Hijo de la luna

Capítulo 22

Dos con Sed

De verdad lo intenté

Pero esta historia fue

Remar contra corriente

Yo sin mí

Tú sin fe

Dos solitarios más

En medio de la gente

Y éramos ciegos

Llorando conmovidos

En el cinema paradiso

Locos ilusos

Al filo del delirio

Adictos a un amor prohibido…

Dos con Sed:

(Miguel Inzunza)

Templo Hikawa

Luego de apoyar en el comedor comunitario, la familia Hino regresó al templo Hikawa con una nueva invitada, los hijos de Rei estaban sorprendidos de tener una invitada tan peculiar pero no dijeron nada al respecto .

Setsuna por su parte se sentía extraña de viajar en coche. Los últimos años se había movido caminando y había tomado más como un castigo aquel estilo de vida, la culpa la carcomía y no se atrevía a mirar a los ojos a ninguno de los tres pelinegros con los que se encontraba, no era por sus ropas viejas o por el mal olor que sentía que despedía, era completa y genuina culpa.

-Kenzo. Te presento a Setsuna Meiou, es una vieja amiga y va a quedarse con nosotros una temporada.

-Encantado- hace una reverencia el sacerdote

-De momento te ayudará con las actividades que se necesiten del templo. Por favor dale una habitación y ropa para que pueda cambiarse y ayudala en todo lo que necesite. Setsuna por favor siéntete en casa.

-Gracias, Rei. No lo merezco

-Todos lo merecemos. Chicos, ¿harán algo hoy?

-Yo voy a salir a pasear con Andy y Motoki y por la tarde iremos a la casa de los tíos. Le prometí a Sayuri ir

-¿Y tú, Hotaru?

-Estudiaré un poco y después practicaré con mi Cello. Hace mucho que no lo utilizaba y hoy me sentí algo oxidada.

-Me parece perfecto. Tu tía Makoto me pidió que fuera a su casa, ¿te parece si después pasamos tiempo juntas?

-Me parece excelente, Oka San.

-No saldrás entonces

-No. Te esperare aquí.

-Debo irme, tu tía Makoto sonaba algo desesperada.No olvides tu celular con batería, Raymond

-No, oka san. Te quiero.

Rei condujo hasta la casa de los Hansford y se topó en la entrada con un Ferrari que reconoció en un segundo, al bajar del coche lo confirmó.

-Darien. ¿Qué Rayos haces aquí? Deja de ser un acosador.

-Se que te parece difícil creerlo pero el mundo no gira alrededor tuyo y no estoy aquí por tí. Makoto me pidió que viniera a revisar a Sayuri.

La Castaña abrió la puerta antes de que alguien tocara el timbre.

-Makoto se que necesitas hablar conmigo pero si este… hombre entra a tu casa yo me voy. Después hablamos.

-Puedo volver luego si mi presencia molesta.

-Entren los dos.- dice con voz fúnebre y sin la felicidad que la caracteriza

-Pero, es que yo- intenta replicar la pelinegra

-Entren o los electrocuto- sisea sería la ama del trueno y ninguno de los ex esposos se atreve a decir nada.

Ambos son conducidos en silencio a la cocina de la casa que extrañamente está en silencio.

-Siéntense

-Es que, Makoto…

-¿No fui clara?

Ambos se sientan sin chistar, jamás habían visto a Makoto tan seria. Andrew entra a la cocina con los ojos hinchados y con una bata café abierta que muestra su pijama.

-tú también siéntate

-Si, Mako- Chan- acepta sin chistar el rubio, la conoce y sabe que lo que sea que tiene por decir no está jugando.

-Makoto. No sé lo que estés planeando pero yo no pienso convivir con este…seño..- la pelinegra no se anima a decir una palabra más ya que ve el rostro amenazador de Makoto.

-Los he citado aquí por una sencilla razón… ustedes dos pueden vivir peleando si lo desean y fingiendo que no sienten nada el uno por el otro, me tiene sin cuidado.

-Yo no siento nada por… - una mirada inyectada en sangre de la castaña- me callo.

-No voy a dejar que sus problemas se metan en MI cama

-¿Te atreviste a meterte Con Rei?- grita el pelinegro poniéndose de pie enfurecido y Makoto empuña su mano para provocar una corriente eléctrica y el peligro vuelve a sentarse.

-¡cómo crees eso! Rei es para mi una mujer vetada, ante mis ojos ella es como Unazuki, nunca podría. Que enfermo

-¿De qué hablas Makoto?- sigue sin entender la pelinegra .

-¿Saben por qué no he enviado a Andrew a hacerse la vasectomía? ¡Necesito sexo!

-Ay no, Makoto- se apena Rei y Darien se sonroja y tose de lado, Andrew observa a Makoto apenado.

-¿Saben cuánto tengo sin sexo? ¡dos semanas! ¡dos!

-Demasiada información- agrega el de ojos azules.

-Pues lo lamento pero si yo no tengo tranquilidad ustedes tampoco. Así que o arreglan sus malditos problemas o los arreglan.

-Pero nosotros no…

-Escucha, Darien. No me importa que seas un idiota pero no con lo que es asunto mío. En este caso, Andrew

-Pero yo no…

-Cállate- ordena- te enojaste con Andrew por no contarte sobre Raymond, pero yo lo obligué a no decírtelo so amenaza del divorcio.

-Aun así debió contarme - refunfuña con los brazos cruzados el pelinegro

-Pues si no hubieras sido un cabeza dura, Rei te lo hubiera contado hace quince años.

-Ella nunca me dijo nada

-Pues claro que no. El señor imbécil no la dejó hablar cuando ella te iba a decir la verdad y yo escuché lo que le dijiste porque estuve ahí, yo patee su necio trasero y la obligué a llamarte pero tú le dijiste que no querías saber nada de ella ¿lo olvidaste? Yo no

-¿Ibas a contarme?- voltea sorprendido el pelinegro y Rei solo bufa y se cruza de brazos.

Aun así. Adivina quién le ha insistido hasta el cansancio a Rei que te cuente de Raymond y que deje que Hotaru conviva contigo. ¡pues el idiota de Andrew!

-¿En serio?- se sorprende el médico

-No me gustaba verte sufrir tanto pero no podía hacer más, amigo.

-Es tu único amigo, imbécil y ha estado tan deprimido que yo no he tenido mis noches de acción ¡tengo cuatro Hansford! Necesito relajarme de algún modo

-Yo…lo lamento, amigo- se disculpa genuinamente el médico.

-Te extrañé tanto, amigo- se abraza el rubio- ¿me perdonas?

-Jamás debí molestarme contigo, perdóname. Anda, cámbiate y vamos por unas cervezas ¿cuánto tienes sin bañarte? Hueles terrible

-Solo un par de días. ¿También pollo frito?

-Si. También pollo frito.

-¡si!

-Andrew- grita Makoto al rubio que va medio camino hacia la salida del la cocina- si no obtengo mi recompensa esta noche quiero el divorcio.

-No te preocupes, Mako Chan. Hoy vamos a recuperar el tiempo- promete el rubio que guiña el ojo a su esposa antes de salir de la cocina.

-Yo…iré a revisar la nariz de Sayuri- dice él pelinegro poniéndose de pie para romper el silencio que invade la cocina.

-Darien, Rei. Están advertidos. No voy a vivir en medio de sus discusiones. Si van a negar lo que sienten, adelante. Pero los dos son unos cabeza dura que arruinaron todo y por culpa de ambos están donde están así que dejen de culparse el uno al otro porque los dos lo arruinaron.

-Mako - Chan.

-No estoy bromeando. Si sus pleitos vuelven a arruinar mis Arrumacos con Andrew, a tí voy a electrocutarte y a tí, voy a hacerte yo misma la vasectomía y sin anestesia, al final de cuentas todos sabemos que no tiene tanto uso como quisieras desde que te divorciaste.

-Yo… voy con Sayuri - se apena el de ojos azules que no niega ni acepta nada

-Yo debo irme también - dice la pelinegra que está realmente sorprendida y sin palabras.

-Por cierto, Rei. Enviaré a Midori con Unazuki pero los otros tres se van a Hikawa contigo y los recojo hasta mañana. No me importa si los alimentas con Ramen o McDonald's, solo los quiero vivos.

-No me molesta tener a tus hijos pero lo pintas como un castigo.

-Lo es. Es tu ex el que hizo todo este caos.

-Entonces debería de ser Darien quien pagara las consecuencias

-No estas tan limpia de culpa en este embrollo.

-Dile a los chicos que usen su tarjeta para pedir la comida.

-No necesitamos tu dinero

-¿Entonces quieres que vaya a Hikawa a fungir de niñero y a hacer pijamada? Suena interesante

-Alejate se Hikawa o voy a carbonizarte

-Y yo a enviarlos a terapia de pareja si siguen peleando

-Voy con Sayuri

-Y yo…Te veo mañana, Mako- chan- se escabulle la pelinegra y la castaña se queda sola en un segundo.

-Si. Váyanse, cobardes - grita la castaña satisfecha parcialmente por haber liberado toda esa frustración- yo ya me siento mucho mejor…

Makoto al quedarse sola abre el refrigerador y saca una rebanada de pastel de chocolate con menta. Oh si, ahora se sentía mucho mejor…

Mansión Chiba:

El coche rojo de la ex sacerdotisa del Templo Hikawa aparca su coche en la entrada de aquella mansión que tenía más de una década sin pisar, entregó sus llaves y siguió al personal que la recibió, el patriarca de los Chiba la esperaba sentado ante la chimenea.

-He llegado Chiba Sama- se presenta la mujer y el anciano sonríe y se pone de pie haciendo de lado los formulismos, sorprendiendo a la mujer.

-Me hace muy feliz verte de nuevo, sigues igual de bella y joven

-Es un adulador, Chiba Sama

-Solo digo la verdad, ven, siéntate. Te tengo chocolate belga, no puedes resistirte.

-Sabe que son mis favoritos, entonces Darien se me ha adelantado. Le dije que no era necesario.

-Aunque sigue molesto, nadaha cambiado en él. Siempre querrá protegerte. Aunque no es necesario. Se lo que amas a mi nieto y aunque jamás estuve de acuerdo sé que debió ser una razón válida la tuya para irte así

-Yo no puedo entrar en detalles pero, necesitaba proteger a mis hijos.

-Hotaru debe ser una señorita hermosa y él chico: Raymond. ¿Tienes una foto suya?

-Aquí está- Saca ella su móvil y muestra su fondo de pantalla, una foto de Rei con sus hijos en la muralla china.

-Es idéntico a Darien pero tiene tus ojos, qué alegría que ambos tengan tu mirada.

-Gracias por comprender Chiba Sama.

-No te perdonaré que no los traigas para verlos. Mañana mismo ¿lo harás?- ella asiente

-Les he hablado mucho de usted todos estos años

-Que alegría tenerte de nuevo aquí. Debes venir a verme a menudo.

-Chiba Sama. No quiero causar problemas con la esposa de Darien, puede malinterpretarse

-Me tiene sin cuidado en primer lugar, en segundo. No debes preocuparte por eso, no está en el país

-¿Cómo?

-Darien no va por ahí contando las cosas pero, ella tiene problemas con la bebida y los calmantes, un día se excedió y casi muere. En el hospital dicen que intentó suicidarse

-De nuevo..

-Ella aceptó internarse en una clínica en el extranjero, a nadie le dijeron donde.

-Ya veo.

-Se que hace quince años te culpable por que intentara suicidarse, a veces las personas traemos cargando cosas que los demás no saben…

-Debió sentirse terrible

-Dice un sabio, querida nieta que tengamos cuidado con lo que pedimos porque puede ocurrir que los dioses nos lo concedan y no siempre es para bien

-Entiendo, Chiba Sama.

-¿Trabajas en la embajada de RepúblicaCheca?

-Si. Y vivimos en el templo Hikawa

-¿Por qué no viven en Villa Hino?

-No quise que Otou San sintiera que puede controla las vidas de los chicos, se que los ama pero…

-Es un mandón como tú

-Y quise que los chicos vivieran una vida sencilla.

-Serán unos chicos estupendos sin importar donde vivan.

-Espero que así sea, Chiba Sama. Ahora debo irme

-Gracias por venir. ¿Te veré mañana?

-Claro que sí. Vendré por más chocolates belgas-.promete la mujer besando la mejilla del anciano.

-Te tendré una dotación completa.

-Va a hacerme engordar.

-Patrañas. Te veo demasiado delgada, nieta. Lo que necesitas es comer más.

-Debo irme, Chiba Sama. Volveré mañana

-¡Con mis nietos!

Rei se despidió sonriente y relajada, agradecía que el abuelo de Darien no le hubiera hecho ningún reclamo, seguramente aunque rechazó la ayuda su ex había preparado el camino previamente. No lo aceptaría pero estaba agradecida por ese gesto…

Templo Hikawa:

La bella muchacha de cabellos negros había hecho una pausa de sus estudios para ir a la cocina por algo de comer. Aquella mañana el templo estaba muy tranquilo pero agradeció esa tranquilidad para relajarse un poco, a lo lejos pudo ver a Setsuna enfrascada en su shihaya junto a Kenzo que le está dando alguna instrucciones, no se ha atrevido a preguntar pero sabe que esa mujer guarda demasiados fantasmas en su corazón, desconoce la causa pero pide a los Kamis que la ayuden a encontrar la paz.

-¿Qué está pasando dentro de esa cabecita?- se escucha la voz del padre de la muchacha y está sonríe

-¡otou San! ¿Qué haces aquí?

-Bueno pues quise aprovechar el fin de semana para pasar tiempo con mis hijos

-Raymond sé fue con Andy y Motoki y Oka San dijo que volvería un poco más tarde.

-¿Quieres ir por un helado?

-Otou San, ya no tengo tres años- se ríe Hotaru- pero me encanta la idea.

-Te llevaré al centro comercial y pasaremos por una librería, quiero que tengas unos libros adicionales a los de la bibliografía para tu semestre

-Gracias, Otou San. ¿Invitaremos a Rini?

-Salió muy temprano con su novio , esa niña no tiene cabeza para nada más.

-Es pequeña. Raymond también solo tiene ojos para Sayuri

-¿Sayuri y tu hermano?

-Solo son amigos, otou San. Pero… no sé cuánto tiempo más.

-Creo que debo hablar con él de chicas.

-Michael ya lo hizo pero seguro agradecerá tus consejos

-¿Quién es Michael?

-¿Nos vamos? No quiero que Oka san y tu peleen de nuevo

-Si, vamos. Ya hemos peleado mucho por un día

-¿Viste a Oka San?

-No es lo que crees. Tu tía Makoto nos citó porque… tu tío Andrew y yo habíamos discutido así tuvimos que arreglar las cosas.

-¿Entre oka san y tú?

-No. Entre Andrew y yo. Por cierto debemos volver temprano, tus primos dormirán aquí hoy.

-Vaya que fue una mañana interesante.

-No tienes idea de cuanto.

Aquel Ferrari rojo se desplazó hasta el centro comercial y padre e hija fueron primero a la librería donde compraron un par de libros de apoyo para Hotaru y luego aquel prometido helado, ambos de chocolate amargo, el padre de la muchacha le ofreció galante su brazo y ella lo aceptó sonriente, era como cuando era una pequeña y solían tener citas padre e hija.

Ambos estaban tan felices que no se dieron cuenta que una mirada dorada observaba el cuadro con rabia mientras fue sacado del ensimismamiento por su compañera que lo tiró del brazo mientras gritó y alcanzó antes a los pelinegros, él llegó un par de pasos después.

-¡Hotaru, papá!

-¡Rini!- sonríe su mariposa sin la menor congoja y en dos segundos están de frente. -¡qué gusto verte! ¿Qué haces aquí?

-Vine con mi novio- se cuelga Rini del brazo del joven- Helios Black. Helios, te presento a mi hermana, Hotaru Hino.

-Chiba, Rini. Ya arreglamos eso en la universidad

-Él es…¿Tu padre?- boquiabierto el de cabellos plateados.

-Si. Él es mi papá

-Ahora entiendo…

-¿Ya se conocían?- se extraña Rini

-Vamos a la misma universidad- explica Hotaru.

-Que bien. ¿No es guapísimo mi novio, hermana?

-Hotaru, no es apropiado hacer esas preguntas

-Ay papá. Helios, mi hermana vive en el Templo Hikawa. Hotaru me gustaría tener una visita guiada en el templo para ambos ¿puedes?

-Claro, mándame un mensaje y lo organizamos.

-Rini, debo llevar a tu hermana de regreso a casa o su madre va a matarme. ¿Quieres ir con nosotros?

-No, papá. Iremos al cine

-Bien. Cuídala mucho, muchacho. Y quiero tener una charla contigo más tarde

-Si, Doctor Chiba

-¿Nos vamos Otou San? No quiero que oka san se enoje.

-Si, pequeña. Vámonos.

Hotaru se alejó con su padre y no se dio cuenta que una mirada dorada se clavaba con nostalgia en ella y él tampoco pudo ver que una lágrima traidora rodó por la mejilla de porcelana de aquella muchacha…

Templo Hikawa:

Tal como Makoto había prometido, los gemelos se quedaron a dormir en la habitación de Raymond y Sayuri aún con su nariz encintada se quedó con Hotaru y luego de encargar hamburguesas en la habitación de Raymond y comida china en la de Hotaru ,Sayuri miraba boquiabierta a su amiga que le acababa de contar su día

-¿Entonces Helios es novio de esa rinoceronta?- incrédula rubia y Hotaru asiente mientras come su pollo a la naranja- ¿qué le vio?

-Rini es muy bonita

-Oye, será tu media hermana pero debes ser realista, bonita no es.

-Sayuri…

-Además es mil veces menos inteligente que una esponja de mar. ¿De qué habla con él? Creí que era un chico listo.

-Ocurre como con Otou San y su esposa, son distintos pero se complementan.

-¿Se complementan? ¿De dónde? ¡ay claro! Se complementan tanto que ella está internada porque se le pasaron sus pastillas y las copas y casi se pasa a acompañar a mi pez dorado.

-Sayuri, no digas esas cosas.

-Es real. Yo escuché a la prefecta. Por eso son tan permisivos con ella en el colegio, luego dice que tiene terapia y se escapa, ahora sabemos a donde.

-No debería saltarse clases

-Para ser sinceras no es que aprenda mucho, se le pega más la pelusa a esta blusa que a tu hermana una ecuación.

-Sayuri, eres cruel

-Soy sincera. Tómalo o déjalo. Oye que detalle de tu padre de darnos carta libre con la cena. ¿Dónde está el pastel?

-Aquí-entrega Hotaru

-Ven aquí, bebé. Es casi tan bueno como el de mamá.

-¿Qué tenían que hacer tus padres que enviaron a Midori con tu tía y a ustedes aquí?

-Mamá va a discutir con papá- cuenta sin pena la rubia que come su pastel- seguramente acaba de descubrir que se escapa a ver al tío Darien mientras finge comprar los insumos de Crown

-¿Hace eso?

-Lo descubrimos hace meses. Mamá se la estaba guardando para reclamarla en algo grande.

-Y no le gusta que estén ustedes cuando discuten

-No, en eso son muy cuidadosos, aunque no discuten tanto. ¿Los tuyos lo hacían mucho?

-Todo el tiene pero, se reconciliaban en dos minutos, siempre me parecieron tiernos.

-Vaya que son distintos. ¿Y qué compraron en el centro comercial?

-Varios libros que me recomendó para ampliar mis conocimientos, se ven muy interesantes, también varias revistas médicas.

-Te emocionas como si no fuera algo de la escuela.

Extrañé mucho estar así con él y soñaba con que se sintiera orgulloso de mi.

-Y como no, eres la hija ideal. Rini la tiene difícil. En todos los sentidos

-Sayuri…

-Ya pues… Ray está Feliz con tu papá ¿verdad?

-A morir, siempre soñó con tener a Otou San.

-Si, yo también lo veo feliz.

-Por cierto ¿aún no se te declara?

-¡Hotaru!

-¿Qué? Se gustan.

-Somos amigos, grandes amigos

-Pues Otou San ya va a hablar con Ray de planificación familiar

-¡Hotaru!- lanza la rubia una almohada a su amiga y da el la frente, esta se ríe y le regresa el gesto. En realidad necesitaba reír y sentirse bien luego de haber roto su corazón unas horas antes…

Departamento Black:

Aquella noche el joven de cabellos plateados entró azotando la puerta y bufando, no era algo común en él.

-¿Mal día?

-¡estoy furioso!

-No es un sentimiento propio de ti, Sobrino

-¡tenías razón, Tío! Debí aclararle a Rini las cosas. Estoy muerto

-Siéntate y dime qué pasa.

-Pasa que… ¿Recuerdas que te dije que el Doctor Chiba estaba seduciendo a mi mariposa?

-Si y yo te dije que eso no sonaba bien.

-Pues tenías razón, hoy Rini quiso ir al centro comercial y ahí estaba el Doctor Chiba paseando del brazo de mi mariposa.

-¿En serio?

-Rini no se sorprendió y corrió a saludarlos

-Interesante

-Luego me presentó a Hotaru: su media hermana

-Increíble

-Y a mi me presentó como su novio. No supe que decir, solo…¡ay debí hacerte caso!

-Helios se veía venir que las cosas se iban a complicar, entonces ¿tienes novia ahora?

-¡no, Tío! Necesito hablar con Rini sin romperle el corazón.

-No se cual sea su relación como hermanas, pero hay algunas que solo por ser ex novios de sus hermanas son hombres vetados.

-No me digas eso, Tío. Además, Rini y yo no…yo solo he salido a acompañarla.

-En Asia las relaciones suelen ser algo frías, además tampoco son tan formales para pedir ser sus novias, como en occidente.

-¿no Pudiste decírmelo antes?

-Te dije que fueras sincero y directo

-Ay no, Tío. Soy hombre muerto, lo soy…

-Calma, todo se calmará.

-Voy a darme un baño, estoy furioso.

Zafiro vio a Helios alejarse hacia su habitación, realmente estaba frustrado, quizás debió estudiar más libros sobre la adolescencia y las relaciones de los humanos…

Mansión Chiba:

Aquella tarde el coche rojo de Rei entró sin ningún problema al recinto del patriarca de los Chiba y al estacionar su coche en la entrada de la casa bajaron de este la heredera del fuego y los dos herederos de su mirada.

Los tres fueron conducidos hasta el jardín trasero de aquella mansión donde el comedor exterior les aguardaba una mesa con aperitivos y a los pocos segundos apareció el bisabuelo de los muchachos, Hotaru sonrió y corrió a abrazar al anciano mientras el Hermano menor se acercó con cautela, el anciano lo abrazó también.

-Por dios, eres idéntico a tu padre, pero tienes los ojos hermosos de tu madre

-Gracias, Chiba- Sama

-¿Chiba Sama? ¡muchacho soy tu bisabuelo! Bueno, solo llámame abuelo, no me quiero sentir más viejo de lo que ya soy.

-Usted no es viejo, Chiba Sama- halaga Rei con una sonrisa sincera.

-Por eso eres mi nieta consentida

-Que no lo sepa su familia de Londres, causaría problemas.

-Esos cuervos. Anden, vengan, coman. Como no he visto a Hotaru en años y a tí Raymond no sé lo que te gusta les he mandado hacer de todo un poco, para mi nieta consentida - toma a Rei del brazo y la conduce- te pedí comida italiana y pastel de chocolate de postre.

-Chiba Sama, es un consentidor- dice con tono cariñoso Rei al anciano.

-Gracias Oji San- besa la mejilla de su abuelo la joven de melena corta y camina hacia la mesa donde está servida la comida y toma algo de ensalada y pescado.

-Gracias, Chiba…Oji San - se corrige el muchacho y elige carne roja y vegetales al vapor.

-¿Una copa de vino, Nieta?

-Por favor

-Vamos, sentémonos.

-Es un gran detalle, Chiba Sama. No debió molestarse.

-Pamplinas, tenía quince años sin ver a mi princesa y ahora debo tirar la casa por la ventana, me he perdido tanto de ti, Raymond. Cuéntame de ti, muchacho.

-Voy al colegio Mugen, el último año de secundaria. Tengo poco tiempo pero me perfilo a entrar al cuadro de honor.

-Mi hermano es un cerebrito, OjinSan

-También tu, Hotaru. Por algo entraste becada a la universidad

-¡Tú también tienes beca!

-Chicos, por favor- reprende Rei.

-Vamos, déjalos. Me encantan. Que sean dos chicos felices me dice que crecieron bien.

-Gracias, Chiba Sama. Me esforcé porque así fuera.

-Lamento llegar tarde- se escucha una voz masculina que interrumpe la conversación, todos reconocen de quien se trata y la madre de los chicos que sonríen solo trata de disimular su desagrado.

-Ven, Hijo. Sírvete algo de comer ¿dónde está Rini? Te dije que era una comida familiar.

-Por eso llegué tarde, discutimos y ella no quiso venir porque tenía una cita con su novio, ya ves como es la juventud.

-Ay Darien… es por demás decir algo respecto. Ven, come.

-Chiba Sama. Creo que debería retirarme para que puedan charlar en familia, yo ya no soy parte de la familia desde hace años.

-¡ni se te Ocurra levantarte! Tu siempre seras mi nieta.

-Gracias, Chiba Sama, pero…

-Anda, dejen sus diferencias de lado al menos por esta tarde. Háganlo por este viejo.

-Yo estoy de acuerdo, abuelo. Creo que los chicos lo merecen.- dice él médico y su ex esposa no tiene de otra que quedarse sentada, puede pelear contra su ex pero respeta demasiado a ese anciano.

-Está bien…

-Así que en la universidad de Tokio, Hotaru. Estoy maravillado,.pequeña.

-Así es, abuelo. Y eligió Medicina, soy su maestro en una de sus materias.

-¿Por qué no me lo habías dicho?

-No se había dado la oportunidad, abuelo.

-Doctora… que maravilla…

-Gracias, OjinSan

-Raymond, deberías ir con tu padre a ver los hospitales, quizás te decidas por lo mismo que tu hermana y tu padre.

-Aun tengo tiempo, OjinSan. Pero si me gustaría ir

-Le prometí a Hotaru llevarla a ver una cirugía la semana próxima ¿quieres venir con nosotros?

-Creo que una cirugía es algo muy fuerte para que sea mi primer encuentro con la medicina, Otou San. Mejor llévame otro día y me muestras algo menos sangriento.

-De acuerdo.

-Raymond aún no se decide por algo, Chiba Sama. También estuvo en los grupos de debate en su antigua escuela.

-Un político como el gruñón de tu abuelo.- se burla el bisabuelo del muchacho y este ríe- no se lo digas. El anciano está mal del corazón, un coraje le hará daño.

-Será nuestro secreto, Oji San

-Bien y quiero que me visites a menudo, muchacho, tengo que ponerme Al día.

-Si, le diré a Oka San o a Otou San que me traigan.

-Sobre eso, les tengo un regalo

-¿Qué regalo, abuelo? Por favor no te excedas- suplica Darien

-Exagerado- minimiza el abuelo y entrega dos cajas a los jóvenes que abren y contienen un llavero cada una con una llave de coche- un pequeño detalle para mis nietos

-¿Un auto?.- se sorprende Hotaru y al accionar el botón suena la alarma de un mini.cooper negro- es hermoso, Oji San. Gracias

Raymond acciona el suyo y un mazda color azul marino

-Abuelo, no puedes comprarle un auto a nuestros hijos sin preguntarnos antes- reprende tranquilo Darien

-¿Y por qué se supone que no puedo?

-Raymond es muy joven para manejar y Hotaru…Si Rei hubiera querido que Hotaru tuviera un auto le habría comprado uno hace tiempo.

-Ay por dios, no sean hipócritas. Darien a ti te compré un Ferrari cuando tenias la edad de Raymond, así que agradece que no Le compré un Ferrari…aún.

-Abuelo….

-La universidad de Tokio está muy lejos del templo Hikawa y yo quiero que Raymond me visite a menudo y todos sabemos que a esta casa no se llega en autobús y por último, Rini tiene un coche desde hace un año.

-Le agradezco sus regalos a mis hijos, Chiba Sama. De momento ninguno puede utilizarlos porque aún no toman clases de manejo pero cuando lo hagan negociaremos las condiciones de uso.

-¿Podemos aceptarlos Oka san?

-Den las gracias a su abuelo.

-¡gracias Abuelo!

-¿Ya ves? Mi nieta es más comprensiva

-No hubieras hecho lo mismo si el que hubiera hecho el regalo fuera tu padre- reclama en voz baja el de ojos azules a su ex esposa.

-Pero lo hizo tu abuelo y yo a él no le puedo decir que no.

-No fuera a su nieto.

-Algo habrá hecho su nieto- regresa con una sonrisa la pelinegra

-¿Así discutían cuando estaban casados, Hotaru?

-Más o menos, Ray. Más o menos.

-Darien, cómo va la anexión de Raymond al libro familiar porque supongo que ya lo estas viendo.

-Si, abuelo. La próxima semana quedará el trámite y Ray será oficialmente un Chiba.

-¿Éstas de acuerdo, hijo?- pregunta el anciano al joven.

-Si, OjinSan. Estoy muy emocionado,

-Una vez hecho el registro haremos los cambios en tu escuela y documentos oficiales

-Yo puedo hacerlo

-No eres la única con abogados, Reiko

-No le hables así a mi nieta- golpea con su servilleta de tela a la cara del nieto el patriarca de los Chiba.- discúlpate.

-Lo lamento- dice sobándose la cabeza el pelinegro

-OjinSan, ¿ nos contaras historias bochornosas de cuando Otou San era niño? - pide Hotaru

-Claro que si, princesa

-¡abuelo!

-Tú te callas.

el patriarca de los Chiba le contó a los muchachos y a su madre varias historias penosas que involucraban a su padre y aquella tarde Rei y sus hijos rieron como hacía muchos años no lo habían hecho, la tarde se les pasó muy rápido y no se dieron cuenta cuando el sol se fue a dormir…

Universidad de Tokio:

Luego de la primera clase Hotaru y su padre fueron a su ritual matutino de desayunar en la cafetería, camino a la cafetería el médico se topó con dos de sus colegas en los pasillos cercanos.

-Doctor, Chiba, buenos días.

-Doctora Kinomoto. Que gusto verla, Doctor Taeda.

-¿Se dirige a desayunar, Doctor?

-Es correcto, los desayunos de la cafetería son los mejores del campus, se lo he dicho a mi hija. ¿La conocen ya?

-¿Su hija?

-Así es- explica el pelinegro abrazando a la joven- ¿no es hermosa?

-Creímos que solo tenía una hija, Doctor.

-Creían mal. Hotaru es mi hija mayor, ella y su hermano vivían en el extranjero por eso seguro no habían oído de ellos.

-Yo si había visto a esta chica, se habla mucho de su inteligencia en la sala de maestros, pero es Hotaru Hino.

-Si, me registré con el apellido de mi madre al ingresar, pero ya he cambiado el registro en la administración- explica penosa la muchacha.

-Ya saben, detalles burocráticos- dice sin preocupación el padre de la joven.

-Si nos disculpan. Mi hija solo tiene una hora antes de su próxima clase y debo asegurarme que desayune.

-Otou San…

-Con permiso- se despide el hombre tomando a su hija consigo y entrando a la cafetería. Cuando ambos tuvieron sus desayunos en la mesa Hotaru cuestionó a su padre.

-Otou San ¿qué fue eso?

-¿Lo de la entrada de la cafetería? Dos compañeros intentando investigar sobre los rumores.

-¿rumores?

-Seguramente a más de uno le pareció raro ver a un hombre de mediana edad todo el tiempo con una estudiante de nuevo ingreso. Mucha gente empezó a especular.

-Que bueno que hice los ajustes de mi apellido en la administración.

-Seguramente el rumor se expandirá rápidamente, lo lamento, seguramente querías pasar desapercibida como hija mía.

-No quería que me compararan, se que fuiste un gran alumno, eso me dijo Oka san.

-Solo fui un alumno aplicado y sé que tú y tu hermano serán iguales.

-Gracias, Otou San

-¿Viniste en tu coche?

-No. Oka san dijo la verdad, no sé manejar.

-¿Quieres que te de lecciones?

-¿Tendrás tiempo?

-Me lo haré. Será un pretexto para pasar más tiempo juntos. ¿Será bueno llevar a Ray?

-Él ha practicado un poco más. Michael le dio algunas lecciones cuando fuimos a su casa de campo.

-¿Michael? ¿Quién es Michael?

-Mira la hora, debo irme

-Hotaru…

-Adiós, Otou San. Te veo después, te quiero-afirma la muchacha besando la mejilla de su padre y saliendo de prisa de la cafetería, su padre sonrió con el beso pero sintió una punzada en el estómago con aquel nombre.

Luego de sus clases, Hotaru se quedó un rato más en la biblioteca y luego tomó sus cosas y en la salida se topó con Helios que al verla se sonrojó.

-Ehm… Ho… Hola- tartamudear él

-Hola, responde con fingida tranquilidad la joven

-¿Tienes más clases?

-No. Ya terminé por hoy, me quedé a hacer unas tareas, estudiar un poco y ahora voy a casa.

-¿Al templo Hikawa?

-Si. Justo ahí.

-Si gustas yo…

-¡Helios, Hotaru!- se escucha la voz de Rini llamarles y llegar corriendo con su uniforme del colegio

-Hola, Rini. ¿Saliste ya del colegio?

-Si. Hoy tomé todas mis clases, Helios me dijo que no debo saltarme tantas clases

-Estoy de acuerdo, debes estudiar mucho

-Es muy aburrido- chilla la joven.- para ustedes es fácil, son un par de genios

-No es eso… solo nos esforzamos- aclara cariñosa la hermana mayor- ahora los dejo, debo irme

-Estaba a punto de decirle a Hotaru que si ella lo desea podemos llevarla, a mi me gustaría conocer el templo Hikawa

-Si, Hotaru, vamos. Sirve que saludo a tu mamá, es una mujer muy agradable

-Seguro tienen planes

-Anda, vamos. Hoy tomé un taxi para que Helios nos lleve. Vamos- insiste la pelirosa cargándose del brazo de su hermana de un lado y de Helios del otro- sirve que nos muestras el templo.

Los tres jóvenes subieron al coche plateado de Helios, Hotaru en la parte trasera y Rini en el copiloto. Rini estaba emocionada contando sus aventuras del dia a su hermana y al de cabellos plateados, tanto que no se dio cuenta que los orbes dorados se mantenían fijos en la muchacha de cabellos negros sentada a menos de un metro de él, quizás tampoco hubiera podido percibir el sonrojó en las mejillas de Hotaru, Rini era ajena a todo lo demás…

-En verdad es fascinante el templo, Hotaru- dice Rini

-¿No habías venido antes?

-Nadie en la familia es religioso

-Oh, ya veo

-¿Y tú vives aquí? - pregunta Helios.

-Ahora vivimos: mi madre, mi hermano, Kenzo y Setsuna

-¿Quienes son Kenzo y Setsuna?- interroga Rini- de ellos no había oído

-Kenzo es el sacerdote que se hace cargo del templo

-Creí que esa era tu madre

-No. Oka San estuvo fuera casi veinte años. Cuando Oji San murió un amigo de ella: Nicholas se hizo cargo, pero luego él tuvo que irse porque se casó y se fueron a vivir a Yokohama, así que Kenzo vino de otro templo a hacerse cargo, Oka San solo le daba instrucciones a distancia.

-Ya veo ¿y quien es Setsuna? ¿Es hermana de tu madre?- interroga Rini

-No, es una vieja amiga suya, aunque no había oído nada de ella nunca.

-Interesante

-¡Hola, Setsuna!- dice la jovencita de melena

-Señorita Chiba, buenas tardes

-Solo dime Hotaru, por favor. Te presento: ella es mi hermana Rini y él es su novio, Helios.

-Un gusto ¿necesitan algo?

-¿Has visto a Kenzo? Me gustaría que me ayudara a mostrarle el templo a ambos adecuadamente.

-Iré a buscarlo y le diré que lo busca.

-Gracias, lo esperaré en la sala de té. ¿Quieren tomar un té?

-Si, me encantaría- dice Helios y Hotaru asiente y camina guiándonos. Les preparó un té y les sirvió algunos dulces y galletas que devoró Rini mientras Helios bebió el té en silencio, un par de minutos después llegó Rei.

-Hola, Rei- saluda contenta la de cabellos rosas

-Que gusto verte aquí, Rini. ¿Quién es este joven tan apuesto?

-Es mi novio, ¿no es guapo?

-Encantado, señora. Mi nombre es Helios Black.

-Mucho gusto, Helios. Espero que trates muy bien a Rini o te Las verás conmigo

-No se preocupe, soy un joven muy respetuoso

-Rei ¿nos mostrarías el templo? Creo que nadie mejor que tú

-Encantada- sonríe la pelinegra acariciando la cabeza de la joven.- hoy seré su guía.

-Helios, Rei además de hermosa e inteligente fue una Miko.

-¿En verdad? Es increíble

-Crecí aquí así que era parte del paquete.

-¿Me leerlas la fortuna después

-No soy adivina, Rini pero puedo hacerles una ceremonia del té cuando quieran.

-Me encantaría, Señora Chiba, mi tío y yo hemos leído sobre ellas y nos encantaría estar en una.

-Gracias, Helios. Estaré encantada de recibirlos a tu tío y a tí, solo no me llames Señora Chiba. Esa es la madre de Rini, solo llámame Rei ¿quieres?

-Claro… lo lamento

El templo Hikawa fue mostrado a sus visitantes con la mayor de las maestrías, Helios estaba fascinado de todo lo que le mostraban y todo lo que le explicaba la mujer de cabellos negros, era como tener una puerta hacia el futuro con su amada Mariposa y sabía que Hotaru solo se volvería más bella con el tiempo, Helios jamás reparó en la mirada triste de la joven que a cada paso confirmaba que Helios estaba cada vez más lejos de poder ser un amor de verdad…

Y éramos dos con sed

Llorando a un paso de la fuente

Con mar y mapas diferentes

Y nada pudimos hacer

Y éramos dos con sed

Mirando abrirse los caminos

Qué mala broma del destino

Qué trágico final, lo sé

Me vencí

Te solté

Supe que nos separaría la corriente

Fui del mar

Me alejé

Y aquel octubre fue testigo de mi muerte

Y éramos ciegos

Salvándose a sí mismos

De aquel hermoso laberinto

Nos despedimos

Valientes convencidos

De que algo aún seguía vivo

Y no podía ser

Por más que lo intentábamos

Poner de pie…


hola!

yo aquí dejando mi actualización de Hijo de la Luna ya que este mes voy muy lenta por motivos de trabajo así que de regalo de navidad dejo mi capitulo de colchón a ustedes Lectores que tanto me han apoyado y leído. espero les guste y espero también publicar otro capitulo antes de que termine el año.

con cariño:

La maga