Es fácil, Hobijín…hasta la muerte es fácil si tú estás a mi lado y lo hacemos juntos…

La pelinegra sonrió y tomó la mano de su esposo

- tienes razón…a tu lado es mucho más fácil ¿por qué tienes ese efecto en mi?

- Esos son mis super poderes, Hōbijin…uno de ellos al menos

- ¿cuál es el otro?

-convencerte de comer es otro

- no quiero comer

- si… si querrás…¿una pasta con mariscos? ¿eso te agradaría?

- Darien…

- puedes pedir solo una soda si lo deseas…solo acompáñame, ¿si?

- sabes que terminaré comiendo algo…

- lo sé- sonríe con suficiencia el pelinegro- te conozco muy bien, Hōbijin…

- ¿te parece si vamos caminando? me gusta cómo se siente estar así…

- lo que tú ordenes, Hōbijin….

Ella sonrió, pero la palidez llegó pronto a su rostro y con ello se borró su sonrisa, el sentido lo perdió segundos después. Escuchar su nombre de voz de Darien fue lo último que percibió su cuerpo…

- ¿qué pasó?- pronuncia aun aturdida la joven pelinegra cuando despierta en la sala de urgencias del hospital donde trabaja su pareja

- te desmayaste, Hōbijin… mientras paseábamos…

- Rayos…pero ya estoy bien… ¿suero? ¿no estás exagerando?

- no lo puse yo, quienes te evaluaron te encontraron bastante deshidratada, Hōbijin…yo no intervine

- ¿estás seguro?

- te doy mi palabra…no he hecho nada, linda…salvo estar muy preocupado

- me siento bien…solo volvamos a casa

- no te moverás de aquí hasta que sepamos qué te ocurrió, Hōbijin…

- solo una tarde demasiado cálida, querido…nada más, estoy bien

- debo coincidir con su esposa, Doctor Chiba... ella está bien

- ¿lo ves?- dice la joven a su pareja que arquea la ceja

- ¿entonces qué es lo que tiene, Jean?- interroga preocupado el muchacho

- Nada de gravedad….tienen un bebé en camino

- ¿un qué?- interroga la joven de ojos amatista tomando otra vez ese color pálido

- Los canalizaré a ginecología, pero en definitiva ustedes serán padres muy pronto, debe empezar a cuidarse, señora Chiba

- eso no….no puede ser…

- Lo es, de eso no hay duda, confirmamos la prueba de sangre varias veces, por si las dudas

- ¿me sacaron sangre? Solo fue un desmayo, Darien

- les pedí que hicieran todos los análisis necesarios

- eres terrible…- recrimina ella

- creo que pueden ir a casa, Doctor Chiba, no hay mucho que se pueda hacer aquí, su médico les dará mejores indicaciones.

- ¿crees que sea buena idea llevarla a casa?- preocupado el joven

- Nadie la cuidará mejor que tu, además, son tus vacaciones…disfrútalas, Darien…y felicidades

El médico se alejó en silencio, tal y como se quedó la pareja al escuchar semejante noticia

- ¿estás bien, Hōbijin?

- Necesito Vodka….uno doble- susurra la muchacha de ojos amatista

- Esa no es una opción, Hōbijin… iremos a casa ¿quieres hablar?

- No, quiero ir a casa- se enoja la chica de ojos amatista

- Hōbijin…

- Darien, quiero irme…Ahora

- iremos a casa- se resigna el joven mientras se aleja un par de pasos- volveré en un minuto, voy a arreglar el papeleo…

Las cosas no mejoraron para los Chiba cuando regresaron a casa, Rei se encerró en su estudio y no salió de allí el resto de la tarde, fue hasta la una de la madrugada cuando salió de allí pensando que Darien estaba dormido, se equivocaba. estaba haciendo guardia a los pies del estudio.

- Hōbijin….

- Darien ¿qué haces aquí sentado?

- Quiero cumplir mi palabra y estar para ti, Hōbijin…

- ¿Porque es tu obligación? ¿Porque eso es lo que debe hacer un buen esposo?

- ¡porque te amo!- se desespera el joven subiendo la voz- porque me estoy muriendo de nervios, porque me siento impotente al ver que no te abres a mi, por eso, Reiko

- ¿es que no lo entiendes? en nuestros planes no estaba un bebé ahora

- No es tan malo, prácticamente estarás en tu último año cuando nazca, Hōbijin

- ¿y quién va a cuidarlo mientras estoy en la escuela?

- yo

- ¡tú vas al hospital!

- pues la cuidaré mientras no vaya y después conseguiremos a alguien nos ayude a cuidarlo mientras estamos fuera los dos

- Lo haces ver todo tan fácil

- es fácil Reiko… todo es fácil, si estas conmigo…

- No puedo, no puedo, Darien….

- ¿qué? ¿no puedes….tenerlo?

- no puedo ser feliz…no después de que Hotaru murió, me siento culpable.

- Hōbijin… por eso no quieres hacer nada de lo que te gusta, ¿temes estarle fallando a Hotaru?

- ¿y no lo estamos haciendo al estar felices con esta noticia?- se desespera la joven

- ¡no!

- Reiko, ¿tienes idea de cómo se sentiría Hotaru si estuviera a nuestro lado con la noticia?

- estaría feliz, moría por que tuviéramos un hijo, como toda la familia.

- Hōbijin….a mí también me duele su muerte, pero no puedo decir que no estoy feliz por esto y sé que tu debajo de ese miedo, debajo de todo lo que te preocupa también estas feliz, Hōbijin….no debes de ser infeliz el resto de tu vida por ella, Hotaru jamás lo hubiera querido…

- ¿crees que esté bien?

- creo que tu kami nos está dando una razón para ser felices…

Esas palabras iluminaron algo en la mente de la joven, quizás él había dado en el clavo.

- quizás….

- eso me basta por ahora, casi…

- ¿casi?

- ahora debo asegurarme de llevarte a la cama

- creo que ya lo hiciste antes, Darien… sino no estaríamos teniendo esta charla

El pelinegro sonrió y tomó en brazos a su esposa

- Lo sé… pero ahora hablo solo de dormir, linda… aunque ya que descanses….

- nos las arreglaremos…Darien…

- ¿si?

La joven besó la mejilla del pelinegro sorpresivamente

- gracias por tranquilizarme…

- gracias por no rendirte….te amo, Hōbijin….

Las cosas deberían ir mejor para el matrimonio Chiba, pero a pesar del esfuerzo por estar bien, había una sombra en su felicidad y una preocupación de algo aun pendiente.

- ¿estás bien, Hōbijin? Yo llevaré los platos por ti…

- estoy embarazada, no soy una enferma terminal- refunfuña la pelinegra y el joven besa su mejilla de improviso

- Lo se, Hōbijin…pero también sé que estás nerviosa y quiero ayudar…

- entonces pon la mesa mientras me aseguro de que la comida que compramos siga caliente- acepta la muchacha- no deben de tardar en llegar…

- te ves preciosa- anima el joven estrechando la cintura de la chica entre sus brazos, aun no era tan grande y apenas y podía sentir una diferencia en aquel perfecto cuerpo

- ¿lo crees? Aun no noto ningún cambio…

- es demasiado pronto, pero se notará. Hiciste bien en citar a mi abuelo y a tu padre, deben saberlo antes de que alguien más se los diga

- eso si sería terrible, ni siquiera Makoto y Andrew lo saben

- Son nuestros mejores amigos, pero no son los mejores guardando secretos, Hōbijin…

El timbre de la puerta interrumpió su charla, sabían de quiénes se trataba

- ¡Otou San! ¡Chiba Sama, bienvenidos!-saluda la pelinegra tras abrir la puerta

- ¿cuándo vas a llamarme abuelo, hija?- reprende cariñoso el patriarca de los Chiba- Eres una Chiba, definitivamente soy tu abuelo

- Aun no me acostumbro, Chiba…abuelo…

- ¿Qué voy a hacer, abuelo? Mi esposa es terca, por eso la amo tanto…

- más te vale que la sigas amando el resto de tu vida, muchacho- o te encontraré y te haré sentir mucho dolor

- Lo sé, Señor Hino….Yo la adoro…

La joven de ojos amatista sonrió y no dijo nada invitando a los recién llegados a pasar, había sido un viaje largo

- ¿quieren tomar algo?

- Mi hija invitándonos algo de beber recién llegados…pareces tener prisa, Reiko…

- El mejor vino de Francia, padre- anima el joven

- Señor Hino para ti, muchacho

- Otou San…

- está bien…llámame como quieras- se resigna el hombre mayor recibiendo la copa de vino- creo que no hay salida

- Darien trajo la cena, es de un buen restaurante

- Nos reciben con vino…una cena… no preguntan nada… ¿se puede saber qué se traen ustedes?

- yo serviré la cena- se ofrece la joven mientras se adentra en la cocina dejando solo a su esposo

- Mi hija sirviendo la cena….¿mataron a alguien?- interroga el padre de la joven

- Por supuesto que no, Señor Hino…bueno, Rei secó el Cactus…de nuevo

- a mi hija no se le da el cuidar de alguien más, no está en sus venas

De dentro de la cocina se escucha una maldición y Darien corre sin justificarse a encontrar a su mujer, esta es encuentra con el dedo ensangrentado y soltando maldiciones en su idioma natal

- ¿qué ocurre, Hōbijin?

- me corté…soy una tonta

- no, mi esposa es todo menos eso, es la mujer más inteligente que conozco, pero…la conozco tan bien que sé que algo le preocupa- comenta él mientras besa el dedo de la chica y saca un curita de su bolso para ponerlo en la mano- ¿qué pasa?

- Escuchaste a Otou San…Yo no sirvo para cuidar a nadie, se me secan los cactus, no cocino nada….tú aseas el departamento ¿cómo seré con un bebé?
- Serás perfecta, como lo eres conmigo, Hōbijin… estaremos bien

-¿lo crees?

- Estoy seguro

- ¿cenaremos esta noche?- se escucha la voz del señor Hino desde la puerta, la joven sonríe y la pareja termina de servir la cena

- Excelente cena, Hijo ¿de dónde es?

- El restaurante nuevo en la torre Eiffel, A Reiko le encanta la comida de ese restaurante

- Realmente es bueno, pero pudimos comer pasta, Hijos…

- ¿ahora nos dirán qué es lo que ocurre?

- solo quisimos celebrar su visita, nos honra que estén aquí..

- soy abogado, Darien….

- y yo soy más viejo que la tierra, ¿van a decirme qué es lo que se esconden?

La pareja se miró en silencio, hablaban ere raro lenguaje que solo ellos comprendían

- Debemos darles una noticia…

- y la noticia es…- se desespera el señor Hino

- vamos a tener un bebé- cuentan al mismo tiempo los jóvenes, los dos hombres se quedan en silencio por un segundo

- Estás diciendo que…¿estás embarazada, Reiko?- pregunta con sequedad el padre de la joven

-Así es…- dice la joven sin mirar de frente a su padre

- creí que habían acordado esperar algunos años hasta antes de tener hijos- dice con voz menos intensa el señor Chiba- por la universidad de Rei

- pues… así fue, pero…nos sorprendió la noticia- responde la joven de ojos amatista que luego da un trago a su copa de agua

- ¿les sorprendió? Darien, eres Doctor, mi hija es una universitaria inteligente, no estamos hablando con dos adolescentes que tienen una "sorpresa"- reprende el senador

- ¿qué dices, Otou san?- se molesta la muchacha-Tienes razón, Darien y yo no somos un par de adolescentes, somos una pareja de adultos que están casados y que se aman, quizás no estaba en nuestros planes el ser padres ahora, pero es nuestra decisión y somos nosotros los que afrontaremos las consecuencias, no necesitamos su aprobación

El senador Hino se quedó sorprendido de la forma de responder de su hija, muy en el fondo no esperaba menos.

- Bueno…¡pero no abandonarás la universidad, Reiko!

- ¿acaso dije que lo haría? Darien y yo nos organizaremos para cuidarlo cuando nazca, a fin de cuentas para ese entonces solo me faltará un semestre, después de eso nos organizaremos

- ¿qué estás diciendo? ¿acaso crees que es tan fácil?

- No es tu problema y si no te da gusto…

- tranquilo, chicos…no es para tanto- intenta conciliar el patriarca de los Chibq-guardemos la calma…

- Señor Hino, abuelo… nosotros solo deseábamos darles la noticia, como cualquier pareja….pero veo que no están contentos con la noticia

- Yo si estoy feliz- interrumpe el abuelo del muchacho ganando la atención de la pareja- siempre quise ser bisabuelo y ahora mi primer nieto va a darme a mi primer bisnieto...eso me hace feliz, aunque… creo que al igual que tu padre, Rei… estoy preocupado de cómo manejarán su vida estudiantil y laboral con la de padres…

- Yo tomaré los turnos nocturnos en el hospital y cuidaré al bebé mientras Rei va a la universidad por las mañanas, por las tardes trabajaré en el hospital para pagar el departamento y nuestros gastos, imagino que querrá que le paguemos renta, Señor Hino

- pero qué muchacho más arrogante- refunfuña el Senador- ¿acaso creen que van a poder hacerlo?

- Podremos, Otou San…

- si, y terminarán divorciados seis meses después del nacimiento de mi nieto. ¿qué clase de plan idiota y suicida es ese?

- El que podemos planear Darien y yo con nuestros recursos, Otou San

- Creí que eras menos ingenua, Reiko

- y yo creí que eras menos cuadrado, Padre

- Yo cuidaré al bebé mientras ustedes se van a la universidad y al hospital- se ofrece el abuelo del joven y todos lo miran sorprendidos- ¿por qué me ven así? Yo crié a ese hombre que tienes a tu lado, Reiko, podré cuidar bien de mi bisnieto

- abuelo, nunca has cambiado un pañal en tu vida

- Que necios, les contrataré una niñera, si dejo que ustedes arreglen la situación ,ese niño terminará sin padres o con rozaduras por mal cambio de pañal.

- No necesito tu caridad, Otou San…antes tomaría la ayuda de Chiba Sama- yo también conseguiré un trabajo de medio tiempo y nos mudaremos de tu departamento

- Eres tan terca… No vas a dejar la universidad, ni se te ocurra, y no van a dejar el departamento, lo puse a tu nombre cuando se casaron, eso es más económico que pagar cualquier renta. Me haré cargo de tu universidad como hasta ahora y la niñera es un hecho, al menos durante tu jornada escolar necesitarás ayuda, no podrán hacerlo solos…no aun

- No podrán terminar esta cena sin aceptar nuestra ayuda, chicos

- Le agradecemos, Señor Hino…pero Solo deseábamos darles la noticia, nada más…

- Algo de arrogancia has aprendido de mi hija… No olvides que ese niño es un Hino

- es un Chiba- corrige el hombre mayor

- Lleva sangre de la realeza de Japón, Darien, no voy a dejar que por orgullos de ambos mi nieto pase malos ratos

- que forma tan extraña tienes de decir que te preocupa el bienestar de tu nieto, Otou San…

- y qué forma tan extraña tienes de aceptar mi ayuda, Reiko…- responde el padre de la joven esperando la respuesta de su hija que se ve no será buena

- la cena está deliciosa- interviene el abuelo de Darien

- Debes comer todos tus vegetales, Hōbijin y no alterarte tanto… puede afectar a nuestra pequeña

- pequeño- corrige el señor Hino- seguramente será un chico

- No…tengo grandes sospechas de que será una chica- Interviene el futuro padre

- Quizás Otou San tiene razón y es un chico, Darien…

- Lo veremos a su tiempo, Hōbijin, aunque si fuera un chico o una chica me encantaría igual, es hijo de la mujer que amo

- Claro…Como digas, muchacho

- ¿quieren que arregle sus Habitaciones?- interroga la muchacha

- Hoy no, hija, Takahashi tiene una cena con unos diplomáticos y este anciano reservó una Suit para descansar del viaje

- tienen su habitación aquí, también el departamento donde se quedaba Darien…No tienen que contratar un hotel

- Es un gusto que quiero darme, este viejo necesita dormir

- No lo están haciendo porque quieren darnos privacidad a Darien y a mi, ¿verdad, Otou San?

- Chiba tiene razón, tengo una cita de trabajo

- Acabas de saber que serás abuelo y te vas a una cita de trabajo

- si me hubieras dicho que seré abuelo con anticipación, habría cancelado mi cita

- Perdón, Otou San…para la próxima acomodaremos nuestro embarazo a tu agenda ¿debo llamar a tu secretaria?

- quizás debiste llamarla antes, así no te habrías embarazado antes de terminar la carrera

- Entonces no formes parte de esto- se enoja la joven tirando su copa de agua contra el suelo y caminando hacia la habitación, todos la vieron desaparecer poco después.

- ella…está irritable...

- yo hablaré con ella…-se incorpora el senador Hino

- Mejor lo haré yo, señor Hino…para ella esto no es fácil y en este momento…con el carácter de ambos seguramente todo empeorará

- Tú no me dices como tratar con mi hija, yo decido eso

- Takahashi…en este departamento solo hay una chica embarazada y es tu hija, dale su espacio y no empeores las cosas, ya verás la forma de solucionar tus errores. Hijo…nos vemos…dile a mi nieta que mañana le marco para invitarla a desayunar, aun tengo tiempo para eso.

- gracias, abuelo…ella está muy sensible con todo esto… le sentará bien que alguien además de mi esté feliz por la noticia

- ¿ya se fueron?- Interroga la joven de ojos amatista cuando ve a Darien entrar a la habitación

- Si, Hōbijin…. ¿estás mejor?

- Otou San odia la idea de que seamos padres…

- ¿tú lo crees? Creo que me he vuelto especialista en Hinos…hay algo que no has comprendido, linda. Tu padre estaba feliz con la noticia, pero preocupado…muy preocupado por nuestro bienestar

- Qué tonterías dices, escuchaste lo mismo que yo

- No es típico de ustedes el ser totalmente abiertos sobre lo que sienten, pero decir que se ocuparía de las cosas de su nieto…estaba feliz

- ¿y no pudo ponerme las cosas más fáciles y decirme que estaba feliz?
- Linda…¿cuándo pone un Hino las cosas fáciles a alguien? Está en su naturaleza

- ¿de verdad crees que estaba feliz?

- Estoy seguro- promete él- te apuesto a que mañana nos llamarán para decirnos que traen un paquete con la mitad de las cosas de alguna tienda infantil…mi abuelo quiere llevarte a desayunar, seguro querrá comprarle el resto

- Lo sé. Él está feliz

- yo estoy feliz…tu luces preciosa hoy…y…no tenemos visitas en casa- él intentó abrazar a su esposa, ella lo apartó y lo observó interesada

- espera, espera…primero me vas a responder algo. ¿Por qué te atreviste a pelear con Otou San sobre el sexo de nuestro bebé con tanta seguridad?

- Te lo dije…soy médico y…soy especialista en ti- dice el muchacho aprisionando a la joven en sus brazos de nueva cuenta, haciéndola caer sobre su regazo. - conozco cada parte de este precioso cuerpo, creéme, si vas a apostar…elijamos rosa para el cuarto del bebé

- ¿rosa? Prefiero morado, morado es lindo ¿no?

- claro, el rosa no es tu color, linda.

- Aunque si fuera azul no me importaría, si tiene tus ojos. Serán unos lindos ojos- acepta la muchacha tirando del cuello de él- lamento haber estado tan histérica en la cena.

- Estabas nerviosa y asustada…haces eso cuando estas asustada

- no es verdad

- ¿recuerdas cómo me tratabas cuando intentaba acercarme a ti al llegar a París?... haces eso cuando tienes miedo, pero luces igual de hermosa…tu siempre eres hermosa.

- creo…señor Chiba, que se ha ganado el postre- dice con voz seductora la muchacha de ojos amatista

- mmhhmm mi parte favorita de la cena…

Las semanas pasaron en París, las cosas no fueron tan mal como la pelinegra pronosticó, por el contrario, los futuros abuelo y bisabuelo se encargaron de llenar de cosas a su futuro nieto, los Chiba apostaban por una pequeña y el Senador Hino insistía en que se trataba de un varón, ese tipo de discusiones continuó por mucho tiempo, parecía que el pequeño heredero estaba dispuesto a permanecer con el misterio, los dejó saberlo en su penúltima visita al doctor, donde confirmaron que se trataba definitivamente de una niña.

- te dije que tenía la razón- dijo el joven

- si…tuviste toda la razón, querido- dice la muchacha mientras coloca un par de almohadas color lila sobre la cuna- lo supiste antes que todos

- ¿estás feliz con la noticia? -indaga el joven revisando el rostro de la muchacha

- Claro que lo estoy, aunque tú deberías de estarlo más. Solo hay dos mujeres que podrás abrazar y besar por el resto de tu vida…

- Lo sé… las dos están en justo aquí- explica el muchacho abrazando la cintura de la joven- justo ahora las abrazo a las dos

- eso es trabajo efectivo…-se relaja la muchacha

- pedí que nos arreglaran el otro departamento, Makoto amenaza con pasar aquí los próximos meses, dijo que no se perdería por nada el nacimiento de su sobrina.

- mi padre y Chiba Sama prometieron hacer lo mismo, necesitamos más espacio del que imaginas, Mako- chan deberá quedarse aquí

- Andrew seguro también vendrá con ella, creo que el piso estará lleno. ¿estás feliz, linda?

- Si…me alegra que nuestras familias y amigos estén tan contentos con la noticia, sé que no todos lo están, pero si contamos con nuestra familia y con algunos de nuestros mejores amigos… eso es suficiente para mi

- aun si todos estuvieran en contra, el solo hecho de estar juntos para mi sería suficiente…pero…veo algo en ti, Hōbijin… ¿estás bien?

- creo que debe ser el cansancio, sabes que me está costando poder dormir bien…

- es normal, Hōbijin… ¿quieres que vayamos a comer algo?

- Preferiría que me trajeras algo, algo con salmón….

- entendido, no tardaré

- espero que lo hagas

- te amo…

- eso no te librará de que te vaya muy muy mal si olvidas el helado de chocolate de esta chica…

- No lo haré. Descansa

La joven vio alejarse al pelinegro y caminó hasta la cocina. Quizás era fácil decir que estaba feliz, tal vez no debería de haber una sombra en su vida, pero la había, había algo que no la dejaba sentirse del todo tranquila.

Caminó hasta la cocina y encendió la estufa para poner algo de té. Su mirada se clavó en el fuego y como en los viejos tiempos comenzó a buscar en los movimientos del fuego la respuesta a sus pensamientos más profundos, nada pudo leer allí.

- Debo de estar muy cansada….

De pronto a la mente de Rei vino la imagen de una gran explosión en algún lejano lugar. era doloroso, y se sentía real.

- ¿estás bien, Hōbijin?

- volviste antes…- susurra la joven sorprendida

- creo que no era la mejor idea dejarte sola Hōbijin…

- Solo ibas a ir por la cena…

- llámalo presentimiento, mejor pidamos algo de cenar

- ¿sabías que la de los presentimientos aquí soy yo?

- Entonces solo es que no quiero alejarme de ustedes….

- Entonces no vayas a ningún lado

- ¿estás bien, Hobijin?

- Si, estoy bien. Es solo que…. ¿y si damos un paseo?

- Creí que no querías salir…

-soy demasiado contradictoria. Además…me da por pensar tonterías cuando me quedo sola

- ¿quieres un paseo por Versalles?

- Si, justo eso quiero

Los dos jóvenes tomaron sus abrigos y caminaron al ascensor, Rei tomó la mano del pelinegro

- creo que lo mejor será ir de paso por el hospital

- ¿el hospital? ¿te sientes bien, Hōbijin?

- Creo que…quizás tengamos que ocupar dentro de pronto la habitación del bebé…

- pero… aun no es tiempo, quedan ocho semanas y…

- Darien…de prisa

- Si, si, voy, voy

Quizás esa visión era solo un presagio para la muchacha, uno que le avisaba que era el momento de nacer para su pequeña, pero algo en el fondo le decía que si, era un presagio, pero uno que decía que algo terrible se acercaba a ellos….

¡Hola!

Lamento la tardanza pero aquí estamos, lenta pero segura y antes que cualquier otra cosa quiero agradecer a:

Leonor de Eboli:

Gracias por tu bello Review, lamento de antemano la herida de este capitulo pero como ves, es necesario. ¿si ajustaron los Klenex? porque falta más :P

James Birdsong:

gracias por tu Review

Irais:

Gracias por tu Review anterior, que bien que disfrutaste la escena de la Primer navidad y lamento el momento agridulce de esta

Lector Silencioso:

Gracias por leerme, anímate a dejar Review, a mi me alegran el día aunque FF hace cada vez más dificil leerlos y no notifica bien cuando llegan les juro que si los leo.

Abrazos a todos y espero que esten muy bien en esta pandemia, por favor usen su cubrebocas y salgan lo menos posible, mejor lean Fanfictions, es más seguro y divertido.

Hasta la Proxima :)