Hijo de la luna
Capitulo 12
"Errores de por vida"
Praga un par de semanas después:
Malá Strana era el mejor lugar para conseguir un departamento, el último piso de aquel edificio daba una perfecta vista al rio Moldava , era un lugar con una hermosa iluminación y pisos de madera.
- es un lindo lugar, Otou San- dijo Rei mientras entró con pasos pausados a la sala- gracias por decorarlo
- con cuidado, hija. Siéntate en el sofá- acompaña el hombre mayor- Hotaru, acerca un par de almohadas a tu madre.
- si. Oka-San. ¿estás bien así?
- Gracias, Hotaru. De maravilla
- pequeña ¿quieres ver tu habitación?- ofrece el abuelo de la niña
- ¿ya está lista?- sonríe la niña
- Adivina cuál es
- ¿puedo ir a ver?
- Anda
- ¡si!- grita Hotaru emocionada y sale corriendo dejando a solas a su madre y su abuelo en la sala.
- Hija ¿te sientes bien?
- Si, Otou San. Estoy bien. Tomaré mi analgésico y me sentiré mejor
- los médicos dijeron que debías de reposar más, no debimos salir del hospital
- no me sentía segura, Otou San. Aquí me siento mejor. Gracias por conseguir el lugar
- Alguna vez me comentaste que Praga te parecía un lugar lindo. Su universidad tiene un buen programa de posgrados y creo que podrías estudiar algo que te agrade. Debes mantenerte ocupada, hija.
- Otou san. Debo mantenerme ocupada pero lo haré trabajando. Hotaru y yo debemos vivir de algo
- Hija, el posgrado que quieres estudiar también lo ofrecen en la universidad Carolina. Puedo hacer unos arreglos y entrarías durante el otoño. Tendrías tiempo de recuperarte.
- Otou San… No hay tiempo. Para que me ofrecieran la beca en Irlanda hice demasiado papeleo con mucho tiempo, en Praga no tienen nada de mí y necesito trabajar.
- Lo harás pero si consigues la beca podrías llevarla bien. La universidad tiene guardería y Hotaru podría tomar clases de artes mientras estas en el posgrado.
- gracias, Otou San. Si lo consigo será una buena opción.
- cuentas con mi apoyo, hija. Lo importante es que ahora estés tranquila y a salvo.
- Lo sé.
- Espero que estés bien, Reiko así que voy a apoyarte en lo que tu necesites.
- ¿has tenido noticias del abogado?
- Todo está en papeleo, hija. Darien firmó los papeles de divorcio y es cuestión de días para que todo quede solucionado, pero…
- ¿pero?
- Reiko, ¿estás segura de que eso es lo que quieres?
- Otou San. No me preocupa ser una mujer divorciada
- no es eso lo que me preocupa. Es tu felicidad, Sé que aun amas a Darien y quiero que estés segura de la decisión que tomaste. Yo puedo darte seguridad para que mi nieta y tu estén seguras y…
- Otou San. Mi decisión es la misma y te suplico que no me vuelvas a decir eso. De lo único que estoy segura es que no voy a volver con Darien y te suplico que no hablemos de él.
- claro, hija. Tranquila. Me quedaré en Praga un par de día más para ver lo de tu posgrado y para que Hotaru y tú estén instaladas
- Eres un Senador, Otou San. Debes trabajar
- nunca tomo vacaciones, ahora me estoy tomando unas merecidas vacaciones y nada mejor que pasarla con ustedes.
- gracias, Otou san.
- son mi familia, pequeña. Todo estará bien, te lo prometo
- Gracias- sonríe la pelinegra abrazándose a su padre.
- ¡Oka San, Oka San, mira!- grita la pequeña Hotaru apareciendo en la sala con un pequeño unicornio de peluche en sus brazos
- ¿qué es eso, Hotaru?
- Seguramente un regalo de mi abuelo. Me encanta
- no, pequeña…yo no mandé traer algo así
- es muy parecido al unicornio que le obsequiaste cuando era una bebe, Otou San…casi podría jurar que es el mismo
- eso es imposible, hija. Ese muñeco era único y no hemos sabido de él en años
- a mi me gusta
Rei miró confundida el juguete en las manos de su hija, un mal presentimiento la invadía pero prefirió no decir nada, quizás solo estaba exagerando.
Tokio Japón:
El alto pelinegro se encontraba ante la barra de un bar, bebiendo un trago color marrón cuando un rubio joven de ojos verdes apareció para saludarlo y pedir otro trago igual al de su amigo.
- no luces muy bien, ¿tuviste problemas en el hospital? ¿Cuándo tomarás la oferta de tu abuelo de trabajar en sus hospitales? Es idiota no hacerlo y hacerlo para alguien más cuando en parte eres dueño de ellos
- El hospital va bien, amigo. Me recibieron de la mejor manera y estoy aprendiendo mucho. Sobre la oferta del abuelo, la respuesta es : aún no. Quiero demostrar que valgo por mis propios medios.
- ¿entonces, por qué esa cara? ¿discutiste con Rei?
- Rei sigue sin dar señales de vida y no me interesa hablar con ella nunca más. Estoy preocupado por Serena
- ¿qué ocurre con ella? ¿han vuelto a verse luego de esa noche?
- Serena me ha estado buscando, últimamente hemos salido prácticamente todos los días
- amigo, creo que no deberías hacer eso. Serena está muy confundida y tú podrías confundirla más. Eso no es bueno para ella ni para ti, te comprometerás mucho si sigues así.
- quizás si, pero aun así, aparte de mi, es la persona más rota a la que conozco. No la amo, Andrew y creo que tampoco me ama a mi. Pero ella no me tiene lástima, últimamente necesito estar con alguien que no sienta lástima por mi
- yo no siento lástima por ti.
- la sientes y no puedes evitarlo, cada que me miras lo haces como si estuvieras ante una causa perdida, incluso mi abuelo me mira así. Lo detesto
-Lo lamento, amigo. Solo queremos ayudarte
- lo sé, pero eso no ayuda mucho. No me malentiendas, Serena y yo solo somos amigos
- ¿has vuelto a dormir con ella?
- ¡claro que no! fue un terrible error que no pienso repetir, los dos estábamos muy mal pero ahora estamos bien, nos hemos relajado y somos amigos
- ten cuidado, amigo. Solo…ten cuidado.
- Lo tendré. ¿y Makoto? ¿Cómo le va sola en París?
- ella está bien. Deprimida por no tener a su mejor amiga y a tu hija allá. Pero hablamos todos los días, ahora que no está Rei con ella me llama todos los días para contarme los chismes de la escuela y el trabajo. La extraño. Quizás vuelva antes ahora que no están ustedes. Además, ha estado algo rara cuando hablamos. Creo que la soledad le afecta.
- Lo sé, te aseguro que ella te extraña igual, seguro eso es lo que la tiene as. ¿Sabes, Andrew? Creo que olvidé recoger unas cosas. ¿te molesta si nos vemos después?
- Claro, llámame y charlaremos después, solo hazme caso ¿quieres? Necesitas ser cuidadoso con lo que haces.
- Lo seré, amigo. Nos vemos después.
- Si, si. Algo me dice que no me harás caso. Anda, vete, Chiba. Ya te sacaré de tu agujero cuando entres a él.
- Eres un gran amigo, Andrew. Gracias
El pelinegro se alejó con una sonrisa en los labios mientras el rubio sospechaba que Darien se hundía cada vez más en sus acciones y casi estaba seguro de que se arrepentiría muy pronto de ellas.
Praga:
Para Rei el que su padre pasara tanto tiempo de visita la hizo sentir extraña pero agradecida. Él la ayudó mucho con los cuidados de Hotaru mientras se recuperaba de la herida que aún marcaba su cuerpo y su mente..
- ¡regresamos, Oka San!
- Hotaru, que gusto que volvieran. ¿cómo les fue?
- compramos los alimentos para la semana, Oka San. Oji San encontró un lugar donde venden sushi, compró algo para cenar.
- eso es excelente, Hotaru.
- cuéntale de la guardería, Hotaru
- ¿guardería, Otou San?
- fuimos a la universidad y le comenté al director sobre ti, resultó ser un antiguo conocido mío y
- no aceptaré una beca solo porque eres amigo del director, Otou San
- bueno, la propuesta no fue exactamente esa, pero le hablé de la beca que tuviste en París y la oferta de Irlanda y me ofreció que te inscribieras este semestre, pueden hacer espacio para ti y el próximo, quizás el próximo si mantienes tus calificaciones puedan hablar de una beca. La universidad tiene una guardería para Hotaru con excelentes profesores, hay clases de música para los pequeños y otras actividades. Estarán seguras.
- Otou San, yo…
- deberán vivir en algún lado. Descuida, estarán bien, yo me haré cargo
- Otou San…
- Acepta algo de apoyo, Reiko. Solo un poco
- ¿qué dices, Hotaru? ¿te gustaría?
- Es una linda escuela, si quiero ir.
- Bien, lo haremos. Gracias por el apoyo, Otou San
- comamos, hija. Estaremos bien
- Otou San, deberías volver a Japón, tienes mucho trabajo
- Aun no estas recuperada, hija. Me preocupas, Hotaru y tu solas en Praga y tu sin poder moverte bien
- yo la cuidaré, Otou San
- no puedes hacerlo aun
- basta, yo sé cuidarme. Hotaru y yo podemos hacerlo solas y si necesitamos ayuda llamaremos
-comprendo, lo comprendo, hija. Necesitarás ayuda
- lo resolveré sobre la marcha
- te dejaré a uno de mis guardaespaldas y si necesitas ayuda la conseguiremos
- no necesito un guardaespaldas
- alguien intentó matarte, lo necesitas
- necesito algo más que un guardaespaldas, pero está bien, si eso te hace sentir tranquilo, entonces que se queden.
- gracias, Reiko. planeo visitarlas seguido, además debo volver a Tokio para ver cómo van con tu…
- Si, Otou San. Lo sé, gracias. ¿necesitas que firme algo más?
- fue suficiente lo que has firmado ya. Yo me encargaré, Reiko, deja de preocuparte, te avisaré cuando quede resuelto
- ¿qué van a resolver, Oka San?
- mi beca, Hotaru…anda, ve a lavarte las manos
- ¡si!- la niña corrió al baño dejando a solas al senador y a su hija.
- Otou San, ¿crees que tendrás problemas?
- no, hija. Lo único que pelea Darien es volver a ver a Hotaru
- No, Otou, San. Eso no puede pasar, no aun, Hotaru aun está en riesgo
- lo sé. No pasará. Aunque ambos sabemos que no puede durar por siempre. Él es un buen padre
- Lo sé, Otou San. Si Hotaru no estuviera en riesgo no me atrevería a alejarlos así. Darien debe estar extrañando a Hotaru como nadie y Hotaru también extraña a su padre, pero no pueden estar juntos ahora.
- Lo sé. No te preocupes, charlaré con él. Quizás si recibe fotos o algo de Hotaru mientras tanto
- haré algo, Otou san, solo permanece firme, él no puede saber dónde estamos y ellos aun no pueden verse, Hotaru le contaría en dos segundos donde estamos
- lamento que tengan que pasar por esto
- yo también lo lamento
- si lo deseas puedo quedarme más tiempo
- has hecho suficiente, Otou San
- volveré para el cumpleaños de mi nieta.
- te recibiré con gusto, Otou San.
Aquella noche el Senador Hino se despidió de su hija y su nieta, Rei tenía razón y su padre no podía quedarse más tiempo allí, pero estaba feliz de saber que ambas estarían bien aunque él tuviera que volver a Tokio a hacer el trabajo sucio.
Tokio:
El alto pelinegro de ojos azules se encontraba en el hospital a punto de partir de su consultorio cuando la puerta se abrió sin tocar.
- y llegas tú, Andrew.
- si, vine para invitarte a comer…o a que me invites a comer mejor dicho, amigo. Una hamburguesa estará bien por mi.
- me encantaría pero tengo planes
- ¿planes tú, señor "lloro por mi ex esposa que me abandonó"?
- si, planes yo. Iré a invitar a Serena a comer
- ¿en verdad?
- ahora somos amigos y además me dijo que quería hablar conmigo, sonaba seria al teléfono
- quizás quiera que retomen lo suyo
- oh no, no, no. Eso no, somos amigos y estamos llevando las cosas con calma, todos esos medicamentos que le recetaron en psiquiatría le han funcionado, ahora está más tranquila.
- cuando te des cuenta te acosará para que se casen
- aun no supero lo de Rei
- la última vez dijiste que la odiabas
- si, la odio pero también la extraño, tengo insomnio desde que ella no está y por más que la odie siempre estoy pensando en ella ya sea amándola u odiándola
- no la odias, te duele que es diferente, amigo. Ella debe volver algún día
- firmé el divorcio y nosotros no vamos a volver a estar juntos
- ¿y ya puedes vivir con eso?
- ¿y por qué no? ella pudo
- Rei no es así, algo debió hacerla actuar así y algo fuerte.
- pues no la conocíamos tan bien
- creo que si alguien la conocía bien ese eras tú y no intentes engañarme, amigo
- al final nadie conoce a nadie. Debo irme, Andrew.
- ten cuidado
- Con Serena las cosas son sencillas, no hay nada de qué tener cuidado- se despide el pelinegro tomando su maletín y las llaves del coche dejando al rubio mirándolo en silencio
- quizás el cuidado deberías de tenerlo al momento de herirla…
El pelinegro pasó a la dulcería por una bolsa de caramelos y fue a la casa de Serena, para su suerte la familia Tsukino estaba fuera y por algún extraño motivo Luna también así que encontrar a su amiga y antigua prometida a solas le agradaba, así podrían platicar de todos los temas que les vinieran a la mente aunque no fueran muchos en común.
- Hola- saluda el pelinegro a la joven que le abre la puerta llorosa-¿estás bien?
- Si, claro…pasa- invita la muchacha al de ojos azules- pasa
- parece como si hubieras llorado
- solo fueron pesadillas, las tengo últimamente. A veces son muy reales- se entristece la rubia
- vamos adentro- pide el pelinegro- te traje caramelos
- gracias, eres muy amable
- son para ver la película, prometí que veríamos películas graciosas esta tarde, como amigos ¿lo recuerdas?
- si, lo recuerdo. Hice palomitas
- bien, será una buena tarde.
La rubia lucía triste y preocupada, era evidente que no estaba para nada bien.
- estas en otro sitio, Serena. Anda, cuéntame sobre tu sueño
- es muy extraño. Soñé que estaba en un lugar hermoso, era un lugar lleno de hadas y árboles y flores mágicas, pero un pequeño estaba ahí, era tan hermoso y de repente una mancha de oscuridad me lo arrebataba, fue…tan doloroso.
- No sé qué te pudo ocurrir pero sé que ese sueño seguramente es producto de tus nervios y tensión por tolo lo que ha pasado.
- no, no lo es
- ¿de qué hablas?
- Darien…Descubrí algo
- ¿qué tan grave puede ser? Solo ve el televisor y relájate, los miedos se alejarán
- Estoy embarazada….
- ¿qué?...
Praga:
El primer día de clases para Rei fue algo complicado, era la primera vez que Rei pisaba aquella universidad y jamás había comenzado un semestre en el que Darien no la llevara a la universidad el primer día de escuela y le preparara un delicioso desayuno para desearle suerte, esa mañana Rei había tenido que preparar el desayuno para ella y Hotaru, pero aun así la hacía sonreír el ver el dulce rostro de su pequeña al entrar a su primer día de guardería, para suerte suya el salón de guardería era un lugar encantador que le agradó en primera instancia a la pequeña niña a quien no le costó desprenderse de su madre para ir a jugar con las herramientas musicales que había en el lugar. Para todos Hotaru era una niña genio, para ella el saber que su hija era un alma reencarnada que llevaba a cuestas una responsabilidad inmensa la hacía consciente de donde venía la sabiduría e inteligencia de su hija, aunque agradecía que viviera como una niña normal, sin recuerdos de sus reencarnaciones pasadas y sobre todo sin conocimiento del destino que le aguardaba.
- Luce bastante triste, señorita- interrumpe sus pensamientos una voz masculina- ¿tanto la entristece entrar a clases?
- oh, no, no. No es así, estoy emocionada por mis estudios, lo que me entristece es dejar a mi pequeña en la guardería
- ahora lo entiendo todo- sonríe el hombre ante la pelinegra que por primera vez le dedica una mirada, es un hombre de piel bronceada y cabello castaño, con una retorcida sonrisa que contraste con el turquesa de su mirada. No es un hombre demasiado mayor, quizás diez años más que ella, quizás menos.
- ¿disculpe?
- Michael Von Waldstein, encantado
- Reiko Hino
- oh, Claro. Señorita Hino, usted está matriculada en mi clase
- ¿es usted el profesor de la universidad?
- para ser exacto su profesor de la clase de las nueve.
- ¿derecho internacional? ¿usted, maestro?
- creo que me tocará acompañarla a su salón, señorita Hino. He escuchado hablar de su familia
- creo que estamos en desventaja, profesor. Yo no sé nada sobre usted y creo que usted si sabe mucho sobre mi
- no tanto, desconocía que tiene una hija, pero ¿le pare si me habla de ella después de la clase?
- No lo considero apropiado, usted es mi profesor y no quiero empezar mal esta nueva etapa
- No se asuste, señorita, Hino. Solo es un detalle de cortesía, no soy un acosador, solo un profesor interesado en ser hospitalario, por la gentileza que ha tenido el señor Hino con nosotros.
- no necesita pagar sus deudas de honor conmigo, profesor Von Waldstein.
- no son deudas de honor y contradecir a su profesor no es lo mejor que pueda hacer, señorita Hino. ¿le muestro el salón?
- por favor.
Rei caminó junto al alto profesor por los pasillos de la universidad Carolina, el recorrido sirvió para que Rei conociera la historia de aquellas paredes tan antiguas y encantadoras. Por más molesto que pudiera parecerle tanta amabilidad del joven no pudo dejar de disfrutar aquella compañía a pesar de todos los problemas que pudieran venir a su cabeza. Fue aun más agradable escuchar a aquel hombre con extraño acento dar su cátedra.
- ¿qué le ha parecido la clase, señorita Hino? ¿es correcto decirlo?
- Bueno, en teoría sí- sonríe la pelinegra- me he mudado a Praga para sobrellevar mi divorcio de la mejor manera así que utilizar mi apellido de Soltera es la mejor opción
- ¿aceptará que le muestre la universidad?
- En verdad me encantaría pero mi hija me espera, sería muy agradable, profesor…
- Sólo llámame Michael fuera de clases ¿te parece?
- No creo que sea apropiado
- me gustaría ser tu amigo, Rei, no imagino una amistad con alguien que me llame "Profesor Von Waldstein"
- y yo no se si sea apropiado tener una amistad con mi profesor
- En Praga somos más abiertos de lo que pueda pensar, y le juro que a pesar de su incuestionable belleza no tengo intención alguna en seducirle. Pero creo que necesita un amigo en esta ciudad y que ese podría ser yo.
- gracias, Michael, pero debo ir por mi hija, también es su primer día aquí y me interesa saber cómo está ella.
- bueno, entonces déjame invitarles un helado a ambas
- no me gustaría involucrar a mi hija en...
- ¿una amistad? No le veo nada de malo
- quizás no, pero este momento es solo nuestro, quizás en otra ocasión- insiste Rei mientras sigue caminando junto al hombre de ojos turquesa y llega a la puerta de la guardería.
- ¡Oka San!- grita la pequeña Hotaru saliendo de prisa del salón de clases y abrazándose a su madre
- Hola ¿tuviste un buen día, pequeña?
- el mejor, hoy aprendí….¿quién es él?-interroga la recelosa niña
- Es un nuevo amigo, es mi profesor, pequeña
- así que esta es la pequeña hija de la que me hablaba, es tan bella como su madre
- Oka San ¿nos vamos?
- claro, profesor Von Waldstein, debemos irnos. Lo veré en clase
- mi oferta de invitarles un helado sigue en pie
- Es día de chicas, profesor.- interviene molesta la niña que tira de la mano de su madre- Oka San, vámonos
- hasta luego- se despide educado el alto profesor viendo marcharse a su alumna y a la pequeña Hotaru, la niña era tan hermosa como su madre pero en definitiva no era tan parecida a ella como lo aparentaba en el interior, la posesividad seguramente la había heredado del padre y seguramente ese disgusto por los extraños también, pero no importaba, tenía tiempo, mucho tiempo.
- ¿te gustó tu helado, Hotaru?
- si, Oka San. También hice muchos amigos, tres niños quieren ser mis novios
- ¿en serio? Eres un chica muy cotizada, Hotaru.
- Otou San estaría muy enojado
- si, definitivamente lo estaría
- Oka san ¿de verdad no puedo verlo?
- Hotaru. Sé que mueres por verlo
- ¿también tú?
- Hotaru…
- ¿también tú mueres por verlo?
- Si, también muero por verlo, pero… no podemos verlo ahora, linda. Es peligroso para él, para ti
- y para ti también
- Si, para mi también. Pero te prometo que volverás a verlo
- lo sé, Helios me lo dijo
- ¿Helios?
- mi amigo de los sueños
- tu amigo de los sueños…claro, hace mucho que no hablabas de él. Si tu amigo de los sueños te lo dijo es por algo. Debe tener razón, él supo donde estaba tu chaqueta negra cuando la perdimos
- ¡él te dio algo!
- ¿a mí?
La niña tomó su mochila y sacó de su interior una pequeña piedra en forma de estrella que entregó a la niña.
- ¿Helios me la envió a mi?
- si, es del lugar donde vive, dijo que es para el bebé
- ¿cuál bebé?
- mi hermanito
- ¿tú qué?
- él dijo que tendré un hermanito y te dio este regalo para él
- ¿para él?
- dice que se pondrá rosa si es niña y azul si es un niño
- Hotaru, sé que tenías muchas ganas de tener un hermanito, pero…
- lo tendré.
- No lo sé, pequeña. Justo ahora no estaría tan segura
- ¿le dirás a Otou San?
- Hotaru, deja de inventar historias, de momento seremos solo tú y yo, nadie más ¿te bastará eso?
- Si, Oka San. Nosotras bastamos.
- ¿vamos a casa?
- Si, vamos ¿puedo aprender música?
- Si tu quieres puedes aprender lo que quieras. Yo te apoyo
- Eres la mejor, Oka San
La pelinegra se alejó con su hija de la universidad, al parecer su primer día en la universidad Carolina no había sido tan malo y Hotaru estaba feliz, aunque…una duda aparecía en la mente de Rei y Esa le quitaría el sueño por varias noches.
Tokio
La cabeza de familia de los Chiba se encontraba sentado en la sala de la casa del senador Hino que apareció un par de minutos después de que el anciano apareciera.
- Disculpa la tardanza, estaba en una conferencia
- no te preocupes, es mi culpa por no avisarte con tiempo que vendría. Solo los hombres ocupados comprendemos de estas cosas.
- No recibía una visita tuya desde hace demasiado
- No vendría si no fuera por algo extremadamente importante
- No puedo revelarte el paradero de Rei y de mi nieta, lo lamento, es una decisión que ella tomó
- Lo comprendo- dice serio el anciano entregando un sobre al patriarca de la familia Hino- pero creí un deber moral informarte esto
El Senador Hino revisa el sobre y arquea una ceja
- ¿en verdad?
- Ya lo hablé con él
- No sé si sea buena idea hablarle de eso
- Escucha, Takahashi. Sé que estás preocupado, sé que es tu hija y confío en que Rei tuvo una razón de peso para hacer lo que hizo pero esto es definitivo
- el divorcio fue definitivo.
- Sé que mi nieto no es el yerno que te gustaría tener pero es el padre de tu nieta y sé que el motivo por el que Rei dejó a mi nieto no es por falta de amor.
- Quizás tengas razón pero ella ya decidió
- cuéntale lo que está pasando, sé que no me dejarás hablar con ella pero puedes hablar con ella y decirle lo que ocurre.
- Mi hija y mi nieta necesitan paz
- si no hablas con ella te vas a arrepentir toda la vida. Ella no te lo perdonará y los dos lo sabemos
- no quiero darle un dolor de cabeza a mi hija en este momento
- Lo mejor será que seas sincero con ella, si no se entera por ti, ella…ella va a odiarte y lejos de eso, ella se merece la verdad
- Tienes razón
- Sé que Rei tiene sus motivos para esconderse y esconder a Hotaru, pero… ¿habrá alguna forma de poder ver fotos suyas? Mi bisnieta crece a pasos agigantados y la extraño
- Hablaré con Rei, seguramente encontraremos la forma.
- Te agradezco, Takahashi. Debo irme pero por favor, explícale a Rei lo que ocurre, no nos perdonaremos si estos muchachos siguen cometiendo errores de ese nivel y más si son incorregibles.
- Reiko tiene motivos válidos y de peso para haber decidido lo que hizo.
- si la apoyas imagino que es así pero sé que esos dos se aman y que esa boda es una estupidez.
- Quizás pero quizás aunque no nos parezca es mejor así, ambos deben de tomar su propio camino.
- cuéntale a Rei lo que ocurre. Ella es quien debe decidir, no nosotros.
- gracias por tu visita. Te contactaré cuando tenga fotos de Hotaru
- te lo agradeceré mucho, da mis saludos a Rei cuando hables con ella, por favor.
- lo haré.
El patriarca de los Chiba se alejó en silencio mientras Takahashi observaba la foto de su familia en la mesa de al lado. Le gustaría poder solucionar las cosas, le gustaría que su hija y su nieta fueran tan felices como lo eran un par de meses atrás pero sabía que eso estaba más allá de sus manos.
Mientras tanto en la casa de la familia Tsukino Serena se encontraba en la sala revisando vestidos de novia en una decena de revistas mientras Darien veía el fondo de su vaso de soda.
- este me parece muy lindo ¿te gusta, Darien?
- si, si…
- Quizás sea mejor algo más suelto Aunque igual no se me va a notar, falta muy poco para la boda
- si, ese está bien
- Darien ¿dónde estás?
- ¿eh?
- No me estás poniendo atención.
- lo siento, mi mente está en otro lado. Discutí con mi abuelo por la mañana cuando le di la invitación de la boda.
- Lo entiendo. Nunca le agradé mucho, recuerdo que mientras fuimos novios solo me recibió una vez y después de eso jamás volvió a tener tiempo de recibirme, en cambio llegué a darme cuenta de que a Rei la visitaba a menudo en Hikawa y la invitaba a tomar el té en su casa.
- ellos siempre se han llevado bien y mi abuelo es muy especial como te has dado cuenta, sé que podrás ganarte su razón como lo haces con todo mundo.
- Al parecer con los Chiba no he tenido la misma suerte que tengo con todo el mundo.
- Serena…
- no, no es reclamo. No quiero pelear, te lo juro. Ojalá y sea verdad y que tu abuelo pronto me acepte.
- claro que lo hará.
- Darien, quiero buscar una nueva casa para que vivamos y nos mudemos cuando nos casemos.
- ¿una casa?
- Bueno no quiero ir a tu departamento a vivir, no quiero ir al sitio donde viviste con Rei
- Rei y yo no vivimos ahí mucho tiempo y realmente no estoy seguro de que pueda hacer un gasto así ahora.
- Podemos alquilarla, hay una con opción de venta a futuro pero sobre cualquier cosa, no quiero vivir en el mismo lugar donde viviste con tu ex esposa. Me entiendes ¿verdad?
- Si, claro que te entiendo, Serena. Yo tampoco quiero vivir con fantasmas, mañana vayamos a ver esa casa ¿quieres?
- si, me parece bien. También iré a buscar a tu abuelo para hablar con él.
- ¿para qué necesitas hablar con él?
- necesito que me acepte
- te aceptará. Tarde o temprano, no te agobies.
- ¿te vas?
- Si, debo estudiar un par de cosas, te llamo después.
- Darien
- ¿si?
- No piensas invitar a Rei a la boda ¿verdad?
- Serena, si ni siquiera he podido hablar de ella sobre tema alguno del divorcio, dudo que le interese venir a nuestra boda.
- claro…
- te llamo después.- se despide el pelinegro besando la mejilla de la joven de ojos azules
Serena sonríe tímidamente y ve marcharse al médico sin decir una palabra, se pone de pie observando por la ventana, algo hay en esa noche estrellada que la hace sentir melancólica, triste. No comprende por qué se siente tan triste si justo en ese momento se han cumplido todos sus sueños pero no se siente feliz.
- Ese vestido me parece perfecto, Serena.
- No lo sé, Luna. No termina de gustarme
- has visto cientos de vestidos y ninguno te gusta.
- es que no lo sé, Luna. Algo no me deja sentirme feliz, al menos lo suficientemente feliz y no sé que es
- es por Rei ¿verdad? Ellos ya se divorciaron, por fin. Ella no será problema
- Luna, tú no tuviste algo que ver con ese divorcio ¿verdad?
- No, yo no. Esos dos no estaban destinados a estar juntos, era lógico que terminaran dejándose.
- Estuvieron juntos durante los años que no estuve aquí y misteriosamente un poco después de qu regreso descubren que no se aman.
- Eso te confirma que para Darien solo fue el miedo a la soledad. Apenas regresaste se terminó todo.
- no…no se "terminó todo" él estaba convencido de que no quería dejar a Rei y ella estaba enamorada, lo sé… lo vi en su rostro.
- ella solo lo dejó, Serena. Y ya no importa, ¿por qué indagar?
- Porque es mi futuro
- Si, tu futuro. Tu futuro es construir un imperio junto a ese hombre, deja de preocuparte, esto es tu destino, quizás la realidad ocurrió así pero el camino volvió a enderezarse. Las cosas son como deberían ser.
- Luna ¿dónde estuve? ¿de dónde me sacaste? ¿Qué pasó en ese tiempo que estuve fuera?
- No voy a hablar de eso. Te lo he dicho antes
- Luna, quiero saber. Es como si hubiera un vacío en mi, necesito comprender por qué me siento así
- En ese pasado que olvidaste hay solo dolor, lágrimas, tristeza. No quieres saber de eso, solo disfruta tu boda, tu vida, te la mereces.
- pero…
- tema cerrado.
- ¡Luna, no me dejes así!
La gata negra se va y una vez más Serena se queda sola. Extrañamente sola se ha sentido desde el mismo momento en el que regresó en la tierra.
Praga:
El departamento de las dos pelinegras rápidamente tomó forma de hogar. Hotaru adoraba ir con su madre a la universidad y Rei disfrutaba sus clases y el vivir en Praga, disfrutaba la paz y los bellos paisajes, se había acostumbrado a llegar a casa para encontrar su cómodo sillón blanco y su duela de madera, su ventana con vista a la hermosa ciudad, pero le sorprendió regresar de un día en la universidad y encontrarse con su padre sentado en aquel sillón blanco.
- ¿Otou San?
- ¡Oji San!- corre la niña a abrazar al anciano que sonríe al ver a la niña
- hola, princesa, estás hermosa y muy alta.
- Otou San era muy alto cuando era niño. A lo mejor yo seré como él.
- Quizás sea así, pequeña. Por cierto…hay una sorpresa en tu habitación
- ¿de verdad? ¿pudo ir ahora?
- adelante
La niña corrió al interior de su habitación dejando a solas a su madre y su abuelo. Permitiendo que su madre hiciera las preguntas que estaban en su cabeza.
- ¿qué haces aquí, Otou San?
- ¿no puedo venir a visitarte?
- Otou San… ibas a venir para el cumpleaños de Hotaru y faltan meses ¿qué ocurre?
- Bueno…me negaba a hacer esto pero creo que es cierto que si no te lo digo me arrepentiré siempre y tú me odiarás.
- ¿qué puede ser, Otou San? Jamás te odiaría- se extraña la pelinegra mientras ofrece un trago de whisky a su padre y ella se sirve un vaso de agua mineral.
- deberías de tomar un trago, hija.
- No es buena idea.
- insisto.- ofrece el padre el vaso a su hija
- Si es algo malo lo aceptaré así. Cada que me han pasado cosas malas he estado sobria, no lo necesito
- Reiko, sé que te lo he preguntado mil veces, pero lo haré una más. ¿estás segura de dejar ir a Darien?
- Otou San…ese tema ya lo hemos hablado hasta el cansancio
- Reiko…-nombra el Senador mientras saca un sobre de su bolso y se lo entrega a Rei que lo observa sin reacción alguna.- él va a casarse
- Otou- San. Desde el momento en el que decidí irme lo dejé libre y acepté la posibilidad de que él hiciera su vida de nuevo. Lo está haciendo, así que no importa.
- ¿de verdad no importa?
La pelinegra observó con mirada asesina a su padre pero no dijo palabra alguna.
- Lo imaginé, por favor, Reiko. Sé que tienes miedo de todo lo que puede pasar pero lo amas y él a ti. Deja de preocuparte por lo que pueda pasarles, te pondré un guardaespaldas, me aseguraré de…
- Otou San. Lo que pone en peligro a tu nieta y a todos no es un persona o un grupo de personas, es algo superior a mi y al poder de Takahashi Hino.
El hombre la mira extrañado
- Es algo que puede matar a mi hija y matarlo a él y a todo lo que amo y es algo que no se puede tocar, algo con lo que no puedo luchar y no me voy a arriesgar a que les pase algo ¿él se quiere casar? Que se case, creo que al final de la historia esto debía de ser así ¿no lo crees?
- Reiko
- Jamás he obligado a nadie a quedarse a mi lado, no voy a empezar ahora, así de fácil, Otou San
- Tienes el orgullo de los Hino y a mi ese orgullo me llevó a perder a tu madre.
- No es el caso, Otou San. Nadie pierde a nadie, nadie nos pertenece, quien está es porque quiere estar quien no…
- Las cosas nunca son así de fáciles, nada es negro o blanco y tú lo sabes mejor que nadie.
- no impediré esa boda. Respetaré la decisión de Darien.
- Espero que no te arrepientas por ello.
- No lo haré.
- ¡Oji San, trajiste chocolates!
- ¿es verdad, Otou San? no para cuando come esas cosas
- No tienen mucha azúcar. Puede comerlos sin problema
- quédate a cenar, Otou San. Solo no hablemos de cosas tristes ¿quieres?
- Claro que si, lo respetaré.- acepta el hombre mayor sonriendo- ¡por cierto, casi lo olvido! Tu bisabuelo les mandó un par de cosas
- ¿Chiba Sama envió regalos?
- No sabe donde estás, pero me pidió que cuando te viera te entregara esto- dice entregando una carta a Rei y una bolsa con una muñeca vestida de Miko a Hotaru
- ¡es Oka San! Es hermosa
- Él siempre tan detallista. Me gustaría poder hablar con él
- Si no fuera un hombre tan inteligente…Quizás podríamos conseguir la forma de que el teléfono no pudiera ser rastreado. Investigaré la forma. Si la consigo
- te lo agradeceré, Otou San. Me gustaría hablar con él.
- encontraremos la forma.
- Oji San. Tengo una amiga nueva, ¿lo sabías?
- no, pequeña ¿cómo se llama?
- Rachell, vive aquí abajo, en el departamento de un piso abajo.
- Es muy bueno que tengas una nueva amiga, pequeña. Preséntamela la próxima vez que venga ¿de acuerdo?
- Iré a ver si está en su departamento- corre la niña fuera del departamento y no escucha a su madre decirle que espere un poco.
- Reiko. Debo irme, pero te dejo un par de boletos de avión a Tokio abiertos. Si decides buscarlo para evitar que se case…
- No pasará, Otou San
- despídeme de Hotaru ¿quieres?
- lo haré- acepta la pelinegra observando a su padre marcharse y dejar los boletos frente a ellos. Un par de boletos que parecen quemarle las manos. "no los toques" parece gritar una voz en su cabeza. "búscalo" ordenaba su corazón. Al final los tomó y los escondió en su escritorio para evitar tenerlos a la vista. No, no quería ver tentaciones ante sus ojos.
Los días siguientes no fue fácil dormir para la pelinegra, terribles pesadillas vinieron a su mente y el despertar envuelta en sudor se hizo una constante y el mentirle a Hotaru sobre el motivo de sus pesadillas también, las ojeras comenzaron a marcársele bajo sus orbes violetas
- Hotaru, no dejes caer tu unicornio- pidió Rei a su hija mientras caminaban por los pasillos de la universidad
- No, Oka San. Camina más despacio
- El electricista dijo que iba a ir a casa a las tres a instalar la nueva alarma
- ¿y qué vamos a comer?
- ¿compro pizza camino a casa?
- ¿pizza, Oka San? ¿de nuevo?
- He estado comprando mucha pizza últimamente ¿verdad? Lo lamento, tu padre cocinaba y compraba la comida.
- si, pero lo entiendo, Oka San. Solo… ¿podemos comprar comida en otro sitio?
- claro que si.
- ¿comida china?
- comida china. Lamento que esto te afecte, Hotaru.
- estaremos bien, Helios me lo dijo.
- Bien...Le creeremos a Helios.
- ¡Rei-Chan!- escucha el grito de una voz conocida
- ¿Makoto?- se gira Rei sorprendida de ver a su mejor amiga corriendo hacia ella
- ¡Tía Makoto!- se emociona la niña que la abraza tan pronto la tiene cerca
- esto es…una sorpresa
- ohh, no, no te sorprendas tanto. Tu padre me dio tu dirección, tu llave y vengo del departamento, llegué por la mañana poco después de que salieran ustedes a la universidad, me di un baño, preparé algo delicioso y vine a encontrarlas, me hacen mucha falta, amiga.
- ¿mi padre te dio mi paradero?
- es agradable el Senador, creo que confía en mí.
- Mi padre me sorprende cada día más.
- Tía Makoto ¿hiciste algo rico de comer?
- si, te encantará. También hice una tarta.
- ¿con chocolate?
- Si, con chocolate.
- ¿qué tienen todos ustedes que la llenan de chocolate? Solo te advierto que tendrás que quedarte para ayudarme a cuidarla al menos hasta que su hiperactividad por tanta azúcar desaparezca
- amiga, yo me quedo lo que sea necesario con mucho gusto. Anda, también hay una deliciosa botella de vino que nos espera a nosotras, querida. Tenemos mucho de qué hablar. Por cierto ya me instalé en la habitación de huéspedes. Mañana iremos a comprar nuevas almohadas, las que eligieron no son tan buenas y puede afectar mi cuello.
- lo que tu digas, Kino…
Para Rei el tener una cara conocida luego de tanto tiempo la hizo sentir algo de paz. Había sido mucho tiempo de esconderse, mucho tiempo de dudas y mempo de no poder hablar con nadie, justo ahora que tanto lo necesitaba podría tener a su mejor amiga y sabía que la visita no era al azar y eso era lo que la hacía querer más a esa alta castaña.
- ¿y estás bien?- interrogó Makoto a su amiga mientras abría una lata de cerveza y le extendía otra a su amiga
- Si, lo estoy.
- Tus heridas
- solo tengo una fea cicatriz, eso es todo
- tu padre dice que casi te matan, fue luna ¿verdad?
- no importa, Mako Chan.
- Si importa, ¿qué le pasa a esa demente?
- Ella no me importa
- intentó matarte
- eso no es algo que me importe
- eres extraña, yo disfrutaría partirle la nariz a esa…
- ella solo intentaba mantener el equilibrio a su extraña manera.
- la próxima vez que la vea también mantendré el equilibrio a mi "muy extraña manera"- gruñe la alta y descubre parte de la cicatriz de su amiga-esa loca está enferma
- Lo está. Pero no es mi enemigo, Makoto, y las cosas son como deben ser, así de fácil.
- Amas a ese idiota más de lo que puedes aceptar y sé que te está doliendo saber que va a casarse con Serena.
- Las cosas son como deben ser.
- Grandísima terca, deja de decir esas tonterías que tu hija no está para que te hagas la fuerte. No vine para que aparentes una dureza que no sientes.
- Gracias por venir
- Sabía que necesitarías compañía.
- Te agradezco.
- ¿me lo agradeces? Si no estuvieras herida todavía te patearía el trasero para obligarte a ir a Tokio a impedir esa boda.
- Ellos deben casarse, solo así las cosas tomarán su sitio.
- ¿tomarán su sitio? Claro…la gata te convenció de hacerte a un lado. Te creí más fuerte.
- Iban a morir, Makoto. Si me quedaba con él, Hotaru, Darien y todos a los que amo iban a morir…
- te lo dijo
- lo vi, tuve visiones, Hotaru también, ese futuro vino a atacarla y no. No voy a permitir que nada la ponga en riesgo.
- Ni a él, ¿verdad?
- No, ni a él.
- Hay Rei-Chan…- abraza la castaña a la pelinegra. - Odio que siempre tengas que sacrificar tu felicidad.
- Mi felicidad, Makoto, está jugando con su nueva amiga en el piso de abajo. Si la tengo a ella y ella está bien, nada más importa.
- toma una cerveza conmigo, anda, la necesitas- invita la de ojos verdes pero la pelinegra la rechaza- Tú solo has rechazado mis tragos en una ocasión… ¿es esta la misma causa?
- Makoto…
- Te he mantenido en la mira desde el día que llegué, Hino: estás pálida, No bebes café, desayunas religiosamente, tomas vitaminas, no te he visto tomar ningún analgésico a pesar de que es evidente que te duele la herida y rechazas mis múltiples tragos. ¿tienes algo que decir?
- Lo sospeché desde hace un par de semanas pero…lo confirmé esta mañana…
- Gran Kami-palidece la castaña- ¿qué piensas hacer?
- Quedarme en Praga, terminar el posgrado.
- No te hagas la tonta, Hino. ¿qué piensas hacer con Darien?
- Él no tiene nada que ver
- A menos que tengas algo que contarme creo que es el causante de la mitad de tu "indigestión" ¿o el causante es un europeo? ¿el profesor que te deja mensajes?
- ¡Makoto!, Creo que sabes la respuesta.
- ¿vas a decirle a Darien?
- no
- Sabes que estoy de tu lado pero creo que él tiene derecho de saber
- Eso destrozaría todo lo que he logrado hasta ahora. ¿tú crees que fue fácil destrozar lo que teníamos? Él era mi vida y…
- ¿era? Amiga, Puedes engañarte tú, puedes engañar a Hotaru y a todos, pero definitivamente a mi no me engañas, los días que he estado aquí te he estado escuchando llorar cuando nos vamos a dormir, esas ojeras y esos ojos hinchados no son por nada.
- Es la contaminación
- ¿En Praga? Por favor… inventa algo más que eso ¿quieres? Solo dile la verdad
- No
- ¿tienes miedo? Eres una guerrera que es capaz de patear el trasero de todo el que se te atraviesa.
- No es la primera vez que intentaba escapar de él y si lo vuelvo a escuchar, si lo vuelvo a ver… no creo ser capaz de alejarme una vez más
- Entonces búscalo
- Me odia, sé que debe odiarme
- Ese idiota te ama, jamás ha podido ocultar esa mirada boba cuando te ve, Darien te perdonaría todo
- Menos el engaño. Y lo engañé, le juré que nunca iba a dejarlo, que iba a quedarme con él a luchar contra lo que fuera, contra quien fuera y me fui ¿qué le voy a decir ahora? "Querido, regresé, no te cases"
- Pues sí, precisamente eso, Reiko. Precisamente. ESO es lo que debes de decirle a ese cabeza dura
- ya te expliqué
- ¿crees que si el destino estuviera en contra de que ustedes estuvieran juntos estarías con un pequeño Chiba a bordo DE NUEVO? creo que no estás leyendo las señales del destino.
- Las señales del destino incendiaron la cama de mi hija
- también mi horno y no por eso dejé de hacer pasteles. Nada le pasará a Hotaru, te tiene a ti, tiene a su padre, a los abuelos Hino y Chiba y tiene a la tía más ruda del mundo. Quien sea que se atreva a intentar lastimarla recibiría una patada en el trasero que lo enviaría a la luna, no seas cobarde.
- Es la vida de mi hija y de él. No permitiré…
- Deja de creerte tan importante, ¿crees que ustedes serán los causantes de la desgracia del universo solo por estar juntos? Ustedes son solo un par de humanos, ¡disfruta la efimeridad, Hino! Deja de ser tan idiota y arriésgate, vive tu vida al lado de tu familia. ¡lucha por ellos!
- Mako- Chan
La castaña tomó su celular y marcó un número.
- ¿qué crees que estás haciendo?
- terminar esta estupidez de una vez por todas, Habla con él. - ordena la castaña- Chiba, alguien quiere hablar contigo. Yo voy a darme un baño en tu tina.
Un silencio de ambos lados de la línea.
- Reiko…Sé que eres tú
- Si…Soy yo.
- Luego de tanto tiempo… ¿qué quieres?
- Hay algo que debo decirte, Darien, yo…
- Yo también quiero hablarte. Me he casado con Serena hace un par de minutos. No es asunto tuyo pero vamos a ser padres. He empezado una nueva familia y te he borrado de mi vida, así que puedes salir de tu ratonera o hacer lo que te venga en gana. Tú puedes hacer lo que quieras , pero que tu abogado pacte con el mío las visitas de Hotaru.
- yo…Solo quiero felicitarte, por tu boda. Te enviaré luego mi regalo con Makoto
- Que amable de tu parte. ¿algo más que quieras decir?
- si, sé muy feliz en tu nueva vida.
- Lo seré.
La pelinegra colgó la llamada y caminó hacia el balcón de su departamento, supo que en ese momento que lo había perdido para siempre, que la decisión que había tomado se había vuelto permanente y que no había nada que pudiera hacer para volver las cosas atrás. Aquellas palabras habían muerto en su garganta y ahí se quedarían por mucho tiempo más, quizás por el resto de su vida.
Tokio Japón
El alto pelinegro colgó el teléfono estrellándolo contra el piso, su rostro estaba color granada y a ira inundaba su rostro.
- ¿Ese…era mi celular?
- Si…¡Rayos! Lo lamento, Andrew…te compraré otro.
- No importa, quería el nuevo modelo, puedes comprarme ese, descuida- se burla el rubio de ojos verdes.- Lo preocupante es que estés así ¿qué ocurre?
- Tu novia está con Rei y me la comunicó
- ¿Rei? ¿En serio? ¿hablaste con ella? ¿qué te dijo? ¿te dijo donde está? ¿te dijo por qué se fue? ¿te explicó sus razones?
- No la dejé hablar. Le dije que me había casado con Serena y que no quería volver a verla
- Amigo, ¿y si ella te llamó porque estaba arrepentida? ¿si te llamo para explicarte? Tal vez te llamó para decirte que aun te ama.
- ¡ella me engañó!
- Eso suena muy raro en ella, no suena a Rei
- ¡yo la vi! ¡la vi con otro hombre!
- Bueno, quizás quería , decirte qué ocurría.
- No quiero oírla, voy a casarme con Serena, voy a ser padre y voy a olvidarme de ella.
- Como pudiste hacerlo los diez años que no estuviste con ella ¿verdad? Igualito que como pudiste sacártela de la cabeza en esos años, así como dejaste de amarla, tan fácil. Si yo no sé entonces por qué estallaste de ese modo estrellando mi celular en el suelo.
- Deja la ironía, Andrew. De verdad voy olvidarla, la voy a sacar de mi vida.
- Suerte con eso, estaré en primera fila para ver cuando lo logres.
- mírame lograrlo- bufa el pelinegro y sale azotando la puerta. El rubio sonríe al ver la pataleta de su amigo, hacía mucho que no hacía una pataleta de ese tipo.
- Hay amigo…Estas exactamente en el mismo sitio donde estabas hace una década, con la diferencia de que ahora estas aun más enamorado…
Aquel día Darien y Rei cambiarían sus vidas para siempre. Ella callaría algo que podría haber cambiado su destino y él dijo cosas que jamás debió decir. Y así, justo así, separaron sus caminos de forma definitiva y no les bastaría la vida para arrepentirse por ello…
¡Hola!
yo aquí agradeciendo a todos su tiempo de leerme. créanme que esto es terapia pura para mi.
Irais:
gracias por tus porras y por seguir este proyecto que tantos años me ha tomado terminar
matona:
gracias por las charlas y las ideas, aclaro que lo feo que viene mucho es por las charlas maquiavelicas.
lector silencioso:
gracias por leerme aunque sea en silencio pero anímate a dejar review, es el combustible del fikero.
les prometo publicar en cuanto termine el capítulo que empezaré mañana, si alguien tiene tiempo de pasar por "nueve" es un fic de comedia romance muy light que igual tenia 10.años en fermentacion
mil gracias a todos
con cariño
la maga
