Han pasado casi 60 años. Conocí a una joven, está chica tenía sueños y esperanzas y fue la primera persona que me vio triste y solitario, me dió la oportunidad de cambiar y la tomé por ella. Tenía miedo de que una vez que revelara mi pasado, se apartaría de mí como el resto. Pero se quedó conmigo. Crecimos individualmente en nuestras carreras y trabajos y nos casamos y tuvimos una linda familia. Mis hijos crecieron y formaron sus vidas. También me enteré de la noticia de que me volvería abuelo. Estaría tan feliz, de no ser por el golpe de realidad que recibí a lo largo de estos años. Claro, tuvimos problemas y adversidades como cualquier pareja, pero ambos salimos victoriosos, sin embargo, hubo un enemigo más grande que ninguno de los dos podía vencer: El tiempo.

Para mí, podrían pasar 2 años, 10 años, o incluso 100. Yo no cambiaría nada. Sin embargo… Con Aleyn era diferente.

La primera noticia del paso del tiempo fue que si la pequeña Rosalinda tuviera 7 años, tratariamos de tener un quinto hijo o hija. Una vez que Rosalinda llegó a esa edad, tanto Aleyn como yo intentamos tener otro hijo. Pero nunca logramos que ella concibiera. Cuando fuimos a consultar a un ginecólogo, nos dió la noticia de que Aleyn tiene menopausia, es cuando la mujer deja de ovular y no puede tener más hijos. Esa noticia nos destrozó a mí como a Aleyn, pero fue el menor de mis problemas.

Con el pasar del tiempo ví que en el bello rostro de mi princesa empezó a aparecer arrugas, y también su cabello que era café con una mecha de color morado se estaban tiñendo de blanco. Aunque Aleyn me explicó que no había problema, las malas noticias no paraban de llegar.

La muerte de su familia dejó a Aleyn devastada y con mucho dolor, a la vez que Aleyn se sentía más agotada al programar, por lo que su jefe la retiró de la programación y solo le pidió que se encargue de la narrativa. Con el tiempo también le costaba escribir y la notaba más débil, así que a sus 70 años jubilaron a Aleyn.

Poco a poco veía a Aleyn más débil para hacer más actividades y al final no podía caminar, por lo que tuve que cuidarla día a día. Finalmente llegó a un punto en donde no podía levantarse de la cama y terminó postrada en nuestra cama. Aleyn se sintió como un estorbo que me dijo que si la abandonara por otra chica más joven no me culpará. Obviamente amo a mi princesa que nunca la abandonaría a pesar de requerir más cuidados como si de una niña se tratara.

Recordé la vez que gané al diablo con quién hice el trato. Me dijo que tendría mi alma y todas mis habilidades… Y la inmortalidad es una de ellas. Quería mantener a Aleyn dormida y tenerla conmigo, pero mi princesa me dijo una vez que quería vivir cada una de las etapas de un ser humano. Y yo acaté sus deseos. Al final, el tiempo nos venció. Mi princesa está en una tumba, enterrada. Traje un par de flores que hice crecer en casa y decidí cavar un poco la tierra, mientras recordaba su último día…

"Dune, ven aquí…", dijo Aleyn con una voz más ronca. Tenía un mal presentimiento.

Me acerqué a ella, se notaba más débil de lo normal.

"Dune, escúchame por favor… Tuve un príncipe que me ama… Hijos maravillosos y muchos nietos. Pero… Mi tiempo en este mundo está llegando a su fin", Aleyn explicó con muchas lágrimas. "Ya te lo dije varias veces… Si de verdad no te sientes cómodo o si te enamoras de otra mujer y decides dejarme sola, no te culpo"

"¡Olvida ese pensamiento! ¡Jamás te haría eso! A pesar de que estés llena de canas y de arrugas y que estés débil, ¡Tú eres MI princesa!", le contesté. No puedo creer que Aleyn se siga considerando estorbo luego de lo que pasamos.

"Entiendo… Dune, un favor, te pido que protejas este mundo. Las Pretty Cure igual morirán, yo moriré y probablemente nuestros hijos y nietos también, pero tú no lo harás. Quiero que con tus poderes protejas este bello mundo que te trajo alegría y para que nuestros descendientes crezcan felices", dijo Aleyn.

"El mundo no será lo mismo sin tí", le contesté llorando.

"Claro que no estaré contigo… Pero estaré en tus recuerdos y en tu corazón. Mira el hermoso paisaje del atardecer que siempre solemos ver, recuerda el amor que tú sientes por mí. Así estaré contigo por la eternidad", me dijo Aleyn.

"Prometo proteger la tierra por ti…", trate de no llorar.

"Un favor más… ¿Puedes darme un beso? Quiero recordar mis últimos momentos, el amor que sientes por mí", me pidió Aleyn con una sonrisa.

Secándome las lágrimas, me acerqué a mi princesa y le besé los labios por un largo tiempo. Sus labios ya estaban decaídos, pero decidí depositar todos los sentimientos de amor y alegría que tendré por ella. Luego nos separamos.

"Dune, gracias por llegar a mi vida", Aleyn sonrió y cerrando sus ojos empezó a dormir tranquilamente. Ella respiró como unos diez minutos, pero al final dió su último aliento y dejó de respirar.

Finalmente el tiempo la alcanzó. Aleyn falleció. Ella ya no podrá reír, no podrá llorar, no podrá enojarse ni tampoco decirme "te amo" con mucho cariño. Eso fue el anterior año.

Volviendo a la realidad, terminé mi trabajo. Planté una rosa roja y una azucena, las favoritas de Aleyn. La rosa roja significa pasión y amor y la azucena significa pureza e inocencia. Siento que esas flores reflejan bien a mi princesa.

Mi amada princesa, prometo proteger a la tierra y prometo mantener tu legado de amor y cariño. Lograste conquistar a este terrible príncipe y cambiaste mi odio por amor.

Yo soy el que debería decirte: "Gracias por llegar a mi vida"