El ultimo aleteo

Después de un tiempo a inicios de la primavera Fluttershy, enfermo, habiendo superado a todas las demás en edad, sin embargo, esta vez parecía que no podría salir adelante, a pesar de que se le hospitalizará, no en Ponyville, en Canterlot, en el mejor hospital de la ciudad. Tal vez un último vano esfuerzo por parte de Twilight, de alargar su vida lo más posible, de no perder la última de sus amigas, lo último que le quedaba de ese grupo tan especial que le cambio la vida entera. Teniéndola cerca prácticamente a diario iba a verla.

Esto era reconfortante a la vez que tortuoso, pues podían platicar largo y tendido pero, cada día la pegaso se veía más débil lo que a Twilight le dolía mucho, los médicos la trataban lo mejor que podían pero no había fuerza en este punto que pudiera evitar lo inevitable. En las tardes cuando no había visita alguna ni doctor en los alrededores, Discord se aparecía para hacer compañía a la pegaso, le traía de visita alguno de sus animales que aun restaban en su cabaña, o alguno de los que visitaban el santuario.

Llevaba todo lo necesario para beber algo de té con ella, a pesar de la preocupación a su alrededor, Fluttershy se veía serena, tranquila, cansada sí, pero no pareciese que su destino le asustase en lo más mínimo, se veía realizada. Esto de cierta forma tranquilizaba a Twilight y a Discord, Fluttershy de cierto modo no sufría, pero ellos, sus corazones lo hacían, era la última y estaba tan cerca de marcharse, por eso ninguno de los dos quería perderse un solo momento, un solo día.

Hicieron todo lo que se les ocurrió para hacerla sentir en casa, Twilight incluso arreglo las cosas con el hospital de Canterlot, para trasladarla al palacio con un equipo médico que la atendiera. Así se hizo, acomodándose a la última de los elementos de la armonía, aparte de Twilight, en el Palació, en un cuarto que daba directamente al gran patio del palacio al cual la pegaso si quería podía salir a tomar el aire, en silla de ruedas y vigilada eso sí.

Tanto Discord como Twilight a menudo la sacaban, aprovechando los pequeños paseos para charlar, siempre que la sacaban algo llamo la atención de ambos, las mariposas del jardín, siempre eran las primeras en acercarse a ella. Mariposas de todos colores, un día entre todas ellas, Twilight notó una particular, que siempre sobrevolaba sobre la cabeza de la pegaso. Una mariposa de alas negras, que Twilight sentía un fuerte impulso por alejar, pero sabía que a Fluttershy no le gustaría que hiciera eso, por lo que se abstuvo de hacerlo.

Así continuaron pasando los días, eventualmente ya no pudieron sacar a Flutterhsy, la pegaso no alcanzaba a juntar fuerza para moverse de la cama, solo podían platicar con ella. Y aun dentro del cuarto, aquella mariposa la siguió parándose día tras día al borde de su ventana, posando ante los débiles rayos del sol que atravesaban las grises nubes de otoño. En este punto, en varias ocasiones, mientras Fluttershy descansaba ya fueran Discord o Twilight, abrían la ventana para ahuyentar a la mariposa.

El tiempo continuó pasando, las grandes construcciones de Twilight avanzaron, al mausoleo aun le faltaba mucho, pero las cámaras funerarias finalmente se habían terminado, por lo que podía empezar el traslado de todos los héroes de Equestria, incluyendo sus amigas. Sin embargo, ahora que tenía listas las criptas, busco escusas para no realizar el traslado, como si esta acción fuera a retrasar algo, pues en aquella cripta para sus amigas había cinco sarcófagos.

Llegó un día, en el que Twilight fue a ver a Fluttershy, solo para entrar al cuarto y encontrar una cama vacía, la alicornio se asustó, corrió a buscarla, saliendo al jardín, donde la encontró caminando sin más. Twilight tomó un profundo respiro, relajándose antes de acercarse a ella, Fluttershy al escuchar sus pasos volteó su vista hacia ella, estaba rodeada de animales.

-¿Twilight?

-¿Qué haces aquí afuera Fluttershy?

-Estaba aburrida, quería caminar y me sentía mucho mejor, extraño estar en mi cabaña, extraño a las criaturas, quería salir a verlas. – respondió Fluttershy moviéndose con tal naturalidad, casi como si fuera joven de nuevo.

-Entiendo, pero, ¿segura estas bien? ¿Te sientes bien? – cuestionó Twilight aun preocupada.

-Sí, estoy bien, no te preocupes tanto. – respondió Fluttershy sonriéndole.

-Está bien, sin embargo, me quedare por aquí un momento, contigo, si eso no te molesta.

- Nunca lo haría.

Futtershy continuó hablando con Twilight, como casi no había podido desde que fuera relegada a la cama, casi no había tenido fuerzas, hasta aquel día. En el anochecer cuando se retiraba Twilight, apareció Discord trayendo consigo lo necesario para hacer té. Fluttershy se alegró aun estando bastante activa, Discord no pudo evitar alegrarse al verla mejor, a pesar de todo cuando era tiempo de partir el draconequis no se movió, se quedó ahí. La pegaso ya estaba cansada, eh hizo su camino hacia la cama, Discord comenzó a guardar las cosas, sin usar su magia, cosa poco normal en él, pues si las guardaba con magia en un chasquido estaría todo listo.

Fluttershy una vez llegó a la cama paso su mirada de nuevo a él, notando perfectamente que Discord intentaba rascar más tiempo, aunque fuera un momento más.

-Discord, tranquilo.

Las palabras de la pegaso hicieron que el draconequis lentamente dejara las cosas, soltándolas y dejando de flotar frente a la cama, Fluttershy lo observó algo preocupada, pero tranquila siguió hablando.

-Sé que tienes miedo, que no quieres que me vaya, al igual que Twilight, se que fui la primera que te dio una verdadera oportunidad y sé que los sentimientos que compartimos no pudieron ser más fuertes. Mírame un momento Discord. – continuó Fluttershy alcanzando con su casco el hombro de su amigo, quien volteó a verla con pesar en su mirar. – Todo estará bien, estarás bien, eres un espíritu y de alguna forma cuando mi cuerpo ya no este igual lo seré, no tendrás que buscar lejos para encontrarme, de una u otra forma, ahí estaré. – terminó la pegaso.

-Fluttershy yo, no sé qué debería hacer, que camino tendré que seguir cuando no estes.

-Twilight seguro te necesitara en un futuro, además te dejare mucho que hacer, ese santuario tiene que durar. – terminó Fluttershy dándole una sonrisa, abriendo sus cascos indicándole que se abrazara a ella.

Discord lo hizo sin dudar, dándole un fuerte, cálido abrazo que no se separó por unos segundos, cuando finalmente lo hizo, el draconequis un poco más tranquilo, se despidió y se marchó por la noche. Fluttershy, se quedó despierta un tiempo más tomando un libro y leyéndolo desde su cama, en silencio, con solo el sonar lejano de grillos del jardín real. Pasadas las horas, la mariposa negra apareció aleteando afuera del cuarto, parándose en el marco de la ventana como si observara dentro. Fluttershy la notó, dejando todo y levantándose, caminando hacia la ventana, con cada paso su cuerpo recupero el aspecto que tuvo en su mejor época. Una vez frente a la ventana, esta se abrió, la mariposa simplemente emprendió vuelo hacia la luna, Fluttershy, extendió sus alas y la siguió tenía ya unos años que no volaba.

Conforme se alejaban el cuerpo de Fluttershy adquirió brillo y el mundo comenzó a desvanecerse, a la pegaso le pareció que la luna brillaba cada vez más fuerte, envolviéndola hasta que ambos ella y la mariposa desaparecieron. Aquella mañana una de las enfermeras encontró a la pegaso sin vida en la cama, con el libro aun en cascos, a pesar de todo su rostro mostraba tranquilidad.