Hijo de la luna

Capítulo 25

Templo Hikawa:

Aquel domingo la mujer de ojos amatista despertó sintiendo su cuerpo tenso. Cuando salió de la cama y se vió en el espejo se topó con un par de marcas similares a mordiscos en su cuello y el recuerdo de su sueño vino a la mente de la sacerdotisa "necesito hacerme pruebas de anemia" dijo para sí y tras peinar su cabello en una trenza lateral para ocultar aquellas marcas que parecían todo menos marcas de anemia. Se ensartó en su chihaya y caminó a la cocina donde se topó con su ex esposo que preparaba el desayuno mientras Rini bebía jugo de naranja en la mesa y Hotaru preparaba el café y Raymond picaba frutas.

-¡Buenos días Rei!- saluda Rini

-¿Qué pasa aquí?- se extraña Ella

-Invité a los chicos a pasear en bicicleta. Creo que tenemos pendientes muchos momentos de padre e hijos y no quiero perder más por tonterías- cuenta el pelinegro que pone en la barra una bandeja con huevo, tocino y hot cakes que Rini se apresura a llevar a la mesa y sus dos hermanos la alcanzan sonrientes ajenos al duelo de miradas entre Rei y su padre- somos adultos, que tú quieras rehacer tu vida no significa que yo me aleje de mis hijos. Ellos no son el problema

-¿Y yo si?- responde ella en voz baja acercándose a la barra para evitar hacer más ruido y notificar a sus hijos de su charla

-¿Café y yogurt con fruta?- ofrece él a la pelinegra en voz alta para que los chicos sigan en su charla.

-Por favor- responde con falsa cordialidad la pelinegra aceptando la taza de café.

-Toma asiento- ofrece él señalizando el banco alto en la barra de la cocina y ella se sienta haciendo una mueca de dolor- ¿estás bien?

-Si. Es solo que…ayer entrené y caí mal.

-Deberías ir al hospital, deben revisar te.

-Estoy bien. Solo cuida a mis hijos.

-"Nuestros" seguro saben usar una bicicleta

-Claro, Michael y yo los enseñamos a ambos.

-No diré nada. Tuve un sueño muy gratificante anoche- sonríe Sincero el médico y da un sorbo a su taza De café- ¿y tú?

-Yo tuve pesadillas- afirma Rei levantándose y caminando a la mesa con sus hijos y Rini- Rini ¿te gusta pasear en bicicleta?

-Papá me enseñó cuando era niña pero no es mi actividad favorita aunque tuve que elegir entre quedarme encerrada en casa sin Internet o venir. Ya sabes, estoy castigada.

-¿Por qué?

-Salí un poco mal en mis calificaciones

-Y te reportaron por faltar a clases

-Vamos, Otou San. No seas tan severo, Rini mejorará sus calificaciones y no volverá a escaparse del colegio ¿verdad, hermanita?- suelta Hotaru

-Hotaru, tu hermana reprobó todas sus materias.

-Yo le daré clases para que suba sus calificaciones-ofrece Hotaru

-Tú tienes mucho que aprender en tu carrera, lo sabes

-Helios puede ayudarme, claro en Hikawa para que Hotaru se asegure que presto atención

-¿cómo?- se sorprende la joven pelinegra

-Si. Papá no cree que voy a estudiar con Helios, así que puedo venir aquí y tú puedes estudiar y supervisar que si estudié o no.

-Suena como una buena idea- cuenta Rei

-Claro, como si no pudiera arreglárselas ese jovencito en este lugar tan grande para hacer todo menos estudiar- gruñe el celoso padre.

-¿En qué te basas para pensar en algo así, Otousan?- Cuestiona Raymond confundido

-Experiencia propia seguramente- le responde Hotaru en voz baja a su hermano pero lo suficientemente alto para que sus padres la escuchen y tosan nerviosos.

-Eres bienvenida en Hikawa siempre, Rini- invita la sacerdotisa

-Gracias, Rei. Vendré a menudo, lo prometo.

-Darien ¿cómo piensas llevar a pasear a los chicos en bicicleta si las de ellos no están en Tokio?- Interroga la pelinegra disfrutando de su yogurt

-Les compre unas. Creo que es lo menos que puede darles un padre que no los vió en quince años ¿no lo crees?

La pelinegra iba a responder a ello pero su celular sonó y una sonrisa maliciosa en sus labios rojos se dibujó.

-¡Michael, buenos días!- contesta Rei sonriente y el médico frunce el seño al oír aquel nombre- no. No tengo nada que hacer hoy, justamente Darien vino por los chicos para irse de paseo. Estoy libre, si. A las once me parece perfecto…si, yo también, te veo entonces.

-Al menos no durmió en Hikawa- bufa el pelinegro.

-Aun- suelta la de ojos amatista en voz baja a su ex esposo solo lo suficientemente alto para que él la escuche- bueno, chicos. Espero que tengan un maravilloso día con su padre. Yo tengo un compromiso y debo arreglarme.

-¿Michael vendrá?- Interroga Raymond

-Si. Vendrá más tarde.

-Rayos, no lo veré. Le mandaré un mensaje para hacer algo los cuatro por la noche.

-Si. Quizás ver películas- recomienda Hotaru

-Ay yo quiero. ¿Puedo, papá?- se auto invita la pelirrosa.

-Suena bien. A mi también me gustaría estar presente.

-Pero tú no puedes. Hotaru me dijo que tienes el turno nocturno- sonríe la pelinegra

-Siempre puedo hacer cambios

-No es necesario. Rini, eres bienvenida. Los veré más tarde. Debo ir a arreglarme. Hotaru ¿Has visto mi vestido color vino?

-¿El del escote en la espalda, Oka San? Lo vi en la lavandería ayer.

-Iré por él. Gracias

-Hotaru, ¿Oka San buscaba el vestido de la venganza?- Cuestiona Raymond

-Si, ese mismo

-¿El vestido de la venganza?- se interesa Rini sin dejar de comer

-Si. Ese vestido le queda a Oka San de miedo. Tiene un escote en la espalda que es extremadamente profundo, siempre le dijimos que si ese vestido tuviera un nombre se llamaría el vestido de la venganza.- cuenta Hotaru

-Tu madre es bellísima, con ese vestido debe parecer una modelo

-Lo parece en verdad- responde Raymond

-Otou San. Si queremos aprovechar el día debemos irnos. Ya es muy tarde

-Si, vámonos…

El pelinegro salió del templo Hikawa con sus tres hijos, solo Hotaru notó que su padre tenía la vista perdida en el área de las habitaciones donde solamente podría encontrarse Rei.

Lucerna Suiza:

La mujer de coletas rubias se encontraba caminando cerca del inmenso lago frente a sus ojos, de pronto se encontró con un pequeño niño de ojos dorados y bellos cabellos plata, su corazón se emocionó como nunca lo había hecho y corrió a alcanzarlo, este se mantuvo sin moverse pero manteniendo su bella sonrisa, cuando ella estaba a tan solo unos pasos de alcanzarlo el piso se abrió ante sus ojos y sintió como caía a un vacío, el pequeño gritaba "mamá" y ella solo podía ver como la distancia los separaba más y más "Helios" gritó ella al abrir los ojos, todo había sido un sueño, ella estaba soñando, a pesar de ello aquella situación se sintió tan real…

Serena se levantó de la cama ensartada en su camisón blanco, se puso su bata blanca de seda y vió que aún era de noche, caminó hasta el balcón y vió que la luna llena se reflejaba en el lago ante sus ojos, una terrible nostalgia invadió su corazón ¿quién era ese niño? ¿Por qué le dolía tanto aquella distancia? ¿Por qué de repente se sentía tan vacía?

Departamento de la familia Black:

El muchacho de ojos dorados despertó sobresaltado luego de aquel sueño, no recordaba quién era esa mujer rubia de ojos azules pero en sueños la había llamado "mamá" él era mucho más joven en su sueño de lo que era en realidad. El collar con aquella piedra que siempre traía consigo parpadeaba mientras la observaba entre sus manos y de repente nada. ¿Qué estaba pasando últimamente? Desearía poder hablar con su tío pero sabía que cuando él viajaba era difícil comunicarse con él.

Salió de la cama y se dió un baño, se puso sus pantalones de mezclilla, su camisa blanca de lino y sus zapatos color camel, se aseguró de colocarse un poco de loción y tomó su auto y sus llaves para ir al sitio que su corazón le llamaba.

Templo Hikawa:

La mujer de ojos amatista recuperó su vestido vino y lo guardó en su armario, en otra ocasión lo usaría, ahora optó por unos pantalones cortos blancos y una camisa roja de botones con cuello halter, sus sandalias color paja y unos viejos aretes con forma de estrella.

Salió de su habitación y caminó a la habitación de su hija para llevarle unas ropas de la joven que encontró en la lavandería cuando vió aquel unicornio que tantos dolores de cabeza le costó en la infancia de la pequeña y sobre su mesita de noche un pequeño florero con unas flores blancas silvestres y pequeñas, podía jurar que eran las mismas que le dió Hotaru, regalo de su amigo imaginario cuando Supo que estaba esperando a Raymond. Le preguntaría después.

Saliendo de las habitaciones fue a la explanada del templo donde Setsuna y Kenzo se encontraban charlando y se unió a ellos, de repente alguien más se unió a ellos.

-Señora Hino, buenos días- Saluda Helios entregando a la pelinegra un ramo de lirios casa blanca- le traje flores

-Helios, buenos días. Qué detalle, gracias ¿a qué debemos tu visita?

-¿Se encuentra Hotaru? Pensé que hoy también podríamos ir a practicar su manejo

-Claro…lo lamento, Hotaru salió con su padre y sus hermanos ¿no te lo dijo Rini?

-Rini no tiene teléfono de momento, está castigada por sus calificaciones.

-Es verdad. Te daré el teléfono de Hotaru para que la llames antes la próxima vez- comenta la madre de la chica sacando su celular y buscando el número de su hija para mostrarlo al chico que toma ambos teléfonos para anotar el de la chica.

-Como te decía, Rei- continúa Setsuna- Kenzo debe irse para resolver unos asuntos y no volverá en varios días.

-Solo estarás tú, eso no será suficiente. Yo iba a salir pero cancelaré mis planes para ayudarte y creo que deberé pedir unos días en la embajada.

-Señora Hino, yo podría ayudarle- se ofrece Helios

-Gracias, Helios pero no es necesario. Lo resolveremos.

-Sé que hay programas para extranjeros en los que ellos pueden vivir la experiencia en un templo.

-Te agradezco, Helios pero a lo mucho podrías auxiliar a Setsuna Hoy. Mañana tienes escuela y nosotros necesitamos resolver esto.

-Yo me retiro a recoger mis cosas, prometo volver cuanto antes- se apena kenzo.

-Señora Hino, en mi facultad están haciendo exámenes, yo estoy excepto en todas mis materias, prácticamente no necesitaré ir. Puedo mandar todo por correo.

-Aun así. Nosotros comenzamos a trabajar desde la madrugada, sería muy pesado para tí ir y venir.

-Cuando me mostraron el templo vi que tienen suficientes habitaciones, si me lo permiten puedo quedarme aquí mientras el señor Kenzo regresa.

-No será un trabajo fácil, Helios. Físicamente es agotador y…

-Puedo hacerlo, Señora Hino. Lo prometo

-Pero tu tío…

-Él está de viaje. Me serviría si usted me permite quedarme, estar solo en El departamento es muy feo y sentirme acompañado mejorará mucho mi humor.

-Eres bienvenido entonces. - sonríe la pelinegra - Setsuna, él es Helios Black, novio de Rini y…

-Señora Hino. Hubo un malentendido, la señorita Chiba y yo solo somos amigos… nunca fuimos novios y eso se ha aclarado ya.

-De acuerdo, entonces él es Helios Black, amigo de Rini y no su novio… por favor antes de que Kenzo se vaya denle un recorrido y apoyalo en lo que necesite. Yo los veré más tarde, antes de irme pondré mis flores en agua, mil gracias, Helios… Eres un caballero.

-Encantado

Rei se alejó dejando a un emocionado Helios en la explanada del templo Hikawa charlando con Setsuna, parecía que los dioses lo habían escuchado y justo ahora se presentaba la oportunidad de estar más cerca de su amada mariposa.

Lucerna Suiza:

La mujer de cabellos rubios bajó a desayunar, se encontraba notablemente consternada, había elegido ya los alimentos para esa mañana y se sentó en una mesa solitaria cercana a la ventana que daba al lago, su soledad no duró mucho.

-No ha ido a sus terapias grupales aún y aún Menos ha ido a consulta conmigo.

-Doctor Weber, buenos días- sonríe la rubia con educación y sigue comiendo.

-No Sanará si no pone de su parte.

-Lo estoy intentando

-No lo suficiente, debo decir

-Creí que mis avances serían voluntarios.

-Serena, usted necesita sanar y para sanar debe hablar, sacar ese veneno que la consume.

-Justo ahora lo único que deseo es terminar mi desayuno, Doctor Weber¿puedo?

-Serena…déjeme ayudarla, por favor, no puedo ayudarla si usted no me lo permite.

-Quizás no deseo ser ayudada, tal vez no merezco ser ayudada

-Todos lo merecemos, Serena…todos somos merecedores de ayuda y de amor pero nada de esto llegará a usted si no pone de su parte.

-Le prometo que lo visitaré cuando me sienta lista, no antes.

-Por favor, no demore mucho. No siempre es prudente esperar tanto para pedir ayuda.

-¿Por qué le interesa tanto ayudarme?

-Puedo ver en su mirada el mismo vacío que encontré en mi mirada ante el espejo cuando desperté de mi accidente, sé lo que se siente estar en ese lugar y no se lo deseo a nadie

-Usted no sabe nada de mi, Doctor Weber, usted no me conoce

-Puedo conocer a la gente solo con una mirada.

-Pues a mi no. Si me disculpa, desperté con dolor de cabeza

La mujer rubia se pone de pie y se retira del comedor, el hombre con el rostro destrozado la mira alejarse en silencio, nadie lo nota pero de los puños apretados de aquel médico pueden verse brotar pequeñas gotas de sangre de la presión con que aprieta sus uñas contra la piel de sus palmas.

Templo Hikawa:

La mujer de ojos amatista se encontraba vestida con su chihaya blanca y rojo ante su fuego cuando su hijo apareció a sus espaldas.

-¿Ocurre algo, Raymond?

-Nada, Oka San. Es solo que me maravilla verte ante el fuego, es como si fueran uno solo.

-Ven, siéntate conmigo- invita la madre y el muchacho se sienta a su lado, el fuego comienza a bailar de un modo diferente ante la presencia del chico- el fuego me ayuda a encontrar las respuestas que necesito

-¿Y hay algo que necesites saber?

-He tenido sueños demasiado intranquilos últimamente, demasiado extraños,demasiado… reales…

-¿Y crees que sea algún enemigo?

-No lo sé. Eso quiero averiguar. No he logrado encontrar rastro de maldad en aquella presencia pero… no es normal.

-Ya veo, oka San. Me gustaría tener tus poderes para ayudarte. Al parecer no fue así.

-Quizás heredaste los de tu padre.

-¿Entonces solo lanzaré flores?- eleva la ceja el chico- no es un gran alivio.

-Afortunadamente ustedes no necesitan hacer uso de ellos y no se lo digas pero tu padre es más que un puñado de rosas…

-Aún así tus poderes son mil veces mejores que los suyos

-Lo son- dice divertida la madre del chico- anda, vámonos. Seguramente Rini y Hotaru volverán pronto con las cosas para ver las películas.

-Si, Oka San

-¿tuvieron un buen día con tu padre y Rini?

-Si. Fue estupendo. Gracias por no oponerte a que convivimos con él.

-Lamento que no pudiera ser antes, Raymond

-Tú tomaste esa decisión por algo. Aunque fue muy doloroso lo respeto y acepto, siempre has hecho lo mejor para Hotaru y para mi.

-Tuve mucha suerte al tener unos chicos tan maduros.

-Y listos

-Y listos- abraza la mujer al chico

Raymond era un chico bastante maduro para su edad, aunque era muy joven era casi tan alto como su padre y en mucho era idéntico a él, si no fuera por esos ojos tan parecidos a los de ella pensaría que ese chico era un viajero del tiempo…

Estacionamiento del templo Hikawa:

La joven de cabellos negros apareció junto a su hermana en el mini Cooper de Hotaru, habían aprovechado para ir por las ropas de Rini para el día siguiente, sus útiles y las provisiones para ver películas, la chica de cabellos rosas le contaba sus aventuras a su hermana mientras Hotaru reía al verla tan feliz.

-Fuí la sensación esa noche

-Qué maravilla, hermana.

-Si. Soy hermosa, claro que iba a ganar.

-Buenas noches, Señoritas - se escucha la Voz aterciopelada del muchacho de cabellos de plata.

-¡Helios! ¿Qué haces aquí?- se emociona Rini que corre a abrazar al muchacho.

-Me ofrecí a pasar unos días en el templo ayudando con lo que sea necesario mientras el señor Kenzo está fuera.

-Pero tus estudios- indaga Hotaru que esta sorprendida por la noticia.

-La semana entrante no tendré clases. Estoy excento en todas mis materias, además mi tío está fuera así que puedo estar fuera sin problema.

-Increíble- se sorprende Hotaru.

-Permítanme ayudarles con sus compras. Yo las llevaré

-No es necesario, nosotras podemos

-No podemos, Hotaru. Deja que Helios nos ayude- interviene Rini dándole las cosas al muchacho que las toma y se adelanta- escucha, hermanita, necesitamos usar la carta de la damisela en apuros.

-Pero Rini, yo puedo hacerme cargo de mis propias cosas

-Si, pero así es mejor. Esta es una maravillosa oportunidad, Hotaru. Si Helios se queda aquí podrás hablarle bien de mi.

-Rini…

-Por favor. Te prometo estudiar mucho y ya no reprobar. Esta oportunidad es perfecta, yo vendré al templo después del colegio para que me den clases y tú le dirás lo maravillosa que soy mientras no esté.

-Ay Rini…

-Por favor…- Suplica la de cabellos rosados

-Esta bien. Anda, vamos adentro, seguro nos esperan todos ya

-Si, vamos…

A Hotaru esa situación le daba un mal presentimiento pero no había mucho que pudiera hacer sin levantar sospechas sobre sus sentimientos por aquel joven que por más que ella se esforzaba en alejar, parecía que el destino se empeñaba en acercarle…

Aquella noche Rini pasó una noche familiar como nunca antes la había vivido. Sus padres jamás pasaban tiempo juntos y pese a que su padre se esforzaba por compensar sus ausencias su madre solo era una especie de fantasma viviente andando por la casa siempre con un trago en la mano.

Para su sorpresa pasar la noche con la ex de su padre, un amigo extranjero y sus dos medios hermanos había sido lo más cercano de vivir una noche familiar, así que Lo agradecía, Hotaru y Raymond a pesar de no haberla tratado antes se habían portado muy amables con ella y la habían recibido como a una hermana más; entendía que su padre tuviera recelo de aquel amigo de Rei que era bastante atractivo y amable porque a pesar de que sus padres estaban casados jamás su padre había tenido un trato así con su madre con quien las cosas siempre habían sido tan frías que jamás los había visto darse un beso, menos aún que alguna situación despertara los celos de su padre. Rei por otra parte la trataba con familiaridad y cariño, no había rastro de desconfianza en ella por ser la hija del segundo matrimonio de su ex esposo y aunque el templo Hikawa no tenía los lujos de su casa, a últimas fechas se sentía más cómoda ahí que en su hogar, por lo que agradecía que su padre no hubiera ampliado su castigo a sus visitas al templo por lo que pensaba pasar ahí el mayor tiempo posible.

Habitación de Hotaru Chiba, Templo Hikawa:

-Fue una buena película, que mal que no pudimos hacer maratón- se emociona Rini mientras su hermana mayor la ayuda a peinar su cabello ya con las pijamas puestas.

-Si. A Oka San no le gusta que nos desvelamos y mañana es día de escuela- explica Hotaru ante el reflejo de su hermana.

-Mis padres jamás se dan cuenta a qué hora voy a la cama. Papá toma a menudo el turno nocturno y no lo veo por días, ahora que mamá está internada lo hace menos pero aún así no se daba cuenta.

-Pues Oka San si, no querrás que te incluya en el reclamo Hino- se divierte la muchacha pelinegra bajando las luces de su lámpara de mariposas.

-Qué bonito unicornio, me encanta- suelta la pelirosa- nunca había visto uno así.

-Ojisan me lo mandó fabricar cuando yo era apenas una bebé.

-Pero luce como nuevo.

-Si te soy sincera, tenía años sin verlo. Estuvo perdido los mismos años que tienen Raymond y tú.

-¿Estaba aquí?

-No. Solo apareció, dice Oka San que ella no lo puso aquí

-Así que es un misterio- susurra la más joven de las dos mirando al unicornio.

-Quizás son los duendes o las hadas.

-Qué cosas dices- se ríe Hotaru recostandose en su cama- no más películas de Peter pan para ti, hermanita.

-Oye ¿crees que debimos invitar a Helios?

Quizás pero Oka San lo había hecho ya y aunque lo vimos muy tranquilo al parecer estaba devastado con las labores de limpieza del templo.

-Pobrecillo. Debes hablarle bien de mi, hermana.

-No voy a verlo mucho, Rini. Sabes que paso buena parte del día en la universidad

-Bueno algún plan tramaremos.

-Hoy no. Debemos dormir

-Pero, Hotaru…

-Anda. Así mañana no te quedarás dormida.

-Buenas noches, Rini

-Buenas noches, Cho…

Nada convencida la muchacha de cabellos rosados comenzó a dormir, hubiera querido mantenerse despierta toda la noche para cuestionar a Hotaru con todo lo que quería preguntar pero antes de que lo hubiera intentado su hermana mayor se había quedado dormida muy rápido, como si tuviera prisa por quedarse dormida, como si alguien la esperara en sus sueños..

Sala de meditación del templo Hikawa:

La mujer de larga cabellera negra se encontraba ante su eterno fuego sagrado buscando las respuestas que no lograba descifrar, sus manos se movían mientras sus labios externamente palabras desconocidas para cualquiera ajeno a ellas. De repente la mujer de ojos amatista detuvo sus plegarias y abrió sus ojos sin moverse de donde estaba.

-Crei que te habían enseñado a no espiar en tu antigua escuela, Helios

-Señora Hino, por favor perdóneme. Es solo que quedé fascinado de verla ante el fuego y no pude evitar mirar, yo solo me aseguraba de que todo estuviera cerrado, creí que todos dormían.

-Mis hijos lo hacen. Yo necesito alejar las pesadillas de mi cabeza. He tenido muchas últimamente.

-Los sueños solo son el reflejo de nuestros más profundos miedos y deseos. ¿Puedo saber sobre qué son sus sueños? Quizás pueda ayudarle a interpretarlos, soy bueno.

-No valen la pena, son cosas triviales y difusas. Fue una pena que no pudieras ver películas con los chicos.

-Me hubiera encantado pero prometí a la señorita Setsuna dejar todo limpio antes de ir a dormir así que Lo hice.

-Eres un jovencito con un gran sentido del deber.

-Me gusta cumplir mis promesas.

-Eso es importante.

-¿Puedo preguntar que hacía ante el fuego?

-Lo consultaba, el fuego puede mostrarme lo que deseo ver. Puede mostrarme un peligro, a un enemigo, lo que yo le pregunte

-¿su fuego me detectó a mi?

-No. Yo pude sentir tu presencia, mis sentidos son agudos. Sobre el fuego… no te considera un enemigo aunque… Hay muchos misterios en tí que el fuego no me muestra.

-Puede preguntar lo que desee. Aunque no podría darle mucha información, mis padres murieron en un accidente de auto cuando yo tenía siete años y yo perdí la memoria. De ahí hacia adelante soy un libro abierto para usted, lo que desee preguntar.

-Quizás en otra ocasión. Ahora debes ir a dormir, seguramente estás agotado.

-Lo haré pero usted debería hacer lo mismo. Por sus ojos puedo ver que no ha dormido muy bien últimamente.

-Lo haré aunque… primero me aseguraré de alejar a los espíritus malignos de mis sueños- asegura la mujer tomando un pedazo de papel con letras escritas a mano en perfecta escritura japonesa.

-¿Y si no son malignos?

-Si no son malignos nada podrá hacer esto. Anda, ve a dormir.

-Si, que descanse- suelta el muchacho haciendo una reverencia y dejando sola a la mujer de ojos amatista tan parecidos a los de su mariposa.

Al quedarse sola la mujer de ojos amatista respiró profundamente, no había mentido cuando dijo que ningún amuleto funcionaría para alejar al objeto de sus pesadillas si este no era maligno y que aquel muchacho de ojos dorados aunque no era alguien peligroso no era una persona común y si había aceptado que se quedara en el templo era para asegurarse que no significara un peligro para nadie…

Templo Hikawa mañana siguiente:

Aquella mañana Setsuna había hecho el desayuno para todos mientras Helios realiza ciertas actividades de limpieza asignadas. Rini fue atraída por el olor de los wafles y Hotaru llegó después de ella.

-Por dios, que rico huele. - se saborea la muchacha de cabellos rosas y ojos rojos- Setsuna ¿verdad? Hotaru me habló de ti y tus exquisitos desayunos.

-Gracias, señorita

-Rini. Me llamo Rini…aunque tu cara se me hace conocida.

-Lo dudo, Rini. Setsuna no vivía en Tokio y date prisa para desayunar porque el tío Andrew vendrá pronto- suelta Hotaru cambiando el tema para evitar incomodar a la mujer mientras se sirve una taza de café

-Tienes razón. Creí que Rei los llevaba a la escuela.

-No. Yo iba en autobús y tío Andrew se ofreció a llevar a Raymond con los chicos.

-Ya veo.

-No hay problema ¿verdad?

-No,no. Claro que no

-Buenos días- Saluda Raymond entrando y besando a Hotaru, Rini y Setsuna en la mejilla mientras corre a servirse el desayuno- que rico te quedó todo Setsuna, mil gracias

-Es lo menos que puedo hacer por ustedes ya que me dejan vivir aquí.

-¿Lo menos? Me has ayudado muchísimo con mis tareas y proyectos, me has salvado

-Eso es porque usted es muy inteligente, joven Raymond

-Espera… ¿tú le explicas a él?

-Solo un par de dudas

-¿Me darías lecciones a mi también? Necesito recuperar mi celular y mi auto pronto y no lo haré si no subo mis calificaciones

-Será un honor pequeña Dam…Rini

-Excelente. Papá no se opondrá. Hotaru, estás tomando mucho café

-Es que al parecer no descansé bien.

-Pero si caíste rendida Anoche

-No lo sé. A veces pasa así.

El sonido de la camioneta de Andrew se escuchó en todo el templo Hikawa mientras Raymond se apresuró a lavar su plato para irse.

-Vamos, Rini. Debemos irnos

-Pero mi desayuno- se queja la joven

-Les puse un poco para llevar aunque la señora Makoto siempre hace excelentes almuerzos.

-Pero no sabe que yo estoy aquí y dudo que me haga uno así que gracias, Setsuna, es la primera vez que llevaré almuerzo al colegio

-¿En serio?- preguntan sorprendidos Raymond y Hotaru

-Si…¿ustedes no?

-Oka san no es buena cocinando pero siempre conseguía tenernos listo el almuerzo, a veces con Ramen pero siempre…

-Oh, ya veo… bueno, creo que debemos irnos ¿verdad, Ray?

-Si. Las veo por la tarde.

-Yo también. Ray date prisa para conseguir tu licencia. Necesito que puedas llevarme a casa y estoy segura que tu licencia.pasará antes de mis calificaciones positivas.

-No te pongas triste, te prometo que vas a aprobar pronto y OtouSan te levantará el castigo- asegura Raymond.

-Segunda llamada Hansford. Salgan de aquí o los deja- empuja Hotaru a sus hermanos fuera de la cocina.

-Buenos días- saluda Rei mientras ve alejarse a Raymond y Rini- oí la camioneta de Andrew

-Hoy no se quedó dormido. Esa sí es una novedad- se ríe Hotaru dando un sorbo a su café, Rei camina a la cafetera y se sirve una taza.

-Dime que es tu primer taza

-Si, Oka San. La primera.

-Setsuna, engordaré si sigues cocinando cosas tan deliciosas.

-Me hace feliz que les guste lo que les preparo, no tengo cómo pagarles…

-No digas tonterías, al contrario, te agradezco tu apoyo ahora que Kenzo salió.

-Setsuna ¿habías visto a Rini antes de hoy? Ella creyó que si.

-Ella y Serena me llegaron a ver alguna vez mientras buscaba comida en las calles, Serena la hizo cruzar la calle.

-Qué bruja…¿qué clase de mujer es la esposa de Otou San? Sé que no iba a poder conseguir una mujer como tú Oka San ¿pero por qué buscó a alguien tan Ruin?

-Hotaru, no hables así por favor. No juzgamos a las personas

-Pero…

-Buenos días familia- saluda el doctor Chiba sonriente a su exesposa y su hija-¿y Rini y Raymond?

-Se los llevo el tío Andrew al colegio. Te aseguro que Rini entra porque entra al colegio hoy

-Gracias por pasar tiempo con ella, Cho. Sé que puede ser muy infantil pero también es una niña muy solitaria. Gracias también a tí, Rei, por recibirla.

-Es una chica linda y sé que se siente sola ahora que su madre no está.

-Yo iré a buscar a Helios para que venga a desayunar- suelta Setsuna y se retira de la cocina

-Yo iré por mis cosas- se apresura Hotaru y sale de la cocina dejando a solas a sus padres. Rei bosteza mientras come con apetito inusual en ella, sobre todo por las mañanas.

-Hobijín, que alegría verte comer con apetito. Tú solo tenías apetito cuando Esperabas a Hotaru o cuando teníamos nuestras noches imparables ¿lo recuerdas?

-No sé de qué me hablas

-Quizás tu apetito es por que anduviste de paso por mis sueños anoche y te juro que fue… Extenuante

-¿Quién te dió derecho de soñar conmigo? Tú deberías de estar soñando con tu esposa no conmigo.

-Los sueños solo reflejan nuestros más profundos deseos y no es que puedan controlarse.

-Pues no estoy de acuerdo, eso solo es para los débiles

-Vamos, Hobijín ¿vas a decirme que nunca sueñas conmigo?- coquetea el hombre de ojos azules haciendo que estos se vean más turbios.

-Una vez soñé que te pateaba… ups… eso fue real.

-Solo te niegas a aceptar lo evidente ¿Sabes algo?

-Otou San, démonos prisa o llegaremos tarde. Te quiero Okasan- besa la muchacha la mejilla de su madre y sale corriendo dejando a sus padres deliberadamente a solas.

-Vamos, Hobijín… se sincera. También sueñas conmigo

-¿quieres que sea sincera?- suelta ella con voz aterciopelada y hace seña a su ex esposo para que se acerque y él lo hace. Ella da un pisotón con el tacón de su zapatilla de aguja- mis sueños no son tu asunto.

-¿Sabes algo? - se atreve él a acercarse de nueva cuenta al oído de su ex con el riesgo de ser asesinado- Me gusta más cuando te sueño, porque entonces hago de tí lo que quiero…

-Imbécil- gruñe ella al tiempo que él sale corriendo de la cocina para dejar sola a una enojada pelinegra- buen día Helios

-Señora Hino.. yo, no quería molestar ¿cómo supo?

-Te he dicho que soy sensible a las energías de los demás

-Se han ido todos ya.

-Raymond y Rini se fueron al colegio ya, Andrew se los llevó y a Hotaru se la ha llevado su padre hace un instante.

-Si, su perfume a sándalo y lavanda está aún en el aire.

-Qué observador- suelta Rei olvidando su mal humor de hace unos segundos.

-Lo soy, usted huele a incienso y fresas y a su hijo aun no lo conozco pero hay un aroma fresco y mentolado en el aire y no es el aroma del señor Chiba.

-Me has sorprendido, Helios. Anda, desayuna algo. Yo debo irme.

-Si, la señorita Setsuna está recibiendo a los visitantes, yo la ayudaré en un segundo.

-Te agradezco, por favor aliméntate bien, no quiero que te desmayes por no aliméntarte bien.

-No lo haré. Que tenga un lindo día.

-Gracias, Helios… igual tú

El Muchacho se quedó a solas en la cocina del templo Hikawa y observó una taza sobre la mesa del comedor,la taza tenía marcado unos labios rosas muy distintos a los rojos que usaba la madre de la muchacha y la tomó acercándose a ella, el aroma a sándalo y lavanda seguía ahí y por inercia la acercó a sus labios rozando el borde de la taza con los suyos y cerrando los ojos, su mente se transportó a Okinawa y a aquel único beso que tenía en su memoria tan fiel a su recuerdo…