Hola hermosas, buen día. Espero que estemos muy bien todas y que hayan pasado un excelente fin de semana.
Agradezco a cada una de ustedes por estar aquí, les recuerdo que la historia no es para menores de edad o para personas sensibles al tema adulto, los personajes principales no me pertenecen pero la historia es de mi autoría, lo hago solo por diversión.
Gracias por comprender.
SEPARADOS POR LA SANGRE
Traición Inesperada
"La traición: Lo que más duele de la traición es que llega de quien menos lo esperas. La peor traición a uno mismo es no hacer aquello por lo cual te brillan los ojos".
CATORCE
El teléfono de la mansión de Chicago sonó muy temprano por la mañana. Archie era el único que se encontraba. La tía abuela se había retirado a Lakewood y su hermano últimamente salía sin decir hacia dónde iba.
-Joven Archivald, tiene una llamada. – Dijo el mayordomo con toda la elegancia que era posible de derrochar con su presencia.
-Muchas gracias Alfred. – Dijo Archie agradeciendo la atención del buen hombre.
Archie caminó hasta el despacho de la tía abuela donde habían tomado la llamada entrante.
-¡Hola traviesa! – Saludó el joven con una gran sonrisa al escuchar el saludo de aquella voz que tenía tiempo de no escuchar, lo había hecho sonreír de manera radiante. – Hace tiempo que no sabía de ti, pensé que cuando llegaran a su destino nos informarías de inmediato. – Decía el elegante joven mientras se sentaba en el sillón frente al escritorio. - ¡Por supuesto que tenemos ganas de verte! – Decía Archie sin dejar de sonreír, su rostro no podía ocultar que estaba verdaderamente complacido. – Pero creo que la que ya se ha olvidado de nosotros eres tú, porque ni siquiera tuviste la amabilidad de decirnos que habían llegado con bien. – Decía Archie con reclamo. – Por supuesto, Stear también, pero él no está. – Dijo una vez más al escuchar que le pedían hablar con su hermano. – Yo le diré. – Decía Archie con una sonrisa.
La llamada se alargó y Archie tenía una muy buena actitud por lo que hablaba, su sonrisa era genuina y sus palabras eran de verdadero amor y cariño a la persona del otro lado de la línea.
-Pronto iremos para allá. – Dijo Archie con seguridad. – Como te habíamos dicho teníamos un viaje a Nueva York, pero la tía abuela nos retrasó, Stear quiere consultar algo con una persona y yo quiero cambiar un poco de aires. – Dijo suspirando una vez más. – Estoy bien no te preocupes. – Decía intentando que así fuera, pero él sabía bien que su corazón seguía sangrando a pesar de las salidas que había tenido cada semana. – Hasta pronto… te queremos… yo le digo a Stear… - Dijo Archie para terminar la llamada.
Una vez que la llamada llegó a su fin el joven Archivald suspiró profundamente, recordó una vez más a Annie, se sentía herido por ella y a pesar de que había salido con otras jóvenes, era simplemente a pedido de la tía abuela, quien al enterarse que la joven Britter había despreciado a su nieto, se había dedicado a buscar en cualquiera de las familias poderosas de Chicago a una joven digna de portar el apellido Ardlay, pero para sorpresa incluso de él mismo ninguna de las jóvenes elegidas por la matriarca cumplía con las expectativas de Archie, quien se había puesto verdaderamente exigente con la manera en la que le gustaría que lo trataran, lo mimaran y le pusieran atención, algo muy parecido a lo que tenía con ella y que no había sabido valorar en su momento, creyendo que aquella actitud le asfixiaba, sin embargo ahora comprendía que era sumamente reconfortante saber que alguien estaba siempre dispuesto a estar pendiente de él y sus necesidades, alguien que lo cuidara y lo tratara bien haciéndolo sentir que era realmente importante, alguien quien lo amara de verdad.
Stear llegó a la mansión con un paso ansioso y algo impaciente y su hermano le salió al paso antes de que se diera cuenta.
-¿Qué sucede Archie? – Preguntó Stear al ver que su hermano le sonrió con travesura.
-¿Adivina quién llamó? – Preguntó Archie emocionado. Stear lo miró con un poco de fastidio, no estaba para adivinanzas.
-No lo sé Archie, ya dime quién. – Dijo Stear un tanto ansioso.
-¿No lo adivinas? – Preguntó una vez más el menor de los hermanos. La mirada traviesa de Archie lo dijo todo y el semblante ansioso y preocupado de Stear desapareció.
-¿¡De verdad!? – Preguntó con emoción. - ¿Cuándo? ¿Por qué no me dijiste? – Preguntaba a Archie con impaciencia.
-¡Porque vas llegando! ¡Y porque últimamente te vas quien sabe a dónde y tardas mucho en regresar! – Decía Archie como reclamo a su hermano.
-Lo siento Archie, tengo cosas qué hacer. – Dijo Stear simplemente como excusa. Archie rodó los ojos al ver que no le diría lo que salía a hacer casi todas las tardes. – Pero dime ¿¡Qué dijo!? – Preguntaba una vez más emocionado.
-Nada, que llegó bien y que espera que pronto cumplamos con el viaje que le habíamos prometido. – Dijo Archie de manera decidida, mirando a su hermano seguro de que ahora sí no había planes que la tía abuela pudiera cambiarles. El tío abuelo ya había aparecido y con ello podían viajar ahora sí y tomarse esos días que tanto estaban anhelando.
-¿Crees que sería bueno ir ya? – Preguntó Stear impaciente, él más que nadie tenía ganas de ir para hacerle una consulta a Anthony. Lo había retrasado bastante y cada vez tenía menos tiempo para decidirse.
-No veo por qué no, ella está impaciente por vernos, es más podría jurarte que jamás la había escuchado con tantas ganas de estar con nosotros como la he escuchado ahora. – Dijo Archie con emoción.
-¿De verdad? – Preguntaba Stear con duda. Archie asintió. - ¿Habrá sucedido algo? – Preguntó nuevamente intrigado.
-¿Pero por qué estaría pasando algo malo? – Preguntó Archie con impaciencia, lo que él quería era salir corriendo de Chicago y dejar de ser el soltero más cotizado y abandonado de la ciudad de los vientos. – Mejor piensa que ella también tiene ganas de vernos y que la ciudad de Nueva York la trató como estaba esperando y quiere compartirlo con nosotros. – Dijo Archie con emoción, esperando que lo que Stear decía fuese solo eso un mal pensamiento y no una realidad.
-Tal vez vio a Anthony. – Dijo Stear pensando en esa posibilidad.
-No lo creo Stear… además me lo hubiera dicho... - Dijo Archie pensativo. Stear lo miró y ambos suspiraron por la posibilidad que existía. – Creo que debemos ir de inmediato. – Dijo Archie caminando hacia las habitaciones para comenzar a organizar todo para su viaje.
-¿Qué le diremos a la tía abuela? – Preguntó Stear mientras seguía a su hermano.
-La verdad. – Dijo Archie convencido de que era lo mejor.
-¿Será prudente? – Preguntaba Stear sin dejar de avanzar.
-Creo que ya es hora de que ella esté enterada que Anthony está en Nueva York, ¿No lo crees Stear? – Preguntó Archie mientras elegía las prendas que llevaría a la gran manzana.
-Si es que no lo sabe ya. - Dijo Stear nuevamente, sabía que la tía abuela se enteraba de todo lo que hacían.
Stear además creía que todos deberían de saber la verdad, sobre todo Candy, quien era la que seguramente les reclamaría a ellos su deslealtad, porque él así lo veía una deslealtad que le hubieran ocultado que Anthony vivía y que tal vez, solo tal vez había la posibilidad quizá remota pero posibilidad al fin de que ellos se hubiesen encontrado caminando por ahí.
La tía abuela fue avisada del viaje de los jóvenes y no recibió con muy buena actitud el que Anthony estuviese viviendo en Nueva York en compañía de su padre y su nueva familia, le parecía indignante que el joven rubio no se hubiera reportado con ella.
-Después de todo lo que hice por ti Anthony. – Pensaba la vieja Elroy, apretando una vez más con fuerza el báculo que siempre la acompañaba.
La matriarca no creía que Anthony tuviera algo que reclamarle, ella había hecho todo por proteger su herencia y por protegerlo a él de las tonterías que hacía su padre y creía que el rubio debió de haberse reportado en cuanto había despertado. Pensó en la frialdad de la carta que le habían enviado los Cornwell y se imaginó que le reprochaban sus acciones.
-Fue por defender nuestro honor. – Dijo la matriarca con decisión, segura que así había sido, ya que perder la herencia ante el hombre que había lastimado tanto a su sobrina sería una deshonra para los Ardlay.
-¿Qué fue por nuestro honor tía? – Preguntó William de pronto, quien entraba al despacho donde se encontraba la matriarca. La vieja Elroy se tensó al escuchar la voz de su sobrino. Este la miró fijamente sabía que había algo que la estaba molestando, podía verlo en su mirada y en la manera en la que torturaba al pobre báculo que tenía entre sus manos. - ¿Es una carta de Stear y Archie? – Preguntó al ver que sobre el escritorio había una carta que claramente indicaba el apellido de los muchachos.
Elroy miró con sorpresa a su sobrino, no tenía intención de decirle acerca del regreso de Anthony, sabía que él también la juzgaría cómo lo habían juzgado los muchachos.
-¿Qué es lo que sucede tía? – Preguntó William con insistencia al ver la actitud de la mayor.
-Nada, nada William, no quiero que te preocupes todavía por este tipo de situaciones, primero quiero que recuperes del todo tu memoria. – Dijo Elroy intentando evitar aclarar las cosas. William la miró arqueando una ceja.
-Tía yo estoy perfectamente bien, y con la ayuda de los muchachos y George he trabajado muy poco. – Decía William Albert con tranquilidad. – Lo que si no me parece es que ellos aún no se enteren de mi identidad. – Dijo una vez más el joven patriarca. Elroy suspiró una vez más, cuantos secretos había en esa familia.
-Lo que sucede es que los muchachos avisan que van a Nueva York. – Dijo Elroy dando verdades a medias como siempre lo hacía.
-¿A Nueva York? – Preguntó Albert con inquietud ya que sabía que Candy estaba en aquella ciudad y su instinto de protector saltó rápidamente. - ¿Dijeron por qué? ¿Sucedió algo con Candy? – Preguntó William realmente preocupado por la rubia.
-¿Candy? ¿Qué tiene que ver Candy con todo esto? – Preguntó Elroy con molestia, el solo escuchar el nombre de la joven que él mismo había adoptado le generaba incomodidad, y más de pensarla en la misma ciudad en la que al parecer estaba viviendo Anthony.
-Tía, ¿Recuerdas que te dije que hubo un ángel en mi vida que me ayudó los días que no sabía mi identidad? – Preguntó William con ternura a la mayor, a pesar de su necedad y sus acciones él tenía un cariño muy especial por ella, ya que después de la muerte de sus padres y de su hermana lo había cuidado como solo una madre lo hubiera podido hacer. Elroy asintió a la pregunta del William. – Ese ángel fue precisamente Candy. – Dijo una vez más el rubio con una mirada de ternura a la mayor.
-¿¡Candy!? – Preguntó Elroy sorprendida con aquella revelación. William asintió.
-Fue Candy la que me encontró en el hospital que laboraba, estaba inconsciente y cuando el hospital dejó de atenderme y me echó a la calle, ella arriesgó su reputación y su trabajo desobedeciendo todas las reglas para llevarme a vivir con ella y no dejarme a mi suerte. – Dijo con el orgullo que él siempre había demostrado por el corazón generoso de la pecosa. Elroy lo escuchaba sin poder creer lo que Candy había hecho y no era que no agradeciera su bondad, sino que de todas formas no podía dejar de pensar en que había roto las reglas.
-Esa niña siempre ha hecho su santa voluntad. – Dijo Elroy sin dejarse vencer por la generosidad de la joven enfermera. William sonrió de lado con amor mirando a su tía.
-Gracias a ello yo estoy aquí tía Elroy. – Le dijo William besando su frente con cariño. Aquel beso desarmó por completo a la vieja quien sintió la calidez de su amor derretir su corazón, justo como cuando Anthony la besaba con ese mismo cariño que un día le había demostrado. Elroy suspiró recordando a Anthony y de cuanto lo extrañaba, sintiendo al mismo tiempo la necesidad de confesar a William lo que había sucedido hacía cinco años atrás.
-Gracias a ello estás aquí. – Dijo Elroy vencida por ese cariño que tanto demandaba. – William tengo algo que decirte. – Dijo Elroy con cierta duda en su voz. William Albert lo entendió así y la animó a hablar, sabía que había sucedido algo y que no quería decirle, creyendo que era algo relacionado con Candy.
-Tú dirás tía. – Dijo con todo el respeto que podía mostrar el patriarca. Elroy lo miró avergonzada por primera vez de sus acciones, a pesar de creer que había sido lo correcto en el fondo de su corazón algo le decía que había estado completamente equivocada.
-Hace muchos años, descubrí que Vincent había engañado a tú hermana. – Dijo Elroy a su sobrino, quien se sorprendió por la antigüedad del relato.
-¿Vincent? – Preguntó William Albert con sorpresa, creyendo incapaz que alguien que siempre había demostrado un desmesurado amor por Rosemary se hubiese atrevido a tanto. Elroy asintió.
-Ese hombre era un vividor William, algo que mi hermano jamás creyó, engañó a tú hermana con una cómica de teatro y Rosemary jamás se lo perdonó. – Dijo una vez más Elroy, mintiendo en lo último porque Rosemary había sido tan comprensiva y buena con Vincent que lo había perdonado, sin embargo los constantes reproches de la mayor a su sobrina era lo que no le habían permitido ser feliz.
-¿Por eso siempre lo has despreciado? – Preguntó William creyendo comprender lo que decía su tía.
-Por eso y porque era un simple marino sin futuro, un cabo venido a más gracias a las recomendaciones de tú padre. – Decía levantando el báculo al expresar sus ideas sobre Vincent.
-¿A dónde quieres llegar? – Preguntó William Albert a su tía, quien si no la apuraban era capaz de relatar cada uno de los días de su hermana junto a Vincent y solo eso porque los viajes de Vincent no los había viajado con él.
-Cuando Anthony sufrió aquel accidente estaba segura que sus intenciones eran quedarse con su herencia, por eso no permitía que se lo llevara de aquí. – Decía de nuevo la matriarca. Albert la escuchaba con atención, él sabía parte de esa historia, pero no todo el contexto. – Un día avisó que se llevaría a Anthony lejos… a Francia… para recibir un mejor tratamiento. – Decía incrementando su nerviosismo, por alguna razón Albert ya le ponía más atención a sus palabras.
-Tú me llamaste para decirme que había muerto… - Dijo Albert sin comprender lo que ahora decía la matriarca. La culpa apareció en los ojos de Elroy quien miraba a su sobrino con arrepentimiento.
-Era cuestión de días, de horas, el médico que lo había atendido me lo confirmó después. – Decía una vez más la matriarca con nerviosismo, mientras los azules ojos de Albert la miraban incrédulo.
-¿Nos mentiste? – Preguntó Albert con dolor en su mirada. Elroy desvió la mirada de la del rubio incapaz de sostenerla ante él.
-Creí que moriría. – Dijo Elroy intentando justificar su decisión.
-¡Pero no estuviste segura de que así fuera! – Dijo Albert indignado por el proceder de su tía.
-¡El médico me advirtió que Anthony no viviría! ¡Y que si lo hacía estaría impedido de por vida! – Decía Elroy levantándose de su asiento para golpear el piso con su báculo, una costumbre que hacía cuando sabía que estaba perdiendo el control y quería recuperarlo.
-Espera… ¿Has dicho que no viviría? ¿Entonces… Anthony… está vivo? – Preguntó incrédulo a la conclusión que había llegado de pronto. Elroy lo miró con sorpresa, bajando la mirada incapaz de negar a su pregunta. - ¿¡Cómo es eso posible!? – Preguntó levantando la voz, no quería faltarle al respeto a su tía, sin embargo aquello que le decía rebasaba todos los límites de la cortesía y el respeto. - ¡Todo este tiempo me hiciste creer que había muerto! – Decía Albert con molestia.
-¡Creí que así sería! – Decía Elroy con impaciencia, intentando defender lo indefendible.
-No puedo creer que Vincent no se hubiera comunicado antes conmigo. – Dijo Albert pensativo, él llevaba una buena relación con su cuñado, por eso él mismo había dado el permiso que requería para llevarse a Anthony de la mansión. Elroy desvió su mirada. -¿Lo hizo? ¿Lo hizo verdad? – Preguntó acusadoramente cuando vio la reacción de la mayor.
-Avisó mucho tiempo después, sin embargo no había nadie en Lakewood. – Dijo Elroy con pesadez en su voz. – Lo busqué por mucho tiempo, quería saber si realmente era así o era un invento de Vincent para obtener la herencia. – Dijo una vez más Elroy.
-¡Ya deja la herencia por favor! – Dijo Albert tomando sus cabellos y haciéndolos hacia atrás en señal de que estaba desesperado. - ¡No entiendes que Anthony está con vida y que nosotros, al menos nosotros. – Dijo refiriéndose a él mismo y a los muchachos. – no sabíamos que así era! – Dijo una vez más desesperado.
-Stear y Archie me acaban de confesar que hace dos años fue a visitarlos al Colegio San Pablo y que antes de ello fue a Escocia a buscarlos. – Albert respiraba agitado, se sentó sin poder creer lo que había escuchado.
-¿Está bien? ¿No tuvo ninguna secuela? – Preguntaba preocupado por la salud del rubio.
-No lo sé, no lo creo, él ni siquiera ha tenido la decencia de avisarme de su regreso…
-¡Obviamente no! – Dijo Albert mirando con molestia a la dama. - ¡Yo tampoco lo hubiera hecho si me enterara que me has dado por muerto y alejado de todas las personas que amo! – Dijo el patriarca levantándose de su sitio para comenzar a caminar de un lado a otro.
-William, no te permito que me hables así. – Dijo la anciana indignada. William la observó con la mirada fría, una mirada que había aprendido precisamente de ella.
-Tía por favor, no es momento que te comportes de esa manera. – Dijo Albert intentando no levantar una vez más su tono de voz. Elroy sintió un profundo dolor en su pecho, todo lo contrario al calor del amor que había sentido momentos antes. - ¿Dónde está? – Preguntó a Elroy, quería verlo también.
-Está en Nueva York, viviendo con ese hombre y su nueva esposa. – Dijo Elroy con molestia, detestaba tanto a Vincent que no podía siquiera mencionar su nombre.
-¿Vincent se ha vuelto a casar? – Preguntó Albert con sorpresa.
-Hace un par de años se casó de nuevo con una actriz de Broadway. - Dijo revelando que estaba muy bien enterada de lo que sucedía en la vida del padre de Anthony. - Es verdad cuando digo que es un oportunista. – Dijo una vez más la mayor.
-Hace muchos años que enviudó de Rosemary. – Dijo Albert con nostalgia. – Y supo mantener con vida a Anthony todo este tiempo, así que yo no le reprocho que haya intentado buscar ser feliz. – Dijo una vez más el joven, él mejor que nadie sabía lo que hacía la soledad a las personas. Elroy guardó silencio sin estar de acuerdo con lo que decía su sobrino.
En la central de Nueva York, Stear y Archie acababan de llegar a su destino, ambos miraban la multitud de personas que se movían a diestra y siniestra sin detenerse siquiera, todos con prisa.
-¿Le avisaste a alguien? – Preguntó Stear a su hermano.
-No, quería darles una sorpresa a todos. – Respondió Archie buscando entre las personas a alguien que les ayudara con sus pertenencias.
Una vez que habían subido al carruaje que los llevaría hasta la mansión, los dos hermanos sonreían impacientes.
-¿Crees que se alegren de vernos? – Preguntó Archie a su hermano.
-¡Por supuesto que si Archie! – Decía Stear seguro que así sería. – Hace tiempo que no nos vemos. – Decía el inventor con una gran sonrisa. – Por lo menos tendré la dicha de verlos por si parto rumbo a la guerra. – Pensó Stear con nostalgia, debía tomar una decisión casi de inmediato ya que llevaba varios días posponiendo sus intenciones.
La mansión de Nueva York era mucho más grande que la mansión de Chicago, más elegante también y con un jardín mucho más grande, el cual requería mantenimiento por parte de varias personas del lugar, quienes trabajaban sin descanso para que la mansión estuviera como si permaneciera habitable.
-Buenos días. – Saludaba Stear desde el carruaje a los empleados, quienes con extrañeza saludaban a aquel elegante joven que los saludaba.
-Stear por favor. – Le decía Archie con pena, no porque no quisiera saludar también, sino porque creía que era bastante vulgar gritar de esa forma desde el carruaje.
-Vamos Archie, hay que celebrar que estamos vivos. – Decía el inventor con verdadero entusiasmo. Archie rodó los ojos, sin embargo comprendió que la dicha de su hermano era porque también los había extrañado tanto como él.
-¡Papá! ¡Mamá! – Gritó Stear como niño pequeño bajándose del carruaje para entrar corriendo a la mansión.
-¡Stear! – Decía Archie olvidándose de todo el protocolo con el que habían sido enseñados desde pequeños. – Espera. – Decía el menor corriendo detrás de su hermano en busca de sus progenitores.
La carrera que iniciaron los jóvenes había sido en vano, ninguno de los que los había traído al mundo habían salido a recibirlos.
-Bienvenidos jóvenes Cornwell. – Saludó el mayordomo con amabilidad a ambos herederos.
-Louis, ¿Dónde están papá y mamá? – Preguntó Stear con ansiedad.
-Los señores salieron de paseo muy temprano por la mañana. – Respondió Louis con propiedad.
-Te dije que no era buena idea llegar de improvisto. – Dijo Stear en reclamo a su hermano.
-Tranquilo Stear, de todas formas llegarán en cualquier momento. – Dijo Archie seguro que así sería. – Louis, por favor ordena que lleven nuestras pertenencias a las habitaciones. – Dijo Archie con una sonrisa amable, el viejo mayordomo hizo una venia ante los jóvenes y se retiró del lugar.
-¿Crees que fue buena idea? – Preguntó Stear sintiéndose ahora incómodo por haber llegado sin avisar.
-¡Por supuesto! Recuerda que tú debes hacer no sé qué cosa y yo olvidarme de… - Dijo Archie sin decir el nombre de la joven Annie. Stear lo miró resignado.
-Jóvenes, acabo de recordar que dejaron este mensaje para el joven Archie. – Dijo Louis cuando regresaba de realizar el encargo de los jóvenes.
-¿Mensaje? ¿Qué mensaje? – Preguntó Archie tomando entre sus manos la nota que Louis le entregaba doblada. Stear estaba atento igual que su hermano.
-¿Qué es Archie? – Preguntó Stear con curiosidad.
-Gracias Louis. – Dijo Archie permitiendo que se retirara el mayordomo. – Es una nota Stear ¿Qué no lo ves? – Dijo una vez más el menor.
-¡Eso ya lo sé! ¿Pero de quién es? – Preguntó con travesura, aventando a su hermano por el hombro con complicidad, creyendo que aquel recado era el motivo de su repentino viaje.
-Es una dirección. – Dijo Archie inquieto, no sabía por qué le causaba inquietud aquella nota que había recibido pidiéndole que fuera a ese lugar. – Dice que vaya ahí de inmediato. – Decía Archie a su hermano.
-¿Quieres que vaya contigo? – Preguntó Stear seguro de ir con su hermano, a pesar de que había sido entregada la nota por parte del mayordomo no decía de quién era, ni estaba firmada, no quería que le sucediera algo malo por ser tan impacientes. Archie asintió, tampoco él tenía buena impresión de todo eso.
Los Cornwell se dirigieron hacía la salida de la mansión para pedir al chofer que los llevara a la dirección que estaba escrita en aquella nota. El chofer de inmediato preparó el coche y se dirigió a la salida de la mansión.
-Creo que debería copiar unos cuantos diseños de este auto para hacerle algunas modificaciones al mío. – Decía Stear sin dejar de observar a detalle cada uno de los interiores del vehículo tan elegante que pertenecía a la familia.
-Stear por favor, lo que tienes que hacer es deshacerte de ese viejo cacharro. – Le dijo Archie con burla.
-Tú no sabes apreciar lo que es un clásico. – Dijo Stear seguro que su hermano no valoraba su ingenio.
-¿Así le dices a lo viejo? – Dijo Archie con verdadera burla a su hermano, quien infló su nariz en señal de molestia.
-Eres un… - Decía Stear buscando las palabras adecuadas para reclamar a su hermano.
-Hemos llegado jóvenes. – Interrumpía el chofer el pleito de hermanos. Quienes de inmediato pusieron atención al moderno edificio que estaba frente a ellos.
-¿Qué es aquí? – Preguntó Archie mirando la imponente arquitectura del lugar.
El edificio que se encontraba frente a él ubicado en la calle Row en el centro de Manhattan, tenía pocos años que se había inaugurado.
-No lo sé Archie. – Dijo Stear como respuesta, observando maravillado la altura del lugar.
Los dos hermanos caminaron hasta la entrada del edificio donde había un pequeño recibidor.
-¿Se les ofrece algo señores? – Preguntó un joven de estatura media que los miraba con tranquilidad.
-Venimos buscando esta dirección. – Dijo Archie mostrando la dirección que les habían dejado en el recado.
-Por supuesto, es la academia de piano del señor Anthony Brower. – Dijo para alivio de los dos muchachos.
-¡Anthony! – Dijo Stear más aliviado, lo mismo que Archie quien sonreía porque realmente había estado inquieto.
El joven señaló indicando el piso al que debían subir y ambos hermanos caminaron hasta el elevador que los llevaría junto a su primo. La puerta del elevador se abrió y dio paso a un gran vestíbulo, donde había otro recibidor. La sonrisa de una elegante joven los recibió.
-¿Se les ofrece algo? – Preguntó con inocencia la chica que los recibía.
-Estamos buscando a Anthony Brower. – Dijo Stear mientras Archie miraba a todos lados explorando el lujo del lugar.
-Tomen asiento, el señor Anthony está ocupado con la señorita Britter, pero en unos momentos los atenderá. – Dijo la muchacha una vez más con amabilidad, como si Anthony estuviera esperando a ambos.
-¿Con quién? – Preguntó Archie como si no hubiera escuchado lo último que había dicho la joven. La muchacha lo miró con una sonrisa.
-Con la señorita Britter. – Dijo una vez más la joven indicando el lugar en donde se encontraba su primo.
El cuerpo de Archie se tensó de inmediato al escuchar el nombre de la joven que dos meses atrás lo había abandonado, después de haberle prometido que hablaría con sus padres para pedirla en matrimonio.
-Tranquilo Archie, no creo que sea la única señorita Britter que existe. – Decía Stear intentando calmarlo, se había dado cuenta del estado de conmoción de su hermano.
-¡Déjame Stear! – Dijo Archie impidiendo que su hermano evitara que interrumpiera la reunión que Anthony tenía con Annie en ese momento. La joven recepcionista desvió su vista como si no importara que interrumpieran a su jefe en ese momento.
Annie y Anthony estaban en uno de los salones frente a la recepción, ambos hablaban nuevamente de lo que sucedía a la joven pelinegra, quien con los ojos iluminados por cierta ilusión que nacía dentro de su corazón se dejaba llevar por el dulce sonido de la voz del rubio.
-¿Qué has decidido Annie? – Preguntó Anthony a la hermosa joven que lo veía con los ojos bien abiertos. Una sonrisa apareció en los labios de Annie, una sonrisa que mostraba un poco de esperanza en ese oscuro camino que se avecinaba por culpa de sus decisiones.
Anthony tomó la mano de Annie para besarla al creer que había interpretado su respuesta, sin embargo la joven aún no se decidía si aceptar o no aquella propuesta, a pesar de que era la mejor solución que había tenido en todos esos días, no le parecía justo hacerle eso a Candy ni a Anthony y quisiera o no también sentía que era injusto para Archie.
-¿Anthony? ¿Annie? – Preguntó Archie una vez que abrió la puerta, los rostros del rubio y de la joven se mostraron sorprendidos por aquella interrupción tan inesperada. - ¿Qué está sucediendo? – Preguntó Archie al poner su vista más detalladamente en la pareja que tenía frente a él, específicamente en sus manos que permanecían entrelazadas.
-¡Archie! – Dijo Annie con sorpresa, sintiendo que su corazón brincaba del susto y de la confusión mientras soltaba a Anthony como si estuviera haciendo algo malo. - ¿Qué estás haciendo aquí? – Preguntó la joven con nerviosismo.
-Eso es lo que yo debería de estarte preguntando a ti ¿No te parece? – Le dijo con rabia, con rencor, un rencor que se incrementaba en su pecho a medida que iba analizando la situación. Miró a Anthony con frialdad y este le sostuvo la mirada. - ¿Cómo te atreviste a tanto? – Le preguntó tomándolo de las solapas al creer que él había sido el motivo de su abandono. - ¿Desde cuándo me engañabas Annie? – Preguntó el joven Cornwell sin hilar sus palabras. - ¿Y te dices mi hermano? – Le preguntó a Anthony sin dejar a ninguno de los dos responder.
-Archie tenemos que hablar. – Dijo Anthony intentando zafarse de su agarre.
-¡Yo no quiero hablar! – Le dijo Archie a su primo como siempre tan impulsivo.
-Archie… - Dijo Stear intentando detener a su hermano, sabía de lo que era capaz de hacer.
-¡Suéltame Stear! ¡Deja pongo en su lugar a este par de sinvergüenzas! – Dijo Archie realmente dolido.
-Archie no te permito que insultes a Annie. – Le dijo Anthony defendiendo el honor de la joven que estaba muda observando el problema en el que se había metido e involucrado a Anthony, quien no tenía la culpa de nada.
-¡Tú te callas mal hermano! – Le dijo Archie lanzando un golpe al rostro de Anthony, quien por sorpresa lo recibió en sus labios, haciéndose hacia atrás intentando no perder el equilibrio.
-¿¡Qué te sucede!? – Preguntaba Anthony cubriendo su boca al sentir el sabor metálico de su propia sangre.
-¡Anthony! – Gritó Annie asustada, corriendo hacia el rubio para ver el daño que le había hecho su ex novio. Stear agarró con fuerza a Archie quien intentaba volver a atacar a su primo, quien no tenía la intención de regresar el golpe que le habían dado.
-¡Sí corre con tú amante! ¡Admira su lindo rostro, porque te aseguro que cuando termine con él no lo vas a reconocer! – Decía Archie mal interpretando cada vez más las cosas.
-¡No te permito que me insultes! – Dijo Annie levantando por fin la voz, le dolía que su tan amado Archie insinuara esas cosas tan sucias de ella y de su primo.
-¡Yo no te permito que alguien como tú…
-¡Ya basta! – Dijo Annie cubriendo sus oídos, quería desaparecer en ese momento del lugar. Stear soltó a Archie y rápidamente se dirigió a cerrar la puerta, sabía bien que lo que estaba sucediendo era posible que fuese escuchado por alguien más.
La recepcionista miró hacia un lado donde una joven rubia había utilizado cómo escondite y asintió para avisar que podía salir de ahí.
-Gracias. – Dijo la joven con amabilidad y después salió corriendo de ahí. – Lo siento tanto Anthony, lo siento Archie… - Decía para sí misma la rubia, mientras se dirigía hacia el elevador que la sacaría de aquel lugar, a pesar del remordimiento que sentía en su interior ella no podía permitir que Anthony echara a perder su vida con una responsabilidad que solo era de Archie y de Annie. – Sé que alguna vez me perdonarás por haberte traicionado. – Decía la rubia con dolor, mientras con su mano cubría sus labios para evitar que su llanto se descontrolara. Sus bellos ojos estaban realmente nublados por el llanto.
Corrió por las calles sin ver hacia donde iba, sus pasos la llevaban con rapidez que no se fijó que de pronto su cuerpo se estrelló con otra persona y fue a dar al suelo de manera estrepitosa.
-¿Te encuentras bien? – Preguntó aquel caballero de voz grave con el que había chocado. Extendió su mano para ayudar a la joven a levantarse, esta escondía su cara entre sus ropas incapaz de levantar su rostro porque había reconocido aquel timbre de voz. La joven rechazó el gesto y simplemente se levantó corriendo. El muchacho tan solo divisó los rizos rubios y el abrigo rojo que portaba aquella dama, sintiéndose confundido al creer haber reconocido a aquella jovencita.
-¡Espera! - Gritó para que se detuviera, sin embargo la joven no se detendría por nada del mundo.
En la oficina de Anthony continuaba aquel drama que había sido organizado con el único afán de romper aquella propuesta que el rubio había hecho a la pelinegra.
-Archie te prohíbo que sigas insultando a Annie. – Dijo Anthony colocándose frente a la joven como protegiéndola de las palabras que la atacaban sin piedad. Archie sonrió de lado.
-No tengo nada qué seguir discutiendo. – Dijo Archie como si hablara de una chica sin valor. – Creí ciegamente que eras diferente Annie, pero ya veo que no es así. – Dijo con saña, quería que ella sintiera aquel hierro encendido quemando el centro de su corazón, tenía semanas con aquella brasa incrustada en su alma desde el mismo día que se enteró que lo había abandonado. – No vale la pena pelear por ti. – Le dijo para dolor de la joven quien abrió los ojos ofendida por sus palabras, cubriendo su boca con sus manos mientras sentía que el aire se escapaba de sus pulmones.
Anthony no pudo más y soltó un fuerte derechazo en los labios de Archie, quien se fue de espaldas y lo único que evitó que cayera al piso fue el cuerpo de su hermano quien lo había recibido sin querer hacerlo.
-¡No Anthony! ¡Archie! – Gritó Annie asustada al ver que su ex novio comenzaba a sangrar del labio.
El cuerpo de Annie ya no pudo más, la respiración estaba cortada en su cuerpo, su corazón se sentía agitado y un fuerte dolor en su vientre la atacó provocando que se desvaneciera frente a los tres caballeros, quienes en su afán de ofender y defender el honor de la joven Britter no pudieron evitar que esta diera contra el suelo totalmente inconsciente.
-¡Annie! – Gritó Stear, quien fue el primero que se dio cuenta de lo que había sucedido.
Archie y Anthony de inmediato giraron su rostro hacia donde yacía desmayada la joven, Stear soltó a Archie, quien batalló un poco para incorporarse y colocarse cerca de Annie.
-¡Annie! ¡Damita! ¿Qué te pasa? ¡Contéstame! ¡Por favor! – Decía un arrepentido Archie que de pronto había olvidado todo lo sucedido al ver que su antigua novia había perdido el sentido sin saber por qué.
-¡Ayúdenme! – Dijo Anthony de inmediato, tomando a Annie entre sus brazos para llevarla de inmediato al médico.
-¿A dónde vas Anthony? – Preguntaba Stear abriendo las puertas mientras Archie ayudaba a su primo a sostener a la joven.
-Al médico es urgente que lleguemos ahí cuanto antes. – Dijo Anthony realmente preocupado por la joven, no era la primera vez que le sucedía esto, pero contrario a la primera vez ahora sí sabía el motivo de su desmayo y eso era lo que más le preocupaba.
-¿Qué sucede? – Preguntó la recepcionista al ver que sacaban a Annie cargando de la oficina, la joven se sintió mal de pronto.
-Cancela las clases de la señorita Britter y las mías también. – Fue lo único que dijo Anthony a la muchacha.
-¿Clases? ¡No entiendo nada! – Decía Archie con el peso de la consciencia caer cada vez más pesado sobre él. Anthony lo miró con molestia acusándolo con la mirada únicamente.
Los tres jóvenes corrían hasta el edificio del frente, era bueno tener un hospital cerca de ahí.
-¡Doctor! – Dijo Anthony al llegar a la recepción.
-¿Qué sucede? – Respondió el médico que anteriormente había atendido a Annie. - ¿¡Qué sucedió!? – Preguntó nuevamente indicando con su mano que le llevaran una camilla para asistirla de inmediato.
-Se desmayó de repente. – Dijo Anthony intentando explicar lo sucedido. El médico ya no preguntó nada más y de inmediato se llevó a la joven para examinarla.
Anthony estaba bastante serio, preguntándose cómo sus primos habían llegado repentinamente hasta el instituto, si eran muy pocas personas las que sabían que Annie estaba ahí con él y que no quería que Archie se enterara de su paradero. De pronto sus ojos se encendieron al imaginarse quien podría ser el culpable de haber abierto la boca.
-Anthony, ¿Nos podrías explicar qué es lo que está pasando? – Dijo Stear mientras veía cómo Archie a pesar de la preocupación que tenía no podía dejar de ver a Anthony con enojo. Anthony suspiró con cansancio.
-No es el momento Stear. – Dijo Anthony con molestia.
-¿Qué no es el momento? ¿Cuándo será el momento? – Preguntaba Stear insistente.
-¡No lo sé Stear! – Decía Anthony molesto, desesperado, estaba preocupado por lo que pudiera pasar con Annie, el médico ya había advertido que debía mantenerse tranquila y por lo visto el que Archie apareciera de esa manera no hacía que se tranquilizara.
-Anthony sé que no es buen momento, pero cómo están las cosas verás que es normal que estemos tan consternados por todo esto. – Dijo Stear insistiendo en saber qué estaba pasando.
Anthony caminaba de un lado a otro, no le correspondía hablar sobre lo que Annie estaba viviendo, era ella la que tenía que hablar directamente con Archie si quería hacerlo, porque sabía que después de lo que había hecho tal vez la joven no querría volver a saber de él en su vida.
Archie lo miraba molesto con los brazos cruzados, creyendo que era una persona desleal en la que no podía confiar más. Stear estaba entre la espada y la pared, manteniéndose en todo momento alerta porque parecía que podría desatarse otra batalla como la de la oficina de Anthony, tan solo por las miradas que se echaban uno y otro.
Después de haber mantenido un buen rato en silencio, el médico salió por fin del consultorio.
-¿Cómo está Annie doctor? – Preguntó Anthony de inmediato, logrando que Archie y Stear se pusieran de pie para escuchar también el estado de la joven.
-Necesito hablar en privado con el responsable de la señorita. – Dijo el médico con seriedad. Anthony lo miró fijamente sabía que algo malo estaba sucediendo y se culpó por ello.
-Ella no tiene a nadie en la ciudad doctor. – Dijo Anthony de inmediato.
-Lo entiendo, entonces debo hablar con el padre de la criatura - Dijo mirando a los tres chicos. Los ojos de Archie se abrieron de pronto igual que los de Stear, quienes miraron a Anthony de manera acusadora, incluso Stear había pensado que el rubio era el padre del bebé que al parecer estaba esperando Annie.
-¿Bebé? – Preguntó Stear con nerviosismo.
-¿¡Cómo has sido capaz de llegar tan lejos Anthony!? – Preguntó Archie intentando golpear a Anthony una vez más, este de inmediato se puso en guardia. Stear se interpuso una vez más entre ellos.
-¡Caballeros! – Dijo el médico con fuerza, deteniendo la disputa entre Anthony y Archie. -¡Esto es un hospital! Les pido por favor que guarden compostura, ahora entiendo por qué la señorita Britter no ha podido estar tranquila. – Dijo una vez más con reproche. Anthony miraba a Archie con dureza intentando reclamar su comportamiento. Archie estaba igual con Anthony porque creía que el rubio era el padre de la criatura que su ex novia estaba esperando. - ¿Y bien? – Preguntó el médico insinuando con quien tendría qué hablar.
-Él es el padre doctor. – Dijo Anthony señalando a Archie, quien abrió los ojos de manera espontánea al haber escuchado a Anthony. – Si grandísimo tonto, tú eres el padre del hijo que Annie espera. – Le dijo Anthony ya sin la intención de callar de todas formas el médico ya había descubierto el secreto de Annie y él no podía permitir que ni Archie, ni Stear pensaran mal de la ojiazul.
Continuará…
Llegó Archie por fin, para todas aquellas que no les gusta el personaje de Annie llegó la salvación? Solo falta ver qué sucede luego de que Archie no se comportó como el caballero que siempre es. Muchas gracias por leer hermosas.
TeamColombia:
Hola hermosas, como siempre son las primeras en comentar y al parecer las que más sufren de ansiedad y nervios por la historia, espero que no se vayan a enfermar. Muchas gracias por comentar y por leer me entretengo mucho descifrando sus comentarios jijiji. Les mando un fuerte abrazo con mucho cariño a cada una de ustedes. Saludos y buen inicio de semana.
Rose1404:
Hola hermosa, como siempre un gusto saber que están bien. Gracias por leer y comentar. Creo que los síntomas de Annie fueron evidentes jijiji la voz de la experiencia habla, sin embargo ella no supo interpretarlos. Tienes razón en aquella época era muy común que si alguien daba el "mal paso" los padres se deshacían de la criatura dándola en adopción y no hace mucho aquí en México sucedía también, a pesar que todo ha avanzado aún quedan muchos prejuicios arraigados. Candy no se molestó con Annie, lo que sucedió fue que se sintió mal porque Anthony le pidió que no lo delatara y le dolió más que nada eso. Muchas gracias por comentar hermosa, como siempre un placer leer tus comentarios. Te mando un fuerte abrazo amiga.
María José M:
Hola hermosa! Te juro que cuando leí que estabas a gusto lejos de los dramas de Candy y Anthony dudé de ti, te juro que me sentí triste porque dije que tal vez no te había gustado esta historia, que te aseguro a mí me gusta mucho, pero después leí entre líneas tu ironía. Tienes razón, ese fue el motivo por el cual Candy se molestó, por un momento temí que no se hubiera comprendido del todo. Gracias por comentar como siempre un placer leer tu perspectiva de la historia, confieso que me sorprende tu poder de la intuición jajaja. Te mando un fuerte abrazo amiga saludos!
Mayely León:
Hola hermosa, cómo estás? Espero que más tranquila. Estoy un poco abrumada con todo el hate que estoy percibiendo por Annie, es casi casi como el que las territanas tienen en contra de Susana, la verdad que jamás creí que casi el cien por ciento estuviera en su contra, me sorprende en verdad. Todavía no sé cuántos capítulos tendrá esta historia aún estoy escribiendo pero no creo que pase de los 40, no quisiera aburrir con tanto drama. Muchas gracias por escribir amiga, te mando un fuerte abrazo.
Luna Andry:
Hola hermosa! Cómo estás? No eres la única que no quiere que Annie esté con Anthony, no te preocupes yo tampoco lo quiero, pero el rubio y sus ideas, ya que no pudo convencer a Annie de avisar a Archie, así que quiso seguir siendo un caballero y salir al rescate, aunque esa no es la mejor opción para él. Archie ya llegó y se enteró de fea manera y Anthony sin deberla se llevó un premio por andar de ofrecido, ni modo no le pensó más para convencer a Annie y ser él o ella el que hablaran de frente con él. Espero que por lo menos hayas recuperado un poquito el aliento? Sé que no te gusta esta pareja me disculpo por ello. Gracias por comentar amiga, te mando un fuerte abrazo con mucho cariño.
Leydy:
Hola hermosa gracias por leer y comentar, te mando un fuerte abrazo.
Valentina:
Hola hermosa, gracias por dejar tu nombre. Creo que Candy sufre porque ama a Anthony y esto es inevitable, al manejar que hay amor entre ellos es inevitable que si hay una separación no sufra alguno de los dos, no es porque él se ocultó y solo él deba sufrir, ya que los sentimientos que se involucran no son unilaterales. Muchas gracias por comentar y estar pendiente de la lectura. Te mando un fuerte abrazo hermosa.
ViriG:
Hola hermosa! No te preocupes, aquí puedes comentar cuando tengas tiempo, a veces es imposible hacerlo y es comprensible. Annie salió embarazada pero Archie ya llegó solo que no en muy buenos términos, era de esperarse que se sintiera traicionado no solo por Annie, sino también por Anthony. Creo que Anthony si hubiera sido capaz de casarse con Annie si ella lo hubiese aceptado, sin embargo no lo hizo, además hay un punto en el que nadie ha reparado, Annie está sentida con Candy porque sabe que ella pidió a Archie quedarse con ella y eso es un punto que en lo personal me lastimaría mucho si me lo hiciera una amiga, aunque sé que es algo que se puede hablar y sabemos que Candy lo hizo con buenas intenciones, pero Archie obedeció solo porque Candy lo rechazó, en esta historia Archie se da cuenta que ama a Annie cuando ella se va o tal vez antes pero no lo admitía por eso estaba dispuesto a casarse con ella para reparar la falta que cometió con ella, pero bueno la trama se enreda y suben los ánimos jijijiji. Gracias por leer amiga y dejar tu comentario, te mando como siempre un fuerte abrazo.
Mia Brower Graham de Andrew:
Hola hermosa, bienvenida a este capítulo, espero que te haya gustado muchas gracias por tus lindas palabras, gracias por considerarme una buena autora, lo digo así porque tengo mucho respeto a las escritoras y sé que no podría compararme con ninguna de ellas, sin embargo escribir es algo que me gusta y por ello me inspiro con esta pareja, me alegra que te gusten mis historias y sobre todo que siempre estés dispuesta a leer y dejarme un comentario. Gracias por considerarme una amiga, ten por seguro que también te considero una. Te mando un fuerte abrazo hermosa!
MitsukiKat:
Hola hermosa! Cómo estás!? Espero que muy bien! Tienes toda la razón soy de México de Sonora para se exactos, y te confieso que el fandom de este lado está disminuyendo o por lo menos con las historias de Anthony aunque deja decirte que en los últimos cinco años he visto nacer a algunas escritoras acerca de esta pareja. Es una lástima que la violencia en nuestros países esté aumentando y que poco a poco vayan tomando control de nuestros lugares recreativos, en la ciudad donde vivo no hay eventos de este tipo solo aquí leo historias de Candy. Muchas gracias por la confianza que has tenido en mi, te confieso que también he pasado por muchos altibajos, sin embargo he encontrado en mis líneas un desahogo a ese sentimiento, busca algún interés que sea solo para ti, uno que disfrutes y hagas con gusto, escucha música, lee libros, habla con amigos cercanos, y ámate mucho, eres un ser valioso lo expresas en tus palabras. Te mando un fuerte abrazo hermosa y muchas bendiciones también!
Zafiro Azul Cielo 1313:
Hola hermosa! Gracias por leer. Tienes razón, los últimos capítulos están intensos. Anthony no está resentido con Candy, lo que sucede es que no quiere mostrar sus sentimientos y está mostrando una manera dura y fría de sacarla de su corazón, ha creado una barrera para no sufrir, sin embargo sabemos que no le surte efecto y pues a Candy menos! Creo que aquí todo sufrirán parejo, solo que unos duelen más que otros. Gracias por leer y comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo.
P.D. No te preocupes aquí estamos para desahogarnos jijijiji.
Lisbeth Haruka:
Konichiwa hermosa! ¿Cómo estás? Espero que estés muy bien, así es Anthony esta rompiendo corazones, algo que no estamos muy acostumbrados, creo que solo Elisa la ponen a competir con Candy (en la mayoría de los fic) pero aquí está sacando la casta que sabemos tiene. Jajajaja eres del team drama!? Creo que esta historia sí es para ti, generalmente no escribo con mucho drama, pero aquí creo que demostraré que sé lo que es eso, aunque nada intenso, nada de secuestros, asesinatos y cosas así, hasta ahora no me atrae esa línea. Anthony en su estado más salvaje, se antoja la verdad jajajaja. Te mando un fuerte abrazo amiga, espero que te haya gustado este capítulo.
Guest:
Te mando un fuerte abrazo amiga, gracias por leer y comentar.
Usagi de Andromeda:
Hola hermosa! Para muchos una total sorpresa lo que sucede con Annie, así es, está esperando una bendi del gatito y este se enteró de la manera menos adecuda, pobre tendrá mucho que pasar para perdonar sus errores. Creo que Anthony tomó esa decisión tan repentina cuando se dio cuenta que Candy y Terry "se aman" (bueno por lo menos él a ella) los encontró en una situación romántica y eso afectó su juicio y se dejó llevar por sus celos, insisto no es la forma pero él está convencido que Candy no lo ama. Creo que Terry tiene celos inconscientes de Anthony, él cree que Anthony siempre estuvo con Vincent y piensa que lo creen perfecto, así que tal vez está esperando encontrar sus defectos par exponerlo? Muchas gracias por comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo y un excelente inicio de semana.
Muchas gracias a todas y cada una de las personas que están al pendiente de la lectura, gracias por leer y permitirme entrar un rato en sus rincones para que disfruten de la lectura, les deseo un fuerte abrazo a cada una de ustedes y mis mejores deseos para esta semana que comienza.
GeoMtzR
08/04/2024.
