Hijo de la luna

Capítulo 23

Y las puertas se abrieron

Te busque en cada lugar donde fui,

En el beso de otras bocas pero mas me perdí,

Abrí puertas y ventanas sabiendo que por ahí,

Te encontrabas triste y sola pues no se llegar a ti.

Yo te conozco y has estado frente a mi,

Mas no recuerdo en que momento te perdí.

Y estoy aquí sentado en este lugar donde una vez que te conocí,

Ya no tengo miedo se que volverás a mi, y estoy aquí.

Hoy mirándome al espejo sentí, un inmenso escalofrió

Y te paraste junto a mi,

Me tomaste de la mano hoy he vuelto a sonreír,

Te pegaste en mis zapatos no voy a dejarte ir.

Y estoy aqui sentado en este lugar donde una vez que te conoci,

Ya no tengo miedo se que volveras a mi,

Estoy aquí cerca de ti…

(Nunca me fuí: Edgar Oceransky)

Templo Hikawa:

Aquella madrugada la mujer de ojos amatista se encontraba en la cocina del templo preparándose una taza de leche caliente con miel, se supuso sola hasta que la mujer de ojos rubí hizo acto de presencia.

-Setsuna, ¿también tuviste pesadillas?- inquiere la de cabellos negros y la alta morena asiente, la pelinegra le entrega la taza que acababa de prepararse y comienza a prepararse otra.

-Gracias…

-No te preocupes, yo las tengo de vez en cuando.

-Yo no tengo pesadillas, me cuesta dormir. En las puertas del tiempo nunca dormía y ahora que soy humana, bueno… en la calle debe cuidarse uno de que algo le pase…

-Debe ser terrible haber vivido así

-Era mi destino y lo acepté.- cuenta la alta dando un trago a su leche tibia- es deliciosa

-Darien me la preparaba cuando vivimos en París, es un gran remedio y se volvió parte de mis noches de insomnio después de divorciarnos

-¿Lo extrañas?

-¿A Darien? No me detengo a pensar en ello a menudo, Hotaru y Raymond me mantienen ocupada y no me dejan parar a lamentarme.

-Claro…

-Supongo que también era mi destino- sonríe la de ojos amatista- ¿Sabes? Creo que le diré a Kenzo que te ayude a meditar, te ayudará mucho con tu insomnio.

-No es necesario, lo he tomado como parte de mi castigo.

-Oye, yo no sé lo que hizo que el padre del tiempo te corriera de las puertas del tiempo pero sea lo que sea que hayas hecho creo que ya pagaste tu condena

-No sabes lo que hice y no creo que pienses igual cuando lo sepas.

-No me quedo mucho en el pasado y tú deberías hacer lo mismo, supongo que ahora eres mortal como todos así que…creo que deberías disfrutar tu tiempo

-Me siento culpable y lo soy. Arruine muchas vidas, la tuya entre ellas…

-Sobreviviremos. Descuida. - dice despreocupada la de ojos amatista

-¿Cómo puedes decir eso?

-Setsuna, tengo dos hijos y los amo más que mi vida. Mientras ellos estén bien yo estaré bien.

-¿Oka San?

-Hotaru ¿Qué haces despierta? ¿Por qué tienes los ojos llorosos?

-Yo… estaba estudiando en mi Ipad y creo Qué mis ojos se pusieron rojos, vine por café.

-No Más café, señorita. Iras a dormir

-Pero, Oka San

-Pero, nada. Anda, tomarás Leche tibia con miel para que cortes el efecto de tanta cafeína.

-Es que...

-No me contradigas, señorita. Se que no eran tareas así que iremos a tu habitación y me aseguraré de que bebas tu leche y me quedaré hasta que te quedes dormida

-¿Cómo cuando era niña?

-Siempre serás mi niña- afirma la madre- Setsuna, hablaremos después, haz lo mismo y trata de dormir.

-Buenas noches…

-Buenas noches..

Las dos pelinegras salieron de la cocina dejando a Setsuna sola, una lágrima de culpa rodó por su mejilla ¿cómo dormir cuando la culpa no la dejaba hacerlo?

Departamento Black

Aquel día corría más tranquilo en el departamento Black, ambos herederos del planeta Némesis desayunaban tranquilos en el comedor de Aquel lugar, un omelette en cada plato y una taza de café sus desayunos.

-¿Qué planteas hacer ahora que no tuviste clases en la universidad?

-Supongo que me quedaré a revelar algunas de mis fotografías.

-¿No tienes tareas que hacer?

-¿Por quién me tomas, tío? Ya adelanté el plan escolar varios días, puedo darme esa libertad.

-Soy tu tutor, es mi trabajo hacer esas preguntas.

-Lo sé pero descuida, soy un sobrino responsable

-¿Tanto como para dejarte solo un par de días?

-¿Cómo?

-Debo viajar a Londres por negocios varios días y no considero buena idea que vayas conmigo.

-Siempre viajamos juntos

-Lo sé, pero estas iniciando en una nueva escuela y los japoneses son muy delicados con la responsabilidad escolar.

-Será raro no tenerte en casa

-No serán tantos días, no hagas fiestas en el departamento

-Tío, no tengo amigos

-Buen punto. Oye, hoy llegará la última parte de la mudanza ¿puedes quedarte y recibirla?

-No iré a ningún sitio.

-Bien, el señor Chiba dijo que había una tercer habitación que podíamos tomar para guardar nuestras cosas.

-Bien, las pondré ahí.

-Excelente

-Oye, estarás fuera y la señora Hino nos ofreció darnos una ceremonia del té en el templo Hikawa.

-Rayos, no puedo postergar el viaje, Helios, pero vaya que me gustaría ir.

-Le comentaré a la señora Hino y te disculparé, ojalá y puedas ir a otra después.

-Si, ojalá. Oye, llévales una caja de mi té favorito, debe llegar con la mudanza, les encantará y discúlpame de nuevo con ella.

-¿Te dije que la señora Hino es divorciada y Jamás se volvió a casar? Es una mujer realmente hermosa.

-Intentas conseguir algo con esto, supongo.

-Nada, solo me hubiera gustado que fueras conmigo.

-A mi regreso espero invitarlos a comer para compensar mi ausencia.

-Claro, gracias.

-Iré a hacer mi maleta.

-Ten un buen viaje, iré a mi cuarto de revelado.

-No olvides que tienes tus tarjetas y te dejaré algo de efectivo para cualquier emergencia.

-Gracias, Tío. Ten un buen viaje .

El joven de ojos dorados se perdió en su pasión y continuó revelando las fotografías del fin de semana, aunque no deseaba pensar en su bella mariposa había que algo lo atraía a ella aunque no pudiera tenerla.

El golpe en la puerta lo obligó a dejar de contemplar aquellos orbes amatista y salir a recibir la paquetería pero ¡vaya que habían mandado varias cajas!

Aprovechó para comenzar a revisarlas y se topó con varias cajas de té de su tío, en realidad era un fanático del té pero se encontró con una pequeña caja color zafiro con incrustaciones doradas y una piedra muy similar al rubí que contenía té también. Jamás había visto a su tío tomar de él y estaba seguro que no lo echaría de menos, quizás ni sabía que estaba allí.

Había un sin fin de cosas por organizar y sabía que de momento no tendría tiempo de hacerlo, estuvo seguro de ello cuando recibió un mensaje de Rini "no llegues tarde"

Helios corrió a darse un baño y se puso un traje informal de lino color beige con una camisa azul cielo y sus mocasines color miel, tomó la caja que encontró en la mudanza y corrió a su auto para parar antes a comprar tres ramos de flores: unos lirios casa blanca, un ramo de lirios violetas y tulipanes morados y un ramo de rosas color rosa.

Llegó al templo Hikawa justo a tiempo para su cita, la mujer de cabellos verdes ensartada en una chihaya del templo lo condujo a la sala de té donde encontró al padre de Rini y a la joven de cabellos rosados que lo saludó sonriente, él regresó el saludo educado y tomó su lugar en silencio, un par de minutos después aparecieron su bella mariposa y su madre ensartadas en sus chihayas, la más joven auxilió a la mayor en todo momento con total seriedad mientras Rei preparaba el Cha no yu con la mayor delicadeza, para Helios era sorprendente ver en primera fila aquella ceremonia, Rei con seriedad pero con una sonrisa dulce y educada como un ser sacado de un cuento procedía a preparar y servir el té para los tres asistentes y ella permaneció en su papel hasta el último momento de la ceremonia.

Terminada esta Helios pidió retribuir el favor preparando para sus anfitriones un té al puro estilo inglés y luego de la ceremonia se trasladaron a la sala de estar donde Helios preparó una taza de té para cada uno de ellos.

-No era necesario, Helios, pero te agradezco, es la primera vez que alguien me sirve un té inglés.

-Pues nunca aceptaste que te preparará uno, siempre querías solo café- reclama el médico

-Y tú estás aquí porque…

-Yo lo invité, Rei- interviene Rini- papá me reclamó que nunca pasamos tiempo padre e hija así que decidí invitarlo a venir conmigo ¿hice mal? Lo siento…

-Descuida, Rini. Ellos siempre buscan el Pretexto para discutir, no te lo to tomes personal, hermana- interviene Hotaru apareciendo en la cocina con una bandeja con galletas y panecillos.

-Les traje un ramo de flores, Rini, unas rosas color rosa, señora Hino, Rini me dijo que eran sus favoritos los lirios casa blanca y Hotaru… no me decidí así que elegí tulipanes y Lirios lila, ambos son hermosos.

-Como mi hermanita- abraza Rini- gracias, Helios, eres todo un caballero ¿verdad, Hermana?

-Gracias, son hermosas…- Dice sonrojada Hotaru

-Helios, él té es delicioso pero no logro identificar el sabor- interviene Rei bebiendo su té

-la verdad, no sabe a English Breakfast - paladear el de cabellos negros

-¿No te ofendes si no lo bebo? Cumplí mi cuota con el té de Rei, delicioso, por cierto, Rei.

-Gracias, Rini, espero fuera de tu agrado

-Lo fue. ¿Todo eso aprende una Miko?

-Una Miko es formada en diversas disciplinas: té, artes marciales, escritura, meditación.

-¡y adivinación! De eso si he oído ¿me leerás la suerte?

-Otro día ¿de acuerdo?- sonríe la pelinegra

-Señor, Chiba. Le serviré más té, señora Hino, su taza también está vacía, Hotaru ¿quieres más?

-Gracias

-Hermana, estas golosinas son deliciosas

-Algunas son de Praga y otras de aquí, me hace feliz que te agraden.

-Si, todas.

-¿Dónde está Raymond?- interroga el padre - creí que estaría aquí

-Fue con Sayuri a llevarle las tareas del día y tía Mako le dijo que se quedara a dormir, que mañana tío Andrew lo lleva al colegio con los gemelos y Midori

-Fenómenos- se burla Rini.

-Rini. No te expreses así de las personas, ya lo hemos hablado.

-Pero papá, eso dice mamá

-Tu madre tiene problemas con sus nervios así que procura no imitar esos comportamientos tan terribles.

-Lo lamento…

-Helios, creí que tu tío vendría contigo-Cambia el tema la sacerdotisa

-Él se disculpa, tuvo un viaje de negocios urgente pero prometió invitarlas a comer a su regreso para compensar su ausencia, lamentó mucho no poder estar aquí hoy

-Cuando vuelva dile que con gusto le haremos una ceremonia especial solo para ustedes

-Y la invitación a comer no es necesaria- agrega Darien con seriedad

-Otou San, sonaste como un marido celoso- se burla Hotaru

-Lo que el señor Chiba quiso decir es que para una Miko es un honor y me encantará recibirlos a tu tío y a tí cuando lo deseen, Helios

-Gracias, señora Hino, es usted muy amable, además de hermosa

Rei sonrió y miró amenazadora a su ex esposo que estaba a nada de bufar alguna protesta al respecto, Rini estaba emocionada con sus golosinas y nadie fue consciente de la forma en que la joven de ojos amatista era observada por unos orbes dorados…

Casa de la familia Hansford:

En la concurrida casa de la familia Hansford se encontraban en el comedor: Midori, los gemelos, Sayuri, Raymond y Makoto que terminaba de colocar las bastas bandejas con arroz, sopa miso, pescado y pollo frito y algunos vegetales, Andrew le sirvió a Midori sopa y arroz con un poco de vegetales al tiempo que se peleaba con Andy y Motoki el pollo frito, Sayuri educada compartió un poco de pescado con Raymond y este sirvió arroz para ambos con toda la formalidad del mundo.

-Andrew, hay suficiente pollo frito en la cocina, deja de pelear con los chicos

-Lo que no quiero es levantarme a servirme más pollo- susurra él rubio que sigue peleando con Motoki la pierna de pollo y gruñendo a Andy

-Lamento que mi familia sea así- susurra Sayuri a Raymond que mira maravillado la escena.

-¿Bromeas? Me encanta, además, los he visto desde pequeño

-Es verdad, Sayuri. Ray es uno más de ustedes- interviene Makoto- Ten, Ray. Estos camarones son para tí

-¡mamá!- Reclama Motoki- ¿por qué a Ray le das camarones y a nosotros no?

-Porque Ray no tuvo seis reportes de la dirección ni quebró cuatro ventanas está semana. Con lo que gasté en reparaciones se pagan los camarones de ustedes dos de un mes

-Rayos

-Calla, que no sepa de la lavavajillas del comedor del colegio o nos dará solo arroz hasta navidad- le susurra Andy a su gemelo

-Además, Ray quedó en el cuadro de honor y le ha traído las tareas a Sayuri todos estos días.

-Gracias, tía Makoto, lo hago con gusto aunque me gustaría que Sayuri regrese pronto a la escuela, la extraño mucho

-Yo también quiero volver pronto ya no quiero traer estos parches, me veo horrible

-Tu siempre eres hermosa ¿verdad, tía?

-Si, eres igual a mi ¡claro que eres hermosa! Raymond, me dijo Rei que hoy tendría una ceremonia de té en Hikawa, creí que querías estar

-Es para Rini y su novio y no me cae mal mi hermana pero… prefiero estar con ustedes en esta cena que viendo como Rini se esfuerza por ser quien no es.

-Espera ¿Helios iba a ir a Hikawa? ¿Y Hotaru?

-Ayudó a Okasan a realizar la ceremonia ¿por qué?

-Ay pobre Hotaru

-¿Por qué pobre Hotaru?- pregunta Andrew a medio masticar una ala de pollo

-Porque mañana tiene examen y mira que pasar tiempo en una ceremonia de té cuando tiene tanto que estudiar, pobre de mi prima

-Si, tienes razón- apoya la madre.

-¿Ray, veremos Karate Kid?- interroga Motoki mientras devora su arroz

-Solo la uno, chicos- mañana tienen colegio.

-Si,mamá- se resigna Andy

-¿La verás con nosotros?- pregunta Raymond a Sayuri

-¡claro! Pido el sofá

-Siempre abusas por ser la más grande

-Y ahora la operada- agrega Motoki

-Dejen de molestar a su hermana porque está convaleciente. Ella tendrá el sillón ¿quieres que te haga palomitas?- pregunta la madre

-A nosotros nunca nos preguntas

-Porque ustedes Van a preparlas y Andrew tú y los chicos lavarán los platos. Yo ya hice de comer para todos.

-Si, querida. Chicos. Dejen bien limpios los platos para tallar menos- ordena Andrew mientras se sirve más arroz.

Si, definitivamente la casa Hansford era mucho más divertida para Raymond esa noche que acompañar a su media hermana y a su novio a una ceremonia de té, además, no todos los días podía cenar con Sayuri Y tomarse de las manos por debajo del mantel sin que nadie se diera cuenta…

Departamento Black:

Helios llegó al departamento agotado, para él había sido una tortura tener tan cerca a Hotaru y tener que estar tan frío y serio, recordó cuando Hotaru le extendió una taza de té y sus dedos de marfil se cruzaron con los de él, había sentido aquella descarga eléctrica que estaba seguro que ella también había sentido porque su rostro de esfinge había cambiado su gesto inexpresivo por uno sorprendido; el recordar aquel toque fue suficiente para colgar una sonrisa de bobo en Helios y el cansancio había desaparecido mágicamente.

Helios comenzó a revisar las cajas de la mudanza y entre las suyas viejas encontró un viejo unicornio lila de peluche, sonrió pero no lo reconoció en sus juguetes de la infancia, revisó la pata del muñeco y vio una etiqueta que decía "Hotaru Chiba" le pareció extraño que estuviera entre sus cosas, seguro se mezcló sin querer con las cajas de las cosas de la familia Chiba, le gustaría correr y llevárselo a su dueña como pretexto para verla una vez más pero ella ya le había dejado claro que no deseaba verlo…

Flashback:

Luego de la ceremonia de té que realizó Rei y de pasar un rato tomando una taza de té preparada por el joven, Rini y su padre se fueron a casa porque Rini tenía colegio al día siguiente y Darien debía pasar al hospital temprano.

Rei se disculpó para irse a dormir ya que parecía estar teniendo dolor de cabeza y le pidió a su hija mayor que acompañara al joven de ojos dorados hasta la salida del templo, la muchacha caminó en silencio y con evidente nerviosismo.

-Hotaru, yo…quería charlar contigo

-¿Conmigo? ¿De qué?

-De Okinawa…

-Okinawa- repite sonrojada la joven desviando la mirada

-No hemos podido charlar y todo han sido malos entendidos, yo pensé que el Doctor Chiba…bueno, tu padre, creí que te estaba seduciendo y me molesté mucho, luego Rini…

-Espera ¿qué? ¿Creíste a Otou San capaz de seducir a una joven que podría ser su hija? - dice ofendida la joven- mi padre es el hombre más honesto del mundo y jamás haría algo así

-Bueno, yo lo lamento, yo pensé…

-Helios, yo también quería hablar contigo. En vista de que eres el novio de Rini supongo que no me quedará otra opción que seguirnos encontrando pero te voy a pedir que olvides Okinawa y todo lo que pasó ahí. Tú para mí sólo eres el novio de mi hermana y no quiero malos entendidos. No tengo ningún interés sentimental en ti. ¿De acuerdo?

-¿Co…Cómo?

-Solo hablemos lo estrictamente necesario cuando mi hermana esté presente. No tengo interés en que seamos ni siquiera amigos.

-Hotaru yo…lo lamento, no quise hacerte enojar, yo…

-No estoy enojada. Una característica de las mujeres Hino es ser sinceras y directas. Ahora, supongo que sabes el camino para llegar a tu coche.

-Si…

-Buenas noches entonces

La joven de cabellos negros vestida con su chihaya blanca y roja se da media vuelta y se aleja sin mirar atrás, sabía que conocía poco a Hotaru pero jamás esperó escuchar esas palabras de sus labios que hoy por hoy le había roto el corazón

Fin del Flashback

El joven de ojos dorados se entristeció al recordar aquellas palabras que hicieron correr un par de lágrimas traidoras de sus orbes que resbalaron por sus mejillas y cayeron a su pecho, quizás si no hubiera estado lleno de tristeza hubiera notado el suave resplandor del talismán que colgaba de su pecho.

El joven de ojos dorados calentó un poco de agua y bebió una última taza de té antes de ir a la cama.

Mientras su cuerpo se hacía más y más pesado sintió como caí en un pozo profundo que luego se convirtió poco a poco en algo más y más blanco, un blanco que dolía la vista de observar, de repente una puerta gigante estuvo frente a sus ojos y el prisma en su pecho brilló con fuerza haciendo que esa puerta que tantas veces hubiera soñado hoy cediera ante sus manos. Bajo sus pies no había nada y comenzó a agitar sus manos x inercia y estas comenzaron a convertirse en un par de alas y un cuerno brotó de su frente, sus piernas y brazos de repente ya no eran piernas y brazos, eran las patas de un pegaso blanco que comenzó a volar por aquel sitio, topándose con cientos de puertas cerradas a su paso y una llamó su atención, una estaba abierta y emanaba de ella una luz violeta y un hermoso aroma a incienso y lavanda…

Sueños de Hotaru Chiba:

El alto joven de ojos dorados se encontraba en el templo Hikawa, ciertamente luego del rechazo de su mariposa no era el lugar donde le gustaría estar en sus sueños en este momento pero siguió caminando ahí y se topó con el estanque de los peses koi donde se encontraba Hotaru sentada en la orilla del estanque con la vista perdida en los bellos peces.

-No creí que tu mirada pudiera ser más bella de lo que había visto hasta ahora- suelta el joven caminando hacia ella con precaución

-Helios…

-Hotaru yo…

-No debería hablar contigo

-Pero es un sueño. En los sueños somos libres- intentó él y ella sonrió asintiendo, él tomó asiento a su lado- te veías hermosa hoy con tu chihaya

-Gracias…

-Lo digo en serio… parecías una princesa.

-Qué cosas dices, Helios- sonrió la joven sonrojada- tú también te veías muy guapo hoy…

-Quería gustarte.Hotaru yo… en verdad sentí mi corazón romperse cuando no te encontré en Okinawa, te busqué por todos lados

-Lo lamento, yo quería volver a verte pero mi abuelo me ordenó volver a Praga con Oka San, no tuve voz ni voto. También quería volver a verte

-Pues ahora estoy aquí- sonríe Helios tocando cariñoso la nariz de Hotaru

-Pero eres el novio de mi hermana

-No somos novios… le he pedido a Rini mil veces que aclare ese punto con su familia, pero no lo ha hecho.

-No importa, mi hermana te ama y para mí eso es suficiente para alejarme de ti.

-¿Al menos me permitirás ser tu amigo?

-No quiero lastimar a Rini

-Estamos en tu sueño, Hotaru, aquí no puedes lastimar a nadie ¿amigos?

-Bueno, amigos- acepta la de ojos amatista extendiendo su mano al muchacho.

Una corriente eléctrica recorre el cuerpo de ambos con el toque de sus manos y una pequeña chispa aparece casi imperceptible en el roce de sus dedos. Ambos se quedan perdidos en sus miradas de amanecer y atardecer y el tiempo que pasaron juntos se sintieron como minutos pero el alba les llegó sin que ambos se dieran cuenta.

Templo Hikawa:

La bella jovencita de cabellos negros despertar con una sonrisa en su rostro y se levantó de prisa para vestirse y correr a la cocina donde se encontraba su madre sirviendo el desayuno para ambas. Hotaru se escabulle sirviéndose una taza de café.

-Buenos días,.Cho

-Buenos días, Oka San. ¿Dormiste bien?

-Creo que no, amanecí muy tensa. ¿Y tú?

-Yo si, tuve un sueño muy reparador.

-Hotaru no deberías tomar tanto café

-No te preocupes, Oka San. Otou San no me deja beber café en la universidad, siempre me compra un chocolate caliente.

-Estoy de acuerdo con eso

-Tu bebes mucho café

-Yo soy una adulta

-Solo una taza ¿si?

-Bien, pero quiero aprovechar que no está tu hermano para hablar de algo que noté

-¿Pasa algo?

-La forma en que Helios te mira y la forma en que tú…

-Yo no lo veo de ningún modo

-Lo evitas…

-Oka San, yo…

-¿Desde cuando se conocen?

-Nos conocimos en Okinawa, pero no habíamos vuelto a hablar desde entonces

-Y ahora es el novio de Rini

Hotaru asiente

-Ay Hotaru, no quiero que te rompan el corazón… tú padre y yo vivimos algo similar y…nada acabó bien.

-Oka San. No te preocupes, Entre Helios y yo no pasa nada.

-Hotaru, reconozco el rostro de una persona enamorada cuando la veo y más si se trata de mi hija.

-Fue algo pasajero, Oka San. Ahora las cosas son distintas y ambos somos maduros para entenderlo.

-Buenos días- se escucha una voz masculina que irrumpe en la cocina y es la voz del padre de la joven.

-Otou San ¿qué haces aquí?

-Vine a llevarte a la escuela, sé que aún no estás manejando el coche que te dio el abuelo Chiba así que vine por ti

-Puedo tomar el autobús, no te preocupes, Otou San.

-Ya que a Raymond lo llevará tu tío Andrew al colegio yo te llevaré a tí.

-Eres muy dulce, Otou San- besa Hotaru la mejilla de su padre- iré por mis cosas. No peleen.

-Nosotros no peleamos- refunfuña la madre.

-¿Qué taza de café es esa?- interroga el médico

-Es la número "métete en tus asuntos"

-Parece que tuviste una mala noche

-Tuve pesadillas

-Yo dormí muy bien. ¿Me contarás qué soñaste?

-Soñé con cucarachas, sabes que las odio.

-Ya veo

-Otou San, estoy lista. Oka San, me voy

-Darien, asegúrate que desayune, solo bebió café.

-No sé a quién salió. Desayuna también algo tú por favor.

-Oka San. Se amable por favor- pide la chica a su madre que está a nada de pelear- te quiero. Te veo más tarde.

-Ten un buen día

-¿Para mi no hay un beso?

-¿Quieres que te rostice?

-Ten un lindo día, Reiko

La pelinegra miró a su ex esposo con rostro serio pero al quedarse sola una sonrisa de lado se coló por sus labios, no, no iba a permitir que sus sentimientos la traicionaran…

Como de costumbre Andrew se había quedado dormido y manejaba por las calles de Tokio a toda velocidad para llegar antes de que cerraran las puertas del colegio Mugen, para su mala suerte llegó segundos después de que la reja cerrará y los tres hijos de Andrew y Raymond lo miraban con reproche, Andrew los hizo bajar y entregó una caja y una hoja a Midori mientras sonaba el timbre.

-Papá esto no va a funcionar- dice Andy

-Cállate, Andy, si lo voy a lograr

-Acéptalo, viejo. Mamá va a matarte

-Vamos a casa, señor Hansford- pide Raymond- le pediré a Oka San un justificante.

-Midori, se acerca, estamos en tus manos.

-Si, papá.

-Señor Hansford- llama con molestia una mujer de cabellos rubios- De nuevo

-Lo lamento, señorita Kido. Por favor déjelos pasar

-Señor Hino… usted también

-Lo lamento, señorita Kido- baja la cabeza el muchacho de cabellos negros

-Señorita Kido, llegamos tarde porque Midori quería traerle un presente

-En serio- incrédula la rubia

-Para la maestra más bonita- dice la niña castaña con ternura entregando una margarita, una caja de galletas y un dibujo de una mujer rubia hecho con crayolas -yo corté la margarita del jardín de mi mami.

-Ay Midori- se enternece la mujer abriendo la puerta y arrodillándose ante la niña- ¿cómo decirte que no?

-Busqué la flor más bonita

-Pasen- se rinde la maestra y dejando a los muchachos pasar corriendo que solo miran a su padre y niegan con la cabeza.

-Si, si. Estudien mucho, chicos- dice Andrew

-¿Puedo despedirme de papá?

-Claro, te espero en el pasillo, princesa. - acepta la maestra

-Eres la mejor, Midori- emocionado el padre

-Nada de eso papá. Helado, con galletas después del colegio… y una muñeca nueva

-Si, princesa, lo que pidas. Anda, te amo. Ve a estudiar y no extorsiones a tus compañeritos

-Son débiles- minimiza la niña que da media vuelta y comienza a saltar hacia la señorita Kido y la toma de la mano para entrar al colegio.

-A veces me da miedo esa niña- se sorprende el rubio que sube a su camioneta- vamos a desayunar gratis…

Si, esa era una mañana normal para Andrew que guardó en la guantera los dibujos de su hija, tenía uno de cada maestra del colegio para estar preparado dependiendo quien abriera la puerta, si, de nuevo había funcionado…

Universidad de Tokio

Después de la clase de anatomía padre e Hija se disponían a su ritual matutino en el que ambos desayunaban juntos, Darien compró un emparedado con un chocolate caliente para su hija y un croissant de jamón y queso para él con té verde.

-Te noté muy feliz esta mañana, Cho

-Si, Otou san. Anoche me relajé mucho y descansé muy bien. Tú también te ves muy contento.

-También tuve un sueño lindo.

-Ya veo. Eso me da gusto, a menudo veo tristeza en tu cara

-Este es un buen día, además amo pasar tiempo contigo. Por cierto, hoy iré por Raymond e iremos a comer ¿quieres venir con nosotros?

-Suena maravilloso pero debo estudiar y hoy debo reponer mis entrenamientos en Hikawa. ¿Puede ser luego?

-Claro. Cuando tu lo desees.

-Señor Chiba- saluda Educado el muchacho de cabellos plata

-Helios, buen día ¿tuviste hora libre?

-Si, quise desayunar algo.

-Haces bien, muchacho. Ustedes los jóvenes no deben saltarse comidas

-No, señor. Por cierto Rini y yo hablamos con Hotaru y me ofrecí a darle clases de manejo

-Me parece estupendo. Debes estar muy bien preparado si conseguiste licencia de manejo aquí.

-Tengo licencia en Japón, Inglaterra, Grecia y Norteamérica. Así lo ordenó mi tío.

-Me parece estupendo, aprenderás mucho de él, Hotaru

-Yo… no quiero molestar, Otou San.

-No es molestia, señorita Hino… Chiba- se corrige el joven al ver el gesto molesto del padre de la joven

-Es bueno que hagas nuevos amigos, Cho.

-¿Cho?- interroga Helios

-Cuando Hotaru era pequeña amaba las mariposas y los unicornios y pegasos- cuenta el padre de la muchacha- "Cho" significa Mariposa y su madre y yo la llamamos así en ocasiones.

-Se pusieron de acuerdo, hoy me llamó así- cuenta la joven.

-Telepatía quizás- se ríe el padre

-Estoy de acuerdo en que le des clases a Hotaru, háganme saber si ocupan algo

-Pero, Otou San…

-¡Darien!- se oye la voz de un hombre conocido

-¿Andrew?

-Ay, amigo. Casi se rompe nuestra tradición, tu secretaria me dijo que estabas aquí. Hoy se me hizo más temprano. ¿Qué me invitarás de desayunar?

-Yo ya desayune, con Hotaru- cuenta el médico que ve el rostro triste de su amigo- anda pide algo. Yo invito

-Excelente. - agradece el rubio jalando la tarjeta de crédito de su amigo

-Otou San. Yo debo irme, tengo clase.

-Te llamo después

-Si

-Te acompaño- ofrece Helios y Hotaru está a punto de decir algo pero elige callar.

-No necesitabas decir lo de las clases de manejo ante mi padre.

-Rini Insistió en que te enseñe

-Claro… mi hermana.

-Hotaru… Rini y yo…

-No me interesa escucharlo.

-Pero yo debo decirlo. Nosotros solo somos amigos, ella insiste en llamarme su novio, pero entre nosotros no hay nada…solo una amistad

-No es algo que debas decirle a la hermana de Rini. Para mi basta que tu le gustes para que tu seas un hombre al que no debo voltear a ver

-Hotaru yo…

-Mi clase comenzará pronto, Helios. Adiós…

La joven un poco menos ruda pero firme en su postura se alejó del muchacho de ojos dorados, al menos tenía la seguridad de que la vería pronto, para enseñarle a manejar aunque Rini estuviera presente.

Lucerna Suiza:

La mujer de coletas rubias sonrió al ver su reflejo en el espejo. Un vestido blanco la vestía ese día y por un segundo sintió tener un recuerdo fugaz de algo que jamás vivió. Agradece estar internada en esa clínica y no en una en la que la tuvieran con una camisa de fuerza.

-Señora Chiba - saluda el doctor Weber en el comedor mientras la rubia se sirve una bandeja llena de wafles y helado

-Doctor, Weber

-Me dijo la enfermera que esta semana se negó a participar en las terapias

-No me sentí de humor.

-Sabe que la puerta de mi consultorio está abierta para usted, ya sea para sus terapias o si solo desea a un amigo.

-¿Un loquero amigo?

-Soy psiquiatra, señora Chiba

-Serena, por favor

-¿Le causa repulsión su apellido?

-Es solo que no sé si al volver a Tokio seguiré usándolo. Tengo mucho que pensar, doctor- cuenta la mujer que se sienta a la mesa y comienza a comer despreocupada, el doctor la acompaña y hace lo mismo.

-¿Por qué lo dice?

-Esa respuesta debería dársela en terapia y no estamos en su consultorio

-Usted tampoco ha ido a mis terapias

-Hay mucho que debo pensar.

-Puedo ayudarla a pensar

-¿Sabe? Rini ama los waffles

-¿Rini?

-Mi hija

-Así que tiene una hija

La rubia asiente

-Soy una madre terrible. No había pensado en ella desde que llegué aquí.

-Supongo que hay mucho en su cabeza

-No tiene idea cuánto. A veces siento que tengo un mar de pensamientos atorados en mi cabeza.

-¿En verdad?- se interesa el médico de cabello plateado.

-No me analice, Doctor weber…

-No lo haré. Por favor, solo disfrute de su desayuno.

-Gracias.

Serena sonrió y clavó su vista al lago que tenía frente a sí. Juraría que alguna vez había visto una belleza similar pero no recordaba dónde. Una punzada llegó a su cabeza y prefirió sólo contemplar la vista, no valía la pena gastar sus pensamientos en un pasado que no sabía si sólo estaba en su cabeza…

Templo Hikawa:

La muchacha de cabellos negros caminaba de regreso a su habitación luego de su entrenamiento con kenzo y darse un merecido baño. Ahora portaba su pantalón corto y una playera, ambos en color lila con mariposas moradas y la detuvo la intensidad del fuego en el salón que su madre solía meditar, como lo supuso la encontró ante el fuego moviendo sus manos y buscando las respuestas que no siempre obtenía del sagrado elemento.

-Okasan- llama la muchacha interrumpiendo los pensamientos de su madre

-Hotaru, no te oí llegar

-Estabas distraída- dice la chica mientras se sienta al lado de su madre ante el fuego

-¿Estás bien?

-Solo meditaba un poco, he tenido sueños perturbadores desde hace unos días.

-¿Sobre el peligro del que huimos cuando era pequeña?

-No. Es diferente. No me hagas caso

-Quisiera como tú encontrar mil respuestas en el fuego

-Y yo daría mi vida porque tu hermano y tú no no tuvieran que lidiar con mis visiones y poderes

-¿Crees que Raymond o yo heredemos algo de ellos?

-Espero que no. Es un peso muy grande sobre sus espaldas.

-¿Crees que tengamos que pelear en algún momento como cuando tía Makoto y tu eran adolescentes

-Hace quince años pensé que así sería, pero ahora…no veo nada. Es como si mis visiones de aquel entonces hubieran sido…

-¿Falsas? ¿Quién tendría el poder de hacer algo así?

-Debo estar divagando por mis sueños extraños

-¿Sobre qué son?- se interesa Hotaru

-Así que aquí están- interrumpe Raymond sonriente que entra corriendo como el muchacho que es

-Ray, llegaste- abraza la madre A su hijo menor

-Si. Otou San es fantástico. Fuimos al hospital y luego a comer hamburguesa y después a practicar un poco el manejo y después con el bisabuelo, ¿Hotaru, sabías que Otou San fue campeón de esgrima en su preparatoria?

-No ¿en verdad? ¿Ya se fue?

-Si. Dijo que iría a casa a dormir temprano que un buen sueño es importante para rendir en la escuela y el trabajo

-Oka san. Vamos por una taza de leche tibia con miel mientras Ray nos cuenta su día

-Si, Okasan. Ya entrené en el colegio con Andy y Motoki y muy temprano con Kenzo

-Bien. Vamos…

En el camino a la cocina Raymond les fue contando emocionado lo vivido en su día. Para Hotaru y Rei no pasó desapercibida la emoción de Raymond al contar la experiencia con su padre, Raymond siempre había soñado con conocer a su padre y con llevar una buena relación con él. Era inmensamente feliz y saltaba a los ojos de cualquiera la felicidad del jovencito. Rei lo veía en silencio y un dejo de culpa la acompaña al ver a su hijo ansioso y feliz por lo que se perdió de vivir al lado del padre que sabía de sobra que lo habría amado desde el primer momento en que supiera de su existencia.

Sueño de Rei Hino:

La mujer de cabellos negros se encontraba en el departamento que una vez habitara en París, el aroma a café recién hecho inunda el lugar apenas y ella abre la puerta.

-Hobijin, has llegado- sonríe el hombre de cabellos negros apenas la ve llegar. Él la espera en la cocina y le sirve una taza de café y hot cakes con crema batida, frutos rojos encima y algo de chocolate. Ella luce confundida.

-Extraño tanto tus desayunos…-.confiesa ella con genuina melancolía

-¿Solo mis desayunos?- se finge herido el de ojos azules

-Sabes que no- sonríe ella sin escudos como nunca se ha mostrado en la realidad- también te extraño a tí…demasiado

-Hōbijin sonríe el de ojos azules.

El médico da la vuelta a la barra de la cocina y abraza a la pequeña mujer de ojos amatista, él eleva su barbilla y sus ojos se cruzan con todo el amor que se deben después de tantos años.

-Hotaru te ha extrañado tanto en estos años y Raymond creció añorándote…ahora no se si tenía derecho a hacer las cosas como las hice.

-Lo hiciste porque sentiste que era lo único que podías hacer y justo ahora no voy a reclamar nada.

-Siempre peleamos- se apena ella

-Si. Y si te soy sincero, prefiero mil veces pelear contigo que tu indiferencia. Prefiero tu odio

-Nunca podría odiarte…Pero tu patada es única.

-Lo merecías- acepta ella orgullosa

-Lo sé. Justo ahora me estoy arriesgando a que me calcines pero voy a tomar el riesgo- asume con seriedad el pelinegro sin haber soltado su abrazo desde que empezó a hablar con su ex esposa

-¿A qué te refieres?

Los Ojos azules del médico se tornaron profundos como el océano nocturno y una sonrisa perversa se colgó de los labios del hombre siempre correcto. Sus manos atrajeron más hacia sí el delicado cuerpo de la sacerdotisa del Templo Hikawa que contraria a lo que hubiera hecho en el mundo real esta cede a aquellos brazos como hace más de una década lo hiciera y cuando él reclama con sus labios los rojos de ella estos responden con la misma pasión y deseo, fundiéndose en un torbellino de lujuria.

El hombre de cabellos negros tomó las caderas de la mujer entre sus brazos y las subió sobre la barra de la cocina haciéndola recostarse en el mármol helado bajo su piel de marfil.

La piel de la pelinegra se eriza al contacto del mármol, quizás por el frío o por el cúmulo de sensaciones contenidas al ser tocada por las yemas de los dedos de aquel hombre que idolatra aquellas curvas.

El camisón de seda es lentamente elevado hacia la cintura mientras los labios de él se unen en un beso demandante con los de ella que responde con la misma necesidad, él sonríe de lado al percatarse que como lo suponía ella no usa ropa interior esta noche.

Aquella boca hambrienta resbala por el largo cuello de ella deteniéndose a saborear la piel bajo sus labios con necesidad; un momento se detiene en el ombligo de la jóven arrancándole un suspiro ahogado en ella que se deja explorar rendida ante sus deseos, un gemido intenso se escapa de la garganta de ella cuando la lengua húmeda del hombre entre sus piernas la recorre en las zonas más delicadas de su piel; aquella tierra conocida y explorada tantas veces por él reclama con necesidad y su humedad delata prontamente el deseo de su cuerpo que aunque lo desea no puede ocultar.

El cuerpo de Rei tiembla con fuerza al sentir que aquella lengua y aquellos labios saben bien dónde y cómo tocar para hacerla perder la cabeza y aunque él trata de retrasar el momento para hacerla disfrutar más y más, la mujer de ojos amatista se pierde en un terremoto de deseo al llegar por primera vez a la cima del placer…

-Mi platillo favorito- susurra con malicia el hombre de ojos azul profundo al ser consciente de que ha logrado su cometido más no se siente totalmente satisfecho.

Una Sonrisa de lado se cuelga en el rostro de ella que se incorpora en una risa cristalina y cuelga sus brazos del cuello del alto hombre ante ella y enreda sus piernas a las caderas de este que reclama sus labios y la conduce a la habitación principal, estando ahí la recuesta en la cama y ella tira de la camisa de éste con ferocidad haciendo que los botones salgan volando por todos lados y la hebilla del pantalón haga un sonoro ruido al caer al piso, sus pequeñas manos abren con maestría el botón de esos estorbosos pantalones y estos caen al piso dejando al pelinegro solo con unos calzoncillo y una camisa sin botones .

-Cuanta agresividad, Hōbijin. bromea él mientras ella reclama sus labios.

-¿Vas a quejarte ahora?- se burla ella

-Jamás…- Asegura él y en un movimiento de deshace de sus calzoncillos y de otro se clava en las profundidades de la intimidad ardiente de la mujer que tanto amaba y añoraba.

Toma un segundo para reconocer la piel que lo envuelve y aunque él primer embiste es de reclamo los siguientes parecen querer reconocer cada pliegue a su paso; la rudeza y el deseo se funden en uno y no hay prisa en aquella danza pero sí deseo y necesidad.

En un momento de desesperación la de ojos amatista consigue hacer un juego de movimientos y reclama el mando del poder que tanto amaba. No hay queja bajo sus caderas y en los labios del hombre bajo ella se cuelga una sonrisa expectante, ella marca el ritmo y la velocidad, él rendido a ella cede amoroso esclavo de sus deseos. Los labios no cesan sus reclamos unos a otros mientras las caderas de ella se mueven con más y más velocidad, él sabe que el momento está cerca y cuando ella está al borde del límite ambos se dejan llevar por el orgasmo que recorre ambos cuerpos al mismo tiempo y los deja rendidos luego de ver vaciados sus deseos…

-Te amo, Hōbijin- susurra él al oído de ella.

-Te amo, Darien…- responde ella antes de cerrar los ojos y dejar que su corazón disfrute de volver a la paz al mismo tiempo que el de él que se encuentra bajo su cuerpo y aún abrazándola.

Rei sonrió al dejar salir estas palabras de sus labios que tenía tantos años sin permitir que salieran de su boca.

Cuando despertó se sintió asustada por la sinceridad de sus pensamientos, estaba en el templo Hikawa y su corazón latía rápidamente, su camisón estaba arrugado y en su piel podía percibir el aroma de aquel abrazo varonil que conocía de sobra, se estiró y tomó un espejo descubriendo un par de marcas rojizas en su cuello "pero qué rayos" susurró al recordar cada detalle de su sueño, el sonrojo en sus mejillas y la piel palpitante entre sus piernas la hacían sentir que ese había sido el sueño más real que había tenido jamás." ¿Qué está pasando?"

Estoy aquí, sentado en el lugar donde una vez te conocí,

Ya no tengo miedo

Porque te escuche decir estoy aquí,

Cerca de ti, nunca me fui.

Estoy aquí, cerca de ti, nunca me fui…


hola:

yo aquí que no publicaba desde el año pasado pero les aseguro que he seguido escribiendo, lento pero seguro. gracias a quienes aún leen este fic, me gustaría saber qué les pareció este capítulo:)

mil gracias a todos por sus reviews, sus ánimos y sus porras. me motivan a no dejar este proyecto :)

nos vemos en cuanto termine un capítulo más de " Hijo de la luna"

con cariño:

La maga