Hijo de la luna

Capitulo 15

"el misterio de los ojos amatista"

La bella mujer de ojos amatista reposaba con su larga cabellera cubriendo su espalda desnuda sobre la cama, una sonrisa de felicidad invadía su rostro aun con los ojos cerrados, no era consciente de que alguien a su lado la observaba complacido

- si sigues mirándome así harás que me sienta incómoda

- ¿cómo se supone que estoy mirándote, Hōbijin?

- como si fuera un inmenso tazón de helado de chocolate- responde Rei sin abrir los ojos

- ciertamente quisiera comerte…- sonríe él acariciando la mejilla de la joven y esta por fin abre sus perfectos Orbes amatista para observarlo

- creo que comiste demasiado anoche, querido…

- de ti jamás tendré demasiado- sonríe él y ella lo mira sonriente

- ¿lo dices en serio?

- Claro que lo digo en serio,

- entonces lo tuyo es lujuria

- si, lo es, pero también es adoración, adoro verte así todas las mañanas

- ¿despeinada?

- con tus ojos viéndome a mi, solo a mi…

- Darien…

- hay algo en tus ojos color amatista que me hacer perderme

- ¿mis ojos, señor Chiba?

- sus ojos, señora Chiba, sus perfectos y embriagadores ojos, espero que todos nuestros hijos tengan tus ojos.

- ¿todos? ¿quieres ser más específico y decirme qué quieres decir con "todos"?

- pues…nuestros cuatro o cinco hijos

- ¿cuatro o cinco? ¡por el gran kami!- se asusta la joven- esos son demasiados, no tengo el plan de Makoto de llenar todo Tokio con chicos rubios

- espero que no- dice serio el médico- preferiría que fueran pelinegros y de ojos amatista

Rei observó la reacción celosa de su pareja y rió divertida al descubrir que seguía siendo el hombre celoso y posesivo de siempre.

- definitivamente, querido, no imagino vivir esa experiencia con ningún otro hombre que no seas tú. pero podríamos reducir el número a uno

- ¿uno? Claro que no, preferiría que fueran al menos tres

- eso lo negociaremos con el tiempo, pero será después, mucho después

- cuando tú te sientas lista, a fin de cuentas no pretendo ir a ningún lado ¿y tú?

- con la delicia de desayunos que me preparas….tendría que estar loca

- solo te gusto porque cocino bien

- y por tu lindo trasero

- ¿mi lindo trasero? ¿no mis ojos o mi sonrisa, señora Chiba?- refunfuña con una falsa molestia el médico tras ponerse sobre el cuerpo de la mujer de sus sueños, haciéndose espacio entre sus piernas, Rei coloca sus manos en el trasero de Darien y lo sujeta con fuerza

- no, definitivamente su lindo trasero, señor Chiba

- mi lindo trasero y yo le pertenecemos, mi señora…

- lo sé…- argumenta con malicia la joven de ojos amatista tirando del rostro del de ojos azules para besarse, aquella mañana la pasarían en la cama, como muchas otras mañanas de Domingo.

Tokio:

- Darien, despierta- escucha una voz chillante el de ojos azules que muy a su pesar lo hacen saber que no está más en su sueño

- mmhhmm

- te quedaste dormido

- lo lamento, me iré al hospital y…

- estas de vacaciones. Hoy es el viaje a Okinawa ¿lo olvidaste?

- ah, si…yo, hare mi maleta

- Rini la hizo por ti, solo date una ducha y vayamos al aeropuerto, bajaré a desayunar con tu hija

- ¡papá, levántate!- grita la chica de cabellos rosados entrando estrepitosamente a la habitación de sus padres

- Rini…

- ¡vamos, sol, arena, playa, comida!

- creo que tenemos tiempo

- apresúrate, papá, quiero llegar al mar cuanto antes

- está bien, las veré abajo, no tardaré, solo es algo de arena

- muero por ir a ese pedazo de arena

- bien, entonces me ducharé, no tardo

- Rini, vamos a la cocina- pide la madre de la joven haciéndola salir de la habitación

- si, pero no olvides que debemos estar a tiempo.

- no lo olvidaré, pequeña..

- te quiero, papi

- y yo a ti, Rini. apresurémonos y toma tu desayuno

- lo haré.

Cuando el pelinegro se quedó a solas entró a la ducha a darse un baño, agradeció tener agua fría porque luego de ese sueño en verdad lo necesitaba, más de una década había pasado y los sueños con su ex esposa, a la que odiaba, a la que no quería volver a ver por el resto de su vida eran cada vez más recurrentes, quizás no lo aceptaría pero ese odio que sentía por su ex mujer se parecía bastante al amor…

Praga:

Rei emergió de sus sueños bañada en sudor, era una de esas noches en las que volvía a soñar con Darien, ese era un sueño común para ella, pero prefirió salir a correr un poco para calmar sus ánimos, soñar con Darien era algo bastante común para ella y también la energía que despertaba en ella, no le sorprendió encontrarse con Michael en el mismo parque que ella, a menudo lo encontraba allí, parte del cuerpo de dios griego del profesor Michael Von Waldstein venía de los ocho kilómetros que corría todos los días, el resto del par de horas que pasaba en natación y pesas, el hombre de cabellos castaños corrió a alcanzar a Rei en cuanto la vio en la pista, Rei sonrió al verle y en cuanto ella vio que el entrenador de su hijo se acercaba decidió no dejarse ganar, tal como lo esperaba Michael decidió lo mismo pero la bella pelinegra era tan ligera como terca por lo que terminó ganándole al elegante profesor, el nada sorprendido europeo invito a Rei una bebida hidratante y a tomar asiento frente al lago al lado de la pista.

- luces tensa hoy, Rei

- tuve un par de pesadillas bastante incomodas

- ¿quieres contarme?- invita el alto bronceado y Rei se sonrojó al recordar la intensidad de su sueño

- eh, no…no me gustaría recordarlo

- ¿qué fue lo que soñó, Señorita Hino?

- solo cosas que alteraron mis nervios

- no me contarás- sonríe él- ¿quieres venir al departamento a desayunar?

- no puedo, es que…

- No es día de escuela, Raymond está en su cama durmiendo, Hotaru en Okinawa, tú no trabajas hoy y sabes que puedo prepararte un omelet delicioso.

- estoy sudada y desarreglada

- tengo de conocerte lo que tiene Raymond de edad, te he visto despeinada, sudada y dando a luz si mal no lo recuerdo. si quieres puedes darte una ducha en casa mientras preparo tu desayuno, secamos tu ropa y ya está

- todo lo resuelves tan fácil

- siempre es así, la vida es sencilla, Rei, nosotros somos los que la complicamos

- hoy si necesito olvidarme de muchas cosas, Michael, acepto tu propuesta, pero..

- Raymond me envió mensaje diciendo que iría a nadar con sus amigos y pidiéndome mi bote

- y le dijiste que si

-obviamente, esos ojos amatista tienen un poder en mi, ya sean los tuyos o los de tus hijos

- ¿de verdad?

- hay un embrujo en ellos, uno que les heredaste

- Raymond te envió mensaje, no lo viste en vivo

- pues si, pero imaginé su rostro triste diciendo que no

- estas malcriando a mis hijos

- también puedo malcriarte a ti si me lo permites

- no…jamás ha sido buena idea eso de malcriarse

- bien…te prepararé un desayuno mal preparado en insípido

- Michael- hace un puchero la pelinegra

- solo bromeo, anda, vamos. necesitas tomar una ducha

- si, vamos…

La pelinegra aceptó el brazo de su amigo, Michael le había ayudado bastante aquellos años, no sabía cómo hubiera logrado salir adelante sin aquel ángel de la guarda que aunque ella no había aceptado nunca, moría por tener solo una oportunidad a su lado.

Okinawa:

El joven de ojos dorados se revolvía en su cama, la cabeza le daba vueltas y se sobresaltó al sentir algo helado sobre su piel, eso lo hizo salir de la cama y gritar, su tío lo observaba serio con una jarra vacía de agua con hielo.

- ¿qué te pasa, tío? ¿estás loco?

- Helios, es medio día, no me escuchabas, no podía despertarte así que tuve que usar un método drástico

- no tenías que ser tan radical

- estabas bastante inquieto

- estaba teniendo un buen sueño

- ¿con tu chica misteriosa?

- Ella no es más un misterio, tío, fue real, ella existe

- y desapareció mágicamente anoche entre las olas del mar

- pues, algo así

- creo que empezaré a medir tu consumo de alcohol, Helios, creo que no distingues la realidad de los sueños

- lo hago, y mi hada fue muy real

- tu hada, tu musa, tu ninfa… ¿algo más que quieras añadir?

- mi ángel…

- debo conocerla algún día

- si, así será, tío, cuando vuelva a encontrarla la sujetaré con fuerza y me aseguraré de que la conozcas

- solo entonces te creeré que alguien así de perfecto puede existir

- existe, y te sorprenderá como a mi, esos ojos…

- no creo que existan unos ojos como aquellos de los que hablas

- lo verás- sonríe el joven y corre al baño para darse una ducha, quizás tenga suerte y encuentre a la bella muchacha

Departamento de Hotaru Chiba:

La delgada muchacha de ojos amatista terminaba de secarse el cabello cuando la puerta sonó estrepitosamente, le sorprendió que la paz terminara de ese modo, ni su abuelo ni nadie que conociera haría algo así, al abrirla sonrío al responder sus preguntas.

- Sayuri…

- La bella Sayuri Hansford, hola amiga

- ¿cómo supiste dónde estoy?

- interrogué a tu abuelo hasta que lo convencí

- él jamás puede negarte nada, anda pasa, pasa- sonríe la pelinegra dejando pasar a la chica rubia de ojos verdes que venía con dos maletas enormes- no has viajado ligera

- vine a pasar el verano contigo

- ¿en verdad? Eso es fantástico- se emociona Hotaru corriendo a preparar un poco de té

-si, sé que tu harás tu verano porque adoras eso pero yo disfrutaré de la playa y te haré salir a que tomes algo de sol

- ya tomé algo de sol, fui a navegar con mi profesora y su novia

- seguramente fuiste a ver especies de peces

- si….

- te llevaré a ver especies de chicos

- Sayuri

- ¿qué? estas de vacaciones, Okinawa es un sitio donde hay turistas de muchos lugares, así que disfruta

- es que… conocí a alguien

- ¿la seria Hotaru Chiba conoció a alguien? ¿dónde fue eso? Como me digas que en un libro de nuevo…

- no, no fue en un libro, aunque… era lindo

- ¿en verdad?

- lo era…lo conocí anoche en un recital

- ¿otra vez tuviste tu ataque de pánico escénico?

- si, lo tuve, justo después del concierto me dio mucho miedo y sentí que no podía respirar, corrí a la playa para estar sola y él llegó

- ¿y?

- me preguntó si estaba bien…

- ¿le dijiste que si?

- no lo sé

- ¿no lo sabes?

- me dio el ataque de pánico y me desmayé, cuando desperté Haruka y Michiru me tenían en el camerino e hicieron que el médico me viera

- ¿preguntaste por él?

- ninguna de ellas me supo decir que nada de él y me trajeron a casa

- ¿Cómo sabes que fue real?

- Lo fue, Sayuri, lo fue…

- ¿te pareció lindo?

- mucho, él era todo un caballero

- ¿te da curiosidad? ¿sería algún turista?

- claro que lo era, era un chico muy lindo, no era japonés y menos local

- ¿lo buscamos?

- ¡Sayuri! Claro que no, no es buena idea, sería como encontrar una aguja en un pajar

- ¿recuerdas la vez que perdí tu prendedor? Pues… lo encontré ¿no?

- si, claro que si.

- puedo encontrar a ese chico- sonríe la rubia sacando su libreta- cuéntame como era y yo lo dibujaré y será más fácil

- Sayuri

- anda, tú no tendrás que hacer nada, sé que tienes que ir a tus clases y yo tendré todo el tiempo libre, será como resolver un caso, como cuando éramos pequeñas

- bien, solo porque quiero que estés ocupada y no destrozando el departamento

- por supuesto

La rubia sonrió y Hotaru comenzó a contarle cómo era aquel chico que había encontrado aquella noche, quizás había sido un momento muy breve, pero lo recordaba como si lo hubiera fotografiado en su cerebro, Hotaru agradeció tener a Sayuri en su vida, era como una prima y aunque apenas era unos meses más chica que su hermano pequeño era tan madura como una chica de su edad, generalmente pasaba grandes momentos con ella, ese no fue la excepción.

Aeropuerto de Okinawa:

La muchacha de ojos color rubí disfrutaba del aeropuerto, hacía mucho que no salía y tenía años que no salía con sus padres, por lo que no podía sentirse más feliz.

- ¿estás feliz, Rini?

- Claro que si, padre, moría por tener unos días con ustedes, esto es tan lindo ¿nuestro hotel también lo es?

- lo es, el mejor de la isla para la princesa- asegura el pelinegro sonriéndole

- ¡eso es genial, conoceré a chicos muy atractivos y…!

-¿qué no deseabas pasar tiempo con nosotros?

- Bueno, si, eso también ¿estás feliz, mamá?

- Lo estoy, en el hotel hay bufete todo el día, no me aburriré para nada

- Deseabas pasar tiempo con papá también ¿no? Será como su segunda luna de miel

- Dirás primera, porque jamás tuvimos una- lanza con dolor la rubia

- ¿por qué no, padre?

- Llámame papá, no me acostumbro a esa moda tuya de llamarnos así

- Papá, ¿porqué no tuvieron una luna de miel?

- Bueno, tu madre no estaba muy bien de salud, luego naciste tú y…no había más felicidad para mi que tenerte a mi lado

- Entiendo que mamá esté molesta contigo, cuando yo me case quiero ir a Ibiza o a algún lugar soleado, con música, fiesta, chicos

- ¿chicos? Señorita, creo que el aire del avión te ha dejado algo confundida, anda, el taxi espera por nosotros

- Si, es una pena que luna no esté con nosotros

- Si…es una pena que el hotel no permita animales- finge preocupación el pelinegro

- Claro, te duele bastante. Iré por un analgésico, te espero en el estacionamiento- dice la rubia alejándose

- ¿qué le pasa?

- Creo que no durmió bien

- Eso parece.

La joven y su padre siguieron caminando y charlando divertidos sobre la agenda que tenía planeada la muchacha de cabellos rosados, pensaba divertirse y estaba decidida a ello.

Praga:

La mujer de cabellos negros regresó a casa, como era de esperar su hijo estaba fuera, al ser un adolescente y el desayuno con Michael se había vuelto una comida que se volvió una tarde de cine y una cena, Raymond pasaría la noche con sus amigos así que Rei se quitó las zapatillas y se sirvió una copa de vino para disfrutar de la vista de Praga, puso la música instrumental del último concierto de su hija, en realidad era buena y no comprendía de dónde pudo haber heredado tal talento musical, Darien era bueno al piano y ella era buena cuando practicaba en el templo pero Hotaru era un verdadero genio de la música y jamás había tenido que esforzarse, así parecía ocurrir todo para ella, al igual que para Raymond era sencillo. Era afortunada al tener esos chicos con ella y no podía dejar de preguntarse si Darien estaría igual de feliz al ver lo maravillosos que eran esos chicos, quizás habría seguido torturándose con el futuro que ella eligió no vivir pero su paz fue interrumpida por el sonido de su celular.

- Mako Chan

- Hola, desconsiderada.

- ¿puedo saber porqué el calificativo?

- Has estado muy callada últimamente y no me has contado qué ha pasado con el galán eterno enamorado que tienes en Praga.

-No es mi eterno enamorado, Mako chan, es mi amigo.

- Claro, claro. Llámalo como quieras, ¿me darás informes?

- Fuimos a desayunar hoy y pasamos todo el día juntos, como siempre.

- ¿por fin dijo algo?

- Nada. Sabe que no obtendrá alguna respuesta satisfactoria, Makoto

- ¿cuánto tiempo más pasarás así, Reiko?

- ¿así?

- Ese hombre ha estado a tu lado y te adora, te lo diré una vez más, intenta ser feliz. Carajo, él es un hombre fantástico, claro que podrías construir algo maravilloso a su lado, él te adora.

- Me he retirado del amor, Makoto, lo sabes.

- He respetado que decidieras dejar a Darien por tus motivos pero jamás aceptaré que te entierres en vida.

- No me entierro en vida

- Lo haces

- Dime que llamaste para otra cosa más que para sermonearme

- Pues de hecho si.Sayuri está con tu hija ahora

- Eso es genial

- Pensé que sería bueno pasar un par de días con ellas, deberías de venir

- No pisaré Japón de ninguna manera, si eliges otro destino

- Japón es inmenso…bueno no tanto pero no te encontrarás con Darien, sería muy mala suerte

- No tentaré al destino

- Temes demasiado, ¿Cómo te encontrarías con él? El señor workhalcoholic nunca sale de Tokio, casi vive en el hospital, anda. Podemos invitar a tu enamorado platónico.

- No es mi enamorado platónico

- Entonces invítalo

- No iré.

- ¿te quedarás a aburrirte en ese lugar frío y feo?

- Praga es hermoso

- Y helado

- Makoto

- Reservaré un par de habitaciones para el próximo fin de semana, te enviaré la información

- No

- Te gustará el hotel, lo prometo, elegiré el mejor

-Tenemos un departamento, puedes hospedarte allí. Pero yo no iré.

- No, no sería divertido y tú irás con nosotros, seremos muchos

- Cuéntame algo lindo mejor, ¿están todos bien?

- De maravilla, te gustará el nuevo lugar cuando lo veas el próximo fin de semana

- ¡No iré, Makoto!

- Claro que si, ya hice compras, invita a ese enamorado tuyo, es agradable y siempre le gusta lo que cocino

-A todos les gusta como cocinas y no es mi enamorado, es mi amigo

- Claro, Claro…lleva a tu amigo enamorado, ya casi enseña a Andrew a usar los cubiertos

- Raymond no puede ir.

- Raymond puede cuidarse solo, creo que mejor que ustedes dos

- Estaré ocupada

- No es verdad, ya revisé tu agenda y cancelé las citas, hay espacio

- Makoto Kino, deja de meterte a mi agenda electrónica y modificarla

- Algún día lo haré, pero no hoy. Te mando por correo las confirmaciones de los vuelos.

El teléfono arrojó su sonido mudo indicando que la castaña había decidido terminar la llamada y como siempre se las arreglaba para enredar a su amiga en las locuras que le venían a la mente, justamente por eso ahora estaba donde estaba, sin ella quizás la vida sería muy diferente.

Okinawa:

La bella muchacha de ojos amatista caminaba por el acuario fascinada observando a los imponentes animales frente a sus ojos, caminaba con su Tablet comparando sus notas con los animales frente a sus ojos, esas pupilas amatista estaban dilatadas ante tanta majestuosidad.

- Parece gustarte bastante el acuario

- Señorita Tenoh- se sorprende la joven

- Haruka, solo Haruka, por favor, pequeña. Eres tan propia como tu madre

- Oka San es así- sonríe la muchacha- ¿la recuerda?

- Era una Miko muy linda y una colegiala muy disciplinada, Lucía linda en uniforme, más de una vez descubrí a tu padre espiándola desde la esquina del colegio.

La muchacha sonrió y tosió discretamente sintiéndose incómoda

- Lo lamento, Michiru me advirtió que no debo hablar del tema de tu padre

- Preferiría no hacerlo. No me gusta hablar de Otou San, aunque es un buen hombre y tengo buenos recuerdos de mi infancia.

- Lo entiendo…Michiru me pidió que te invitara a cenar a nuestro departamento, quiere mostrarte su acuario, se enorgullece de él

- Si…bueno, les agradezco pero, mi prima vino a visitarme y le prometí salir con ella a recorrer el lugar

-Tráela contigo

- No,no, no. Mi prima es toda una Hansford, No me atrevería a llevarla a un lugar donde hay antigüedades de mil años y cosas que se rompan

- ¿Sayuri Hansford? Si, creo que sería buena idea saludarla en algún lugar menos peligroso, estoy de acuerdo, Mc Donalds quizás… algún lugar lleno de esponjas

-Creo que conoce a mi prima

-La he visto alguna vez y casi se quiebra mi brazo, mi auto jamás fue el mismo, tuve que venderlo, era un Ferrari precioso.

-Si, esa es Sayuri Hansford.

- Salúdala de mi parte.

Hotaru volvió a su departamento esperando encontrar a Sayuri preparando algo delicioso de comer o quizás un par de pizzas, pero no estaba preparada para encontrar al mismísimo Takahashi Hino sentado en la sala del departamento bebiendo un trago de Whisky y viendo a Sayuri contar a grito abierto cómo había tenido una discusión con el guardia de seguridad del aeropuerto a su llegada.

- Y le dije, abuelo "no me quitaré mis gafas de sol, el mundo no puede ver mis ojeras"

- Eres una jovencita atrevida

- Lo soy. Pero no podía permitir que alguien me viera así, abuelo, casi soy tan nieta tuya como Hotaru y Raymond, imagina que vieran a la nieta del Senador Hino desarreglada

- Imperdonable, pequeña-Se ríe el senador percatándose de que Hotaru está allí- Y ahí está mi hermosa estudiante.

- Oji San, solo es un interinato, nada importante

- Pero te servirá algún día para entrar a la mejor universidad de Japón

- ¿Japón? Oji San, tuve que discutir durante meses con argumentos fuertes con mi madre para poder venir por un mes, imagina el convencerla de hacer la universidad aquí

- Si, imagino que tu madre no cedería ni en mil años, pero podemos trabajar en ello, algún día, quizás la convenzamos. Si tan solo tu padre no viviera en Tokio ustedes podrían venir a vivir con este pobre anciano.

- Sigamos soñando, Oji san.

- ¿me permiten invitarlas a cenar?

- Creí que cenaríamos pizza en casa

- No, hoy no. Hoy debo celebrar con mi pequeña nieta el verla

- Me viste hace muy muy poco tiempo, Oji San

- También tengo unas reuniones y conferencias en un par de días, así que debemos aprovechar el tiempo juntos.

- Si, abuelo- Se emociona la rubia muchachita de ojos verdes- invítanos a cenar

- No es necesario, Oji San. Podemos pedir Pizza

- No muy a menudo veo a mi nieta o a mi nieta adoptiva, así que…las sorprenderé, usen sus mejores vestidos, chicas.

- ¿cenaremos Sushi?- Sonríe la de ojos verdes

-¿eso te gustaría, Sayuri?

-Sería lindo aunque soy una Hansford, puedo comer lo que sea, abuelo.

- Solo vístanse lindas. Les encantará el lugar al que iremos.

--0--

La rubia mujer de ojos azules disfrutaba del sol ensartada en un perfecto traje de baño de diseñador, su hija por su parte se encontraba sentada en el bar de la alberca, charlando con un rubio chico evidentemente americano, El médico de ojos azules analizaba su Ipad mientras se relajaba un poco.

- No va ser diferente de la vida en Tokio ¿verdad, Darien?

- ¿ehh?

-Estamos solos en Okinawa y tu lo único que piensas es en trabajar

-Serena, estabas dormida tomando el sol. Creí que no te molestaría

- Ese es el problema, tu siempre "piensas" que no me importa, que no quiero hacer algo…siempre piensas por mi.

- Bien, bien- se molesta el pelinegro dejando de lado su Ipad- ¿qué quieres hacer, Serena? ¿hablar?

- No quiero hablar contigo, idiota. Estoy harta de ti y tu forma de hablarme, tan condescendiente como siempre.

- Este viaje, fue tu idea, ¿qué estoy haciendo mal?

- El perfecto Darien Chiba, Darien Chiba el que saca de apuros a una chica embarazada, Darien Chiba el que le da un hogar a su exnovia con la cabeza frita, siempre tratas, Darien, siempre.

- ¿entonces qué demonios estoy haciendo mal?

- Nada, tu nunca haces nada mal, señor Chiba. Eres un perfecto actor como lo fuiste siempre, pero jamás te creo lo suficiente.

- ¿puedo saber a qué se debe este reclamo de la nada?

- ¡papá, Mamá!- interrumpe Rini corriendo y sentándose sobre la silla de su padre- acaban de hablarme de un lugar excelente ¿podemos ir?

- Rini…

- Vamos, por favor…son vacaciones y quiero hacer algo digno de una familia

- Si tu madre está de humor estaré encantado de llevarlas

Serena miró molesta a su esposo y luego le regaló a ambos su más perfecta y actuada sonrisa

- Por supuesto, querido, me encantará la idea de compartir el tiempo con mi familia.

- Vamos, madre. Aparté un par de sesiones en el Spa, empezamos en media hora

- No es necesario, Rini, la verdad…

- La verdad, estas muy tensa. Un buen masaje te gustará ¿podemos, padre?

- Cárguenlo a mi tarjeta y las veré a las ocho en el recibidor, haremos lo que tu quieras, pequeña.

- ¡eres el mejor, vamos madre!

La alta joven de ojos rojos tomó la mano de su madre y salió corriendo del lugar dejando al médico a solas de nuevo, Sacó su billetera una vez que se supo solo y tomó una vieja fotografía en la que una hermosa muchacha de ojos amatista y un estudiante de bata blanca posaban sonrientes para la cámara. Sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo y se recostó en la silla volviendo a tomar su Ipad, recordar los viejos tiempos al lado de esa temperamental mujer eran lo único que lo hacían sentir vivo, el resto del tiempo era un muerto viviente.

El Hilton Okinawa era un lugar bastante atractivo para todos los turistas aquella noche, no solo era un lugar bello, también se llevaba a cabo una cena de gala exclusiva, El imponente senador Hino entró al hotel acompañado de su nieta y una bella señorita rubia, ellas parecían estar disfrutando el lugar, pero alguien ahí no disfrutaba mucho de aquel evento en ese sitio...

- Quita esa cara, Helios. Se que no te gusta esto pero es necesario, para los negocios

- Pude quedarme leyendo en el hotel, tío.

- Si no lo haces, no desarrollarás tus habilidades sociales.

-No estoy muy interesado y tu tampoco al enviarme al internado Inglés, tío.

- ¿me lo recriminarás por siempre?

- Si, quizás.

- Ve a conseguirnos un par de tragos, hijo

- Claro…- El muchacho de cabellos plateados estaba en el bar pidiendo un par de whisky, al girarse se sorprendió al ver a la hermosa muchacha que había visto la noche anterior entrar con un vestido color plata, en compañía de un hombre mayor y una linda chica rubia…lo que le importaba era la chica de ojos amatista.

Acercarse a la chica era su objetivo, había algo hermoso en su hada y esta vez lo conseguiría, solo necesitaba una oportunidad, tal vez si iba al baño podría alcanzarla de camino o algún otro distractor, la rubia no se iría de su lado y no la dejaría ir sola al baño, era una regla de mujeres.

La linda Hotaru jamás se habría despegado de su abuelo, pero su móvil sonó con la única persona a la que ella no dejaría de contestarle el teléfono.

-Oka san ¿cómo está todo?

- ¿Praga? Helado, como siempre, aunque Michael y tu hermano dicen que el clima es "agradable"

- Sé que amarías Okinawa.

- Si, es un clima calido.

- Ven entonces.

- No hablaré de ese tema contigo de nuevo pequeña, lo hemos hablado y discutido mucho

- Lo sé, Oka San. Pero eso no evitará que lo intente

- Disfruta tu verano, linda. Yo te veré en otoño aquí y me acompañarás en Praga durante mucho, mucho tiempo

- Lo prometo, Oka san. Te extraño mucho

- Tu hermano y yo lo hacemos también.

- ¿cómo está ese pequeño chico extraño?

- De paseo con sus amigos. Ya hizo sus tareas de toda la semana y adelantó sus próximos estudios- cuenta la madre.

- es muy inteligente

- Tiene de dónde sacarlo, pequeña. ¿están bien Sayuri y tu?

- Si, el abuelo nos invitó a una linda cena en el Hilton, el lugar es lindo y Sayuri está fascinada y yo amo pasar tiempo con Oji San

- Pasa todo el tiempo que puedas con él. Tu abuelo pasa gran parte del tiempo regañándome porque no pasa tiempo con ustedes dos. Así que hártalo de tu presencia.

- Oka san…

- Solo diviértete, y llámame cuando puedas, necesito saber de ti más a menudo, te extraño, pequeña

- Nos llamaremos pronto.

- ¡saludos a Michael! Dile que me sirvieron de mucho las aplicaciones que me recomendó

- No sabía que…bueno, así es Michael, cuídate, pequeña.

- Lo haré, Oka San- promete Hotaru para luego colgar el teléfono, se giró para regresar al Salón pero chocó con algo que no esperaba

- Oh, disculpe, señorita-dice apenado un joven de ojos dorados y cabellos de plata que Hotaru reconoce al momento porque se ruboriza

-Si, si, claro…no lo vi, discúlpeme, por favor. fue mi culpa

- Se veía muy contenta en su llamada

- Pues…si…era mi madre, la extraño

- Lamento escuchar eso

- Somos…muy unidas, ¿sabe?- suelta la muchacha sin poder detenerlo- Mi madre y yo. Es la primera vez que nos separamos desde que nací

- Debe sentirse muy sola

- Pues hablamos todos los días y mi prima y mi abuelo están conmigo, pero si… la extraño. Discúlpeme, que tonta soy, estoy interrumpiendo a un total extraño con mis cosas infantiles

- No, no…por favor, cuente conmigo, me encanta escuchar

- Debo ir con mi abuelo y mi prima, se preocuparán si tardo. me disculpo por atarearlo

- Hagamos algo, si el resto de la noche se siente atareada… con gusto la escucharé

- Es muy amable de su parte- sonríe la muchacha sinceramente- lo consideraré

- Helios…Helios es mi nombre Helios Black

- Encantada, Helios Black, te veré después

- Soy Hotaru…Hotaru Hino-corre la muchacha alejándose del sonriente joven

- Encantado, Hotaru Hino….realmente encantado…

La chica se fue para llegar de prisa con su abuelo que le sonrió, definitivamente esa muchacha tenía una buena parte del porte de aquel anciano, era un hombre mayor con un porte de superioridad, uno que te hace sentir menos que basura si te llega a mirar con desdén, pero era evidente que no había nada más hermoso que saber que su ninfa, su hada, su musa, su ángel, era real y estaba justo allí, en el mismo salón; la habría seguido observando desde donde estaba toda la noche, pero la voz de su tío lo hizo salir de su obnubilación.

- ¿otra vez esa cara de tonto, sobrino?

- Si, otra vez.

- Deja de soñar con esa muchachita, ya te dije que…

· Es ella- señala discreto el de ojos dorados- Porte de diosa, elegancia natural, hermosos ojos amatista…¿no es preciosa?

- Es real, eso es sorprendente, re verdaderamente linda.

- No mentía, tío…

- No, claro que no. Te felicito, tienes un gusto extraordinario, hijo- sonríe el hombre de cabellos oscuros, pero su sonrisa desaparece cuando observa a una mujer rubia aparecer del brazo de otro hombre de cabellos negros y ojos azules, una ruidosa muchachita viene con ellos, pero ni siquiera la nota, su mirada se clava en la rubia mujer de ojos azules.

- Es hora de irnos, Helios

- Pero, mi musa…

- La verás luego, tienes su nombre, ahora vámonos de aquí.

- Quiero acercarme a ella, charlar de nuevo

- ¿ves a ese anciano? Es peor que un dragón custodio, esa noche al menos no la encontrarás y yo por mi parte necesito ir al hotel a hacer unas llamadas

- Quizás tengas razón, al menos sé su nombre, buscarla será más fácil ahora.

Nadie Hizo salir a Zafiro Black más rápido que la visión de aquella mujer rubia, no se detuvo a esperar a su sobrino en quien reparó la mirada la joven de cabellos rosados, y cuando Rini Chiba quería algo siempre, siempre lo obtenía…

- Rini ¿qué te ocurre?- llama la rubia madre a la muchacha que se ha quedado atrás de sus padres mirando a la puerta de salida

- Solo…vi algo lindo…por algún lugar

-Claro, no te alejes mucho, con este vestido no pude traer mi celular y si te pierdes no podré buscarte.

-Madre, no necesitas buscarme, me hospedo en este mismo hotel, si no los encuentro solo volveré a mi habitación

-No te alejes- ordena la madre

-Querido, tengo sed, ¿me traerías una copa?

-Por supuesto, querida. ¿vodka como siempre?- pregunta con educación el esposo

-Si

- En seguida, ¿Rini, te traigo algo?

-A algún mesero guapo- bromea la muchacha pero a nadie parece agradarle su chiste- una piña colada estará bien

- Sin alcohol…en seguida

Darien agradeció poder alejarse un poco, pasaba tan poco tiempo con su familia que eran verdaderas desconocidas, salvo el no reciente gusto de Serena por el vodka, eso era algo que había notado hace mucho. Quizás Darien Chiba esperaba ver muchas cosas en aquél lugar pero jamás a Sayuri Hansford coqueteando con el cantinero del hotel, eso sí fue sorprendente.

- ¡Sayuri!- dijo por inercia el pelinegro al ver a la muchacha anotando su número telefónico en la mano del cantinero

- ¡tío Darien!- brinca aterrada la rubia al verse descubierta- y si, ese es el teléfono de las pizzas de salmón, te van a encantar, confía en mí

- Pero linda, tu dijiste que…

- Esta "linda" muchacha es menor de edad y su padre puede meterte en la carcel con la mano en la cintura… ¿quieres saber más de ella? ¿o te interesa más conocer a los abogados de la familia

- Claro que no señor yo…mi turno terminó y…debo ir al baño- sale disparado el joven rubio

-Sayuri Hansford ¿qué crees que hacías con ese hombre? ¡fácilmente te lleva cuatro o cinco años!

- Pues es más o menos la diferencia de edades entre mis padres y la tuya con…

- Da igual. Deja de hacer eso, busca a chicos de tu edad, esos tipejos solo quieren divertirse con niñas pequeñas de tu edad.

- No soy una niña pequeña, tío. No necesitas cuidarme

-¿con quién has venido? Si tu padre está por aquí voy a contarle lo que has estado haciendo

- Vamos, no es para tanto, además, no vine con el vine con- el recuerdo pareció congelar a la rubia, debía mentir y pronto- ¡con mi prima…Rita! Si…Rita, la hija de Unazuki ¿la recuerdas? Ay mi prima…ha de estar perdida. La buscaré

-Charlé con Unázuki ayer…casualmente estaba con Rita y pensaban pasar el fin de semana en Kyoto…¿piensas decirme la verdad? No habrás escapado con un muchacho a escondidas, porque si fue así Sayuri Hansford…

- ¡Tío Darien! Qué vergüenza que pienses así…pero sabes qué…me descubriste, llama a mi padre, creo que hay una pésima recepción aquí. Afuera funciona mejor, lo sé porque pude subir una foto a Instagram hasta que fui a la zona de la playa.

- ¿qué me estas escondiendo, muchachita?

- Yo…nada, la verdad, tiene que saberse, pagaré mi castigo

- Sayuri, el abuelo pregunta por ti, dice que nuestra mesa está…-Hotaru no se había dado cuenta de qué ocurría frente a sus ojos, aunque no lo aceptaría jamás, buscaba una cabellera plateada en la multitud y cuando se dio cuenta, era demasiado tarde- Otou San…

- Mi Pequeña…- se sorprende con agrado el emocionado padre al ver a la muchacha e instintivamente la abraza contra su pecho, había pasado más de una década desde la última vez que la vio.

-Otou San, yo…

- ¿qué crees que haces abrazando a mi nieta, maldito mal nacido?- gruñe el senador Hino acercándose a tirar de su nieta para alejarla del hombre que había arruinado la vida de su familia.

- Usted sabe mejor que nadie que yo no…

- No quiero ni siquiera escuchar tu voz, lo único que has hecho toda tu vida es arruinar la vida de mi familia. Muchachas, nos vamos, cenaremos en un lugar donde haya menos insectos como este.

- No, no se irán Takahashi. No he visto en más de una década a mi princesa y yo merezco…

- ¿Mereces? ¿mereces, animal? Ella creció sola sin un padre ¿y tú mereces algo?

- No fue por mi culpa, Rei se fue sin dejar rastro y escapó cobardemente, no me culpes de los caprichos de tu hija que se largó sin decir una sola palabra. Eso sin agregar la orden de restricción que mágicamente hay contra mi

El senador Hino que solía ser un hombre educado había perdido por completo los estribos y tomó su bastón para levantarlo hacia su ex yerno, no consiguió hacer mucho, porque su mano fue instintivamente a su costado izquierdo para hacer un gesto de inmenso dolor, luego se desvaneció susurrando alguna maldición, de pronto todo era obscuridad y lo único que escuchó al fondo fueron los llantos de Hotaru y Sayuri y la voz del hombre que más odiaba en el mundo gritar "llamen una ambulancia" después nada...

¡Hola!

Pues yo aquí otra vez publicando un cachito más de Hijo de la Luna. ¿qué les ha parecido? Les cuento que trabajo Simultáneamente con el fic "Nueve" que es un poco de comedia que sera del que actualice nuevo capítulo. voy intercalado aunque en la parte que voy en Hijo de la Luna me tiene muy entretenida y espero que ustedes cuando lo lean también, ahora... los agradecimientos:

Irais:

Gracias por estar pendiente de mis fics y sus actualizaciones. Tanto Nueve como Hijo de la luna y por mis reviews que son la gasolina de las escritoras.

Matona:

Gracias por el Review y como lo prometi, en este si salió Sayurita.

Leonor de Ebolí:

has sido cómplice de esta historia y Sun anda sobres con la nena, espero sea lo que esperabas de el.

Lector Silencioso:

gracias por leer.

gracias a todos los que leen, los que siguen, los que apenas van encontrando esta historia, tenia mucho parada pero ahora si que no se detiene aunque a veces sea lento.

un abrazo a todos

La Maga