REVENGE
~Capítulo 14 Parte I~
—Día tres de búsqueda y nada.—Musitó la rubia hija de Sora y Yamato, completamente desbastada.
—Lo siento, nieta querida, estoy haciendo todo lo posible por buscar a las modelos que participaron en tu evento, pero no ha funcionado, todo indica que lo dicho por la policía es verdad.— Declaró Hiroaki— Fue un accidente de carretera.
La oji-verde negó.
—Izumi, sé que no quieres aceptarlo, y por eso no has cesado la búsqueda.— Sora tomó asiento junto a su hija— Pero debemos aceptarlo.
—No puedo aceptarlo.— Murmuró Izumi— Esto es demasiado.
Sin duda alguna, era triste la situación de las modelos, un hecho que estaba golpeando a todos en aquella ciudad, literalmente se viralizó en redes esta situación, muchas campañas de búsqueda se realizaron, la policía hacia lo posible por encontrar respuestas más allá de las conclusiones que habían sacado, no obstante, nada ocurría.
Haruna pasó su mirada por Hiroaki Ishida, quien estaba serio, de vez en cuando fingiendo un estado de "preocupación" el cual engañaba a Izumi y todos los presentes.
—Mi nieta querida.— El hombre Ishida tomó asiento al lado de la rubia— Entiendo tu preocupación, pero debes tranquilizarte, has puesto mucha energía en esa búsqueda, estar muy estresada por eso no te hará bien.
—Lo sé abuelo, pero es inevitable para mi estar preocupada.—Respondió la oji-verde—Yo tengo la culpa, después de todo, el evento era mío y debí preocuparme en que las mujeres que participaron en él debían estar bien.
—¡Claro que no!—Hiroaki suavemente la abrazó.
Haruna apretó los dientes al ver como el idiota de Hiroaki se acercaba a Izumi con su actitud tan hipócrita ¡Y más encima, la acariciaba con sus pecaminosas manos!
—Necesito salir a tomar aire.— Izumi se levantó del lugar.
—¿Sola?— Preguntó la señora Anderson.
La rubia asintió— Necesito pensar.
Sora hizo una mueca— Está bien.
Fue así como la oji-verde salió del lugar.
—Sora, en verdad, te pido una disculpa si he sido muy insistente, viniendo aquí, sabiendo que es un tema familiar.
—No te preocupes.— Respondió la pelirroja.
Era sorprendente que esta mujer con todo el trabajo y dinero que tenía se diera el tiempo para ayudarlos. Después de todo, el autobús se encontró junto al chofer muerte a la orilla de la carretera, cerca de un río, el oficial a cargo de la policía decidió dar por finalizada la búsqueda, ya que las pruebas indicaban que los cuerpos habían caído al río y posiblemente se los llevó la corriente, debido a correntoso que era.
Fue ahí como, Haruna Anderson, con su dinero financió una campaña de búsqueda, realizó una campaña en redes sociales que fue tendencia en Twitter, además, en Instagram cada vez se sumaban personas que presionaban a las autoridades a continuar con la búsqueda. Además, Yamato y ella convencieron al oficial Yamaki para que comenzara una investigación particular.
—En verdad, agradezco el apoyo que nos estás dando.— Comentó Sora.
—Sí, la verdad es que ha sido muy importante para nosotros su ayuda.— Musitó Hiroaki fingiendo estar "feliz" y agradecido de su ayuda.
Aunque, la verdad era que no estaba muy feliz por esto. Sí, le agradaba la idea de tener a una persona con tanto dinero e influencias trabajando para ellos en estos momentos, sin embargo, estaba usando sus "fuerzas" en contra de ellos.
Si supiera que esta mujer prefiriera el dinero ante que otra cosa. No dudaría en involucrarla en su negocio como inversionistas, sin embargo, no la conocía del todo bien.
Haruna también fingió una sonrisa— Como dije, mientras pueda, intentaré ayudarlos. Ahora somos socios y espero que algún día amigos.
La puerta del ascensor de la empresa de Yamato se abrió, dejando ver a Nene, quien como todos los días venía dispuesta a trabajar. Generalmente llegaba temprano, pero ese día en particular costó trabajo levantarse de su cama, se sentía agotada.
Nene caminó en dirección a la pequeña cocina que tenían a un costado.
Necesitaba un café
Al llegar a aquella sala que adaptaron para cocina. Se encontró con un par de mujeres.
—Buenos días señorita Nene.— Saludaron las mujeres que se encontraban en la sala principal.
—Buenos días.—Respondió la castaña sin mucho interés mientras sacaba un tazón del mueble y lo depositaba bajo la maquina de café. Apretó un botón y el líquido cayó.
Las mujeres intercambiaron miradas entre sí, cada quien tomó su tazón con café y salieron del lugar, exclamando un "permiso" al pasar por el lado de Nene.
La Ishida simplemente movió la cabeza y dirigió su mirada hacia el líquido que caía en su tazón.
Tenía ¡mucho sueño! Necesitaba despertar con un café bien cargado.
Justo en ese momento, unos pasos se escucharon a cerca y a los segundos, frente a ella apareció cierto hombre rubio de ojos azules.
¡Oh no!
Pensó al reconocer a su padre.
—Buenos días Nene.— Saludó Yamato.
La castaña se mordió el labio inferior y decidió mantenerse en silencio mientras abría un pequeño sobre con azúcar.
El rubio dirigió su mirada a su hija— Dije, buenos días.— Comentó, sin embargo, no obtuvo respuestas—¿No me vas a saludar?
Nene frunció el ceño: —¿Con qué cara vienes a pedirme que te salude, Yamato Ishida?
El nombrado apretó su puño— No me hables así, mucho menos me llames por mi nombre, antes que todo soy tu padre, debes respetarme.
Nene mantuvo su ceño fruncido, su expresión llena de resentimiento y dolor por las acciones de su padre. La traición hacia su madre Sora pesaba sobre ella como una losa, y no estaba dispuesta a pasar por alto sus errores.
—Padre o no, has perdido todo mi respeto —respondió Nene con voz firme, su tono impregnado de desaprobación— No puedo saludar a alguien que ha herido el orgullo de nuestra familia
"El orgullo de su familia"
Eso sonaba a algo que dirían Toshiko o Hiroaki.
—Eres un cobarde y un egoísta.
Yamato sintió el golpe de las palabras de su hija, un dolor agudo que se mezclaba con la vergüenza y el remordimiento. Sabía que no había excusa para su comportamiento, pero también anhelaba desesperadamente una oportunidad para enmendar sus errores.
—Lo siento, Nene. Lo siento mucho...—musitó, con la mirada baja y la voz llena de pesar—. No puedo cambiar lo que he hecho, pero puedo prometerte que haré todo lo posible para reparar el daño que he causado.
Nene lo miró con escepticismo, su corazón dividido entre el deseo de perdonar a su padre y la necesidad de proteger a su madre.
—¡Jamás podrás recompensar todo el daño que nos has provocado a Rika, a mi madre y a mí!— Frunció el ceño— Gracias al cielo, Izumi todavía no lo sabe, pero estoy segura de que, si algún día lo llega a saber, no te lo perdonará, porque no lo mereces.
—¡No me hables así jovencita!— Yamato alzó la voz— Entiendo que estés triste, pero antes que todo soy tu padre, merezco respeto.
—¿Respeto?— Nene rio— Si ¿cómo no?— Fue así como rápidamente tomó su bolso y se dirigió hacia la puerta.
—¿Dónde vas?
—Me voy.—Respondió la castaña— No estoy de ánimos para verte.
Fue así como salió del lugar.
Haruna salió al jardín delantero de la mansión Ishida, dispuesta a salir del lugar, ya que su chofer vendría a buscarla para llevarla a la empresa. Sin embargo, la presencia de Izumi, quien estaba sentada en una banca llamó su atención.
Observó su rostro, evidentemente estaba triste, su mirada estaba pérdida en la nada evidenciando su delicada situación.
Haruna, mejor dicho, Mimi, madre de Izumi, respiró profundo. Este era su momento para apoyarla, era su madre, debía preocuparse de que estuviera bien y eso haría.
Sigilosamente se acercó a ella.
—Izumi.
La rubia dirigió su mirada hacia ella.
—Disculpa, no quiero molestarte, pero...—Haruna señaló la banca—¿Puedo sentarme?
Izumi asintió.
Fue así como la rubia tomó asiento a su lado.
—No te preguntaré si te sientes mejor, porque creo que está claro que no lo estás, querida.—Musitó la castaña.
La oji-verde asintió en silencio y suspiró— Me es difícil no estar así, señorita Haruna, me da mucha tristeza lo que ocurrió.
—Es entendible, después de todo, fue el primer evento que organizaste y que haya terminado así es bastante shockeante.— Comentó la castaña.
—Lo es.— Respondió Izumi— Pero no solo por mi desfile, esas mujeres me ofrecieron su ayuda para participar en mi evento cuando fui criticada en la prensa por tener un gusto no muy actual de la moda, aun ni siquiera daba mi desfile y fui criticada, pero ellas me ofrecieron su ayuda y que esto haya ocurrido es un golpe fuerte.
—Lo entiendo querida.— La castaña depositó una mano en su hombro— Y, créeme me duele mucho verte así, pero no debes culparte.— Habló— No fue tu culpa.
La rubia bajó la mirada— Es un golpe muy fuerte esto, me da mucha tristeza pensar en sus familias que deben estar sufriendo por esto.
—Algunas veces la vida nos da golpes, y nos cuesta mucho recibir el impacto.— Comentó Haruna— Pero eso no significa que sea imposible hacerlo, aquellas familias sufrirán, pero con el paso del tiempo van a superar esto.— Depositó su mano en su brazo—Así como tú podrás hacerlo.
—¿Usted cree que pueda?— Preguntó la oji-verde.
La castaña asintió— Una vez alguien me dijo, los golpes de la vida son fuertes, pero más fuerte es aquel que logra seguir hacia adelante.— Musitó— Y, yo estoy segura de que tú lo eres. Después de todo, lograste sobrevivir cuando naciste prematura, cuando los médicos dijeron que no era posible que lo hicieras.
Esto sorprendió a Izumi.
—¿Cómo sabe eso?— Cuestionó.
¡Rayos!
Haruna se dio cuenta que, tal vez, habló más de la cuenta.
—Po-porque...—Intentó buscar una excusa— Porque tu madre me lo comentó, un día que hablamos, y me dijo que tu hermana y tú nacieron prematuras.
Justo en ese momento, Nene llegó al lugar.
—Izumi.
La rubia observó a su hermana, evidentemente sorprendida— Nene ¿qué haces aquí?— Preguntó— ¿No tenías que trabajar?
Nene asintió— Tenía...—Respondió— Pero aquí estoy. Te vi triste esta mañana y supuse que estaría bien si pasábamos un tiempo juntas. Para salir y distraerte.
Zoe suspiró— Necesito más que eso.
—Tranquila, todo estará bien, querida...—Musitó Haruna depositando su en su hombro y luego se levantó— Bien, es mi hora de ir a la empresa, las dejaré solas.
Izumi asintió— Muchas gracias por venir.
—De nada.— Contestó la oji-miel— Ya sabes, cualquier cosa que necesites, no dudes en llamarme.
La rubia asintó.
Haruna dirigió su mirada hacia Nene— Tú también.
—Gracias, pero en vez de estar concentrada en esto, debería ir más seguido a la empresa, después de todo, usted solicitó trabajo ahí. No como psicóloga de nuestra familia...
—¡Nene!— Izumi regañó a su melliza.
Haruna hizo una mueca ante el comentario de su hija, evidentemente Nene no era como Izumi, al contrario, su carácter era horrible, al igual que sus actitudes.
—¿Qué?— Preguntó la Ishida mayor—Solo decía.
—Ignore a mi hermana, señora Anderson.— Comentó la rubia— Usted sabe que, valoramos su ayuda.
Haruna asintió— Lo sé querida, pero de igual forma, si necesitan las dos algo más no duden en decirme.
Fue así como volteo en dirección el portón y salió del lugar.
Mientras tanto, en la empresa Yamato, el esposo de Sora se encontraba en su oficina, leyendo unos informes. Bueno, en realidad intentando leer unos informes, ya que su mente estaba pérdida en otro lado, pensando una y otra vez en la situación de las modelos, y su familia.
Muchas cosas se juntaron a la vez, quería arreglar las cosas con Sora y sus hijas, Nene y Rika, quienes no querían verlo ni hablarle, pero era difícil, ya que toda la atención de la hija de Toshiko se centraba en la búsqueda de las modelos. Además, de que ella junto a Nene y Rika se encargaban de evadirlo.
¡Ni siquiera respondían sus llamadas!
Llevaba tres noches durmiendo en un hotel, porque sus hijas no querían tenerlo en la misma casa. Él, como padre, lógicamente no aceptó al inicio esto, pero finalmente tuvo que ceder, porque Izumi estaba mal, no merecía presenciar otro escándalo.
Suspiró.
Por otro lado, no paraba de pensar en la situación de las modelos. Efectivamente como dijo Hiroaki, todo estaba a su nombre, su firma, sus documentos, a pesar de que con el paso de los años intentó resguardar todo, Hiroaki sabía mover muy bien cartas, porque tenía aliados poderosos.
Sí, poderosos.
Tanto así que, amenazaban con afectar a su familia si él decía algo.
Apretó su puño.
Por más que, presionaba a Yamaki para continuar con la investigación, nada lograba. Y, claro que no lo iba a lograr, no sabía cómo Hiroaki logró hacer esto sin que él se diera cuenta.
¡Él siempre estaba atento a sus movimientos! Y gracias a eso logró sabotear dos de sus negocios, pero este pasó desapercibido para él.
Movió su cabeza intentando alejar estos pensamientos.
¡Necesitaba concertarse!
Tal vez, su padre hacia negocios sucios, pero él intentaba hacer lo posible por cumplir con los trabajos legales de esta empresa.
¡Debía concentrar!
Dirigió su mirada hacia el informe y luego hacia su teléfono para hablar con su secretaria. Necesitaba que llamase a Haruna, quien posiblemente estaba en su oficina, debían hablar acerca del proyecto que se estaba desarrollando.
—Mizuki, por favor, llama a Haruna.
—Lo siento, señor Ishida, la señora Anderson aun no llega.— Respondió su secretaria.
El rubio alzó una ceja ante esto.
—Apenas llegue, digale que la necesito en mi oficina.— Declaró Yamato.
—Sí, señor Ishida.
—Nene ¿por qué estás aquí?— La rubia le preguntó a su hermana mientras se recostaba en su cama.
—Acaso ¿no te dije? Necesitaba saber cómo estabas.— Musitó Nene— Últimamente, con toda esta situación de la desaparición de las modelos has estado con los ánimos bajos. Me siento preocupada, ya que nunca te había visto de ese modo.
Izumi bajó su mirada, la verdad es que estaba triste por el tema de las modelos, pero de cierto modo la había afectado de gran manera, porque la pilló en un momento donde estaba con las defensas bajas, debido a la situación que estaba viviendo con su novio.
Suspiró.
—Lo siento, es que...—Hizo una pausa— Esta situación me tomó desprevenida, y no en un buen momento.
—¿No en un buen momento?— Cuestionó Nene—¿Por qué? ¿Lo dices por el desfile?
Izumi negó: —En mi vida han ocurrido muchas cosas.— Respondió— Y, no me refiero al desfile, ya que sacando esto de las modelos, todo en general, salió bien. Pero...
—¿Pero?
La rubia hizo una mueca— En mi vida personal he tenido complicaciones.
—¿En tu vida personal?— Preguntó la chica de ojos morados— ¿Tienes problemas con tu novio? ¿O, con tus estudios?
—Con Kouji.— Respondió la oji-verde— He tenido problemas con él.
—¿Enserio?
Izumi asintió.
—¿Y, por qué me habías dicho?
—Porque es algo de lo mismo.— Comentó— Tú sabes que siempre hemos tenido problemas entre nosotros.
Sí, eso era verdad.
—No creí que debiera comentarlo.
—Izumi, somos hermanas, puedo escucharte.— Respondió Nene— Dime ¿qué te ocurre?
—Verás, él últimamente muy enojado conmigo.— Habló la rubia— Intransigente, difícil de tratar.
—Kouji siempre ha sido difícil de tratar.
—Sí, pero esta vez se mezcla con sus celos y lo posesivo que es.
—¿Celos?— Preguntó la castaña— Eso es nuevo ¿e?
Kouji se vio un chico serio, seguro de sí mismo y sin emociones. Sí, tenía un carácter horrible, pero nunca le vio mucho interés en Izumi como para llegar a un extremo de ser celoso.
Izumi asintió— Él últimamente, ha estado muy celoso, porque mi compañero de trabajo, Takuya, y yo hemos estado mucho tiempo juntos y nos hemos vuelto buenos amigos.
—¿Tu compañero?— Preguntó la castaña—¿Takuya?...—Nene intentó recordar— ¿El fotógrafo? ¿no?
—Sí.— Contestó.
—¿Le has dado motivos para que se coloque celoso?
—Según yo, no.— Respondió Izumi— Simplemente he intentado ser buena persona con él, después de todo, somos compañeros de trabajo y necesitamos tener buena relación, lo cual se ha complementado con el buen carácter de Takuya, quien en poco tiempo se ha convertido en mi amigo, sin embargo, a Kouji no le ha gustado encontrarnos juntos.
—¿Juntos? ¿Cómo?— Musitó Nene—Kouji es un chico serio, dudo que esos celos hayan nacido de la nada.
—Una vez casi me caigo por las escaleras, Takuya me sujetó y Kouji nos encontró en una posición no muy agradable.— Comentó la oji-verde.
—¿Enserio?
Izumi asintió— Quise explicarle que simplemente me agarré de él porque casi me caigo, pero no funcionó, desde ahí siempre que me ve con él se enoja, cree que Takuya quiere algo conmigo, pero no es así, Takuya simplemente es un buen chico y yo lógicamente correspondo al gesto. Lo cual ha provocado problemas entre Kouji y yo.
—Bueno, es entendible que tenga celos, después de todo, tú eres una chica excelente, cualquier chico podría fijarse en ti.
—Eso no justifica sus celos, mucho menos en una situación como esta, Takuya simplemente es mi amigo y nada más.— Respondió la oji-verde— Lo peor es que Kouji se ha encargado de hacerme sentir mal al respecto, el día del desfile simplemente se fue, porque se enojó conmigo, no me hizo compañía sabiendo lo importante que era para mí ese momento. Luego de eso, ocurrió otra situación en la cual me trató muy mal, cree que le soy infiel con Takuya, lo cual no es verdad.
—Que mal.— Musitó Nene— Es una pena por ti.—Declaró— Pero tú bien sabes como es él, tenías bien claro quien era Kouji cuando comenzaron su relación.
—Sí, pero jamás que llegaría a un punto donde me prohibiría ser amiga de alguien.
—¿Sabes? Lo que te falta es un poco de carácter, hermana.—Musitó Nene— Siempre te lo he dicho, hombres como Kouji necesitan mujeres con carácter. Yo siempre consideré tú tienes carácter fuerte, sin embargo, me ha sorprendido que frente a Kouji te sientas tan débil.
—Lo he hecho para mantener nuestra relación.—Respondió Izumi— Intento ser lo más sumisa a él, para que no se enoje.
—No ha sido lo mejor ¿e? Ahora que, haces algo que él no quiere, cree que puede controlarte.
—Sí, pero tú bien sabes que, todo lo que he hecho es para mantener nuestra relación...—Murmuró la rubia— He cambiado muchas cosas en mi vida, solo para que él se sienta bien, me da mucha pena que por cosas como estas me trate tan mal, porque cree que lo puedo engañar.
—¿Sabes? Me resulta un tanto curioso que se enfade por eso.— Comentó Nene— Después de todo, tú siempre has intentado hacerlo sentir bien. Además, siempre le has dejado en claro que lo quieres.—Agregó— Lo cual debería hacerlo sentir seguro, después de todo, como dice la abuela, dudo que encuentres alguien mejor que él.— Musitó— Después de todo, pocos tienen sus habilidades, educación y elegancia.
Izumi se mordió el labio inferior ante esto. Como dijo Nene, Kouji poseía todas esas cualidades, y sí, podía considerarse el chico perfecto, pero era muy frío y cerrado en su mundo. No sentía que sus emociones fluyeran o se conectara con ellas.
¡Bip, bip!
El móvil de la rubia sonó interrumpiendo su conversación.
Rápidamente lo observó, esperando que fuera un mensaje de su novio, pero no lo era. Al contrario, era un mensaje de una amiga de la universidad, Alice.
(De: Alice)
Izumi ¡tienes que ver este video!
¡Es de tu padre! Quedó expuesto frente a todos.
La oji-verde alzó una ceja.
¿Un video de su padre?
Había un link adjunto de una publicación en Instagram, fue así como lo apretó y abrió la publicación. Al instante, se arrepintió de esto.
—Pero ¿Qué rayos es esto?—Musitó la rubia.
—¿Esto qué?— Preguntó la castaña acercándose al móvil de Izumi para observar la publicación que estaba viendo. Y, quedó en shock ante esto.
¡Rayos!
—Izumi, n-no veas eso.— Rápidamente intentó quitarle el móvil, sin embargo, Izumi se hizo a un lado evitando que le quitase el móvil.
—¿Por qué quieres quitarme el móvil?— Cuestionó la rubia—¡Mira lo que hay en este video!— Exclamó— ¡Es nuestro padre!
—Señor Ishida...—Una voz se escuchó desde el teléfono de Yamato— La señora Anderson acaba de llegar.
Yamato, quien se encontraba de pie en su escritorio mientras observaba la ventana, volteo hacia su escritorio— Dígale que entre.
Fue así como en menos de veinte segundos la puerta se abrió y en el lugar ingresó, Haruna Anderson.
—Buenos días, señor Ishida.
—Buenas tardes, querrá decir.—Respondió Yamato— Llegó tarde.
La castaña hizo una mueca—Disculpe la tardanza señor Ishida.—Se apresuró a decir— Pero vengo de su casa.
—¿De mi casa?
Haruna asintió— Verá, estaba preocupada por la situación de las modelos y hablé con Sora, ella me dijo que Izumi no se sentía bien, así que fui a hacerle una visita.— Comentó— Como usted sabe, estoy organizando una campaña para mover los medios y lograr encontrar pistas de las modelos.
Sí, algo le comentó Nene.
Era increíble como esta mujer parecía tener todo bajo control, primero los ayudó con el tema de Rika, ahora le estaba brindando ayuda a Izumi, no solo en la búsqueda, sino en apoyo moral.
Era admirable la determinación y la empatía de Haruna. Ishida reflexionó brevemente sobre cómo su presencia había sido una constante fuente de apoyo para su familia en momentos difíciles.
—Disculpe si sueno muy entrometida, pero estoy preocupada por Izumi.—Musitó la castaña— Está muy triste, sin ánimos.
Yamato suspiró— Mi hija es bastante sensible.—Comentó— Generalmente intenta ser fuerte, escondiéndose en su carácter un poco exaltado, pero esta situación verdaderamente la afectó.—Declaró— Verá, algunas de esas chicas que participaron en el desfile fueron compañeras de trabajo de Izumi desde que comenzó en el mundo de la moda, ya que Sora desde hace tiempo consideraba a esa compañía de modelos en sus desfiles y puedo decir con certeza que Izumi logró entablar amistad con más de alguna.
Esas palabras por alguna razón aumentaron la ira de Mimi. Izumi verdaderamente estaba mal ¿cómo rayos Hiroaki se atrevía a ilusionarla con su ayuda sabiendo que estaba sufriendo por la desaparición de sus amigas?
—Es muy lamentable esta situación.—Musitó la castaña.
Yamato asintió.
—Pero, gracias al cielo, Izumi los tiene a ustedes como familia para apoyarla.— Comentó Haruna— Usted, su esposa, su abuelo, su abuela y demás.
El rubio se mordió el labio inferior ante esto, la verdad era que él intentó acercarse a su hija y lo consiguió, sin embargo, un apoyo en conjunto de su familia no fue posible, ya que Sora no lo quería cerca, al contrario, intentaba mantenerse al margen. Además, Hiroaki se acercaba a ella dándole falsas esperanzas, decía "apoyarla" pero la verdad era otra, sin embargo, él era el único que lo sabía, lamentablemente. Y aunque intentaba a diestra y siniestra alejar a su padre de sus hijas, no era posible, Hiroaki sabía mover bien sus fichas para quedar bien frente a sus nietas.
¡Toc, toc!
La puerta sonó.
—Adelante.—Gritó Yamato.
Fue así como la puerta se abrió y en el lugar apareció su secretaria.
—Señor Ishida.
—¿Qué sucede?— Preguntó el rubio.
—Una publicación de usted se está viralizando en las redes sociales.— La mujer se acercó al rubio y le entregó su tablet— Mire.
Yamato recibió la tablet, observó la pantalla y, literalmente, quedó en shock. Sí, en shock.
Mientras tanto, en la preparatoria, Rika se encontraba en un salón, su clase todavía no comenzaba, ya que estaban en horario de recreo. Ella, como siempre, prefería quedarse en su salón, sola, escuchando música por sus audífonos, dibujando o escribiendo letras para sus canciones.
Desde el exterior, el ruido de los estudiantes que pasaban por los pasillos se filtraba débilmente a través de las paredes del salón. Rika había aprendido a apreciar estos momentos de tranquilidad, lejos del ajetreo y el bullicio del mundo exterior. Era su refugio, su santuario donde podía ser ella misma sin preocuparse por las miradas o las burlas de los demás.
Sin embargo, la paz de su mundo interior se vio repentinamente interrumpida por un murmullo más fuerte que los demás, seguido de risas que parecían cada vez más cercanas. Rika frunció el ceño, desconcertada por la interrupción de su momento de tranquilidad. Levantó la mirada, sintiendo un destello de incomodidad al darse cuenta de que el ruido se acercaba al salón.
Con un suspiro resignado, Rika decidió ignorar las distracciones y continuar con su canción. Ajustó los auriculares en sus oídos y volvió a sumergirse en su mundo interior, esperando que los intrusos se fueran pronto.
Sin embargo, la puerta del salón se abrió de golpe, y un grupo de estudiantes entró al aula, riendo y charlando entre ellos. Rika levantó la mirada, sorprendida por la intrusión. Reconoció a algunos de sus compañeros de clase.
Todos traían sonrisas en sus rostros, reían y le dirigían una mirada a ella.
—¡Oye, mira quién está aquí! —exclamó uno de los chicos, señalando hacia Rika con una sonrisa burlona—. Es la hija del famoso Yamato, ¿no es así?
A pesar de, estar con audífonos, alcanzó a escuchar aquello.
¿Famoso Yamato?
Las risas resonaron en el salón.
—¡Ey! Rika.— Una chica rubia se acercó a ella— ¿Nos escuchas?
Sí, lograba escuchar algo, lamentablemente estaba escuchando una pista sin letra lo que le permitía escuchar, sin embargo, prefirió fingir que no.
—Parece que no escucha.— Respondió otra chica.
—¡Ey!— Exclamó la rubia— ¡Escúchanos!—Rápidamente le sacó un audífono del oído.
—¡Ey!— Rika alzó su mirada furiosa— ¿Qué te sucede?
La chica sonrió, al igual que el resto.
—Al fin nos escuchas.— Respondió.
La pelirroja frunció el ceño— ¿Qué ocurre?
La rubia se inclinó hacia adelante, con una sonrisa burlona en el rostro, mientras sus amigos la rodeaban, esperando con anticipación la reacción de Rika.
—Oh, nada importante —respondió la rubia, jugueteando con el audífono que había sacado de la oreja de Rika—. Solo estábamos hablando de tu padre.
Las palabras de la chica resonaron en el aire, y Rika sintió cómo la sangre le hervía en las venas. La idea de que estuvieran hablando de su familia de esa manera la llenaba de rabia y frustración.
—¿Qué pasa con mi padre? —preguntó Rika, luchando por mantener la calma mientras sus manos se apretaban en puños sobre el pupitre.
Un chico castaño sonrió con malicia, disfrutando del efecto que estaba causando en Rika.
—Oh, nada, nada importante —respondió con sarcasmo— Solo que ahora todo el mundo está hablando de él, gracias a ese divertido video que se ha vuelto viral de él.
—¿Video?— Cuestionó la pelirroja—¿Qué video?
Los presentes intercambiaron miradas y sonrieron.
—¿Acaso no lo sabes?— Preguntó la rubia.
Una chica pelinegra sacó su smartphone, deslizó sus dedos y le mostró la pantalla a Rika. Activó el video en el teléfono y lo sostuvo frente a Ishida, quien observó con creciente incredulidad y angustia la escena que se desarrollaba en la pantalla. Era su padre, Yamato, en pleno acto de...
¡Oh no!
Sintió un nudo en la garganta mientras las risas de los presentes llenaban el aire del salón. El video mostraba a su padre engañando a su madre con una falsa serpiente, provocando una reacción exagerada de Sora que había sido capturada y compartida en las redes sociales.
A medida que el video continuaba reproduciéndose, Rika se sentía cada vez más incómoda y humillada. Era una experiencia surrealista ver a su familia expuesta de esa manera, como si estuvieran siendo juzgados por el mundo entero.
Tragó saliva, sintiéndose incómoda bajo las miradas burlonas de sus compañeros. Quería desaparecer, esconderse en algún rincón donde nadie pudiera encontrarla. Pero sabía que no podía huir de la situación. Tenía que enfrentarla, por más difícil que fuera.
—¡Vaya escena que montó tu padre! ¿e?— Musitó el chico castaño.
Un coro de risas resonó en el salón mientras los compañeros de Rika se deleitaban con el video, comentando y riendo a expensas de su familia.
—¿No te avergüenzas de lo que hizo tu papá? —preguntó una tercera chica del grupo con una sonrisa burlona en los labios.
—Es todo un playboy en las redes sociales.— Comentó la rubia.
Las palabras golpearon a Rika como un puñetazo en el estómago. Sabía que su familia no era perfecta, que su padre había cometido este error, pero jamás creyó que fuese exhibido de esa manera, era una vergüenza.
Sin embargo, eso no significaba que tuviera que soportar las burlas y el escrutinio de sus compañeros de clase.
—Dinos, Rika ¿qué se siente tener un padre así?— Preguntó la pelinegra.
—No es asunto tuyo —respondió Rika, tratando de mantener la compostura a pesar de su creciente angustia.
—Debe ser divertido, después de todo ¡Es famoso!
—¡Que familia más problemática! ¿e?— Comentó la rubia— Ahora entiendo de donde saliste Rika.
—¡Cállate!— Exclamó— No menciones a mi familia.
Pero los chicos no parecían dispuestos a detenerse. Continuaron burlándose de ella, haciéndole preguntas incómodas sobre su vida familiar y difundiendo rumores maliciosos sobre su padre y su madre. Rika se sintió cada vez más atrapada en una telaraña de humillación y vergüenza.
—¡Basta ya! —exclamó Rika— ¿No tienen algo mejor que hacer que molestar a una chica por algo que está más allá de su control?
Rika sintió cómo el rubor subía por su cuello, una mezcla de vergüenza y enfado burbujeando dentro de ella. Las palabras de sus compañeros le golpeaban como puñales, dejándola sintiéndose expuesta y vulnerable frente a ellos.
—¿Por qué hacen esto? —murmuró para sí misma, bajando la mirada hacia sus apuntes en un intento de escapar del escrutinio de sus compañeros.
—Por nada.— Comentó la rubia— Simplemente queremos reírnos un rato.
Los murmullos continuaron, con cada comentario y risa cortando como un cuchillo a través de su corazón. Las burlas y chismes se extendieron como un fuego voraz, consumiendo cualquier sentido de privacidad o respeto hacia su familia.
Rika apretó los puños con frustración, su pecho ardiendo con una mezcla de emociones tumultuosas. Quería gritarles que se callaran, que dejaran de hablar de su familia de esa manera, pero sabía que no podía detenerlos.
Sin embargo, la mejor opción fue tomar sus libros, levantarse del lugar e irse.
¡Rayos, rayos, rayos!
Pensó Yamato al ver aquel video. Y, literalmente, se quedó congelado, sin saber cómo reaccionar. Aquel video lo dejaba en evidencia, mejor dicho, dejaba en evidencia su infidelidad con Nanami. Sí, porque ambos aparecían teniendo uno de sus encuentros.
Haruna, quien todavía se encontraba a su lado, pasó su mirada por el tablet y ella tampoco pudo creer lo que veía.
—Yamato ¿qué es eso?—Preguntó la castaña.
El rubio se mordió el labio inferior.
—Es un video de usted y...—Musitó Haruna, verdaderamente sin poder creer que ese video haya llegado a las redes sociales, era un video bastante íntimo— ¿Su amante?
Yamato decidió explicar: —¿E? Haruna, y-yo, esto, pues...—Se trabó completamente ante esto— Esto es algo que no...—Intentó hablar— Yo no quise serle infiel a mi esposa, es solo que, tuve una aventura y...
—¡Ey! Tranquilo, no tiene que darme explicaciones.—Respondió la castaña— Sin embargo, me sorprende ver este video en internet.
—A mi más.— Contestó Yamato alarmado.
¡Estaba en internet!
Todos podrían verlo. Esto sería un grave problema.
—Mizuki, busca a un informático o alguien que maneje de computación...—Comentó Yamato— Necesito eliminar ese video de internet.
La secretaria asintió—Está bien señor...
—No te preocupes Yamato.—Haruna lo interrumpió— No necesitas llamar a nadie.
El rubio observó sorprendido a la castaña.
—Tú y yo conocemos a alguien que es excelente en computación y fácilmente puede hackear la página, y eliminar esta publicación.— Musitó la castaña.
Yamato se mantuvo en silencio por unos segundos intentando entender a quien se refería hasta que fue consciente a quien se refería, hasta que por fin se dio cuenta de quien hablaba...
Koushiro
Fue así como la castaña rápidamente la castaña buscó su móvil y se encargó de llamar al pelirrojo para que los ayudase en esta situación.
Por su parte, Yamato observaba atormentado las redes sociales sin poder creer que aquel video estuviera arriba ¿de dónde rayos había salido?
A su mente vino el recuerdo de Sora cuando lo enfrentó. Acaso ¿la misma persona que le envió esas fotos y ese video hizo esto?
Mientras tanto en la compañía "Takenouchi Style"
Sora estaba hecha un mar de lágrimas mientras observaba una y otra vez el video de su esposo encamándose con esa cualquiera.
Miyako observaba preocupada a la dueña de la compañía, no quería imaginar lo que estaba sufriendo. Para variar, todos en el edificio comentaban de ese video, aumentando la agonía de la dueña.
—¡Muy bien Sora, creo que es suficiente de ese video por hoy!— Exclamó la asistente de la dueña de la compañía acercándose a ella y quitándole la tablet de las manos.
Sora intentó secarse las lágrimas, pero parecía imposible detener el flujo de emociones que la embargaba— No sé qué hacer... cómo puedo enfrentar esto... mi esposo... ¿cómo pudo hacerme esto?—Comentó— Me siento muy avergonzada, sabía de esto, hace unos días me enteré de su infidelidad. Pero jamás me hubiese imaginado que esto saldría en internet. Ahora todo el mundo sabe que me colocó los cuernos.
Miyako hizo una mueca ante esto.
¡Toc, toc!
La puerta sonó.
—Permiso...—Musitó Takuya, el fotografo de la empresa, quien le tocó presenciar la terrible de escena de Sora al recibir la notificación de ese video y verlo en redes sociales— Jefa, le traje un té de manzanilla, le ayudará a estar tranquila...—Se acercó a la pelirroja y le entregó un tazón— Tómelo mientras esté caliente.
Sora recibió el tazón— Muchas gracias, Takuya.— Respondió— Lamento que hayas presenciado la escena de mi llanto.
Intentaba ser fuerte, pero apenas vio esa escena, se largó a llorar quedando en evidencia frente a ese joven que le estaba presentando las fotografías tomadas del desfile.
—No se preocupe, entiendo la situación.—Contestó.
Sora le dio un sorbo al té que el joven le trajo.
—En verdad lamento que esto esté pasando...—Musitó la pelirroja— Mis hijas no me responden.
—Espero que no hayan visto la publicación.—Comentó Miyako.
—Ojalá...—Comentó Sora—No soportaría verlas sufrir por esto.
—Es posible que ocurra.—Declaró la asistente de la pelirroja.
Esto provocó que Sora se sintiera peor, ya que su rostro de mala muerte lo demostró. Así que, Takuya decidió intervenir.
—Debe estar tranquila, señora Sora...—Musitó el moreno— Sé que este momento debe ser difícil, pero no le preste atención a los comentarios que hagan las personas en esa publicación o lo que digan los demás de usted. Generalmente, la gente habla sin saber. Pero usted debe estar tranquila, ya que infiel fue su esposo no usted. No vale la pena llorar por alguien que no la valora.
—Gracias por tus palabras, jovencito, pero...—Sora suspiró—Me cuesta mucho pensar así.
—Usted es fuerte, o eso me ha comentado Izumi...—Takuya posó una mano en su hombro— Estoy segura de que saldrá de esto.
Sora observó a este chico, por alguna razón, tal vez, estaba muy sensible, pero esas palabras de algún modo lograban hacerla sentir mejor. Quizás, era hora de dejar de llorar por Yamato y hacer algo al respecto ahora que su familia quedó en vergüenza frente a todo el mundo.
—Listo, Koushiro viene para acá.—Comentó Haruna.
—Gracias, señora Anderson.— Yamato se dejó caer sobre su silla, verdaderamente estaba preocupado, ansioso ¡De todo! los teléfonos no paraba de sonar.
—Debe estar tranquilo, señor Ishida...—Musitó la castaña— Estoy segura de que logrará salir de esto.
—Eso espero.—Musitó el rubio— Aunque, lo dudo, este video me ridiculiza a mí y a su vez deja en vergüenza a su mi familia.
Mimi se mordió el labio inferior ante esta declaración, no le importaba lo que sucediera con Sora o Rika, pero si lo que sucediese con Nene e Izumi. No quería imaginarse como debían estar sufriendo.
Y hablando de Roma
Justo en ese momento el teléfono de Yamato se activó.
—Señor Ishida, su hija Izumi se encuentra afuera, dice que necesita verla.
¿Qué?
Pensó Yamato alarmado y no pasaron ni cinco segundos cuando la rubia apareció en el lugar.
—Señor Ishida.
—Izumi.—El oji-azul rápidamente se colocó de pie— ¿Qué haces aquí?
La oji-verde simplemente se detuvo frente a su padre, mientras lágrimas caían en su rostro y Yamato sintió una tristeza terrible al ver que estaba sufriendo— ¿Por qué, papá?— Cuestionó— ¿Por qué hiciste esto?
La castaña llevó una mano a su corazón, totalmente destrozada al ver a su hija de ese modo, literalmente sintió como todo se derrumbaba dentro de ella.
—Haruna, por favor, dejeme a solas con mi hija.— Rogó el Ishida.
La nombrada mordió su propio labio inferior, verdaderamente no quería irse, quería abrazar a su hija y consolarla, pero no era el momento, debía darles privacidad.
—Sí.— Respondió antes de caminar en dirección a la puerta y salir del lugar.
Izumi miró a su padre con una mezcla de decepción y enojo palpable en sus ojos. Había guardado sus sentimientos durante demasiado tiempo, pero la traición hacia su madre finalmente había alcanzado un punto de quiebre.
—No puedo creer que hayas hecho esto, papá.—dijo Izumi con voz temblorosa, luchando por contener la oleada de emociones que la embargaba— ¿Cómo pudiste ser infiel a mamá? Ella te ha amado y apoyado incondicionalmente, y tú le has fallado de la peor manera posible.
El padre de Izumi bajó la mirada, incapaz de enfrentar la decepción en los ojos de su hija. Sabía que no había excusa para sus acciones, que había herido profundamente a las personas que más amaba en el mundo.
—Lo siento, Izumi. No tengo palabras para justificar lo que he hecho —respondió con sinceridad, su voz llena de arrepentimiento—. No puedo cambiar el pasado, pero puedo prometerte que haré todo lo posible para enmendar mis errores y recuperar la confianza de tu madre y la tuya.
Izumi luchaba por procesar la avalancha de emociones que la invadía. Por un lado, quería creer en la capacidad de su padre para cambiar y redimirse, pero, por otro lado, el dolor de la traición seguía fresco en su corazón.
—No sé si podré perdonarte alguna vez, papá.—admitió Izumi, su voz quebrándose con la intensidad de sus sentimientos—¡Eres de lo peor! Has arruinado por completo esta familia.— Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y Yamato se sintió de muerte ante esto— ¡Jamás te lo perdonaré!
~Recuerdo~
La atmósfera en la prisión era tensa y cargada de emociones cuando Yamato llegó para visitar a su esposa, Mimi. Caminó por los pasillos angostos y sombríos, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras se acercaba a la sala de visitas.
Finalmente, se encontró frente a la pequeña sala, donde Mimi lo esperaba detrás de un vidrio transparente. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, Yamato pudo ver el dolor y la angustia reflejados en los ojos de Mimi.
Sin decir una palabra, se sentó frente a ella, separados por el vidrio frío. Durante un momento, ninguno de los dos habló, el silencio pesado entre ellos.
—Yamato... —susurró Mimi finalmente, su voz quebrándose con la emoción— ¿Por qué estás aquí?
—¿Qué no es obvio?— Preguntó el rubio— Vengo a despedirme.
Yamato la miró, sus propios sentimientos mezclados en un torbellino de confusión y dolor. Por un lado, estaba devastado por todo lo ocurrido en su vida, hace un año atrás perdió a su mejor amigo, y ahora perdía a la mujer que amaba, descubriendo que ambos eran unos traidores, que lo engañaron a sus espaldas y no feliz con eso, Mimi se atrevió a asesinar a su madre, Natsuko, verdaderamente estaba decepcionado de la vida. Pero, sorprendentemente, aun con toda esa ira acumulada no podía evitar sentir compasión por ella, por el sufrimiento que estaba enfrentando ahora.
—¿Despedirte?
El rubio asintió— Esta es la última vez que nos veremos.
Mimi ante estas palabras apretó su puño—¿Por qué?
—Porque no me hace bien verte.
"No me hace bien verte"
Esas palabras resonaron en su mente.
¿Quién rayos se creía que era para decir eso? A ella no le hacía bien verlo a él.
—Luego de mis idas al psicólogo creo que lo más sano es dejar de venir para acá.—Comentó el rubio— Después de todo, siempre que vengo y te veo me...—Tragó saliva— Acuerdo de todo lo que hiciste.
¿Todo lo que hizo? ¡Ella jamás hizo aquellas de las cuales la acusaron!
—Yo no hice todas esas cosas por las cuales me acusaron.—Intentó defenderse— Yo jamás te fui infiel y mucho menos asesiné a tu ma...
—No es necesario que mientas Mimi.— Respondió Yamato— Todo está claro.
—¡Claro no!— Corrigió la castaña— Fui acusada injustamente.
—¿Ves?— Preguntó el rubio— Por esta misma razón no vendré más, porque no soporto escuchar como intentas justificar lo injustificable, como cada vez intentas mentirme, en vez de reconocer la verdad.
—Yo no debo reconocer nada.— Exclamó Mimi— Yo jamás hice aquellas cosas de las cuales fui acusada. Pero tú prefieres estar ciego y creer en lo que dicen los demás.
Yamato cerró sus ojos—¿Cómo no voy a creerles? Si todas las pruebas están en tu contra.
La castaña apretó su puño ante esto.
La tensión en la sala de visitas era palpable, cada palabra cargada con el peso de la desconfianza y el dolor. Mimi miró a Yamato con desesperación, buscando en sus ojos algún rastro de comprensión, pero encontrando solo frialdad y distancia.
—No puedo creer que después de todo lo que vivimos juntos, después de todo lo que compartimos, ahora me trates como si fuera una completa extraña —dijo Mimi, su voz temblando con la emoción—. No puedo creer que no me des el beneficio de la duda.
Yamato bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta. Por un momento, se permitió recordar los momentos felices que habían compartido juntos, pero la amargura y la decepción lo empujaron de nuevo a la realidad.
—Lo siento, Mimi. Pero ya no puedo seguir adelante fingiendo que todo está bien cuando claramente no lo está —dijo Yamato con voz firme—. Necesito alejarme de todo esto, de ti, para poder seguir adelante.
Las lágrimas amenazaron con desbordarse de los ojos de Mimi mientras escuchaba las palabras de Yamato. La sensación de pérdida y abandono la abrumaba.
—¿Se te olvida que llevo un hijo tuyo en mi vientre?—Preguntó Mimi— ¡Corrijo! Una hija, ya que es niña.
¿Niña?
Yamato se sorprendió ante aquella noticia.
—¿Niña?
—Sí, niña.— Respondió Mimi— Tendremos otra hija. Dime ¿también la olvidarás como a mí?
—Claro que no.— Se apresuró Yamato a contestar— Yo estaré para ella.
—¿Me la quitarás igual que a Nene e Izumi? ¿no?
Yamato se mordió el labio inferior, él jamás quiso alejar a sus hijas de su madre, pero no tuvo opción.
—Mimi, tú no estás bien.—Declaró— No puedo dejar que mis hijas crezcan sabiendo que su madre es una asesina, que me fue infiel y que está en prisión.
—¡No soy una asesina!— Exclamó la castaña— Me duele mucho que pienses eso.
Las lágrimas caían por el rostro de Mimi, la mirada de tristeza y decepción era algo que a Yamato le partía el corazón, nuevamente cerró sus ojos intentando evitar observar aquella mirada.
—¿Sabes? A esta altura ya no debería dolerme que no confíes en mi.—Mimi declaró mientras secaba sus lágrimas—Después de todo, tú has arruinado por completo esta familia.— Acusó mientras suavemente depositaba sus manos en su vientre de cinco meses— Algún sabrás la verdad, y cuando ese día llegue, será tarde para ti.— Musitó— Jamás te lo perdonaré.
~Fin del recuerdo~
El corazón del rubio se trozó por completo ante las palabras que su hija le dijo, porque eran las mismas palabras que le dijo su madre en el pasado, y para variar, Mimi lo observó de esa misma manera, básicamente era lo mismo en la mirada de Izumi.
—Hija, por favor, perdóname...
—¡No!— Exclamó la rubia—Es tarde para pedir perdón.— Fue así como volteo hacia la puerta y salió corriendo del lugar.
En paralelo a esto, Haruna salió de la oficina observando la escena, preocupada por su hija. Estaba caminando cuando a los pocos metros divisó a Nene, quien estaba en una situación bastante difícil.
—Mizuki, no contestes llamadas.— Le ordenó a la secretaria.
—Pe-pero...—La pelirroja intentó hablar.
—¡Pero nada!— Alzó la voz Nene— Llama pronto a seguridad, conociendo a la farándula llegaran aquí en breve y no estamos dispuestos a responder nada, no queremos pasar más vergüenza.
Justo en ese momento Kiriha llegó al lado de la castaña.
—Nene...—La llamó— Tranquila, todo estará...
—¡No intentes tranquilizarme, no estoy de ánimo!— Exclamó Nene caminando en dirección a un sofá que se encontraba cerca del lugar y tomó asiento para esperar a su hermana.
Kiriha hizo una mueca y volteo hacia la secreta— Mizuki, has lo que te dijo Nene, es necesario mantener la privacidad de la familia.
Haruna observó a Nene desde lejos, sintiendo una profunda empatía por la situación por la que estaba pasando. Con paso cauteloso, se acercó a ella, deseando ofrecerle un poco de consuelo en medio de su dolor.
—Nene... —llamó suavemente, posando una mano en su hombro.
Nene se giró hacia Haruna, sus ojos brillaban con una mezcla de tristeza y frustración. Sin embargo, en lugar de recibir el gesto de apoyo de Haruna, su expresión se endureció y adoptó una postura defensiva.
—¿Qué desea? —preguntó Nene, su tono de voz contenía una pizca de hostilidad.
Haruna retrocedió ligeramente, sorprendida por la reacción de Nene. Sin embargo, decidió perseverar, sabiendo que su intención era genuina.
—Sólo quiero decirle que... estoy aquí para usted. Sé que lo que pasó con su padre debe ser increíblemente difícil para usted, y quiero que sepa que puede contar conmigo para apoyarla en lo que necesite —dijo Haruna con sinceridad, esperando que sus palabras pudieran ofrecer algo de consuelo a Nene.
Nene frunció el ceño, sintiendo una oleada de irritación ante la compasión de Haruna.
—No necesito su lástima, Haruna —respondió bruscamente, apartando la mirada. —No se entrometa en esto.
El tono cortante de Nene hizo que Haruna se sintiera rechazada, pero entendió que Nene necesitaba espacio para procesar sus sentimientos. Asintió con tristeza y retrocedió, dejando que Nene se quedara a solas con sus pensamientos.
Haruna, mejor dicho, Mimi, observó a su hija totalmente preocupada.
¿Por qué era tan difícil hablar con ella?
Nene era demasiado cerrada.
Fue así como Haruna caminó en dirección a su oficina para esperar a Koushiro.
A los pocos segundos, Izumi salió de la oficina, Nene rápidamente se colocó en pie.
—Izumi ¿qué?...—Intentó hablar, pero su melliza la interrumpió.
—Disculpa Nene, pero no quiero responder preguntas...—Contestó la rubia antes de caminar hacia el ascensor.
¡Ring, Ring!
Justo en ese minuto sonó el teléfono de la empresa. Nene no le tomó importancia y continuó hablando con su hermana que ingresó al ascensor.
—¿Adónde vas?—Nene preguntó.
—A caminar.— Respondió la rubia.
—¿Te acompañó?
—¡No!— Contestó Izumi— Necesito estar sola.
—Pero...
—Señorita Ishida...—Mizuki, la secretaria, llamó a Nene— Su madre la está llamando, por favor, contéstele.
¿Su madre?
Nene volteo hacia la secretaria de su padre ante esto y, por lógica razón, se acercó a ella para responder.
—¿Hola? Mamá...
Izumi simplemente se dejó apoyar en la pared del ascensor y la puerta se cerró.
Fue así como pasado una media hora, Koushiro llegó a la empresa.
—Señorita Anderson, su amigo acabó de llegar.— La secretaría le habló.
—Dígale que venga a oficina.
Unos segundos transcurierron y el pelirrojo entró a su oficina.
—¡Koushiro!— Exclamó su nombre—¡Que bueno que llegas!
Koushiro simplemente le dirigió una mirada seria a Mimi— Hola.— Dijo de manera cortante, mientras cerraba la puertas tras él, luego de esto caminó la castaña y la observó con frialdad.
—Hola...—Respondió la castaña— ¡Ey! ¿Por qué me miras de esa forma? ¿y por qué me saludas tan fríamente?
—¿De qué otro modo quieres que te salude?— Preguntó el pelirrojo y alzó su móvil— Cuando este video está en todas las redes sociales.
Mimi hizo una mueca ante esto— No pensé que algo de Yamato te afectaría tanto.
—¡Claro que me afecta! Pero no por él.
—¿A no?
—Si no por ti.
La castaña alzó una ceja confundida— ¿Por mí?
Koushiro asintió, observó a todos lados, se acercó a la castaña y con voz baja, pero firme, le dijo lo siguiente:—Mimi ¿tienes algo que ver con esto?
—No, claro que no.— Respondió la castaña.
—¡No mientas!— Exigió el pelirrojo entre dientes.
—No estoy mintiendo.— Contestó la oji-miel molesta.
—¿Segura?
—¡Segura!— Mimi frunció el ceño— ¿Por qué crees que no?
—Porque fuiste capaz de enviarle esos mensajes a Rika, cuando te dije que no lo hicieras.—Koushiro se cruzó de brazos.
Sí, ella le envió el mensaje a Rika, y a Sora, porque quería hacerle daño a esa familia, sin embargo, nunca sería capaz de publicar algo como esto en pleno internet, porque sus hijas podrían verlo, y no quería eso.
—Hice eso, pero no esto, mis hijas pueden verlo.— Musitó Mimi— Algo que evidentemente no quiero.
—Quieres arruinar su imagen como padre.
—No quiero arruinarla, simplemente quiero que vean la verdad...—Aclaró la castaña— Pero jamás haría esto.
El video era demasiado explícito, sus hijas, frente a la sociedad, serían el hazme reír.
Koushiro observó atentamente a la castaña analizando su rostro, no parecía estar mintiendo, al contrario, parecía estar diciendo la verdad.
—Creo que no hay que ser adivino para saber que a los Ishida se les avecina una horrible tormenta.— Comentó.
Mimi asintió ante las palabras del pelirrojo.
Rogaba al cielo que esto afectara a sus hijas, Nene e Izumi. Sin embargo, esperaba que con esto la imagen de "familia perfecta" de Yamato y Sora se derrumbara.
—Por eso te llamaba, Yamato necesita alguien que baje ese video de la red y, en lo posible, averigüe quien lo subió.
—¿No me pedirás que haga esto, por qué quieres que te cubra?— Preguntó el pelirrojo.
—¿De nuevo con eso?— Mimi rodó los ojos y se cruzó de brazos— ¡Te estoy diciendo que yo no fui!
—Quiero creerte, pero sé todo ese odio que sientes por Yamato y Sora.— Respondió Koushiro—La antigua Mimi no hubiera rompido ni un plato, pero Haruna Anderson, osea tú ¡Es capaz de todo!
—Sí, lo soy.—Admitió con seriedad— Pero jamás haría esto, lo juro.—Alzó su mano— Lo duro por nuestros años de amistad.
Koushiro tuvo intenciones de responder, sin embargo, la puerta se abrió.
—Haruna...—Yamato ingresó al lugar— Dime ¿llegó?...—Intentó hablar, pero finalmente se dio cuenta—Koushiro, estás aquí.
El pelirrojo volteo hacia él y fingió una sonrisa— Buenas tardes Yamato.
—Buenas tardes.— Respondió el rubio— Que bueno que llegaste, siento la molestia, pero ¿Haruna ya te dijo?
Koushiro asintió— Sí.
—Le acabo de informar todo lo que está pasando.— Se apresuró a decir Haruna.
—Siento mucho lo que está ocurriendo.—Musitó el pelirrojo.
Yamato hizo una mueca ante esto, generalmente no le gustaba darle pena a los demás, pero en estos minutos verdaderamente se sentía desvalido.
—Necesito que, por favor, tú como rey la informática hackea la red y baje ese video.— Comentó el rubio— En lo posible intenta bloquearlo de todos lados y, por favor, localiza quien fue el responsable.
Koushiro asintió con seriedad, entendiendo la gravedad de la situación. Sabía que era momento de actuar con rapidez y precisión para proteger la privacidad y seguridad de Yamato y de quienes estuvieran involucrados en el incidente.
—Entiendo, Yamato. Haré todo lo que esté en mi poder para localizar el video y eliminarlo de la red. También investigaré quién fue el responsable de esta violación de seguridad.—respondió con determinación.
Kouji no contestaba
Izumi cerró sus ojos, verdaderamente se sentía mal, necesitaba hablar con alguien, pero su novio no respondía.
Nuevamente lo llamó, pero no contestó. Por tercera vez, lo llamó y no tuvo respuesta.
Su corazón le dolía mucho, muchísimo, sentía que en cualquier minuto moriría. Sí, era exagerar, pero ¡jamás! sintió un dolor tan intenso, su padre logró herirla.
Rika se escondió bajo las gradas de la cancha de fútbol, esperando que pronto llegara la hora de salir de clases. Sí, se suponía que debía estar en clase de Historia, pero no se encontraba en condiciones de estar ahí, no quería nuevamente ser al hazme reír de la clase, en realidad de la preparatoria, ya que todos estaban viendo aquel video donde aparecía su padre con esa mujer.
Respiró profundo y cerró sus ojos intentando olvidar toda aquella situación, sin embargo, era imposible.
No importaba cuánto lo intentara, las palabras de sus compañeros de clase seguían resonando en su mente, una y otra vez, como un eco incesante que se negaba a desaparecer.
Recordaba la burla en sus rostros, las risas que parecían perforar su alma. Recordaba las palabras hirientes, los comentarios crueles que cortaban como cuchillas afiladas. Y, sobre todo, recordaba el video, la infame grabación que había sido compartida y comentada una y otra vez en las redes sociales, exponiendo la vulnerabilidad y la vergüenza de su familia ante el mundo entero.
Las lágrimas brotaron de sus ojos, silenciosas y desgarradoras, mientras revivía una vez más el dolor y la humillación de aquellos momentos. Se preguntaba una y otra vez por qué tenía que ser ella la que sufriera las consecuencias de las acciones de su padre, por qué tenía que soportar la carga de la vergüenza y el escrutinio público.
Rápidamente secó con impotencia sus lágrimas ¡Odiaba sentirse tan vulnerable! Y todo por la culpa de ese hombre.
—¡Ey! Rika.—Una voz llamó su atención.
Al alzar la mirada, Rika se encontró con Henry, quien estaba parado frente a ella con una expresión de preocupación en su rostro. Sus ojos se encontraron por un momento, y en ese instante, Rika sintió un destello de alivio al ver a un amigo cercano en medio de su angustia.
—¿Estás bien? —preguntó Henry, acercándose con cautela.
Rika forzó una sonrisa, tratando de ocultar su dolor detrás de una máscara de valentía.
—Sí, estoy bien —respondió, luchando por mantener la compostura.
Henry frunció el ceño, sabiendo que algo no estaba bien. Conocía a Rika lo suficiente como para darse cuenta de que ella no estaba bien, a pesar de sus intentos de aparentar lo contrario.
—Evidentemente no lo estás.— Contestó el chico de cabello azul— ¿Estás así por el video que que se publicó en internet de tu padre? ¿verdad?
La pelirroja alzó la mirada.
—¿Cómo lo supiste?
—Lo imaginé.— Respondió el chico de ojos grises—No hay que ser adivino, después de todo, es una verdadera vergüenza la que debes estar pasando. Y todos se burlan de eso.
Rika apretó su puño ante esto— ¡Odio esta situación! ¡Odio ese video! ¡Odio a todo el mundo!— Exclamó.
—Es lógico, después de todo, tu familia solo quedó en ridículo.
—¡Si, lo sé! No me lo recuerdes.— La pelirroja se levantó de su lugar molesta— No tienes que repetirlo.—Fue así como se dispuso a alejar, sin embargo, el chico la sostuvo del brazo, impidiendo que se fuera.
—¡Ey! No te enojes.— Musitó Henry— Simplemente quería saber como estabas. Y así ayudarte.
—Ya viste como estoy...—Respondio Rika— y con tus comentarios no me estás ayudando.
—Lo sé...—Respondió el oji-gris— Y lo siento. Sé que esta situación es difícil para ti.
—¡Claro que lo es! Tú mismo lo dijiste mi padre dejó en vergüenza a toda mi familia.— Respondió Rika— Todos se burlan de mi ¿Cómo más voy a estar? ¡Solo quiero olvidar que este mundo y ese video existen!
—Es entendible, no te juzgo por eso, al contrario...—Comentó el chico— Solo quiero ayudarte.
—Dudo que puedas hacerlo.
—Claro que puedo.— Henry tomó su mochila entre sus manos y la abrió— Aquí tengo algo que puede ayudar.
Fue así como sacó una bolsa pequeña con polvo blanco.
—¿Qué es eso?
—Es un poco de polvo mágico...—Comentó— Ya sabes, para volar a otro planeta, alusinar y olvidar todo.
La pelirroja abrió los ojos.
—¿Drogas?
Henry sonrió— Yo diría: Sustancias mágicas.
Rika miró la bolsa de polvo blanco con una mezcla de curiosidad y preocupación. La idea de usar drogas para escapar de su dolor la asustaba, pero al mismo tiempo, la tentación de olvidar todo era abrumadora. Sabía que no era la solución adecuada, pero en ese momento de vulnerabilidad, la idea de huir de la realidad era tentadora.
—No creo que sea una buena idea, Henry.—dijo con voz temblorosa, luchando contra la tentación— No quiero hacer algo de lo que me arrepienta después.
—¡Ey! Solo es un poco. No te hará mal.
—Yo creo que sí.
—Es solo un poco.— Insistió.
—¡Ya dije que no!— Exclamó molesta.
Henry rodó los ojos— Está bien.— Comentó— Comprendo.— Musitó— Ya que me niegas esto, déjame darte otra solución para olvidar tu problema.
—No creo que puedas ayudarme.
—Créeme, las sustancias son buenas, sin embargo, las negaste, así que, tengo algo que sí te gustará.
Rika observó un tanto desconfiada al oji-gris.
¿A qué se refería?
Izumi caminó totalmente desorientada por las calles de la ciudad, llevaba horas y horas caminando, exactamente no sabía dónde iba, solo camina sin dirección alguna. En su mente recordaba una y otra vez ese video donde su padre estaba con esa tipa...¡Nanami! Sí, esa persona que consideró su amiga, a la cual su madre ayudó para salir adelante, para formar una carrera. Con quien ¡compartió su primer desfile!
¿Qué clase de traidora era esa mujer? ¡La odiaba! ¡Ojalá muriese!
Llevó una mano a su pecho, lo sentía oprimido, tanto caminar provocó que su corazón se acelerara, no podía respirar claramente.
Fue así como se detuvo, cerró los ojos y respiró profundo.
Verdaderamente estaba agitada.
Decidió parar para calmarse, no obstante, algo inesperado ocurrió.
Todo le daba vueltas, sentía el estómago raro...¡Claro! ¿Cómo no le iba a doler? Si no desayunó y ayer apenas cenó.
Llevó una mano a su frente y cerró sus ojos intentando tranquilizarse.
—Señorita Ishida...—Una voz llamó— ¿Se encuentra bien?
Izumi al escuchar aquella voz abrió sus ojos y se encontró con un chico castaña de piel bronceada con ojos azules.
—¿E?— Balbuceo intentando hacer memoria de donde lo había visto.
Ryo observó preocupado a su sobrina, no tenía buen rostro, al contrario, parecía triste, desorientada. Tenía los ojos rojos y parecía como si hubiese estado llorando.
—Izumi...—La llamó esta vez por su nombre— ¿Estás bien?
—¿E?—Intenntó hablar— S-sí, cre-creo...
—¿Crees?
—Disculpa.— Izumi cerró sus ojos y respiró profundo antes de volver a abrir sus ojos, necesitaba preguntarle algo—¿Tú eres el amigo de Takuya? ¿no?
Ryo asintió— Sí, ese soy yo.—Respondió con cierto pesar, ya que lo conocía como "amigo de Takuya" cuando en realidad era su tío—¿Tu eres su compañera de trabajo? ¿no?— Intentó sonar "normal"
—S-sí...esa soy yo...—Contestó con dificultad mientras intentaba recobrar el aliento.
—Oye ¿te sientes bien?— Volvió a preguntar el Akiyama— Te veo un poco agitada.
Izumi hizo una mueca ante esto— ¿E?—Balbuceo—S-sí, estoy bien.
—¿Segura?— Preguntó Ryo preocupado.
La oji-verde asintió, aunque evidentemente no era verdad. Todo le daba vueltas, sentía que en cualquier minuto su cuerpo no aguantaría más. Tragó saliva con dificultad, intentando mantenerse en pie frente a Ryo, pero la sensación de mareo se intensificaba con cada segundo que pasaba.
—Sí, estoy segura... —murmuró, pero su voz sonaba débil y temblorosa.
Ryo frunció el ceño, notando la palidez repentina en el rostro de Izumi y la forma en que se tambaleaba ligeramente. Se acercó rápidamente a ella, preocupado.
—No, no estás bien. ¿Qué te pasa? —preguntó con urgencia, colocando una mano en su hombro para brindarle apoyo.
Izumi sintió que sus piernas cedían bajo su peso, su visión se nublaba y sus oídos zumbaban. Intentó responder, pero las palabras se atascaron en su garganta. Todo a su alrededor se desvanecía lentamente hasta que finalmente, con un suspiro débil, perdió el conocimiento y se desplomó en brazos de Ryo.
El corazón del Akiyama se aceleró en pánico al sentir el repentino peso de Izumi contra él. La sujetó con cuidado para evitar que se golpeara y buscó desesperadamente ayuda entre los transeúntes que pasaban por el lugar.
—¡Oh no!— Pensó—¡Izumi!— La llamó— ¡Despierta!—Suavemente movió su rostro intentando que despertara, pero no fue posible.
Hiroaki entró en la oficina de Yamato con paso firme y una expresión de furia en su rostro. El ambiente se volvió tenso al instante cuando Yamato levantó la vista de su teléfono y vio a su padre parado frente a él, con los ojos brillando de indignación.
—¡Yamato, necesitamos hablar ahora mismo! —exigió Hiroaki, su voz resonando con autoridad.
Yamato se puso rígido, sintiendo un nudo en el estómago mientras guardaba rápidamente su teléfono en el bolsillo. Sabía exactamente de qué se trataba esta conversación, y no podía evitar sentirse culpable y avergonzado.
—¿Qué sucede? —preguntó, tratando de mantener la compostura a pesar del creciente nerviosismo.
Hiroaki dio un paso adelante, su mirada perforando la de su hijo con intensidad. —¿Qué demonios es ese video que circula por internet? —gritó, apenas conteniendo su ira.
Yamato desvió la mirada, sintiendo el peso abrumador de la decepción de su padre sobre él.
—No te interesa saber.
—¡Claro que sí!— Exclamó el castaño— ¡No puedo creer que hayas sido tan descuidado!
Sí quería ser infiel debía ser cauteloso.
—Fue un error que cometí.
—¡Un error! —interrumpió Hiroaki, su voz temblando de ira— ¡No me vengas con esa excusa barata! ¿No tienes idea del daño que has causado?
Yamato se sintió acorralado, sabiendo que no había excusa para sus acciones. Bajó la cabeza, sintiendo la vergüenza ardiendo en su pecho.
—Lo sé, padre, mis hijas están decepcionadas de mí.
—¡Pues claro que las decepcionaste! Con este video has manchado el nombre de nuestra familia frente a todos.
¿El nombre de su familia?
—¡Más que decepcionar a tu familia, decepcionaste el honor de la familia Ishida!— Exclamó el castaño— Ahora ¿qué dirán los inversionistas y demás familias de sociedad de nosotros?
Rápidamente la preocupación y triste pasó a enojo.
Como siempre, su padre solo pensando en su imagen, nada más que en eso.
—No me importa lo que digan los demás, me importa lo que piensen mis hi...
—¿Cómo no te va a importar?— preguntó el castaño— ¡Nos dejaste en ridículo frente a todos! Sí te aburriste de Sora ¡Está bien! Busca diversión ¡Pero no de estar forma! Debiste ser más inteligente, pensar y evitar que este video se filtrara.
"Está bien. Busca diversión"
Esas palabras resonaron en su mente, que su padre dijera que eso estaba bien significaba que efectivamente no lo estaba, porque Hiroaki nunca hacia cosas buenas.
Pero ¿qué rayos hizo? ¿cómo fue capaz? ¡Nunca debió serle infiel a Sora! Nunca ¿ahora como haría para que sus hijas lo perdonasen?
Hiroaki suspiró, su expresión suavizándose ligeramente mientras luchaba por controlar su propia ira—Lo que has hecho es imperdonable, Yamato. Has manchado el nombre de nuestra familia. ¿Cómo podré enfrentar a la gente ahora?
—Busca a alguien, rápido, para que elimine este video de internet.
—Ya tengo a alguien que está trabajando en eso.
—Bien, ordénale a su secretaria que convoque a una entrevista, haremos lo mismo que hicimos con Rika. Necesitamos disipar cualquier duda o especulación.
—Padre, antes de resolver las cosas con el mundo, necesito resolverlas con mi familia, necesito hablar con mis hijas y explicarle...
—¡No! Primero la entrevista y luego lo demás.
—Pe-pero...
—¡Nada de peros!— Hiroaki alzó la voz— ¡Ya tendrás tiempo para arreglar las cosas con tu familia! No creo que a los inversionistas les guste saber que el líder de nuestra empresa es un playboy que aparece en videos en internet.
—¿Solo eso te importa?
—¡Pues claro! Es mi honor puesto en juego por tu descuido.
Yamato cerró los ojos y apretó su puño furioso. Acaso ¿su padre no pensaba en sus sentimientos? o ¿en su familia? ¡Sólo en él! Siempre lo odiaría por eso. Aunque...
Él al hacer esto que hizo no demostró ser mejor que él
Izumi se removió levemente en el lugar donde yacía, una sensación de ingravidez envolvía su conciencia mientras luchaba por salir de las profundidades de la inconsciencia. La luz filtrada a través de sus párpados cerrados le indicaba que estaba en algún lugar iluminado, pero su mente tardaba en sincronizarse con la realidad.
Podía percibir sonidos distantes, como murmullos que flotaban en el aire, pero su mente estaba envuelta en un velo de confusión. Sus parpados pesaban, pero la curiosidad y la leve ansiedad la impulsaron a abrir los ojos.
El mundo a su alrededor tomó forma gradualmente, como si estuviera emergiendo de las sombras. Izumi parpadeó varias veces, ajustándose a la luz, hasta que pudo distinguir siluetas y contornos. Se encontraba en una habitación desconocida, sobre una cama que no reconocía.
—Izumi.— Escuchó su nombre.
—Al parecer ya despertó.— Otra vez se escuchó en el lugar.
—Sí.
Parpadeo intentando enfocar las dos figuras, hasta lograr distinguir a dos personas.
—¿Takuya?— Pronunció el nombre de su compañero de trabajo.
—Izumi ¡Que bueno que despertaste!
Izumi parpadeo nuevamente y luego dirigió su mirada hacia el otro chico quien también la observaba preocupado. Reconoció al instante al chico con el cual se encontró antes de...¿Antes de qué?
—¿Q-qué me ocurrió?
—Te desmayaste.— Respondió Takuya.
¿Qué?
La rubia se sorprendió al escuchar esto.
—Gracias al cielo, Ryo estaba junto a ti.— Comentó el moreno.
Zoe dirigió su mirada hacia el chico.
—¿Cómo te sientes?— Preguntó Ryo preocupado.
—Un poco mareada...—Intentó incorporarse.
—¡Ey! Tranquila.—El Akiyama suavemente la tomó por los hombros.
—No hagas esfuerzo.— Takuya se apresuró a decir.
—Todavía estás débil.— Comentó Ken.
Izumi hizo una mueca y Ryo con delicadeza la acomodó sobre la almohada.
La rubia observó el lugar con su mirada—¿Dónde estoy?
—En el consultorio.— Respondió Takuya.
La Ishida alzó una ceja— ¿Consultorio?
El moreno asintió.
Izumi observo el lugar sorprendida, nunca, jamás fue a un consultorio público, al contrario, siempre se atendía en clínica por cada mínima emergencia, jamás en un servicio público.
—Permiso, señorita, necesito tomar tu presión.— Un chico de cabello azul y ojos zafiros se acercó a ella.
La rubia observó al sujeto, quien por alguna razón le parecía familiar.
—Disculpa ¿tú no eres uno de los miembros de la banda?— Preguntó extrañada.
—Sí.— Respondió el joven.
Takuya se apresuró a hablar—Verás, Ken...—Señaló al chico de cabello azulado— Está cursando su último año de técnico en enfermería, y realiza algunas clases prácticas en este consultorio.
Izumi dirigió su mirada hacia el nombrado, quien tenía una uniforme de paramédico, sin embargo, en un costado tenía bordado "Ken Ichijouji, estudiante en práctica" Luego pasó su mirada por el lugar donde había un escritorio donde había una especie de botiquín abierto a su lado lleno de vendas, un termómetro, una máquina portátil para tomar la presión, unos medicamentos. A continuación, dirigió su mirada hacia su costado, había un suero...¡Un minuto!
Recién consciente que en su brazo se encontraba una aguja inyectada, la cual la conectaba al suelo.
—Disculpa si hubieses preferido que lleváramos a una clínica.— Declaró Takuya.
—Pero era más rápido ver como estabas aquí.— Comentó Ken mientras acomodaba la máquina para tomar la presión junto a Izumi.
—No te preocupes.— Contestó la rubia.
—Por favor, extiéndeme tu brazo...—El Ichijouji pidió.
La rubia asintió y suavemente alzó su brazo, Ken acomodó el velcro y rápidamente se comenzó a inflar hasta la maquina sonó.
—Tu presión continua un tanto alta.— Musitó Ken.
Ryo y Takuya intercambiaron miradas preocupados.
—¿A qué se debió el desmayo?— Preguntó el Akiyama— ¿Se debió a la presión?
—Puede haber muchos factores una de ellas puede ser la presión, sin embargo...— Respondió el Ichijouji y entre sus manos tomó la pequeña máquina donde yacía una gota de sangre del dedo de Izumi— Según los niveles de glucosa, tiene la azúcar baja.
—¿Azúcar baja? —repitió Takuya, con preocupación evidente en su voz.
Ken asintió, observando la pequeña máquina con la muestra de sangre de Izumi. —Sí, parece que su nivel de glucosa en sangre está por debajo de lo normal. Eso podría haber sido la causa de su desmayo.— Dirigió su mirada hacia la rubia— Dime ¿has comido bien?
La rubia se mordió el labio inferior y negó— No.
—Debes asegurarte de comer regularmente y mantener una dieta equilibrada —aconsejó Ken con seriedad—. Saltarse comidas o no comer lo suficiente puede afectar tu salud de manera significativa, como acabas de experimentar.
Ryo y Takuya asintieron, expresando su acuerdo con las palabras de Ken. Estaban preocupados por la salud de Izumi y querían asegurarse de que recibiera el cuidado adecuado.
—Lo siento mucho.—se disculpó Izumi, sintiéndose avergonzada por la situación— Pero con todo lo vivido en estos días no me he centrado en comer bien.— Jamás le había ocurrido que por tanta preocupación perdiera el hambre. Esta fue la primera vez.
—Esa podría ser una de las razones de tu desmayo, después de todo, no comer bien luego de unos días puede causar la cuenta sobre todo si tienes muchas actividades que realizar.
—Ella estudia y trabaja...—Comentó el moreno.
—Bueno, con más razón, debes concentrarte en comer bien.— Musitó Ken.
Izumi suspiró.
—Por lo general como bien...—Bajó la mirada— Pero estos días han sido difíciles para mí.
El Ichijouji observó atentamente la máquina— Creo que lo mejor será que consumas algo, ya que tus niveles de azúcar no son los mejores.— Dirigió su mirada hacia Ryo— Akiyama ¿puedes ir a comprar una barra de cereal a la máquina? Por favor.
—¡Sí!— Exclamó el hermano de Mimi— Voy, corriendo, altiro.
Rápidamente salió del lugar.
—¡Vaya, rubia!— Musitó Takuya tomándose asiento al lado de Izumi— Pasaste de rubia amigable a rubia enferma ¿e?— Intentó sonar divertido para subir su ánimo.
Una sonrisa triste se formó en sus labios.
—Sí.
Takuya pasó su mirada por la oji-verde, evidentemente estaba triste. Fue así como suavemente depositó una mano en su mejilla y la acarició.
—No te preguntaré porqué estás así...—Musitó— Sin embargo, quiero que sepas que, no estás sola.
Izumi observó a su amigo e intentó nuevamente sonreír, pero fue difícil, no tenía ánimos. Cerró sus ojos y dejó escapar unas lágrimas.
Fue así como a los pocos minutos la puerta nuevamente se abrió.
—Traje lo que me pediste, Ken.—Declaró Ryo ingresando al lugar alzando en su mano una barrita de cereal.
—Bien.—Respondió el peli-azul—Dáselo a Izumi.
El Akiyama asintió, fue así como abrió la barrita de cereal, acomodó el papel suavemente percatándose de que no se rompiera y se lo entregó a la rubia.
—Muchas gracias.— Agradeció la rubia antes de darle un mordisco—Mm...—Musitó la oji-verde— Amo la barra de cereal con toques de chocolate blanco.
Ryo sonrió ante esto, él se imaginó que era así, porque a Mimi, madre verdadera de Izumi, también le gustaba.
Fue así como la rubia saboreo aquella barra de cereal.
—¿Cuánto tiempo estuve desmayada?— Preguntó la oji-verde.
—Más o menos veinte minutos.— Respondió Ken.
—¿Eso es malo?— Cuestionó la rubia.
—Sí, por general, las personas no duran tanto desmayadas.— Contestó el oji-azul— Pero en tu caso fue razonable, tus niveles de azúcar estaba muy bajos y la presión horrible.
—¿Cómo, rayos, llegaste hasta aquí?— Preguntó Takuya— Tu casa queda bastante lejos.
Izumi hizo una mueca— Estaba un tanto enojada, no quería regresar a mi casa y empecé a caminar.—Contestó— No me di cuenta de donde estaba, solo sé que cuando me detuvo estaba agitada y perdí el conocimiento.
—Menos mal te encontró Ryo, no me quiero imaginar que hubiese pasado si hubieses estado sola.— Comentó el Kanbara.
Buen punto, quien sabe que le hubiese ocurrido.
—Lo bueno es que ahora estoy bien.
—Sí, pero no puedes ir, así como si nada por calle saben que te sientes mal...—Musitó Ryo— Debes tener más cuidado.
—Ryo tiene razón, es mejor prevenir.— Respondió Ken.
—Lo siento, lo siento...—Comentó Izumi— Por lo general, todos me dicen que tenga cuidado por donde voy cuando salgo a caminar, pero fácilmente me despisto y me pierdo en la ciudad, antes siempre salía con mi chofer y ahora salgo en mi auto. Pero esta vez se lo presté a mi tío Takeru.
—Tuviste suerte de no salir en auto.— Musitó Ryo— Imagínate que hubiese pasado si te desmayabas en plena conducción.
Ken observó sorprendido al Akiyama, parecía preocupado, esto le desconcertaba, considerando la reacción que tuvo cuando lo llamó alarmado por la chica podría pensar cualquier cosa, si no supiera que es hermana de Rika (su posible futura novia)
—Ya que mencionas a tu tío Takeru...—Comentó el primo de Hikari—Voy a llamarlo.
—¿A llamarlo? ¿Por qué?
—Para que sepa que estás aquí...—Musitó Takuya.
—¡No!— Izumi alzó la voz— Por favor, no lo llames.
—¿Por qué no?— Preguntó el Kanbara— Él merece saber lo que te sucedió, es tu tío.
—Sí, pero no quiero que lo sepa.— Respondió la rubia— No quiero que se preocupe por mí...
—Es tu tío.
—Sí, lo sé...—Contestó Izumi— Pero si le dices, él se preocupará y le dirá a mi padre o a mi madre, y no quiero que ellos sepan donde estoy.
Takuya hizo una mueca ante esto, anteriormente vio aquel video, pero no quiso creer que Izumi estaba así por eso. Sin embargo, que se negara a ver a sus padres significa que, tal vez si estaba mal por eso.
—Por favor, Takuya, no llames.— Rogó.
—Pero, Izumi, estás mal y necesitas...
—Estar tranquila.—Respondió la rubia— Necesito estar tranquila. Y si mi familia se entera que me ocurrió algo vendrá hacia mí y no estaré tranquila...—Intentó incorporarse y esta vez fue Ken quien la tomó por los hombros.
Takuya se mordió el labio inferior indeciso, lo mejor era llamar a Takeru, después de todo, era su tío, sin embargo, una seña de Ken lo obligó a desistir.
—Takuya, Izumi no necesita emociones fuertes...—Declaró el estudiante de técnico en enfermería— Hazle caso. Por favor...
—¿Qué es eso?— Rika le preguntó a Henry, quien tomaba y tomaba de una lata una líquido negro, exactamente no sabía que era.
—Un poco de fernet no hace mal.— Comentó el joven— Es bueno para pasar tristezas.
—¿Alcohol?
—Fernet.— Corrigió— Te ayudará a olvidar las penas.
Rika hizo una mueca—No quiero tomar eso.
—¡Ey! Vamos.— Alentó el chico de ojos grises— Un poco de alcohol no hace mal, dime ¿enserio quieres estar consciente cuando fácilmente podrías olvidar todo lo que está ocurriendo?
Rika lo miró con expresión dubitativa, luchando contra la tentación de ceder a la sugerencia de Henry. Sabía que no era la solución a sus problemas, que el alcohol solo traería más complicaciones. Pero la idea de poder dejar de sentir, aunque fuera por un breve instante, resultaba tentadora.
—No sé, Henry —murmuró Rika, sintiendo cómo la incertidumbre se apoderaba de ella—. No estoy segura de que sea una buena idea.
Henry le ofreció una sonrisa tranquilizadora, tratando de disipar sus dudas.
—Solo un poco, Rika, te prometo que no te hará daño —insistió Henry—. Podrías relajarte un poco y olvidarte de todo por un rato. ¿No crees que te lo mereces después de todo lo que has pasado?
Rika vaciló por un momento, luchando contra la voz de la razón que le decía que no debía ceder a la tentación. Pero la voz de Henry resonaba en su mente, tentándola con la promesa de alivio y escapatoria.
—Supongo que perder la consciencia un poco no hace mal.—susurró finalmente Rika, vencida por la presión y la fatiga emocional que la consumían. Necesitaba olvidar todo lo que estaba ocurriendo.
Henry asintió con una sonrisa triunfante, sabiendo que había logrado persuadirla. Sin decir una palabra más, vertió un poco de licor en un vaso y se lo ofreció a Rika.
—Aquí tienes.—dijo Henry con tono alentador— No temas, tómalo de una, así será más agradable el sabor.
La oficina de Yamato estaba envuelta en un silencio incómodo cuando Sora irrumpió en la habitación. La mirada de fuego en sus ojos dejaba claro que estaba furiosa, más allá de lo que las palabras podrían expresar. Yamato, sentado en su escritorio, sintió un nudo en el estómago al verla entrar.
Sin darle tiempo a reaccionar, Sora se plantó frente a él y le mostró el video en su teléfono. La mandíbula apretada y los puños cerrados revelaban su rabia contenida mientras miraba a Yamato con una mezcla de dolor y furia.
—¿Cómo te atreves? —siseó, apenas conteniendo el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse— ¿Cómo rayos permites que me dejen en vergüenza así frente a todo el mundo?
Yamato tragó saliva, sintiendo el peso aplastante de la culpa sobre sus hombros.
—Sora, yo jamás quise que esto ocurriera, no pensé que un video así se filtraría en Internet.
—¡Debiste pensar antes de haberme sido infiel!— Exclamó la pelirroja—¡Mira lo que provocó tu engaño!
—¡No quiero tus disculpas! —exclamó, con los ojos llenos de lágrimas de dolor y traición— ¿No te das cuenta del daño que has causado? ¿Del escándalo que has creado? Ahora nuestras hijas serán el hazme reír.
—Lo sé y créeme me duele mucho que eso ocurra.
—¡Que te duela!— Sentenció —Es lo que te mereces.
Las palabras de Sora resonaron en la oficina, cortantes como cuchillas afiladas. Yamato bajó la mirada, sintiendo una mezcla de vergüenza y desesperación.
—Lo sé, Sora... —murmuró, con la voz quebrada por el remordimiento— No puedo pedirte que me perdones, pero...
—¡No te atrevas a decir que lo lamentas! —cortó Sora, con voz temblorosa de rabia y dolor— Ya no sé qué pensar de ti, Yamato. ¿Cómo podemos seguir adelante después de esto?
—Piensa lo que quieras.—Declaró el rubio, molesto de que todos lo criticasen— ¿Sabes? Estoy arrepentido, verdaderamente arrepentido. Pero ¿qué más puedo hacer? ¡Ya te engañé! Ojalá pudiera regresar el tiempo atrás, pero no puedo, ahora solo me preocupan mis hijas. Quiero eliminar ese video pero no será tan fácil.
—Claro que no.—Respondió— Puedes eliminar el video de internet, pero ellas, jamás olvidarán esto.
Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Sora mientras se daba la vuelta y salía de la oficina, dejando a Yamato sumido en un profundo pesar por las consecuencias de sus acciones. Sabía que había perdido algo invaluable y que tendría que luchar mucho para recuperar la confianza y el amor de su esposa.
Justo en ese momento la puerta se abrió y en el lugar ingresó Koushiro junto a Haruna y Nene.
—Yamato...—El padre de Akari llamó al jefe de la empresa.
Sora rápidamente secó sus lágrimas y volteo hacia el recién llegado— Buenas tardes Koushiro y Haruna.
—Buenas tardes Sora.— Respondieron ambos a la vez.
Haruna pasó su mirada por Yamato y Sora, ambos estaban acelerados, como si hubiesen estado discutiendo, los ojos de la Takenouchi estaban rojos.
Una parte de ella se alegra por esto, sin embargo, otra parte de ella le daba cierta angustia. Sí, angustia, algo que Sora no merecía, pero era inevitable pensar que en verdad creyese que Yamato le sería fiel, Taichi era mucho mejor que él y dejó que fácilmente ensuciaran su imagen por prejuicios.
Movió su cabeza intentando alejar esos pensamientos de ella.
¡Debía concentrarse en esto!
—Me alegra verte Koushiro.—Musitó la esposa de Yamato—Nene me contó que estaban buscando una forma de sacar ese video de internet...—intentó sonar normal.
Koushiro asintió— Sí, mi jefa, Haruna me pidió ayuda.— Comentó.
—¿Lo lograste Izumi?—Preguntó Yamato.
—Sí, lo he logrado.— Respondió y volteo la pantalla de su laptop—Acabé de bloquear el video de internet.—Declaró— Hice un llamado a las empresas de Youtube, Instagram y Twitter para que, en lo posible, bajen todo contenido resabido con esto.
Yamato alzó una ceja— ¿pueden hacer eso?
Mimi asintió— Tenemos conocidos en esas empresas que se encargan de bajar videos por copyright. Ofreciendole una suma de dinero accedieron a hacer aquello.
—Además, existe una página fake que también promocionaba el video, así que me encargué, como buen hacker, ingresarle un virus.— Comentó el pelirrojo— Cualquier persona que intente abrirlo tendrás un problema en el dispositivo donde haga esto.
—Genial.—Pensó Yamato para sí mismo.
—¡Muy bien señor Koushiro!— Nene lo felicitó.
—¿Y, lograste saber quién lo subió?—Preguntó Sora.
El Izumi asintió—Sí, ya sé de donde viene y quien lo subió.—Volteo la pantalla de su computadora hacia él, apretó unas teclas, movió su mouse y nuevamente volteo la pantalla hacia los demás— luego de indagar descubrí que todo provenía de esta dirección, tanto de lugar, como de correo electrónico.
Todos observaron esto.
—Conozco esa dirección de correo.—Comentó Sora.
—¿Sí?— Preguntó Nene.
—Es el correo de Nanami.—Respondió la esposa de Yamato.
—Efectivamente, logré hackear su móvil, y decía su nombre.
El rubio apretó su puño ante esto, así que la maldita Nanami finalmente se vengó. Prometió que se vengaría, lo hizo y ahora él estaba en esta situación.
—¡Vaya perra arrastrada!— Exclamó la castaña— Quería ser famosa y de paso arruinarnos.
En otro momento, probablemente, hubiesen regañado a Nene por esa expresión, sin embargo, Sora y Yamato estaban totalmente enojados.
—Es una estúpida.—Musitó Sora.
Yamato frunció el ceño.
Ken se inclinó sobre Izumi, su expresión seria mientras revisaba sus signos vitales. Con concentración profesional, tomó su pulso y auscultó su corazón, tratando de determinar que estuviese estable. Ryo y Takuya observaban con nerviosismo desde el lado, intercambiando miradas preocupadas mientras esperaban noticias sobre la condición de Izumi.
De repente, el móvil de Ryo comenzó a sonar, rompiendo el silencio tenso de la habitación. Ryo, con una mirada de disculpa hacia Ken y Takuya, sacó su teléfono del bolsillo y vio la llamada entrante con sorpresa.
Tuvo intención de cortar, sin embargo, el nombre de la persona que lo llamaba le sorprendió.
"Rika"
Esto era extraño, porque cuando hablaban era por WhatsApp, era mejor por mensajes. Las únicas veces que ella lo llamaba era cuando estaba mal por algo o lo necesitaba...¡Un minuto!
El recuerdo del video de Yamato vino a su mente.
—Lo siento, chicos, debo contestar —dijo rápidamente antes de salir del lugar. Cuando estuvo solo deslizó el dedo para aceptar la llamada—¿Sí? —respondió, con la voz tensa por la preocupación mientras intentaba concentrarse en la conversación telefónica.
—Ryyyy...—Se escuchó la voz de Rika—...oooo.
—¿Rika? ¿Estás bien?— preguntó Ryo, notando de inmediato la alteración en su voz.
Una risa se escuchó.
—Oh, Ryo, mi enamorado fiel fiel...—comenzó Rika, su voz cargada de exageración y melodrama— Salió a la luz el secreto más oscuro del universo...
¿Enamorado fiel?
—¿Qué te sucede, Rika?—preguntó Ryo, alarmado por el tono dramático de su amiga—¿Te refieres a lo de tu padre?
—¡Es terrible, Ryo! ¡Es un escándalo!—exclamó Rika, sus palabras saliendo en un torrente caótico— Resulta que los unicornios no son reales... ¡y todo este tiempo pensé que vivían en mi armario!
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, seguido por un suspiro resignado de Ryo.
—¿unicornios?— Preguntó Ryo— ¿Que tonterías estás diciendo?
—¡No es una tontería! ¡Es real!
El Akiyama alzó una ceja sorprendido.
—¡Ey! Rika.— Una voz se escuchó desde el otro lado— Deja tu smartphone ¡y disfruta!
—¡Cállate!— Exclamó Rika— No me molestes. Solo sirveme más fernet.
¿Fernet?
—¿Fernet?— Preguntó Ryo— ¿Estás tomando fernet?
—Mmm...pues...tal vez...quizás...solo un poco.
Esto preocupo y enojó al Akiyama.
—¿Estás loca?— Cuestionó el oji-azul— ¡No me digas que estas borracha!
—¡Por supuesto que no, Ryo!...¿o quizás sí?—respondió Rika, su voz subiendo un tono en la exageración— ¿Sabes? Cerca del centro comercial, en el Bar Trench venden alcohol para estudiantes, no sabía esto. Pero ¡es genial!
—Rika, no está bien que tomes, al contrario...
—¡Claro que sí!— Rika lo interrumpió— ¡Es increíble!
—No, no lo es, eres menor de edad.
—¡No importa! Este lugar vende para menores de edad.
—Deja...—Respondió Ryo— Espérame en ese lugar te iré a buscar.
—No necesito que vengas.
—¡Claro que sí!— Exclamó el Akiyama— Te iré a buscar ¡te guste o no!— Sentenció antes de cortar.
—¡Que escándalo Hiroaki!— Exclamó Toshiko— Y todo por un descuido de Yamato.
Hiroaki hizo una mueca— Verdaderamente lamento esto, después de todo, pone en juego nuestro nombre.
—Menos mal ese informático que contrataron supo quien fue...—Comentó la madre Sora que hace minutos atrás recibió un mensaje de Nene.
—Maldita sea esa mujer.— Declaró— Arruinó todo.
Toshiko asintió— Ahora todos hablarán de nosotros ¡Qué vergüenza!
—Sí, sin duda lo es.— Comentó Hiroaki— Y todo por esa mujer.
Yamato debía aprender que para ser infiel tenía que ser precavido.
Las mujeres dolidas eran peores que los hombres.
—¿Sabes? luego de esto solo he pensado en una cosa.
—¿En qué?
—En que quiero sacar a esa tipa del medio.—Respondió— Por su culpa casi todo lo que hemos construido se fue a la basura.
Hiroaki hizo una mueca— No creo que debamos prestarle más atención.
—¡Claro que sí! Tenía ese video ¿quién sabe qué otra cosa más puede tener en contra de Yamato?—Preguntó Toshiko.
¡Buen punto!
—Dudo que lo tenga...—Comentó el castaño.
—Puede que no, pero si lo tiene, creo que lo mejor sería evitar que hable ¿no crees?— Comentó la madre Sora.
Hiroaki observó a la mujer— ¿Tienes algo en mente?
Toshiko asintió— ¿Sabes? Este evento está eclipsando el tema de las modelos, sin embargo, dudo que Sora, Yamato o esa mujer, llamada Haruna, terminen con la busqueda.
—¿Por qué mencionas esto?
—Porque Nanami era una de las mujeres que organizó el desfile...—Recordó— Y ahora quedó claro que está resentida con mi hija. Por algo subió ese video ¿no?
Hiroaki asintió.
—¿Qué tal sí, por celos y envidia, quiso sabotear es esplendoroso desfile? Para dejar mal a la compañía de mi hija.
El Ishida llevó su mano a su mentón pensando en esta idea. Sonaba descabella, pero, en cierto punto era bastante...
Cierto
El ambiente en el departamento de Nanami estaba cargado de tensión cuando Yamato llegó. La ansiedad latente se podía sentir en el aire mientras él se acercaba a la puerta, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Golpeó con fuerza, y después de unos segundos, la puerta se abrió lentamente, revelando a Nanami con una sonrisa triunfante en su rostro.
—¡Ah, Yamato! Qué sorpresa verte por aquí —dijo Nanami con voz melosa, sin mostrar ningún rastro de arrepentimiento en sus ojos.
Yamato la miró con una mezcla de ira y decepción. La traición de Nanami había cortado profundamente su corazón, pero ahora era momento de enfrentarla cara a cara.
—No te hagas la inocente, Nanami. Sé que fuiste tú quien subió ese video.
—¿Yo?— Preguntó "sorprendida"
—No intentes negarlo. Tengo pruebas.—Respondió—¿Cómo pudiste hacer algo así? —exclamó Yamato, con voz firme pero cargada de dolor.
Nanami rió con cinismo, como si disfrutara del sufrimiento de Yamato.
—Oh, ¿te refieres al video donde se demuestra nuestra pequeña aventura? —respondió con una sonrisa desafiante— Fue una venganza justa por lo que me hiciste.
Yamato apretó los puños, conteniendo la furia que amenazaba con desbordarse.
—No tienes derecho a vengarte de esa manera. Lo que hicimos estuvo mal, pero eso no justifica tu crueldad.—replicó con voz temblorosa, luchando por mantener la compostura.
Nanami se encogió de hombros, sin mostrar ni un ápice de remordimiento.
—¿Crueldad? No seas dramático, Yamato. Solo estoy devolviendo el favor. Después de todo, te dije que me vengaría por dejarme por Sora.—respondió con desdén.
Yamato tragó saliva, sabiendo que Nanami tenía razón en parte, pero eso no justificaba sus acciones.
—¡Estás loca! Verdaderamente, ya perdiste, no insistas con esto. No puedes seguir lastimando a Sora de esta manera y no solo a ella. A mis hijas también.—dijo con firmeza, mirando fijamente a Nanami.
—¿Ahora piensas en tus hijas?— Rio Nanami— No pensabas en ellas cuando te enredabas en mis sábanas.
Yamato frunció el ceño.
Nanami lo miró con desdén, como si sus palabras no le importaran en lo más mínimo.
—Nanami ¡Basta! Deja las cosas. Tú y yo no tenemos vuelta.
—¡Lo sé! Y créeme, no quiero regresar contigo, pero eso no quita mi sed de venganza. El daño está hecho, y no pienso retractarme de lo que hice. Así que te sugiero que te vayas antes de que las cosas se pongan aún más feas.—dijo Nanami, con una mirada desafiante en sus ojos.
Yamato sabía que no podía cambiar la mente de Nanami, al menos no en ese momento. Con un suspiro resignado, se dio la vuelta y se alejó del departamento, dejando atrás a Nanami y su venganza despiadada. Aunque el dolor seguía ardiendo en su pecho, sabía que tenía que encontrar la manera de enfrentar esta situación y reparar el daño que había causado.
+Casi no actualicé hoy.
+Este capítulo era más largo ¡Pero! (Explico) Yo tengo todas las escenas pre-listas tengo muchos diálogos, así cuando llego al capítulo solo completo con descripciones, sin embargo, apenas avanzaba más escenas aparecían y las otras se iban aplazando, además, estuve con dolor de cabeza y hoy entré a clases, entonces, han sido muchas cosas. Lo más sabio fue separar el capítulo, así tengo contenido para el próximo Lunes.
mimato bombon kou: ¡Hola! jsjsjsjs bueno ya veremos si Taichi es el padre (Aunque la pregunta es ¿cómo Taichi podría serlo) ya veremos jsjsjsj Sobre el tema de habitación los peores enemigos a que esa habitación se limpie serán: Takeru e Izumi que siempre estarán junto a Hikari y Takuya, además de sus respectivos trabajos jajaja tomará tiempo para que limpien jsjsjsj Ya veremos si tú teoría en cierta y encuentran algo que los acerque a Mimi jsjsjsjs ya veremos si Taichi está vivo para todavía hacerles frente jsjsjs Todo es posible jsjsjs Buena teoría de la adopción, puede tomarse en cuenta, salvo por un detalle (el final) Yamato está seguro que es su hija, porque Taichi murió muchos meses antes de que Mimi supiera que estaba embarazada y cuando quedó embarazada (y salió lo de la infidelidad) Yamato les hizo una prueba de ADN a sus tres hijas para asegurarse (incluso a la bebé) Aunque es buena teoría el tema de Rika jijiji puede ser, a la vez no, ya veremos jsjsjsj Sí, la actitud de Kouji es despreciable, sin duda, lamentablemente en esta historia tiene un carácter horrible, será ese su papel, molestar y ser mal hijo. Pronto se vendrá el drama jajaja primero necesito que Yamato se enamore de Haruna jsjsjs ya veremos si ocurre y si Taichi está vivo o no. Todo es posible. Espero que te esté gustando la historia, si es así espero que sigas leyendo y comentando. Te mando un abrazo.
TheBigParadox: ¡Hola! Gracias por tomarte el tiempo para leer y compartir tus pensamientos sobre el capítulo. Entiendo tus preocupaciones y tus puntos de vista sobre la situación en la historia. La trama puede ser compleja en algunos momentos, y es comprensible que ciertas situaciones puedan generar una respuesta emocional. En cuanto a Mimi, entiendo que sientas que tal vez fue imprudente (Se parece un poco a Tamy/Yeimy de la reina del flow jsjsjs) sin embargo, está intentando involucrarse con todo su poder. Mimi tiene mucho poder e intentará ayudar en todo lo que pueda para llamar la atención de todos. Sí jsjsjs a mí también me revuelve es estómago jiji pero se debe a que es un hombre despreciable, lo más lamentable es que, hoy en día existen personas así capaz de todo por dinero. Sobre Yamato es un tema difícil, Yamato intentó hacer algo en su tiempo, porque se enteró hace unos cuantos años de esto, sin embargo, Hiroaki lo amenazó con Rika, sus demás negociantes hicieron muchas cosas para Yamato no pudiera hacer nada. Yamato no piensa en el dinero, piensa en que si habla, sus hijas no verán salida. Aunque ha logrado intersecar algunos negocios de su padre (y lo digo de verdad) Yamato ha logrado salirse con la suya en algunos casos jsjsjs Entiendo que no quieras compartir, bueno, yo creo todo jajaja pero bueno agradezco que continues leyendo aunque hayan actitudes de los personajes que no te gusten (algo que entiendo porque también odie escribir esas actitudes jajaja pero son por el bien de la trama) Espero seguir contando con tu lectura, acompañamiento y comentarios. Te envió un abrazo a la distancia.
BethANDCourt: ¡Hola! Sí, fue cortísimo, lo lamento, pero como tú dijiste es necesario por el bien de la trama jsjsjs Sí, ahí se encuentra parte del misterio jsjs en la habitación de Yuuko jsjsjs ya veremos. Sí, Yamato y Sora tienen unos padres horribles, lamentablemente existen personas así en este mundo que explotan mujeres a un nivel horrible. Sí, solo faltaba Izumi y aquí ocurrió, ahora está triste. Tienes razón al decir que es la más sensible, tiene un carácter fuerte, pero a su vez tiene sentimientos fáciles de romper (Jajaja si, también quiero enviar a Kouji a la China, tal vez en algún momento ocurra o tal vez no ¡Todo es posible!) Jajaja Tomoko tiene la sospecha, pero necesita estar segura, porque puede ser un parecido lo que ocurre es que Mimi se parece a la madre de Ryo y Mimi (Satoe) entonces por eso se parece a Mimi. Ya veremos qué ocurrirá con Rika (no prometo ser suave, pero tampoco tan dura, necesito que tenga un desarrollo increíble) ¡Un cordial saludo y muchas gracias nuevamente por leer! Ojalá sigas comentado ¡Nos leemos en el próximo capítulo!
