Hijo de la luna
Capítulo 21
Desde lejos
Pido pocas cosas, pido tu memoria
Que tú me recuerdes de buena manera
Al pasar los días de mi calendario
Yo voy descubriendo que te quise tanto
Tanto para que no pesen los malos momentos
Muy por el contrario, ya no hay más pendientes
Todo está saldado
Y si me preguntas, yo ya hice las paces
Sin arrepentimientos
Que te hagan feliz yo pretendo
Sentarme y mirar desde lejos que si me nombran
No mires al cielo
Y que me guardes en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tus sueños…
Santiago Cruz
Departamento de la familia Black
El alto joven de ojos dorados salió de su habitación con un pantalón de vestir gris, camisa blanca, saco a cuadros, tirantes y corbatín, sus lentes de aumento lo acompañaban y Zafiro que desayunaba en el comedor lo vio por encima de sus lentes.
-Luces muy formal
-Me toca exponer ante el grupo así que quise vestirme formal.
-Si quisieras cruzarte con una chica que te gusta quizás le llamarías la atención también.
-No es por eso, Tío
-Pero anoche llegaste muy tarde a casa.
-Rini quiso ir al cine y luego a cenar.
-¿Acaso tienes algo con la jovencita Chiba?
-Ya te dije que no, ella es… no sé. Como una hermana pequeña y se ha sentido muy triste porque su madre está internada en una clínica de rehabilitación ¿puedes creerlo?
-¿En verdad?
-Y su padre, no solo anda seduciendo alumnas. Resulta que tiene dos hijos de su matrimonio anterior y ellos están aquí en Tokio. Ella ha necesitado mucho apoyo, no lo ha llevado bien.
-Supongo que debe ser duro para ella.
-Quiero ser un buen amigo.
-Solo aclárale las cosas. Se puede confundir…
-Si, Tío. Descuida. Ahora debo irme, llegaré tarde a la universidad ¿tú te quedarás?
-No. Tengo cita a las diez con los Chiba para recorrer el hospital de Tokio.
-Si el doctor no está ocupado seduciendo alumnas.
-Helios… ten cuidado con tus suposiciones, Darien parece ser un hombre respetable.
-No creo que lo sea tanto si ocultó a sus hijos.
-Las historias tienen distintos puntos de vista. Anda, no llegues tarde.
-No lo haré, te veo más tarde.
Zafiro vio a su sobrino irse, definitivamente ese chico aunque noble tenía las mismas reacciones impulsivas de su padre "Hermano, si tan solo pudieras verlo; te sentirías muy orgulloso"
Cafetería Crown
La alta mujer de ojos cafés sacó una tarta del horno que estaba carbonizada. Lanzó varias maldiciones en francés de la época en la que vivió en París cuando suena la campanilla de entrada y su mejor amiga llega con un traje sastre beige de pantalón a juego con una blusa roja de cuello alto.
-Buenos días
-¿Qué tienen de buenos?- gruñe la castaña
-Mañana difícil
-Acabo de quemar la tarta de manzana verde
-Tu nunca quemas la comida. Esa soy yo.
-Es la quinta que quemó en la semana
-Estas desconcentrada.
¡Cómo no me voy a desconcentrar! Andrew se la pasa llorando por los rincones.
-¿Por qué? ¿Qué le pasa? ¿Está enfermo?
-Peleó con Darien. Bueno más bien Darien peleó con él por ocultarle lo de Raymond y no se hablan desde que sabe la verdad.
-Que mal, pobre Andrew, es su único amigo.
-¿Cómo que pobre Andrew? ¿Qué te pasa? Eres mi amiga, deberías sentirte mal por mi
-¿Por tí?
-¡claro! Si anda llorando por los rincones obviamente no me anda persiguiendo ni jugueteando ni dándome mi dosis diaria de amor.
-Mako.chan..no es tan grave
-No es tan grave? ¡Rei tengo una semana seca, seca! ¿Cuántos tiempo tienes tú
-Eso…eso no importa - responde sonrojada la pelinegra
-No…¿es en serio?
-¿Qué?
-Fue con Darien ¿verdad? ¿Entonces con Michael nada?
-Michael es un gran amigo pero nosotros no…somos amigos
-Ay no lo puede creer- se golpea la cabeza la castaña. De repente el doctor Chiba aparece en la cafetería ganándose la mirada de coraje de la castaña- y ahora se junta el hambre con las ganas de comer. ¿Saben qué? Los conozco, sé que van a empezar a pelear y yo no estoy de humor para ser su réferi así que fuera de aquí
-Pe…pero yo solo vine por café- señala el pelinegro su termo.
-Ve a otra cafetería y tú, tú deja de tomar tanto café, seguro es el tercero del día.
-Pero, Mako chan.
-No, no. Sin peros. Hoy no. - amenaza la castaña empujando fuera a su amiga y al pelinegro-tú, Reiko. Sube a tu coche y ve a la embajada y tú Darien. Ve a buscar tu coche. Adiós.
La castaña cerró la puerta de la cafetería y colocó el letrero de "cerrado".si,.realmente estaba demasiado frustrada esa mañana…
Villa Hino
Aquella tarde el coche de la unigénita de Takahashi Hino atravesó por la puerta de seguridad de la mansión de su padre, ella bajo de su coche y en la entrada entregó las llaves para que lo estacionaran. Su mayordomo la condujo a la oficina de su padre donde él la esperaba sin levantar la vista de sus documentos.
-¿Qué haces aquí?
-Otou San ¿sigues molesto por mi decisión de volver a Tokio?
-Como no voy a estar molesto, Reiko. Eres una mujer congruente, siempre lo has sido. Hace quince años me pediste que te ayudara a desaparecer y lo hice. Quisiste divorciarte y te apoyé porque era peligroso para Hotaru y para Raymond
-Lo sé Otou San… Gracias por apoyarme
-Pero de repente decides que quieren venir a vivir a Tokio y tirar mi esfuerzo por la borda.
-Otou san. Hotaru iba a venir a estudiar a Tokio. No la iba a dejar sola
-Pudiste impedirselo.
-¿Cómo me impediste irme a París? Ella ya no es una niña y sólo podía apoyarla
-Tiraste mi esfuerzo por la borda.
-Lo lamento Otou San… se lo prometí a Hotaru
-Sigo molesto
-Otou San ¿qué es eso de la orden de Restricción a Darien?
-Ya hablaste con él.Fue ingenuo pensar que no pasaría
-Tú lo hiciste
-Tenía que mantener lejos el peligro de mis nietos.
-Otou San. Si se hubiera sabido pudo malentenderse y Pudiste afectar su carrera.
-Era la única forma de mantener lejos a ese hombre
-Quiero que la anules
-¡qué! ¿Acaso aun lo amas?
-Sabes que mi matrimonio no terminó porque no lo amara… Solo… Así debía de ser.
-No lo haré
-Otou San . Por favor. Solo hazlo. No quiero afectar a mis hijos y la verdad tampoco a él.
-Si no me explicas el motivo exacto no lo haré.
-Tendría que contarte cosas que jamás creerías.
-Hazlo entonces, si dices la verdad te prometo que retiraré la orden y le ofreceré una disculpa a ese malnacido, si no…
-Necesitaremos algo más fuerte que un café…
Aquella tarde padre e hija charlaron por horas sin máscaras, Rei le contó todo lo que había vivido desde que tenía catorce años y por todo lo que había pasado, Takahashi Hino lloró como jamás lo había hecho, por culpa de no haber estado para su hija y que se sintiera apoyada, por dolor de saber todo lo que había sufrido y por miedo de saber que eso a lo que ella le temía estaba más allá de su poder, su fuerza y sus alcances…
Universidad de Tokio
La clase de anatomía era la favorita de Hotaru que luego de su clase era invitada a la cafetería por su padre donde desayunaba con él y charlaba un poco antes de ir a su próxima clase, esa mañana no fue la excepción.
-Te traje un emparedado y una ensalada, unas galletas de chispas de chocolate y un chocolate caliente.
-Otou San, es mucha comida- se divierte Hotaru que toma el bowl con ensalada y comienza a comer mientras su padre toma su croissant de jamón con queso.
-Mi pequeña estudia mucho, necesita energías.
-Otou San, es demasiada energía. Oka san me preparó el almuerzo también
-¿Ramen y agua caliente?
-Agregó una manzana - cuenta orgullosa la muchacha- vamos, lo suyo no es cocinar y todos lo sabemos.
-Si vivieran en Villa Hino la cocinera se encargaría de eso.
-Oka san es orgullosa y no le gustan las cosas fáciles. A Raymond y a mi tampoco.
-Supongo que está bien. Ella no va a cambiar y jamás me importó que no fuera lo suyo cocinar.
-Tus almuerzos eran geniales, siempre le hablo a Ray de ellos.
-Los Recuerdas.
-Si…
-Mi pequeña…- se enternece él- Hotaru sigues apareciendo en listas como Hino.
-Lo sé- acepta ella- ya hablé y tengo cita con la dirección hoy. Ya traje los papeles para hacer el cambio e sistema.
-Gracias
-Creo que no hacerlo es peligroso, algunos alumnos empiezan a inventar cosas y eso no me preocupa pero a ti podría traerte problemas con tus colegas.
-Me tiene sin cuidado pero me haría muy feliz poder presumir a mi bella e inteligente pequeña- dice él acariciando la mejilla de su hija.
-Otou San, ya no soy una pequeña
-Para mi siempre lo serás. Por cierto, ten- dice él extendiendo dos sobres a su hija
-¿Qué es esto?
-Son sus tarjetas de crédito. De tu hermano y tuya.
-No las necesitamos, Otou San. Pero gracias- intenta regresar ella
-Por favor consérvenlas. Es su decisión si las usan o no pero me sentiré más tranquilo si las tienen.
-Oka san se enojará.
-Ustedes elijan si le cuentan o no, pero tú hermana tiene la suya y así se que tienes de donde tomar dinero si necesitas.
-Oka san me da una mesada y tengo mis ahorros de mis trabajos de verano, Raymond igual
-Entonces solo guardenlas en sus carteras, pero por favor aceptada.
-Está bien, otou San. Gracias
-Gracias pequeña
-Debo irme- dice la joven besando la mejilla de su padre- te amo
-Y yo te amo pequeña.
Hotaru salió corriendo de la cafetería y no se dio cuenta que alguien la observaba desde los arbustos. El joven de cabellos plateados que empuñaba sus manos furioso. Vio a Hotaru correr a los edificios de la facultad de Medicina " maldito pervertido " susurró mientras caminaba a su próxima clase.
Helios no pudo concentrarse en sus clases y aunque su exposición fue aplaudida él sintió que no había dado de sí lo que estaba acostumbrado a dar, lo enojaba bastante el saber que el Doctor Chiba estaba seduciendo a su amada Mariposa con toda la impunidad del mundo y nadie hacía nada. Recordó que tenía trámites por hacer en las oficinas y antes de entrar chocó sin querer con su amada hada y le ayudó a recoger sus libros, uno de ellos tenía rotulado "Doctor Chiba" en el frente, el fingió no notarlo.
-Gracias
-Disculpa mi descuido
-No importa, yo venía distraída, venía charlando con mi prima por Celular
-¿Con Sayuri?
-¡si! Bueno, en realidad no somos primas pero para mi lo es. Nuestras madres son mejores amigas y desde pequeñas nos hemos visto así.
-¿Ella estudia aquí?
-¿Quién? ¿Sayuri? Ella estudia la secundaria, como mi hermanito
-¿No va a la universidad? Es muy alta
-Parece más grande porque es muy alta pero es una estudiante de secundaria y es muy madura para su edad.
-Claro
-Te estoy aburriendo. Perdona. No sé qué me pasa.
-No, no,no. No me aburres, es que yo… bueno…a mi…¿te gustaría?
-¡Helios!- grita una jovencita de coletas rosas desde su coche rosa
-Yo…
-Te llaman y yo…Debo irme
-No, por favor, es que…
-Adiós
La muchacha se giró y corrió en sentido contrario de donde venía la muchacha de ojos rojos, no se vieron a la cara y la joven de coletas se colgó del brazo del joven.
-Que bueno que te encontré antes de que te fueras. Vamos a comer
-Rini, yo tengo…
-Tarea, si. Comemos y luego te vas
-Pero, Rini
-No tardaremos, anda. No quiero comer sola.
-Bueno, pero solo comemos ¿de acuerdo?
-Si, ¿vamos en tu coche?
-Si, en mi coche está bien. Tu me dices a donde quieres ir.
-Eres el mejor
Los muchachos caminaron al estacionamiento y desde una esquina Hotaru vio como él le abría la puerta a la de cabellos rosados y luego se marchaban en aquel auto plateado. Ella negó con la cabeza para espantar la tristeza y decidió ir a la biblioteca, tenía mucho por estudiar.
Templo Hikawa
Aquella noche Hotaru se había puesto un discreto vestido violeta con medias negras y zapatos con un discreto tacón. Su hermano por su parte se había puesto un pantalón de vestir azul marino con una camisa blanca, Rei veía orgullosa a sus hijos; Hotaru a pesar de ser una chica alta no lo era más que su hermano menor que definitivamente sería tan alto como su padre.
-Lucen muy guapos ambos.
-Gracias por perdonarnos el entrenamiento vespertino de hoy Oka San.
-No se sientan tan afortunados, añadiremos media hora más al entrenamiento de cada día hasta recuperar el tiempo.
-Está bien…
-¿Todos listos?- se escucha la voz del padre de los muchachos al ingresar a la sala donde se encontraban los tres pelinegros.
-Si, Otou san- Responde Hotaru
-¿Podrías tocar antes de entrar a casas ajenas?
-Lo lamento, es la costumbre- dice despreocupado el médico mientras una risita se escapa de sus hijos- ¿ no vendrás con nosotros? Rini quiere conocerte.
-Tengo mucho trabajo
-En vista de que su madre no viene podríamos dar un paseo fuera de la ciudad ¿les gustaría ver el amanecer en la playa?
-No te atrevas. Te enviaré a la policía
-Tardarán en llegar. Nos dará tiempo de pasear ¿nos hacemos un tatuaje familiar?
-Voy por mi bolso- dice resignada la madre de los chicos.
-Siempre funciona- suelta orgulloso el de ojos azules y Hotaru y Raymond sólo sonríen.
Diez minutos después el Ferrari rojo del doctor Chiba viaja camino al restaurante Kyubei. Darien agradeció que el hijo de los dueños fuera su paciente y le hubieran dado una reservación.
-Es un lindo lugar, Otou San. Gracias por invitarnos. - agradece Hotaru
-Supuse que en el extranjero no habían probado buena comida Japonesa.
-Su tía Makoto cocina un mejor sushi.- asegura Rei
-Sin duda. Pero no me deja entrar a Crown desde hace semana y media, no sé por qué.
-Vi en Internet que este restaurante tiene las mejores críticas Oka san- cuenta el muchacho
-Supongo.
Aquella noche la ex sacerdotisa del Templo Hikawa aprovecho que no manejaría para beber un poco más de lo acostumbrado, jamás lo aceptaría pero la ponía demasiado nerviosa estar ante su ex.
-Hotaru, ya me notificaron de administración que solicitaste tu cambio de apellido en la documentación. Gracias
-¿Cambiaste tu apellido?- interroga la madre sorprendida
-A pesar de tu egoísmo Hotaru es una Chiba y como tal debe de identificarse.
-Otou San. Oka san No sabe que me registré como Hino. Hice sola todo el papeleo.
-Oh- se apena el padre de la joven- lo lamento
-Eso pasa cuando opinamos sin investigar
-Y cuando no damos explicación alguna y nos vamos sin decir nada
-¿Podemos no discutir?- pide Raymond
-Perdón, hijo. Por cierto tu madre y yo hemos hablado de tu cambio de apellido también pero me gustaría pedirte tu opinión
-¿A mi?
-Eres un Chiba igual que tu hermana. ¿Te gustaría serlo legalmente?
El rostro de Raymond se emocionó con aquellas palabras y asintió con la cabeza si pensarlo pero luego recordó a su madre y la miró boquiabierta.
-¿Puedo, Oka San? ¿No te molesta?
-¿De verdad te haría tan feliz, Ray?- cuestiona la madre y el chico asiente
-Pero si tu no estas de acuerdo…
-Dile a tu abogado que me envíe los documentos que necesita para hacer el trámite- se resigna la madre del joven
-Te los mandaré mañana
-Puede hacerlo tu abogado
-Pero lo haré yo. Por cierto, Raymond, esto es para ti- explica el médico entregando una tarjeta de crédito a su hijo- úsala para lo que necesites.
-Ya tenemos una mesada, Otou san. Pero gracias- declina el muchacho educadamente
-¿Ves? Te lo dije- agrega la hija mayor
-Igual que a tu hermana te digo que es para lo que necesites. Se que tu madre no necesita de mi ayuda económica y por ende ustedes tampoco Pero pueden tener una emergencia y estaré más tranquilo si la tienen con ustedes.
-Gracias acepta apenado el joven
-¿Tú también tienes una, Hotaru? - interroga la madre y la muchacha asiente.
-Le dije que no la utilizaría pero la acepté para tranquilizarlo.
-Debiste hablarme de esto, Darien
-No has estado muy disponible en agenda, así que hice lo que creí mejor.
-Para la próxima haz el favor de preguntar. La educación de los chicos está en mis manos.
-Creo que tenemos mucho de qué hablar al respecto
-Pero no hoy
-¡lamento llegar tarde!- interviene la joven de cabellos rosas que Hotaru había visto con Helios en la universidad, viste un vestido rosa pastel. En las manos trae varias bolsas y se sienta sin esperar respuesta junto a su padre- tu debes ser la ex esposa de papá
-Reiko Hino
-Eres realmente hermosa ¿eres modelo?
-Oka san trabaja en la embajada de República Checa -Explica Raymond
-Ya veo ¿por qué la dejaste ir, papá? Es hermosa y lista
-Ella escapó-.cuenta él a su hija y una mirada asesina de su ex.
-A ti te he visto antes.
-Soy Raymond, voy al colegio Mugen como tú pero estamos en diferente salón.
-Ya… eres el amigo de Sayuri. Papá es idéntico a tí, es muy guapo
Darien sonrie triunfal y regala una mirada a su ex esposa que sin decir una palabra lo amenaza con esos ojos amatista para que no hable.
-Y tu debes ser mi hermana mayor ¡qué emoción, siempre quise una! Pero pareces muñeca de porcelana, eres tan blanca y tus ojos… debes tener una decena de pretendientes
-No es así- se apena Hotaru que no nota que su padre está aliviado con su confesión
-No te preocupes, yo te ayudaré con eso. Mañana te llevaré de compras.
-Lo lamento, mañana es imposible
-¿Por qué? Es sábado
-Oka san nos lleva una vez al mes a hacer algún tipo de servicio a la comunidad desde que eramos pequeños, es una tradición
-¿En su día de descanso?
-Puedes venir con nosotros si lo deseas. Serviremos comida en un comedor para gente sin hogar- invita Raymond.
-Me encantaría pero no puedo, debo salir con mi novio.
-¿Por ese novio llegaste tarde, Rini? Debo tener una charla con Helios- regaña el padre de la joven
-No es su culpa, papá. No le dije que tenía está cena. De hecho lo invité pero dijo que no era correcto llegar sin ser invitado.
-Que chico más inteligente- agrega Rei que bebe su quinto trago- me agrada. Sabe que no debe ir a donde no lo invitan
-Oka.san- reprende Hotaru que entiende la indirecta
-Pero nos encantaría conocerlo. Puedes llevarlo al templo Hikawa cuando quieras
-¿En serio?- Se emociona Rini- es fantástico. Él es extranjero, amará conocer el templo.
Invitalo cuando quieras. Le daremos un tour
-Eres encantadora, Rei. Te compré una pulsera- entrega Rini una caja con una pulsera con rubíes
-No es necesario, Rini.
-Papá me dijo que el rojo era tu color así que…espero te guste
-Es hermosa, gracias
-Para mi hermanito, te compré un saco, está al último grito de la moda.
La muchacha entrega el bolso a su medio hermano con un saco de lino
-Helios me ayudó a elegirlo aunque creo que eres más alto que él. Podemos cambiar la talla
-Gracias, Rini. Es muy elegante
-Y para mi hermana, te compré un bolso para la universidad, me dijo papá que estudiabas medicina y que amabas las mariposas así que te compré este bolso morado con mariposas, Helios me ayudó, tiene un gusto tan refinado mi novio. Debes conocerlo.
-Si, claro.
-Rini. Pide algo de comer.
-Ya le dije al mesero que me traiga una limonada. Cené con Helios
-Quedamos que cenaríamos juntos.
-Lo sé, lo lamento.
-No te preocupes, Rini. Nos gustó mucho conocerte- minimiza el regaño del padre la mujer de ojos amatista.
-Gracias por entender, Rei. ¿De verdad fuiste sacerdotisa del Templo Hikawa?
-Lo fui. Hasta que tuve que marcharme a estudiar.
-Que maravilla. Mi abuelo seguro te ama.
-Siempre tuve una buena relación con Chiba Sama. Es un hombre maravilloso
-Y a ustedes los ha de adorar.
-Yo no conozco al bisabuelo Chiba- explica Raymond
-Y yo no lo veo hace quince años pero era un gran abuelo.
-Rei, no se lo he dicho aún a mi abuelo, pero…seguro querrá ver a los chicos cuanto antes.
-Lo entiendo…creo que… Debo…
-Yo hablaré con él, seguramente querrá verlos en cuanto lo sepa.
-Ajustaré mi agenda a lo que él te diga. Estoy en deuda con él.
-¿Crees que quiera conocerme, Oka San?
-¿Bromeas?- interviene Rini- eres igual a mi padre y tienes los modales de un príncipe, te va a adorar
-Si, Ray. No te preocupes. - apoya la hermana.
-Bueno , nosotros debemos retirarnos. Mañana tenemos un compromiso muy temprano, pero disfruten su cena- interviene Rei
-Los llevo
-No es necesario
-Vinieron conmigo se van conmigo
-Tomaremos un taxi.
-No.
-Debes llevar a tu hija a casa. Yo puedo proteger a los míos.
-Nuestros y ya te dije que yo los llevo.
-Vaya que quedó todo resuelto entre ustedes- se burla Rini- será muy divertido. En fin, Rei. Yo traje mi propio coche y debo pasar a casa de una amiga primero. Papá puede llevarlos a casa y yo te veo más tarde, papá.
-Si, Rini.- apoya el padre y Rini aprovecha para escabullirse.
-Gracias por llevarnos a casa, Otou San- interviene Hotaru besando la mejilla de su padre que intercambia miradas asesinas con su ex esposa.
-Yo amaré que nos cuentes más sobre ti- se emociona Raymond.
-Vamos entonces- sonríe triunfal el pelinegro que deja el dinero de la cuenta y abre la puerta del salón para que pase primero su ex esposa que solo atina a bufar al salir para demostrar su desacuerdo,aquel camino de regreso iba a ser muy largo.
Casa de la familia Hansford:
Aquella noche los cuatro hijos de los Hansford dormían plácidamente luego de haber correteado a Midori por toda la casa y obligar a los otros tres a ir a su habitación.
Andrew estaba ya en la habitación mientras Makoto tomaba un baño. Al abrir la puerta Makoto encontró a Andrew mirando triste su celular.
-Esta es la noche, Andrew. Midori está dormida y a los otros tres les di jarabe para la tos en sus malteadas. Dormirán hasta mañana- asegura la castaña que se abre la bata para mostrar un negrilla negro con encajes verdes.
-Mako chan. Estoy triste- explica Andrew sin despegar la vista de su celular.
-¡ llevas dos semanas tristes!
-¿Ves esta foto? - muestra su celular el rubio a su esposa- este día le conté a Darien que seríamos papá de Sayuri, festejamos a lo grande.
-Ash…Darien- se rinde la castaña y se cierra la vista sin que Andrew siquiera haya levantado la vista para ver su neglillé. Resignada se mete a la cama.
-Esta otra es del día que nos graduamos de la universidad, esta es del día que compramos tu anillo de compromiso, esta del día que nos mudamos a la casa y nos ayudó con la mudanza
-Que lo hiciste cargar todos los muebles solo porque te dolía la espalda
-Tengo una columna delicada, Mako chan.
-Aquí cuando remodelamos crown- muestra el rubio una selfie donde lucen llenos de pintura.
-Ese día devoraste toda la pizza.- agrega la castaña
-Él podía comer la ensalada, le gusta.
-Andrew, las cosas se van a arreglar, no te preocupes.
-¿Cómo se arreglaron con Rei ¿voy a ser la nueva Rei? ¿Me va a dejar solo con cuatro hijos?
-Andrew, esos cuatro hijos son nuestros.
-Y van a crecer sin padre
-Tu eres su padre
-Tú no entiendes mi dolor nunca has peleado con Rei
-Ay Andrew. Estoy demasiado frustrada para esto. Voy por un trago a la cocina.
-¡y ahora tú también me dejas!
Makoto salió de la habitación ignorando a Andrew no era la primera noche que pasaba por esto pero cada vez se ponía peor.
centro comunitario número diez:
Aquella mañana como lo habían anticipado los chicos Chiba habían ido a ayudar a servir comida al centro comunitario para personas sin hogar. Desde que eran muy pequeños, Rei los había enseñado a servir al prójimo y aunque solía cambiar la actividad siempre encontraban la forma de brindar su apoyo a la comunidad independientemente del lugar donde se encontraban, ahora que estaban en Tokio había conseguido espacio para ayudar en el comedor del centro comunitario aunque la resaca por haber bebido de más le estaba cobrando las cuentas a la hija del senador Hino.
-Oka san no luces muy bien- comenta Raymond.
-Estoy bien. Solo necesito que me haga efecto el analgésico
-No debiste tomar tanto, oka san- reprende cariñosa la hija mayor mientras sirven comida a las personas sin hogar
-No me regañes, todo es culpa de tu padre.
-Otou San no bebió tanto
-Necesitaba estar sobrio para molestarme.
-Bebe un poco de suero Oka san. Te sentirás mejor- anima el muchacho
-Gracias, Raymond. Eres muy dulce - sonríe la pelinegra mientras bebe su suero, ve acercarse a la fila un rostro que reconoce en seguida- Setsuna, Setsuna Meiou.
-Rei…
-¿Qué haces aquí?
-Yo…no…olvídalo.
-Chicos. Háganse cargo. Debo hablar con ella. Ven, te invito un café.
-No. No es necesario
-Yo si lo necesito. Hay una cafetería en frente.
A pesar de las negativas de la morena, ambas mujeres terminan en la cafetería donde además de un café sirven desayuno para ambas.
-no debiste molestarte, Rei.
-¿Cómo dices eso? ¿Qué haces aquí?
-No todas tenemos buena suerte.
-Eres la guardiana del tiempo
-Lo fui. Ya no más
-¿Por qué?
-Hice cosas… cosas que no debí y…todo tiene consecuencias. Fui relegada
-¿Por Luna?
-Hay cosas más poderosas que Luna, cosas arriba de nosotros y yo alteré las leyes, abusé de mi poder y fui castigada.
-¿Pero así? ¿Por qué no buscaste a Haruka y Michiru?
-Estaba avergonzada y ellas no entenderían. Solo quise alejarme.
-Pero… ¿y tú familia?
-He sido guardiana de las puertas del tiempo por siglos. No tengo familia
-¿Y un trabajo?
-No tengo documentos que avalen mi identidad, mis conocimientos ni nada. No soy nadie.
-Debiste buscarnos, cualquiera de nosotras te hubiera ayudado.
-No todas las personas te ayudan y…nadie tiene la obligación, tú menos que nadie.
-¿Yo? Tú no me hiciste nada. Las cosas fueron como debían ser ¿dónde vives?
-Hay un parque a unas cuadras donde acampan las personas sin hogar
-No. No puedo permitir esto, Setsuna. Te vienes conmigo al templo Hikawa
-No. No quiero ser una molestia y no podría recibir ayuda tuya, no después de lo que te hice.
-No me hiciste nada. Solo estabas en medio de todo eso. En el templo tenemos habitaciones suficientes y puedes ayudar a Kenzo y entrenar con los chicos mientras, ya encontraremos la forma de que puedas conseguir un trabajo mejor.
-No puedo aceptar.
-Si puedes y lo harás, ahora come.
-Gracias …
La mujer de ojos granate comió apenada, sabía que no podía aceptar la ayuda que le estaban ofreciendo pero estaba cansada de dormir en la intemperie y esa era la primer comida caliente no servida en una bandeja metálica que comía en semanas…
Centro comunitario número diez:
Hotaru y Raymond siguieron sirviendo la comida hasta que todos los asientos estuvieron completos. Tenían un tiempo libre así que Raymond le había pedido a Hotaru que amenizara la comida con un poco de música aprovechando que el Cello de su hermana estaba en la cajuela del coche se su madre.
Pidieron permiso al personal y Raymond bajó el pesado Cello de su hermana mientras ella arreglaba el lugar donde iba a tocar la muchacha.
Hotaru tocó varias canciones alegres que hicieron sonreír a las personas, al final y para terminar aquel pequeño recital tocó claro de luna y sus ojos se tornaron tristes y melancólicos. El aplauso llenó aquel lugar y para aquel punto su madre ya había regresado junto a aquella misteriosa mujer que la veía como quien se topa con un fantasma.
Departamento Black
Aquella mañana había sido difícil deslindarse de las invitaciones que Rini le había hecho pero a pesar de que la chica le inspiraba ternura, necesitaba un espacio para sí mismo. Se colocó sus pantalones de mezclilla, su camisa de lino blanca y sus mocasines color camello y tomó su cámara fotográfica para explorar un poco la ciudad.
Buscando en Internet se topó con varios sitios en el distrito diez que le parecieron interesantes, así que fue a un parque donde vio varias tiendas de acampar, había escuchado de las personas que no tenían hogar y que a diferencia de otros lugares del mundo solían acampar ahí y levantarse por la mañana. Tomó varias fotografías y se dio cuenta que muchas personas sin hogar se dirigían a un sitio en específico y este era un centro comunitario, quiso acercarse pero se dio cuenta que una mujer idéntica pero un poco mayor que su mariposa salía de aquél sitio con una mujer morena de cabellos oscuros y no pudo evitar tomar unas fotografías, la belleza de aquella mujer era como tener una vista al futuro del rostro de su bella mariposa, se sorprendió al ver salir a su bella mariposa de aquel centro pero acompañada de un muchacho de cabellos negros que la abrazó y besó en la mejilla antes de sacar un enorme Cello de la cajuela de un coche estacionado afuera de aquel sitio. Ambos entraron de nuevo a aquel lugar y pudo ver que ella comenzó a tocar en ese sitio, era como ver tocar a un ángel y el permaneció absorto en aquella mirada de muñeca color amatista que movía las cuerdas de aquel cello como si fueran una extensión de su cuerpo, aquella muchacha era simplemente hermosa y él solo un mortal que apreciaba su divinidad desde lejos…
Sentarme y mirar desde lejos que si me nombran
No mires al cielo
Y que me guardes en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tus sueños
Me sonrías y así desde lejos
Yo pueda ver que cerramos el cuento
Y que me guardas en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tus sueños…
