Capítulo 2: Inseguridad
Volvió a casa rápidamente, se le habían olvidado varias compras, omitió los regaños de su madre y se encerró en su habitación, estaba por demás inquieto. Nunca había besado a una chica, ni siquiera a Hikari…Hikari…esa chica de cabellos azules volvió a su mente, dándole una punzada en el estómago. Toco su abdomen, y no le gusto la sensación.
Se levantó de la cama y se tumbó al suelo, y no se levantó de ahí hasta que completo 40 abdominales, tenía que hacer más ejerció…y en su mente estaba solo una cosa…Hikari. Sentía coraje al recordarla, y en su mente estaba la risa burlona de la chica, se volvió a tumbar en el suelo e hizo ahora 40 lagartijas más… no estaba conforme…su cuerpo nunca estaba conforme. Hizo todo el ejercicio que pudo hasta que su cuerpo ya no aguanto más, estaba cansado que cayo dormido en el suelo hasta la mañana siguiente.
Al tercer día volvieron a la escuela, varios lo reconocieron por el festival deportivo, y al entrar al salón vio a Uraraka conversando con la chica rana, y al cruzar sus miradas ambos se sonrojaron, recordando lo que había pasado los días anteriores, no sabía que tanto podría hablar ella sobre lo que paso así que tenía que ponerle un alto. En el almuerzo Bakugo jalo del brazo a Uraraka sin siquiera decirle nada, tan solo la llevo arrastrando hasta la azotea.
—Suéltame—Decía la chica algo temerosa, pero no recibía respuesta por parte de Bakugo.
Al llegar la vio de frente, ella estaba sonrojada y temblaba de miedo.
—Escucha cara redonda—Dijo algo molesto—Si te atreves a contar lo que paso hace dos días te juro que…
—Pudiste haberlo dicho en la cafetería, gracias a ti me quedare sin almuerzo.
—No quería que nadie nos escuchara.
—Crees que yo quiero hablar de lo que sucedió—Dijo la castaña algo nerviosa.
—No lo sé, no te conozco, pero lo que si se es que le iras con la noticia al maldito nerd.
—¿Deku? Es la persona que menos quiero que se entere, son amigos y no sé cómo lo vaya…
—No somos malditos amigos—Gruño el rubio.
—Él me dijo…
—No importa que te haya dicho el maldito nerd, ese idiota no es mi amigo, en cambio tú de él si eres amiga.
Bakugo vio un ligero sonrojo en las mejillas de la chica, y no entendía por qué…más bien no quería saber el porqué. Intuía que a la chica le gustaba el nerd y eso de algún modo le molesto.
—Tú abres la boca…
—Cállate—Grito la castaña, Bakugo la vio con los ojos vidriosos—Fuiste…fuiste mi primer beso…y…no fue un beso que ambos quisiéramos—La castaña comenzó a derramar lágrimas y su rostro se tornó rojo.
—El mío también—Dijo Bakugo sin siquiera verla, la castaña se sorprendió limpiándose las lágrimas, Bakugo volteo a verla violentamente—Así que más te vale…
—Sí, sí, cierra la boca—Dijo Uraraka intentando hacer una sonrisa y la nariz roja, Bakugo se sonrojo también al ver esa hermosa sonrisa.
Su corazón se iba a salir de su lugar, latía como si hubiese corrido una maratón, sus manos sudaban y sus labios temblaban ¿Por qué quería volver a probar esos labios? Se acercó un paso, alzo una mano para tomar su rostro, cuando la campana sonó.
—Genial, ahora no comeré hasta la cena—Dijo con enfado la castaña.
Después de eso, la chica salió corriendo de ahí, Bakugo se quedó completamente solo en la azotea. ¿En qué demonios estaba pensando? ¿Besarla nuevamente? Qué tontería, él había cerrado su corazón. Toco su pecho intentando detener el latido de su corazón. Bajo las escaleras, llegando a su salón, ella se sentaba en el último asiento de la primera fila, la vio directo a los ojos y ella le desvió la vista.
¿Se abra enterado de sus intenciones, que por eso huyo? No lo sabía, pero ahora no podía detener el ritmo de su corazón. Intentó por todos los medios calmarse, pero no pudo, pidió permiso a la profesora Midnight de ir a la enfermería, no se sentía bien, todos se quedaron viendo que el número uno del salón estuviese enfermo.
Después de ese día no podía sacar de su mente a Uraraka, estaba loco por pensar que estaba enamorado nuevamente, pero cada vez que pensaba en eso, Hikari volvía a sus pensamientos y callar los recuerdos de Hikari eran difíciles, la única manera de hacerlo era entrenando, entrenar lo liberaba de cierta presión. Pero con el tiempo y con el trato hacia Uraraka los recuerdos de Hikari eran más difíciles de callar, no podía pararlos, no podía dejar de escucharla.
—Viejo—Kirishima dijo corriendo detrás de el sin aliento Bakubro…podemos…descan..sar— No sabía cuántas vueltas habían dado a la pista de carreras. Y vio a Denki tirado en el suelo delante de él.
—¿En qué momento el maldito pikachu se nos adelantó?
—En…ninguna…cayo…en la segunda…vuelta…y ahí se quedó…—Menciono Kirishima tirándose el también al piso.
—Segunda… ¿Cuántas vueltas llevamos? —Bakugo ahora no contaba las vueltas, no contaba las repeticiones, no contaba nada.
—Tu…casi 9…yo…es mi 4 vuelta…Denki…
Kirishima estaba preocupado, porque su amigo se ejercitaba bastante algo que no era normal, y además admiraba su resistencia, ¿Cómo podía correr tanto?
—¿Nueve? Faltan otras 11—Kirishima se asustó y Denki lo escucho.
—¡¿Estás loco?! Yo me voy por un helado, estoy cansado—Denki como pudo se levantó de ahí y salió de la pista, las piernas le temblaban, pero ya no podía aguantar más el ritmo de su amigo.
Era increíble que Bakugo pudiese dar tantas vueltas, era increíble que pasara horas en el gimnasio, todos lo veían como si fuese dedicación, pero un día en la cafetería Uraraka se preocupó, jamás lo había visto comer, y siempre traía un termo con algo, nunca comía y hacia demasiado ejerció.
—¿Bakugo es alérgico a la comida de aquí? —Soltó sin siquiera pensarlo.
—Kaachan no es alérgico a ninguna comida—Deku pregunto—¿Por qué esa duda?
—Es que…—Pero en ese momento su mirada cruzo con la del rubio y se sonrojo, le daba una mirada amenazante.
—No…por nada.
La comida siguió como siempre. Tal vez a Bakugo no le gustaba la comida de ahí. Tal vez le gustaba la comida un poco más casera. Algo en ella le decía que preparara comida para el rubio, pero no sabía por qué. Desde aquel beso, ella tampoco se había podido sacar de la mente a Bakugo.
"Estas loca" Pensaba "No te puedes enamorar de alguien solo por un beso"
Pero aun así al día siguiente hizo dos obentos caseros, un poco de pollo y arroz simplemente, su economía no andaba muy bien, pero quería compartir esa comida con Bakugo, la razón la desconocía.
—Vamos a comer juntos—Dijo al día siguiente parándose en el escritorio del chico, algo que sorprendió mucho a Bakugo y a algunas personas que se encontraban ahí.
—Estás loca, yo no…
—Si no vienes a comer conmigo le diré a todo mundo lo que paso después del festival—Susurro Uraraka para después darle una sonrisa.
Bakugo entro en pánico, no quería que nadie supiera, así que se levantó de la silla la jalo de la muñeca y salió del salón, fueron nuevamente al techo de la escuela donde nadie los pudiese ver ni molestar, Bakugo nuevamente llevaba su termo, mas no llevaba nada más. Uraraka se sentó en el suelo invitándolo a él también, saco dos cajitas de almuerzo y le dio una.
—Por qué demonios me invitaste a comer—Menciono el rubio molesto.
—Porque últimamente he visto que no comes, entiendo que es eso, y por eso hoy he decidido invitarte el almuerzo—Dijo ella con una sonrisa.
—¿Cómo que entiendes que no es comer? —Pregunto curioso el chico.
—Pues…veras, a veces no tengo el suficiente dinero para comprar el almuerzo o para comprar ingredientes para la cena, en casa no andamos económicamente bien. Y cuando iba a la secundaria a veces mis compañeras me invitaban a comer, por eso entiendo tu situación—Uraraka dio un bocado a su arroz quedándole uno en la comisura de los labios.
Bakugo se sorprendió mucho al escuchar esa historia, no sabía que ella sufría de problemas económicos, y se sintió mal porque estaba gastando su poco dinero en el así que decidió comer lo que había preparado la castaña.
Comió con ella aquel día, y al día siguiente y los siguientes días. A cambio de la comida Bakugo le ayudaba de vez en cuando a comprar ingredientes, se sentía a gusto comer con ella, y le gustaba verla feliz comiendo, mas sin embargo algo no había cambiado, comía con ella, pero se saltaba muchas comidas más, además de hacer un ejercicio riguroso todo el tiempo, toda la tarde se la pasaba entrenando. Algo que muchos no se percataron.
Después de los exámenes el verano llego, un día Kirishima lo invito a la piscina de la escuela, pero él no quería ir, se sentía incómodo estando en traje de baño.
—Deku y los demás van a ir, será un entrenamiento no un día de piscina normal—Fueron las palabras que convencieron a Bakugo.
Pero al llegar ahí se dio cuenta de que las chicas también habían ido, no llevaban trajes de baño provocativos ni mucho menos, llevaban el típico traje de baño de la escuela, pero algo en Uraraka se veía diferente, no pudo dejar de verla todo el tiempo. Bakugo era el único chico que iba con playera a la piscina, se sentía inseguro de su cuerpo, pero sus compañeros insistían en que se pusiera a entrenar con ellos.
—Lo que pasa es que tiene miedo de que le ganen—Menciono Mineta burlándose de él.
—Cállate maldita uva—Grito Bakugo.
—Sí, si tiene miedo—Mineta insistió.
Bakugo se molestó al punto de quitarse playera, todos lo voltearon a ver haciéndole sentir inseguro, Bakugo había ganado bastante masa muscular, tenía unos pectorales bastante prominentes y sus hombros se habían ensanchado, nadie había visto más que sus brazos por el uniforme deportivo, Bakugo no se sintió bien.
No sintió que estuvieran admirando su cuerpo, sino más bien criticándolo, y volvió a escuchar la dulce voz de Hikari, "Bakugo es lindo, pero no me gusta por qué está gordo". Vio como sus compañeras se le quedaban viendo y como Mina y Hagakure murmuraban entre sí, y aunque no pudiera verla escucho una risita burlona de la chica invisible. Sus ojos se desviaron hacia Uraraka, y ella al cruzar su mirada, se avergonzó y dejo de verlo.
Era más que evidente que Hikari tenía razón, era gordo, y todos se burlaban de él. Así que esa tarde en la piscina entreno más duro que nadie hasta que el profesor Aizawa los corrió a todos de la piscina. Camino a casa no se había percatado que sus compañeras iban detrás de él.
—Como no te puede gustar Ochako-chan—Escucho a la chica invisible—Si está muy musculoso.
—Bueno yo…
Lo sabía, sabía que por su peso no le gustaba, se tenía que matar esa voz de Hikari en su cabeza, y tenía que matar ahora la voz de Uraraka también en su mente.
Mis estrellitas, espero que les haya gustado este segundo cap, la verdad es un fic bastante corto, así que no tardara mucho en subirse, espero les guste.
