Hijo de la luna
Capitulo 16
"Volverte a ver"
Nos fallaron dos palabras, y sabernos perdonar que facil era haber dicho... lo siento, pero nos sobraba orgullo y nos faltaba humildad y puse tanto esfuerzo en ser el primero en hablar, que cuando uno se atreve es tarde ya, tarde ya..
Volverte a ver, hoy daría media vida por volverte a ver y recuperar el tiempo que se me escapo, y decir lo siento una y otra vez, no me sirve la razon si tu no estas, si no estas aqui...
Ray Girado y Armando Jaen
La mujer de ojos amatista analizaba sus trabajos en el estudio mientras escuchaba el sonido del piano con una melodiosa canción. Inconscientemente sonreía, Raymond no era fanático de tocar música al nivel de su hermana, pero lo hacía realmente bien como todo lo que se proponía. Adoraba a ese chico y adoraba la paz que le daban esos ojos, quizás eran como los de ella en color pero eran muy parecidos a los de su padre y tenían el mismo efecto.
- Oka san
- ¿qué ocurre, Raymond? Dejaste de tocar
- Terminé la melodía y saldré a dar un paseo, ¿vienes conmigo?
- Quizás más tarde, querido. Debo de terminar de analizar estos documentos.
- Es una pena
- Pero puedo invitarte a cenar ¿quieres que vayamos por pizza?
- Sushi me parece mejor idea. ¿me invitarás?
- Es un trato, procura hacer mucho apetito en tu paseo, tu elegirás el lugar
- ¿podemos invitar a Michael?
- Creí que te gustaría más una charla madre e hijo
- Me encantaría pero Michael es de la familia, Oka san
- Quizás lo molestaremos
- No. Él ama pasar tiempo con nosotros y lo sabes, Oka san. Es lo más parecido a un padre que conozco
- Ray, yo…- intenta soltar apenada la de ojos amatista
- No estoy peleando, Oka San. Pero aprecio a Michael y él a Hotaru y a mí. Y a ti te ama
- Michael es un gran amigo y mi amistad es y será siempre lo único que pueda brindarle a él y a cualquiera, Raymond
- Si, lo entiendo. Pero no quiero que estes sola
- No lo estoy…Los tengo a ustedes.
- No es igual, Oka San. Tú mereces estar junto a alguien que te ame y te cuide
-Me he cuidado bastante bien, jovencito, también a ustedes si me atrevo a decirlo…
La mujer de ojos amatista sonreía con la seguridad de sus palabras, le gustaba transmitir calma y estaba por agregar algo a su discurso pero su celular comenzó a vibrar.
- Hola linda. ¿qué ocurre contigo? Dijiste que llevarías a tu abuelo y a Sayuri a un lugar lindo, ¿tu abuelo discutió con el mesero? ¿Qué él qué? ¿dónde estás? Llama a a su oficina. No te preocupes, yo tomaré el primer vuelo. No te preocupes, nena. Todo estará bien.
- ¿qué ocurre, Oka San?
- Tu abuelo tuvo un infarto. Tu hermana estaba con él y están solos en Okinawa, con Sayuri si sirve de algo.
- ¿en verdad? ¿El abuelo?
- Raymond no puedo dejar a tu hermana sola con eso, debo ir a verla y estar con tu abuelo
- Te acompañaré, Oka San. No te preocupes
- No, no, no. Tú no irás a Japón, bastante arriesgado es que tu hermana esté allí y que yo tenga que ir para llevarte a ti
- Oka San, no deberías de estar sola
- No ayudarás de mucho allá, Raymond, me sentiré más segura si te quedas aquí
- ¿pero quién irá contigo?
- ¿Ocurre algo, chicos?- se escucha la voz de Michael que va entrando a la cocina- los veo preocupados y yo vine a invitarlos a cenar.
- No podemos. Oka San irá a Tokio; el abuelo sufrió un infarto y discutimos si la acompaño o no a Japón. Ella no quiere, Michael pero no debería viajar sola
- No es la primera vez que viajo sola, no me pasará nada
- Puedo ir contigo si lo deseas, Rei
- No, no es necesario, Michael, además, Raymond debería de tener compañía y quizás si te quedas con él
- Puedo quedarme en casa de Michael, en su casa siempre hay mucha gente y ustedes pueden viajar tranquilos
- Raymond
- ¿puedo quedarme en tu casa, Michael?
- Es una gran idea. Rei, si él se queda en mi casa, tendrá quién la acompañe y cuide, además, seguramente no fue algo tan grave y regresaremos muy muy pronto
- No lo sé, yo…
- Anda, Oka San…estaré bien y tu necesitas ir con Hotaru
- Iré a hacer mi maleta- susurra Rei sin poder dar una respuesta positiva y alejándose en silencio.
- Raymond sé que no tengo que decirlo pero confío en ti y el que tengas la ciudad para ti solo significa que debes ser cuidadoso, ¿de acuerdo?
- Lo se Mikael, descuida, estaré bien y sé que cuento contigo para estar tranquilo y que cuides de mi madre en Japón, me gustaría ir con ustedes.
- Tu madre jamás permitiría eso y aun me parece sorprendente que dejara ir a Hotaru a Okinawa pero aun así la idea de que ustedes estén en peligro me aterra igual que a tu madre.
- Lo sé, gracias por querernos tanto
- No tengo hijos pero ustedes son lo más parecido a ello que tengo.
- Eres nuestra familia, Michael.
- Y ustedes la mía. No olvides empacar bien, iré a conseguir un vuelo para Okinawa, llamaré pronto, disfruten la cena por mí.
El viaje fue largo, pero para Rei fue demasiado corto, más corto de lo que hubiera querido, no deseaba volver a pisar Japón en lo que le quedaba de vida, pero sobre esto no tenía elección.
- Sigues muy callada
- Estoy preocupada por mi padre, Michael
- Lo sé, pero tu silencio no es solo por eso. Descuida, Japón no es Rusia, pero no encontrarás a tu ex.
- La suerte es muy mala conmigo
- Según me contaste él vive en Tokio y no sale jamás del hospital y según nos dijo Makoto no creo que esté en Okinawa de vacaciones
- Si, quizás solo esté exagerando.- intenta calmarse la de ojos amatista
- Calma, Rei. Tu padre estará bien.
- Te agradezco Michael…no se cómo podría hacer esto sin ti.
- Podrías. Eres una mujer muy fuerte pero, no necesitas hacerlo, yo estoy aquí y hemos llegado al hospital.
- Debemos ir con Hotaru- Sonríe la pelinegra al ver el hospital- debe sentirse muy nerviosa
- Lo sé, le compré unos chocolates en el aeropuerto, se que le gustarán
- Gracias Michael. Le encantarán
La mujer de ojos amatista bajó del coche acompañada de un hombre que en su vida había pisado Okinawa, instintivamente pasó su brazo detrás de los hombros de ella, ella lucía pálida
- ¿Oka San?- Sonrió la joven de melena corta al ver a su madre y corrió a abrazarla.-Sabía que vendrías
- No te dejaría sola aquí, pequeña. ¿cómo está tu abuelo?
- Los doctores no han querido decirme nada aun y…Michael…¿qué haces aquí?-se sorprende la muchacha
- Vine a acompañar a tu madre ¿no te da gusto verme?
- Claro que me agrada- abraza la muchacha al hombre alto- y no quiero ser abusiva, pero…no he comido nada y…
- Te traje chocolates, pero iré mejor a la cafetería a buscarte algo de allí
- Gracias, Michael ¿puede ser una hamburguesa?
- ¿usted una hamburguesa, señorita salud?. Pensaba en una ensalada
- Pues, tengo mucha hambre, creo que por hoy puedo hacer una excepción
-Te buscaré una hamburguesa entonces
- En el hotel Hilton hay unas que me encantaron con champiñones
- ¿Hasta el Hilton?
- Son las mejores y tú me has acostumbrado solo a lo mejor.
- Entonces una de esas será. Volveré pronto
- Gracias Michael- sonríe la jovencita viendo cómo se aleja el hombre de cabellos castaños después de abrazarla y besar su frente.
- Que se abra la tierra si me equivoco pero a ti no te gustan las hamburguesas por más que las prepare el mejor chef del cordon bleu.. ¿qué ocurre, Hotaru?
- Oka San hay algo que debo decirte y no creo que sea buena idea que Michael lo escuche, aunque lo sabrá y…
- ¿qué ocurre, Cho?
- Oka San, Oji san tuvo un infarto por…
- Él trabaja mucho hija; se lo he dicho siempre pero no me hace caso, no te preocupes por las causas, tu abuelo es solo trabajo, trabajo, trabajo.
- Aunque te parezca extraño no solo fue por trabajo
-¿qué ocurre, Cho? luces nerviosa
- Oka san, yo encontré…no sé cómo decírtelo
- Hotaru, puedes decirme lo que sea
- Hubo una cena a la que Oji san me llevó; ahí encontré una persona que no esperé encontrar
- ¿a quién?
- Hotaru, hemos logrado estabilizar a tu abuelo y creo que…- interrumpe el médico pelinegro de ojos azules- Hobijin…
-Darien…
Un silencio incómodo dominaba la sala de espera, la mujer de ojos amatista tenía sus orbes abiertas y dilatadas, sorprendida como si hubiera un fantasma frente a ella, él no luce menos sorprendido y la jovencita pelinegra solo puede contemplar la escena, temerosa de romper ese extraño y mágico momento.
- Ehm…Oka San…lo que tenía que decirte es que Otou San está aquí…
- Creo que ahora comprendo el motivo por el que tu abuelo sufrió ese infarto
- Reiko, tu padre sufrió un infarto pero como le decía a Hotaru logró estabilizarse y está fuera de peligro aunque debe estar tranquilo para evitar problemas.
- Y tú estás aquí porque…
- Nos encontramos con Otou San en la cena del hotel, fue algo sorpresivo y…otou San tiene amigos en el hospital, consiguió entrar para mantenerme mejor informada.
- Entonces no eres su doctor
-No, no lo soy. Sabes que no soy cardiólogo, pero...
- Perfecto. yo hablaré con sus doctores, puedes irte. Tu familia debe estarte esperando
- ¡Oka San! No seas así con él. Otou San ha estado conmigo desde que llegamos al hospital y me ha apoyado mucho, él hizo todos los trámites y…
- Le agradezco a tu padre, pero ya he llegado. Su ayuda no es requerida y debe tener otras cosas más que hacer. No queremos molestarlo más de lo que hemos hecho.
- Se trata del abuelo de mi hija. No me están molestando, Reiko. Solo quiero ayudar
- Ya has ayudado bastante, así que gracias. Puedes irte
- Yo no quiero que se vaya, Oka San. Apenas y hemos hablado luego de volvernos a ver y…-Hotaru guardó silencio luego de ver la forma en la que su madre la observaba.
- Iré a darme un baño y volveré más tarde. No les dije a Serena y Rini a dónde iba, deben estar preocupadas pero volveré cuanto antes.
- No es necesario
- No es una pregunta. Quizás tú no me necesites pero mi hija si y volveré por ella no por tí- amenaza a la defensiva el pelinegro dando media vuelta. Y dejando a solas a las dos mujeres de ojos amatista.
- pudiste avisarme antes de este pequeño detalle, Hotaru
- Lo intenté Oka San; pero no podía hacerlo por teléfono y por eso envié a Michael lejos, quería explicarte pero no imaginé que Otou San no me daría tiempo.
- ¿cómo ocurrió esto?
- Fue una casualidad, Oka San. No había visto a Otou San hasta ayer
- ¿viste a alguien más con él?
- Estaba despistada y luego todo pasó tan rápido que no recuerdo nada más
- Debiste asustarte mucho, Cho.
- Creí que Oji san moriría. Otou San fue muy amable y si no fuera por él no sé qué habría hecho, quizás tu no debiste….
- Creo que fui algo grosera con él…me disculparé más tarde
- Señora Hino,-las interrumpe una voz- soy el Doctor Tamada, soy el médico de su padre, me gustaría hablarle de la salud del señor Hino en mi consultorio ¿podrían venir conmigo?
- Claro que si, Hotaru ¿vienes conmigo?
- Oka San, preferiría comprar algo de comer, creo que la última vez que comí algo fue ayer por la tarde.
- Ve, linda. Te alcanzaré en un par de minutos ¿tienes dinero?
- Si, el suficiente. Descuida. Te veré en un par de minutos
- Te alcanzo en el comedor después de hablar con el doctor de tu abuelo
- Si. Otou san dijo que Oji San está fuera de peligro, creo que puedo comer algo ahora.
- Yo prefiero oírlo del Médico
- Si, supongo que es así- Sonríe la jovencita al ver el rostro de su madre. Sabe que miente pero decide no discutir- Buscaré comida, Oka San, te quiero
- Te quiero, pequeña Cho.
Rei vio alejarse a su hija hacia el elevador, esa jovencita había afrontado el infarto de su abuelo en un país lejano de donde venía su sangre pero no donde había crecido y aun así era fuerte y valiente. Había tanto de ella en esa chica y aunque le pesara, tanto de su padre.
--0--
El joven de cabellos plateados salió de la ducha con una toalla sobre su cintura, lucía callado pero con un gesto indescriptible, muchas cosas venían a su mente, todas con la joven de cabello de noche que se había desvanecido frente a sus ojos.
- ¿Helios?
- ¿qué ocurre tío?
- Te he estado hablando ¿deseas Wafles o tostadas francesas para el desayuno? Voy a hacer el pedido
- No, Solo fruta estará bien
- Un poco de fruta no es desayuno. Te pediré un Omelette
- No tengo hambre. Creo que mejor saldré a recorrer el lugar
- Helios, anoche no dormiste. Pude escucharte toda la noche dando vueltas por tu habitación.
- Estoy preocupado
- ¿Por la chica de anoche?
- Quise investigar dónde está su abuelo pero en el hotel no me dieron informes de él o de ella. No se hospedan aquí
- Quizás debas de despreocuparte, la volverás a ver
- No puedo creer que sea tan misteriosa, Parece como si se la hubiera tragado la tierra y de repente aparece y así como aparece se vuelve a ir.
- Esa chica es muy escurridiza entonces. Descuida Hijo. Al parecer están destinados a encontrarse a menudo.
- Prefiero no dejar eso al destino, iré a buscarla
- ¿a dónde si se puede saber?
- A donde sea, no dejaré en las manos de nadie mi destino
- Debes desayunar
- Comeré una barra energética de camino, te llamaré luego
- Debes ir conmigo a la cita con los inversionistas. No lo olvides
- Llámame cuando sea hora, mientras tanto la buscaré
- No dejes tu celular lejos de tu alcance y por favor no te obsesiones con esa chica
- Aceptaré lo primero pero lo segundo no pasará. Ten una buena mañana, Tío. Trata de conocer chicas
- No necesito conocer chicas. Tengo mucho trabajo contigo aun
- Ya no soy un pequeño niño, creo que puedes darte el tiempo de conocer a alguien especial.
- Le juré a tu padre que velaría por ti, aun tengo trabajo pendiente contigo, Helios así que no arruines mi promesa.
- ¿crees que él puede vernos desde donde esté?
- Definitivamente, Hijo y está muy orgulloso del gran muchacho en que te has convertido.
- Espero que así sea porque pienso esforzarme toda la vida de llenarlo de orgullo donde quiera que esté. Me voy Tío
El joven salió de prisa tomando una manzana del frutero, su tío observó al alto muchacho, tenía mucho de parecido con su padre, si las cosas hubieran marchado como se esperaba seguramente Helios sería un gran heredero a la corona de Nemesis pero eso ya no sería posible.
Centro comercial de Okinawa
La jovencita de cabellos rosados se probaba un pantaloncillo corto frente al espejo, su madre la observaba desde un sillón frente al probador.
- ¿qué opinas, madre? ¿es lindo?
- Si, deberías llevarlo
- ¿no te parece que es igual a los otros cinco que llevamos?
- Pues lleva un sexto. Pediré que te traigan trajes de baño
- Tenemos suficientes
- Nunca son suficientes, Rini. Puedes Llevar uno más. Los trajes de baño te los traerán en colores que combinen con lo demás
- Madre, creo que es suficiente
- No. No lo es, mi hija debe tener lo mejor y creo que si tu padre puede romper su promesa de pasar tiempo con nosotros puede pagar un poco más en la cuenta de la tarjeta de crédito.
La joven de cabellos rosas observó a su madre, conocía esa mirada, estaba deprimida por el abandono de su padre, conocía de sobra el cuadro, él prometía pasar tiempo con ellas pero al final del día siempre había algo que lo obligaba a alejarse de ellas y los días de compras eran para su madre una pequeña válvula de escape para olvidar los rechazos de su padre.
- Pues creo que son muy lindos. Podríamos llevarlos también ¿quieres un helado después de terminar con esta tienda?
- Si, pero podemos hacer una pausa solamente, después del helado iremos por zapatos.
- ¿estas segura? Terminarás muerta.
- Claro que si, hay que pasar tiempo de calidad y el hotel no es la mejor idea hoy.
- De acuerdo, lo que tu decidas. ¿quieres comprar algo tu?
- Ya pedí el catálogo de primavera verano en mi talla para que la envíen al hotel.- suelta la rubia con naturalidad.
- Suena bien. ¿podemos ir de regreso al Spa? Han sido muchas tiendas
- Claro, lo mejor para mi pequeña- suelta la mujer a la muchacha de cabellos rosas haciendo su mejor esfuerzo para tener una muestra de cariño con la chica, l teléfono de la rubia comenzó a sonar- Rini, debo de contestar la llamada es del patronato de caridad. Tardaré un buen rato. Te llamaré cuando cuelgue.
- Está bien, madre, no te preocupes
Rini conocía cada reacción de su madre, estaba profundamente herida, nunca había terminado de comprender del todo esa extraña relación entre sus padres, si bien su padre jamás había tenido una aventura si era cierto que la engañaba con su trabajo, congresos, seminarios, cursos, viajes de actualizaciones, en ocasiones parecía que su padre deliberadamente buscaba no estar en casa.
Centro Médico Okinawa
La mujer de cabellos negros se encontraba observando a su padre dormir, aquel hombre jamás se había mostrado débil frente a ella, el verlo sobre esa cama de hospital la rompía profundamente aunque no se lo demostraría ni a él ni a su hija.
- Creo que jamás había visto a Oji San así de sereno
- Linda, tu abuelo jamás ha estado así de sereno, aunque el doctor dice que esa serenidad no durará mucho.
- ¿Llevarás al abuelo al departamento?
- No lo sé Hotaru. El departamento es amplio pero con Sayuri, tu, tu abuelo, una enfermera de planta y yo, eso es mucha gente y demasiado ruido.
- Y Michael…
- ¿Michael?
- ¿lo enviarás a un hotel? Después de que vino de tan lejos a acompañarte, eso es muy grosero.
- Somos demasiadas personas
- Puedo mudarme al Hilton si lo prefieres con Sayuri
- ¿ahí encontraste a tu padre?-pregunta la madre y la joven asiente- claro que no. Nadie pisará ese lugar de nuevo, es una orden Hotaru
- Pero Oka San…
-.Una orden, Hotaru ¿entendido?
La joven apretó los puños y respiró profundo, sabía que no era el momento para tener esa discusión con su madre pero no pensaba tenerla en ese hospital frente a su abuelo.
- Entendido Oka San
- Michael está tardando mucho con tu hamburguesa. Iré a recepción para ver los tramites administrativos de tu abuelo.
- ¿y si despierta?
- Sedaron a tu abuelo, al menos despertará en una o dos horas más
- Bien. Le enviaré un mensaje a Raymond y uno a Sayuri. Me han estado preguntando cómo está el abuelo y cómo estás tú.
- Gracias, Hotaru, le llamaré más tarde a Ray. Dile que estamos bien y por favor no menciones nada más
- Si, Okasan
La mujer de cabellos negros bajó a recepción, estaba a punto de usar su celular luego de pedir los datos de su padre.
- Tienes un rostro muy lindo para estar así de seria, Hobijin.
El corazón de la pelinegra se detuvo por un segundo, luego recordó que solo una persona en el mundo la llamaba así.
- No te atrevas a volverme a llamar así- gruñe ella sin girarse
- Me has quitado muchas cosas en esta vida pero no podrás quitarme el llamarte como lo hago.
La pelinegra se giró molesta, bastante molesta
- ¿le agradará a tu esposa que me llames como me llamas?
- Recuerdo que a mi esposa le encantaba que la llamara de ese modo y muchas otras cosas más. Mi esposa era una chica muy dulce y explosiva, muy explosiva.
- Darien, te exijo que…
- ¿qué Me exiges Reiko? Creo que no puedes exigirme muchas cosas luego de lo que hiciste al dejarme solo sin ninguna explicación.
- Claro, los reclamos del señor doctor. ¿hay algo más en el mundo además de lo que tu piensas?
- Pues no sé, dímelo tú. Nunca me dices nada, Reiko ¡jamás!
- Eso no es tu asunto. Solo sal de mi vida de nuevo y no vuelvas a molestarme. Déjame pagar las cuentas de mi padre en paz.
- Ehm, señora.
- ¡¿qué?!
- La cuenta ya está pagada.
- No, no puede estar pagada, solo estaba mi hija con él y su tarjeta no tiene tanto límite de crédito.
- Señora, su esposo pagó toda la cuenta y dejó abierta la cuenta por lo que pueda necesitarse
- No, mi esposo no pudo hacer eso porque yo no tengo esposo. Por favor cancele esa cuenta y tome mi tarjeta
- Imposible, señora. Como le dije ya está todo liquidado
- Pues des liquídelo
- Señor, conoce bien a su esposa.- Explica la recepcionista al pelinegro- hizo bien al liquidar todo. Es muy terca ¿cómo la soporta?
- Tiene un lado tierno pero generalmente lo esconde a todos.
- No pareciera tenerlo.- gruñe la enfermera
- Usted tampoco la tendría si su exmarido fuera así de molesto y entrometido
- Señora, mi exmarido ni siquiera paga la pensión de mi hija desde hace una década ¿entrometido? Este hombre en verdad que es un sol.
- Este hombre no es un sol, es un dolor de cabeza, toda la vida no ha hecho otra cosa que dar problemas, esa es su misión en la vida.
- A mi no me parece así
- Si. Generalmente es así, Darien siempre ha pasado su vida ganándose la simpatía de todos y la bruja termino siendo yo.
- Eso no es verdad, Hobijin.
- Cancele el pago de este simio y acepte el mío
- Así no funcionan las cosas, señora perfecta, el pago se queda, vaya a resolver sus problemas maritales
- ¡eso no es asunto suyo!
- Y hágalo fuera del hospital, usted no puede venir a gritar de ese modo
- No puede hablarme así
- Salga del hospital y no regrese hasta que la fiera que hay dentro de usted se quede afuera
- Jamás volverá a entrar entonces- Se burla el pelinegro
- Tu cierra la boca.
- Salgan ahora mismo de aquí o llamaré a seguridad- Ordena ya malhumorada la enfermera
Rei gruñó y salió de recepción, el hombre de cabellos negros corrió detrás de ella a pesar de que ella gruñó para que él no la siguiera, estaba poniendo en riesgo su vida pero ese día recordó que le gustaban las acciones suicidas.
- ¿siempre tienes que arruinarlo todo, Darien?
- ¿Yo arruinarlo todo? ¿quieres decirme que hice mal?
- ¡existir! Eso es lo que hiciste de malo, a donde quiera que vas arruinas todo
-Discúlpeme señora perfección. Discúlpeme por salvar a su padre, por asegurarme que el mejor cardiólogo atendiera a su padre en el mejor hospital de la isla y por querer que mi hija tuviera al abuelo que me odia para pasar navidad.
- El infarto de mi padre seguramente tuvo algo que ver contigo ¿no es así?
- no discutí con él. Él se molestó mucho al verme ¿pero por qué sería? Cuando estábamos juntos solía agradarle
- Eso fue hace mucho tiempo, quizás tenga algo que ver con tu segundo matrimonio
- Al que tu me orillaste al largarte de mi vida sin darme razones y dándome una patada en el trasero
- Si, tienes razón. Todo fue mi culpa ¿puedes volver a salir de mi vida por los próximos veinte años por favor?
- Con mucho gusto, solo hay un detalle. De la vida de mi hija no pienso volver a salir. Tu puedes hacer de tu vida lo que te de la gana pero ella es mi hija y no voy a alejarme de ella nunca más. Tú puedes quedarte con él hombre por el qué me dejaste o por el castaño o por cualquier otro que hayas elegido para mal sustituirme. Lo único que me importa es Hotaru
- Pudiste estar fuera de su vida todos estos años y ella lo hizo muy bien sin tí, además solo afectarías su vida.
- Es mi hija, Reiko. La amo y no voy a salir de su vida. Con o sin esa maldita orden de restricción que levantaron tu padre y tú para evitar acercarme a ella. Tú por tu parte haz lo que te plazca
- Hotaru no te necesita
- Lo sé. Sé que mi hija económicamente lo ha tenido todo, que la has educado perfectamente pero le ha hecho falta algo: Su padre, así que si, mi hija si me necesita y de ella no me voy a alejar más.
El pelinegro dio media vuelta para alejarse de la pelinegra que tenía sus manos empuñadas, estaba realmente molesta pero no le daría el gusto de demostrárselo, no ahora. Si Darien hubiera volteado la espalda se habría encontrado con una mujer de cabellos negros pataleando su coraje.
La joven de cabellos negros y ojos amatista había logrado salir del hospital luego de que su madre se las ingenió para entrar a pesar de que los guardias de la puertase negaban a dejarle ingresar por ordenes de la recepcionista, Rei estaba en realidad enojada, al parecer las discusiones con su ex la ponían así, Hotaru tenían vagos recuerdos de ello pero siempre detrás de esas discusiones había unas intensas reconciliaciones, seguramente eso era lo que vendría en camino.
- Sayuri, si… él está mejor, Oka San se quedó con él para cuidarlo, hablé con la señorita Kaioh, me dijo que no fuera a trabajar esta semana…-dice la muchacha mientras charla por su celular- no, no quiero ir por una hamburguesa, iré por algunas pinturas y luego al departamento ¿compras? No, no. Quiero dormir, iré al departamento en una hora a lo mucho. Gracias.
La chica de cabellos negros continuó caminando y entró a una pequeña tienda, deseaba comprar varias pinturas, en realidad necesitaba relajares y hacerlo mediante sus pinturas le ayudaría mucho.
El Joven de cabellos plata había comprado unos catalejos, necesitaba buscar bajo la tierra si era necesario a su bella musa, al fin y al cabo Okinawa n o era tan grande ¿o si?
- Disculpe, discúlpeme de verdad- Dice apenado el muchacho de ojos dorados cuando choca por accidente con una muchacha que lo observa anonadada.
- No…no se preocupe, yo también iba distraída.-se disculpa ella
- Debí ser más cuidadoso ¿la he lastimado?
- No, en absoluto. Estoy bien
- Bien…lo lamento- dice él al emprender su camino
- Oye- llama la chica con una familiaridad que sorprende al chico.
- ¿si?
- Soy Rini ¿cómo te llamas?
- ¿Eh?...Helios, mi nombre es Helios
- Helios. Puedes invitarme un helado
- Me encantaría pero yo…estoy buscando a alguien
- Auch,-se queja la muchacha de las coletas rosas- creo que si me duele el pie
- ¿si se ha lastimado? Permítame llevarla al hospital
- Creo que la heladería bastará
-.Señorita, yo…
- ¿puedes llevar a una chica herida a la heladería para que descanse un poco?
- Supongo que si
- Leí en Instagram que hay una muy buena aquí cerca. Justo iba para allá.
- Usted guíeme- se resigna él
- Bien. Pero puedes ser menos formal, no eres un anciano, Helios.
- Lo lamento, señorita. Así me educaron
- ¿tus padres son unos aristócratas ingleses?
- No los conocí, pero eso me enseñaron en el colegio inglés al que asistí desde la muerte de mis padres.
- Oh. Lo lamento…
- Descuide. Fue hace mucho tiempo ¿dónde está la heladería?
- Por aquí.
- Vamos entonces, señorita
- ¿vas a seguir tratándome así? Te encantará, puedo contarte muchas cosas, no de este sitio pero si de Tokio, Tokio es divertido, te encantará.
- Ehm, si. Claro.
--0--
La muchacha de cabello negro había realizado sus compras y vuelto al departamento para darse un baño, al llegar, su mejor amiga la había convencido para tomar una siesta, descansó toda la tarde y por la noche Sayuri le insistió que la acompañara a cenar, sushi era el anotojo de su mejor amiga este día por lo que la rubia se puso su mejor vestido verde olivo e insistió en hacer a su amiga usar un vestido revelador pero lo más que consiguió que Hotaru usara fue uno de sus conocidos vestidos negros y unas valerinas. Waryu Sushi Shina fue su destino esa noche.
- Es un lindo lugar, ¿no?
- Si, es muy bonito
- No puedo creer que no hayas venido a este sitio antes, este hubiera sido mi primer destino al llegar a Okinawa
- Me gusta estar compartiendo el destino con mi prima.
- Deberías estarlo compartiendo con ese chico misterioso,¿cómo es que no estás con él?
- Con el infarto de Oji San no sé si volveré a verlo. Pero no importa, lo importante es que Oji San está bien ahora.
- Tu abuelo es un hombre fuerte,te aseguro que a finales de la semana estará corriendo por todo Okinawa y cuando te des cuenta él estará dirigiendo el mundo como siempre.
- Seguramente será así, el abuelo es muy fuerte, como lo es Oka San
- ¿Tía Rei se quedó en el hospital?
- Si. Dijo que cuidaría a Oji San aunque él dice que no necesita que lo cuiden.
- Como todos los Hino
- Yo no soy así
- Lo eres, aunque en menor medida, tu aprendiste a interpretar el cielo solo para que nadie te mintiera con las constelaciones.
- Quería aprender
- Cuando fuimos a París tu corregías al guia en el Louve, todo lo haces para no depender de nadie, a tu manera.
- Supongo que a mi manera soy como ella, aunque también soy como Otou San
- ¿cómo te sientes? Después de verlo de nuevo
- Contenta y asustada
- ¿Asustada?
- Amo a mis padres, Sayuri. Mis padres se amaban antes de que Oka San decidiera partir de casa y separarse; quizás no comprendo bien el motivo por el cual decidió terminar con nuestra familia pero lo que si recuerdo es a Oka San desangrándose y a punto de morir. Ella se niega a hablar de ello pero, creo que lo que sea que la hizo alejarse de Otou San le dio una advertencia esa noche y por eso huyó tan lejos, me aterra que lo que sea que la lastimó aquella vez la lastime de nuevo.
-No lo hará. Esa cosa no la lastimará, ella no es débil y ahora no está sola
- Oka San es una mujer muy fuerte, lo que sea que la hirió aquella vez es más fuerte que ella.
- Si lo que sea que la atacó en ese entonces lo hace de nuevo habrá mucha gente que luche junto a ella, todos los Hansford para empezar y sabes que somos muchos.
- Gracias, Sayuri.
- Ahora no pienses en cosas tristes, pidamos algo delicioso de cenar. Ya pensaremos qué hacer con el tío Darien, el chico lindo y tu madre.
- Tienes razón, solo relajémonos un poco. Disfrutemos la cena- sonríe la muchacha pelinegra
- Esa es mi prima.
La joven pelinegra sonrió, Sayuri siempre la hacía sentir mejor cuando hablaba con ella. Quizás era un tipo de conexión genética entre las Hino y las Kino, sabía que lo mismo le ocurría a su madre con Makoto, ella siempre la hacía sentir en paz.
En algún lugar de Okinawa
El hombre pelinegro tomó su teléfono y marcó un número ya registrado, Una voz alegre y viva le tomó la llamada
- ¡hey amigo! ¿cómo estas?
- Eres una maldita sanguijuela
- ¿disculpa? ¿estás sufriendo algún episodio de bipolaridad? ¿dónde está ese amigo que me regala inyecciones de botox?
- A partir de hoy puedes pagar tus propios tratamientos ¿quieres decirme por qué no me dijiste que mi hija y Reiko están en Okinawa?
- ¿qué? No, no, no.
- Sayuri iba a venir a Okinawa, no es coincidencia. Seguramente iba a encontrarse con Rei y con Hotaru
- Bueno, bueno…si sabía que Sayuri iría a Okinawa con Hotaru, pero Rei no, ella no iba a ir a ningún lado ¿pero tú como sabes eso?
- Acabo de toparme con Reiko en el hospital
- Rei goza de perfecta salud ¿por qué estaría en el hospital?- se extraña él rubio
- Porque su padre se infartó cuando nos encontramos en una cena cuando iba acompañado de Hotaru y Sayuri
- Pe…pe…pero¿tú estás en Okinawa?
- Si, aquí estoy
- Pero tu nunca vas a ningún sitio
- Te dije que viajaría con Serena y Rini
- Ay por favor, jamás quieres ir a ningún lado. Llevas años diciendo que irás a París, Londres, Austria y no sales de la tienda de la esquina. No creí que en realidad irias
- Pues aquí estoy. Y Rei no está nada feliz, el senador Hino menos.
- Makoto va a matarme por no decirle, ella va a matarme en verdad
-.Yo voy a matarte cuando te vea, agradece que estoy muy lejos de ti
- ¿mandaste a tu suegro al hospital?
- El terminó allí, demostró lo mucho que me ama infartándose
- Siempre ejerces ese efecto en los Hino, la ultima vez que Rei escuchó tu nombre vomitó hasta que no le quedó nada en el estomago.
- Su reacción no ha variado mucho. Solo que ahora vomita palabras furiosas
- ¿viste a alguien más?
- ¿a quién más iba a ver? Vi a mi hija y a mi mujer, ¿debia de ver a alguien más?
- No, no. Solo…curiosidad. Oye…debo irme, necesito…ir a hacer las compras, Makoto me matará si no compro las fresas. Te llamaré luego
- Oye, yo estoy discutiendo contigo
- Debes hacer fila, Makoto me matará si no están sus compras. Te llamo después y por cierto, Rei es tu ex mujer, tu mujer es Serena y casi apuesto que no sabe nada de esto. Adiós...
Darien se quedó con el teléfono con una llamada terminada, Andrew hablaba muy extraño, aun para ser él. ¿qué escondía ese rubio? Tal vez no estaba muy lejos de averiguarlo.
Acuario de Okinawa:
La muchacha de ojos amatista se encontraba leyendo un par de documentos en su ipad cuando fue interrumpida por la voz de su tutora.
- Te veo muy concentrada, Hotaru
- Señorita Kaioh
- Creí que te tomarías el resto de la semana por tu abuelo, como te autoricé.
- No podría, mi estancia será un periodo corto como para no aprovechar, además, mi madre ha llegado a hacerse cargo de la situación y ya no había nada que yo pudiera hacer en el hospital.
- ¿Tu abuelo está mejor?
- Es un roble, quería salir caminando en cuanto despertó.
- Excelente, ¿Reí volvió a Japón? Según supe tenía bastante sin estar aquí
- Si, no es algo que ella quisiera hacer pero fue necesario
- Aun así, me agrada tenerte conmigo aprendiendo ¿piensas dedicarte a la biología?
- Me parece algo estupendo, pero me encantaría dedicarme a medicina, sabía que me contaría esta estadía como puntos para la universidad si me decidía por medicina.
- ¿Piensas aspirar a la universidad de Tokio? Tu padre estudió ahí y es una de las mejores, él fue un gran estudiante.
- He mandado solicitud en secreto, pero no estoy segura de ser aceptada y también me he postulado para la universidad de Praga y para Oxford
- Si tu deseo es la universidad de Tokio podría enviar un par de cartas. Tengo conocidos ahí y eres una chica muy inteligente
- ¿En serio, señorita Kaioh?
- Debo decir que me haría muy feliz que te dedicaras a la biología, pero supongo que la fruta no cae muy lejos de su árbol. Darien estará orgulloso
- Quizás oka san no tanto
- ¿Quieres ir a comer con Haruka y conmigo?
- Me encantaría, pero le he prometido a mi prima ir a pasear con ella cuando saliera de aquí
- No la hagas esperar más, entonces
- ¿Le parece si le mando una copia de mi proyecto para su revisión?
- Lo esperare con gusto, pero hazlo mañana. Hoy solo sé una chica normal ¿de acuerdo?
- Gracias, señorita Kaioh
La mujer de cabellos turquesa salió de la oficina y la pelinegra guardó su Ipad en el bolso y bajó las escaleras para encontrarse con su amiga rubia.
- Sayuri, ¿esperaste mucho por mi?
- Veinte minutos quizás, muero de hambre, prima. Aliméntame
-Lo lamento, no vi el tiempo pasar. Vamos a donde tu quieres, te invitaré un helado.
- Y después iremos de compras
-Sayuri, odio ir de compras
-Me la debes, no hemos salido a casi ningún sitio desde que llegué.
-Bien, también iremos de compras. Eres una chantajista
-Lo sé, toda una vida de ver a mis padres. Vamonos-invita la rubia que se cuelga del brazo de la resignada pelinegra, sabía que volvería muy tarde a casa ese día.
El joven de ojos dorados se encontraba paseando con su cámara por el centro de Okinawa, agradecía no tener que acompañar a su tío a su comida con inversionistas, sabía que era su obligación pero prefería disfrutar del paisaje y tomar fotografías, amaba ver a la gente y capturar los detalles cotidianos, enfocó su lente y vio a una chica rubia de ojos verdes realmente hermosa, muy poco común para aquel lugar, aunque el no era nadie para decir nada de los extranjeros ya que él era uno de ellos.
Quiso tomar fotos de la naturalidad con la que aquella muchacha reía, no era su tipo pero reconocía que era hermosa y que la lente la amaba, abrió un poco más toma y se topó con que aquello que la hacía reír y era ni más ni menos que su amada mariposa, ahora la lente se dedicaba completamente a ella, no había nadie más.
- En serio, Sayuri. No necesitamos un bolso nuevo más.
- Hotaru, eres muy sobria, eres hermosa y solo vistes ropa oscura, al menos usa un bolso que grite ¡estoy aquí!
-No quiero gritar nada, no quiero que el mundo me vea
- Prima, eres bellísima. Deja de ser como la tía Rei y esconderte del mundo
- No me escondo… solo no quiero que todo mundo me vea
- ¿Porqué no?
- Solo es así..
- Pues iremos a comprárte un bello vestido luego de comer este helado
- Estoy cansada, Sayuri
-Me la debes…
- ¿Podemos al menos sentarnos? Mis pies me matan
- Si me permiten, me gustaría invitarles otro helado más para que se refresquen un poco y puedan descansar-ofrece una voz masculina que Consigue erizar la piel de la pelinegra y hacerla sonrojar pues ha reconocido esa voz de inmediato.
- Helios…-susurra la de ojos amatista
- Hola bella señorita, creí que no volvería a encontrarle
- Así que él es Helios, bueno pues me presento, yo soy Sayuri Hansford, he oído mucho de ti y apareces en el momento ideal
- Encantado, señorita-Saluda el de cabellos plateados mientras besa caballeroso la mano de la rubia-Helios Black
- Que galán, ya veo porque te encanta, prima
- ¡Sayuri!- se apena la pelinegra
- Es usted muy simpática- ríe el joven que también se ha sonrojado
- Me agradas, Helios. Y llegas justo a tiempo; fíjate que mi prima muere por ir a pasear al mar pero yo estoy agotada y no puedo más. ¿La acompañarias por mi?
- ¡Sayuri!
- Sería un honor, si a usted no le molesta, señorita- ofrece el joven Black
- No, no me molesta
- Bueno, pues los dejo. No llegues muy pronto, tía Rei estará muy ocupada. Helios, no te dejes engañar. Si no la cuidas como a una princesa, te mato. Se artes marciales
- Descuide, señorita. Nadie la cuidara meior-promete el de cabellos plata.
La Joven rubia desaparece corriendo entre la gente anted de que Hotaru pueda siquiera decir nada, se sonroja y no sabe que decir.
- Disculpe a mi prima, por favor. Es muy impulsiva
- Creo que le estaré eternamente agradecido por esta oportunidad
- Que cosas dice..
- Dices… por favor, no seas formal conmigo
- De acuerdo, Helios… No tienes que acompañarme, seguramente tienes mil cosas por hacer
- Nada más importante que esto. Por favor, permiteme ser tu acompañante este día-ofrece su brazo el muchacho que ella acepta apenada- ¿nos vamos?
- Si…
La muchacha de ojos amatista se mostraba verdaderamente nerviosa ante el elegante chico ensartado en ropas blancas, eran un contraste increíble, día y noche, un eclipse a los ojos de quienes les miraban.
Ambos recorrieron las calles pequeñas de Okinawa y conforme pasaban más tiempo juntos comenzaban a charlar con la naturalidad de los buenos amigos. Él le contó que vivía solo con su tío y ella le habló de su madre, de su hermano y de su vida en Praga. Charlaron de todo y de nada y cuando menos lo esperaban el atardecer coloreaba las olas del mar.
- Es verdaderamente hermoso, ¿no lo crees?
- Lo es. Hermosísimo- dijo sincero el de ojos de sol al ver el rostro de Hotaru y no pudo evitar tomarle una fotografía sin que ella se diera cuenta.
- Me encanta ver el atardecer…
- Es hermoso… Lo más hermoso que he visto
- Debo volver a casa, Helios
- Te llevo
- No es necesario
- Por favor, déjame aprovechar cada segundo… este día ha sido maravilloso
- Está bien…
la Joven de cabellos de noche caminó junto al de ojos dorados que puso su chaqueta sobre los hombros de Hotaru, pudieron tomar un taxi, pero para ambos caminar hasta la casa en la playa del abuelo Hino les daba un poco más de tiempo para conocerse mejor y charlar sobre todo lo que se les ocurría.
- gracias por traerme a casa…
- Es una linda casa…
- Es la casa de verano de mi abuelo, me encantaría hacerte pasar, pero…
- Lo comprendo. Tu familia no está para visitas ahora, pero si lo deseas mañana podemos vernos…
- Gracias por entender…
- ¿Puedo invitarte a desayunar?
- ¿Cómo?
- Bueno, seguramente debes ir al acuario… ¿Puedo invitarte a comer?
- Pues… si…supongo que si
- Excelente, pasaré al acuario a las dos. Te esperaré en la entrada
- Cla…claro-acepta nerviosa Hotaru
- Hotaru…yo-tartamudea el muchacho cuando ve a la chica regresar. Ella corre frente a él y planta sus labios en los de él con decisión pero con nerviosismo, él se sorprende en un inicio pero después reacciona al beso con el mismo nerviosismo pero también con la misma desesperación y sujeta su cintura para acortar aun más la distancia hasta que su educación inglesa lo hace recordar que está ante la musa de sus sueños
- yo…
- ¿Te veo mañana?
Él Acarició la mejilla de la chica y sonrió como quien descubre que sus sueños se volvieron realidad.
- nada podría evitarlo. Hasta mañana mi bella mariposa…
- Hasta mañana…
Hotaru Caminó con pasos trémulos al cancel de la propiedad Hino, aquella noche ella sentía que no pisaba el suelo, aquella noche ella sentía que nada podía arruinar la magia de su primer beso…
¡Hola!
FE DE ERRATAS:
Esta escritora mamá que duerme poco y mal tuvo un cruce de cables y tenia duplicado este capítulo con la ausencia de las últimas escenas (casi nada) lamento los inconvenientes pero les prometo el capitulo 17 más rápido que nada y gracias por entender :)
pues yo aquí cumpliendo mi promesa de publicarles cuando termine el capítulo de colchón que suelo tener que son 10 más de los que tengo publicados y pues me tiene muy motivada, espero no se me aburran con tanto capítulo tan seguido.. si es así díganme y le bajamos a la frecuencia;) ya saben.
mil gracias a Iras por ser el primer review de cada publicación :).te juro que viene cosas.de :o
matona:
gracias por las ideas, te hago parcialmente responsable de que las monjas barbonas toquen la cárcel.
lector.silencioso:
gracias por leer
a todos los.que ponen mi historia como favorita, a todos los que me.ponen como historia por seguir me hacen saber que esta historia no está sola y hay alguien más del otro.lado del.movil o la.lap que disfruta esta historia
los quiere:
La maga
