Se habían detenido por el día, el calor del verano hacía que sus movimientos fueran lentos. Hinata había divisado un río cercano y el grupo decidió acampar para descansar, refrescarse y repasar los detalles de la misión una vez más.
Shino le ayudaba a montar las tiendas mientras Hinata y Kiba llenaban los odres de agua.
Se oyó un fuerte chapoteo seguido de un chillido de risa de Hinata. "¡Kiba! ¡No! Me estás mojando!"
Naruto se movió entre los árboles hasta situarse detrás de un arbusto, mirando a la pareja: Hinata estaba encaramada en una roca, remojando sus pies en el agua fresca mientras Kiba nadaba alrededor, salpicándola de vez en cuando.
Eso le irritaba sobremanera.
No tenía ni idea de por qué le irritaba.
Pero lo hacía. Estaba irritado desde que salieron de la aldea.
Cada vez que Kiba se acercaba a Hinata para susurrarle al oído. Cada vez que ponía su brazo alrededor de su hombro. Cada vez que ella se reía de lo que decía Kiba.
Eso le hacía arder las tripas. (Lo que no entiende es que está celoso; no lo reconoce porque nunca antes había tenido este tipo de celos).
"¡Naruto! Ven aquí y únete a nosotros".
Levantó la vista para ver a Kiba haciéndole señas para que se acercara. Hinata también lo miraba, con una suave sonrisa bailando en sus labios.
La mirada de ella era una que sólo le regalaba a él. El fuego en su vientre se calmó sólo para ser reemplazado por un calor agitado que se extendió a su pecho.
Corrió hacia la orilla y se elevó para sentarse en la roca junto a Hinata. Se quitó las botas y bajó la mano para subirse el pantalón. Naruto tanteó un poco pero lo consiguió con su única mano.
En ese momento Kiba lanzó un gran puñado de agua en su dirección, empapándolo por completo. Naruto dejó escapar un grito cuando el agua fría se precipitó sobre su cuerpo caliente.
Se volvió hacia Hinata, que soltó una carcajada que sonó como campanas en sus oídos. El calor en su pecho creció al verla, atenazando su corazón, sus pulmones, dejándolo sin aliento.
(Lo que no sabía era que se estaba enamorando de ella).