Hijo de la Luna
Capítulo 26
Aquella mañana el joven de ojos dorados despertó con una sonrisa en sus labios. Una vez más había soñado con su bella mariposa a la que tanto adoraba. Se vistió con las ropas que le habían dado en el templo, una chihaya blanco y azúl y peinó su cabellera color de luna hacia atrás. Tomó entre sus brazos aquel collar que jamás sacaba de su pecho y lo escondió entre sus ropas, había llegado la hora de comenzar el día en el templo Hikawa; parecía un sueño el saber que estaba ahí en el mismo sitio que su amada mariposa, a tan solo unos metros, tan cerca y tan lejos, ella a pesar de saber que entre él y Rini no había nada seguía manteniendo un inmenso muro de hielo entre ellos y eran pocas las oportunidades que tenía para hablar con ella a solas, en algunas ocasiones solo había conseguido cruzarse con ella un par de segundos antes de que ella se evaporar como el rocío de la mañana.
Escuchó el sonido fuerte de una camioneta y luego un grito diciendo "ya me voy" , había descubierto que ese era Raymond yendo al colegio aunque aún no se habían topado, luego a los pocos minutos mientras barría el patio del templo se percató de que un coche deportivo rojo se estacionaba, sabía que era el coche del doctor Chiba que iba por Hotaru pero le extrañó verlo caminar hacia las habitaciones y perderse hacia donde según sus cuentas debía estar la habita de la madre de su luciérnaga, seguramente tenía algo importante que decirle pero aquella curiosidad se vio interrumpida al ver a Hotaru salir con un inmenso estuche de cello. Él se apresuró a alcanzarla para ayudarla a cargarlo.
-Permítame, yo la ayudo
-Yo puedo sola. Gracias, Helios
-Por favor, permítame. Esto es muy pesado- suelta el chico cargando el cello de la joven- ¿lo llevó al auto de su padre?
-Por favor.
-Es verdad… usted toca el Cello.
-Acabo de unirme a un grupo que toca el cello en la universidad, Oka San dice que es bueno tener otras actividades para relajarme.
-Recuerdo que tocaba como los mismos ángeles.
-No soy tan buena
-En Okinawa vi lo contrario…
-La señorita Kaioh lo hace mil veces mejor con el violín.
-Ella es una violinista profesional y mucho mayor que usted y recuerdo que pudo tocar bastante bien.
-Pude aprender mucho de ella en mi breve estancia.
-Creo que Okinawa fue mágica para todos…
-Yo solo hablaba de la música. Creo. Que mejor yo termino de llevar el Cello.
-No, por favor. Yo lo hago. Vaya a desayunar algo antes de irse.
-¿Has visto a mi padre?
Helios Recordó al doctor Chiba perderse en los dormitorios y sintió que eso era algo que no debía compartir.
-No. Seguramente la estará esperando en la cocina.
-Tienes razón. Iré a buscarlo, gracias, Helios.
-No hay de que, Señorita…
La muchacha de corta cabellera negra se alejó rumbo a la cocina y Helios solo sonrió, aun cuando ella se mantenía fría con él, sabía que no le era indiferente y que si ella lo evitaba no era precisamente porque le desagradaba. Debía encontrar la manera de acercarse a ella y convencerla de darle una oportunidad, de momento le bastaba con tenerla cerca un instante y embriagarse con ese aroma a Sándalo y lavanda…
Interior del colegio Mugen:
Luego de llegar al colegio justamente treinta segundos antes de que cerraran el cancel de entrada los chicos fueron A sus salones. Andy y Motoki se despidieron de Raymond que fue solo a su salón, aunque los chicos era amables extrañaba a Sayuri que seguía en casa debido a órdenes médicas luego de su cirugía por lo que al salir de descanso Raymond busco a Rini que sin su celular y luego de darse a conocer ee forma pública que su madre estaba en un psiquiátrico estaba más sola que de costumbre.
-Rini, Hola- saluda Raymond a su hermana.
-Ray, hola. No deberían verte conmigo, los chicos van a atacarte.
-Okasan nos enseñó a no darle.cuidado a esas cosas. Es muy tonto preocuparse por el qué dirán.
-Claro…
-Ten, la tía Makoto te envió almuerzo a tí también
-¿A mi? El otro día me envió uno porque sabía que estaba con ustedes Pero ahora
-Ella es así. Es una tía Maravillosa y la mejor cocinera- entrega un bento a la muchacha de cabello rosa
-Oye es… delicioso. Realmente el mejor
-¿Verdad que si?- amo como cocina la tía Makoto. Es una de las cosas que más amo de vivir en Tokio. Y tener a Sayuri y a Andy y Motoki todo el tiempo
-¿Se conocen desde niños?
-Si, la tía Makoto y Okasan son amigas desde que tenían nuestra edad. Nunca han perdido contacto y aunque ella se casó con el tío Andrew y se vino a vivir a Tokio siempre que tenían oportunidad la tía Mako nos visitaba o nos íbamos todos de vacaciones a un punto del mundo.
-Que bien
-¿tú mamá no tenía amigas así?
-No. Dice que cuando tenia mi edad tuvo varias amigas pero se fueron del pais y no mantuvo contacto con ellas.
-Que mal
-Si. Quizás si tuviera una amiga a la cual decirle sus problemas no vi iría así, con una copa en una mano y pastillas en la otra.
-Debe sentirse muy sola.
-Lo hace. Pero nunca habla de ello. A veces se despierta gritando en mitad de la noche y a nadie le cuenta sus pesadillas, deben ser terribles.
-Eso suena a que vive con mucho dolor. Ojalá y puedan ayudarla en el lugar que se encuentra ahora.
-Ojalá…
Rini se quedó mirando al infinito preguntándose si es que en aquel lugar alguien podría ayudar a su madre a salir de aquel limbo en el que se encontraba y sobre todo, si una vez salida de aquel sitio podría reconocerla, toda su vida vivió con una mujer con el alma anestesiada…
Lucerna Suiza:
La mujer de cabellos rubios despertó bañada en sudor y gritando, una pesadilla más de la que no recordaba absolutamente nada pero de la que despertaba con un cóctel de sensaciones: dolor, miedo, coraje, rabia, asco… Nunca recordaba qué había soñado durante la noche pero sabía que debía de ser algo terrible, salvo por aquel niño que aparecía en sus sueños de vez en vez jamás recordaba nada, lo peor era que no tenía idea de quién era ese niño pero la culpa la llenaba porque sentía más añoranza por aquel pequeño que por la hija que tenía en Tokio; la que había crecido a su lado, a la que había cargado de niña. Claro que quería a Rini, pero… siempre había habido algo que la hacía no amarla como sentiría que debería… En fin, no valía la pena pensar en ello más. Las últimas noches las pesadillas habían ido en aumento y ya nada de los medicamentos que le daban funcionaban para hacerla dormir bien por lo que había tomado la decisión de ir a buscar al doctor Weber a quien había ignorado durante varios días. Sentía que ese hombre podía ver a través de ella y no sabía si se sentía bien con ello.
-¿Qué la trae tan temprano por aquí, señora Chiba?
-Solo Serena, por favor, Doctor Weber- pide Serena entrando en su consultorio y sentándose en la silla ante él
-Estoy gratamente sorprendido de verla por aquí. ¿Ha decidido tomar terapia?
-No precisamente. Quiero pedirle que ajuste mis medicamentos. Las pesadillas han ido en aumento y necesito algo para detenerlas. Necesito descansar, me siento agotada. Usted me dijo que podía ayudarme.
-No puedo cambiar sus medicamentos si no hay un archivo que lo justifique. No tengo nada para presentar a la junta, no ha habido terapias…
-Doctor Weber, pensé que usted me ayudaría… pensé que sería mi amigo…
-Solo puedo ayudarla si se deja ayudar. Vamos…
-No deseo ser tratada
-Supongo que sus pesadillas son soportables entonces para no detenerlas - suelta el médico a la mujer rubia que camina hacia la puerta para irse
-Si tomo terapia con usted…¿ Puede que las pesadillas se vayan?
-No de golpe. No es magia, pero… le doy mi palabra de que poco a poco se irán y cuando terminemos el tratamiento ya no estarán más.
-Suena muy seguro
-Pruébeme. Una terapia… una sesión y usted me dice mañana si su sueño ha mejorado
-¿Y ajustará mi dosis?
-Lo haré
-Está bien… acepto- suelta la mujer rubia regresando al asiento y él se pone de pie, guiándola al diván.
Serena Nota que no solo el rostro del doctor Weber está desfigurado, también su mano, su cuello y puede jurar que la mitad de su cuerpo. La mitad desfigurada está realmente dañada pero la parte sana muestra a un hombre que en su momento, antes de ese accidente debió ser un hombre realmente atractivo, su único ojo es color amatista, mucho menos expresivo que los de Rei, pero puede sentir que ese único ojo la podría desvestir con la mirada si quisiera, y no sabe si es así. Su cabello plateado y corto se conserva y le da un porte realmente elegante, como el de un príncipe…
-¿Todo bien?
-¿Eh? Si, si. Claro… es que…¿qué le ocurrió?
-Un terrible accidente. Eso es todo
-¿Pero qué tan grande pudo ser?
-Quizás después le cuente, pero ahora creo que la sesión se trata de usted…
-Claro…Claro… paciente- doctor
-Si es su sesión…
-De acuerdo ¿de qué quiere hablar? ¿Cuál es su pregunta?
-¿Qué es lo que quiere contarme? ¿Cómo se presentaría si esta fuera la primera vez que nos viéramos?
-"Hola, Me llamo Serena Tsukino, tengo treinta y tantos años, apenas y terminé la preparatoria, Soy Cáncer y mi tipo de sangre es O. Un día me casé con mi ex quien estaba consciente de que no me amaba solo porque se supone que así debería de ser y porque me aterraba hacerme cargo sola de una hija en camino, la verdad es que es la decisión más estúpida que he tomado en mi vida, he vivido los quince años más espantosos de mi vida anestesiada entre alcohol y somníferos para fingir que todo está bien ¿la peor parte? No estoy segura de que mi matrimonio por conveniencia sea la raíz de todo esto que siento" ¿así le parece bien? ¿O modificamos mi presentación?
Hijo de la Luna
Capítulo 26
Aquella mañana el joven de ojos dorados despertó con una sonrisa en sus labios. Una vez más había soñado con su bella mariposa a la que tanto adoraba. Se vistió con las ropas que le habían dado en el templo, una chihaya blanco y azúl y peinó su cabellera color de luna hacia atrás. Tomó entre sus brazos aquel collar que jamás sacaba de su pecho y lo escondió entre sus ropas, había llegado la hora de comenzar el día en el templo Hikawa; parecía un sueño el saber que estaba ahí en el mismo sitio que su amada mariposa, a tan solo unos metros, tan cerca y tan lejos, ella a pesar de saber que entre él y Rini no había nada seguía manteniendo un inmenso muro de hielo entre ellos y eran pocas las oportunidades que tenía para hablar con ella a solas, en algunas ocasiones solo había conseguido cruzarse con ella un par de segundos antes de que ella se evaporar como el rocío de la mañana.
Escuchó el sonido fuerte de una camioneta y luego un grito diciendo "ya me voy" , había descubierto que ese era Raymond yendo al colegio aunque aún no se habían topado, luego a los pocos minutos mientras barría el patio del templo se percató de que un coche deportivo rojo se estacionaba, sabía que era el coche del doctor Chiba que iba por Hotaru pero le extrañó verlo caminar hacia las habitaciones y perderse hacia donde según sus cuentas debía estar la habita de la madre de su luciérnaga, seguramente tenía algo importante que decirle pero aquella curiosidad se vio interrumpida al ver a Hotaru salir con un inmenso estuche de cello. Él se apresuró a alcanzarla para ayudarla a cargarlo.
-Permítame, yo la ayudo
-Yo puedo sola. Gracias, Helios
-Por favor, permítame. Esto es muy pesado- suelta el chico cargando el cello de la joven- ¿lo llevó al auto de su padre?
-Por favor.
-Es verdad… usted toca el Cello.
-Acabo de unirme a un grupo que toca el cello en la universidad, Oka San dice que es bueno tener otras actividades para relajarme.
-Recuerdo que tocaba como los mismos ángeles.
-No soy tan buena
-En Okinawa vi lo contrario…
-La señorita Kaioh lo hace mil veces mejor con el violín.
-Ella es una violinista profesional y mucho mayor que usted y recuerdo que pudo tocar bastante bien.
-Pude aprender mucho de ella en mi breve estancia.
-Creo que Okinawa fue mágica para todos…
-Yo solo hablaba de la música. Creo. Que mejor yo termino de llevar el Cello.
-No, por favor. Yo lo hago. Vaya a desayunar algo antes de irse.
-¿Has visto a mi padre?
Helios Recordó al doctor Chiba perderse en los dormitorios y sintió que eso era algo que no debía compartir.
-No. Seguramente la estará esperando en la cocina.
-Tienes razón. Iré a buscarlo, gracias, Helios.
-No hay de que, Señorita…
La muchacha de corta cabellera negra se alejó rumbo a la cocina y Helios solo sonrió, aun cuando ella se mantenía fría con él, sabía que no le era indiferente y que si ella lo evitaba no era precisamente porque le desagradaba. Debía encontrar la manera de acercarse a ella y convencerla de darle una oportunidad, de momento le bastaba con tenerla cerca un instante y embriagarse con ese aroma a Sándalo y lavanda…
Interior del colegio Mugen:
Luego de llegar al colegio justamente treinta segundos antes de que cerraran el cancel de entrada los chicos fueron A sus salones. Andy y Motoki se despidieron de Raymond que fue solo a su salón, aunque los chicos era amables extrañaba a Sayuri que seguía en casa debido a órdenes médicas luego de su cirugía por lo que al salir de descanso Raymond busco a Rini que sin su celular y luego de darse a conocer ee forma pública que su madre estaba en un psiquiátrico estaba más sola que de costumbre.
-Rini, Hola- saluda Raymond a su hermana.
-Ray, hola. No deberían verte conmigo, los chicos van a atacarte.
-Okasan nos enseñó a no darle.cuidado a esas cosas. Es muy tonto preocuparse por el qué dirán.
-Claro…
-Ten, la tía Makoto te envió almuerzo a tí también
-¿A mi? El otro día me envió uno porque sabía que estaba con ustedes Pero ahora
-Ella es así. Es una tía Maravillosa y la mejor cocinera- entrega un bento a la muchacha de cabello rosa
-Oye es… delicioso. Realmente el mejor
-¿Verdad que si?- amo como cocina la tía Makoto. Es una de las cosas que más amo de vivir en Tokio. Y tener a Sayuri y a Andy y Motoki todo el tiempo
-¿Se conocen desde niños?
-Si, la tía Makoto y Okasan son amigas desde que tenían nuestra edad. Nunca han perdido contacto y aunque ella se casó con el tío Andrew y se vino a vivir a Tokio siempre que tenían oportunidad la tía Mako nos visitaba o nos íbamos todos de vacaciones a un punto del mundo.
-Que bien
-¿tú mamá no tenía amigas así?
-No. Dice que cuando tenia mi edad tuvo varias amigas pero se fueron del pais y no mantuvo contacto con ellas.
-Que mal
-Si. Quizás si tuviera una amiga a la cual decirle sus problemas no vi iría así, con una copa en una mano y pastillas en la otra.
-Debe sentirse muy sola.
-Lo hace. Pero nunca habla de ello. A veces se despierta gritando en mitad de la noche y a nadie le cuenta sus pesadillas, deben ser terribles.
-Eso suena a que vive con mucho dolor. Ojalá y puedan ayudarla en el lugar que se encuentra ahora.
-Ojalá…
Rini se quedó mirando al infinito preguntándose si es que en aquel lugar alguien podría ayudar a su madre a salir de aquel limbo en el que se encontraba y sobre todo, si una vez salida de aquel sitio podría reconocerla, toda su vida vivió con una mujer con el alma anestesiada…
Lucerna Suiza:
La mujer de cabellos rubios despertó bañada en sudor y gritando, una pesadilla más de la que no recordaba absolutamente nada pero de la que despertaba con un cóctel de sensaciones: dolor, miedo, coraje, rabia, asco… Nunca recordaba qué había soñado durante la noche pero sabía que debía de ser algo terrible, salvo por aquel niño que aparecía en sus sueños de vez en vez jamás recordaba nada, lo peor era que no tenía idea de quién era ese niño pero la culpa la llenaba porque sentía más añoranza por aquel pequeño que por la hija que tenía en Tokio; la que había crecido a su lado, a la que había cargado de niña. Claro que quería a Rini, pero… siempre había habido algo que la hacía no amarla como sentiría que debería… En fin, no valía la pena pensar en ello más. Las últimas noches las pesadillas habían ido en aumento y ya nada de los medicamentos que le daban funcionaban para hacerla dormir bien por lo que había tomado la decisión de ir a buscar al doctor Weber a quien había ignorado durante varios días. Sentía que ese hombre podía ver a través de ella y no sabía si se sentía bien con ello.
-¿Qué la trae tan temprano por aquí, señora Chiba?
-Solo Serena, por favor, Doctor Weber- pide Serena entrando en su consultorio y sentándose en la silla ante él
-Estoy gratamente sorprendido de verla por aquí. ¿Ha decidido tomar terapia?
-No precisamente. Quiero pedirle que ajuste mis medicamentos. Las pesadillas han ido en aumento y necesito algo para detenerlas. Necesito descansar, me siento agotada. Usted me dijo que podía ayudarme.
-No puedo cambiar sus medicamentos si no hay un archivo que lo justifique. No tengo nada para presentar a la junta, no ha habido terapias…
-Doctor Weber, pensé que usted me ayudaría… pensé que sería mi amigo…
-Solo puedo ayudarla si se deja ayudar. Vamos…
-No deseo ser tratada
-Supongo que sus pesadillas son soportables entonces para no detenerlas - suelta el médico a la mujer rubia que camina hacia la puerta para irse
-Si tomo terapia con usted…¿ Puede que las pesadillas se vayan?
-No de golpe. No es magia, pero… le doy mi palabra de que poco a poco se irán y cuando terminemos el tratamiento ya no estarán más.
-Suena muy seguro
-Pruébeme. Una terapia… una sesión y usted me dice mañana si su sueño ha mejorado
-¿Y ajustará mi dosis?
-Lo haré
-Está bien… acepto- suelta la mujer rubia regresando al asiento y él se pone de pie, guiándola al diván.
Serena Nota que no solo el rostro del doctor Weber está desfigurado, también su mano, su cuello y puede jurar que la mitad de su cuerpo. La mitad desfigurada está realmente dañada pero la parte sana muestra a un hombre que en su momento, antes de ese accidente debió ser un hombre realmente atractivo, su único ojo es color amatista, mucho menos expresivo que los de Rei, pero puede sentir que ese único ojo la podría desvestir con la mirada si quisiera, y no sabe si es así. Su cabello plateado y corto se conserva y le da un porte realmente elegante, como el de un príncipe…
-¿Todo bien?
-¿Eh? Si, si. Claro… es que…¿qué le ocurrió?
-Un terrible accidente. Eso es todo
-¿Pero qué tan grande pudo ser?
-Quizás después le cuente, pero ahora creo que la sesión se trata de usted…
-Claro…Claro… paciente- doctor
-Si es su sesión…
-De acuerdo ¿de qué quiere hablar? ¿Cuál es su pregunta?
-¿Qué es lo que quiere contarme? ¿Cómo se presentaría si esta fuera la primera vez que nos viéramos?
-"Hola, Me llamo Serena Tsukino, tengo treinta y tantos años, apenas y terminé la preparatoria, Soy Cáncer y mi tipo de sangre es O. Un día me casé con mi ex quien estaba consciente de que no me amaba solo porque se supone que así debería de ser y porque me aterraba hacerme cargo sola de una hija en camino, la verdad es que es la decisión más estúpida que he tomado en mi vida, he vivido los quince años más espantosos de mi vida anestesiada entre alcohol y somníferos para fingir que todo está bien ¿la peor parte? No estoy segura de que mi matrimonio por conveniencia sea la raíz de todo esto que siento" ¿así le parece bien? ¿O modificamos mi presentación?
-¿Se encuentra bien, Señorita Rini?
-Si. Todo bien, solo veía las fotos de mis hermanos.
-Han vivido bien- confirma Setsuna mirando una fotografía de navidad con los tres pelinegros ante el árbol de navidad
-Así parece.
-Cuando hay amor en una familia se puede vivir bien a pesar de la situación que les toque vivir.
-Y cuando no lo hay no importa que tantos recursos existan…
-¿Está bien?
-Si. Eso huele delicioso ¿qué es?
-Le hice yakimeshi. Debe estar hambrienta
-Muchas gracias Setsuna. En verdad lo estoy- sonríe la muchacha comiendo aquel plato de comida. Estaba siendo mejor tratada en aquel austero templo que en casa, quizás podría acostumbrarse a eso.
Hospital chiba:
Luego de ir a comer con Raymond, Darien llevó a su hijo al hospital para que lo acompañara, solo tenía una consulta y luego podrían ir a visitar al bisabuelo Chiba. El joven de buen agrado disfrutaba ver a su padre ser todo un profesional y ser reconocido por todos, también aunque no lo aceptaría lo hacía muy feliz ver cómo lo presentaba orgulloso ante todo el que lo saludaba.
-Darien, Hola- saluda una mujer de corta cabellera azúl al hombre ante ella, la mujer también viste una bata blanca y lentes de aumento .
-Amy. Qué sorpresa, ¿qué haces aquí? ¿Finalmente aceptaste la oferta de trabajar para nosotros?
-No aun, Darien. Una de mis pacientes tuvo una emergencia y este es el hospital más cercano por lo que vine a atenderla aquí.
-Es una pena. ¿Está bien tu paciente?
-Si. Ella y su pequeña están sanas.
-Me alegra oír eso- suelta el pelinegro viendo que la joven no pierde de vista al joven de ojos amatista- claro, supongo que no se conocen. Ray, ella es la doctora Amy Mizuno. Una de las mejores obstetras de Japón que se niega a trabajar aquí y también era amiga de tu madre en la adolescencia, Amy, el es Raymond Chiba, mi hijo.
-¿Tú hijo? Yo… no lo sabía- se sorprende la de cabellos azules
-Descuida, yo tampoco lo sabía y lo averigüé hace muy poco tiempo. Es un secreto que tenía muy bien guardado Rei.
-Por el gran Kami… es idéntico a tí…y sus ojos…son…
-Los de Rei. Lo sé. La perfecta mezcla.
-Y debería ver a mi hermana. Es la copia fiel de Oka San
-¿Tú hermana?
-Hotaru
-Pero Hotaru Tomoe…
-Chiba. Hotaru Chiba. Creo que no tiene caso ocultar las cosas. Luna Insistió en ocultarle a Serena por su salud mental el origen de Hotaru Pero con Raymond creo que es algo tonto intentar hacerlo.
-Yo no lo sabía, Darien…yo pensé que ustedes no habían tenido hijos.
-Hay mucho que ustedes no sabían, Amy. Lo nuestro fue real y sincero y si terminó no fue precisamente por voluntad propia, al menos no mía.
-Eres un jovencito muy guapo, Raymond- suelta Amy tratando de suavizar la tensión que se había creado al tocar el tema. En un tiempo tu madre y yo fuimos muy buenas amigas.
-¿Usted también era amiga de la tía Makoto?
-¿Tía Makoto?- se sorprende la de cabellos azules al ver cómo se expresa el joven de la guerrera de Júpiter- ¿Makoto Kino?
-Hansford. La tía Mako ha sido amiga de Oka San desde que tenían catorce años
-Si, también fuimos amigas
'Es una pena que ya no lo sean- se encoge de hombros el muchacho
-Ray. ¿Quieres un poco de helado de la cafetería antes de ir con tu bisabuelo?
¡-si! Un gusto conocerla, señorita Mizuno. Espero verla en el templo Hikawa alguna vez.
-Claro. Si- se despide la de cabellos azules viendo como padre e hijo tan similares se alejan sonrientes. Para Amy una pregunta queda al aire ¿en verdad tenían derecho a juzgar de aquel modo a Rei y Darien cuando decidieron casarse? ¿En realidad había valido la pena aquel distanciamiento? Se sintió mal al ver a aquel muchacho del que no sabía nada en absoluto y de haber perdido tanto tiempo de amistad
Templo Hikawa:
Considerando que era un día de poco movimiento en el templo, Helios había ido a su departamento a recoger algo de ropa y su cámara fotográfica, sabía que podía tomar fotos hermosas y que algunas de ellas podrían ser de Hotaru. Tomó varias de las fotografías que le había tomado a Hotaru y las llevó consigo. Hotaru lo evitaba lo más posible por lo que si tenia fotografías de ella al menos podría verla un poco más allá de sus sueños.
Condujo su auto de regreso al templo Hikawa y en el estacionamiento antes se bajar le sorprendió encontrarse con un coche deportivo color negro que aparcó segundos antes que él, de este bajó ul alto joven de cabellos rubios y gafas que ayudó a bajar al copiloto que no era nadie más que Hotaru. Cuando esta estuvo abajo él se apresuró a abrir su cajuela y sacar el cello de la chica y besar su mano a lo que ella respondió con una risa cristalina, esto le molestó demasiado y sin poder evitarlo bajó de su auto caminando hacia donde los muchachos se encontraban.
-Buenas tardes- saluda el muchacho de cabellos plateados interrumpiendo la charla divertida de Hotaru con aquel chico.
-Helios…
-Hotaru ¿lo conoces?- pregunta él muchacho rubio a la muchacha
-Si. Él es Helios Black, está apoyándonos en el templo mientras Kenzo está fuera.
-Ah. Ya veo. Es algo así como un mayordomo. Bueno, supongo que él puede llevar tu cello hasta la casa- se ríe el rubio entregando el estuche al joven de ojos dorados.
-No, Helios no es…
-Será un placer ayudar a la señorita Chiba con sus cosas- sonríe él de cabellos plateados arrebatando el estuche al joven rubio de gafas, bastante atractivo si se prestaba atención. - de igual manera la hora de visitas ha terminado y usted debería ir a casa.
-Gracias por traerme, Harry. Te veré en la escuela. Mañana.
-Cuenta con ello. Gracias por tu apoyo, Hotaru. No sé qué habría hecho sin tí hoy. Te debo una- suelta el muchacho en Inglés y Hotaru le responde en el mismo idioma.
-Tienes mi teléfono. Si necesitas ayuda con cualquier cosa solo marcame y te ayudaré.
-Eres la mejor, Hotaru- dice el rubio y besa la mejilla de la pelinegra y corre a subirse a su automóvil sin despedirse de Helios ni voltearlo a ver.
-Creo que su amigo es un grosero- suelta el de cabellos plateados.
-Es inglés. No sabe mucho de nada y mis amigos no son asunto tuyo, Helios.
-Yo me crié en un colegio inglés y no tengo esos modales.
-No todos somos príncipes criados en un internado inglés- suelta ácida la chica de cabellos negros.
-¿Lo dice la nieta del senador Hino y la hija de uno de los dueños de los Hospitales más grandes de Tokio?
-Lo dice alguien que juzga a los demás por no estar a su nivel.
-Si, para eso están otro tipo de prejuicios ¿verdad, Señorita Chiba?
-Creo que así es. No necesita ayudarme con mi Cello.
-Puedo hacerlo, es el deber de un caballero.
-No necesito ser rescatada. Soy una Hino.- arrebata Hotaru su estuche al muchacho y camina con él escaleras arriba. Definitivamente eso no había salido como él hubiera querido.
-Si…Definitivamente es una Hino.
Hotaru subió las escaleras del templo Hikawa enojada y al llegar a la sala se encontró con Rini en la sala junto a Setsuna sentadas en la mesa de centro revisando las tareas de Rini.
-Hermana. Te ves realmente enojada
-Me encontré con un idiota en el estacionamiento.
-Que mal, parece que arruinó tu día.
-Si. Lo bueno es que no voy a verlo de nuevo- asegura la de ojos amatista
-¿Quieres comer algo, Hotaru?- pregunta la mujer de ojos color granate
-Gracias, Setsuna. Comí algo en la universidad. Esperaré a Okasan
-Hizo un yakimeshi delicioso. Debes probarlo- comenta Rini
-Lo probaré más tarde. Te lo prometo
En ese momento Helios apareció con sus ropas de calle: unos pantalones de mezclilla y una camisa azul marino que resaltaba aún más sus ojos dorados, Rini sonrió mientras Hotaru lo observaba con desdén.
-Buenas noches. Señorita Setsuna he regresado. Rini ¿aun ocupas ayuda con tus tareas?
-Yo puedo ayudar a mi hermana. Gracias, Helios.
-Hotaru ¿Qué dices? Tu tienes mucho que leer para mañana. Me lo acabas de decir- interviene Rini- Helios,si ocupo ayuda. Mi hermana dijo que se dará un baño y se pondrá a estudiar. ¿Podrías ayudarme en lo que papá viene por mi?
-Claro, será un placer.
-Gracias por entender, Rini- suelta la muchacha de cabellos negros a su hermana y la abraza- yo iré a mi habitación, si necesitas algo…
-Te buscaré. Gracias Hermana. Te veo mañana.
-Te calentaré algo de comer para que tengas algo al lado mientas estudias, Hotaru
-Gracias, Setsuna. - agradece la muchacha inclinándose y se escucha un "buenas noches" mientras desaparece de la sala dejando a un apenado Helios junto a Rini sentados junto a la mesa.
Hotaru se dio un baño y encendió su computadora para estudiar un poco mientras se cepillaba el cabello se dio cuenta que su teléfono sonaba con una video llamada de su prima Sayuri así que respondió viendo a la chica rubia del otro lado de su celular aún con las marcas de su piel amoratada.
-¡Hola, Cho!- saluda la rubia- estoy muy ofendida porque no has venido a verme.
-Lo lamento, Sayuri. Prometo mañana hacerme tiempo. Con otou San, la universidad y el nuevo grupo de música me vuelvo loca.
-Y los entrenamientos
-Y los entrenamientos- repite la pelinegra
Ray me dijo que Helios se está quedando en Hikawa aunque aún no se conocen.
-¡Ray!- bufa la de ojos amatista
-¿Cómo te va con ese galán durmiendo bajo el mismo techo?
-No es un galán, Sayuri. Es solo un chico
-Que te encanta
-Le gusta a Rini y Rini es mi hermana
-Media hermana, la acabas de conocer ¡y tú lo besaste primero!
-No es una competencia, Sayuri
-Pues no lo es porque si lo fuera tu la ganas por cualquier sitio.
-Sayuri no digas esas cosas. Rini es una chica que tiene muchas cosas buenas también.
-Si. ¿Cómo cuáles? ¿Salud?
-Ella ganó el concurso de belleza de su escuela
-Porque compró los votos. Pero nadie se dio cuenta. Si la hubieran descubierto la descalifican. Tú eres más hermosa y lista que esa niña mimada ¡en qué estaba pensando el tío Darien cuando se casó con esa demente y procreó a ese ente!
-Sayuri no seas tan cruel. A final de cuentas Rini es mi hermana y la quiero como te quiero a tí. Por favor no discutamos.
-Me molesta saber que estás renunciando al amor por alguien que no lo merece. Ella no haría lo mismo por tí como Serena no lo hizo por ninguna de sus amigas.
-No importa si ella no haría lo mismo. Es mi hermana y necesita cariño, está muy sola, por favor, Sayuri-chan llévese bien. Son mis dos personas favoritas y las adoro.
-Pero a mi más ¿verdad?
-Claro que si, tonta. Eres mi favorita, siempre.
-Ay… estoy conmovida. No me hagas llorar que me duele- se queja Sayuri - bueno. Te dejo pero mañana me visitas.
-Lo prometo.
-Bueno, ponte a estudiar y no olvides traerme golosinas mañana que vengas a verme.
-Lo haré- promete Hotaru mientras se cuelga la llamada. Cómo le gustaría que las cosas fueran tan fáciles como Sayuri las veía, pero no. Por más que Helios la atrajera como nadie más lo había hecho no podía darse el lujo de ceder a sus impulsos porque sabía que estaba en riesgo lastimar el corazón de su pequeña hermana…
Aquella noche Hotaru estudió hasta quedarse dormida en su escritorio, no deseaba dormir porque sentía culpa de soñar con el hombre que estaba prohibido para ella. Se sentía culpable de estar sintiendo tanto por alguien con quien apenas y cruzaba palabras en la realidad mientras en sus sueños pasaba noches enteras paseando y viajando por los lugares más mágicos y hermosos que jamás hubiera podido siquiera imaginar y a pesar de sus deseos por evitar soñar con Helios, esa noche no fue la excepción…
¡Hola!
aquí aprovecho estos días de reposo para actualizarles Hijo de la Luna. Les cuento que ya trabajo para el sustituto de Hijo de la Luna que ando acabando.
gracias a todos los que leen este fic y me dejan sus bellos reviews que me.hacen tan feliz.
con cariño
la maga
