Hola hermosas! Bienvenidas al siguiente capítulo, espero que estén muy bien todas ustedes. Muchas gracias por estar aquí. Les recuerdo que la historia es completamente mía y que los personajes principales no me pertenecen, lo hago sin fines de lucro solo por diversión.

La historia NO es para menores de edad, espero que comprendas y no te sientas ofendida o aludida al respecto. Gracias por comprender.

SEPARADOS POR LA SANGRE

Una dolorosa Verdad

"La verdad: Dicen que la verdad siempre es lo más sencillo, sin embargo como humanos solemos llegar siempre a ello por el camino más complicado. Recuerda que si hablas siempre con la verdad no tendrás que recordar nada".

DOCE

Candy esperaba con cierto nerviosismo en el despacho del señor Brower, este la observaba fijamente y la rubia no comprendía el motivo por el cual quería hablar con ella.

-Candy ¿Tienes idea de por qué necesito hablar contigo? – Preguntó Vincent a la rubia. Candy negó un tanto nerviosa, sabía quién representaba él y a pesar de que conocía una parte de su historia no se atrevía a hacer una acusación directa.

-No. – Dijo con timidez. Vincent sonrió conmovido al ver en aquella hermosa jovencita un toque de inocencia muy parecido al que su difunta Rosemary siempre había demostrado.

-Te pareces un poco a ella. – Dijo Vincent con melancolía. Candy lo escuchó con atención, no sabía a quién se refería. – A mi esposa… - Dijo refiriéndose a Rosemary aún como tal. – Rosemary… - Agregó al ver la confusión de la rubia. – Ella tenía el mismo toque de inocencia que irradian tus ojos. – Dijo Vincent con melancolía y felicidad al mismo tiempo. Candy sonrió con timidez y un brillo hermoso apareció en sus ojos al ver que aquel hombre no podía negar que seguía recordando a aquella mujer con un verdadero y genuino amor. – Candy, quiero hablar contigo de mi hijo… Anthony… - Aclaró para que no se sintiera confundida. Eleanor le había dicho que había explicado parte de su historia a la enfermera. Candy frunció el ceño en desacuerdo, recordando de manera repentina lo que había sucedido la noche anterior.

-¿Él pidió que hablara conmigo? – Preguntó a la defensiva sin querer ser ruda o irrespetuosa con el padre de su novio.

-¿Anthony? De ninguna manera. – Dijo para sorpresa de la rubia. – Él ni siquiera sabe que estamos aquí hablando, de seguro piensa que estoy en la naviera. – Dijo una vez más para que Candy no tuviera la creencia que Anthony lo había mandado abogar por él.

-No hay nada qué decir, él mismo me lo dijo anoche. – Dijo Candy con cierta tristeza en su voz.

-Ambos se equivocan, hay mucho más que decir y creo que es justo que tú estés enterada de lo que realmente sucedió aquella tarde de cacería. – Dijo Vincent decidido a hablar por su hijo. Candy se tensó tan solo de recordar lo que había pasado aquella tarde.

-¿Qué es lo que realmente sucedió? – Preguntó Candy un tanto escéptica, ella se había convencido de que todo había sido mentira y que Anthony era el responsable de ello. Vincent sonrió y observó con ternura paternal a la joven pecosa.

-Candy, hace años Anthony me había hablado de ti y del gran amor que comenzabas a despertar en su inquieto y joven corazón. – Dijo Vincent con seguridad. Candy abrió los ojos avergonzándose porque aquel hombre supiera los sentimientos que había despertado en el mayor de sus hijos. – Esa tarde de cacería él me había advertido que te confesaría sus sentimientos y que hablaría directamente con William para pedir tu mano. – Agregó seguro de lo que su hijo le había confesado por carta.

-¿Mi mano? – Preguntó Candy escéptica a lo dicho por Vincent, ya que Anthony jamás le había confesado sus sentimientos en la cacería y tiempo a solas habían tenido. Vincent asintió.

-Anthony estaba muy enamorado e ilusionado por ti, sabía que sus sentimientos eran verdaderos porque jamás me había hablado con tanta seriedad en sus propósitos, lo noté decidido, seguro de lo que quería, él había decidido desposarte y eso haría sin dudarlo ni un por un momento. – Candy miraba a Vincent con los labios entreabiertos, jamás se hubiera imaginado de las intenciones que Anthony había manejado con sus familiares para con ella.

-Jamás me dijo nada. – Dijo Candy bajando su mirada como sintiendo un pesar muy grande por no haberlo escuchado hablarle directamente de sus sentimientos.

-Ignoro los motivos que tuvo para guardar silencio en ese momento, pero te aseguro que él se arrepintió más que nadie de haberlo hecho . – Dijo Vincent una vez más.

-¿Qué sucedió aquella tarde en la cacería? – Preguntó Candy ya con más interés en el tema, ella quería saber lo que había sucedido, y si Anthony no se lo confesaba tomaría las palabras de Vincent a aquella verdad que ella merecía saber.

-Cuando Anthony cayó del caballo, el personal de la mansión los trasladó hasta ahí a ambos, mi hijo en un charco de sangre y tú completamente sin sentido. – Dijo relatando lo que recordaba. Candy se tensó al escuchar la situación en la que Anthony había llegado. – Yo me encontraba en Nueva York y tardé un día en desplazarme hasta Lakewood, viajé día y noche para llegar hasta él y me encontré ese escenario desolado en el que mi hijo permanecía inconsciente en un lecho de muerte. – Vincent tenía la expresión puesta en un punto fijo, como si su mente recreara aquella primera imagen que había obtenido de su hijo moribundo. – Hablé de inmediato con la señora Elroy y por viejas rencillas ella me prohibió mover a Anthony de la mansión, discutimos y por fin me comuniqué con William, quien me autorizó el traslado de Anthony en busca de una recuperación. – Dijo mirando a Candy a los ojos para que ella se diera cuenta que era verdad.

-Jamás supe nada de eso. – Dijo Candy quien había estado inconsciente los días previos a enterarse de la supuesta muerte del heredero.

-Lo sé. – Dijo Vincent seguro de que Elroy no lo permitiría. – Anthony estaba muy mal y yo quería salvar su vida, no podía permitir perder a mi único hijo. – Dijo mencionando que en ese entonces no sabía de la existencia de Terry. – Lo saqué en contra de su voluntad de la mansión y lo llevé a Chicago, avisé a Stear y Archie que les diría cuando él despertara..., sin embargo pasaban los días y Anthony no volvía en sí. – Decía recordando con dolor como si estuviera volviendo a vivir esos momentos.

-¿Qué sucedió? – Preguntó Candy, quería saber más, ahora sí estaba interesada en lo que había dicho no lo estaba.

-El médico no me dio ninguna esperanza, sin embargo me comentó de un médico en Francia, así que avisé a Elroy que lo trasladaría fuera del país para que recibiera otro tipo de atención médica, al parecer fue en ese momento que ella decidió darlo por muerto, temía que yo reclamara la herencia que le pertenecía a Anthony, herencia que le había dejado mi esposa Rosemary. – Dijo una vez más delatando a la autora de la desgracia del joven rubio.

-¿La tía Elroy? – Preguntó Candy con temor, no creía que la maldad de la vieja Elroy fuera tan grande.

-Creo que ella creyó que Anthony no viviría y pensó más en la herencia que en confiar en su recuperación. – Dijo Vincent con seriedad. Candy lo miró con las lágrimas asomarse a sus ojos.

-Pero eso no fue justo. – Dijo Candy con una profunda tristeza.

-Anthony no despertó pronto, pasó meses en coma, su cuerpo comenzaba a recuperarse de sus heridas físicas pero había algo que no permitía que despertara. – Dijo Vincent intentando darle un escenario más amplio de lo que Anthony había sufrido en su vida.

-¿Por qué no nos avisaron cuando despertó? – Preguntó Candy con impaciencia.

-Intenté hacerlo, pero en Lakewood ya no había nadie, toda la familia se había ido y con la estricta orden de no revelar la ubicación de la familia. – Dijo Vincent con dolor. – Ahí fue cuando yo me enteré de que Anthony había muerto para los Ardlay. – Dijo una vez más con melancolía. – Cuando Anthony despertó le conté todo lo sucedido y lo único que él quería era saber de ti. – Se atrevió a confesar los deseos de su hijo. Candy abrió los ojos conmovida por sus palabras, se lo imaginaba ansioso preguntando por ella.

-Anthony… - Dijo apenas audible, un llamado que Vincent escuchó y que lo lastimó al pensar en el menor de sus hijos, había descubierto algo que nadie más notaba en Candy, ni siquiera ella misma.

-Cuando despertó sus piernas no le respondían, estuvo en terapia por mucho tiempo, su único interés era buscarte y decirte que estaba vivo. – Decía Vincent con emoción, con impaciencia. Candy lo escuchaba con el latir acelerado de su corazón, mientras su mano apretaba con insistencia aquella moneda que él le había dado el día de su primera cita a solas.

-¿Por qué no lo hizo? – Preguntó Candy impaciente, quería saber los motivos de su silencio.

-Sí lo hizo, viajó una tarde a buscarte a Escocia. – Dijo Vincent para sorpresa de la pecosa, quien abrió los ojos sorprendida por el lugar al que había ido a buscarla. – Sin embargo a pesar de no hablar del tema yo sabía que había regresado con el corazón roto. – Dijo con tristeza. – Se había enterado que estabas enamorada de otra persona y no quiso presentarse ante ti derrotado, con el corazón roto, decidió regresar a Francia y reconstruir su vida. – Decía Vincent sin dejar de observar las reacciones de la rubia.

-¿¡En qué momento estuvo allá!? – Decía Candy recordando que en aquella época ella aún no se enamoraba de Terry.

-Candy, te cuento todo esto porque no quiero que creas que Anthony se escondió de ti o se hizo pasar por muerto para alejarse de tu vida. – Candy lo miró con los ojos llorosos. – Sé que ahora estás en una relación con Terry y mi intención no es entrometerme entre ustedes, por el contrario al igual que Anthony yo respetaré esa relación. – Candy miró a Vincent sorprendida, porque en toda la historia que él le contaba no había reparado en que efectivamente ella estaba enamorada de Terry.

-Es verdad Terry… - Dijo Candy con pena por haber estado pensando solo en Anthony y en ella.

-¿Tú lo amas? – Preguntó Vincent a la rubia. Candy lo miró fijamente.

-Yo lo amo… - Respondió la rubia con un volumen muy bajo de voz, un volumen que no sabía por qué no salía más alto de su interior.

-Me alegra escuchar eso, Anthony parece que ha reencontrado un nuevo camino y no me gustaría ver sufrir a ninguno de los dos. – Dijo Vincent con cierta inocencia en su voz, sin imaginar que aquellas palabras lastimarían profundamente el corazón de la rubia, quien había comenzado a sentir que su corazón sangraba de dolor al recordar la cercanía que Anthony ahora tenía con Annie. – Solo quería aclarar que Anthony no fue culpable de su supuesta muerte, tal vez de lo único que sí es culpable es de no haberte confesado que seguía con vida. – Dijo una vez más el mayor. Candy bajó su mirada fijándola en sus manos para después rosar con el pulgar la yema de sus labios, recreando la sensación que tuvo al sentir la cercanía de su boca.

-¿Puedo preguntarle algo? – Preguntó Candy con cierto valor en su voz. Vincent asintió para darle ese permiso que ella solicitaba con su mirada. - ¿Anthony sabe que es hermano de Terry? – Preguntó Candy con curiosidad. Vincent suspiró negando con pesar.

-Anthony no sabe aún que Eleanor es la mujer con la que estuve hace muchos años. – Dijo Vincent con pena. Candy abrió los ojos y comprendió que él viviera con ellos, esa era la única razón por la que él hubiera aceptado. – Conocí a Eleanor actuando en el teatro, era una actriz que apenas comenzaba a brillar, sin embargo cuando regresaba de un viaje me gustaba ir a ver su actuación, me ayudaba a relajarme de una jornada o de un largo viaje. – Decía comenzando a contar ahora la parte de su historia.

-¿Estaba usted enamorado de ella? – Se atrevió a preguntar Candy. Vincent negó con cierta pena en su rostro, pero debía ser sincero con la joven para que no creyera que un hombre sin escrúpulos.

-Jamás me enamoré de nadie mientras Rosemary vivió, lo que sucedió aquella noche fue un error que me persiguió por muchos años y que lamenté gran parte de mi vida. – Dijo mencionando que se había arrepentido de haberse emborrachado tanto que había pecado en contra de la mujer que más había amado en su vida. – Jamás regresé al teatro, salí huyendo de ahí buscando olvidar lo sucedido, sin embargo la señora Elroy me había estado siguiendo, jamás confió en mí. – Vincent le relató también cómo había conocido a Rosemary y la relación con la vieja Elroy. Candy escuchaba con interés la historia que hacía que el padre de Anthony iluminara su mirada al recordar aquellos años de juventud. – La señora Elroy se metió mucho en nuestro matrimonio y me culpó de que Rosemary no fuera feliz. Cuando me reencontré con Eleanor me contó su historia, la relación que había iniciado con el Duque Grandchester y el motivo por el cual se habían separado, quedé devastado al saber que tenía un hijo fuera del matrimonio y que yo jamás había estado ahí para él. – Dijo Vincent con verdadera pena.

-¿Qué hubiera hecho de haber sabido antes? – Preguntó Candy mirándolo fijamente a los ojos.

-Es una pregunta que me he hecho muchas veces. – Dijo Vincent mirando a Candy, quien simplemente lo miraba esperando una respuesta. – Creo que no lo sé, aún no he podido responderme con sinceridad. – Dijo con honestidad, sabía que su respuesta implicaría el sufrimiento de una u otra parte, de todas formas ya habían sufrido todos por su terrible error, qué más daba si no se sinceraba realmente con los demás a lo que hubiese hecho o no aquellos años.

Candy salió del despacho de Vincent directo a su habitación, necesitaba pensar, tenía todas sus ideas enmarañadas en su cabeza, por un lado estaba Anthony quien no había tenido la culpa de que lo hicieran pasar por muerto, pero sí había tenido culpa por no mostrarse ante ella y eso la hacía rabiar. Por otro lado estaba Terry, quien era su novio y no podía negar que lo amaba, sentía cierta pena por él porque se había convertido en lo que más odiaba, él que siempre había sentido cierta repulsión por los americanos y los franceses, resultaba que era hijo de una americana y de un francés.

-Qué ironía de la vida. – Se decía la pecosa dejándose caer en la cama para dejar fluir sus pensamientos. – Tantas cosas han pasado… Anthony con vida y hermano de Terry, pero ahora él está con Annie… - Decía la rubia con un dolor muy lacerante en su interior. Se sentó de golpe al pensar en aquella posibilidad. - ¡No! – Gritó de pronto, sintiéndose aturdida por lo que estaba sintiendo. – Tranquila Candy, tú estás con Terry, él también tiene derecho a hacer su vida, como tú lo hiciste... – Decía Candy con cierta nostalgia en su voz, intentando convencerse que ese sentimiento que comenzaba a quemar su pecho era un sentimiento normal y que no representaba el dolor de saber que su primer amor ahora estaba enamorado de alguien que no era ella. – Anthony… - Dijo suspirando. – Terry… - Pensó ahora el nombre de su novio, sintiendo una opresión en el pecho al mencionarlo, una opresión que la hacía sentir culpable por el sentimiento que le provocaba cierto rubio en su interior.

Candy se recostó en su cama una vez más y con la mirada puesta en la nada se quedó pensando un sinfín de cosas que no la llevaban a ningún punto, lo único que sabía era que estaba segura que no sabría cómo manejar la situación de Anthony y Annie y eso era algo que le molestaba ya que siempre había sabido controlar situaciones en las que a pesar de salir lastimada podía poner una sonrisa de "todo está bien".

Vincent se quedó en la casa en todo momento y la rubia no bajó a comer, él había respetado su privacidad y había dejado que calmara sus ideas, sabía que debía haberle causado mucho dolor y sufrimiento con todos los descubrimientos que había hecho esa tarde. Eleanor y Terry no habían vuelto de sus respectivos ensayos, ambos eran muy dedicados en su profesión y ponían todo de su parte para que su obra fuese la mejor en cartelera.

Anthony tampoco había vuelto en todo el día, él había evitado encontrarse con Candy, no quería verla al lado de Terry a pesar de que se repetía una y mil veces que ya no le importaba, sin embargo la seriedad que demostró al impartir cada clase fue notoria para sus alumnos.

-¿Se encuentra bien profesor? – Preguntó la señorita Miller. La joven siempre estaba pendiente de él y ese día no fue la excepción. Anthony la escuchó pero no puso atención a lo que decían sus labios. - ¿Es su novia? ¿Acaso ya no volverá? ¿Por eso trae ese golpe? ¿Se pelearon? – Preguntaba con una sonrisa de felicidad en su rostro. Anthony hasta ese momento puso atención en lo que decía, no quería asentir a algo que no le convendría.

-La señorita Britter estará aquí mañana, no se preocupe señorita Miller. – Dijo Anthony con amabilidad, la jovencita frunció el ceño molesta por la respuesta recibida, ya que ella quería que Annie ya no volviera al instituto. – Con permiso, creo que es hora de retirarnos. – Dijo Anthony observando su reloj, la joven una vez más entendió la indirecta y molesta salió del lugar. - ¿Es que nunca se cansará? – Se preguntó Anthony un tanto cansado de la insistencia de la joven, le recordaba a una Elisa cuando estaban pequeños. – No creo que haya cambiado. – Se dijo recordando a la odiosa de su prima, era inevitable pensar en ella y no pensar en Candy y en todos los problemas que le había causado de niña.

Anthony negó una vez más sus pensamientos, se encerró unos momentos en su oficina y no notó que el tiempo había pasado volando, eran cerca de las diez de la noche cuando terminó de poner todos los papeles en orden. Suspiró cansado observando su reloj y sorprendiéndose con la hora se levantó de su lugar y se dirigió a la salida. El edificio se encontraba vacío incluso en la recepción.

-Creo que es demasiado tarde para visitar a Annie. – Se dijo para sí mismo, de todas formas a pesar de todo no tenía ganas de estar con ella, sabía que si lo hacía no podría evitar que el tema de Candy saliera a la luz y estaba demasiado cansado para continuar con aquellos pensamientos.

Se detuvo en un pequeño restaurante para cenar algo, sabía que en casa ya había sido servida la cena y no quería importunar a las cocineras o alguna de las mucamas. Cuando llegó a la mansión como lo esperaba todo estaba en completo silencio, solo las luces del servicio permanecían encendidas.

-Buenas noches Jake. – Saludó al mayordomo con amabilidad, quien lo ayudaba a retirar su abrigo. – Ve a descansar. – Le dijo con una sonrisa amable.

-Gracias señor, le diré a Marie que le lleve la cena a su habitación. – Dijo el mayordomo con propiedad, seguro de que el servicio femenino estaba esperando ansioso la hora de que Anthony llegara para poder atenderlo.

-Cené algo antes de llegar a casa. – Dijo Anthony agradecido. – Pide solamente que me preparen el baño por favor. – Dijo Anthony con una sonrisa de agradecimiento. Jake asintió y se retiró casi de inmediato para avisar al servicio la orden que había sido hecha por el joven patrón.

Anthony llegó hasta su habitación con verdadero cansancio, pero no era un cansancio físico, sino un cansancio emocional, un cansancio mental que lo había dejado completamente agotado ese día. Suspiró profundamente antes de entrar a su habitación, sabía que la habitación de Candy estaba a la vuelta del pasillo, así lo había decidido Eleanor porque había dicho que quería que su hijo se mantuviera lo más lejos posible. Giró su cabeza al otro lado y vio la puerta de la habitación de Terry, apretó la chapa de su puerta y recargó su frente en ella, recordó la noche anterior, el calor de su cuerpo, su breve cintura, cerró los ojos y recreó el momento en que sus labios se rosaron por un instante, recordó el calor de su aliento, la calidez de su pecho chocando contra el suyo, más de pronto sacudió la cabeza y abrió la puerta decidido.

Unos ojos verdes lo habían visto recargarse en la puerta de la habitación y permanecer ahí por varios minutos, no se había atrevido a interrumpirlo, temía que las cosas se salieran nuevamente de control, no podía dormir recordando que no había llegado a cenar y por alguna razón se sentía inquieta por saberlo. Pensó por un momento ir a la habitación y preguntarle si había cenado, pero desechó aquella locura cuando vio que una de las jóvenes que atendía en la mansión tocaba su puerta. Candy la observó alisar su uniforme y peinar sus cabellos cómo preparándose para entrar, aquella acción de la muchacha no le gustó para nada a la pecosa y apretando sus puños con molestia se regresó caminando deprisa hacia su habitación.

-Pasa Marie. – Dijo Anthony seguro de que la joven mucama había ido a prepararle su baño.

La joven mucama se adentró con alegría hacia la habitación del rubio quien en su manera de moverse mostró la emoción que sentía de atenderlo una vez más. Candy que curiosa se había regresado hacia el lugar de su escondite pudo observar que la joven se emocionaba demasiado por entrar a "atender" al joven amo de la mansión.

-Es una atrevida. – Decía Candy molesta por la muchacha, recordando que Terry le había dado a entender que Anthony tenía una relación muy cercana con la servidumbre de la mansión, sobre todo con el personal femenino. - ¿Será que…? – Pensó de nuevo, intentando que su imaginación no la llevaran a una imagen que no sería apropiada para su mente inocente. - ¿¡Y a mí que me importa que haga o no lo que esté haciendo…!? – Se dijo Candy molesta por la situación, regresando sus pasos con mayor fuerza hacia su habitación y cerrando la puerta sin importar hacer ruido.

Marie por su lado estaba ajena a lo que sucedía en el pasillo contiguo, ella estaba en el cuarto de baño preparando la tina como le gustaba a Anthony, templando el agua justo para que no sufriera frío a la hora de entrar en ella, ah que pensamientos tan rápidos volaban en la mente de aquella muchacha, quien deseaba ser esa agua que abrazara el cuerpo de tan atractivo muchacho.

-¿Ya quedó listo Marie? – Preguntó Anthony desde la habitación, quería descansar pronto y le parecía que ya tenía mucho tiempo llenando la tina.

-Un momento joven. – Dijo la muchacha con rapidez cuando fue sacada de sus atrevidos pensamientos. Se levantó del lugar y se dirigió al espejo observando su figura, peinó sus cabellos una vez más, los cuales estaban recogidos, abrió un poco los botones de su escote y acomodó el par de generosos atributos que poseía buscando la manera de que se unieran al frente y se desbordaran un poco para que él pudiera apreciarlos mejor. - ¿Necesita algo más? – Preguntó de pronto. Anthony se giró y se sorprendió de encontrar a la joven muy cerca de él, tenía las manos en su espalda y su pecho apuntando hacia él. Anthony sonrió por dentro, una vez más se le estaba ofreciendo.

-Muchas gracias Marie. – Le dijo con una sonrisa socarrona, una sonrisa que hacía que Marie se mojara sin necesidad de más. – Puedes retirarte. – Le dijo inclinándose para tomar su mano y besarla con propiedad, a pesar de ser una chica del servicio él las trataba como a cualquier dama, algo que había aprendido a hacer desde que vivía con su padre, sabía que de esa forma aquellas jóvenes se sentían un tanto apreciadas.

-¿De verdad no ocupa que le ayude? – Preguntó Marie por primera vez atrevida. Anthony se sorprendió por la disposición tan directa que le estaba insinuando. – El joven Terry me permite que lo ayude con su ropa. – Dijo de pronto, Anthony se giró confundido y miró a la joven quien de inmediato bajó la mirada apenada.

-¿Es verdad eso que dices? – Preguntó un tanto molesto por lo que había escuchado. La joven negó de inmediato.

-No señor. – Dijo Marie apenada por haber hablado algo que no era así. Anthony sonrió y se acercó a ella.

-Marie, eres una de las muchachas del servicio en quien más confío. – Le dijo Anthony con tranquilidad, intentando que la joven no se asustara con su llamada de atención. – He tolerado tus insinuaciones porque sé que no lo haces con mala intención. – Dijo a sabiendas que las intenciones de la mucama no serían otras más que meterse en su cama. – Pero por favor te pido que no me digas mentiras, es algo que no toleraría de ti o de Rose. – Dijo una vez más Anthony a la joven, quien asintió apenada a su regaño.

-Lo siento señor, quise decir que el señor Terry me permite que le elija la ropa que usará después de su baño. – Dijo Marie un poco más tranquila, dejando ahora sí en claro a qué se refería con lo que Terry le permitía que le ayudara con su ropa. Anthony se sintió un poco más aliviado, no le gustaría que aquel joven estuviera propasándose con las empleadas cuando su novia estaba presente en la mansión.

-Está bien puedes elegir mi ropa. – Dijo Anthony permitiéndole que estuviera en la habitación mientras él se daba un baño.

Anthony entró al cuarto de baño y se aseguró de cerrar bien la puerta, sin embargo la cerradura de la época permitía que por el cerrojo del seguro donde entraba la llave se pudiera observar a través de él. Marie se acercó con cuidado y pudo observar a detalle el momento en el que Anthony se desvistió por completo, pudo observarlo por primera vez como Dios lo había traído al mundo, dejando al descubierto su bien torneado y trabajado cuerpo. La chica casi se va de espaldas al verlo entrar a la ducha mientras la regadera dejaba caer un poco de agua fría en su cuerpo.

Anthony estaba de pie frente a la regadera permitiendo que el agua acariciara con sus gotas cada músculo de su cuerpo, se mantuvo así por unos momentos para después sumergirse por completo en la bañera. Marie aprovechó ese momento para sacar una de las pijamas que Anthony tenía en su armario y regresar corriendo para continuar con aquel espectáculo gratuito y placentero para ella. La joven se quedó ahí hasta que de frente Anthony salió de la bañera, ella se tapó su boca intentando no gritar de la emoción, mientras el rubio era ajeno a que había estado siendo observado.

Marie se levantó rápidamente al ver que Anthony se dirigía a la salida, no hubo mucho tiempo de prepararse y la encontró frente a la puerta del baño con el rostro enrojecido y unas gotas de sudor recorriendo su rostro.

-Pensé que ya te habías retirado. – Dijo Anthony incómodo por haberla encontrado ahí.

-Ya me iba. – Dijo la joven con dificultad, no podía evitar observar el torso marcado de Anthony, este se había salido del baño envuelto solamente en una toalla porque estaba seguro que estaba solo.

-Gracias. – Le dijo Anthony consciente de la turbación de la muchacha, veía que lo estaba observando con la misma fascinación que lo observaba Giovanna en el pasado.

Anthony hizo una seña para que se retirara y después se dirigió a cerrar la puerta con seguro, dejó la llave en su lugar al pasar una idea por su mente, pero después negó creyendo que la joven sería incapaz de hacer algo tan atrevido como ello. Cuando estuvo seguro de que estaba completamente solo quitó la toalla de alrededor de su cuerpo y se quedó completamente desnudo para después ponerse su ropa de noche. Salió al balcón una vez más suspirando, mirando las estrellas que aquella noche parecían estar muy cerca de él.

Candy por su lado seguía sin poder dormir, se encontraba en su cuarto caminando de un lado para otro, segura de que tarde o temprano Marie pasaría por enfrente de su habitación, sin embargo los minutos pasaban y la joven no escuchaba el caminar de la mucama. Habían pasado más de una hora cuando escuchó por fin los pasos de la joven.

-Señorita puede hacerme un favor por favor. – Dijo Candy abriendo la puerta de pronto, logrando asustar a Marie quien por lo que acababa de presenciar en el cuarto de Anthony caminaba muy distraída y acalorada.

-¿Perdón? – Preguntó Marie con sorpresa. Candy la observó con el rostro enrojecido, a pesar de la media luz del pasillo podía advertir que estaba sonrojada y que su respiración era más agitada de lo normal, los botones de su vestido estaban abiertos y pudo apreciar que se asomaba más de lo normal sus senos que subían y bajaban aún con la respiración agitada.

-Ya nada. – Dijo Candy sintiendo una molestia en su estómago, imaginando que Marie había permanecido mucho tiempo dentro de la habitación de Anthony y que eso no era propio de una señorita decente. Marie se quedó confundida con la actitud de Candy, quien simplemente cerró la puerta de la habitación. La joven mucama corrió hasta su habitación para darse un baño de agua fría antes de dormir.

Candy caminaba como león enjaulado dentro de su habitación, se sentía muy molesta por creer que Anthony tenía algo que ver con aquella joven, era la misma que le había coqueteado descaradamente en la mesa del comedor el día que había llegado y por la manera en la que había salido podía apreciarse que algo había sucedido entre ellos.

-¡Eso a mí no me importa! – Dijo Candy lanzando un cojín que tenía entre sus manos. – Eso es algo que a mí no me debería de importar, yo estoy con Terry y lo amo y él es incapaz de tener una relación con una mucama… - Decía Candy metiéndose de mala gana a la cama para después cubrir todo su cuerpo con una incomodidad muy justa en su pecho.

Aventó las cobijas de golpe, lanzándolas todas fuera de la cama, no se sentía a gusto de ninguna forma, estaba exasperada y no comprendía muy bien los motivos.

-Primero se muestra muy atento con Annie, ahora con la mucama… ¿Cuántas más? – Se preguntaba la rubia intentando controlar sus pensamientos, pero simplemente no podía, desde que había llegado se la pasaba pensando en Anthony y no tanto en su relación con Terry, se preguntaba cuánto más podría ocultar que era precisamente su hermano aquel chico que él había intentado sacar de su corazón.

Salió de su habitación directo al balcón, quería despejarse, quería dejar de pensar en Anthony y centrarse en la emoción que tenía cuando venía a ver a Terry, en esa emoción que sentía en su corazón cuando viajaba en el tren y cuando lo estaba esperando en la estación, sin embargo ninguno de sus esfuerzos eran suficientes. Anthony se aparecía frente a ella una y otra vez y eso la hacía enojar de manera estrepitosa. De pronto sintió que una mirada estaba fija en ella, giró su rostro hacía su lado izquierdo y ahí estaba él, precisamente el causante de su desvelo, el culpable de que su mundo estuviera girando en el sentido contrario al que ella lo quería hacer girar.

Anthony la vio salir repentinamente de su habitación, jamás se hubiera imaginado que estuviera despierta, parecía molesta, parecía muy molesta y ella no se había percatado de su presencia, rogó que la oscuridad de la noche lo envolviera y no lo descubriera, sin embargo era mucho pedir, la intensidad de su profunda mirada sobre ella fue el aviso que Candy recibió para girar su rostro y toparse con el brillo de su mirada dilatada. Ninguno dijo nada por unos momentos, sus miradas estaban perdidas el uno en la otra, observándose, estudiándose, ambos permanecieron sin decir nada, tan solo sus ojos se miraban insistentes.

-Anthony… - Se dijo Candy de pronto sintiéndose débil ante él, sintiendo que sus piernas falseaban como cediéndole todo el control de su cuerpo.

-Candy… - Dijo Anthony mirándola ahora con frialdad, recordando que era la novia de Terry, evitando que esa ternura que ella le provocaba se saliera de control por su mirada.

Candy percibió el cambio de su mirada y ella también irguió su rostro con orgullo, ambos se metieron a sus respectivas habitaciones sin decir ni una sola palabra.


La mañana llegaba y Terry se levantaba con mucho ánimo ese día, a pesar de que tenía nuevamente un largo ensayo le animaba saber que al llegar a su hogar Candy estaba ahí para esperarlo.

-Buenos días señorita pecas. – Dijo Terry una vez que Candy había abierto la puerta de su habitación. - ¿Lista para bajar a desayunar? – Preguntó una vez más, había quedado en pasar por ella a su cuarto para bajar juntos al comedor.

-Lista. – Respondió Candy con una sonrisa a su novio, aceptando el brazo que con gallardía él le ofrecía.

Caminaron por el pasillo de la habitación de Candy, para después girar en el que se encontraba la habitación de Anthony y la de él mismo, pero como el destino es caprichoso y le gusta jugar con las almas enamoradas, en ese preciso momento Anthony salía de su habitación y se encontraba con la pareja de enamorados que muy juntos caminaban hacia la planta baja.

-Buen día Anthony. – Dijo Terry con un saludo normal. – Veo que se te ha hecho tarde el día de hoy. – Dijo con cierta diversión, sabía que Anthony se levantaba primero que todos y le tocaba esperar al resto de la familia, una costumbre que tenía gracias a que Elroy siempre a las 7 en punto de la mañana ya debía de estar desayunando.

-Buenos días Terry, señorita Ardlay. – Dijo Anthony con una pequeña reverencia ante Candy, quien sonrió nerviosa por el saludo.

-Buenos días. – Dijo Candy con una sonrisa incómoda. Terry notó ese pequeño acto en su novia.

-Vamos, puedes llamarla Candy, después de todo algún día será tu cuñada. – Dijo Terry con seguridad en su voz. Candy abrió los ojos sorprendida y enseguida su rostro se tiñó de rojo, sobre todo al ver que la mirada profunda de Anthony se posaba en ella.

-No estoy acostumbrado aún. – Dijo Anthony por respuesta, con seriedad, con frialdad, como demostrando que le importaba muy poco si era o no su cuñada.

-Entiendo, pero me gustaría que así como yo llamo a Annie por su nombre, tú llames a Candy por el suyo. – Dijo Terry nuevamente, poniendo su mano sobre el hombro de Anthony. Anthony dejó de mirar a Candy y sonrió al actor.

-Pero Annie es solo una amiga. – Dijo Anthony sin reparar que Candy abrió los ojos con sorpresa, pero sintiendo un alivio en su pecho cuando él lo mencionaba.

-La tímida es una buena muchacha, el elegante no supo apreciarla ¿Verdad Candy? – Preguntó Terry a la rubia mientras continuaban su camino hacia el comedor.

-Archie está sufriendo mucho por no saber nada de Annie. – Dijo Candy por respuesta a lo dicho por su novio.

-Ella también la ha pasado mal. – Dijo Anthony mirando fijamente hacia las escaleras, no quería mirarla de frente, debía mantener su distancia con ella.

-Para eso estás ahí. – Le dijo Terry con travesura, queriendo insinuar que Anthony podría aprovechar esa vulnerabilidad en la joven Britter y enamorarla. Anthony sonrió por el comentario del actor.

-Jamás me aprovecharía de la vulnerabilidad de una mujer para enamorarla. – Dijo Anthony con seguridad, algo que a Terry no le agradó escuchar porque en cierta forma él se había aprovechado de la vulnerabilidad de Candy cuando lloraba por su amor perdido años atrás.

-Archie tal vez sea buen tipo, pero si no supo cuidarla otro lo hará. – Dijo Terry un tanto serio con su comentario. Candy lo miró con seriedad no le había gustado que Terry insistiera en que Anthony enamorara a Annie.

-No es justo para Archie. – Se decía la rubia, intentando convencerse de que ese era el motivo por el cual le molestaba, sin embargo su mente no quería escudriñar más en su interior y sincerarse consigo misma.

El desayuno fue muy tranquilo entre todos, Anthony era amable a pesar de que cuando su mirada por accidente se cruzaba con la de Candy este la endurecía o simplemente la evitaba.

-Joven Anthony lo buscan. – Dijo el mayordomo anunciando una temprana visita.

-¿A esta hora? – Preguntó Anthony extrañado, mirando a su padre y después a Eleanor, quienes le daban el permiso para levantarse de la mesa.

Anthony caminó con elegancia rodeando el comedor, pasando junto a Candy e ignorando su presencia, algo que a Candy sin saber por qué le dolía profundamente. Ella bajaba la mirada afligida, sin embargo sabía que era lo mejor, no quería que Terry se diera cuenta aún de lo que estaba sucediendo, ella se lo confesaría ya cuando sus ideas se hubiesen asentado en su cabeza.

-¡Anthony! – Se escuchó de pronto el grito de una mujer, los que estaban en el comedor fueron incapaz de no escuchar el escándalo que armaba la jovencita que había ido a ver al rubio.

-Amelia. – Dijo Anthony con una gran sonrisa en sus labios, abriendo sus brazos para recibir a la joven quien sin importar la elegancia o la distinción, corría hacía él para arrojarse con fuerza sobre él y esperar que la sostuviera.

Vincent venía de la mano de Eleanor y detrás de ellos estaban Terry y Candy, quien sentía una vez más que su corazón se encogía de dolor al ver cómo aquella joven tan elegante y hermosa era atrapada por Anthony en sus brazos. Pensó en la noche que la había sostenido por unos momentos así, pensó en la calidez de su abrazo y deseó ser aquella joven que tenía la dicha de sentir aquel calor tan grato cerca de ella. Su incomodidad era evidente en su interior.

-Otra… - Dijo Terry ante la incomodidad de Candy.

-Amelia ¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó Vincent al ver a la jovencita tan traviesa que él recordaba como una niña.

-Hemos llegado anoche, pero mis padres no me dejaron venir a saludar antes. – Dijo Amelia sin despegarse del abrazo de Anthony. Anthony permanecía abrazándola y Candy no podía evitar mirar con curiosidad a la hermosa joven que era aparentemente de su edad.

-Quiero presentar a la señorita Amelia…

-Vamos Anthony no seas tan formal. – Dijo Amelia con aquella naturalidad que salía de su frescura y juventud. – Soy Amelia. – Dijo extendiendo la mano hacia Terry quien la saludó besando el dorso de su mano como el caballero que era. Amelia se sintió extrañamente nerviosa con aquel contacto.

-Terry Graham. – Dijo Terry sin mencionar ni uno ni otro apellido. – Y la señorita es Candy White Ardlay. - Dijo una vez más presentando a su novia.

-¿Tú eres Candy? – Preguntó la joven para sorpresa de todos. Anthony abrió los ojos pensando que todo se sabría en ese momento, no sabía por qué pero Candy quería guardar el secreto y él había comprendido que era porque no quería problemas con su novio.

-Sí. – Respondió Candy con extrañeza, ella la mencionaba como si ya la hubiera conocido antes.

-Vaya Anthony, hasta que te conocí una con zapatos. – Dijo Terry con malicia en su voz.

-Creo que ese es un comentario poco amable para un caballero. – Dijo Amelia con molestia en su voz. – Algo extraño para quien presume de serlo. – Dijo la joven consciente de que Terry era hijo de la actriz que se había casado con Vincent, el ambiente de pronto estaba tenso y Terry se sentía ofendido por el comentario hecho por la joven, la miró con molestia y ella le sostuvo la mirada.

-¿Dónde está Ian y Janice? – Preguntó Vincent casi de inmediato, intentando que Amelia no hiciera otro comentario que pudiera ofender más a su hijo.

-Se quedaron en casa de los tíos. – Dijo Amelia con una gran sonrisa, mirando a Vincent con ternura.

-Entiendo. – Dijo Vincent comprendiendo el motivo por el cual no habían ido a verlos.

-Pero me dijeron que pueden ir a visitarlos cuando quieran. – Dijo nuevamente la joven sin dejar de sonreír. Terry la miraba con molestia a pesar de ser una joven hermosa no le había gustado mucho el comentario que había hecho. - Pero yo no podía resistir un poco más sin ver a Anthony. – Dijo abrazándose del brazo del rubio, quien sonreía simplemente sin decir nada. Terry sonrió con travesura al ver la emoción de la chica con Anthony.

Candy por su lado observaba como aquella joven que se veía de cuna noble estaba muy entusiasmada con la presencia del rubio y al parecer él también estaba igual de emocionado, creyó que tal vez aquella joven era su novia o su prometida y eso hizo que su estómago se encogiera y le causara un malestar una vez más.

Continuará…

Hola hermosas, llegamos hasta aquí por el día de hoy, comprendo que muchas están molestas por el sufrimiento de Candy, pero les aseguro que no será la única que sufre, Anthony también lo hace y generalmente en mis historias es el que más sufre, ahora quise balancearlo un poco sin ser cruel con ella, porque todo lo que sienten aquí son purititos celos. Espero que les haya gustado también este capítulo. Muchas gracias por leer.

Julie-Andley-00:

Hermosa! una vez más quiero disculparme por mi distracción te juro que si llegó el mensaje pero simplemente me pasé de largo, sin embargo ya lo corregí, siento mucho la verdad haber omitido tu mención. Efectivamente Vincent se decidió a hablar con Candy porque sabía que su hijo no quería hacerlo y eso ha hecho que Candy comprendiera lo que sucedió aquellos años, sin embargo no exime a Anthony de la culpa por haberse ocultado de ella después de haberse recuperado. Los rubios poco a poco comprenderán lo que sucede en sus corazones, pero también Terry tendrá ahí cierta culpa de lo que suceda entre ellos. Muchas gracias por todo amiga hermosa, te mando un fuerte abrazo.

TeamColombia:

Hola hermosas! ¿Cómo están? Espero que mejor de los nervios y que sus uñas no estén muy sufridas (Pónganse acrílicas para que no se las coman) También me duele hacer sufrir a los rubios en esta historia, sin embargo Anthony se comporta así por celos, no hay otra explicación, sin embargo él cree que portándose de esa manera con Candy se mantendrá a salvo de sus encantos, no sabe que está totalmente equivocado todavía. Entre ellos continuará el estira y afloja, así que sigan resistiendo. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes hermosas.

María José M:

Hola hermosa! Bienvenida de nuevo, me imaginé que te habías tomado unas merecidas vacaciones, aquí te confieso se te extrañó sobre todo los comentarios tan divertidos que haces de cada capítulo, pero me alegra saber que has descansado, lo que sí me apena que te haya regresado el estrés liberado gracias a mi historia jijijijiji tomate un té de tila a ver si te hace efecto jajaja. Efectivamente ya sabemos que el alcoholo no trae nada bueno, esperemos que Terry piense lo mismo. Gracias por mi calificación jijiji espero que este también haya sido de tu agrado. Te mando como siempre un fuerte abrazo y bienvenida una vez más.

Cla1969:

Ciao bella, mi fa piacere che presti attenzione alla lettura. In effetti, Vincent non ha rivelato molte cose né a sua moglie né a suo figlio, quindi anche tutto ciò si rivolterà contro di lui. Annie ha così tanti problemi che ancora non sa cosa sta succedendo nel suo cuore. Susana apparirà ma molto poco, la storia che la storia originale raccontava verrà mantenuta con alcune varianti. Apparirà anche Albert, ma il suo personaggio finora non è stato molto coerente. Sono felice che tu ti stia chiedendo cosa succederà. Ti mando un grande abbraccio come sempre, amico.

Rose1404:

Hola hermosa, como siempre un placer leer que están muy bien. Mi pobre rubio se merecía la bofetada, sin embargo también sufre por ella. Anthony no ha sido sincero con él mismo, no quiere aceptar que ama a Candy y por eso su actitud fría y esquiva con ella, teme ser descubierto porque cree que será rechazado y no quiere sufrir el rechazo. Espero que te haya gustado la conversación suegro-nuera que se dio en el despacho. Muchas gracias por continuar con la lectura hermosa, te mando un fuerte abrazo.

ViriG:

Hola bella mujer! Me alegra que estés muy bien, también yo aquí estamos bien gracias a Dios, respondiendo a tan bellos comentarios, mil gracias por tus palabras. Efectivamente es una relación amorodio entre los protagonistas, cada uno con sus conclusiones, decidiendo sufrir por no investigar, pero ni modo quien les manda por tercos jijijiji. Creo que Anthony está enamorado de Candy aunque no se lo crea y se quiera hacer el difícil, no le sería fácil enamorarse de alguien más y siempre he creído que aunque Candy hubiera muerto en la historia original y Anthony hubiera seguido con vida no la hubiera olvidado. Creo que la relación de Vincent y Eleanor hasta aquí concluye su pasado, todo lo que seguirá en respecto a su relación presente. Muchas gracias por leer hermosa, me alegra que te haya gustado el capítulo anterior, espero este también te guste. Te mando un fuerte abrazo como siempre.

Mayely León:

Hola hermosa, sí es triste que Anthony y Candy se traten con esa indiferencia, pero también es difícil que se traten de otra forma cuando ambos se sienten lastimados, por diferentes razones pero lastimados al fin. A pesar de que Vincent habló con Candy y expuso la verdad, aún hay situaciones que los rodean y causan intrigas entre ellos, pero volvemos a lo mismo todo es por los celos que sienten aunque intenten negarlo. Amiga mil gracias por leer y dejarme un comentario, te mando un fuerte abrazo.

P.D. No se puede dejar el correo, como te dije intenta escribirlo separado con guiones o puntos ver si así.

Mía Brower Graham de Andrew:

Hola hermosa! Bienvenida a la historia! Me alegra mucho saber de ti y sobre todo que estás lista para la lectura, bastante maratónica te aventaste para llegar hasta aquí, sabía que lo harías tarde o temprano por eso me aventuré a dejarte mi agradecimiento al principio. Me alegra que te haya llegado el mensaje por una amiga tuya, siempre es bueno saber que alguien recomienda lo que escribes, de verdad un halago. Sé que eres Anthonyfan de hueso colorado y sabía que llegarías hasta aquí. Me alegra que te haya gustado y que continúes en cada actualización. El amor de Terry aún es por la pecosa, así que falta mucho para ver si llegará a olvidarla. Te mando un fuerte abrazo hermosa!

Luna Andry:

Y se Armó la batalla hermosa! Hola ¿Cómo estás? Espero que muy bien. Estuvieron a punto, a punto de un quico, pero Anthony se detuvo, yo tampoco entiendo porqué la verdad, pero creo que sería demasiado pronto para ello... aunque quien sabe... mmmm... jajajaja. Terry es un gran personaje lo reconozco aunque sé que a veces mete la pata, también enfrentará sus propios demonios y vamos a ver cómo reacciona. Eleanor me encanta porque casi dice "Vamos todos a cantar" bien feliz disfrutando de una familia grande como la que había deseado toda su vida mientras los demás se miran como preguntándose qué hago aquí jajajaja. Creo que Anthony más que ofendido está intentando marcar sus límites, cree que haciéndose el indiferente frente a ella logrará controlar la emoción que siente en su pecho por tenerla tan cerca, teme salirse de control una vez más, recuerda que ya no es virgencito ni riega las flores jajaajaja. Hermosa un placer leer tu comentario, me honra mucho saber que estás al pendiente de la lectura. Me alegra que te haya gustado, te mando un fuerte abrazo.

Valery:

Hola hermosa! lo sabía! tienes todo lo colombiano que se puede ser (bueno comparando con las demás lectoras) Me alegra que hayas decidido unirte a la lectura y a los comentarios. Vincent ayuda y las mucamas enredan más las cosas, en fin vamos a ver qué pasa más adelante. Te mando un fuerte abrazo hermosa. Gracias por leer.

Usagi de Andromeda:

Hola hermosa! Me alegra mucho que leerte una vez más. Hermosa! Te juro que pude verte diciéndole Terry esas palabras sería épico jajajaja pobre, no cabe duda que a veces soy mala con él, pero te juro que se presta para ser así con él, ahora sí que no soy yo es él jajajaja. Confieso yo así lo he llamado en varias ocasiones, el actor, el rebelde, el duquecito, Archie lo ha llamado imbécil y ya me reclamaron jajaja pero yo no fui, fue Archie, lo hago para no repetir tantas veces su nombre, no vaya a ser que se me aparezca jajaja. También intento ponerme fuera de los comentarios porque como dices algunos son muy ofensivos, es algo que creo yo es innecesario cuando hablamos de personajes ficticios y que cada quien puede amar u odiar al personaje que más le parezca, lo importante es que amamos a Candy y pertenecemos a este gran mundo por convicción propia. ¿Tienes un fic? Te juro que lo busqué en tu perfil pero no lo encontré, ¿Es de Anthony? La verdad no sé a veces cómo le hago para actualizar con tantas ocupaciones, pero la historia que hice de "Feliz Navidad" la hice en una sola tarde y lo puede corroborar el título tan "original" que le puse jajaja. También en un historia hice un capítulo especial a pedido de una lectora y también lo escribí en una tarde porque no estaba contemplado, creo que a veces estoy inspirada y me suelto escribiendo, creo que tengo que agradecerle a mi maestra Juanita de la secundaria por enseñarme a escribir sin ver el teclado jajajaja. Hermosa ya me extendí, te mando un fuerte abrazo espero que estés muy bien.

P.D. Estás muy jovencita, me alegro no ofenderte con los temas que trato. Saludos!

Guest:

Hola hermosa, gracias por escribir. Creo que esa pregunta solo la podré responder cuando llegue el capítulo. Te mando un fuerte abrazo y gracias por leer y comentar.

Silandrew:

Hola hermosa! como siempre un placer leer tú comentario, gracias por seguir leyendo sin falta cada capítulo. Anthony es un maravilloso personaje que no se la cree que es un don Juan, creo que lo hace naturalmente, él no trata así a Annie para hacer enojar a Candy, creo que lo hace porque en verdad aprecia a Annie y se preocupa por ella, sin embargo comprendo que es molesto desde la perspectiva de Candy. Annie es un personaje muy odiado en el fandom y te juro que yo jamás creí que así era, jamás la percibí como envidiosa, siempre creí que era un personaje muy solitario y falto de amor, que por sus miedos e inseguridades tomaba decisiones que si bien fueron egoístas en su momentos lo hacía dentro de su necesidad de sentirse amada, pero respeto la opinión de cada quien ;). Créeme que le va a costar mucho a Anthony todo lo que está haciendo, por ahí dicen que todo cae por su propio peso y Anthony no será la excepción a pesar de ser el protagonista y quererlo como a ningún otro personaje en esta historia. Hermosa, te mando un fuerte abrazo gracias por leer. Saludos!

Mitsukikat:

Hola Katherine! que bonito nombre tienes en verdad! Me gusta! Muchas gracias por crear una cuenta y agregar mi historia a tus favoritos, sé que has leído si no todas si la mayoría de mis historias y no tengo palabras más que de agradecimiento para ti. Eres muy joven! definitivamente comenzaste a leer muy pequeña estas historias, me averguenzo de lo que tuviste que leer a tan corta edad! te juro que no es mi intención de hacer sentir mal con mis relatos, por ello siempre intento avisar antes para que no se encuentren con alguna sorpresa incómoda. Yo no recomiendo mis historias para menores de 21 años la verdad, sé que es un tema muy difícil de tratar y no siempre es bien comprendido, porque se presta a malas interpretaciones, pero no puedo evitar dejarme llevar por la emoción de la escritura. La matriarca es una de las más intensas que escribí en su momento, ahora creo que esta le gana pero no por las escenas maduras, sino por los sentimientos que genera. Aquí tienes a una amiga hermosa, cuando quieras puedes contactarme por este medio o por un PM si así lo deseas. Gracias por leer, te mando un fuerte abrazo y ojalá también agregues mis otras historias a esta nueva cuenta.

Muchas gracias a todas y cada una de las personas que leen en forma anónima, gracias por estar aquí al pendiente de cada actualización, gracias por ser parte de esta aventura que les confieso me encanta haber emprendido a su lado. Gracias por estar aquí.

GeoMtzR

03/04/2024