Muy buen inicio de semana para todas, espero que pase unas excelentes vacaciones (para los que las tenemos).

Les recuerdo que la historia es completamente de mi autoría y que no está permitido publicar en otras plataformas, no es par menores de edad o para personas sensibles al tema adulto, así que te recomiendo no continuar. Gracias por comprender.

SEPARADOS POR LA SANGRE

Convivencia Familiar

"La convivencia: La convivencia con otras personas es la habilidad que más necesitamos en nuestro mundo, con ella no hay límite en lo que los demás pueden hacer, su esencia es realmente sencilla: vive y respeta como viven los demás ".

OCHO

La convivencia entre Anthony y Terry había sido casi nula, lo mismo que entre Vincent y Terry. Terry se esforzaba por estar lo menos posible presente en la mansión y evitar a toda costa el trato con el marido de su madre, aún no se hacía a la idea de que aquel hombre compartía con él algo más que a la actriz.

-Buenos días. – Dijo Terry al llegar al comedor. Vincent lo observó con una sonrisa y tanto Anthony como Eleanor respondieron a su saludo.

-Buenos días. – Respondió Anthony apurando su taza de café. – Si me disculpan, yo me retiro. – Dijo limpiando sus labios antes de ponerse de pie. Terry lo observó con ironía pensando que por su llegada el "rubio estirado" como él le decía en su mente había decidido irse.

-Que tengas buen día hijo. – Dijo Vincent con una sonrisa a Anthony, quien se acercó a él y le dio un beso en la frente en señal de despedida. Terry bufó con aquella acción, algo que no pasó desapercibido para los aludidos.

-Igualmente padre. – Dijo mirando a Terry con incomodidad pero sin prestar más importancia de la que era debida, no quería importunar a Eleanor. – Eleanor. – Dijo Anthony con suma elegancia a la esposa de su padre quien sonrió tiernamente al rubio para recibir el beso en el dorso de su mano como era su costumbre. Terry rodó los ojos siendo ignorado totalmente por el rubio, quien se dispuso a partir con un simple gesto dirigido al actor.

-Vaya, al parecer está muy bien educado. – Dijo Terry con cierta ironía en su voz, mirando a Vincent con cierta malicia.

-Anthony es un joven con excelentes modales. – Dijo Eleanor para defender al rubio, ella había descubierto que era un joven con buenos principios y a ella la trataba con respeto y educación a pesar de todo lo que había sucedido entre ella y su padre.

-Claro, como todo americano. – Dijo Terry con cierto desgarbo en sus modales, recordando a Stear y Archie en el momento. Acostumbrado a hacer lo que le venía en gana delante de Richard para molestar a su madrastra, actuaba de la misma forma frente a Vincent.

-¿Podrías sentarte con propiedad por favor? – Dijo Vincent de pronto. Terry lo observó con molestia, como si escuchar su voz dirigiéndose a él fuese la peor ofensa que pudiera recibir, ni cuando su madrastra lo había retado había sentido tanto rencor dentro de él.

-¿Por qué? ¿Por qué no soy como el rubiecito? ¿Acaso ahora debo actuar como él? – Preguntó con indignación a Vincent. Vincent lo miró fijamente, sin sentir pena o temor de mantener su mirada en él, después de todo él también había ignorado todos esos años lo que había sucedido.

-Porque estás frente a tú madre. – Dijo Vincent con tranquilidad, dando el lugar que Eleanor merecía en la que era su casa. – Y ante todo ella es una dama. – Dijo una vez más el mayor sin intentar exigir más a Terry, se había dado cuenta de la dificultad de su carácter y sabía que si lo presionaba sería peor de lo que ya era. Terry miró a su madre quien lo miraba con súplica y no le quedó más que "obedecer" lo que Vincent le proponía.

-Solo porque mi madre es una dama. – Dijo Terry mirando a Vincent y después a su madre para después hacer una seña al mayordomo y pedir su desayuno.

Vincent lo miraba de vez en cuando, estudiaba su actitud e intentaba acercarse a él, podía darse cuenta que era solo un chico que se encontraba muy necesitado de amor, algo que él se había esforzado en demostrar a Anthony después de su accidente. Se sintió culpable una vez más.

-¿Qué sucede Terry? – Preguntó Eleanor a su hijo al ver que de pronto se quedaba muy serio.

-Nada… - Dijo Terry mirando de reojo a Vincent, indicando a su madre que eso era lo que le pasaba.

-Yo me retiro querida. – Le dijo Vincent a su esposa, poniéndose de pie para después despedirse de ella con un corto beso en los labios. Terry giró los ojos una vez más a su alrededor. – Con permiso Terry. – Le dijo con una sonrisa, se había dado cuenta de los gestos que hacía el joven actor, sin embargo sabía que si lo presionaba obtendría menos de lo que había obtenido. Terry hizo una seña despreocupada indicando que no le importaba que se fuera o se quedara, aunque debía reconocer que estaba más tranquilo sin su presencia.

-Terry por favor. – Le dijo su madre a manera de súplica.

-¿¡Qué!? – Dijo Terry con sorpresa, como si no tuviera nada que pedirle su madre. - ¡Me estoy portando muy bien! Si quieres le preguntamos al Duque. – Dijo con ironía mirando a su madre que estaba frente a él.

-Lo prometiste. – Dijo Eleanor con insistencia, extendiendo su mano para tomar la de su hijo con mucho amor.

-Está bien madre. – Dijo Terry derrotado, le costaba hacer caso a su madre, pero después de que Candy lo había hecho hacer las paces con ella estaba mucho más abierto a la reconciliación. – Pero no puedes culparme que en cuanto bajo a desayunar ellos salen corriendo. – Dijo Terry con cierta indignación en su voz. Eleanor sonrió con ternura a su hijo.

-Son casi las nueve de la mañana. – Dijo la hermosa mujer sin soltar a su hijo.

-¿Tan temprano? – Preguntó Terry con desfachatez, estaba acostumbrado a levantarse hasta las once la mañana cuando no tenía llamado. Eleanor sabía que así era la vida de un actor y que así como se podía pasar todo el día y la noche en el teatro ensayando, se aprovechaba en los días que no había llamado.

-Ellos tienen que trabajar y cumplir un horario. – Dijo Eleanor para justificar la retirada de Anthony y Vincent.

-Que flojera. – Dijo Terry con desgano, comenzando su desayuno frente a su madre, quien lo observaba feliz de tenerlo ahí junto a ella por fin.

-¿Cuándo llega Candy? – Preguntó Eleanor con emoción, estaba deseosa de tener a Candy en la mansión, ya que le emocionaba tener a una mujer con quien conversar y más si era la chica que había ayudado a su hijo y a ella a reconciliarse.

-En unos cuantos días más madre. – Dijo Terry con cierta ilusión en su rostro, estaba ansioso por tener por fin a Candy cerca de él después de tantos meses de no verse. Quería revivir los días de colegio, volver a entablar ese enamoramiento perdido con los años de ausencia.

-¿La quieres mucho verdad? – Preguntó Eleanor a su hijo con dulzura, le causaba mucha ternura saber a su hijo tan ilusionado con la joven enfermera.

-Tú dirás... – Dijo sonriendo, demostrando en su gesto lo feliz que era.

-Espero que Candy sepa manejar tú fama. – Dijo Eleanor con cierta melancolía en su voz.

-¿A qué te refieres? – Preguntó Terry al escuchar el comentario de su madre, apartando un poco el plato de su desayuno para escucharla mejor.

-Richard jamás pudo soportar mi éxito. – Dijo con cierta nostalgia al recordar el pasado. Terry la escuchó atento. – En el medio hay hombres y mujeres que te rodean, y no sabes cómo pueden perjudicarte esas relaciones. – Dijo una vez más Eleanor. Terry bufó con ironía imaginando que no solo eso había sido el problema entre ellos.

-Por ello todavía no quiero casarme con Candy. – Dijo Terry seguro que así era, la amaba pero también quería tener algo propio, algo que fuera de él antes de ofrecérselo a la rubia, no quería herencias de ningún tipo y sabía que para ello debía trabajar duro. – Quiero forjarme un futuro para ofrecérselo y sé que eso llegará con el tiempo. – Dijo el chico emocionado. Eleanor se sintió orgullosa de su hijo y nuevamente agradecía a Candy ese cambio en él.

-Lo mismo dice Anthony. – Dijo Eleanor sin pensar. Terry la miró en desacuerdo.

-¿Me vuelves a comparar con él? – Preguntó con cierto celo en su voz, no le gustaba que lo compararan y mucho menos con aquel que aparentaba ser un dechado de virtudes.

-¡Por supuesto que no! – Dijo Eleanor de inmediato. – Pero él también está trabajando muy duro para formarse su propia fortuna. – Dijo recordando la labor del rubio.

-¿De maestrito de música? – Preguntó Terry con burla e ironía en su voz.

-Es un trabajo muy bien pagado. – Dijo Eleanor segura que así era. – Muchas jóvenes e incluso señoras de mi edad lo buscan para tomar clases con él. – Dijo la actriz un tanto inocente, sin embargo ella sabía bien que no todas lo buscaban por sus dotes artísticas. Terry sonrió con malicia al escuchar aquellos comentarios que hacían alusión al trabajo de Anthony.

-No quiero saber qué tipo de clases imparte. – Dijo apurando su taza de café. Eleanor lo miró un tanto divertida, sonriendo porque sabía bien que su hijo pensaba en todo.

-Tal vez con las mismas intenciones que tienen las jóvenes que te piden consejos de actuación. – Dijo Eleanor divertida a su hijo, sabía bien que ambos jóvenes eran demasiado atractivos y muy parecidos entre sí aunque no lo aceptaran ninguno de los dos, sobre todo Terry quien era el que sabía bien el motivo por el cual eso podría ser.

-A veces uno no puede evitar no ver a las señoritas. – Dijo Terry con malicia y travesura. Su madre negó con una sonrisa, sabía que así era.

-Candy podría molestarse. – Dijo Eleanor a su hijo, recordándole a la joven que llegaría pronto a vivir con ellos.

-Candy es una chica muy madura madre, y ella sabe que las fans son indispensables para un actor. – Dijo Terry seguro que la pecosa comprendería su trabajo.


Anthony por su lado llegaba puntual a su lugar de trabajo y comenzaba las clases con las más pequeñas, iniciaba una a una el espacio que tenían asignados las jovencitas y pronto las notas musicales se escuchaban en aquel tranquilo recinto.

-Buenas tardes. – Dijo Annie saludando con una gran sonrisa a Anthony. Anthony sonrió alegre al ver el rostro de la pelinegra.

-Buenas tardes Annie. – Respondió el rubio el saludo. – No te esperaba hoy. – Le dijo nuevamente.

-Lo sé, pero quiero trabajar un poco más en mi técnica, practicar mis escalas, aún no me acostumbro a colocar las manos como me sugeriste. – Dijo Annie apenada por la mala técnica que había tenido por tantos años y que nadie le había advertido.

-Es normal, no te preocupes. – Le dijo Anthony comprensivo, él sabía muy bien que era difícil deshacerse de ciertos hábitos que se estaban arraigados desde niños, para él le había sido muy difícil deshacerse del hábito de cuidar el jardín, le traía recuerdos muy dolorosos hacerlo. Annie sonrió radiante.

-¿Tienes tiempo? – Preguntó Annie con la confianza que había adquirido con Anthony en tan poco tiempo. Anthony asintió seguro de ayudarla unos momentos.

-En unos momentos más llegará la señorita Miller, pero puedo hacerlo. – Dijo Anthony mirando el reloj de la recepción.

-Me imagino que llegará antes de la hora. – Dijo Annie con travesura, se había dado cuenta que la joven estaba muy interesada en el rubio. Anthony suspiró un tanto incómodo, no le parecía gracioso que lo estuvieran acosando y que no tomaran tan en serio las clases que él con tanto gozo impartía. Amaba la música y le gustaría que todas las alumnas que tenía fueran como Annie o como las pequeñas de diez años que tenía en sus clases. – Creo que no es muy cómodo que te estén acosando. – Dijo Annie con cierto sentimiento de culpa en su interior al ver la expresión del rubio. Anthony la miró sorprendido creyendo que se refería a que ella lo estaba acosando.

-¡Por supuesto que no! – Dijo Anthony ante la sorpresa de Annie, quien no comprendía la respuesta de Anthony. – No me siento acosado por ti Annie. – Le dijo tomando su mano para hacerla sentir bien. Annie se sonrojó visiblemente y el rubio le sonrió con ternura. Las mejillas de Annie ardían realmente y Anthony retiró su mano con sutileza, cosa que la ojiazul agradeció con una sonrisa y el corazón acelerado.

-No me refería a eso. – Dijo Annie intentando explicar a Anthony que no era a él a quién había acosado. – Lo que sucede es que antes… yo… Archie… - Decía Annie con nerviosismo, pero no sabía si era porque le daba pena confesarse con Anthony, por la mirada tan intensa que este tenía sobre ella cuando le ponía atención, o porque le dolía recordar que Archie se sentía incómodo cada vez que la veía. Anthony sonrió con gentileza al ver a lo que se refería.

-Eras tan solo una chiquilla. – Dijo Anthony comprensivo, recordando que cuando la había conocido ella había demostrado un interés muy intenso en su primo. – Igual que la señorita Miller, están enamoradas del amor y es normal que busquen encontrarlo. – Decía comprensivo, a pesar de su juventud siempre había sido un joven muy maduro.

-Pero yo si llegué a amar a Archie. – Dijo Annie segura de sus sentimientos por el joven elegante. Anthony la escuchó con ternura, sabía que así era, lo había visto en su mirada cuando los había visto en Escocia juntos.

-Creo que eso es algo que salta a la vista. – Dijo Anthony confesando que sabía que ella estaba en verdad enamorada de su primo, se lo decían sus ojos que brillaban cada vez que lo mencionaba. Annie lo miró agradecida, sabía que el rubio no lo decía solo por hacerla sentir bien.

Anthony suspiró pensando en la suerte que tenía su primo, ya que aquella hermosa joven estaba enamoradísima de él y él ni cuenta se daba del amor que le tenía, en cambio él había perdido muchos años de su vida recordando una ilusión, un amor que ahora era tan solo un recuerdo que se quedó atorado en su pasado. Caminó con Annie del brazo hasta el salón donde practicarían, ambos en silencio, cada uno teniendo sus propias conclusiones acerca del amor.

Annie comenzó a tocar con verdadera emoción, sus manos tocaban pausadas, con calma, había comprendido muy bien las explicaciones de Anthony y pronto se daba cuenta que la joven tenía mucho más talento del que quería admitir.

-Annie, eres espectacular tocando. – Le dijo Anthony maravillado con la breve interpretación que había hecho. – En estos momentos tengo que ir a atender a la señorita Miller, pero te suplico que me esperes hasta que termine la sesión con ella. – Dijo mirando a la joven con una sonrisa demostrando que había algo en su cabeza que debía compartir con ella. – Quiero hacerte una propuesta. – Dijo una vez más. Annie asintió observando como el rubio salía de la sala para dirigirse al lugar en no donde la señorita Miller ya lo esperaba ansiosa.

-¡Hola profesor! – Dijo la muchacha con emoción, mirando a la hermosa imagen que aparecía frente a ella, con su espectacular sonrisa y su impecable apariencia como siempre.

-Señorita Miller, un placer volver a verla. – Dijo Anthony con propiedad, saludando a la jovencita quien se emocionaba nuevamente al sentir los labios de Anthony posarse con suavidad en el dorso de su mano derecha. – Podemos comenzar cuando guste. – Dijo Anthony con una sonrisa, invitando a la joven que se colocara en el banco frente al piano.

La señorita Miller se emocionaba y se sentaba con entusiasmo frente al piano, colocando sus manos un tanto extrañas en las teclas del lujoso instrumento y con una mala postura a propósito.

-Señorita Miller ya hemos hablado de esto en varias ocasiones. – Dijo Anthony reprendiendo con tranquilidad a la joven, quien ponía cara de inocencia como si no comprendiera lo que este le decía. – Es importante que comience a crear memoria muscular. – Dijo acomodando sus manos y su espalda una vez más, no era la primera vez que lo hacía, pero la joven se empeñaba en hacerlo nuevamente para sentir las manos de Anthony sobre ella. La joven cerraba sus ojos y se concentraba en la voz del guapo muchacho, más no en las instrucciones que recibía. – Muy bien, así está mejor, puede comenzar. – Dijo Anthony con propiedad, caminando detrás de la joven para centrarse en su interpretación.

La joven comenzó a tocar con emoción las teclas del piano, mostrando que su habilidad era completamente nula, pero que sus ganas de aprender estaban detrás de ella intentando que sus oídos no se lastimaran por tan mala interpretación, no tenía técnica, no tenía estabilidad, sus esfuerzos eran en vano y la joven se había convertido en su alumna más antigua y seguía sin avanzar.

-Creo que por hoy es todo. – Dijo Anthony frotando sus ojos con cansancio. La joven se acercó a Anthony antes de que pudiera reaccionar.

-¿Puedes acompañarme al carruaje? – Preguntó con cierta coquetería en su voz. Anthony abrió los ojos sorprendido por la cercanía de la joven.

-Disculpe señorita Miller, me están esperando en el otro salón. – Dijo Anthony con amabilidad, recordando que Annie lo esperaba para que hablara con ella.

-¿La señorita Britter? – Preguntó la joven con indignación. Anthony sonrió paciente por la reacción de la joven.

-La señorita Britter. – Dijo Anthony en respuesta, no tenía por qué dar más explicaciones a aquella insistente joven. La joven dama se sintió desairada una vez más y sin decir nada miró a Anthony con resentimiento y le dio la espalda para salir de ahí. Anthony suspiró aliviado, creía por un momento que volvería a escuchar sus reclamos, aquella joven comenzaba a recordarle tanto a Elisa.

Anthony caminó de regreso a la sala donde había dejado a Annie y desde la puerta escuchó la maravillosa melodía que la joven interpretaba. Se detuvo un momento para apreciar el hermoso sonido que salía del salón, permitiendo que la joven se dejara llevar por el sentimiento de la música, era notorio para el rubio que la joven tenía en su corazón una pena muy profunda que deseaba superar y el piano era una maravillosa forma de desahogar esos sentimientos, él mismo lo había buscado como refugio para sacar sus frustraciones, cuantas veces no tocó aquel instrumento con coraje y frustración desfogando todo su dolor.

Annie comenzaba a tocar cada vez con mayor intensidad, acelerando el ritmo de sus manos que se deslizaban con seguridad por cada una de las teclas. Lo hacía sin pensar, de memoria, se sabía prácticamente aquella melodía que interpretaba y Anthony se podía decir que estaba fascinado con su manera de tocar el piano.

Entró aplaudiendo como semanas atrás ella había entrado al mismo salón, aprovechando la pausa que se suscitó en aquel recinto que para Annie, lo mismo que para Anthony, era casi sagrado.

-¡Lo siento! – Dijo Annie con sorpresa, se había dejado llevar por las emociones de la música.

-No te disculpes. – Le dijo Anthony con una sonrisa de admiración. Annie se apenaba por la manera en la que el rubio la miraba, jamás se había sentido de esa forma, se sentía halagada, admirada por alguien tan importante y atractivo la hacía sentirse verdaderamente nerviosa. – Es verdaderamente impresionante tu manera de tocar. – Le dijo el rubio sentándose con ella a un lado, dando a entender que quería hacer un dueto con ella. Los ojos de Annie brillaron con emoción y se volvió a colocar en su sitio para comenzar a tocar junto a Anthony.

Los dos jóvenes comenzaron a tocar el piano logrando un maravilloso dueto, era como si ambos hubiesen ensayado las partituras y supieran exactamente en qué momento proseguir con la melodía. El movimiento de sus manos se sincronizaba unas con otras, haciendo las pausas necesarias para continuar con la dulce melodía que ambos demostraban conocían muy bien.

La interpretación poco a poco era más intensa, la mirada de Annie se perdía por momentos en el rostro de Anthony, quien cerraba los ojos para dejarse llevar por las notas que trastornaban sus sentidos, se sentía tan bien envuelto en aquella música que lo relajaba y lo transportaba a un lugar solitario y lleno de paz.

Annie poco a poco se iba sintiendo agitada, haciendo un esfuerzo por seguir el paso de Anthony, quien incansable continuaba con la sinfonía No. 5 de Tchaikovsky. El movimiento de su cuerpo, la pasión ejercida sobre las notas musicales, la emoción que sentían al tocar juntos iba incrementado cada vez más conforme se acercaban a la cumbre de la interpretación. Al terminar la melodía Anthony abrió sus ojos y los puso sobre Annie, quien sudaba respirando con cierta dificultad, el rubio pudo apreciar que la joven estaba extrañamente cansada.

-¿Annie? ¿Te encuentras bien? – Preguntó Anthony con preocupación por la joven. Annie sonrió con una linda sonrisa, sin embargo asintió para no preocupar a Anthony.

-Estoy bien, debe de ser porque no he comido. – Dijo Annie confesando que no había probado bocado desde muy temprano por la mañana.

-¡Qué barbaridad Annie! Permíteme invitarte a cenar. – Le dijo Anthony con una sonrisa espectacular. Annie sonrió de lado teniendo una visión de Archie por un momento.

-Gracias Archie… - Le dijo sin pensarlo, sin reparar el error que había cometido. Anthony le sonrió comprensivo y de pronto la vio desfallecer frente a él.

-¡Annie! – Gritó Anthony al sentir cómo el delicado cuerpo de la joven caía a un costado de él dándole apenas tiempo de reaccionar para sostenerla entre sus brazos.

La levantó con facilidad en sus brazos. El susto del rubio fue tal que de inmediato caminó con ella hacia el elevador que lo llevaría a la salida del edificio, decidido a llevarla al hospital que se encontraba a una cuadra de ahí. Ni siquiera la joven recepcionista del lugar tuvo tiempo de preguntarle qué sucedía. Caminó con ella de prisa, sin importar que los ojos curiosos se posaban en ellos al momento de salir del lugar. Se sentía ansioso, no sabía qué había pasado. Llegó hasta el hospital donde pidió auxilio inmediato, y las enfermeras le indicaron hacia donde llevarla. La dejó recostada y salió del lugar para esperar noticias.


Terry por su lado llegaba cansado hasta la mansión de su madre, desajustaba su corbata antes de subir las escaleras.

-Terry. – Decía su madre quien lo esperaba en el comedor junto a Vincent. Terry escuchó su llamado y se acercó hasta ella.

-Buenas noches. – Dijo saludando al aire a los dos.

-Buenas noches. – Respondió Vincent con una sonrisa al joven actor, quien simplemente le sonrió con amabilidad, estaba tan feliz porque pronto llegaría Candy que no le preocupaba que estuviera ahí.

-¿Dónde está el señor perfección? – Preguntó por Anthony al notar que no estaba presente en la cena, era la primera vez desde que había llegado que no lo veía sentado en la mesa acompañando a su madre y a su padre.

-Anthony aún no ha llegado. – Dijo Eleanor informando a su hijo que seguían esperándolo.

-Lo siento, yo tengo mucha hambre. – Dijo Terry sin ganas de esperar al rubio. Vincent lo miró con paciencia, sabía que tenía razón, Anthony se había retrasado y tal vez no era lo mejor esperarlo. Hizo una seña para que los atendieran y Terry le sonrió agradecido por su gesto. Vincent sonrió de regreso.

La cena continuó en silencio, solo Eleanor hablaba de vez en cuando con uno o con otro para hacer conversación, intentaba incluir a los dos, pero Terry no era tan fácil de dejarse llevar, pero aquel gesto que Vincent había tenido con él definitivamente lo había acercado un poco al chico.

Cuando los mayores se habían retirado ya a sus habitaciones, Terry se dirigía a la suya, era muy tarde y debía descansar para al siguiente día volver al teatro, debía ensayar e impresionar a Candy cuando llegara el momento del estreno de la obra.

-¿Qué sucede doctor? – Preguntó Anthony cuando vio salir al médico del consultorio donde había dejado a Annie. - ¿Cómo se encuentra la señorita Britter? – Preguntó Anthony preocupado.

-¿Es usted su familiar? – Preguntó el médico escudriñándolo con la mirada.

-Soy un amigo de la familia. – Se identificó Anthony para que pudieran informarle acerca de la salud de la joven.

-La señorita acaba de despertar, pero está un poco débil, unos momentos más y podrá llevarla hasta su casa. – Anthony agradeció las palabras del médico.

-¿Qué fue lo que pasó? – Preguntó de nuevo al galeno. El médico lo miró con tranquilidad.

-La señorita está muy baja de peso, al parecer ha dejado de alimentarse como es debido y presenta cierta debilidad. – Dijo una vez más el médico a Anthony. - ¿Ha recibido alguna mala noticia? – Preguntó mirándolo fijamente. Anthony suspiró recordando a su primo, estaba sorprendido por no haberse fijado antes en la posible depresión que la joven estaba viviendo.

-Ha estado bajo mucho estrés. – Se limitó a decir Anthony para no revelar la congoja que vivía la bella joven. El médico asintió como aceptando que eso podía ser un motivo.

-De todas formas hice algunos estudios para ver lo que realmente le pasa, aproximadamente en una semana tendré los resultados. – Dijo el hombre extendiendo la mano a Anthony para después dejarlo.

Annie salió realmente avergonzada del consultorio, no sabía cómo había llegado hasta ahí y lo único que vio fue al guapo rubio que la esperaba con el rostro aliviado al verla caminar por su propio pie.

-¿Te sientes mejor? - Preguntó Anthony con amabilidad, acercándose a ella para ofrecerle su apoyo. Annie lo miró y por un segundo se quedó sin habla.

-¿Qué sucedió? – Preguntó Annie aún confundida.

-Te desmayaste. – Dijo Anthony por respuesta. – No me quedó otra más que salir contigo en brazos hasta llegar aquí. - Explicó para que ella comprendiera los motivos que lo habían orillado a llevarla hasta el hospital.

-¿Tú me cargaste? – Preguntó Annie sorprendida por las palabras de Anthony, quien asentía mirándola a los ojos. Annie estaba más que sonrojada por imaginarse en los fuertes brazos de Anthony y un calor volvió a invadir su pecho, sintió nuevamente que el aire le faltaba y unas ganas de llorar la invadieron, recordó de pronto a Archie y comenzó a llorar.

-¿Qué sucede Annie? – Preguntó Anthony acercándose a ella conmovido por su vulnerabilidad.

-Hace mucho que nadie se había preocupado tanto por mí. – Dijo Annie con dolor en su corazón, le dolía reconocer que Archie tal vez no hubiera actuado de esa manera si hubiera sucumbido frente a él.

-Vamos Annie, no es para tanto. – Dijo Anthony acariciando su rostro. Annie lo miró a los ojos sorprendida, perdiéndose por unos segundos en la azulada mirada del rubio. – Vamos, te llevaré a tu casa. – Le dijo seguro que no la abandonaría hasta verla entrar a su mansión. Annie asintió agradecida y se dejó cobijar por su abrazo, sintiendo el calor que le proporcionaba aquel refugio que ella anhelaba tener.

Anthony llegó cansado hasta la mansión, sus pasos eran largos y pesados, era muy noche cuando subía las escaleras para dirigirse hasta su habitación.

-Vaya. – Dijo Terry saliéndole al paso. Anthony se sorprendió porque no esperaba que alguien continuara despierto a esas horas. - ¿Y tú eres mi ejemplo a seguir? – Sonrió con ironía, como si sintiera un extraño placer en su interior por verlo llegar tan tarde.

-¿A qué te refieres? – Preguntó Anthony confundido, llevaba su saco sobre su hombro y la corbata había desaparecido.

-Dicen que los hermanos mayores son el ejemplo a seguir. – Dijo Terry con socarronería, le gustaba mofarse del rubio, sobre todo cuando según él lo había cachado en plena movida.

-Como quieras. – Le dijo Anthony sin tomarle mucha importancia a su comentario, sabía que era una persona que le gustaba molestar a la gente, se había dado cuenta de ello y no tenía humor para seguirle el juego. – Descansa, ya es muy noche para ti también "hermanito". – Le dijo Anthony con la misma ironía con la que Terry se había expresado. Terry se quedó un momento más frente a la puerta de su habitación, observando un tanto confundido por la respuesta del rubio.

Anthony entró a su habitación y se dejó caer en la cama, no tenía nada de sueño a pesar de la hora, recordaba lo sucedido con Annie y sentía una congoja en su alma.

-No te confundas Anthony. – Se dijo a sí mismo recordando la manera en la que Annie se había refugiado en él. – Ella solo está vulnerable por la separación de Archie. – Se decía una vez más seguro de que la joven solo se apoyaba en él porque se sentía protegida. – Ella está enamorada de tu primo. – Se decía una vez más, reprochándose por pensar que la joven podría mal interpretar sus atenciones.

Suspiró profundamente y a su mente llegó la imagen de Candy, una linda muchacha rubia de ojos verdes danzando con él en el baile de bienvenida. Negó con su cabeza y cubrió sus ojos, como si de esa manera sus recuerdos se fuesen a alejar. Tenía prohibido pensar en ella, había dejado de hacerlo hace mucho tiempo y cuando su mente y sus recuerdos lo traicionaban se refugiaba en la música, pero en esos momentos ya era muy tarde para bajar al salón de música y comenzar a tocar.

Se levantó frustrado por que el recuerdo de Candy no lo abandonaba, salió al balcón y se llenó del aire fresco de la madrugada. Observó el jardín y aspiró el aroma dulce que emanaba de las flores que lo adornaban, pensó en su madre, pensó en su padre y en su nueva vida con Eleanor, recordó a Amelia y a sus padres, pensó en Archie y en Annie, en Stear y su novia, pensó en todas las personas que conocía y hasta pensó en Terry, todo era mejor que pensar en ella.

-Candy… - Dijo suspirando frustrado, hiciera lo que hiciera los hermosos ojos de la rubia bailaban detrás de sus recuerdos. - ¿Qué estarás haciendo pecosa? – Se preguntaba con decepción, decepción por haberse traicionado a sí mismo al pensar en ella, al cuestionarse lo que estaría haciendo, si estaría bien, pero la imagen que más lo había perseguido todos esos años apareció en su mente, una vez más el cuerpo de Candy unido a los brazos de aquel joven que a pesar de no haber visto bien no abandonaba su cabeza. - ¡Maldición! – Dijo levantando la voz molesto.

El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos, sorprendido al ver la hora se acercó a la puerta para abrir.

-¿Qué sucede Marie? – Preguntó Anthony con amabilidad, la joven mucama que atendía en la mansión sonrió con timidez al ver al rubio aún vestido con la misma ropa de la mañana. La joven extendió un vaso con leche tibia para el joven y este sonrió agradecido. Las mucamas de la mansión siempre lo habían tratado muy bien y estaban atentas a sus necesidades, dispuestas a ayudar si él lo pidiera de inmediato.

-No podía dormir, y me di cuenta que había llegado tarde, así que me imaginé que tal vez tampoco podría dormir. – Dijo la chica mirándolo al rostro, con los ojos emocionados por tener tan alto honor de ver semejante atractivo en un chico.

-Gracias. – Dijo Anthony con una sonrisa maravillosa, una sonrisa que pretendía ser amable pero que causaba revuelo en el corazón de la jovencita. – Déjalo enseguida de la cama. – Dijo Anthony haciéndose a un lado para permitirle el paso.

La joven pasó moviendo sus caderas a más no poder, esforzándose por tener un poco de atención de Anthony, era algo que hacían todas las empleadas jóvenes de la mansión y más ahora que había llegado otro inquilino que al igual que Anthony comenzaba a levantar suspiros entre las empleadas, sin embargo este era una persona menos amable y algo altanero.

-¿Le sucede algo joven Anthony? – Preguntó la muchacha observando como el rubio había regresado hacia la ventana y se había perdido en la vista nocturna del jardín. Anthony no escuchó la pregunta de la joven y esta se acercó más a él para saber qué le estaba pasando. - ¿Necesita algo? – Preguntó acercándose de más a él, dejando ver entre líneas que ella estaba dispuesta a todo por ayudarlo. Anthony la observó un tanto sorprendido por su cercanía, mirándola a los ojos fijamente, causando en la joven un vuelco en su corazón que comenzó a latir acelerado por tener el placer de verlo tan de cerca.

-Gracias. – Dijo Anthony con una sonrisa de lado, sabía bien que las jóvenes de la mansión se insinuaban a él de manera constante, sin embargo sabía muy bien que les debía respeto, así había sido educado y no era porque no fueran jóvenes y hermosas, sino porque la tía abuela siempre los enseñó a respetar al personal sobre todo al femenino. – Puedes retirarte. – Le dijo sin ser grosero, con una sonrisa amable y una mirada tierna. La joven asintió avergonzada por la manera en la que había sido rechazada una vez más.

Marie se dio la vuelta y caminó hacia la salida, pero antes de llegar a la puerta el llamado de Anthony la hizo detenerse, al mismo tiempo que se detenía su corazón al escuchar su voz.

-¿Sí? – Preguntó la joven con una sonrisa llena de ilusión.

-Llévate la leche por favor. – Le dijo Anthony con una sonrisa, en esos momentos no le apetecía tomar nada, mucho menos leche tibia. La joven asintió apenada por los pensamientos que cruzaron como rayo su mente. Asintió con una sonrisa y se regresó hasta el buró de la cama para recoger el vaso con leche.

Anthony sintió pena por la reacción de la chica y decidió mejor tomarlo, se acercó a ella y le cerró el paso para tomar él mismo el vaso.

-Olvídalo, lo tomaré para ver si puedo conciliar el sueño. – Le dijo agradecido, la joven sintió que aquella pequeña acción la elevaba por las nubes, le parecía maravilloso ver la mirada de Anthony puesta en ella, le gustaba que la notara y a pesar de que sabía que no tenía ninguna oportunidad con él, le gustaba hacerse ilusiones. La joven asintió con una linda sonrisa.

-¿Se le ofrece algo más? – Preguntó con ilusión. Anthony sonrió un tanto divertido cuando asintió simplemente y a la chica se le iluminaron sus ojos.

-¿Puedes prepararme el baño? – Preguntó Anthony con amabilidad, quería tomar un baño antes de acostarse a dormir aunque fuesen tan solo unas cuantas horas. La joven asintió decepcionada por la petición del rubio y se dirigió al cuarto de baño para preparar la tina para el rubio.

Después de haber estado varios minutos dentro de la habitación de Anthony, Marie salió sigilosamente, intentaba no hacer ruido para no despertar a los demás habitantes de la casa, sin embargo los ojos curiosos de Terry que también estaba sin poder dormir en su habitación, se asomaron intrusos por la abertura de la puerta.

-Vaya con mi hermanito. – Dijo Terry con el rostro radiante de diversión, convencido de que Marie había entrado a la habitación de Anthony con un solo propósito y él por lo visto no la había rechazado. – Quien diría que le gusta la compañía del servicio. – Dijo para sí mismo, cerrando la puerta con cuidado para no delatarse a sí mismo. – Por lo visto es de familia. – Dijo con diversión una vez más, recordando sus inicios como hombre en el castillo de los Grandchester.

Terry suspiró emocionado al recordar las veces que las damas del servicio se habían colado en su habitación con la pregunta en la boca si necesitaba algo, él pronto comprendió a qué se referían con eso y sabía bien que en medio de la noche era la hora más propicia para ese tipo de necesidades. Recordó a Florencia, quien era la chica con la que había insistido que quería casarse, solo para molestar a su padre y a su madrastra, era tan solo un puberto de catorce años y no era porque lo uniera un sentimiento real, una simple calentura era lo que lo había unido a ella más de una vez.

El cuerpo de Terry se emocionó ante el recuerdo, para después él mismo reprocharse tal atrevimiento, ahora era un hombre enamorado y no podía imaginarse estar con otra mujer porque faltaba a su noviazgo con Candy, sin embargo sabía que su cuerpo necesitaba acción y sabía que Candy no se atrevería a hacerlo con él sin estar casados.

Anthony estaba dentro de la tina con la mirada perdida en el techo del cuarto de baño, no tenía ganas de pensar, estaba demasiado cansado para pensar una vez más en ella, recordar a Candy lo dejaba exhausto, porque su recuerdo lo llevaba de un lado a otro con la intención de dejar de pensar en ella.

Y mientras Terry creía que Anthony había tenido una buena noche, el rubio se recostaba por fin en su cama, con la consciencia puesta en lo que haría unas horas más tarde. Estaba decidido a buscar a Annie para ver como seguía y a primera hora pondría un comunicado en la puerta de la escuela avisando que no habría clases por primera vez en más de un año.

-Buenos días. – Saludó Terry una vez más tarde. Anthony, Vincent y Eleanor ya estaban en el comedor. – Vaya, pensé que con la fiesta de ayer no te levantarías temprano. – Dijo el castaño con cierta picardía en su voz. Anthony lo miró extrañado, sin embargo pensó que se refería a que había llegado tarde la noche anterior.

-No fue ninguna fiesta, una amiga se desmayó en medio de una sesión y tuve que llevarla al médico. – Dijo Anthony con tranquilidad, no porque debiera explicaciones a Terry, sino porque se las debía a su padre y a Eleanor, quienes de seguro lo habían estado esperando para la cena. Terry lo miró creyendo que mentía, sin embargo no lo desmintió, mucho menos lo echó de cabeza.

-¡Qué barbaridad! ¿Y ella está bien? – Preguntó Eleanor con preocupación.

-El médico mando hacer unos estudios, anoche la dejé en su mansión y hoy iré a verla para ver cómo sigue. – Dijo Anthony mientras desayunaba. Terry lo miraba con atención, como si en cualquier momento Anthony se delataría solo en su mentira, porque para él todo era una mentira, pero al mismo tiempo pensaba que más le daba a él si así era.

-¿No darás clases el día de hoy? – Preguntó Vincent con interés.

-Hoy no padre. – Respondió Anthony con propiedad a su padre, con respeto, con el respeto que siempre había mostrado por él. – Iré a poner un comunicado y avisar a la recepcionista para que esté al pendiente de los que se presenten, prepararé unas cosas e iré a visitar a A… mi amiga… - Dijo el rubio corrigiendo por último el nombre de Annie, había estado a punto de mencionar el nombre de la joven. Terry lo miró con picardía dándose cuenta de su error.

-Son muchas atenciones para una "amiga". – Dijo Terry queriéndose divertir un poco. Anthony lo miró y sonrió con amabilidad al joven.

-Ella es una persona que aprecio mucho. – Dijo Anthony refiriéndose a que la joven era la antigua novia de su primo, sin embargo no tenía por qué dar explicaciones a nadie, mucho menos a Terry.

Anthony continuó desayunando con tranquilidad, ajeno a los pensamientos que Terry tenía en su mente, quien se divertía pensando que el rubio no era tan santo como todos creían y que aquel caballero estaba lejos de ser perfecto.

Continuará…

Y terminamos por hoy, espero que les haya gustado. La amistad entre Anthony y Annie continua y cada vez se hace más fuerte. Terry sigue con sus desplantes y muy atento al comportamiento de Anthony ¿Por qué será? ¿Sabrá algo?. Hermosas, espero ahora sus comentarios, muchas gracias por sus demostraciones de cariño, se los agradezco infinitamente en el alma.

Guest:

Hola hermosa! Leo que también eres de Colombia, sé que las expresiones entre países varían, siento si te hice sentir incómoda con mi peculiar humor. Muchas gracias por comentar, espero que te haya gustado este capítulo. Te mando un abrazo y te deseo un feliz inicio de semana.

TeamColombia:

Hola hermosas ¿Cómo están? Espero que estén muy bien todas y cada una de ustedes. Muchas gracias por expresar sus emociones, espero que les haya gustado este capítulo. Creo que es inminente que una persona además de atractiva y bien educada despierte admiración entre el sexo opuesto y debemos saber que Anthony es una persona que además de atractivo (guapísimo) es noble, justo y de buenos sentimientos (además de tener dinero) es el paquete completo para las chicas que buscan casarse, y más en la época donde era lo primordial para la mayoría de las mujeres, sobre todo de clase alta. Espero que este capítulo les haya gustado y ahora espero sus comentarios. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.

Julie-Andley-00:

Hola hermosa, ¿Cómo estás? espero que muy bien. Tienes toda la razón, pienso que la amistad de Anthony hará de Annie una persona más independiente, más segura, creo que se demerita mucho ella misma su valor y sus dones. El encuentro entre todos pronto llegará y creo que será difícil para todos, sobre todo para las lectoras, hasta yo me inquieto jijijiji. Muchas gracias por siempre comentar mi hermosa amiga. Te mando como siempre un fuerte abrazo y mis mejores deseos para esta semana.

ViriG:

Hola hermosa! ¡Ésto apenas comienza! Espero que lo que viene sea de la altura para cada una de ustedes. Muchas gracias por tus saludos, los recibo con mucho cariño y por supuesto que van de regreso para ti hermosa. Espero que tengas unas felices vacaciones, que bien merecidas creo yo también las tienes. Imagínate nada más hermosa, al triángulo amoroso viviendo bajo el mismo techo, tantas emociones juntas, tantos carácteres explosivos viviendo al filo de la presión del momento! Si, se le viene difícil a la pecas. Te juro que moría de risa al imaginarme a Archie ofendido por haber sido llamado así! En aquella época era ofensa! (recordé mucho su papel en líneas del tiempo jijijiji) Creo que la lluvia de ideas que tienes es fantástica, todo puede pasar, sin embargo hay un código entre familia que antes estaba muy fuerte, recuerda que están "Separados por la sangre". En algún punto todos se van a encontrar, y Nueva York es el destino al que todos tienen que asistir para tan esperada reunión.

P.D. A qué tú amigo, ahora dile que te debe dos ramos para septiembre jiji. Me alegra que hayas pasado un lindo día. Espero que tengas una benditas y relajadas vacaciones. Te mando un fuerte abrazo amiga. Por cierto ya te puse asistenci jijijiji.

Rose1404:

Hola hermosa! Un gusto saber que ambos están bien, también estoy bien gracias a Dios. Que bueno que te gustó el capítulo y que te complazca leerlo, eso es para mí una gran alegría. A mi también me gusta esa amistad que se desarrolló entre Anthony y Annie, creo que es algo que como dices muy difícil de ver (por lo menos en las historias que leo de Anthony) me alegra que te guste. Así es pobre Candy, pero también pobre Anthony, por sus errores van a sufrir todos. Te mando un fuerte abrazo hermosa y sobre todo mis mejores deseos para ustedes esta semana.

Usagi de Andromeda:

Hermosa! ¿Cómo estás? Espero que muy bien! Me alegra sorprenderte en cada capítulo, espero tener siempre algo así en los que siguen. Es duro tener a tan tremendos galanes frente a frente, algo que a muchos les encanta y que te confieso a mi me hace sufrir. Jajajaja ándale! algo muy parecido va a ser la casa de Vincent y Eleanor, todos juntos pero no revueltos jiijijijiji (por lo pronto). Al contrario hermosa, de antemano te agradezco que leas los demás y me dejes un comentario, siempre es bueno saber la opinión de ustedes acerca de mis historias. Te mando un fuerte abrazo hermosa!

Mayely León:

Hola mi hermosa y queridísima Mayely! Te juro que sufro al imaginar tu nivel de ansiedad, espero que el té de tila te esté sirviendo jijiji, o por lo menos el yoga hermosa jajaja (si hubiera tiempo no!?) Sé que estarás esperando ansiosa el próximo capítulo que de verdad te juro que no tenía listo para publicarlo el fin de semana, siento no haber podido complacerte. Annie creo que sigue siendo una niña bien y a pesar de lo que pueda suceder en esta historia es leal a sus principios. Te mando un fuerte abrazo hermosa y espero pronto pueda complacer tu petición de tener un capítulo doble, ah! pero doble comentario también eh!? jajajaja.

María José M:

Jajajajaja me hiciste reír bárbaro amiga! ¡Y se cumple la profecía! jajaja tienes razón! ya se cumplió, Anthony y Terry viviendo bajo el mismo techo, te dije que lo haría y aquí está, falta ver cuando llegue Candy, ¿Qué es lo que va a suceder? Noo! no quiero recordarlo! jajajaja. Estás invitada también a la casa de Vincent y Eleanor para ver de primera mano lo que va a suceder tal vez contigo adentro sea más fácil para los protonistas jijijijijiji. No entendí lo que dijiste, no sé que cosa pasó por tu mente, pero si le atinaste me tienes que decir cuando salga, si no sale, es que no le atinaste y de todas formas me tienes que decir que era para no quedarme con la duda jajajaja. No te preocupes si pones uno, dos, o hasta diez mensajes con respecto a un solo capítulo, yo los leo todos te lo aseguro y si puedo respondo. Te mando un fuerte abrazo amiga.

Silandrew:

Hola hermosa! Me alegra leer tú comentario como siempre ya sabes. Creo que no fuiste la única que desvió la atención en una nueva pareja, pero todavía no está todo descubierto faltan capítulos que nos revelarán si hay algo de cierto en sus temores. Amiga! siento que tus uñas estén sufriendo tanto estrés, ponte ajo para que las dejes tranquilas jajaja. Te mando un fuerte abrazo como siempre, saludos y por supuesto bendiciones amiga.

Guest:

Hola hermosa, creo que tienes razón Anthony seguirá sufriendo, no le será fácil ver más de cerca la relación que hay entre Candy y Terry, era algo que él quería evitar, sin embargo la vida lo lleva por ese camino para que el agua vuelva a su cauce, así que tendrá que apechugar un poco aunque no esté enterado que será en vencedor en esta contienda, no sin antes pasar por varios problemas. Muchas gracias por comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Muchas gracias a todas y cada una de las personas que leen en forma anónima, gracias por estar aquí al pendiente de cada actualización. Les mando a cada una de ustedes un fuerte abrazo y mi más profundo agradecimiento por dejarme entrar ahí a su espacio privado.

GeoMtzR

25/03/2024