Hijo de la Luna

Capitulo 9

"Palacio de sangre"

París:

La joven de ojos amatista se encontraba en la cocina sirviéndose una taza de café mientras vigilaba una cacerola con huevos revueltos y servía un poco de cereal en un plato morado con mariposas dibujadas en sus bordes, sintió unos brazos fuertes en su cintura aprisionándola.

- mmhhmm…buenos días

- buenos días, Doctor Chiba

- no estabas en la cama al despertar…

- tengo hambre y te preparé huevos

- huele delicioso.

- Sabes que esto y el espagueti de caja es lo único que se preparar.

- pero adoro como te queda. Adoro todo lo que haces…

- ¿en verdad?

- Y cuando digo todo es…todo...- susurra él al oído de la muchacha de ojos amatista mientras la acaricia por debajo de la playera que usa como camisón.

- Hotaru…

- está dormida, la acabo de ver en su habitación, así que tú y yo…-mordisquea el lóbulo de la oreja de la joven- podemos disfrutar la mañana un poco más…

- Darien… se quemará él…desayuno…

- al diablo el desayuno, Makoto está fuera de la ciudad, con ella y Hotaru en casa hace mucho que no puedo disfrutar la fantasía de utilizar nuestra cocina…

- estas loco…- ríe la joven pero no protesta cuando él la toma por la cintura y la sienta sobre la mesa de la cocina y se coloca entre sus piernas.

- quiero aprovechar antes de que la casa se llene de Makoto, Andrew, tu padre y mi abuelo para celebrar el cumpleaños de Hotaru

- Me parece una estupenda idea…

- Hace mucho que no lo hacemos en la cocina…lo extraño

- me estás convenciendo…

-juro que no te arrepentirás

- ¡Hotaru!

- Hotaru está dormida, tenemos tiempo

- ¿para qué tienen tiempo, Otou San? ¿qué hacen?

- yo…le estoy sacando a tu mamá una pestaña del ojo, pero no se queda quieta.

- ¿es como cuando se me enterró una astilla en el dedo?

- algo así, pequeña…algo así- se apena el padre- aunque deberías de estar durmiendo…

- tengo hambre…

- ¿quieres cereal?- ofrece la madre de la niña intentando recuperar el suelo

- huele feo- refunfuña la pequeña

- oh…se quemó el desayuno- se apena la madre de pequeña

- yo lo prepararé. ¿Hot cakes, Hotaru?

- con moras

- en un segundo, ve por tu pegaso

- ¡Si!

- ¿quieres hot cakes también?

- parece que este día no tendré lo que quería para desayunar- hace un mohín la joven de ojos amatista mientras el pelinegro la baja con cuidado de la mesa y besa con suavidad sus labios.

- encontraremos la forma de que todos obtengamos lo que deseamos, Hotaru por ejemplo sus hot cakes, a ti te prepararé yogurt griego con fresas yo…yo comeré el postre más tarde, pero te advierto que repetiré ración

- Darien

- ¿si?

- prepara algo grasoso para desayunar, hoy será un día muy, muy largo…

- siempre me sorprende, Señora Chiba…siempre…

- eso es lo que amas de mi

Rei se rió y caminó hacia la habitación, las cosas no eran tan fáciles ahora que Hotaru podía salir sola de su habitación y andar por ahí pero encontraban la forma de estar juntos y no perder la flama. Aun en el caos y con un par de discusiones de por medio no podía quejarse, vivía en el paraíso…

La muchacha de ojos azules despertó en una habitación blanca y cubierta por un par de sabanas cálidas, aun se sentía aturdida y sentía el agotamiento de haber estado llorando incluso entre sueños, el corazón le dolía.

- por fin has despertado…

- Luna…¿dónde estoy?

- Estas en la puerta del tiempo, en el palacio de Setsuna, necesitamos ver qué es lo que haremos para explicar tu ausencia de la tierra

- ¿qué tal empezar por la verdad, Luna? Decir que yo estaba viviendo con mi familia en Némesis y tu la mataste

- Serena, No exageres, esa bestia te secuestró

- Esa bestia, Luna…me dio los años más felices de mi vida y más te vale que dejes de llamarlo así

- Serena, lo que importa es que te calmes, el tiempo ha pasado también en la tierra y todos se preguntarán, todos querrán saber qué te ocurrió…

- Luna…

- ¿si, princesa?

- púdrete y déjame sola. No pienso ir a ningún sitio

- Te traje bocadillos y leche con chocolate, necesitas comer, no has comido nada en días…no habías despertado en días, Serena…necesito que estés bien

La rubia rió histéricamente y tomó el vaso de leche para arrojarlo al rostro de la mujer de cabellos negros.

- ¿quieres que esté bien? Revive a mi familia, bruja. Ahora déjame

La pelinegra se retiró con seriedad, sin decir nada, mientras se limpiaba la cara, susurró que dejaba los bocadillos por si tenía hambre, cerró la puerta tras de sí y pudo escucharse que corría una llave, la rubia volvió a tumbarse en la cama para seguir llorando, a su cuerpo no le quedaban lágrimas, pero en realidad dolía demasiado, demasiado para seguir respirando…

París:

la joven pelinegra de ojos amatista se encontraba de puntillas intentando alcanzar un frasco de galletas, sonrió al sentir aquel abrazo que la levantó del suelo para hacerla alcanzar el frasco y suspiró al sentir aquel beso en el cuello que la hizo estremecer.

- gracias por ayudarme a alcanzar las galletas

- deberías de colocarlas un estante más abajo, Hōbijin

- me gusta que estés aquí para ayudarme a alcanzarlas, además así la mantengo lejos de Hotaru y de mi vista.

- Esa es buena idea, cuando tenemos una golosina cerca de nuestra vista…deseamos comerla una…otra…otra…y otra vez…- susurra Darien a su oído mientras mordisquea el cuello de su esposa

- deberás ponerte a régimen por unos días, querido…

- déjame disfrutar un poco antes de que…

- ¡llegamos!- grita Makoto desde la puerta

- olvídalo…no más golosinas para mi por varios días- hace un mohín el de ojos azules y Rei sonríe besando sus labios fugazmente

- no somos precisamente personas que podamos soportar vivir sin comer golosinas, encontraremos la forma

- Reiko, ¿ya estás lista?

- ¡Otou- San!- brinca la pelinegra- Ya…ya estamos listos, solo quería tomar las galletas

- ¿para qué necesitas galletas si habrá un pastel de cumpleaños?

- a Reiko le gustan las galletas, Señor Chiba, le gustan mucho

- Vamos, Takahashi. Deja a mi nieta comer sus galletas, Hotaru muere por ir al parque a celebrar su cumpleaños.

- ¡el carro está listo, señor majestad senador!- grita Andrew desde la puerta

- Solo llámame Señor Hino, muchacho

- si, su eminencia majestad- responde el rubio y esto hace reír a los chicos ,Andrew siempre se ponía nervioso cuando aparecía el padre de Rei, el abuelo de Darien no era tan imponente como un senador en un coche blindado rodeado por guardaespaldas y con rostro de pocos amigos. Solo él y Darien se veían aun impresionados por ese hombre, Hotaru jamás lo estuvo.

- ¡ojii-San, juega conmigo! - Ordena la pequeña Hotaru que corre con su abuelo tomado de la mano por Bois de Vincennes.

Bois de Vincennes era el lugar donde los padres de Hotaru decidieron celebrar sus tres primeros años de vida, querían festejar en un lugar al aire libre, aquel parque tenía muchas atracciones que Hotaru adoraba.

- vamos, pequeña- acepta el abuelo Hino

- ustedes también jueguen conmigo, correremos con la cometa- ordena Hotaru a los guardaespaldas de su abuelo- Abuelo, sé que no puedes correr, pero después jugarás conmigo e iremos al teatro guiñol.

- Claro que si, pequeña princesa…lo que tu ordenes- promete el abuelo Chiba a la pequeña que ríe y hace correr a su abuelo y guardaespaldas.

- es divertido ver correr a tu padre, Rei- se divierte Andrew cuando voltea a ver al señor Hino en camisa de lino por el pasto, para cualquiera sería más divertido ver a media docena de hombres en trajes negros y lentes oscurojugando con la niña de ojos amatista.

- Hotaru es un tesoro, ha venido a cambiar la vida de todos, gracias por ese regalo, nieta

- abuelo…Yo también tuve algo que ver en eso

- ¿entonces por qué no veo más nietos corriendo por el pasto, Hijo?

- bueno, es que Rei…

- ah, si…ahora Rei es la culpable.

- Lo soy, Chiba- Sama. Necesitaba enfocarme en la escuela para poder graduarme y conseguir un buen trabajo, Hotaru es maravillosa, pero necesita más atención de la que hubiera podido darle si tuviera un hermanito.

- bueno, si…pero no viviré por siempre, nieta.

- vivirás muchos años, abuelo. Deja de chantajear a Rei con eso, tienes una nieta fabulosa y tendrás más, pero no ahora.

- Al menos tres más- pide el patriarca de los Chiba.

- Abuelo…

- No es mucho pedir, son jóvenes, se aman, tu acabas de conseguir un buen trabajo en el consulado y…

- ¿consulado?- se sorprende el joven de ojos azules- No me lo dijiste…

- ehmm, era una sorpresa, Chiba Sama…dijimos que era un secreto

- creí que se lo habías contado…fue hace varios días

- o sea que no lo supiste hoy. ¿hace cuánto tiempo lo supiste?

- ¿quieres una galleta?- invita la pelinegra metiendo una galleta en la boca del pelinegro que luce indignado.- son deliciosas, compraremos más de camino a casa.

- Creo que podemos hablar de eso después, Tu hija está a punto de infartar a tu padre, Rei- se divierte Makoto viendo al señor Hino sudar y correr hacia donde están todos sentados- y aquí viene.

- Reiko…ella es….incansable

- Si, Otou San. Hotaru tiene mucha energía

- ¿partiremos el pastel ya, tía Makoto?

- si, lo haremos, tu pastel te encantará

- ¿es de chocolate?

- Chocolate, con muchas mariposas

- ¡Chocolate!

La niña sonríe al ver el pastel y es feliz al ver que encienden una vela de cumpleaños para pedir un deseo y escuchar que su madre y todos le cantan una canción de feliz cumpleaños. Fue feliz al ver que su abuelo le había regalado un unicornio de peluche, siempre los perdía luego de ir a la cama. El abuelo chiba le llevó un precioso tambor japonés tallado por los mejores artesanos, Rei le regaló una Yukata lila con mariposas y libélulas, Makoto le regaló un juego de cocina y Andrew un videojuego, El padre de la niña hizo el ultimo regalo, una caja musical antigua con una bailarina sujetando una mariposa entre sus manos, la melodía le fascinó, los regalos habían fascinado a la niña y después del pastel la niña hizo que todos jugaran en el parque con ella, el teatro guiñol fue la actividad final, Hotaru estaba interesada en la función, tanto que los padres pudieron escaparse a dar un paseo en el lago.

- Como nuestra primera cita, ¿lo recuerdas?

- Espero no suframos un ataque por los pájaros. Este vestido, Doctor Chiba, es muy lindo y no voy a mojarme por nada del mundo

- es verdad…es un lindo vestido…amo como luces con él y como luces sin él…sobre todo sin él

- Hoy tendrás que imaginarme sin él…será difícil hacer algo con la casa tan llena.

- Lo sé… por eso agradezco tenerte para mi durante estos minutos…a veces siento que te alejas demasiado de mi…

- ¿qué dices? ¿por qué dices algo así?

- Rei, te amo, que me trague el infierno si no es así. Quiero y voy a estar para tí el resto de mi vida, pero a veces me das miedo y siento que tú no lo harás…

- Escúchame, Darien Chiba- dice seria la mujer de cabellos negros- Sé que soy una demente con mil manías, sé que tu trabajas mucho y yo tengo insomnio y me despierto en la madrugada a comer bocadillos, sé que soy una caja de misterios y que la mayoría de ellos no te los cuento, pero te amo… y no pienso ir a ningún lado…

- ¿Por qué no me contaste lo de tu trabajo?

- Me lo ofrecieron hace semanas, aun no decido…

- ¿por qué no? Eres la mejor… Un trabajo en el consulado es tu sueño…

- Me ofrecen también una beca en Irlanda…para una maestría

- oh… Ya veo…-se apena el de ojos azules

- tú estás haciendo tu especialidad…Irlanda suena muy bien, pero…Hotaru…tú…

- Hōbijin…Haremos lo que tu decidas, lo que tú elijas… Yo te amo, y lo que más amo de ti es que cumples tus sueños, vas por ellos. Si…yo estoy estudiando la especialidad, pero puedo ir a dónde sea, a donde sea siempre y cuando estés tú…no me importa ir al fin del mundo si en el fin del mundo estoy con ustedes… solo, no me alejes… nunca me alejes Hōbijin

- Ya no lo haré… lo lamento, por ser tan cabeza dura

- mientras seas mí cabeza dura no importa, Te amo…

- y yo te amo a ti- confiesa apenada la mujer de ojos amatista y besa al hombre ante ella…en verdad lo amaba, en verdad era feliz al tener esa vida, al disfrutar de esos momentos.

Puertas del tiempo en Plutón

La mujer de cabellos verdes bebía una taza de té cuando la pelinegra de cabellos ondulados apareció.

- luce demasiado tranquila

- El tiempo, Luna…El tiempo lo cura todo

- No hay tiempo, Serena debe casarse con Darien, Serena y Darien deben de traer al mundo a Rini y cada vez es más difícil mientras él esté con esa mujerzuela.

- ¿con su esposa?

- Deja el sarcasmo, sabes que ellos jamás debieron casarse.

- pero lo hicieron, se aman, tienen una Hija, Luna…

- Decidiste tu bando cuando me ayudaste a atravesar el portal

- Y fui más allá de lo permitido, no debí de dejarte ir por ella.

- rescatarla, Setsuna… rescatarla de ese monstruo.

- cómo te las arreglarás para que las cosas funcionen ya no será mi problema…

- Solo necesito regresar a Serena a antes de que él se casara, a antes de que Rei se embarazara y…

- no puedo hacerlo, el destino se ha afectado, pude transportarte a Némesis, pero no hubiera podido llevarte al pasado, esas son puertas cerradas para mi, más luego de hacer uso a mi antojo de todo esto, mis permisos para abrir las puertas del tiempo se vieron afectados por ayudarte.

- Serena se niega a volver a la tierra, ni se diga regresar con Darien

- Su corazón ya no es de él y por si no lo habías notado el corazón de Darien también pertenece a otra mujer

- La dinastía de la Luna no se construyó precisamente sobre algodones, Setsuna, pero es algo que se tuvo que hacer para asegurar el destino del universo, esta vez no será la excepción

- No me ensuciaré más las manos, no cargaré con más vidas en mi conciencia. Lo que hice hasta ahora fue todo, desde ahora estás sola.

- bueno…Entonces lo que haré ahora será aún menos ético para tu moral, Setsuna… Si quieres mirar hacia otro lado por mí estará bien

- ¿qué planeas hacer?

- deberemos volver a la tierra. Esta misma noche, ya hemos dejado pasar mucho tiempo. Las cosas deben de llevarse a cabo.

- prepararé todo para hoy.

- Bien… iré a preparar la cena de Serena, quizás hoy quiera comer un poco

- Hoy será igual que ayer. Tuvimos que atarla a la cama para que no se suicidara y tuvimos que canalizarla para que no se muriera porque se niega a comer ¿qué harás para que mágicamente deje de pasar?

- No querrás saberlo… voy a tu cocina, prepararé una exquisita cena porque mañana todo volverá a la normalidad- disfruta sonriendo la mujer de cabellos ondulados.

- tu normalidad no es la normalidad de nadie y estás a dos pasos de destruir la vida tal y como se ha creado en esta realidad, te ayudé pero eso no significa que esté de acuerdo contigo. Si me disculpas, me retiro…has arruinado mi té.

El asco que llegó a sentir Setsuna al presenciar aquella charla no se había comparado ni se compararía jamás con cualquier cosa que sus pupilas hayan visto. Aquella noche Setsuna no pudo dormir, pero a partir de ese día, su insomnio sería su eterno compañero y su conciencia no tendría paz.

Tokio:

El departamento Chiba estaba ocupado por primera vez en demasiado tiempo, cuando Darien se había mudado a París su abuelo insistió en que lo conservara por lo que pudiera necesitarse, varios años después necesitó hospedar a la familia Chiba, El abuelo Chiba insistió en redecorar una de las habitaciones del departamento para Hotaru, cosa que la pequeña disfrutó porque era la habitación de una princesa.

- Darien, apresúrate. Llegaremos tarde- regaña la mujer de cabellos amatista que está terminando de arreglar su cabello en un moño alto.

- Ya voy, querida. Me estaba asegurando que el coche estuviera listo y lo está- asegura el médico besando la base del cuello de su mujer que se erizó al contacto con esos labios- te ves hermosa.

Rei se puso de pie demostrando una hermosa yukata roja con un fénix al vuelo en la parte trasera del traje y un obi negro en su cintura

- ¿me ayudas a acomodar mi Obi?

- encantado…-afirma el pelinegro mientras acaricia la cintura de la joven y la ayuda a acomodar la cinta negra que demostraba la perfecta cintura que esta aun posee- lista, señora Chiba y…perfecta

- Ayudaré a Hotaru con su Yukata

- Ya está lista, Hōbijin, nos espera en la sala para irnos.

- entonces, solo me pongo labial y listo- guiña un ojo la pelinegra a su esposo mientras abre su boca sensualmente y comienza a colocarse el lápiz labial con el mayor de los cuidados.

- Lo que me gusta de este traje es que soy el único que sabe que no llevas nada debajo de él

- Doctor Chiba, está siendo inapropiado

- pienso ser más inapropiado al regresar a casa.

- ¿por qué no ahora?

- porque precisamente en cinco segundos seremos interrumpidos y comienzo a sentir dolor en ciertas partes de mi cuerpo cuando eso pasa, Hōbijin, al regresar a casa le prepararé leche tibia a Hotaru y planeo que duerma hasta mañana.

- me encanta tu idea

- Oka-san, Otou San…Ya es suficiente. Dejen de coquetear y vámonos, se nos hace tarde

- ehm..si…nos vamos, pequeña Cho- apoya el padre subiendo a sus hombros a la niña- Hora de irnos.

El camino a su destino fue divertido, Rei le fue explicando a Hotaru muchas de los edificios por los que pasaban y las experiencias que había vivido en cada lugar, cuando llegaron a su destino final la niña se emocionó, había pasado mucho tiempo desde que había pisado Tokio y no recordaba mucho de la tierra de sus padres.

- y esto, pequeña, es el templo Hikawa

- ¿aquí creciste, Oka-San?

- si, pequeña. Aquí crecí, con mi abuelo- era sacerdotisa

- ¿puedo serlo yo?

- No, no puedes- se apresura el padre a contestar y Rei lo observa extrañada-tu madre te enseñará todo lo que quieras saber de sintoísmo pero será difícil encontrar un templo sintoísta en París

- Eso y que tu padre necesita que vivamos en un lugar con solo una puerta de entrada

- ¿por qué solo una puerta de entrada, Oka-San?

- porque yo solía venir a visitar a tu madre sin que nadie se diera cuenta y eso está mal, muy mal. Nunca jamás lo hagas ¿entendido?

- Si, Otou San…¿podemos ir a ver los peces? Oka San dijo que tienen peces

- Claro, son peces muy lindos, te encantarán- ofrece Rei- Darien, ¿nos compras un par de helados?

- ¿cómo?

- Helados, de chocolate, dos, para Hotaru y para mí

- podemos ir…

- te veo en el estanque

- ehm…si…

- Darien

- ¿si?

- dulces también

- a la orden.- sonríe el pelinegro alejándose hacia los puestos de comida mientras la madre camina al interior del templo para explicarle cada lugar del lugar, mostrarle su vieja habitación y llevarla al estanque de los peces.

- es muy bonito, Oka- San. ¿entrabas aquí siempre?

- generalmente nunca venía aquí, mi cuarto de meditación era mi lugar favorito

- me gustan los peces, Oka-san. ¿podemos tener un estanque en casa?

- no hay espacio, pero podemos tener una pecera ¿te agrada?

- si… ¿puedo tener un perrito?

- una cosa a la vez, señorita, una cosa a la vez ¿de acuerdo?

- si, Oka- San.

- Luces muy tierna de mamá, Rei- dice una voz a sus espaldas y Rei sonríe mientras la niña se pone recelosa al no reconocer la voz que le habla a su madre con tanta familiaridad.

- ¡Nicholas!- sonríe Rei al hombre de cabellos castaños- ¡qué alegría!

- Rei, estás preciosa. ¡qué alegría verte!- abraza el joven a la mujer con la yukata roja- mírate, estás hermosa, y esta niñita tan hermosa ¿quién es?

- Soy su hija, Hotaru Chiba- explica la niña cruzándose de brazos- y suéltela o mi papi lo golpeará.

- ¡Hotaru!

- ¡gran- Kami, qué carácter! definitivamente salió a ti. Pero, Chiba…- el joven observa a la niña detenidamente intentando encontrar algún gesto, alguna facción que le aclare su duda- ¿Darien?

- así es, Nicholas, mi esposa y mi hija. ¿sorprendido?- dice Darien desde la puerta del lugar y pasan solo un par de segundos para que se ubique entre el hombre de cabello castaño y la pelinegra.

- ehm, bueno pues…si…si…no lo esperaba. No había sabido nada de Rei en años y esto…es sorprendente.

- no te sorprendas tanto. Princesa, tu helado, Hōbijin…el tuyo, lo pedí con cerezas encima, como te gusta.- explica con voz suave el pelinegro mientras besa la mejilla de su esposa provocando un sonrojo que no pasa desapercibido para nadie, en los labios el pelinegro una discreta sonrisa.- Nicholas, debo agradecerte que hayas cuidado de Hikawa luego de que nos mudáramos a París, para mi esposa significa mucho este lugar.

- ¿piensan mudarse?

- No…no lo creo, Continuaremos un tiempo más en París, París es maravilloso.- responde el pelinegro apresuradamente

- así que se alejarán de todo esto.

- Nos gusta donde estamos ahora, nos gusta como estamos.

- Claro. Entiendo… Tu habitación sigue intacta, por si necesitas tomar algo.

- Gracias, Nicholas. Pero no ocupo nada, Tengo todo lo que necesito. El festival es excelente… en verdad perfecto.

- Sé que a ti te gustan los pandas y pedí que decoraran varios puestos de panda. Conseguí que viniera el señor Taeda, sus brochetas te encantan

- ¿el señor Taeda en verdad?

- sí, él.

- Darien, debes conocer al señor Taeda, ha preparado las brochetas para los festivales en Hikawa desde que era niña

- Debe ser mayor, eso me agrada

- ¿ Darien Chiba, estas celoso?- se sorprende la pelinegra.

- Yo…los dejaré charlar. Los veré más tarde. Felicidades por el matrimonio y la pequeña.

- ¿es en serio, Darien Chiba?

- Oka- San, Otou- San. Quiero una brocheta y un pececito y que me cargues, Otou San.

- A la orden, señorita.

- Hotaru, eres muy exigente.

- como tú, Oka-San- dice orgullosa la niña y Rei ríe resignada, Hotaru era muy dulce, pero también determinada en lo que quería, igual que ella.

- Es verdad, pequeña. Vamos por tú pececito, quiero una brocheta y algunos caramelos también, tu padre solo trajo el helado.

- querida, últimamente tu apetito es bueno

- querido doctor Chiba, cuide sus palabras, podría traerle consecuencias aterradoras que no le agradará asumir.

- no me quejo, es agradable saber que tienes apetito, no ocurre muy a menudo

- yo nunca la he visto con apetito- sonríe la niña mientras come su helado

- eso es porque la última vez que tuvo apetito fue cuando tu venías en camino

- Quizás funcionará mi deseo de cumpleaños

- ¿tu deseo de cumpleaños, Hotaru? ¿qué fue lo que pediste?

- Un hermanito

Rei tiró su helado y Darien sonrió al ver la reacción de la madre. La conocía bastante bien, sabía que esas cosas la aterraban, pero no le molestaba la petición de su pequeña.

departamento Chiba. Tokio

- estuviste muy callada toda la noche, Hōbijin…- Interroga el médico cuando están de vuelta en el departamento y Hotaru dormida en su habitación con su pececito en la mesa de noche

- Fue la nostalgia por volver a Hikawa, sabes que hace años no pisaba el templo.

- ¿estás segura que solo es eso?

- ¿qué más podría ser, Darien?

El pelinegro abraza a la mujer de cabellos negros acostada a su lado en la cama

- quizás algo que dijo nuestra pequeña

- ¿sobre qué?

- Reiko… después de que Hotaru nos habló sobre su deseo de cumpleaños prácticamente no volviste a hablar, ella estaba pidiendo mil cosas y en ningún momento interviniste, hubiera traído a cas un panda real si lo hubieran tenido en venta.

- creo que estuve algo distraída, lo lamento…

- Eso no me preocupa, lo que me preocupa es lo que pueda estar dentro de esa cabecita loca. ¿debo asustarme?

- no…es solo que me hizo pensar muchas cosas

- me preocupas, Hōbijin…cuando te pones así de pensativa me asustas un poco

- no tienes de qué preocuparte, estoy bien.

- Reiko, no intentes decir que estás bien cuando no lo estás.

- bien, no lo estoy- acepta la joven pelinegra- lo que dijo Hotaru, no es la primera vez que pasa por mi mente…

- ¿cómo dices?

- tu abuelo muere por más nietos, mi padre igual, Hotaru quiere un hermanito y…

- ey, basta. No

- ¿no?

- No aceptaré que digas que yo también muero por ello, porque es verdad, es totalmente cierto, Hōbijin, pero no es un motivo para que siquiera lo consideres. Sé que es un tema que te estresa bastante y no quiero que siquiera lo consideres por esos motivos. Yo esperaré lo que sea necesario, ¿de acuerdo?

- iba a decir que yo también lo he estado pensando y es una locura, aun no sé si aceptaré el trabajo en París o aceptaré la beca y estoy pensando en tener otro hijo, como si la vida no fuera lo suficientemente complicada ahora.

- ¿en verdad lo estás pensando?

- más de lo que mi lógica me permitiría aceptar.

- ¿en verdad?

- ¿no es una locura? he tenido sueños al respecto, soy una mujer lógica y eso no es lógico, no es el mejor momento pero muero por tener en casa a un pequeño niño con tus ojos.

- Hōbijin…- se emociona él

- Aun no sé qué decisión voy a tomar, si elegiré el trabajo en el consulado o Irlanda, pero te elijo a ti, elijo a Hotaru y elijo tener otro hijo contigo…

- Hōbijin… te amo…- susurra el de ojos azules mientras besa a la mujer de cabellos negros, solo él que conoce a Rei puede comprender la profundidad de sus palabras- pero muero porque sea una niña

- ¿niña? Creí que te aterraba la idea de que un chico malo intentara robarse a tu hija y que no querrías pasar por eso de nuevo

- solo por ver otro par de ojos iguales a los tuyos corriendo por la casa puedo soportar lo que sea, incluso mi miedo a la vida.

- entonces deja de tener esta charla conmigo y cierra la boca, bésame

- extrañaba a mi chica mandona- sonríe el de ojos azules mientras baja el tirante del camisón de la joven de ojos amatista para besar su hombro- la extrañaba bastante…

- entonces sigue haciendo lo que haces, querido. tenemos mucho por hacer y la noche es larga

- me encantará disfrutar todo ese tiempo…Hotaru cenó leche tibia con miel, dormirá hasta mañana y usted, a diferencia de ella, señora Chiba, no lo hará…

Una enorme sonrisa se colgó en el rostro de la mujer de ojos amatista que besó con profundidad al pelinegro, demasiadas expectativas había sobre esa cama, todas se cumplirían, varias veces.

La mujer de ojos amatista se despertó muy temprano para beber un vaso de jugo de naranja, estaba realmente agotada pero feliz, feliz por haber pasado aquella noche tan reconfortante, aun cuando le temblaban las piernas.

- Hōbijin, me hiciste falta…

- te has despertado

- lo he hecho, no te sentí a mi lado. ¿estás bien?- interroga el pelinegro mientras toma el vaso de jugo de su amada y bebe un poco

- lo estoy, es solo que ya no podía dormir más

- prácticamente no dormimos, Hōbijin…

- tenemos muchas cosas que hacer hoy, Darien. Es la fiesta en casa de mi padre y debemos de ir, no sé si ya tiene listo todo y necesitamos ver el pastel y…

- tu padre tiene una organizadora de eventos, deja de preocuparte, tu mayor preocupación deberá ser elegir un lindo vestido y llegar a casa de tu padre, el vestido no me interesa mucho porque llegando me desharé de él- asegura Darien besando su mejilla.

- suena prometedor

- y hoy dejaremos a Hotaru con tu padre, hoy será nuestra noche especial.

- Doctor Chiba, ha puesto mucho empeño en nuestra nueva misiva

- soy el más interesado en tener éxito y me encanta, de verdad me encanta la idea de esforzarnos en nuestra misiva. Lo voy a disfrutar bastante y le aseguro señora Chiba que usted también lo hará.

- Siempre lo hago.

- Oka San ¿está listo mi vestido?

- Si, Hotaru, vestido de mariposa con alas y corona, está todo listo en su sitio, me daré un baño y tú desayuna con tu padre, te cambiaré después

- Reiko, terminando tu baño también desayunarás, debes alimentarte

- no empiece, Doctor Chiba, no soy su paciente, soy su esposa y no decide sobre mi alimentación

- Reiko ¿recuerdas esa ceremonia linda donde tuvimos muchos invitados y vestiste de blanco? donde te veías linda

- si

¿ves el anillo en tu dedo?

- Si

- ¿ves la placa a la entrada del edificio que dice "familia Chiba"?

- Si

- Que tú y esta pequeña estén bien es "mi asunto" lo único y lo más importante, desayunarás

- ¿y yo soy la controladora?- gruñe la pelinegra mientras camina hacia la habitación

- pero prepararé lo que tú quieras desayunar, querida.

- cuando regresemos a París te haré hacer una dieta vegana- amenaza la pelinegra con sonrisa triunfal que borra la sonrisa de su esposo; adoraba ganar las batallas, todas ellas.

villa Hino

El Senador Hino realmente se había lucido, a pesar de que para Rei y Darien bastaba una pequeña fiesta familiar en el parque y Takahashi y el patriarca Chiba fingieron estar de acuerdo, pero cuando la pareja Chiba llegó a Japón lo primero que supieron fue que en la mansión Hino estaba organizada una fiesta de cumpleaños atrasada para Hotaru de tamaño Monumental, un show de Hadas, luces, postres, juegos, un mago y todo lo que pasó por la mente del abuelo Hino estaba allí.

- es una fiesta hermosa la que organizó tu padre

- se extralimitó, no era necesario

- él ama a Hotaru, solo intenta demostrarle su amor, solo debemos ser pacientes, no durará mucho ¿quieres algodón de azúcar?

- No, una paleta de helado- sonríe Rei- quiero ir a ver al mago

- ¿el de traje?- arquea la ceja el pelinegro

- me atraen los hombres Smoking … se ven tan sexys

- tendrás uno en casa más tarde- promete el pelinegro aprovechando la soledad de la puerta de la cocina para besar los labios de la joven pelinegra.

- Me encanta, seré la más feliz

- Reiko- interrumpe el padre de la pelinegra a la pareja que se ve un poco incomoda por la situación- ¿tendrás un minuto?

- Otou San… nosotros…

- ¿me dejas robarte a tu esposa por unos minutos?

- Por supuesto, señor… Buscaré a mi hija, seguramente mi abuelo debe estar agotado consintiéndola. Te veré en un momento, Hōbijin…

- ¿qué ocurre, Otou san?

- ¿cuánto tiempo crees que tardaría en enterarme que te ofrecieron trabajo en el consulado?

- esperaba que lo suficiente para verte en Tokio, Otou- San.

- puedes engañar a tu esposo pero no a mi ¿qué ocurre? Deberías haber aceptado, eres la mejor de tu clase.

- Hay una beca que me ofrecen en Irlanda y…

- no sueles dudar de tus decisiones, hija ¿qué ocurre?

- Otou- San, estoy confundida, solo necesito tiempo para decidir

- Hija, a los cuatro años sabías que querías vivir en Hikawa, no hubo forma de sacarte de ahí. A los dieciocho decidiste irte a París y aun cuando tenías la opción de irte a Irlanda o estudiar aquí en la mejor universidad tu decidiste hacer lo que te vino en gana, nada te detuvo.

- ¿intentas decirme algo?

- nunca has dudado, solo eliges lo que quieres y vas por ello así que dime qué es lo que ocurre.

- Dirás que soy una tonta e inmadura, mejor no hablemos del tema.

- Reiko Hino, deja de decir tonterías.

- Tengo miedo, Otou San. He tenido las peores pesadillas sobre mi familia, siento como si todo estuviera por derrumbarse y sé que dirás que es idiota.

- no, no lo creo, Hija. No es idiota lo que dices. Estas tensa y asustada, pero eres muy inteligente y sabes distinguir lo real de lo que no lo es, lo que quieres siempre lo has sabido.

- Otou San…

- Sé que Darien te apoyará y Nosotros también, todo estará bien. Siempre has sabido lo que quieres, solo elígelo.

- Gracias, Otou- San- abraza la pelinegra al senador- Gracias por esta charla.

- ve y disfruta de la fiesta de tu hija, es mi única nieta y deja de mirarme así, la consentiré a morir mientras sea la única.

- eso quizás no dure mucho, Otou- San

- nada me hará más feliz que eso, hija. Aunque me haría más feliz que Darien cediera a que esos chicos lleven el apellido Hino

- No formaré parte de esa discusión, Otou-San, lo sabes

- claro…tengo tiempo para convencerlo- amenaza el hombre mayor mientras salen del estudio, en el camino el celular de Rei suena y le llega un mensaje- ¿estás bien?

- lo estoy…solo… ¿podrías disculparme un minuto? Hay algo urgente que debo hacer

- claro… ve, pero no olvides lo que tienes aquí esperando por ti ¿quieres?- pide el senador mientras señala por la ventana a un ansioso padre que juega con su pequeña hija mientras el abuelo del joven los observa encantado mientras bebe un trago.

- no lo haré…

La mujer de ojos amatista tomó las llaves de su coche y salió con rumbo a un domicilio que conocía de sobra, donde había pasado mucho tiempo por un par de años, se sentía feliz pero también se sentía preocupada, ansiosa.

- Mira quién ha llegado… Creí que te habías olvidado de ella

- es mi amiga, Luna. Vengo a verla- avisa la pelinegra mientras baja de su coche y toca el timbre, Luna en su forma de gata la observa molesta desde la barda de la casa Tsukino.

- sal de aquí

- ella me llamó y voy a verla

- ¿Rei?- dice la voz de Amy que es quien abre la puerta

- Vine a verla, ¿cómo está?

-ven conmigo- invita la joven a la pelinegra- ella está arriba

- ¿cómo está, Amy? Dime, por favor

- Desorientada, ella no recuerda mucho, Rei y ha estado preguntando por ti

- quiero verla

- ¿qué hace ella aquí?- grita la rubia Mina Ahino al toparse en las escaleras a Rei y mirarla sorprendida-sal de aquí, Rei

- Serena quiere hablar conmigo.

- Serena no sabe que le robaste a su prometido y te casaste con él. Solo vete, Rei. Le diremos que moriste o algo así

- No, ella es mi amiga y quiero verla si ella quiere y si Amy me autoriza

Amy asintió Mina bajó las escaleras furiosa junto y con Luna salió de la casa.

- Puedes ir con ella, solo…

-¿si? Rei, quizás sea egoísta, pero te pido, te suplico que seamos cuidadosas, Serena no recuerda lo que hizo o dónde estuvo los últimos cinco años, aun no sabe que tú y Darien se casaron y no sabe nada de Hotaru, así que…

- ¿intentas que mienta sobre mi familia?

- No pretendo decirte cómo decir tu vida pero si te pido que seas cuidadosa, ella está traumatizada y creo que habremos de buscar la forma de que esto no sea tan malo para ella y sobrellevarlo.

- Si, tienes razón…gracias, Amy…

- Rei

- ¿si?

- Tus sortijas…

- Tienes razón. Gracias…-se encoge de hombros la pelinegra y se retira las argollas guardándolas en su bolsillo.

- Hola, Serena- sonríe la pelinegra abrazando a la muchacha rubia que se encontraba sobre la cama, la rubia la recibe con emoción y la abraza emocionada como si se hubiera encontrado con una tabla en mitad del mar.

- Rei, estoy tan feliz de verte. Tan feliz de tenerte junto a mí. Por fin un rostro familiar, por fin una amiga conmigo. Todo es tan raro, todo es tan difícil…es como si estuviera perdida en un bosque.

- Amy me dijo que no recuerdas nada

- lo último que me viene a mi mente es el hecho de que una luz brillante me cegó y luego…nada, pero me siento muy triste, yo discutí con Darien y…quizás es por eso que tengo tantas ganas de llorar… no he parado de llorar yo…estoy triste

- Serena…- abraza Rei a la joven rubia- calma, todo estará bien…

- Cuéntame algo lindo, dime algo bonito. ¿Qué has hecho en estos años?

- me mudé a París, Quizás estudie una maestría en Irlanda o tal vez trabaje allá.

- ¿no volverás aquí?

- No, no lo haré. Tengo planes y cosas que hacer y en todos ellos no está volver a Tokio

- Me encantaría tener a mi amiga a mi lado

-a mi también me gustaría, pero estaré aquí un par de días, estaremos bien, me aseguraré de que lo estés.

- gracias, eres la mejor amiga. Y me contarás sobre esto…

- ¿sobre qué?

- la marca en tu dedo… tú tuviste una argolla en ese dedo el suficiente tiempo para que te dejara esa marca y ahora no hay nada. Quiero saber de él, quiero saberlo todo.

- No es algo de lo que quiera hablar…no ahora

- Rei, vamos, cuéntame. Dime

- Él es un buen hombre, es todo lo que puedo decir

- Lo suficiente para que te casaras, dime ¿tuviste hijos? ¿cuándo te casaste, cómo fue tu boda?

- Ahora solo me preocupa que tú estés bien, anda, recuéstate y duerme un poco.

- Si, me siento agotada, ¿te quedarás hasta que me duerma?

- Si, lo sé.

- Rei

- ¿si?

- Nadie me sabe decir nada de Darien, ¿me ayudarías a buscarlo? sé que si hay alguien que pueda encontrarlo eres tú

- Serena… no sé si encontrarlo sea lo correcto, él seguramente…

- por favor, lo último que recuerdo de él era que lo odiaba y no quería verlo , lo extraño ¿me ayudarás a hablar con él?

- Serena…

- Eres mi amiga, mi mejor amiga, solo en ti puedo confiar.

- está bien, lo conseguiré, no te preocupes

- quédate conmigo

- lo haré, solo relájate, respira…

- Lo haré, la persona en la que más confío está aquí… conmigo.

La rubia tomó la mano de su amiga y sonrió mientras intentaba quedarse dormida, se durmió diez minutos después, pero no pudo soltar su mano debido a que Serena la apretaba tan fuerte que Rei no se podía librar, cuando lo hizo la noche había caído ya.

Departamento Chiba

- te perdiste el pastel y la canción, y a Hotaru sorprendiéndose con los actos del mago

- lo…lamento- se disculpa Rei mientras entra a su departamento y se descalza las zapatillas

- Hotaru llegó llorando porque tu no estuviste, porque no llegaste. No quiso quedarse con tu padre y no podía consolarla por lo triste que estaba por no tener a su madre con ella.

- ya dije que lo lamento

- ¿lo lamentas? Tu celular estaba apagado, no sabía donde encontrarte. Tu hija estaba aterrada ¡yo estaba aterrado!

- Serena ha regresado

- ¿qué?

- Serena volvió

- Si, Serena volvió ¿y? A la que dejaste plantada fue a tu hija, Reiko ¡a tu hija!

-Ella no recuerda nada, pregunta por ti, te extraña-cuenta preocupada la mujer de ojos amatista desviando la mirada.

- escucha…entiendo, comprendo que es impactante- se resigna Darien caminando hacia la joven de ojos amatista y abrazándola.- está bien… estaremos bien

- ella quiere regresar con su prometido

- entonces le explicaremos que su prometido está casado y tiene una hermosa hija con la mujer de su vida

- Darien, no es tan fácil, ella…

- Shhh… a la cama

- Darien, no es momento de que me mandes a la cama

- no, es momento de que te lleve a la cama, es momento de que mi esposa espante todos los fantasmas de su cabeza.

- Tenemos que hablar

- no, tenemos que ir a la cama. Te conozco y no voy a dejar que te vuelvas loca con esas ideas. Iremos a la cama, Reiko, Mañana lo resolveremos todo como la familia que somos.

- Esto es terrible…esto…

- shh..-pide el joven de ojos azules mientras toma en brazos a la preocupada joven- no más charlas…

La joven de ojos amatista acarició la cara del hombre ante ella, sabía que los peores tiempos venían en camino, que nada bueno estaba por ocurrir, pero extrañamente entre aquellos brazos se sentía en paz.

Hola!

mil gracias por llegar hasta aquí, pero sobre todo mil gracias por leerme a pesar de que he tardado tanto con esta historia. La verdad extrañaba tanto, pero tanto este bello mundo como no tienen una idea, era como vivir sin suficiente oxigeno, como si algo faltara. Gracias por ser mis complices en esta historia y gracias por acompañarme a conocer lo que le pasa a los personajes...

Gracias Litakino1987/Matona:

gracias por las charlas, los reviews y los tips para poder seguir trabajando desde el cel, no ha sido cosa facil agarrarle a la app de FF y aprender a usar las nuevas tecnologias pero todo sea por seguir contando historias, se que no has llegado hasta aquí, pero pronto llegarás.

Irais:

gracias por seguir leyendo esta historia desde el principio con todos sus lapsos, odiarás aun más a Luna, mil mil gracias por seguir leyendo y por permitirme ser el relax de tus tardes de tejido :)

Leonor de Eboli:

esta historia se gestó en nuestras charlas, se que algún día terminaremos esa que tenemos juntas y se que estas mega ocupada en lo profesional para darte tiempo de escribir pero sé que lo tendrás para leer la historia familiar de Sun y Cho, gracias por la inspiración y por acompañarme :)

James Birdsong:

Thank You for your Review, I hope that you Enjoy this Chapter

Lector silencioso:

ya te vi.

Me retiro porque como les he contado tengo en mi realidad un mini me que requiere mi tiempo, pero les prometo que en cuanto caiga al mundo de los sueños les sigo escribiendo otra escena para pronto contarles un capítulo Más de "Hijo de la luna"

Los quiere

La maga