Capitulo 8
Ojos de sol
Hoy el sol se escondió
Y no quiso salir
Te vio despertar
Y le dio miedo de morir
Abriste los ojos
Y el sol guardo su pincel
Porque tu pintas el paisaje
Mejor que él
Cuando amanece, tu lindura
Cualquier constelación se pone insegura
Tu belleza huele a mañana
Y me da de comer
Nemesis:
La joven de ojos azules correteaba por los jardines de némesis, ahora lo hacía tratando de alcanzar a un pequeño niño de cabellos de plata y ojos dorados.
- te encontré, pequeño bribón- sonríe ella al tomar entre sus brazos al pequeño niño
- no quiero bañarme, madre…
- debes de, es obligación de un príncipe estar siempre presentable
- ¿y porqué papá está socio?
- tu padre nunca está sucio, siempre está presentable y muy guapo
- no…no es así
- pero lo estoy viendo ahora- insiste el niño señalando hacia una pequeña colina
- ¡Diamante!- sonrió la muchacha de ojos azules corriendo a abrazar al definitivamente sucio y despeinado príncipe diamante.
- mi Reina….- saluda él tras dar un profundo beso a la joven
- su majestad…
- Te dije que si era él, mami
- si, es verdad, tu sucio y mal oliente padre….- se burla la muchacha
- es verdad…vengo demasiado sucio, igual que tú, jovencito, estas muy sucio…
- tu hijo se niega a bañarse, Diamante…
- eso es terrible, necesitamos darnos un baño, hijo…
- no quiero
- si, si lo harás, me aseguraré de que te preparen cocoa caliente
- está bien, papi… ¿me trajiste algo de tu viaje?
- si…te lo daré más tarde
- ¿todo está bien, Ante?
- Si, linda…todo está bien… no te preocupes- besa él la frente de la rubia- te veré más tarde, vamos, Helios…
- ¡si!
La rubia vio alejarse a padre e hijo, no se giró pero habló al viento sabiendo que alguien la observaba
- Algo me dice que las palabras de mi esposo no son del todo ciertas ¿me equivoco, Zafiro?
- en absoluto, Serena…no estas muy equivocada
- ¿qué ha ocurrido?
- los rebeldes en varios planetas se han levantado en armas
- pero Ante lo había resuelto
- si, lo había hecho, pero hay una fuerza oscura que está ofreciendo a los monarcas de los demás planetas otro tipo de cosas, cosas inalcanzables y trata de convencerles de que se ataquen unos a otros, para Ante esto es demasiado difícil, mal arregla un conflicto cuando ya hay otro más. Lo peor es que hay rumores que dicen que algunos planetas se están organizando para atacar a Némesis y otros planetas con recursos naturales.
- Ante debe estar preocupado
- no quiere que tú lo sepas, pero la verdad es que ambos tememos por la seguridad del planeta.
- ¿crees que nos ataquen?
- es una probabilidad, Serena…Ante sigue intentando encontrar la forma de evitar que eso pase
- pobre Ante…debe estar preocupadísimo
- lo está…
- ¿cree que haya algo que pueda hacer?
- solo apóyalo y quédate con él…necesita fuerza para salir adelante
- mi pobre Ante…
- haremos lo mejor que podamos…somos su familia, solo debemos estar con él….
- ser un líder no es fácil.
- no lo es, pero él está dispuesto a hacerlo todo para cuidar de ustedes…
- mi amado Ante…¿sabes? Lo admiro, yo nunca quise luchar, nunca quise ser una princesa o una reina, yo no pedí ser una guerrera ni quise tener algo así sobre mis hombros, detestaba eso pero Ante…él parece llevarlo tan bien…
- no era lo que soñaba, pero esa fue su realidad siempre y él jamás ha renegado, en ocasiones creo que lo disfruta.
- Lo admiro por ello
- tu eres lo que lo inspira, su esfuerzo es para asegurar que Helios y tú estén bien…
- jamás como ahora me sentí tan en mi hogar como a su lado
- entonces debes ser fuerte por él, por…
- lo seré…gracias, Zafiro…
- anda…
La rubia muchacha entró al baño de la habitación principal de palacio solo para disfrutar con el paisaje ante ella. Diamante y Helios disfrutando de la tina y riendo a carcajadas.
- creo que se divierten mucho…
- bastante, ¿quieres acompañarnos?
- no, creo que es un momento que ambos extrañaban
- Ha crecido tanto…
- creo que soy muy feliz aquí, siento como si el tiempo pasara demasiado rápido.
- Lo hace, en Némesis los días corren más de prisa
- pero cuando te vas corren demasiado lento
- igual corren para mi… te extrañé demasiado- asegura el hombre de los cabellos plateados tras besar el dorso de la mano de la joven rubia.
- ¿te quedarás mucho tiempo?
- me encantaría, pero…no estoy del todo seguro…
- Ante…
- descuida, todo está bien…
- no, no lo está, luces preocupado…
- la paz en esta galaxia solo tardará un poco más de lo que pensaba…pero estará todo bien al final…deja todo en mis manos…
- me gustaría poder hacer algo
- no importa, no es para tanto…
- si tuviera el cristal de plata conmigo…
- Es mejor así, Serena
- no, no lo es….si el cristal estuviera aquí yo podría acompañarte a luchar…
- pues entonces soy feliz de que no sea aquí
- Diamante….
- quizás sea un egoísta, pero soy feliz de saber que mi mujer no tiene que exponerse al peligro del campo de batalla.
- pero podría ayudarte
- y estarías en peligro. No quiero eso, no quiero exponer lo más valioso de mi vida, no importa que el universo se colapse.
- te amo…
- y yo te amo a ti- asegura él tirando del dorso de la mano de Serena y haciéndola caer a la tina, Helios que jugaba con sus juguetes ríe al ver la sorpresa de su madre
- ¡Diamante!- la risa divertida de padre e hijo no se hizo esperar,
- ¡Helios, tú también lo disfrutas!
- ¡sí, es divertido!
- ¡ya verás!
Serena nadó hacia el pequeño niño que reía divertido, Diamante contemplaba aquel espectáculo divertido, sabía que una gran guerra venía en camino y que las cosas no se pondrían mejor antes de empeorar, pero al menos en esa habitación tenía dos razones importantes para luchar y recuperar la paz en su galaxia, no podía permitir que nada pusiera en riesgo a su familia y se aseguraría de ello a costa de lo que fuera…
París:
La joven de ojos amatista se revolvía inquieta en la cama, las pesadillas aquejaban sus sueño y no fue hasta que el hombre a su lado la despertó que pudo salir de ese infierno en el que estaba.
- Hōbijin… ¿estás bien?
- gran Kami…
- tenías una pesadilla
- tranquila…estás en casa.- la abraza el de ojos azules mientras besa su frente
La joven de ojos amatista estaba pálida
- ¿estás bien, Hōbijin?
- si…solo…fue una pesadilla.
- ¿quieres contarme?
- no…ahora no.
- está bien…solo recuerda que estás en casa….
- no puedo olvidarlo…tengo a los mejores recordatorios
El grito de Hotaru los hizo brincar de la cama
- uno de ellos acaba de gritar bien fuerte
La pareja corrió al interior de la habitación de la pequeña Hotaru que lloraba desconsoladamente, los dos se colocaron al lado de la cuna de la niña, la niña lloraba desconsolada.
- Calma, Hotaru…todo está bien
- el silencio…viene…- susurró la niña, eran unas de sus primeras palabras, Rei se puso pálida al escuchar a su hija
- calma….todo fue una pesadilla. Parece que madre e hija se pusieron de acuerdo en tener sueños feos…no más golosinas antes de ir a la cama para ninguna de ustedes
- otou-san….-chilla la niña
- ¿quieres dormir con nosotros esta noche?
- si…tengo miedo…
- tengo una idea, ustedes dos vayan a la habitación y yo les prepararé leche tibia con miel para que esos sueños feos se esfumen
- no es necesario, Darien… es tu primer noche en casa luego de tantas guardias…solo ven a la cama con nosotras- pide Rei mientras toma a Hotaru entre sus brazos, la niña se frota los ojos adormilada.
- no…me sentiré más tranquilo si hago eso por mis chicas…ve a la cama, Hōbijin… iré en seguida con ustedes
- no tardes….-pide la joven de ojos amatista mientras da un beso suave en los labios al pelinegro
- no lo haré…
Darien caminó hacia la cocina y puso algo de leche sobre la parrilla, el teléfono de su casa sonó.
- diga…
- Darien
- ¿Michiru? Disculpa mi sorpresa, pero no es normal que alguna de ustedes marque de repente y menos en mitad de la noche.
- Lo lamento, imagino que en París es aun de madrugada
- lo es. Y lo sabes… ¿puedo saber a qué se debe tu llamada? lamento parecer grosero pero…
- lo comprendo, no te preocupes, sé que no es nada personal, tú debes sentirte extraño recibiendo una llamada mía en mitad de la noche. Espero que Rei no lo malentienda
- está en la habitación con nuestra hija
- debe ser una niña hermosa…
- Michiru…no quiero parecer grosero pero son las tres de la mañana
- sonará extraño pero…solo llamaba para saber si todo está bien.
- mi esposa está bien, mi hija está bien ¿qué ocurre?
-escucha, quizás me estoy volviendo loca pero mi espejo ha comenzado a actuar extraño y creo que tiene que ver con ellas
- ellas están bien, están en cama, durmiendo. Solo tratamos de llevar una vida tranquila, así que no te preocupes…
- Darien…quizás exagero, pero algo está amenazando la vida como la conocemos
- quizás, pero mi familia no tiene nada que ver
- quizás están en peligro
- no lo están, si lo estuvieran…
- ¿no han actuado extrañas? Para los que tenemos poderes estas cosas pueden ser más perceptibles ¿Rei no ha comenzado a actuar extraña?
- ¿extraña? No entiendo de qué hablas
- tu esposa es quizás más sensible que todos nosotros. Me gustaría charlar con ella
- no. Michiru, son las tres de la mañana y tenemos una hija que tiene la energía de mil guerreros, necesito que ambas descansen y también que las mantengan alejadas de toda esta basura. Todo terminó, dejen de preocuparse por esas cosas y vivan su vida.
- Darien…no los estoy juzgando ni atacando. A mi también me hace feliz no estar peleando, aunque lo haría con gusto si fuera necesario, pero por más que quiera fingir que nada pasa, en realidad lo hace…
- claro….un gusto charlar contigo, Michiru…
- Darien…tu familia podría estar en peligro, tu vida perfecta podría terminar en cualquier momento
- me aseguraré de que no sea así…buenas noches…
- claro…buenas noches…
- ¿está todo bien, doctor Chiba?- interroga la pelinegra desde el marco de la puerta
- todo bien, Hōbijin- sonríe el de ojos azules retirando la leche de la parrilla y sirviéndola en un par de tazas
- hablabas por teléfono
-si, del hospital, me pedían que hiciera una guardia más hoy
- ¿y dijiste que no?
- Dije que no… hoy quiero estar con ustedes…me hace feliz estar aquí
- y a mí que estés en casa
- Hōbijin…
- ¿sí?
- ¿estás segura de estar bien?
- si…lo estoy. ¿por qué me lo preguntas?
- no sueles tener pesadillas….
- fue una tontería, no importa… vuelve a la cama con nosotras….
- Rei… si las cosas no estuvieran bien…si hubiera algún peligro…me lo dirías ¿verdad?
- Doctor Chiba…el único peligro que corre usted es el que está a punto de vivir si no regresa a la cama con su esposa y sigue hablando con mujeres desconocidas por teléfono…
- en ese caso…hora de volver a la cama- sonríe el de ojos azules tomando en brazos a la pelinegra que ríe al sentir que sus pies ya no tocan el piso
- Darien ¿qué crees que haces?
- Solo regresarte a la cama
- creí que querías prepararme algo para que pudiera dormir
- me aseguraré de que puedas dormir profundamente, Hōbijin…- promete él besando los labios de la muchacha entre sus brazos
- tu hija está en nuestra cama, dormida…
- amor…hay mil formas de hacerte dormir….la que seguramente tú estás pensando es una muy distinta a la que yo pretendo llevar a cabo
.- ¿puedo saber cómo pretende usted hacerme dormir, Doctor Chiba?
- Solo te abrazaré durante la noche y te llenaré de besos
- ¿eso va a ayudarme a dormir?
- eso, mi amada…va a ayudarte a alejar tus miedos, sentirte el calma
- eres muy dulce… ¿mañana me harás el desayuno?
- lo que tu pidas, amor…
Quizás Michiru tenía razón, quizás sus presentimientos tenían razón, pero por esa noche, su forma para luchar contra todos sus miedos y el alejar los fantasmas de aquel hogar era mimando a las mujeres que amaba, aunque quizás eso no alcanzaría el suficiente tiempo…
A la mañana siguiente Darien fue a trabajar y Rei se quedó en casa resolviendo un par de tareas de la universidad, Makoto se ofreció a ir al parque con Hotaru y le dio tiempo a la joven madre para relajarse un poco, beber un café y hacer un poco de sus trabajos finales, necesitaba recuperarse de aquellas pesadillas que cada vez eran más reales.
Makoto regresó un par de horas después con algunos víveres y una pequeña niña ansiosa por ver a su madre, Rei le ofreció a su amiga una taza de café a cambio de la pequeña de ojos amatista que fue feliz al ver a su madre.
- ¿es mi imaginación o luces preocupada esta mañana tras tu paseo?
- am… lo estoy
- ¿pasó algo?
- hablé con Amy de camino a aquí
- ¿va todo bien?
- Mina y Amy están preocupadas
- ¿ocurre algo?
- Luna ha desaparecido y el cristal de plata también…
- ¿qué?
- El cristal estaba en casa de Serena, luna lo cuidaba, pero ella desapareció, cuando las chicas fueron a buscarla…el cristal había desaparecido.
- oh…
- ¿oh? Esa gata está loca. ¿no te parece extraño?
- Claro que me parece extraño, pero… ¿qué puede hacer?
- no lo sé, amiga. Estaba desesperada por encontrar a Serena, ¿qué te dice que no hizo una locura?
- Serena está en un lugar muy lejano ¿qué podría hacer Luna para encontrarla?
- no lo sé, pero no me da un buen presentimiento ¿y a ti?
La pelinegra guardó silencio
- Has tenido sueños ¿verdad? Te has dado cuenta
- Son solo sueños, Makoto
- ¿solo sueños? Yo solo tengo sueños, con chicos sexys y desnudos, muchos. Pero tus sueños son diferentes, muy diferentes.
- no quiero preocuparme. He estado muy tensa y quizás de eso vienen mis sueños. Tengo a un hombre que me ama y a una hija que tiene la sonrisa más bella del mundo, no quiero pensar en ese caos…
- me preocupa saber que cierta cuadrúpeda planea algo para acabar con eso
- estaremos bien…
- ¿qué crees que pueda hacerse con el cristal de plata, Rei-chan?
- ese cristal tiene mucho poder, pero no sirve de mucho sin las manos adecuadas
- ¿y si esa loca intenta intercambiarla?
-no creo que tenga la forma de poder hacerlo, la tierra no tiene muchas personas a las que les interese y para contactar a alguien en el espacio…es un poco difícil
- conoces a esa demente, no se rendirá hasta obtener lo que desea
- ¿crees que lo hizo para contactar con Serena? No sería tan fácil, Luna no tiene magia, necesitaría ayuda de alguien más, alguien con poderes y por lo visto Mina y Amy no saben nada…
- es extraño. Y aunque te niegues…lo sabes. Algo raro está pasando aquí
- aun si así fera no hay forma de encontrar a Luna. ¿podemos estar en paz mientras tanto?
- ¿sabes? Algo me dice que tu sabes más de lo que aceptas
- Makoto…por favor, vive tu vida… deja de preocuparte
- ¿me lo dices tú?
- Escucha. Quizás la felicidad que vivimos hoy sea todo lo que nos quede, así que disfruta lo que tienes ahora. Deja de preocuparte de esas cosas ¿quieres?
- esto no es normal…algo ocurre contigo
- creo, amiga…que Hotaru necesita que le cambien su pañal…relájate un poco ¿quieres?
Pero Rei no se estaba relajando, hacía mucho que su piel no se erizaba de esa forma y el dolor en su estómago, esa sensación de que algo iba mal y de que tal como lo dijo, su felicidad estaba por terminar.
La joven de ojos amatista se encontraba encerrada en una de las habitaciones del departamento, aun en París no había conseguido alejarse de lo que ella era realmente y consiguió adaptarlo todo para poder tener contacto con su parte de sacerdotisa, esa que jamás cambiaría.
El fuego tenía personalidad propia, el fuego tenía su propio movimiento y decidía cuál era su camino, hacia dónde ir, quizás se movía con los pensamientos de la pelinegra que oraba ante él, buscando su camino y demostrando que la mente de la joven no estaba en paz y miles de tormentos salían de aquella pequeña cabeza.
La destrucción, el fuego y la pequeña niña en mitad de todo eso la hicieron sudar, escuchar aquellos gritos la hicieron sentir que aquello era demasiado real.
- Hōbijin…
- Darien ¿qué haces aquí?
- vengo llegando de la guardia, Makoto me dijo que tienes horas metida aquí y que no has comido nada.
- estoy bien, no tengo tanto aquí
- querida… ¿a qué hora entraste aquí?
- a las once
- son las dos de la mañana….- respondió triste el de ojos azules, se acabó por hoy, Reiko, hora de ir a la cama
- solo un poco más. No estoy cansada
El pelinegro besó la frente de la joven y la tomó en brazos saliendo de la habitación
- debes descansar, amor. Te traje pizza de tu restaurante favorito, será servicio a la habitación
- ¿trajiste postre?
- Si, una tarta de frutas con chocolate, te gustará
- eres tan bueno
- Hōbijin, estoy preocupado por ti…no has dormido ni comido bien en la última semana
- solo estoy algo inquieta, quizás por los exámenes finales
- amor, si tu inquietud fueran los exámenes finales estarías estudiando, no meditado. Solo me preocupa algo.
Ella lo miró inquieta
- ¿te has arrepentido de casarte conmigo, Hōbijin?
- No…no…claro que no, ¿cómo me arrepentiría de casarme con la persona que hace única mi vida? Te amo, tonto…de todas las dudas que tengo, haberme casado contigo no es un de ellas…
- Te amo, Reiko. Quiero pasar el resto de mi vida contigo así que debes comer y cuidarte mucho.
-estoy a nada de graduarme, eso es lo que me tiene tensa
- te traje unas pastillas para que puedas dormir tranquila, mañana amanecerás mejor
-te preocupas tanto por mi…
- eres lo único importante para mi, Hotaru y tú lo son.
-imagino que lo soy, trajiste mi pizza favorita…está deliciosa
- mañana te haré waffles
- mañana tienes guarida también
- me quedaré contigo, deseo asegurarme que estés bien.
- Estoy bien, no pasa nada, ve a trabajar mañana
- mañana pasaré el día con mis chicas favoritas…
- más te vale que seamos nosotras
Darien sonríe y atrae hacia sí a la joven de ojos amatista colocando su cabeza sobre el torso de él, para Rei no pasó desapercibido lo fuerte que latía su corazón.
- ¿escuchas el latido? Es por ti…siempre será por ti…
- ¿cómo no dormir en paz?- sonrió la pelinegra besando la comisura de los labios de Darien
Quizás por ese precioso segundo lo único que ella necesitaba era sentir la paz de aquel abrazo, de aquella ternura.
Némesis:
La joven de ojos azules abrazaba al pequeño niño de ojos dorados que acababa de despertar de un terrible pesadilla, estaba en la cama del niño y le costaba tranquilizarlo.
- calma, pequeño…solo fue una pesadilla
- ¿dónde está papá? soñé que lo atacaban- llora el niño
- él está bien. No te preocupes
- lo atacaron, alguien lo atacó, mamá…
- calma, calma…-tranquilizó la joven acunando al pequeño en sus brazos y sacándose un collar de la pijama
- ¿ves? aun brilla… mientras brille papá estará bien
- ¿él está bien?
- si, este cristal tiene parte de su corazón, él está bien
- ¿volverá?
- Claro que volverá, pequeño…este es nuestro hogar. Él volverá
- quédate conmigo, mamá, la oscuridad es horrible, me da miedo.
- Así será, estaré contigo, Helios…
La joven de ojos azules abrazó al pequeño hasta que se quedó dormido, pero la inquietud de su pequeño al tener esas pesadillas la hizo dudar. Una madre promedio no lo haría, pero Helios no era un niño normal, solía adivinar sus próximos regalos, todas las sorpresas y temía que todos los ataques...
- por favor, Diamante, responde…responde…- balbuceaba la joven de ojos azules mientras utiliza aquel collar para llamar al Diamante, pero nadie respondió.
Flashback:
La joven rubia lloraba en silencio en el jardín mientras veía decenas de naves partir de Némesis, su hijo estaba con las nanas en algún lugar de palacio, justo ahora prefería estar sola.
- y aquí estás….
- Diamante…¿qué haces aquí?- Interroga la muchacha mientras se seca las lágrimas, el joven estaba vestido con una armadura plateada y lucía preocupado, más por la joven frente a el que por su próximo destino.
- no podía partir sin despedirme de ti, conejito
- ya nos habíamos despedido en palacio….solo vete…
El de cabellos plateados abrazó a la muchacha y besó su frente
- amor…no puedo irme si estás así
- solo vete, Diamante
- ¿no estás siendo un poco brusca para una despedida?
- escucha, Diamante. Cuando vine a vivir aquí, cuando me secuestraste, pensé: Quizás es bueno, quizás aquí estaré lejos de la guerra, la violencia, el arriesgar mi vida y la de los que amo todos los días, me enamoré de ti, tuve un hijo contigo y luego… ¡esto!
El joven guerrero se sentía conmovido por la reacción de su esposa, daría la mitad de su sangre por no tener que ir a aquel lugar a pelear, pero era justo por ellos, por su familia que estaba a punto de salir de su hogar para defender la tranquilidad de ellos, desearía quedarse pero esa ya no era una opción.
- Serena... quiero que escuches esto y escúchalo muy bien: te amo, y a Helios…Sé que no es fácil
- ¡claro que no es fácil! Tengo que quedarme aquí, en casa, a esperar el día en el que vuelvas, si es que algún día vuelves, tengo que esperar todos los días el que me des una buena o mala noticia, deberé esperar a que regreses o me digan que estás muerto…
- Hey… no planeo morir. ¿crees que moriría teniendo el paraíso aquí? Me urge regresar a casa, pronto, ayer, hace mil años…pero ahora debo salir de aquí para protegerlos, a ustedes y al hogar que tenemos aquí.
- Pero el no saber dónde estarás…
- Entonces creo que deberé darte mi corazón…
- ¿qué?
- Mi corazón- explica el de ojos amatista sacando de su bolso un collar con un péndulo de cristal dorado.
- ¿qué es esto?
- es un lindo trozo de mi corazón, que es para ti
- ¿qué?
- conseguí que hicieran esto. Es un comunicador único, solo tú y yo. Solo tu sangre puede accionarlo, solo puede brillar por mí. Mientras él brille, yo estaré vivo, cuando me llames, me contactará…hablaremos cuando me extrañes, cuando quieras, cuando lo necesites… Estaré para ti.
- voy a extrañarte mucho…-se abraza la joven
- no tanto como yo a ustedes…pero volveré pronto, tan pronto como pueda… nada me separará de ustedes…
- te amo, Diamante…mantente a salvo…
- lo haré…
La joven de ojos azules se acurrucó en silencio sobre la alfombra pidiendo al cielo que el cristal reaccione pero no hay respuesta del otro lado y de repente el cristal en su mano dejó de brillar…
El comunicador de la sala principal de palacio comenzó a sonar, la muchacha rubia corrió fuera de la habitación para llegar hasta ahí, una nota apareció en la pantalla "Diamante ha desaparecido"
La joven intentó comunicarse una y otra vez pero no obtuvo respuesta, nadie respondía del otro lado y ella no dejó de llorar hasta muy entrada la madrugada, hasta que se quedó dormida entre lágrimas y dolor.
Sintió que unas pequeñas manitas la movieron, eso la hizo despertar sobresaltada, unos pequeños ojitos dorados lo observaban preocupados.
- Mami…
- Helios, me…quedé dormida. ¿tienes hambre?
- no, no tengo hambre
- Helios, sobre tu papá….
- Él está bien, mamá…ahora está bien…
- Pequeño…
- Hay algo malo cerca, mamá…algo que va a destruir todo, es algo muy brillante
- pequeño, solo fue una pesadilla…
- no, mamá…La mariposa me lo enseñó…
- ¿la mariposa?
- La de ojos bonitos…
- Helios, creo que…
- Serena- escuchó que la llamaron
- Zafiro ¿qué ocurre? ¿por qué nadie contesta? ¿dónde está Diamante?
- Serena, no hay tiempo, debemos irnos.
- ¿Irnos a dónde? ¿Dónde está Diamante?
- Serena, Hora de irnos…
- ¿dónde está mi esposo, Zafiro?
- Te lo diré en el camino.
- No, no me moveré de aquí hasta que me digas qué le pasó a mi esposo
- Este lugar ya no es seguro. Lo que sea que nos esté atacando es poderoso y viene para acá. Diamante resultó herido tratando de protegernos y me pidió que los viniera a salvar, deben de venir conmigo.
- ¿Dónde está Diamante?
- Él tratará de alcanzarnos, así que…
- llévate a Helios, yo lo esperaré
- Serena, Si algo te pasa…
- te matará, pero yo no podré vivir si él no está conmigo, por favor…llévate a mi hijo
- mami…
- Tu hijo debe de ser salvado, Serena, Es el heredero de Némesis, aun si Némesis es destruido Helios debe vivir…
- lo sé…Helios…-susurra la rubia joven abrazando al niño que llora- Debes ir con tu tío Zafiro, Yo los alcanzaré después…
- mami…tengo miedo
- Tu tío Zafiro te cuidará y ten…llévate mi collar, el te ayudará a saber que tu padre y yo estamos bien.
- no quiero…yo…quiero estar con ustedes
- Pequeño…estarás con nosotros después. Zafiro… Llévatelo por favor…
- mami…
- te quiero…Siempre te querré…
- Llévatelo, Zafiro….
- Serena, ven con nosotros…
- Esperaré a Diamante, Zafiro…cuida de mi hijo ¿quieres?
- él puede no venir…
- él vendrá…
- llevaré a la ardilla con nosotros..
- si…
El joven de cabellos de noche se alejó con el niño de ojos dorados en brazos, el niño lloraba y Serena se giró para que nadie la viera llorar, caminó a salón del trono y se encerró mientras veía a la ventana, una luz cegadora apareció en el cielo, su piel no pudo menos que estremecerse.
- Eres muy testaruda, mi pequeño conejito…-susurra una voz desde la puerta, una que ella conoce y no puede evitar correr a encontrarle
- ¡Diamante!
El joven estaba lleno de heridas y moretones en el cuerpo, no se veía nada bien
- Volví por ti, por ustedes…
- ¿qué pasó, Diamante?
- Una fuerza superior a todo lo conocido intervino en mitad de la batalla, todo ardía, todo fue luz y destrozó muchas de las naves, nos atacó como un monstruo lleno de furia, apenas y logré escapar, Creí que había muerto, pero desperté y conseguí que me trajeran aquí. Debemos irnos…
- ¿qué crees que pudo haber sido?
- No lo sé…pero es la fuerza más destructiva que había visto jamás, no quiero que eso nos alcance
- vámonos de aquí…
- si…
- De aquí si saldrá alguien, pero no precisamente tu…- retumba una voz cuando aparece una alta mujer de cabellos ondulados.
- Luna ¿tú qué haces aquí?
- Vine por ti, Serena. Es hora de volver a casa, ven conmigo
- ¡no!
- Serena…este lugar se destrozará, ven conmigo
- Ella no va contigo a ningún lado, bruja
- ¿vas a dejarla morir aquí? Porque este basurero explotará pronto
- La tierra ya no es mi hogar, Diamante lo es, si él no viene…
- Este hombre te secuestró y tú tienes un destino que cumplir, sabes que debes de reinar en la tierra y…
- ¡al diablo! Yo tengo una vida aquí, Luna, no me interesa ir a ningún lado
- ¿vas a dejarla morir aquí?- interroga la pelinegra al joven- vi lo que esa fuerza es y…no irán muy lejos
- eres una bruja- gruñe el hombre de cabellos plateados
- Eres tan egoísta… esta chica esta destinada a la grandeza, a ser una reina, a mantener la paz no a refundirse en un muladar de estos…
- maldita bruja- ruge el de cabellos plateados cuando reconoce el cristal en las manos de la pelinegra- ese brillo… ¡tú causaste esa explosión!
- ¿qué dices?
- Esta bruja lo causó todo, Serena…ella lo causó todo…
- ¿qué?
- debemos volver a la tierra, Serena. Ven conmigo, no lo repetiré dos veces- dice segura la de cabellos ondulados
- Luna ¿tú provocaste la muerte de esas personas? ¿tú provocaste la guerra en esta galaxia? ¿eras aquella persona que los incitaba a atacarse unos a otros?
- Necesitaba llegar a ti, no fue fácil llegar hasta el lugar donde este animal te trajo, tuve que ofrecer muchas cosas, pedir ayuda…
- Maldita bruja, tu lastimaste a mi gente. Destrozaste la paz que nos costó generaciones lograr
- No deseo hablar contigo, Serena, hora de irnos. El portal no durará abierto mucho tiempo
- Entonces regresa por donde llegaste porque no voy a volver, Me quedo con mi familia…
- Volverás a la tierra si no quieres que este animal muera…- Amenaza Luna apuntando el cristal de plata hacia Diamante- Sabes que lo mataré
- No puedes usar el cristal de plata sin mi…
- ¿estás segura?- se burla la pelinegra- conseguí la forma de hacerlo, tarde varios años en poder hacerlo, pero lo conseguí, así que ven conmigo ahora, Serena
- ¡No!
Luna apuntó el cristal que atacó directamente el costado del joven de cabellos plateados y el rayo lanzado por éste lo derribó haciéndolo sangrar nuevamente.
- ¡Luna, detente!
- La próxima vez no fallaré, Serena…ven conmigo
- ¡está bien! Solo…no lo mates…iré contigo, pero…no lo mates…
- Serena…
La rubia se giró y abrazó al herido hombre, besándolo en los labios, no pudo evitar susurrar a su oído muy quedito, lo suficiente para que Luna no lo escuchara.
- Encuentra la forma de volver por mi… -suplica quedito la rubia mientras un par de lágrimas corren por sus mejillas.- estoy lista, Luna…
- bien…vamos
La rubia caminó entre lágrimas silenciosas con la mirada al suelo, pudo ver de reojo que un portal se abría, era un portal brillante
- Hora de irnos, Serena- la rubia entró al portal y pudo escuchar como una decena de guerreros lo atravesaban corriendo- ustedes… Némesis es suyo como lo prometí, pero maten a ese idiota y al niño…
- ¡No! ¡lo prometiste, lo prometiste, Luna!
- Serena, será mejor que duermas… será un viaje largo
- ¡ordenaste la muerte de mi familia!
- te di la oportunidad de recuperar lo que mereces, Serena…
- ¡no lo quiero, los quiero a ellos!
La pelinegra sacó una pequeña caja y tomó una aguja que estaba en su interior, pinchando con ella el cuello de la muchacha, Serena cayó desmayada en el momento.
- lo querrás…me encargaré de que así sea…
- quizás no debiste ordenar la muerte de Helios y de Diamante, no era necesario, Luna- dice una voz en cuanto el portal vuelve a abrirse.
- Setsuna, deja de decir tonterías. Hemos recuperado el futuro, el futuro merece un sacrificio. Todo tiene un sacrificio…
Quizás Luna tenía razón, todo tiene un sacrificio pero no era el último que se haría para construir los cimientos de Tokio de cristal…
Hola
lamento la tardanza. Creo que mucho ha pasado desde la ultima vez que les actualice este capitulo, llego una pandemia que no ha tenido tregua en ningun lugar del mundo y hemos vivido muchas cosas. Les platico que yo tuve un bebe, así que he estado bastante ocupada como pueden imaginarlo, a pesar de ello todo este tiempo mi computadora me ha estado gritando que escriba.
Quiero agradecer a mi amiga Gabymatona por motivarme a retomar mi historia y sobre todo por darme tips para poder escribir ahora desde mi cel, espero que leas pronto este agradecimiento.
Mil gracias a aquellos que me han regalado un review y motivado, creanme que no he parado por falta de ganas y prometo tratar de actualizar frecuentemente.
y por ultimo pero no menos importante ¡muchas felicidades por tu cumpleaños mi estimada LadyPhoenix Leonor de Eboli! siempre has estado acompañandome y siendo complice de esta historia, espero te guste tu pequeño regalo de cumpleaños.
Mil gracias a todos los que siguen por aqui
¡dejen su review!
p.d si alguien me dice como puedo hacer para que me lleguen de nuevo notificaciones de review le debere una grande
atte
La maga
