Hijo de la luna
Capitulo 13
Una vida nueva
Tuve que separarme de tí
Poner una ciudad entre nosotros
Porque a veces solo los muros
hacen que veamos con claridad
aquello que perdemos
Tuve que dejarte atrás
porque tenerte cerca ya no significaba
que estuvieras junto a mí
maniobra de escapísmo
Marwan
Praga
La joven de ojos amatista se encontraba sentada ante tocador de su habitación, los meses habían pasado y aunque el dolor seguía invadiéndola, había encontrado mil razones para seguir adelante, las clases en la universidad iban de maravilla y Hotaru era la niña más feliz del mundo con sus clases de arte en la guardería de la universidad.
- ¡Oka San, buenos días!- saluda gritando la pequeña niña mientras corre a abrazar a su madre
- Buenos días, pequeña. ¿dormiste bien?
- Si, anoche volé en un pegaso
- ¿en serio? ¿fuiste a un lugar lindo?
- Muy hermoso, mira, el Pegaso te envió unas flores, para que ya no estés triste
- Yo no estoy triste, ¿quién te dijo eso?
- Pegaso te vio llorar mientras venía por mí, me dijo que no estés triste, que todo va a estar bien
- dile a ese Pegaso que no es bueno espiar a las personas
- le diré- sonríe y entrega un pequeño ramito de flores extrañas color blanco con un polvo brillante en su interior son parecidas a las lilis, pero definitivamente no lo son.
- son unas lindas flores, ¿de dónde las sacaste?
- Te dije que mi amigo me las dio.
- Bueno…son bastante lindas, agradécele por mi ¿quieres? Ahora debemos terminar de vestirnos para ir a la universidad.
- Oka san ¿puedo tomar clases de dibujo? Una profesora nueva dijo que daría clases para los niños de mi salón.
- claro que si, puedes, hablaré con tu maestra cuando te lleve para ver qué es necesario hacer.
- ¿tía Makoto vendrá este fin de semana?
- Si, Pequeña. Ella vendrá a pasar un par de días
- Eso me gusta, ya se nos está terminando la comida congelada
- y también el cereal con leche, anda, vamos a aprovechar la última ración y a ir a la universidad.
- ¡Si!
Las dos pelinegras salieron de la habitación, Hotaru aun era muy pequeña pero tenía la madurez de un alma vieja, cosa que Rei agradecía ya que no le hubiera sido fácil hacer comprender a una niña tan pequeña todo lo que les estaba ocurriendo.
En una galaxia muy muy lejana:
El pequeño niño de ojos de sol corrió al interior de la sala del palacio, un ramito de flores pendían de su mano y una sonrisa se mostraba en sus labios.
- Helios ¿dónde estabas?
- jugando, tío.
- ¿y esas flores?
- Las corté para la foto de mis papás. ¿podemos ponérselas?
- Claro que si, pero te he pedido que no salgas de palacio, Helios. No deberías de ser descuidado. No sabemos si el enemigo nos encuentra en cualquier momento.
- Tío, no hay enemigos. Salimos de Némesis, estamos muy lejos de casa, nadie sabe que estamos aquí. Nada malo pasará
- Solo se cuidadoso, hijo. No me gustaría que algo malo ocurriera.
- Tío- nombra el niño caminando a la chimenea de palacio donde cuelga un retrato familiar de la familia imperial Black, quizás el único regalo que pudieron rescatar de Némesis antes de salir corriendo- ¿crees que podamos encontrar a mi mamá con vida?
- Quizás, al menos tuvimos suerte de no encontrar su cadáver
- vamos a buscarla, por favor.
- Si, lo haremos, pero con cuidado. Quien destrozó nuestras vidas es una persona demasiado poderosa. Tu padre era el guerrero y yo necesito mantenerte con vida, sé que no me perdonaría que no cuidara de ti.
- Seré cuidadoso, Tío, lo prometo.
- Gracias, pequeño. Oye, por cierto…encontré un caramelo en tu habitación, uno de cereza.
- me lo dio mamá hace mucho…
- no…tu madre no comía esos caramelos, jamás los vi en némesis.
- Ella me lo dio, seguramente los tenía guardados.
- Seguramente sí. Bueno, vamos a tomar tus lecciones, debes esturiar
- tío.
- Nada, eres príncipe. Quizás ya no quede un planeta que regir pero debes de honrar tu linaje y no puedes ser un ignorante.
- No lo seré, lo prometo
- ¿historia? ¿matemáticas?
- Historia.
- bien, historia será.
El niño sonrió y tomó el libro bajo el brazo de su tío para tirarse en la alfombra a leer, eso lo hacía olvidarse de todo por muchas horas y al menos así Zafiro tenía algo de paz y podía pensar en cómo se las arreglaría en un futuro, jamás esperó tener que criar a un niño y menos aun un niño que no fuera suyo. Aun así, Helios era la única familia que le quedaba.
Tokio Japon:
El alto pelinegro se encontraba cargando una pesada caja por las escaleras un rubio joven de ojos azules le ayudaba a empujarla para minimizar la carga.
- por fin- respira entrecortado el pelinegro cuando consigue llevar la caja hasta la habitación del segundo piso
- Si, fue bastante difícil. - apoya el rubio abriendo un par de cervezas y ofreciendo una a su amigo
- ¿difícil? Casi no me ayudaste, solo usaste una mano porque la otra la usaste para cargar tu caja de cervezas
- Sabía que la necesitaríamos ¿ves? Funcionó
- Falta un caja más, ve por ella
- ¿yo? Pero si el bebé no es mío, no tengo la culpa de nada, debo cuidar mi espalda
- me prometiste ayudar
- traje la cerveza
- cuando tengas que cargar cajas de muebles de recámara de bebé para los hijos que tengas con Makoto no te ayudaré, te lo advierto.
- Eso no lo verán tus ojos, amigo. No, no, no. Yo no voy a tener hijos jamás.
- con lo cuidadoso que eres…
- Oye...Hieres mis sentimientos. Aunque ahora que lo dices Makoto ha estado hablando mucho de bebés rubios y castaños, suena extraña...en fin, no debe ser nada. Por cierto, hablé con mi Mako-Chan
- ¿cómo está ella?
- bien, visitando a su mejor amiga.
- ¿de nuevo?
- Pasará las vacaciones de invierno con ella y Hotaru
- no me sorprende en las siamesas. ¿sabías que mientras estuvimos casados muchas veces llegó en mitad de la noche a interrumpirnos para contarle sus sueños y me tiraban a mí al suelo, la bañera o el sofá de la sala?
- Hay mi tierna Mako-Chan. Yo haría lo mismo pero a mi me quitaste mi duplicado de las llaves
- nunca te di duplicado de las llaves
- Las dejaste a mi alcance, es casi casi como darme un juego para mi.
- como usar mi cepillo de dientes
- si, tal cual. Se sobreentiende . O deberías de tener uno para mi, sé un buen anfitrión, carambas. Bueno, ese no es el punto. Yo estaba pensando…
- estabas pensando. Eso es algo interesante, cuéntame más
- ja, ja. El punto es, amigo que Makoto dejó su bolso en casa antes de irse y pues yo soy algo curioso y lo revisé…ahí estaba su pasaporte, tenía sellos de París
- ella estudia en París, eso no es sorprendente, Sherlock.
- Si, pero también tiene sellos de República Checa… Mako-Chan no me ha hablado de República Checa y pues…no era el único, lo que me hace sospechar que quizás tu amada mujer está ahí.
- Reiko no es más mi amada mujer. Es mi ex esposa, yo estoy casado con otra mujer y si lo olvidas también voy a ser padre.
- eso no quita que aun la amas y yo estaba pensando que quizás si tu vas y la ves…y…pues…hablan
- Oye, no. No tengo nada que hablar con ella. Lo nuestro terminó hace mucho tiempo
- Amigo, por favor…no seas tonto, tu…
- Yo tomé un decisión el día que me casé con Serena. Además ¿qué pasa si la busco y ella está muy feliz jugando a la familia feliz con ese idiota con el que la vi besándose. No, no, no. Es demasiado tarde.
- ¿demasiado tarde o tienes miedo de que ese hombre sea más que tú?
- ¿más que yo? ¡claro que no! Ese idiota seguramente no la ama como la amo yo, te lo puedo asegura y..
- Claro, por supuesto que ya la olvidaste y no la amas ¿verdad? Si solo basta que te toque tema para que te pongas como un demonio enfurecido de celos.
- ¡No estoy celoso!
- Bueno, yo debo decir que las parejas se divorcian y que al final República Checa no está tan lejos
- ¡ Voy a tener un hijo con Serena!
- ¡y tienes una hija con Rei!
- Maldita sea, Andrew ¡estoy empezando una nueva vida con Serena, como debería de ser!
- Como debería de ser…¿tú realmente crees eso?
- Deja de intentar cambiar mis pensamientos
- Solo quiero que pienses las cosas
- Ya las pensé y las decidí y si vas a cuestionar las cosas que hago, lo que decido creo que mejor te vas de mi casa
- bien, me voy y sabes qué- se indigna el rubio arrebatando la botella de cerveza de la mano de su amigo- me llevo mi cerveza. Llámame cuando seas sincero contigo mismo.
El rubio se fue dejando a un médico divorciado, vuelto a casar padre y futuro padre que empezaba una nueva vida convertido en un verdadero energúmeno del color del granate, si quizás Andrew había dado en el clavo y la sinceridad era lo más importante.
Praga:
La mujer de ojos amatista dejó a la pequeña Hotaru en la guardería y caminó a su clase cuando una voz a sus espaldas la interrumpió.
- Señorita Hino
- profesor Waldstein, buen día- Saludó la joven a su profesor de la primera clase que se inclinó ante ella
- Solo llámeme Michael, por favor.
- lo considero inapropiado, profesor, tanto como el que me llame "señorita Hino"- se burla la joven de ojos amatista señalando su abdomen prominente
- yo puedo llamarla "Reiko" y usted llámeme "Michael"
- No suena tan mal. ¿le parece si lo pienso?
- Le traje un té ya que el café es algo que creo que ahora no puede tomar
- que amable, profesor…Michael. Le agradezco
-es de fresa con pétalos de rosa, endulzado con un toque de miel
- suena delicioso, ¿hace eso por todas sus alumnas?
- No, no por todas, pero resulta que usted luce bastante cansada últimamente y es mi alumna más brillante, me preocupa el rendimiento de mis alumnos.
-¿está diciendo que mi rendimiento en su clase ha disminuido?
- jamás, es usted mi mejor alumna. Pero tendría que ser ciego para no ver que luce agotada.
- Siete meses, el peor de los insomnios y una niña pequeña que despierta con pesadillas dos veces en la noche
- Quizás necesite hablar con un amigo, y repito que soy materia dispuesta
- que amable
- lo digo en serio, me he dado cuenta que no es una persona que haga muchos amigos y estar sola en una ciudad como Praga…no creo que sea buena idea
- si, es verdad, me cuesta confiar en las personas.
- en mi tienes un amigo.
- Solo un amigo ¿verdad?
- Si… solo un amigo, creo que en este momento es lo que necesitas, si me permites hablarte de "tú"
- Si, lo agradezco, Michael…Gracias
- ¿una dona de chocolate?
- Si, una dona de chocolate me caería muy bien.
- ¿me permites invitarlas a comer después de clases?
- Solo Si Hotaru está de acuerdo. Podemos preguntarle más tarde, aunque te advierto que mi hija suele ser muy desconfiada
- no imagino de quién pudo sacarlo
- ¿empiezas nuestra amistad burlándote de mi?
- Imagino que para Hotaru no es fácil ver que su madre tenga nuevos amigos.
- si, no es fácil. Su padre es bastante celoso, Hotaru es igual y la verdad no tenía mucho tiempo para hacer amistades nuevas.
- No imagino eso, Reiko Hino cediendo a los deseos de un hombre
- Más bien de una mujer, mi hija. la mayor parte de mi tiempo libre la pasaba con ella. Mi mejor amiga vivía frente a nosotros así que la pasábamos juntos, a menudo dejábamos a Darien con Hotaru y nos escapábamos a algún bar o a hacer alguna actividad solo para chicas.
- Vivían en París, debió de ser toda una aventura
- Has hecho tu tarea
- Eres una alumna interesante, claro que indagué, pero me gustaría que me contaras más de tu vida.
- sería interesante, pero debemos ir a clases, profesor.
- Es inteligente, señorita Hino. ¿Hizo su tarea?
- ¿por quién me toma, profesor? jamás le he fallado en una tarea
- eso es cierto. Vamos pues.
Las clases de la mañana pasaron de prisa, el semestre iba bastante adelantado y los trabajos para entregar eran lo suficiente para mantenerse ocupada y tener que saltarse la comida y dejar a Hotaru en las clases vespertinas en la guardería.
- ¿qué comiste, Hotaru?- interroga la pelinegra a su hija cuando consigue terminar su jornada e ir por ella a la guardería
- comí macarrones
- ¿macarrones?
- Con queso
- ¿fruta?
- Una manzana, enorme
- ¿enorme?
- gigante
- creo que eso no te deja espacio para un helado
- no era tan grande, Oka- San, quiero un helado
- de acuerdo- sonríe Rei
- ¿tú comiste, Oka San?
- Una manzana
- ¿una manzana?
- Enorme, gigantesca- sonríe la joven
- Oka San…debes de comer, tía Makoto dice que mi hermanito necesita que comas bien para que esté fuerte y Otou San siempre te decía que comieras.
- vamos a un lugar donde tú puedas comer tu helado y yo pueda comer algo decente ¿te parece?
- Si, suena bien.- acepta no muy convencida la niña- Oka San, ¿te conté que hice un dibujo en la clase de la tarde?
- ¿en serio? ¿puedo verlo?
- Si, mira- muestra la niña una hoja de papel con un dibujo muy bien marcado de un niño un par de años más grande que ella, con tez blanca como la nieve, cabellos de plata y ojos dorados como el sol.
- que chico más apuesto ¿está en tu salón?
- No, Oka San, él es Helios, mi amigo.
- Tu amigo…
- Pegaso, el que me visita por las noches, te he hablado de él
- claro…es solo que…es diferente, es tan…real
- es real.
- ¿puedo guardarlo?
- Si, pero solo durante el día, en la noche quiero que Helios lo vea, le va a gustar mucho.
- anda, démonos prisa, muero de hambre.
- ¡si!
La niña sonrió tomando de la mano a su madre, era tan fácil hacerla feliz, aparte de ella solo Darien era tan fácil de hacer feliz.
Tokio Japón
Por más extraño que pudiera parecer, el departamento que perteneció a la disuelta familia Chiba Hino seguía exactamente igual. Darien había ido al departamento con el pretexto de ir a revisar algunos documentos viejos pero terminó hundiéndose en recuerdos y fotos viejas de aquella mujer de ojos amatista. Sonrió al toparse con una vieja foto que le tomó a Rei cuando era una adolescente, adoraba esa sonrisa y quizás tardó más de diez minutos para darse cuenta de que tenía una sonrisa de tonto clavada en s rostro. Pensó en romperla pero algo le impidió hacerlo.
"sabes que la sigues amando" Sonaba una y otra vez en su cabeza y solo así pudo dejar de lado la fotografía.
Corrió a la computadora y se puso a buscar un par de datos que vinieron a su mente. Escribió varios datos que encontró y buscó algunos más, Sonrió al encontrar lo que buscaba. Sacó un par de cosas de los armarios y los metió a una mochila sin poder evitar la sonrisa de su rostro.
Praga:
No fue fácil que Hotaru aceptara la invitación a salir del nuevo amigo de su madre. Fueron al restaurante infantil del parque donde Hotaru se presentó de la mano de Rei con un gesto huraño y muy pocas palabras.
- Señorita Chiba, ¿ desea una malteada?- ofrece el profesor Von Waldstein a la niña
- no
- Hotaru….
- No quiero
- creo que eso no es correcta la forma en la que le estás respondiendo al profesor, Hotaru
La niña fulminó a su madre con la mirada y luego portó una sonrisa sarcástica en su rostro que Rei no conocía.
- Es usted muy amable, profesor, pero la verdad es que no me apetece una malteada- responde la pequeña niña dejando anonadada a su madre y al profesor.
- Es una pena señorita Chiba, las malteadas de este lugar son exquisitas. La de chocolate sobre todo. Yo por ejemplo pienso pedir una malteada de chocolate Godiva con fresas, me encantan.
- ¿de los mismos Godiva que compraba Otou San para tener en casa?- se interesa la niña
- Si, Hotaru, aquí los utilizan para hacer postres, son deliciosos pero si no deseas probarlas pues, lo entiendo..
- Quizás pueda probar una…solo por no ser grosera
- es usted una señorita muy educada. Yo pienso pedir una hamburguesa y papas fritas, ¿Reiko?
- La ensalada con fresas para mi
- Yo quiero pizza con salami y champiñones y mucho queso
- ¿estás segura?- se sorprende Rei
- Si.
- Reiko, podríamos pedirte un emparedado de pollo o de salmón, es bueno para el bebé
- entonces lo comerá- asegura la niña con la seriedad de un anciano.
- ¿lo comeré, Hotaru?- se sorprende Rei al ver la seguridad en su hija y la rápida pérdida de su faceta gruñona.
- si, es bueno para mi hermanito y él debe de estar fuerte ¿o no?
- creo que por fin encuentro a alguien que le gana la batalla, señorita Hino
- y debía de tener mi misma sangre para poder hacerlo.- acepta orgullosa la de ojos amatista- también tomaré el emparedado.
- ¿tienes control médico?
- Si, mi padre me consiguió contactos médicos y me revisan cada mes en la clínica de ginecología.
- Ya pude verlo en un video que pusieron en la televisión de la doctora- se une la niña- mi hermanito es enorme
- ¿es un niño?
- Aun no lo sabemos, Hotaru, la doctora dice que aun no puede verse.
- Te dije que Helios me dijo que era un niño
- otra vez Helios
- ¿quién es Helios?- se interesa el hombre frente a ellas
- es mi amigo, mi amigo que me visita en mis sueños pero Oka San piensa que él no es real
- No es que pienso eso, Hotaru, es solo que…es muy diferente, muy distinto a lo que podría creer
- Me gustaría saber más de ese amigo tuyo, Hotaru
- Él es hijo de un príncipe y una mujer muy hermosa. Helios puede visitar nuestros sueños y es muy bello, se puede convertir en un pegaso y me lleva de paseos.
Rei lucía seria y evidentemente preocupada por las palabras de su hija, Michael lo notó.
-¿te platicó tu mami que este restaurante tiene zona de juegos infantiles?
- no, no me dijo ¿puedo ir, Oka San?
- Si, pequeña. Te halaré cuando esté lista la comida
-¡si!
La niña corrió a la zona de juegos dejando a solas a los dos adultos
- ¿estás bien?- Interroga el profesor a la joven que bebe un batido de fresa
- Ese "amigo" de Hotaru me tiene asustada
- ¿por qué? Los niños suelen tener fantasías a menudo cuando tienen su edad
- Si, pero no obtienen cosas de su fantasía.
- ¿cosas?
- Hotaru me dio unas flores que dijo que venían del planeta de Helios. En mi vida había visto una flor así, la he investigado y no hay una flor como esa en el mudo. Fue hace meses y siguen frescas. A menudo desde que era pequeña aparecen y desaparecen cosas en su habitación
- se llama estrés por exceso de carga. Creo que no deberías de tener toda esa carga sobre tus hombros tu sola
- siempre lo he tenido
- Si somos sinceros por lo que me has dicho no siempre ha sido así. Ese ex esposo tuyo compartía carga
- si, es verdad. ¿sabes? Cuando estuve esperando a Hotaru y los doctores me ordenaron reposo, yo aun estaba en la carrera . Darien iba todos los días a la universidad a pedir mis notas, llevar tareas, trabajos. Muchas veces cuando tenía clases él se llevaba a Hotaru al hospital para que yo pudiera tomar mis materias sin problema.
- ¿tu ex marido doctor con una bebé en el hospital? digno de imaginarse
- Lo sé. Así que si, tienes razón…es la primera vez que voy a lidiar con algo así yo sola. Creo que mi subconsciente me está matando aunque intente decir que todo está bien.
- Lo estará, saldrás adelante. Quizás no tienes un esposo médico pero cuentas con un amigo con un doctorado y un diplomado en cambio de pañales.
- No estoy segura si la metía en los cuneros como paciente para evitar cargarla o si la cargaba en brazos mientras hacía guardias. Siempre me decía que la dejaba en un costal de patatas en la cocina del hospital, pero no creo que fuera así.
- creo que tu ex marido era un gran tipo.
- lo es
- y un imbécil por dejarte ir
- Él no me dejó ir. Yo me fui
- Nadie se va de un sitio si es completamente feliz
- ¿eso crees, Michael?
- Definitivamente así debió ser. ¿por qué una mujer hermosa con una hija tan maravillosa dejaría al hombre con el que está casada de un día para otro? ¿lo haría si es inmensamente feliz con él? ¿lo haría si lo ama? Claro que no..
- Se equivoca, profesor. Yo lo hice- confiesa con tristeza la bella mujer dando un sorbo a su batido y deseando con todas sus fuerzas que fuera otra su situación y que ese batido tuviera vino en lugar de agua
- Entonces si es un idiota. Si yo fuera él te hubiera buscado hasta por debajo de la tierra
- Lo hizo. Hasta que conseguí la manera de que él pensara que yo no lo quería en mi vida
- En los meses que llevo de conocerte me consta que eres una mujer sumamente inteligente ¿por qué harías algo tan idiota? Evidentemente lo amas- enfrenta él a la joven que solo desvía la mirada- tu hija….¿el maldito la lastimó?
- Claro que no, él sería incapaz, adora a Hotaru. No lo entenderías pero mi hija e incluso él estaban en un terrible peligro si me quedaba con él.
- y te fuiste
- y me fui. Él nunca me hubiera dejado marchar, me escondí bajo la tierra prácticamente.
- debió querer volverse loco cuando te fuiste.
- si. Así fue- se apena ella
- ¿lo extrañas?
- No sirve de nada preguntarme eso. Las cosas son como son ahora. Él ha iniciado una nueva vida y tiene una nueva familia, así que cada uno debe llevar su vida adelante
- ¿él inició un nueva vida?- se molesta el joven de ojos turquesa- maldita sea ¿cuánto tiene que se separaron? ¿siete meses? Y en siete meses él inició una nueva familia, vaya hombre enamorado
- ¿podemos cambiar el tema? Hablar del tema no me hace muy bien y creo que a mi hijo tampoco
- lo imagino. Con respecto a Hotaru, quizás quieras que te presente con una amiga mía es psicóloga infantil y ha tratado casos de maltrato en los que ha metido hipnosis para ayudarles a superar y borrar esas facetas
- Mi hija no sufre de maltrato
- no, pero quizás este episodio de sueños que tanto te preocupa pueda borrarse
- no me gustaría borrarle parte de su infancia
- Quizás esto pueda llegar a ponerla en riesgo. Tener amigos imaginarios está bien pero cuando ocurren cosas como sueños en los que involucra cosas físicas que puedan hacerle daño.
- tal vez es bueno que me des sus datos pero no estoy segura de la hipnosis
- solo tomen una sesión con ella y ya tú verás
- gracias, Michael, si lo pensaré, las cosas con Hotaru son cada día más difíciles, quizás sea porque le está costando adaptarse a nuestra nueva vida.
- verás que se adapta, Praga es un lindo lugar para crecer
- ¿tú creciste aquí?
- no, no. Claro que no. Crecí en un internado en Grecia como la mayoría de lis chicos de mi familia
- eso debe ser terrible
- bueno, pues es lo que conozco. Por eso imagino que crecer en una ciudad tan hermosa y con una madre tan amorosa debe ser fantástico.
- fantástica era su vida en París. Ahora tiene media familia, la mitad de sus papás, la mitad de sus abuelos y solo a Makoto como tía porque no confío en nadie más para que sepa nuestro paradero.
- ¿tanto así?
- Si, tanto así…Unos meses antes de venir aquí estuve escondida, cometí un error y ese error me costó una herida que casi deja a mi hija huérfana.
- Estás metida en algo muy delicado, Rei
- si, bastante delicado. Praga ha venido a ser mi refugio y escondite
- ¿por eso la escolta secreta?- interroga y Rei abre los ojos sorprendida- no te asustes, son muy buenos pero cuando creciste entre la élite Europea aprendes a reconocer a los escoltas.
- Solo acepté que mi padre me pusiera escolta por Hotaru. Yo puedo patear los traseros de medio mundo pero no puedo estar siempre con ella
- ¿Sabes? Cuándo te conocí solo creí que eras una mujer hermosa, jamás imaginé que fueras una guerrera.
- solo soy una mujer más.
- Si, pero una muy interesante y única.
- será una maravilla ser parte de sus vidas si me lo permiten
- Michael, yo solo pudo ofrecerte es…
- tu amistad. Lo sé, lo supe desde el primer minuto pero no importa, te ofrezco lo único que puedo recibir de ti: Mi amistad.
- entonces seamos buenos amigos.
- los mejores
Rei sonrió al joven europeo frente a ella, definitivamente no estaba enamorada de Michael quizás jamás lo estaría pero el tenerlo allí la hacía sentir feliz.
Tokio Japón
La rubia joven de ojos azules se encontraba esperando su turno en el área de ginecología, revisaba su reloj a cada segundo pero lo que parece estar esperando no llega.
- Señora Tsukino, pase por favor…
- es que…estoy esperando a alguien, quizás si la persona que está antes de mi quiera pasar primero…
- ya han pasado todas. Por favor, ésta es la última cita y después de usted la doctora se retirará
- bueno…está bien, haré una llamada y entro en un segundo
- por favor no tarde
La rubia marcó un número con su celular pero la enviaba al buzón y se limitó a ponerse de pie y entrar a solas a la consulta una vez más, un dolor sordo se clavó en su vientre.
Praga:
La joven pelinegra reía con las palabras del bronceado profesor ante ella y él charlaba desinhibido sobre sus aventuras.
- ¿entonces organizaste una revuelta en el internado?
- Si, fue algo épico. Me divertí mucho, digno de recordar.
- Quién diría que el profesor Waldstein tendría tan oscuros secretos.
- Amaré contarte todas mis aventuras, tengo muchas en mi historial.
- Será muy bueno conocerlas todas
- Una chica egresada de un colegio católico de señoritas debe de tener bastantes historias que contar
- ¿disculpa?
- Si, te espié pero se nota a kilómetros que estudiaste en un colegio de señoritas
- ¿puedo saber por qué?
- los finos modales que tienes pueden venir obviamente por herencia y por crianza, pero las monjas dejan su huella bien marcada en sus alumnas, algo encantador
- ¿en verdad? creo que esto es algo más de fetichismo que de encanto
- pues si, siempre he tenido una fantasía con una chica en falda de colegiala, supongo que fuiste una colegiala muy sexy.
- Es algo que no sabrás nunca, Michael.
- ay vamos. Dame algo de información para imaginarlo, ¿tu falda de colegio era de calcetas altas y minifalda a cuadros?
- no, no a cuadros, ni corbata ni nada
- Tendré que investigar como era el uniforme de ese colegio en Japón
- ni empieces….-creo que ya se terminó nuestra reunión, profesor
- ¿por qué? ¿te aburro?
- a mi no, pero creo que Hotaru se ha quedado dormida en los juegos infantiles. Es hora de que mi hija y yo vayamos a casa.
- descuida, las llevo.
- que pena, pero…esto es así
- no importa, les prepararé la cena
- ¿cocinas?
- me gusta mucho, si me permites les prepararé algo rico en tu departamento
- ¿te estás invitando a mi departamento?
- pues…si, nunca me has invitado
- ¿ Es correcto que un profesor vaya al departamento de una alumna?
- mi visita será moralmente correcta, lo prometo, les debo respeto a Hotaru y a ti
- Eres un hombre sorprendente Michael, agradablemente sorprendente
- Pienso ser un gran amigo, Rei.
- gracias por eso.
La joven y su amigo pagaron la cuenta y Michael llevó a Hotaru en sus hombros, durante el trayecto el profesor Waldstein ofreció su brazo a Rei mientras platicaban por el camino.
- Lamento que tuvieras que cargar a Hotaru, últimamente ha tenido trastornos de sueño e imagino que luego de tanto jugar se durmió.
- No ha despertado para nada, seguramente si está agotada.
- puedes dejarnos en el edificio, yo la subiré
- oh, no, no, Madame. En primer lugar jamás la dejaría que una dama cargara a una pequeñita, aunque no lo aparente, su hija es bastante pesada.
- come muy bien, lo acepto
- Además, en tu estado no debes hacer esfuerzos, Rei.
- Te agradezco, Michael. Eres todo un caballero
- Quizás no tanto. Te pediré un trago llegando a tu departamento.
- Encantada, sobre todo si vas a cargarla hasta el último piso, el elevador no sirve y yo muero por soltar este bultoso abrigo, entraremos en calor con las escaleras.
El inteligente profesor se puso serio y pálido al voltear a ver al edificio de su nueva amiga, en definitiva no era un edificio de dos plantas, vaya que desquitaría aquella copa
- Estoy bromeando- se divierte la muchacha
- Eres malvada, Rei Hino…
- Si, lo soy.- hace un gesto burlón la joven y por instinto el alto profesor se coloca delante de la muchacha, aprisionándola contra la pared y mirándola a los ojos, acercando su rostro al de ella- Mi…Michael…
- yo….me disculpo.- dice él separándose discretamente- creí sentir que alguien nos observa... es un reflejo..yo no quise que...
- creo que…mejor subimos, profesor.
- Si, si, claro. Dejo a Hotaru y me retiro…dejaremos la copa para otra ocasión
- si, claro…Está bien
Ambos entraron en silencio al edificio y estaban tan ensimismados en sus propios asuntos que no se dieron cuenta que del otro lado de la calle los observaba un alto pelinegro de ojos azules, en su mano portaba un ramo de lirios casa blanca que dejó caer al suelo luego de percibir la cercanía y familiaridad entre su ex esposa y aquel desconocido, se dio cuenta de que ella ya no lo necesitaba y que si alguien estaba de más en esa escena, ese era él…
- Adiós, Hōbijin…
Tokio, Japón:
El alto pelinegro entró a aquella extraña habitación que si bien estaba acostumbrado a recorrer no esperaba visitar ahora de esta manera.
- Hola…- saluda el pelinegro asomando la cabeza con un ramo de rosas enorme en sus manos
- hola- saluda con sequedad la joven rubia al recién llegado pero ni siquiera lo mira.
- yo…lo lamento.
- ¿qué es lo que lamentas, Darien? ¿lamentas haberme dejado plantada en una cita más con el ginecólogo? ¿lamentas haber apagado tu celular por días? ¿o lamentas no haber podido estar en el nacimiento de tu hija?
- Serena, yo…pues…
- Da igual, Darien. ¿sabes? te agradezco tu esfuerzo por quererme, pero creo que esto no va a funcionar. Quizás sea mejor dejar las cosas así. Solo vete, por favor.
- Serena, lo lamento. Debí de estar
- Ese es el punto, Darien. Tu "debes estar" no quieres estar, no te gusta estar. Somos tu obligación
- Fui a buscar a Rei- confiesa apenado el pelinegro- Fui a buscarla para hablar con ella, para cerrar el ciclo. No podía iniciar una familia a tu lado si no hablaba con ella. Tenía que dejarla ir.
- Darien, tú aun la amas
- Pero jamás volveremos a estar juntos y eso lo tengo bien claro. Ella hará su vida y yo estoy dispuesto a iniciar una vida a tu lado, si me lo permites.
- Tú no me amas y yo no sé si aun te amo a ti
- Pero tenemos a alguien en común a quien amar. Creo que es un buen motivo para intentarlo, al menos yo no tengo algún otro lugar al cuál ir ¿y tú?
- no, tampoco lo tengo
- ¿puedo conocerla?
- fue una cesárea de emergencia y la niña es muy pequeña , está en una incubadora y no me dejan verla todavía. Tuvieron que abrirme toda porque ella estaba en la peor de las posiciones
- lamento no haber estado a tu lado, debiste de haber sentido mucho miedo.
- fue aterrador
- lo siento, de verdad…
- Darien, no podemos vivir así, yo no puedo vivir así
- se acabó, Serena. No más búsquedas, no más escaparme en secreto por días. Ya no. He cerrado ese ciclo. Estaré con ustedes
- no lo sé…
- Solo dame una oportunidad, lo prometo. No te defraudaré ¿aceptas?- pide él y Serena asiente- ¿quieres ir a conocer a nuestra hija?
- Si, por favor.
- iré a conseguir una silla de ruedas para llevarte No tardaré
Praga:
La joven pelinegra se encontraba sentada en una sala de exterior ensartada en un cómodo vestido color paja a juego con su abrigo,su hija jugaba divertida a la pelota con el castaño, ambos reían divertidos mientras Rei bebía una taza de chocolate caliente.
- Oka San, Michael es muy bueno con la pelota.- cuenta Hotaru a su madre mientras corre a abrazarla
- ¿te estas divirtiendo?
- Si, Michael es muy divertido
- y buen cocinero, señoritas. ¿vamos adentro? tengo papas fritas y hamburguesas
- delicioso- apoya Rei
- aunque para usted, Madame tengo un pollo al horno con patatas a las finas hierbas y pasta con queso
- Se me antojaba una hamburguesa
- después de que termines tus vegetales, Oka San- sonríe Hotaru
- apoyo a la señorita- sonríe coqueto el hombre de ojos turquesa ¿tienen hambre?
- ¡Yo si!- sonríe Hotaru emocionada mientras Michael ofrece su brazo a la pelinegra para ponerse de pie.
- Fue excelente tu idea de hacerla hacer ejercicio antes de la comida, Michael, siempre tengo problemas para hacerla comer
- no hay nada mejor para despertar su apetito que hacerla correr
- Michael, ¿en verdad tu cocinaste?- se sorprendió la niña.
- Es delicioso- reconoce Rei mientras prueba la comida sobre su plato
- Si, Oka San no come mucho últimamente- confiesa la niña a su anfitrión mientras saborea sus papas y su hamburguesa.
- Señorita Hino, eso no es nada bueno ni para usted ni para su pequeño o pequeña. ¿ya lo saben?
- Aun no, mi hijo se niega a mostrarse ante el ultrasonido. Ama el misterio
- Como su madre- se burla el inteligente profesor.-Hotaru, me dijo tu mamá que estas tomando clases de música en la guardería
-si, Otou San toca el piano.
-¿y a ti te gusta el piano?
- Si, pero me gusta más el Cello
- ¿el Cello para una niña tan pequeña?
- Las Hino no tenemos límites, Michael.
- Me encantaría verte tocar algún día
- ¿tú tocas, Michael?- Se interesa Rei
- Si, un poco el piano también, aunque no soy tan bueno como tu padre.- se dirige a la niña.
- me gustaría escucharte tocar, Michael.
- Sería un honor tocar para ustedes, si lo desean podemos comer el postre en la sala.
- ¿postre?- Se emociona Hotaru
- se de buena fuente que a las señoritas Hino les gusta el chocolate, elegí unos helados de chocolate con cereza
- suena muy bien. Yo acepto ¿y tú, Hotaru?
- ¡Si!- se alegra la niña
Michael era muy bueno al piano, quizás más de lo que quiso reconocer ante sus invitadas, Hotaru se maravilló al ver interpretar "Para Elisa" y escuchó atentamente cada canción que interpreto aquel elegante profesor pero se quedó dormida en el sofá luego de un buen rato.
- tienes una hija adorable, te felicito
- Lo es.
- Es hermosa como tú
- Pero es noble como su padre. Darien es así de dulce y noble
- ¿lo extrañas?
- Si. Lo extraño mucho pero he decidido dejarlo ir. Fue una decisión pensada y meditada y definitivamente no voy a dejar de vivir mi vida para adorar a un fantasma
- Es una mujer inteligente, Señorita Hino. ¿le contarás de este pequeño?
- No, no puede saberlo. Si él lo sabe sé que vendrá a buscarme y no estoy segura de volver a tener la fortaleza de decirle que no una vez más.
- Lo comprendo.
- gracias por ser tan lindo con ella y conmigo. Hotaru se ha sentido muy sola desde que estamos aquí. Hacía mucho que no la veía reír como hoy.
- Mi casa es su casa y yo soy su amigo disponible las veinticuatro horas del día.
- Michael, no te ofendas pero… eres un hombre atractivo, rico, inteligente… ¿por qué perderías tu tiempo con nosotras? Podrías pasarlo con alguna modelo europea o alguna heredera desenfrenada
- No, claro que no. ¿una modelo Europea? No, claro que no. No tienen nada de cerebro aunque sean muy lindas y las famosas herederas son un dolor de cabeza y muy aburridas. No pienso conseguirme una mujer guapa que no tiene dos neuronas en el cerebro. Si un día elijo establecerme con alguna mujer, será una mujer hermosa, inteligente y maravillosa. No quiero un maniquí conmigo. Quiero a una mujer real pero única.- confiesa el profesor a su amiga mirándola profundamente a los ojos y acercando su rostro al de ella.
- Michael…
La cercanía fue interrumpida por la voz de Hotaru diciendo "pegaso" No les hubiera llamado mucho la atención si la niña no hubiera comenzado a reír. Michael y Rei la observaron atentos, la niña parecía hablarle a alguien y de repente un ramito de flores apareció de la nada entre sus manos, otra vez aquel ramito de flores brillante, seguido de una carcajada limpia de la niña. Una luz brillante apareció sobre la niña y de repente la niña desapareció frente a sus ojos.
- ¡Hotaru!
- ¿a dónde fue?- se espantan el hombre castaño y la pelinegra- ¿qué fue eso?
- Gran Kami…¡Hotaru!- grita la madre de la niña llamándola pero no hay rastro de ella.
- no pudo desvanecerse, la buscaré por la casa- dice el castaño saliendo de la sala y dejando a solas a la madre que a pesar de haberse prometido nunca más volver a usar sus poderes de adivinación para evitar llamar la atención de la guardiana de la luna volvió a hacer uso de ellos para buscar a su hija pero al igual que aquella vez que buscó a Serena, parecía que la galaxia se había tragado a Hotaru.
- No está en la casa pero ya he llamado a la policía. Tengo amigos allí y te prometo que la encontraremos, Reiko. No te preocupes.
- No, Michael…esto no lo puede resolver la policía.
- ¿de qué hablas? Claro que puede, la policía de Praga es muy buena y…
- Mi hija no está en Praga en estos momentos y muy seguramente en ningún sitio de esta tierra…
- ¿de qué hablas?
- Eso que viste fue la apertura de una nueva dimensión, una muy distinta
- ¿cómo puedes saberlo?
- Porque lo sentí. Sentí una energía diferente, ajena a esta galaxia, era un portal
- No es la primera vez que ves algo así…
- Yo puedo ver muchas cosas Michael. Debo ir a casa a llamar a alguien
- te acompaño
- No, no es necesario, yo puedo sola
- Claro que no. No puedes, estas temblando
- yo puedo con esto, Michael
- no quiero dejarte sola.
- Lo sé, pero somos amigos y no tienes que cargar con esto, es mi problema
- somos amigos, soy un buen amigo y te acompañaré. Te llevo a casa, punto.
- No quiero discutir, llévame a casa, pero apresúrate, necesito estar en casa ¡ya!
- si, vamos, vamos.
Acepta el castaño mientras toma el abrigo de la pelinegra y la coloca sobre sus hombros, esa es la primera vez que Michael se da cuenta de que el aroma de Rei es adictivo.
Durante el camino Rei no dijo una sola palabra, mantuvo sus ojos cerrados y susurraba palabras inentendibles para Michael, pero él prefirió no decir nada y dar a Rei su espacio, solo Rei sabía el infierno que atormentaba a su alma.
- mi amigo de la policía viene para acá, Rei. No te preocupes, son los mejores, la encontraremos
- gracias, Michael- susurra Rei cuando atraviesan la puerta del departamento- pero esto no es algo de la policía , yo llamaré a alguien y debe de poder ayudarme
- ¿llamarás al padre de Hotaru?
- ¿por qué lo llamaría?
- ese hombre puso en peligro tu vida y la de su hija ¿cómo no podría tener algo que ver con la desaparición de Hotaru?
- Él no tuvo nada que ver con esto y no voy a volver a buscarlo
- ¿volver a buscarlo? ¿lo llamaste alguna vez luego de dejarla?
- Mi hija es lo importante ahora, nada ni nadie más importa, Michael
- lo comprendo, Rei.
- debo llamar a alguien- dice la joven mientras toma su celular y comienza a marcar un número de memoria pero antes de terminar de escribirlo se detiene en seco oliendo un aroma conocido para ella, el olor a sándalo y lavanda impregnan su nariz y corrió a la habitación de su hija, encontrándose con la pequeña niña sumergida en un profundo sueño.
- ¡Hotaru!- grita la madre de la niña mientras corre a abrazarla para asegurarse de que la niña esté bien, la pequeña duerme tranquilinamente
- ¿qué pasa, Oka San? ¿por qué lloras?
- ¿Hotaru a dónde fuiste?
- tuve un sueño maravilloso, Oka San. Pegaso venía por mi y me llevaba a viajar con él, fuimos a lugares hermosos, había una cascada y muchas flores como las que te he traído. Mira, aquí tengo algunas, corté unas para ti y...
- ¡Basta, Hotaru! Basta de una vez por todas. Esto no puede seguir pasando, te prohíbo que vuelvas a ir a cualquier sitio con ese tal Pegaso
- Pero, Oka San…
- nunca más, Hotaru- se desespera la madre saliendo de la habitación, Michael fue detrás de ella.
- ¿estas bien?- interroga el castaño a Rei
- ¿crees que estoy bien? Mi hija desapareció y fue a otra dimensión con un total desconocido ¿cómo la puedo proteger? ¿cómo puedo estar tranquila sabiendo que mi hija puede ser secuestrada en algún momento por esa persona.
- Rei, sé que no quieres hablar de ello pero…si esa persona entra a la vida de tu hija durante sus sueños…quizás puedas bloquear eso de algún modo
- ¿cómo impides los sueños?
- es el subconsciente…
- no creo en esas idioteces, Michael, lo lamento
- No, imagino que no y te diría que yo tampoco si no hubiera usado los servicios de una muy buena especialista.
- ¿qué quisiste bloquear, una mala inversión de tu herencia?
- no…y no puedo hablarte ahora de ello ahora, pero solo con su apoyo pude borrar de mi mente todas esas pesadillas
- ¿crees que funcione?
- No tenemos otra opción ¿o si?
- tienes razón ¿podrías concertarnos una cita mañana?
- la llamaré en este momento
- ¿qué? Es tardísimo
- no, no lo es tanto.
- Michel es media noche
- no importa, la despertaré.
- Michael, llámale mañana, por favor. Ahora todos estamos agotados
- ¿te preparo un té?
- prefiero dormir junto a mi hija, Michael. No puedo más…
- por la mañana vengo por ustedes para llevarlas con esta persona.
- no tienes aun la confirmación
- no importa, la convenceré. vengo por ustedes a las ocho de la mañana
- gracias, Michael, eres un buen amigo
- te prometo, Rei, que esta fue la última vez que tu hija viajó a ese lugar con aquel desconocido, mañana todo será distinto.
- si, mañana Hotaru empezará una nueva vida…
En un lugar secreto de la galaxia:
Un pequeño niño de cabellos de luna llora ante una inmensa puerta blanca que se cierra ante sus ojos. El alto pelinegro lo mira apenado mientras se guarda la llave en el bolsillo de la camisa.
- Perdóname, Helios. Pero lo que tu hiciste esta noche no es algo seguro, nadie puede saber donde estamos y tú y yo no podemos traer a nadie aquí, imagino el sufrimiento de la pobre madre al darse cuenta que su hija no estaba ahí.
- Pero, tío…quiero hablar con mi amiga.
- Lo sé, pequeño, pero no ahora, es peligroso para ella y para ti
- quiero estar con Hotaru
- cuando llegue el momento, pequeño, pero ahora…debemos marcharnos de aquí
- me gusta aquí
- no podemos seguir en este lugar. Ahora vamos a iniciar una nueva vida, Helios, una muy lejos de aquí
- ¿volveré a ver a Hotaru?
- volverás a verla algún día te doy mi palabra.
- está bien…vámonos- se entristece el niño tomando la mano de su tío.
Si, como todos lo dijeron era momento de iniciar de nuevo, de dejar cosas atrás, de intentar olvidar, si, como lo he dicho, intentar porque en esta vida el olvido nunca es voluntario y ella misma se encargaría muchos años después de volver a unir a todos estos personajes en el mismo lugar y asegurarse de que todos aquellos asuntos pendientes se resolvieran…
Necesitaba irme para querer estar aquí
Al igual que tu necesitabas perderme para aprender a echarme de menos.
Marcharse como modo de salvarse,
Perdernos como de encontrarnos...
¡Hola!
yo aquí reportandome con un capitulo más de Hijo de la luna, espero sea de su agrado y les aviso que hay 10 capítulos más en cola esperando ser subidos.
mil gracias a quién aun lee esta historia que ha tardado tanto en avanzar, gracias por su paciencia y sus porras.
matona:
gracias por las charlas y tu apoyo con las ideas para lo que viene, te hago directamente responsable de lo que viene en camino de humillación para Darien y para Andrew también.
Irais:
Gracias por leer esta historia y tus reviews puntuales animandome.
lector silencioso:
gracias por leer aunque sea en silencio, si te ha gustado este capítulo házmelo saber, los reviews son el alimento del alma del escritor.
con cariño:
La maga
