Hijo de la luna

Capitulo 14

¿quién eres tú?

Se conocieron a mitad de un verso

El paseaba cerca de san Telmo

Ella esperaba un taxi de regreso

Se comportaron tan indiferentes

Como se suele comportar la gente

Pero el factor destino fue impaciente

Y caminaron calle abajo esquivando las palomas

Y se miraron juntos frente al mar perdidos en las olas

La muchacha de ojos amatista se encontraba sonriente en su habitación haciendo su maleta, el suave sonido de un Cello en su Ipad, no se dio cuenta de que su madre entró a la habitación y la observaba sonriente sentada en la mecedora junto al balcón.

- Oka San, me asustaste- brinca la jovencita de ojos amatista

- te vi demasiado entretenida, pequeña. ¿necesitas ayuda?

- No, Oka San. Casi he terminado.

- ¿quieres que envie tu Cello por mensajería?

- No, Oka San. Voy a llevarlo conmigo en el avión.

- Pequeña, es muy grande ¿cómo vas a llevarlo?

- Yo puedo ayudarla, Oka San. Podría viajar con Hotaru- se ofrece un muchacho de cabello negro y ojos amatista que es por mucho más alto que su hermana y su madre

- Raymond, no es necesario, yo puedo con él, no soy tan débil

- sé que no eres tan débil, hermana. Eres una Hino, pero puedo ayudarte con tu equipaje y cuidarte

- debes cuidar de Oka San, Raymond.

- oigan, no necesito que ustedes me cuiden

- Claro que no lo necesita, Hotaru. Tiene al profesor para cuidarla, arreglar la luz, el drenaje y prepararle la cena cuando ella lo quiera- se ríe Raymond y Rei tose al escuchar aquellas palabras.

- no necesito que nadie venga cuidarme, niños. Así como tu hermana no necesita que la cuides en su viaje, Raymond.

- ¿en verdad, Oka San?- sonríe Hotaru

- Bueno…si, hubiera preferido que quisieras hacer tu verano de investigación en Estados unidos, Italia o Inglaterra, pero no…Elegiste Okinawa, pero respeto tu decisión, pequeña.

- Gracias, Oka San. Así estaré más cerca de Oji San. ¿crees que podré ver al abuelo Chiba? Lo extraño mucho

- se escriben a menudo y comparten videos para verse y charlar

- Sabes a qué me refiero, Oka san

- Quizás…Deberías de ser cuidadosa, por favor no te pongas en peligro

- Eso implica que no busque a Otou San- frunce el seño la pelinegra metiendo su pasaporte a la bolsa

- Hotaru…

- Está bien, lo entiendo. Lo entendí cuando intentaron matarte y no era más que una pequeña. No peleare por eso, pero lo extraño, Oka San…

- Si, lo sé. Sé que lo extrañas, y Raymond….lamento que no hayas podido crecer con tu padre.

- Así tenía que ser y si estar lejos de él me permite que tú estés a salvo y que mi hermana esté lejos de peligro, creo que podemos vivir así. Así que no hablemos del tema y vayamos a dejar a la señorita terquedad al aeropuerto.

- te urge deshacerte de mi, ¿verdad, granuja?- se burla Hotaru

- Tu habitación es la mejor, hermanita. Claro que me urge, quiero tu recamara y toda la atención de Oka San para mi

- lo sé. Siempre la has querido- se ríe la pelinegra, ahora será tuya por un tiempo.- ¿Michael vendrá por nosotros?

- Está esperando en la sala, no hubo forma de convencerlo de que no fuera al aeropuerto.

- claro

- por supuesto- se burlan los dos pelinegros

- dejen de suponer cosas y démonos prisa, chicos. Hotaru perderá el avión.

- Michael, siempre tan propio- sonríe Hotaru saliendo de la habitación y encontrándose con el castaño en la sala leyendo un libro- aun así gracias por venir a acompañarnos

- Hermosa señorita Hino, no me perdonaría no despedirle. Mi chofer nos espera en el estacionamiento

- Me alegra saber que estas aquí siempre, ¿cuidarás a Oka San y a Raymond?

- Claro que lo haré, linda y te prometo que te visitaremos pronto

- espero que si

- Si, Hotaru. Quiero nadar en las playa de Okinawa, claro que iremos ¿verdad Michael?

- Así es, Raymond, aunque no olvides llevar tu ropa de entrenamiento, debes seguir practicando para tu competencia

- Lo sé, Michael, vas a ayudarme a ganar, aun cuando te pones algo gruñon

- ¿gruñón yo? Gruñona la señorita Hino que es un verdadero general

- pero nunca ha perdido ninguna competencia conmigo, débil profesor

- Discutan en el carro, por favor…mi vuelo

- Hotaru, si estas pensando en no ir…

- Oka San. Iré, deja de preocuparte por mi.

- eres mi hija, claro queme preocupo, Hotaru, por cierto…

- No buscaré a Otou San, Oka San. deja de preocuparte.

- gracias, pequeña. Anda, vamos al aeropuerto.

- te extrañaré, Oka San…

Las despedidas en el aeropuerto fueron aun más emotivas hasta el mismo profesor Europeo se conmovió al ver partir a aquella niña que había visto ingresar al jardín de niños. Para Hotaru era una nueva aventura, jamás había viajado tan lejos sola y ahora lo estaba haciendo y en grande, los nervios aceleraron su corazón y no sabía por qué su corazón palpitaba a cien kilómetros por hora.

Aquel vuelo transcurría lentamente, había intentado dormir pero no le gustaba volar, el estar en medio de nubes desde un avión no le parecía natural, pero aun así las nubes le fascinaban, no tanto así el aterrizaje al que nunca se acostumbraría.


El joven de ojos dorados bajó del avión ensartado en su traje sastre blanco como su cabello, tomó su maleta y su mochila de mano para salir del aeropuerto, se puso los lentes de sol y sonrió al percatarse de que dos jovencitas lo observaban embelesadas, él les dedicó un saludo y las jovencitas se sonrojaron y comentaron algo susurrándose algo, luego rieron y se alejaron asustadas.

A lo lejos le llamó la atención algo distinto. Encontró a una bella muchachita de cabellos negros y ojos amatista, si era bella, muy bella pero lo más atractivo fue encontrar a la delicada chica como una flor intentando cargar a cuestas un cello más grande que ella por bastante, se veía que estaba pasando dificultades para poder lograr moverlo y decidió acercarse para darle su ayuda, pero justo cuando estaba a un par de metros de su objetivo se encontró con que un alto muchacho rubio la ayudó a cargar su Cello y el resto del equipaje para llevarlo al cochecito, la muchacha le sonrió y aceptó la ayuda encantada, él sintió un extraño hervor en la sangre y cuando se dio cuenta la sangre le brotaba de la mano, había presionado sus llaves con tanta fuerza que se había cortado, tomó el camino de salida y trató de ignorar el momento, aunque no lo consiguió del todo, su sonrisa se había borrado.


Luego de tomar un taxi a la mejor zona de Okinawa y haberse instalado en el departamento que su abuelo le había conseguido, Hotaru decidió ensartarse en unos pantaloncillos cortos, una blusa color amarillo y sus sandalias ¡vaya que hacía calor en Okinawa!

- Oji San- contesta la chica su celular cuando está a punto de salir- si…voy a dar un paseo, no Oji San. No voy a usar al chofer, hay una bicicleta hermosa en renta que tomaré en un momento…estaré bien, tengo mi teléfono y estaré bien…solo daré un paseo, no..no necesitas venir, estaré pronto en casa, te amo Oji San.


El joven de ojos dorados se instaló en su habitación de Hotel, era algo caluroso, bastante tomando en cuenta el clima que manejaban en Londres pero no vio la hora para ir a recorrer ese lugar.

Tomó su llave de Hotel, su cámara profesional y se decidió a cazar la belleza nada escondida de aquel sitio.


El Acuario churaumi suizokukan era tan fascinante como lo decían los folletos y tanto como lo hubiera soñado, debía presentarse el lunes a iniciar su verano de investigación pero decidió ir a dar una vuelta y usando la cámara de su celular como buena turista empezó el recorrido, observando a los peces maravillada.

- Este rostro lo he visto en algún sitio- comenta una voz a sus espaldas

- ¿disculpe? - se gira la chica de ojos amatista confundida de que alguien la conozca en un país que no ha pisado en casi toda su vida.

- ¿Hotaru?- nombra una joven y la muchacha la mira confundida, es una mujer de cabello turquesa y ojos azules

- ¿cómo sabe mi nombre?

- Hotaru Tomoe, ¿cómo olvidar tu rostro? Esto es una locura…tu…

- Mi nombre no es Hotaru Tomoe, soy Hotaru Chiba

- ¿Chiba?...esos ojos….Tu madre es Reiko Hino

- ¿la conoce?

- Somos viejas amigas…Hago una investigación sobre delfines ¿quieres una visita guiada?

- ¿podría?

- Claro, trabajo aquí y daré algunas clases en el verano de investigación

- ¿usted?

- Soy la profesora Kaioh, llámame Michiru

- usted será mi profesora

- así es…- sonríe la mujer de cabello turquesa mirando sonriente a la muchacha

- ¿ocurre algo?

- Eres idéntica a ella, comprendo porqué Rei te llamó así

Hotaru se encogió de hombros. Sabía de Hotaru Tomoe y del cariño que su madre le tuvo, tanto que la nombró en honor a ella.

- ¿cómo está Rei?

- eh, bien…ella está bien. ¿me muestra el acuario?

- Eres igual que ella, jamás le gustó hablar mucho de su vida diaria

- sigue siendo así, profesora

- entonces disfrutemos de nuestro recorrido, es para lo que has venido a Okinawa ¿no?

- estudié muchísimo para poder ser candidata para este verano, Señorita Kaioh, claro que a esto he venido.

La muchacha de ojos amatista caminó maravillada viendo aquellos hermosos especímenes q antes solo había visto en libros o videos, luego del recorrido consiguió escabullirse de las preguntas de la señorita Kaioh lo más pronto que pudo y se perdió en la cafetería del acuario para tomar algo fresco.


Ver una pecera detrás de otra era hermosa, pero sus pies lo estaban matando y moría de sed, al ver la cafetería se sintió encontrar un oasis en medio del desierto y no dudó en ir a comprar un café helado.

- Hola, tío- saluda el muchacho de ojos dorados cuando su celular suena- he venido al acuario, si… es agradable, te gustará cuando lo conozcas, claro que si..yo…- sus palabras fueron interrumpidas por un suave aroma a Sándalo y lavanda que impregnó su nariz, había algo en el aroma que le resultaba familiar y seductor, se giró para encontrarse con una chica a unos metros de distancia que bebía un té helado con limón, totalmente perdida en la vista de una mantaraya que nadaba a un par de metros de ella, era la misma chica del aeropuerto y quiso acercarse para resolver su duda sobre su identidad pero tropezó con una anciana y la hizo caer, ella estaba enfurecida y comenzó a golpear al muchacho, cuando pudo librarse de tantos golpes, la misteriosas ninfa había desaparecido.

Praga:

La mujer de cabellos negros observaba atenta el fondo de una piscina mientras mantenía un cronómetro en la mano, vio salir de la piscina a un hombre bronceado de perfil griego y un par de segundos después a un muchacho de ojos amatista, aplaudió y entregó una toalla al muchacho que la recibió con gusto mientras se envolvía y aceptaba una botella de suero hidratante.

- casi lo vences por unas décimas, hijo.

- Casi, Oka San. Necesito entrenar más

- Basta de entrenamientos por hoy, Raymond. Estoy agotado- se incorpora Michael acercándose, aun escurre el agua por su esculpido abdomen, sonríe a Rei que lo mira de reojo y le lanza una bata para que se cubra, no puede evitar causarle diversión el ver la incomoda reacción de la pelinegra.

- si, Ray. Michael no es tan joven como lo era hace unos años, debes darle una tregua, querido

- ja, ja, Señorita Hino, eso fue doloroso.

- ¿antiacidos para su estomago? ¿algún ungüento para su artritis?

- Eres muy cruel.

- lo sé, lo soy.

- Raymond, luego de la ducha hay que entrenar un poco en el gimnasio, no basta con nadar.

- si, señor. - apoya Raymond y el teléfono de Rei suena.

- Hola, pequeña Cho. ¿está todo bien?- saluda la pelinegra tomando la videollamada de su hija.

- Oka san, Okinawa es precioso, te encantará

- ¿ya saliste a recorrer?

- fui al acuario y conocí a mi nueva profesora, es genial, dice que te conoce

- ¿me conoce? Hace más de una década que no piso Japón

- Es la señorita Michiru Kaiou, es muy linda y me ubicó solo al verme, creo que si me parezco mucho a ti

- Hotaru, por favor..

- seré discreta, lo sé Oka San. No te preocupes, no le dije nada

- Hotaru ¿conociste a alguna chica linda para presentarme?- interviene Raymond

- Aun no, hermano, pero prometo encontrarte a una linda chica digna de ti- asegura la muchacha- Michael ¿estás cuidando de mi madre?

- tal como lo prometí, señorita Chiba

- no la dejes saltarse comidas, suele olvidar comer a menudo

- No soy una niña pequeña- se indigna Rei

- no, no lo es. Por lo mismo justo en este momento iremos a comer algo

- Michael, convéncelos de venir a verme, los extraño mucho y no tengo más de un par de días aquí

- te prometo que así será, preciosa. ¿estas bien instalada?

- oji San me puso todo en orden en el departamento, no me falta nada, así que no se preocupen, lo único que me falta son ustedes conmigo

- disfruta Okinawa, Hotaru, recuerda que tu abuelo está a unas horas y yo tomaré el primer avión apenas y lo necesites

- si, Oka san. Lo sé

- Es tu sueño y luchaste mucho para conseguir la beca de tu verano de estancia, quiero que te concentres en eso y no en lo que no está ahora a tu lado.

- así será- acepta Hotaru para luego despedirse y mandar besos a toda su familia y a Michael por teléfono

- ¿aceptan mi invitación?

- yo si, iré a darme una ducha, los veo en un momento- dice Raymond para salir corriendo para dejar sola a la pelinegra y al hombre a su lado

- luces demasiado tensa, Rei

- lo estoy, sé que se encontrará con su padre

- te ha dicho que no lo hará

- sé que no lo hará, pero el destino es muy cruel y sé que mi hija va a encontrarse con Darien

- eso sería imposible, él vive en Tokio, tu hija está en Okinawa y no tendría tan mala suerte

- será…

- las cosas deben de pasar, solo espero que ella esté preparada para lo que viene

- por eso insististe tanto en hacerla ir a otros sitios a hacer su investigación para la universidad

- si, así es, pero no puedo seguir manipulando el destino, sé que esto pasará tarde o temprano

- oye, si le pasa algo Hotaru te juro que yo seré el primero en intervenir para cobrarle a los responsables

- suenas como un padre- se burla Rei

- no soy su padre, pero estuve al lado de esa niña desde su primer día de jardín de niños y vi nacer a Raymond, de verdad adoro a tus hijos

- lo sé, gracias por eso, Michael

- ¡Michael, Oka san, muero de hambre!- grita el muchacho de cabellos negros ya ensartado en un pantalón deportivo

- debe ir a bañarse, profesor…

- lo haré, no tardo, puede observar si gusta, señorita Hino- se burla el europeo alejándose y tirando su bata al camastro mientras se aleja a las duchas, Rei solo ríe al ver el perfecto trasero de aquel hombre, no lo amaba, pero definitivamente tenía un cuerpo perfecto que cualquiera disfrutaría observar.

Tokio:

el médico de cabellos negros se encontraba en su consultorio revisando un par de expedientes de un par de pacientes cuando la paz de su concentración fue interrumpida.

- ¡hola, papi!- grita una chica de cabellos rosas y largas coletas que corre al interior del consultorio para abrazar a su padre repetidamente

- hola, princesa ¿cómo estas?

- feliz, muy, muy, muy feliz

- ¿no hubo clases en el colegio?

- Salí temprano

- claro…

- es verdad, suspendieron las clases

- no entiendo porqué pago una factura tan cara del colegio si nunca tienes clases

- es algo divertido, padre, no todo es estudiar

- oye…claro que lo es, estas en la secundaria, deberías de enfocarte en tus estudios, cuando menos lo pienses será hora de ir a la universidad y no tendrás el promedio

- ¿ya estás regañando a tu hija? deja que se divierta, Darien- interrumpe una mujer rubia apareciendo sin tocar la puerta

- no la reprendo, pero sus estudios son importantes

- deberías contarle a tu padre que las clases se suspendieron porque dieron los nombres de la ganadora del certamen de belleza

- si, y fui yo

- ¿en verdad? Es maravilloso

- lo sé, estoy feliz, y…quiero celebrarlo

- bien, te llevaré a cenar a dónde tu elijas

- no es eso lo que estaba pesando…

- ¿quieres ir de compras? ten mi tarjeta de crédito, tu madre puede acompañarte y puedes elegir lo que quieras- sonríe el pelinegro y la muchacha toma la tarjeta

- gracias, aunque no es lo que iba a pedirte

- ¿Qué es lo que va a pedir la princesa?

- muero por unas vacaciones, quiero ri a Okinawa, asolearme, bañarme en el mar

- Hotaru…

- por favor, padre, hace años que no nos llevas de vacaciones, además a mamá y a ti les caería bien un respiro

- Rini…

- vamos…hace años que no tenemos un viaje familiar, solo di que si

- imagino que tienes razón, organicen el viaje tu madre y tú

- gracias, papi, eres el mejor. Por cierto, tomaré tu oferta de la tarjeta de crédito para comprar mi guardarropas de verano, te amo- dice la joven mientras besa a su padre y sale corriendo del consultorio dejando a sus padres a solas

- muy considerado de su parte, doctor Chiba

- no es necesario el sarcasmo, Serena.

- sé que lo intentas, pero si tu rostro mostrara un poco más de emoción al saber que pasarás tiempo con tu familia sería genial

- estoy tenso, la verdad tengo mucho trabajo y…

- he oído esa historia, iré con tu hija de compras, te veré en la cena

- es que tengo…

- una cirugía, claro. nos veremos después, adiós

- Serena…

- Darien, estoy harta de tus excusas, las conozco todas, tengo más de una década escuchándolas, solo iré con tu hija de compras y por dios, compra una sonrisa falsa en sus vacaciones, , ella merece pasar unos días feliz

- lo haré, que tengas un buen día, Serena

- buen día, doctor, Chiba- se aleja la rubia molesta

Darien observa a la rubia alejarse furiosa y no dice una palabra, no hay mucho que pueda decir, ha discutido con ella cientos de veces y sabe que jamás conseguirá llegar a un acuerdo con ella.

Okinawa:

El joven de ojos dorados se encontraba en el hotel con una toalla sobre su cintura y otra en la mano para secar su cabellera mojada, aquel aroma embriagador lo hizo viajar a tiempos muy lejanos, tiempos que estaban grabados en un extraño lugar de su cerebro pero que no son claros.

- Helios

- tío

- llevo rato hablándote, ¿dónde estás?

- es que…vi a una linda chica en el acuario, parecía un hada, una mariposa una...

- debió ser muy linda

- era hermosa

- deberías de buscarla en los hoteles de Okinawa, no creo que sea tan difícil encontrarla

- ¿lo crees?

- si, si era tan especial

- ¿encontraste lo que estabas buscando?

- nada en concreto

- ya veo…

- Helios, me gustaría que disfrutaras Okinawa, en otoño entrarás a la universidad y estarás demasiado ocupado para poder escaparte a ver algo así

- aun no elijo la universidad para pedir mi cambio, tío

- elegiste Japón, solo debes elegir la escuela

- lo sé, te agradezco por ayudarme a salir de Londres, no soportaba más ese ambiente

- Japón es muy conservador también, no esperes un mundo liberal

- hay algo aquí que me atrae, no sabría explicártelo

- quizás es esa ninfa de la que hablas

- quizás ¿crees que el destino nos vuelva a hacer tropezar?

- tu padre siempre decía que al destino hay que ganarle la jugada de vez en cuando

- ¿y cómo le ganas al destino?

- adelantándole, creo yo.

- gracias, tío.

- pero por favor, vístete. Sé que es la playa pero no pienso sacarte vestido así, somos caballeros


Luego de nadar lo suficiente en el mar, Hotaru se preparó una ensalada de lechuga con pollo asado para comer, la muchacha disfrutaba el paisaje y decidió sentarse al balcón con su cello para tocar un poco de música al ritmo de las olas el mar, la nostalgia aparecía en todas las notas de su canción, una nostalgia que no sabía exactamente de dónde venía pero había una parte en el interior de su ser que la hacía sentir así.

Hubiera podido continuar con su concierto durante horas pero el timbre en la puerta de su departamento la interrumpió, tuvo que ponerse de pie y abrir, casi se quedó muda al ver a su maestra de biología marítima en la puerta.

- Señorita Kaioh

- creo que te he interrumpido- sonríe la mujer de cabello turquesa que no espera a ser invitada y pasa al departamento

- ¿cómo supo que vivo aquí?

- pregunté a la universidad tu dirección, quise venir a traerte algo de bibliografía para el curso que tendremos

- le agradezco, profesara, no era necesario que viniera hasta acá

- quise venir a ver que estuvieras bien, es lo menos que puedo hacer por la hija de una vieja amiga

- claro…- responde la joven no muy convencida- ¿desea un poco de té helado?

- te agradezco- responde la mujer de cabellos turquesa mientras comienza a recorrer el departamento ignorando a la muchacha que da unos pasos hasta la cocina- así que tocas el cello

- si, desde pequeña

- se escuchaba muy bien, aunque hayas tomado clases privadas no tendrías ese nivel musical al menos dedicándote profesionalmente y es obvio que no lo haces por tu alto nivel académico

- el novio de mi madre me ayudó mucho, él es muy bueno- miente Hotaru intentando que la mujer de ojos azules pierda interés pero pasa lo contrario

- ya veo, Rei volvió a enamorarse, creo que le debo a Haruka una cena

- ¿disculpe?

- Le aposté a una vieja amiga que tu madre jamás volvería a enamorarse de otro hombre luego de tu padre, creo que me ganó

- las personas nunca sabemos qué hay en el corazón de los demás.

- claro que no, ¿tienes alguna fotografía de Rei? Hace más de quince años que no sé de ella

- estoy cerca de cumplir dieciocho y no recuerdo haberla visto nunca

- es una historia agradable, algún día puedes venir a visitarme y te la contaré

- no es bueno espiar en la vida de las demás personas, mi madre no es la excepción.

- tan discreta como ella, siento que la estoy viendo de nuevo aunque te pareces mucho a tu padre también

- Señorita Kaioh, no me gustaría ser grosera, pero ¿tiene algo más que decirme?

- claro que si. ¿sabes? me gustaría que me acompañaras a una gala que tengo, tocaré en el hotel Orienal Hills Okinawa, es un lindo lugar, podrías conocer personas y tocar con una de las mejores.

- no puede ser una de las mejores sin dedicarse de lleno a ello desde pequeña y por su carrera…

- chica lista, en mi caso tuve un talento nato desde pequeña, es solo que me dediqué a ambas de la forma más encantadora posible.

- entonces tengo mucho que aprender de usted

- lo harás. este es mi número celular, tengo el tuyo por la escuela, así que te marcaré más tarde para decirte la hora del recital que daremos

- no he dicho que sí

- eres inteligente, no dirías que no. Nos vemos después, Hotaru, da mis saludos a tu madre, imagino que hablan mucho

- todo el tiempo, señorita Kaioh

- tienes un hermoso corazón, tanto como lo eres tú. Interesante forma de llevar ambos apellidos, señorita Chiba

- prefiero usar el apellido de mi madre

- ¿qué diría tu padre de ello?

- preferiría no hablar de eso,

- pero…

- si no le importa no quiero hablar de eso.

- de acuerdo- acepta la bella mujer y sonríe- ¿Sabes? Haruka y yo iremos a dar.un paseo en nuestro bote, debes acompañarme, lo amaras

- pero es que yo...

- anda, te esperaré mientras te cambias, ver a las especies del acuario en su habitad natural no pasa todos los días, te será útil.

- pero...

- no aceptaré un "no" por respuesta. Te esperaré sentada aquí. Y es una orden como tu maestra.

- si, señorita

La muchacha de cabellos negros fue a su habitación, después de su madre no había conocido a alguien más insistente, sabía que debía ser cuidadosa si no quería decir más de lo necesario...


El joven de ojos dorados volvió a su cuarto de habitación y lanzó su chaqueta con coraje, el tío de este lo volteó a ver desde su escritorio sin prestarle mucha atención y volvió a sus papeles.

- es raro verte de mal humor, Helios

- he recorrido toda la isla, tío. estoy volviéndome loco, no he vuelto a ver a mi hada, tío. pregunté en todos los hoteles, volví al acuario y nada, ¡parece que se la tragó la tierra!

- tranquilo, Helios, no deberías de molestarte así, si es tu destino la volverás a encontrar, no deberías desesperarte

- tío, no estaremos aquí mucho tiempo, necesito volver a verla

- llamaron de la recepción para invitarnos a una gala esta noche, deberías de venir conmigo.

- no gracias, tío. Prefiero buscar a mi mariposa, tengo el tiempo contado

- apreciaría que estuvieras aquí, me interesa que conozcamos a algunas personas de Tokio para hacer algunas inversiones

- no me necesitas

- usa tus encantos.

- iré a la playa a buscar a mi mariposa, llevaré la cámara

- hace mucho que no tomas fotos

- pues tomaré varias, quizás la cámara vea algo que yo no y consigo encontrarla

- deja de obsesionarte con esa niña.

- ¿quieres venir?

- no, iré a una galería de arte a buscar algo para el departamento

- ya veo, te veré después

- por favor, Helios, no olvides llegar puntual

- lo haré…

El joven salió ensartado en sus pantaloncillos cortos, y su sombrero de paja y la cámara fotográfica, adoraría encontrarse con la bella mariposa de sus sueños, pero la verdad era que no estaba por ningún sitio, por lo que decidió tomar fotografías al mar y la playa, aunque no eran suficientes, aceptó la oferta de una compañía que le ofreció llevarlo a recorrer el mar en un paseo en bote, seguramente tomaría mejores fotografías y podría distraerse un poco.


La bella muchacha de ojos negros salió a flote para trepar por la escalera del bote a su lado, sonrió feliz y aceptó amable la mano de la persona que le ofreció su ayuda para subir

- gracias, Haruka- agradece la chica que es seguida segundos más tarde por otra mujer de cabellos turquesa que también sube la escalera aceptando la ayuda de la rubia para subir.

- te dije que sería un paisaje inigualable

- es fantástico, tantas especies, no puedo creerlo, sabía que existían, pero verlas…

- si, adoro pasar mis veranos aquí para poder ver a estas bellezas

- debe ser maravilloso poder estar todos los días así

- lo es, puedes venir con nosotras cada que lo desees- ofrece la mujer rubia.

- les agradezco

- anda, ven con nosotras a tomar un poco de sol, estás muy pálida

- no me agrada mucho tomar sol

- bueno, yo estoy sedienta, iré por unas bebidas y a ponerme otro bañador, ustedes pueden quedarse aquí- Michiru bajó las escaleras y dejó a solas a la muchacha de cabellos negros y a la rubia que vestía unos pantaloncillos cortos y una camisa holgada.

- deja de preocuparte por Michiru, puede indagar a menudo, pero no lo hace por molestar

- lo sé, es solo que no me gusta hablar de mi familia.

- respeto tu privacidad.

- usted no está interesada en saber de mi madre y nuestro pasado

- lo estoy, pero respeto que no quieras hablar de ello las cosas están como deben de estar supongo.

- usted ha visto a mi padre.

- si, algunas veces, no a menudo

- ya veo. Le agradecería…

- no hablarle de usted, no lo haré. No se preocupe,

- gracias- acepta la muchacha forcejeando con su traje oscuro

- ¿quieres que te ayude con ese traje de buzo?

- por favor, es demasiado incomodo fuera del agua

- encantada

Hotaru se puso de espaldas y la rubia caminó detrás de ella para ayudarla a sacarse aquellas incómodas ropas.

- gracias, Haruka, me siento libre- sonríe la muchacha ataviada en un pequeño traje de baño color violeta

- solo a ustedes les agrada estar en sitios como ese, y prefiero disfrutar el calor del sol

- el mundo submarino es fascinante, Señorita Tenoh, alguna vez deberías de bajar con nosotras.

- será después, iré a ayudar a Michiru con su traje

- las esperaré aquí, tomaré un poco de aire fresco

- disfrútalo, niña

La joven sonrió y asintió mientras caminaba al lado opuesto del barco, cerca había otro más con turistas y sonrió al ver que no estaba sola así que saludó a los turistas, no traía sus lentes de contacto y solo veía siluetas quizás si los hubiese traído puestos se habría percatado de que había un joven con ojos dorados observándola con sorpresa, terror y un dejo de lujuria al ver la perfecta silueta de la muchacha frente a él, el muchacho estaba clavado en su sitio, incrédulo ante lo que sus ojos acababan de presenciar, ese encuentro duró un segundo pero en su corazón se sintió eterno y efímero a la vez...


La paz de la Suite Oriental Hills fue interrumpida por el fuerte portazo que el muchacho de cabellos plateados dio, su tío que revisaba un par de papeles lo observó sobre las gafas de aumento sin prestarle mucha atención

- deja de desquitar tu coraje con esa pobre puerta

El casi siempre prefecto muchacho bufó y fue al cuarto de baño a darse una ducha, el baño no sirvió para calmar su coraje y el joven solo acató tirarse en un sillón de la terraza frente al mar pero el recuerdo de aquella visión en la playa lo pusieron más que molesto.

- No te veo hacer un berrinche desde que tenías cuatro años, es extraño verte hacer uno ahora que eres todo un adulto

- no estoy de humor

- lamento escucharlo, pero debes de empezar a arreglarte, hoy tenemos la gala

- no estoy interesado

- no es sobre interés, es sobre responsabilidad

- ¿responsabilidad? Es solo una gala, tío, puedes arreglártelo solo tú y tu maravilloso encanto, yo prefiero quedarme en cama

- quizás sea verdad, pero prometiste venir conmigo y así es como debe de ser, no olvides que eres un Blacky sobre todo un caballero, si diste tu palabra debes honrarla

- pero…

- por favor, Helios, ya te sentirás mejor más tarde, quizás la música te ayude a calmar tu mal humor

- no lo creo

- no me importa, vístete. Te veré en media hora en el lobby, iré al bar a beber un trago

El muchacho guardó silencio observando como su tío lo dejaba solo, en realidad lo hacía enfurecer el recuerdo de aquella bella muchacha con aquel rubio caballero, cómo hubiera querido estar cerca para correrlo, para hacer que quitara sus sucias manos de la perfecta espalda de su bella musa que estaba más que tranquila con la idea de que aquel hombre la desvistiera ¡cómo lo odiaba!


La bella muchacha de ojos amatista apareció en el hotel Oriental Hills Okinawa ensartada en su vestido color lavanda, era discreto pero remarcaba perfectamente su cintura y su perfecta silueta, su cabello iba recogido en un sencillo moño y solo usaba sus pequeños aretes de diamante como único adorno, se los regaló su madre la primera vez que se presentó ante un concierto, el vestido tenía pequeñas incrustaciones en Swarowsky pero con la mayor discreción, nadie pensaría que ese vestido costaría más que algunos departamentos en Praga, regalo de Michael para su último cumpleaños.

- dudo que tu padre siendo el celoso que es te permitiera salir de tu departamento viéndote vestida así, pequeña niña

- Mi padre no me ha visto en años, dudo que le interese algo como mi atuendo a estas alturas, Haruka

- tu padre siempre fue muy celoso cuando se trataba de tu madre, supongo que con su hija sería igual

- recuerdo muy poco de él, pero recuerdo que sus únicas discusiones con Oka San era por los celos de Otou San, aunque jamás llegaron muy lejos, se reconciliaban en cinco minutos

- lo imagino, debió ser interesante ver eso, es una faceta de tu padre que no recuerdo haber visto.

- era algo que veía todos los días.

- nunca lo he vuelto a ver hacer algo así, salvo cuando estuvo con tu madre

- ¿podemos ir con la señorita Kaioh? quiero ver si mi cello está bien

- lo está, cuando llegó al hotel me aseguré de que lo colocaran en un sitio seguro y que todo estuviera bien

- gracias, Haruka

- vamos con Michiru, seguramente querrá presentarte a algunas personas, esa mujer siempre tiene a quienes presentar.

- ella es preciosa

- lo es, casi un ser mitológico, Rei debe seguir siendo una mujer hermosa

- lo es, oka San es preciosa

- me encantaría verla

- ella no visita Japón hace mucho

- la comprendo, ven conmigo


En el bar del Hotel, un hombre de cabellos de noche y un muchacho de ojos dorados se encuentran en silencio, el joven no puede evitar verse visiblemente enojado.

- Helios, quita tu cara por favor- pide el tío al joven que viste su frac color blanco y que luce más serio que nunca

- me duele la cabeza

- bebe un trago y comienza a sonreír porque esto es trabajo- ordena el tío al muchacho

- bien…

El joven caminó junto a su tío intentando sonreír pero la sonrisa no llega a su rostro

- habrá un concierto, al parecer es una celebridad la que dará el concierto, te agradará

- no estoy de humor de música

- finge que lo estas, quiero conocer a algunas personas que nos ayuden para nuestros planes de negocios en Tokio

- claro…

- señor Black, el concierto está a punto de comenzar, puede pasar con nosotros para ocupar su lugar

- es una lástima que no puedas presentarme a nadie, tío

- si, veo lo terriblemente apenado que estás, intenta que no lo parezca

- claro, lo estoy

El joven de cabello plateado siguió a su tío buscando la forma de no lucir feliz al no tener que socializar con los invitados a la gala, como era de esperarse su sitio estaba hasta adelante, pero se sorprendió al ver a una hermosa mujer de cabello turquesa tocando el violín, pudo percatarse de que su tío estaba anonadado al ver a la bella mujer.

- tío, creo que necesitas cerrar tu boca

El hombre de cabello negro se sonrojó al ver a la dama de cabello turquesa, definitivamente parecía una sirena pero tocaba como las diosas y ayudó a Helios a perder su mal humor, aunque su mandíbula cayó al suelo al ver a la joven de ojos amatista y cabello negro ensartada en un vestido del color de sus pupilas tocando el cello, el mundo dejó de girar al ver a aquella frágil muchacha tocar con tanta maestría, no sabía que los ángeles fueran músicos, pero ese día lo había comprobado.

- Helios…

- ¿si?

- Helios…

- ¿qué?

- tu copa, se te ha caído

- ¿en verdad?

- Si

- no era tan buen vino

- parece que también te ha impresionado la calidad del concierto

- es muy buena y…. eh..¿ a dónde ha ido?

- ¿qué?

- mi musa, ¿a dónde fue?- interroga el joven al ver que la joven del cabello oscuro ha desaparecido

- Helios, toma asiento- pide discreto el de cabellos oscuros al ver al joven ponerse de pie

- debo ir al baño

- irás luego- sisea en voz baja el pelinegro pero el de cabello plateado se inclina provocando que la copa de vino tinto de su tío caiga sobre su traje claro

- lo lamento…debo ir a limpiarme…me disculpo

El joven se alejó de prisa hacia el baño pero su mirada buscaba con anhelo a aquella bella jovencita que parecía haberse tragado la tierra, no parecía estar por ningún sitio y terminó por rendirse y caminar hacia la playa, parecía que el cielo se había organizado en su contra y se sorprendió a ver a la bella muchacha de espaldas a él con la mirada perdida en la oscuridad donde debía de localizarse el mar, ella se dio cuenta de que no estaba sola y se giró asustada, ambo cruzaron sus miradas…

- tú…- apenas pudo susurrar el de ojos dorados al ver a la muchacha como una hermosa aparición del mismo mar, por un instante todo se congeló, por un instante todo fue perfecto...

Y lo callaron todo

Y lo dijeron

Una mirada los puso en el mundo

Vivieron un romance de segundos

Y lo callaron todo

Y se marcharon solos

Por un instante se sumo el amor

Quizás en otra vida corazón..

(Romance de Segundos, Miguel Inzunza)


¡Hola!

yo aquí de nuevo publicado a pesar de todo. Espero les guste el capítulo que como ven ya pasaro 15 añotes y muchas cosas cambiaron. Hotaru como buena Saturn abre la.caja de pandora y activa la segunda etapa de la historia...

mil gracias a Irais por.tu review siempre puntual, espero este capitulo.te agrade, que es de los que estaban enterrados.

Matona:

gracias por corretearme para publicar, mira que ya no vi mi dorama pero valió la pena, actualicé el mismo día.

mil gracias a los que han puesto esra historia en favoritos, a quienes la siguen y a quienes la leen en silencio, mil mil gracias.

con cariño:

La maga