Hola hermosas! Espero que tengan un excelente inicio de semana, muchas gracias por estar aquí listas para la lectura.

El siguiente capítulo contiene escenas No aptas para menores de edad, espero lo comprendas.

Los personajes principales no me pertenecen pero la historia si es completamente mía, lo hago sin fines de lucro solo por entretenimiento.

SEPARADOS POR LA SANGRE

Confesiones y Verdades

"La Confesión: Una pequeña confesión es una plática que libera nuestra alma, es un desahogo de nuestro corazón para comenzar a sanar las heridas producidas por el silencio".

VEINTE

-¿Tú hermano? ¿¡Pero qué estás diciendo!? – Preguntó Stear mientras caminaban a su habitación. Anthony asintió mientras lanzaba un suspiro pesado y profundo. Parecía que conforme pasaba el tiempo aquel lazo de sangre calaba más hondo en su cabeza y en su conciencia.

-Lo que escuchas Stear. – Dijo Anthony siguiendo a su primo. Stear abrió la puerta de su habitación y cedió el paso al rubio. – Terry no es hijo del Duque Grandchester como muchos creíamos. – Dijo Anthony sentándose desgarbado en el sillón de la sala de estar de la habitación del inventor. – Hace muchos años mi padre tuvo un encuentro con la madre de Terry e inmediatamente después de cometida su falta se alejó de ella y jamás la volvió a ver hasta que reanudó sus viajes. – Explicaba el rubio al pelinegro quien lo escuchaba sin poder creer lo que decía.

-No lo puedo creer. – Decía Stear sorprendido con lo que decía Anthony. – Quedé impactado al saber que la esposa de tú padre y la madre de Terry era Eleanor Baker, pero de eso a saber que Terry es tu medio hermano es una gran diferencia… ¿Pero cómo…? ¿En qué momento…? – Preguntaba Stear aún confundido.

Anthony relató la historia que conocía por parte de su padre, sin embargo no tenía idea de lo que había sucedido en la vida de Eleanor o en la vida del mismo Terry.

-En el Colegio se rumoraba que el padre de Terry… es decir el Duque de Grandchester pagaba grandes cantidades de dinero como "donativo" para que el consejo escolar permitiera que siguiera estudiando, por eso hacía lo que quería dentro de la institución. – Decía Stear a su primo.

-¿Lo qué quería? – Preguntó Anthony por primera vez interesado en la vida de Terry. Stear asintió.

-No asistía a clases, fumaba, se escapaba por las noches y llegaba alcoholizado con signos evidentes de alguna pelea supongo yo callejera. – Explicaba con detalle Stear, mientras Anthony lo miraba confundido, no podía creer que Candy se hubiera fijado en una persona que tenía visibles problemas de conducta y oposición a las reglas. – Tampoco lo comprendemos. – Dijo Stear comprendiendo la confusión de Anthony. El rubio suspiró una vez más comenzando a sentirse abrumado con tantos descubrimientos.

-Candy y él discutieron en la fiesta y él se atrevió a… - Dijo Anthony mostrando aún que era más fuerte su rabia e indignación por el trato a su pecosa que comprender su enamoramiento por el actor.

-¿Fue capaz? – Preguntó Stear levantándose de su lugar con los puños apretados. - ¿¡Lo pusiste en su lugar!? – Preguntó de nuevo el inventor. Anthony negó levantándose de su lugar también. - ¿¡Pero cómo es posible Anthony!? – Preguntó Stear indignado por la respuesta de su primo, caminando de un lado a otro para controlar su enojo.

-¡Ella no me lo permitió! – Dijo Anthony con visible coraje en su voz. – Insistió que no tenía caso hacerlo, me rogó que lo dejara ir, que no tenía caso, que estaba borracho. – Decía mencionando lo que Candy había hecho para evitar un enfrentamiento entre ellos. – Además el muy canalla se había ido de la mansión después de haberlo hecho. – Agregó con molestia y frustración, ahora sabía que debió enfrentarlo en el momento tal vez las cosas hubieran sido diferentes y él no se hubiera aprovechado de la situación.

-¿Cómo te enteraste entonces que son hermanos? – Preguntó Stear sin comprender esa parte, porque si no lo había enfrentado luego después del baile ¿Qué había sucedido?

Anthony suspiró al recordar el "casual" encuentro afuera de la recámara de Candy, donde la furia de Terry y la de él se encontraron reclamándose sus diferencias.

-Le reclamé cuando me lo topé por la mañana, Candy no estaba y quería destrozarlo con mis propias manos. – Respondió Anthony omitiendo que él salía de la habitación de la rubia cuando intentaba creía él hablar con ella. – La discusión se salió de control y él me reclamó ser un mal hermano, en ese momento estallé por llamarme de ese modo, siempre lo había hecho y creí que era parte de su sarcasmo y humor, lo había pasado por alto, pero hasta ese momento me confesó que efectivamente él y yo éramos hermanos. – Dijo Anthony con los ojos puestos en la nada. Stear lo veía todavía sin poder creer lo que decía.

-¿Archie lo sabe? – Preguntó Stear preocupado, ya que sabía bien que su joven hermano tal vez tampoco lo tomaría muy bien.

-No lo he visto. – Respondió Anthony la pregunta. – Llegué con Candy y después Amelia se dio cuenta que la había traído, me reclamó y aquí estamos… - Dijo nuevamente.

-Tal vez no ha llegado. – Dijo Stear pensativo. Anthony lo miró sin comprender. – ¿Y Candy? – Preguntó nuevamente. Anthony pensó un segundo antes de responder, no podía manchar su honor sabía que Amelia no sería capaz de decir nada.

-Llegó muy cansada y se quedó inmediatamente dormida. – Respondió Anthony con la culpa aun removiéndose en su pecho. Jamás había pensado que la noche más maravillosa de su vida se tornaría pronto en una loza pesada que cargaría por el resto de su vida a cuestas. Él que tantas veces soñó con tocar su piel y besar su cuerpo, cuando por fin lo había conseguido aquel deseo le sabía tan amargo y tan lastimoso. - ¿Qué es lo que querías consultarme? – Preguntó Anthony a Stear. Stear lo miró fijamente dudando un poco si comentarle o no sus planes, Anthony al igual que Archie estaban pasando por situaciones muy difíciles en su vida, situaciones que no estaban en sus manos manejar, bueno tal vez la de su hermano sí, pero la de Anthony definitivamente era una situación que venía de tiempo atrás y que había estallado justo en el momento menos oportuno.

-No sé si sea el momento. – Dijo Stear seguro que no sabía si hablar o no. Anthony lo observó a los ojos y supo que era algo grande e importante lo que tenía que decir. – Tú acabas de descubrir que eres hermano del que hasta hace unas horas era novio de la mujer que amas... perdón que ya no amas... - Dijo Stear con travesura y Anthony lo miró no muy conforme. - Y me imagino que en tú interior hay un sinfín de remordimientos removiéndose en tu alma. – Dijo el inventor seguro de conocer bien a Anthony. Anthony asintió con una mueca de lado.

-Aún me conoces… - Dijo Anthony simplemente. Stear asintió con una sonrisa melancólica.

-Anthony, ni tú ni Candy tienen la culpa de sus sentimientos. – Dijo Stear seguro de que Candy también amaba a Anthony. Anthony lo miró sorprendido porque sin haberle revelado lo sucedido entre ellos, Stear sabía que ella lo amaba. – Tal vez debas esperar un tiempo que las aguas se calmen y después pedir permiso al tío abuelo para cortejarla, tomarte tu tiempo para que ella sane la herida de la ruptura. – Decía el inventor sabiamente. Anthony lo miró a los ojos con culpa. - ¿Ya te declaraste verdad? – Preguntó Stear con visible resignación. - ¿Y ella qué dijo? – Preguntó Stear nuevamente.

-Nos confesamos nuestros sentimientos antes de que yo supiera la verdad. – Confesó Anthony a Stear. Stear suspiró comprensivo.

-¿Candy sabía que eran hermanos? – Preguntó de nuevo el inventor. Anthony asintió y Stear pudo ver que era algo que había lastimado a su primo. – De seguro ella quiso evitar un conflicto entre ustedes. – Dijo intentando excusar a la joven enfermera.

-Sé que no podía revelarlo, no le correspondía hacerlo, sin embargo me duele que me lo haya ocultado después de que… - Dijo Callando de pronto, había estado a punto de revelar que le había besado hasta la sombra. – Le confesara mis sentimientos… - Dijo suspirando cansado.

-Vamos Anthony, no es algo que no tuviese remedio. – Dijo Stear palmeando su hombro en señal de empatía. Anthony pensó en la honra de la rubia y la culpa lo golpeó un vez más ¿Cómo alejarse de ella cuando lo que debía hacer era arreglar todo para casarse con ella? – Como te digo tómense con calma su relación, y tal vez en uno o dos años puedan casarse sin problema alguno. – Dijo el inventor con tranquilidad.

-¿Uno o dos años? – Preguntó Anthony sintiéndose incapaz de estar lejos de ella tanto tiempo, mucho menos después de lo ocurrido entre ellos, su cuerpo le pedía su cercanía, le reclamaba aquel cálido refugio que hubo allanado llevado por el intenso amor y deseo que ardía en su pecho por ella.

-Es lo que Patricia tendrá que esperar por mí… - Dijo Stear seguro que Anthony la tenía más fácil que él. Anthony lo miró con curiosidad, sabía que su primo tenía algo que no le había dicho.

-¿Qué sucede Stear? – Preguntó Anthony enfrentándolo para saber lo que le sucedía.

-Llegué a Nueva York con la seguridad que hablaría contigo antes de enlistarme, pero el problema de Archie se extendió y no tuvimos tiempo de hablar… - Decía Stear intentando parecer más confiado y tranquilo de lo que realmente estaba.

-¿Enlistarte? ¿¡Acaso estás loco!? – Dijo Anthony ante la revelación que hacía el inventor por su locura.

-¿¡Loco!? ¿Por qué voy a estar loco? – Preguntó Stear indignado a su primo.

-¿Has escuchado lo que me acabas de decir? – Preguntó Anthony con molestia, no estaba para nada de acuerdo con lo que había hecho su primo. - ¿Has pensado en la posibilidad de morir en el frente de batalla? – Preguntó Anthony con firmeza.

-¡Por supuesto que lo he pensado! Pero no por ello tiene que ocurrir. – Decía Stear enfrentando la molestia de su primo.

-¿Ya te enlistaste? – Preguntó Anthony desesperado por la convicción que veía en los ojos de su primo.

-Aún no… - Respondió Stear desviando su mirada.

-¿Y qué te detiene? – Preguntó Anthony desafiante. Stear lo miró fijamente.

-Te digo que el problema de Annie y Archie se extendió más de la cuenta y…

-No… - Dijo Anthony interrumpiendo las excusas de su primo. – Sabes que no es así… - Dijo Anthony una vez más mirándolo a los ojos fijamente. Stear lo miró confundido. – Y sabes que yo lo sé… - Dijo de nuevo el rubio.

-¿A qué te refieres? – Preguntó Stear a Anthony.

-No estabas esperando consultarlo conmigo. – Dijo Anthony sin temor a equivocarse. – Porque estabas seguro que yo sería la persona más indicada para hacerte ver las consecuencias de una muerte innecesaria en la familia. – Stear abrió los ojos sorprendido, sabía que en el fondo esa era su razón principal. – Tú no eres de los que no evalúan las posibilidades, no eres de los que actúan sin razón, sé que eres un pacifista, pero también sé que eres un ser justo y noble capaz de sacrificar tu vida por tal de salvar la de los demás. – Decía Anthony con seguridad. Stear lo veía sorprendido por sus palabras, así como él lo conocía muy bien, Anthony también lo conocía a él. – Creo que yo debería de ser como tú, ambos deberíamos enlistarnos al frente de guerra y luchar por el bienestar de las personas que amamos, debemos impedir que se extienda más esta masacre injusta hacia el resto del mundo… - Decía Anthony cambiándole por completo el panorama al inventor.

-¿Deberíamos? ¿Pero qué te pasa Anthony? – Preguntaba Stear confundido. - ¡Tú no puedes ir conmigo! – Decía con sorpresa.

-¿Por qué no? Creo que sería lo ideal para alejarme de todos estos problemas. – Decía Anthony seguro, firme.

-¡Yo no lo hago para huir de problemas! – Decía Stear pensando que lo llamaba cobarde.

-Pero yo sí. – Dijo Anthony una vez más decidido. – Vamos, yo voy contigo, iremos a enlistarnos…

-¡Estás loco! – Dijo Stear soltándose del agarre de Anthony. Anthony lo miró fijamente. - ¿No has pensado en el dolor de tú padre? – Preguntó de pronto Stear. - ¡Él te sacó adelante! ¡Se enfrentó a los Ardlay para que sobrevivieras a esa lamentable caída! – Decía regañando al rubio por su falta de empatía con su padre.

-Ya tiene a Terry. – Dijo Anthony seguro de que su padre no estaría solo.

-¿¡Y qué me dices de la tía abuela!? – Preguntó Stear de pronto. – Ella sufrió mucho tú ausencia y digo tú ausencia porque sé que jamás te dio por muerto. – Decía nuevamente. Anthony lo miró sonriendo de lado. - ¿Y qué me dices de Candy? – Preguntó Stear a sabiendas que con eso sacudiría al rubio. En el rostro de Anthony se reflejó aquel golpe dado.

-Ella se recuperó una vez a mi muerte, podrá hacerlo de nuevo. – Dijo con frialdad, una frialdad estudiada por mucho tiempo, una frialdad que no sentía pero que debía sentir para enfrentar al testarudo de su primo.

-¿Es en serio? – Preguntó Stear indignado por sus palabras. - ¡Candy fue la que más sufrió tu muerte! – Dijo Stear sin poder creer lo que Anthony había dicho. - ¡La enamoras de nuevo! ¡Le confiesas tus sentimientos! ¡La ilusionas y pretendes dejarla de nuevo para irte a morir al frente! – Anthony lo miraba fijamente, esperando que él mismo se diera cuenta de la situación. - ¡No puedo creer que no pienses en el dolor que eso causaría en Candy, la destrozarías por completo, no sería capaz de levantarse, no creo que ella tenga la fuerza suficiente para pasar por ese dolor una vez más y…

-¿Y Patty si tiene esa fuerza…? – Preguntó Anthony de pronto, interrumpiendo su alegato de indignación. - ¿Tus padres soportarán la pérdida de un hijo? ¿La tía abuela resistirá a sus años una pérdida tan importante para ella? – Stear quedó en silencio repentinamente. - ¿Es justo para Candy vivir nuevamente ese dolor? – Preguntó por último, él sabía del amor tan grande que Candy tenía por sus dos primos y estaba seguro que eso la destrozaría irremediablemente. - ¿Y Archie? – Preguntó por último.

-Archie ya es grande y… - Decía sin encontrar una justificación lógica para continuar con su convicción.

-Nunca se es demasiado grande para no necesitar un hermano… - Dijo Anthony con seriedad, mirando a su primo quien comprendía hasta ese punto que Anthony solo lo estaba llevado hacia los extremos.

-Jamás tuviste la intención de enlistarte conmigo ¿Verdad? – Preguntó Stear para confirmar sus sospechas. Anthony sonrió de lado negando mientras lo abrazaba.

-No sería justo para nadie perder al inventor más importante de la familia Ardlay. – Le dijo Anthony sin soltarlo.

-Ahora deberé de hablar con Patty de nuevo… - Dijo rascándose la nuca avergonzado ya que esa noche había decidido despedirse de Patty explicando sus motivos para irse a la guerra. La había dejado muy triste por su confesión, ahora esperaba que lo recibiera después de haberla hecho llorar por tantas horas.

-Suerte con ello… - Le dijo Anthony a modo de burla, sabía bien que su primo era realmente adorable cuando se lo proponía y sabía que estaría bien con su novia. - ¿Qué ha sucedido con Annie y Archie? – Preguntó Anthony un poco más tranquilo.

-Papá y mamá fueron a hablar con los padres de Annie y ponerse de acuerdo en llevar a cabo la boda cuanto antes. – Respondió Stear tranquilo.

-¿Pero? – Preguntó Anthony a sabiendas que había un pero en aquellas palabras.

-Archie no está seguro si Annie quiere casarse con él. – Dijo Stear con un suspiro profundo. – Él cree que Annie suspira ahora por cierto rubio sinvergüenza que ha regresado a poner nuestro mundo de cabeza. – Dijo mirándolo con cierto reclamo en su mirada.

-Si quieres me regreso... – Dijo Anthony a modo de burla. Stear lo abrazó de nuevo.

-De ninguna manera ¿Quién aguantaría a Candy si no eres tú? – Preguntó con travesura, a sabiendas que la bella enfermera tendría a más de uno formado en la fila para pedirle matrimonio. Anthony suspiró al pensar en Candy, aún no podía creer que ella correspondiera a sus sentimientos, tanto así que había pasado los límites del pudor al arrancarle su pureza. – Aunque tengan que esperar un tiempo Anthony, ella te esperaría siempre. – Dijo Stear insistiendo que debían esperar un tiempo.

-No creo que Annie esté enamorada de mí. – Dijo Anthony cambiando el tema. Stear no se dio cuenta del motivo que tenía el rubio para desviar la plática de ese tema.

-¿Bromeas? – Preguntó Stear mirándolo a los ojos. – Annie jamás hubiera despreciado a mi hermano antes. – Dijo una vez más el inventor.

-Annie está dolida con Archie, no confía en él, en su amor, piensa que está con ella solo por el hijo que espera. – Decía Anthony seguro de los sentimientos de Annie.

-Anthony ¿De verdad no tuviste un acercamiento más romántico con Annie? – Preguntó el inventor un tanto indiscreto a su primo. Anthony abrió los ojos con sorpresa.

-¡Por supuesto que no! – Dijo Anthony un tanto indignado porque desconfiara de él. – Annie era la novia de Archie y yo sería incapaz de faltar al honor de un caballero. – Dijo seguro de ello. Stear lo miró fijamente como cuestionándolo por lo sucedido con Candy. – Con Candy no pasó nada hasta que ellos se habían separado. – Dijo sincero, y así había sido, los acercamientos de ellos no habían llegado muy lejos, aunque reconocía que Candy era la única mujer que lograba trastornar sus sentidos y muy cerca hubo estado de olvidarse que había sido una mujer comprometida.

-La fama que te antecede dice lo contrario. – Dijo Stear confesando que sabía la cantidad de mujeres que lo buscaban y que habían salido con él. Anthony suspiró profundamente.

-Es verdad que he salido con algunas mujeres. – Confesó Anthony a su primo. Stear lo observaba sorprendido. – Pero no he vuelto a tener nada que ver con alguna mujer comprometida. – Dijo recordando a Giovanna, sin embargo con aquella mujer todo había sido por un engaño.

-Estás diciendo que has tenido que ver con alguien comprometida. – Dijo Stear con travesura. Anthony negó sin poder evitar contar su experiencia en aquel barco solo que sin revelar nombres.

-Desde entonces me juré mí mismo que no volvería a tocar a ninguna mujer que estuviera comprometida y te confieso que me costó mucho cumplirlo cuando Candy apareció nuevamente en mi vida. – Confesó el rubio a su primo. Stear sonrió seguro que comprendía lo que decía.

Anthony salió de la habitación de Stear dispuesto a irse a dormir, había sido un día lleno de sorpresas que lo tenían agotado, sin embargo al pasar por la habitación de Candy hubo algo que le llamó la atención, y es que la sombra de la pecosa se vislumbraba por debajo de la puerta.

-¿Candy? – Llamó con un volumen de voz apenas audible, creyendo fielmente que la rubia estaría dormida, sin embargo cuando la joven enfermera escuchó la puerta abrirse corrió de nuevo hasta la cama donde se arrojó cubriendo su cuerpo con su salto de cama. – Creí que estabas dormida. – Dijo Anthony con dulzura, acercándose a ella para verla de cerca una vez más, sin embargo cuando se acercó a ella pudo ver en sus ojos que había llorado. - ¿Qué sucede pecosa? – Preguntó con toda la ternura que tenía en su voz para ella. Candy lo miró fijamente, en sus ojos había rabia, enojo, celos, frustración, miedo.

-¿Qué hace ella aquí? - Preguntó Candy de pronto. Anthony se sorprendió por la pregunta sin comprender a quién se refería.

-¿Ella? ¿A quién te refieres? – Preguntó Anthony sin comprender aún a quién se refería.

-Amelia ¿Qué hace ella aquí? – Preguntó Candy con dolor. Le dolían hasta las palabras que salían por su garganta. Anthony sonrió con ternura ante su cuestionamiento, no se imaginaba que la hubiera visto junto a él, ya que la hacía dormida.

-¿Estás celosa? – Preguntó con travesura intentando acercarse a ella, sin embargo Candy se hizo más atrás para evitar que lo hiciera. La mirada de Anthony se tornó seria por su rechazo, ambas miradas se encontraron desafiantes.

-¡Claro que no! – Respondió Candy mintiendo a su pregunta, no estaba celosa, estaba celosísima, ardía de rabia, celos y dolor de saber a aquella joven que era evidente amaba a su hombre estaba bajo el mismo techo que ella. Anthony sonrió con malicia de lado. - ¡No te rías Anthony! – Dijo Candy acercándose ahora ella a él, golpeando su pecho una y otra vez intentando desquitar el coraje que la invadía. Anthony detuvo los golpes de sus pequeñas manos pero que no por ello no le dolían sus repetidos golpes que le daba sin cesar. - ¡Eres malo! – Le decía nuevamente al sentir que había aprisionado ambas manos con las suyas.

-Tranquila mi amor… - Le dijo al oído con su voz seductora, Candy se negaba aún a que la tocara, intentaba sacar su rostro del acecho de su voz.

Anthony la atrajo a él y sintió el cuerpo agitado de Candy, era evidente que había estado llorando porque aún podía sentir los espasmos que quedaban en su cuerpo en señal de su llanto. El cuerpo de Candy se estremeció al sentir como Anthony la reclamaba una vez más para él. Ella intentó alejarse con fuerza de su agarre, sin embargo la fuerza de Anthony era mayor a la de ella misma, él la rodeó con ambas manos y ella lo empujaba para que no se acercara a sus labios.

Anthony besó su cuello intentando calmar el berrinche de la rubia, intentando explicarle que Amelia era solamente su prima y que no tenía ni había tenido jamás ninguna intención romántica con ella.

-¡Suéltame! - Decía Candy empujando a Anthony por el pecho, quien en la desesperación por acercarse ella la tomó por su salto de cama rasgándolo en el forcejeo. Candy se detuvo de pronto al sentir su cuerpo expuesto ante él, no llevaba nada debajo de aquella fina tela que se había puesto en cuanto se puso de pie.

La mirada de Anthony se dilató, se acercó a ella totalmente excitado, su cuerpo le pedía amarla nuevamente, mientras Candy lo veía con los ojos bien abiertos aún sorprendida por lo que había pasado. Se acercó a ella y Candy fue incapaz de rechazarlo una vez más, sintió como sus labios se apoderaron de sus aréolas rodeándolas con su lengua, jugueteando con aquellos botones que se erguían gustosos por la cálida humedad de sus labios, ofreciéndose en contra de los deseos de Candy, quien insistió una vez más en no permitir que él volviera a tomarla.

Anthony sintió una vez más su resistencia y terminó lo que había empezado, desgarró lo que quedaba de tela sobre su cuerpo mientras la acercaba a su hombría, sus labios se deslizaron por su cuello hasta llegar hasta su oído. Candy cada vez ponía menos resistencia, se maldecía ella misma por ser tan débil y dejarse llevar por la pasión que su cuerpo le exigía. Candy jamás hubiera creído que el deseo y el amor que sentía por Anthony fuera más fuerte que su convicción, quería rechazarlo, quería evitar que la tomara, sin embargo al mismo tiempo su cuerpo la traicionaba y su mente le decía que se rindiera a los frutos de su amor.

Anthony llegó por fin a su oído y después de besarlo con intensidad y sentir como el cuerpo de Candy se doblegaba ante sus caricias por fin habló.

-Amelia es mi prima… - Dijo Anthony con la voz más sensual que Candy hubiese escuchado jamás en su vida. La enfermera no sabía si era por el significado de esas palabras o por la manera que se las decía, que sintió que su cuerpo en ese momento respondió con más ganas a esos sensuales estímulos.

-¿Tú prima? – Respondió la rubia con una pregunta, incrédula aún de lo que decía Anthony. Anthony asintió sin dejar de degustar el lóbulo de su oreja, martirizando una y otra vez aquella fina capa de su piel, continuando con sus caricias a pesar de que él mismo se había recriminado su comportamiento, sin embargo comprobaba una vez más que era incapaz de alejarse de ella, la amaba y la deseaba tanto que no podía parar con sus caricias.

-Amelia Cornwell… - Dijo Anthony totalmente excitado.

El cuerpo de Anthony no pudo más, mucho menos cuando Candy cayó totalmente rendida a sus brazos, su cuerpo había dejado de poner resistencia y se abría ante él para permitirle sus caricias. Anthony sintió como la rubia respiraba con mayor tranquilidad, él no quería que creyera que sería capaz de engañarla mucho menos con alguien que él consideraba una hermana en su vida.

La levantó en brazos y se sentó en la cama con ella completamente desnuda en sus piernas, quitó las mangas de su salto de cama que era prácticamente todo lo que quedaba de aquella rosada prenda. Candy desnudó su torso con desesperación, necesitada también de él, sintiéndose aliviada porque la joven que había creído tenía algo que ver con él había resultado ser hermana de los Cornwell, una hermana que jamás había conocido, una hermana que no comprendía jamás que hubiese vivido lejos de sus hermanos, pero era otro de los misterios que tenía la familia Ardlay y que en esos momentos no tenía ganas de descifrar, lo único que tenía en mente era dejarse llevar por las caricias tan necesitadas de su amado Anthony.

Había pasado unas horas terribles pensando que él tan solo se había burlado de ella y en esos momentos tan solo quería sentirlo de ella. Anthony acariciaba su cuerpo con deleite, con ambas manos recorría sus caderas, su cintura, su espalda y volvía a llegar hasta sus glúteos, tocándolos con total descaro, seguro que aquella mujer que tenía encima de él era completamente suya.

-Anthony… - Gimió Candy al sentir que únicamente él jugueteaba con su dureza.

-Dime Candy… - Le respondió con sensualidad. Sabía que ella deseaba tenerlo dentro de su cuerpo.

-Por favor… - Dijo Candy con deseo. Anthony sonrió con malicia, humectando su entrada una vez más, logrando que la rubia contrajera su cuerpo ansioso esperando la estocada maestra.

-¿Qué pasa pecosa? – Preguntaba Anthony mientras observaba los gestos llenos de deseo de la rubia, maravillándose con su rostro de muñeca deformado por el placer.

-Te necesito… - Le decía Candy con pena, sin embargo cerraba los ojos como si con ello fuera menos vergonzoso lo que pedía.

-Aquí me tienes… – Decía Anthony con malicia, con un sensual juego que lograba la impaciencia de la joven que se removía intentando ella misma encontrar el camino que la llevaría nuevamente la gloria.

-Así no… Anthony… - Gemía Candy sin abrir los ojos.

Anthony la acercó a él por la nuca, susurrando en sus labios con sensualidad.

-Dime qué quieres Candy… - Le decía con deseo, mientras su mano continuaba explorando su cuerpo y con la otra la mantenía muy cerca de su rostro. Candy abrió los ojos necesitada, suplicante.

-Te quiero a ti… - Le dijo mirándolo a los ojos. La mirada de Anthony estaba completamente encendida, dilatada, deseoso de ella.

-¿Cómo…? Pídemelo princesa… - Le decía impaciente, quería escucharla decir que lo necesitaba, quería que le dijera que ella también quería tenerlo dentro como él quería estar dentro de ella, quería saber que se pertenecían mutuamente. – Dímelo… - Le decía besando su boca efímeramente. Candy gemía sin dejar de moverse, pero aún con la pena de pedir su gran deseo.

-Te quiero… dentro… - Dijo apenas audible. Anthony sonrió con malicia una vez más y con su mano libre se abrió paso en su interior, introduciendo su medio para estimular más a la rubia, el sonido de su cuerpo abriéndose paso en su intimidad sonó como el paraíso para el rubio. Candy gimió con ganas aferrándose con fuerza a su cuerpo, sintiendo como su interior se contraía con el deseo palpitante de aferrar su miembro en su interior. – Así… así no… - Decía sin dejar de disfrutar el candente estímulo.

-Relájate… - Le pidió Anthony besando sus labios lentamente, con un beso húmedo y largo, un beso que le permitía saborear sus labios y explorar el interior de su boca, mientras su mano la llevaba justo al punto exacto donde él sabía explotaría una vez más. Candy gimió con fuerza al sentir que el rubio hacía un gran trabajo en su interior mientras se resistía él mismo a penetrarla, su dureza dolía por la necesidad de entrar en acción, sin embargo quería complacer primero a su dama, quería darle todo lo que tenía, quería demostrarle que para él ella era lo más importante en su vida, quería observarla en el momento justo que llegaba al clímax y así lo hizo.

Candy se aferró con fuerza a su cuerpo, soltándose de su beso para disfrutar con ganas la culminación de aquel estímulo manual que pronto la hacía sacudirse frente a él mientras el rubio se maravillaba con las expresiones de gozo de su rostro. Se veía realmente hermosa arriba de esa zona prohibida a la que la había llevado nuevamente.

Una vez que la hubo complacido la bajó de su cuerpo y terminó de desvestirse, la llevó consigo frente a la cómoda y se colocó de espaldas a ella, observando ambos su reflejo. Sus miradas eran cómplices del momento, Anthony le hablaba con sus ojos y ella respondía a ese llamado, comprendiendo sin necesidad de hablar de las ganas que nacían en sus cuerpos.

Anthony con su antebrazo levantó la pierna de Candy sosteniéndola con el mueble tocador para tener mayor acceso a la entrada de su cuerpo. Sus miradas seguían fijas la una en la otra, Candy confiaba una vez más en él... se sentía plena, se sentía amada y nuevamente segura de su amor. Se aferró a su cintura y sin dejar de mirarla en su reflejo comenzó a invadirla, poco a poco se fue abriendo paso en su interior, provocando que Candy gimiera nuevamente aferrándose con fuerza al mueble para no desfallecer víctima de la pasión del momento.

Candy podía sentir en su interior aquel pedazo imponente y duro de su cuerpo crecer aún más en su interior, se sentía llena de él, necesitada, con sus caderas le anunciaba que estaba lista para la suave danza que comenzaba en silencio. Cerró sus ojos para abandonarse a la sensación de placer que le provocaban sus movimientos.

-Candy… - Susurró Anthony su nombre, Candy se estremeció ante el llamado de su voz. – Abre tus ojos… - Le dijo en su oído, de manera suave, lenta, mientras su cuerpo continuaba moviéndose en su interior.

Candy abrió los ojos una vez más, encontrándose con esa mirada oscurecida por la pasión, esa mirada que comenzaba a descifrar en el momento justo cuando estaban formando un solo ser. La mirada de Anthony era lava pura, sus ojos estaban cargados de deseo, un deseo incontrolable por ella.

-Eres hermosa pecosa… - Le susurró al oído, hizo sus cabellos a un lado y se apropió de su cuello, proporcionándole un sinfín de placer con el movimiento. – Me encantan tus gestos cuando te hago el amor… me encanta ver tu rostro disfrutando nuestro momento... - Le decía con voz ronca, sensual, una voz que invitaba al pecado.

Candy lo amó aún más. Lo había amado cuando era un adolescente, lo había amado en el dolor y en el recuerdo y hoy lo volvía amar como hombre, como el hombre apasionado que le había demostrado que era y que la llenaba ampliamente de total y pura satisfacción.

-Eres mía Candy… - Le decía mientras continuaba con las invasiones a su cuerpo, aumentando cada vez más ese extracto que alimentaba con su aroma las feromonas que invadían el ambiente.

-Tuya… - Decía Candy como si estuviera bajo un embrujo, mirándolo a los ojos, dejándose amar, dejándose controlar por la pasión que sentía en el momento.

-Y yo… yo soy tuyo… - Dijo Anthony con dificultad, intentando controlar su terminación que cada vez sentía más cercana.

-Mío… - Decía Candy sin dejar de verlo a los ojos. Anthony sonrió de lado satisfecho por lo que provocaba en su amante.

La mano libre de Anthony se coló entre sus piernas, buscando a ciegas ese órgano diminuto y eréctil que sobresalía de su entrada, comenzó a estimularlo y pronto las mejillas de Candy se encendieron de placer, su mirada seguía centrada en la de su amado príncipe de las rosas, quien la llevaba a la cima del paraíso, pudo sentir la humedad correr por su mano, su interior se hacía más estrecho y lo obligaba al mismo tiempo a liberarse. Anthony no pudo más y fue arrastrado por el clímax de la rubia, orillándolo a llegar al mismo tiempo que ella provocando una maravillosa sensación que casi lo hacía enloquecer de placer.

El momento álgido del placer contenido de Anthony llegó a su final cuando Candy lo aprisionó en su interior, manteniéndolo ahí dentro de ella sin movimiento, solo sintiendo la vibración interna de su cuerpo. Ambos estaban débiles, cansados, sudorosos, sus cuerpos víctimas del momento compartido. Anthony se aferró al mueble soltando por fin la pierna de la rubia, quien la necesitaba para equilibrarse, sus piernas temblaban aún por el clímax compartido.

Abrieron los ojos al mismo tiempo, sus respiraciones eran agitadas, pero aquella complicidad desarrollada en tan pocos días se hacía presente en su solo mirar. Anthony la abrazó con fuerza, con necesidad, con la misma necesidad que había tenido por ella todos estos años.

La levantó entre sus brazos y la llevó hasta la cama, la sabía cansada, era casi de mañana y ellos continuaban demostrándose la necesidad que tenían el uno por el otro.

-Descansa. – Le dijo Anthony besando sus labios con total ternura mientras la arropaba. Tomó los restos de su salto de cama y Candy sonrió tímida. – Te lo repondré. – Le dijo con una sonrisa cautivadora, sensual, una sonrisa que dejaba a Candy sin aliento y que la obligaba a unir sus piernas para controlar las palpitaciones que se presentaban sin ser invitadas.

-Desearía que te quedaras aquí. – Le dijo Candy con los ojos a medio abrir. Anthony sonrió con melancolía.

-Yo también desearía poder quedarme. – Le dijo mientras acariciaba su rostro. – Hasta mañana mi amor. – Le dijo para después salir de la habitación, seguro de que ya casi era hora de levantarse.

Anthony salió de la habitación cambiando su semblante, recordando de pronto las palabras dichas por Stear.

-Esperar. – Se decía en su interior, algo que no le gustaba en absoluto pero que comprendía perfectamente bien. – Tanto tiempo te he esperado y ahora que por fin estás a mi lado tengo que seguir esperando. – Decía molesto, sintiéndose frustrado y molesto con la situación. – Sería una tortura aún más grande tener que seguir esperando para estar definitivamente contigo. – Se decía mientras se daba un baño para después salir a montar un rato, necesitaba relajarse, necesitaba poner en orden todos sus pensamientos.

Pidió le ensillaran a un caballo, necesitaba alejarse un poco de todo, solo que esta vez procuró no tener el mismo arrebato de noches atrás. El caballo galopaba por los alrededores de la mansión Ardlay, mientras el viento que golpeaba sus rubios cabellos lo hacía relajarse un poco.

-Te amo Candy, te amo tanto y te necesito ya a mi lado. – Decía renuente, sin embargo aquel sentimiento fraternal comenzaba a golpear en su pecho, jamás se había imaginado que un día podría tener un hermano, mucho menos uno tan cercano a su edad, que maldita broma del destino lo había emparentado con aquel que también decía amar a su pecosa. - ¡Maldita sea! – Pensó apuñando el fuete con la necesidad de usarlo, sin embargo se contuvo a doblegar tan noble animal de esa manera.

Continuará…

Terminamos por hoy, espero les haya gustado este capítulo, porque la verdad a mí me gustó jajajaja. Muchas gracias por leer y llegar hasta el final.

TeamColombia:

Hola hermosas, creo que todas ustedes no comprendieron que Anthony está aún desubicado con tanta información que acaba de procesar, a pesar de todo le caló que Terry fuera su hermano de sangre y quieran o no el honor de ese tiempo no se compara con el que no hay hoy en día. ¿Por qué llevó a Candy a la mansión Ardlay? porque Candy es una Ardlay y Anthony cree que ella tiene más derecho que nadie incluso que él mismo a estar en esa casa por eso la llevó ahí. Anthony reaccionó molesto con su padre porque siempre criticó las mentiras de Elroy y él también le mintió. Espero que les haya gustado también este capítulo, les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.

Cla1969:

Ciao bella, spero che tu stia bene. Sì, è strano che Candy non abbia scoperto la relazione di Amelia, ma dal momento che non ha parlato con Anthony e Terry è molto arrabbiato con lei, nessuno credeva che non lo sapesse, nemmeno i Cornwell, quindi Anthony è stato quello che quando l'ha scoperto ha visto che stava morendo di gelosia ehehe. Bellissimo, grazie mille per aver letto e come sempre per avermi lasciato un commento, apprezzo davvero il tuo tempo. Ti mando un grande abbraccio e ti auguro un buon inizio settimana.

Silandrew:

Hola mi hermosa amiga, espero estés muy bien. Recordé una vez más que me pediste una advertencia antes de comenzar a leer, espero no te haya sacado de balance jijijii. El calor continúa entre ellos, creo que les será muy difícil contenerse de ahora en adelante jejeje. Tienes razón la manera en la que todos se enteraron de los secretos mejor guardados fue muy intensa para cada personaje. Creo que esta vez Candy se aguantó y aunque no quería hablar con Anthony este la terminó convenciendo de lo contrario, lo bueno porque si no quien sabe qué hubiera pasado. Muchas gracias por leer amiga, como siempre un placer leer tú comentario gracias por darte el tiempo de dejar un comentario. Te mando un fuere abrazo.

Rose1404:

Hola hermosa! Espero que estén muy bien, muchas gracias por preguntar, también estoy bien gracias a Dios. Por fin los secretos se revelaron (por lo menos la mayoría) Creo que se descubrieron de más esa mañana, sobre todo que Anthony y Candy han dormido juntos (bueno más que eso jajaja) Me gusta tú imaginación es una muy buena trama para otra historia? ¿O quedará bien con esta? jajaja. Gracias por leer y comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo.

Valentina:

Hola hermosa, espero que estés muy bien, pobre Candy ya está encasillada en dramática jajajaja. Gracias por comentar hermosa te mando un fuerte abrazo.

Valery:

Hola hermosa, tú si sabes Amelia es una chica con principios al igual que su primo y sus hermanos, lo ha demostrado más de una vez y aún así la siguen odiando snif. Gracias por confiar en ella, te mando un fuerte abrazo.

Mayely León:

Hola hermosa, gracias por darte el tiempo de comentar, espero que tu niña esté bien de salud y su inquietud sea parte de su edad. Creo que la confusión de Anthony fue lo que hizo que estuviera serio con la rubia, le dolió descubrir que tiene un hermano es normal su actitud, pero definitivamente sabemos que Candy no tiene la culpa de ello. Creo que al igual que el TeamColombia no confías en la pecas jajaja, bien dicen cría fama y échate a dormir jajaja no puedo negar lo que es, Candy siempre huye pero no siempre es por gusto. Muchas gracias por leer y sobre todo por comentar amiga, te mando un fuerte abrazo.

ViriG:

Hola amiga hermosa! ¿Cómo estás? Espero que muy bien, no te preocupes a veces nos es imposible comentar, pero me alegra que hayas podido dejarme un comentario, me encanta leer tus conclusiones. Tienes razón tronó la bomba fuerte, ambos sufrieron un shock con las revelaciones, la pobre Candy solo quedó en medio de ellos, y sí tienes razón mucho para digerir sobre todo para Anthony quien no se esperaba tener un hermano, nunca imaginó que su padre también le guardara secretos. Es verdad, creo que las cosas entre Candy y Anthony se han dado muy rápido y no han tenido tiempo de hablar entre ellos, tendrán tiempo de hacerlo? Debe ser difícil enfrentar una situación como tal, pero espero que Vincent sepa actuar como padre sin beneficiar más a uno u a otro. Me encanta y me alegra mucho que te des una vuelta por mis historias, espero que te gusten y me dejes un review al final de la lectura, o antes si así lo quieres. Te mando un fuerte abrazo amiga hermosa, bendiciones que tengas un feliz inicio de semana.

María José M:

Hola mi hermoso diablo desaparecido, ¿Cómo estás? Espero que muy bien, ya leí todos tus comentarios en los capítulos anteriores, me alegra mucho que hayas podido leer cada uno de ellos. Jajajajaja me alegraste el día con tu dicho, es verdad "A la prima se le arrima" dicen por ahí jajaja pero no, este no es el caso, Anthony es un caballero a pesar que en la época era común eso. Aquí en mi "rancho" hay una historia que dicen que una de las familias más poderosas de la región se negaba a casarse entre otras familias y que se casaban entre primos, lo que ocasionó que poco a poco fueron deformando sus facciones y cuando ves a uno luego lo identificas, y es verdad si se les nota mucho, solo que ahora si se casan con otras familias, creo que aprendieron la lección. Hermosa como siempre un placer leer tus comentarios, te mando un fuerte abrazo.

Julie-Andley-00:

Hola hermosa! Espero que estés muy bien! primero que nada quiero agradecerte que estés en la lectura y me dejes un comentario y segundo para promover tú historia, me dejó intrigada y sé que será una excelente historia porque eres muy cuidadosa en elegir una adaptación. Amiga, tienes razón todos los problemas son causa de los silencios y malos entendidos, puro asumir nada de preguntar. Te mando un fuerte abrazo y te deseo mucho éxito con tu nueva historia.

Guest:

Hola hermosa! Espero que estés muy bien, muchas gracias por tú comentario, espero que sigas hasta el final, te mando un fuerte abrazo.

Zafiro Azul Cielo 1313:

Hola hermosa! un placer leer nuevamente tú comentario, muchas gracias por ponerte al corriente, me halaga que te haya gustado hasta lo que llevamos, espero este capítulo también haya sido de tú agrado. Tienes mucha razón, de todas las historias que he escrito esta es hasta este momento la más intensa y te confieso que me ha costado un poco escribirla, por eso me alegra mucho cuando me dedican palabras tan lindas como es este caso, hace que todo esfuerzo valga la pena. Gracias hermosa por tus palabras, te mando un fuerte abrazo y te deseo una excelente semana.

Luna Andry:

Hola hermosa, ¿Cómo estás? Espero que muy bien y también espero que tengas un excelente inicio de semana. Creo que Anthony comprendió que Candy no tenía por qué hablar acerca de un secreto que era de su padre, sin embargo si le afectó mucho enterarse de todo, era normal. Candy es verdad, tiene que comprender que no es una opción para Anthony, ella es su mundo es todo lo que tiene, así lo considera él porque él ya la hace parte de su vida, esperemos que ambos sen conscientes de las consecuencias que tendrán que enfrentar para estar juntos. Ay sí amiga, aunque sé que no somos tantas como las de Terry y Albert, ya somos varias las rechazadas por nuestro dulce Anthony snif! jajaja. Bien dicho amiga, nunca falta un roto para un descocido, así decía mi mamá QEPD.

P.D. ¿Qué te pareció el pronóstico del clima?

Hermosas, disculpen la tardanza en mi actualización, me retrasé por mis actividades y porque dije "sino la piden no actualizo" jajaja no se crean, espero que estén todas muy bien, muchas gracias por estar al pendiente de cada actualización.

GeoMtzR

22/04/2024.