Aviso legal: Los personajes son de la Sra Meyer, la historia es una cliché que me inventé.

Los invito a mi grupo de Facebook : Las historias de May Jhonson.


~~~Amor Desastroso~~


— Debiste dejarme hablar con ella— dice, molesto.

Me encojo de hombros.

— Ella no pidió hablar contigo— respondo.

Él me mira de mala manera. No agrega nada más. Da a media vuelta y comienza a ir en dirección de la cafetería.

Lo observo hasta que se él tipo se encuentra dentro. Bueno, es hora de irme. Pero entonces recuerdo las palabras de Rosalie vienen a mi cabeza. Ella quiere que cuide a su novio.

¡Mierda!

¡Carajo!

Yo no era una puta niñera. Él tipo ya era lo suficientemente grande ara cuidarse solito. Además, yo no le debía nada a Rosalie Hale para hacerle el favor de quedarme a cuidar a su novio.

Me quedo ahí parada por algún tiempo. Al final, decido entrar, pero solo porque hoy es día de pie de manzana.

Cuando estoy dentro, veo a Rebecca, la hija de Sue; ella intenta coquetear con él cobrizo.Lo sé porque se ha sacado sus pechos y camina lentamente alrededor de la barra para que el cobrizo la note.

Mi sonrisa es amplia. Pobre Rebecca, imagino la decepción que se llevará cuando se entere que él se encuentra aquí para ver a su novia y que no tiene ninguna oportunidad con él.

Me acerco a la barra lentamente y tomo asiento a tres lugares de distancia del cobrizo. Luego me aclaro la garganta ara ser notada por Rebecca, quien seguramente sabe de mi presencia pero prefiere ignorarme.

— Hola, Rebecca— saludo ruidosamente.

El cobrizo me da una mirada disimulada, pero rápidamente se enfoca en la botella de agua que tiene por delante.

— Hola, Bella. ¿Qué deseas? —. Ella dice de forma grosera. Seguro que es porque estoy interrumpiendo su coqueteo.

Sonrío.

— Quiero dos pie de manzana para llevar, por favor.

Por un segundo su cara demuestra fastidio. Sin embargo me da una sonrisita de medio lado y luego se va a la parte de atrás de la cocina para preparar mi pedido.

Hago un ruido sobre la barra para llama su atención. No me mira.

— ¿Ahora estás acosandome?

¿Qué? ¿Quién se cree?

Me enojo.

—Por si no lo sabes, este es un pueblo pequeño y puedes encontrarte a una persona más de una vez al día. Yo soy libre de ir donde quiera, así que si no te gusta encontrarme por aquí será mejor que te largues de dónde quiera que hayas venido.

Está vez soy capaz de llamar por completo su atención porque me mira. Y para joder las cosas, me da una sonrisa moja bragas.

¡Mierda!

— ¿Siempre eres así de...

No termina de decirlo porque Rebecca ha aparecido con mi pedido en mano.

— Aquí está tu pedido, Bella.

Saco la pequeña bolsa de trapo que traigo en mis pantalones con algunos billetes. Los tomo y se los entrego a Rebecca. Dos segundos después ella está ofreciéndole el cambio.

Tomo mi pedido y estoy lista para largarme de aquí, pero entonces la puerta de abre y Rosalie Hale aparece en la escena.

Vaya, si que ha sido rápido.

— ¿Edward? — cuestiona la rubia, como si no se pudiera creer que si novio ha venido a buscarla.

— Rose — dice él. Se acerca a donde ella se encuentra, la abraza. — . He venido por ti para irnos a casa.

Rosalie niega y se separa de él.

— No voy a ir a ningún lado hasta que se acabe el mes de vacaciones. Ellos saben muy bien porque me encuentro aquí.

— No estarás hablando en serio— acusa él.

— Lo hago. Y no harás que cambie de opinión— responde ella.

Esto es demaciado cursi e incómodo para mí. No quiero ver a dos tortolitos reencontrarse y después discutir por cuando van marcharse de aquí. Lo mejor que puedo hacer para no llamar su atención es irme lo más silenciosa posible; pasaré por su lado y me iré de una buena vez al taller. Pero no es tan fácil porque la voz de la rubia interrumpe mi huida.

— Gracias por esperar, Isabella.

Asiento lentamente un par de veces.

— Claro, no hay problema. Seguro que tú novio estaba preocupado por ti.

Rosalie ríe y niega con la cabeza

— Oh, no. Edward no es mi novio sino mi primo.

Ahora Rebecca tendría su oportunidad.

— Pudo arreglar todo y hoy mismo estaremos en casa — suelta él cobrizo.

Rosalie mira a su primo y niega de nuevo con la cabeza.

— Por favor Edward, entiéndelo. Ya he dicho que no iré a casa, será mejor que regreses tú si así lo quieres. O puedes quedarte y hacerme compañía un par de días— dice ella, regresando su mirada a mí.

— Aunque tus padres saben que estás aquí, ellos se preocupan.

Rosalie rueda los ojos con fastidio.

— Sé que estás aquí porque mamá te lo pidió. Te libero de eso.

Él tipo me mira con desconfianza, así como cuando miras a alguien chismoso que se ha metido en tu conversación.

—No me iré de aquí sin ti— sentencia.

Ver su actitud me enoja. Odio a las personas que se siente con el derecho a ordenar. De manipularto porque quieren que hagas lo que a ellos les conviene o les apetece.

¡Maldita sea! Ella ya había dicho que no quería ir a ninguna parte con él. ¿Qué mierda tenía que hacer ella para que la dejara en paz?

Doy un paso al frente.

— ¿Cuánto tiempo estarás aquí? — Cuestiono en dirección de la rubia, ignorando al tipo.

Rosalie me mira un poco sorprendida.

— Un mes— responde de inmediato.

Asiento de nuevo con la cabeza.

— Quizá... ¿ te gustaría ir a tomar una cerveza el sábado?

Rosalie se queda callada por algunos segundos.Puedo ver qué hay sorpresa en su rostro por mi invitación.

— Sí, Sí. Claro. ¿Dónde? — cuestiona ella.

Estoy a punto de declinar mi invitación. En lugar, respondo:

— Al lugar que vamos no es muy lejos de aquí. Es la reserva La Push.

Rodalie asiente emocionada.

— Claro... Yo...

— Bueno pasaremos por ti a las siete.

— Oh, Sí . Te daré la dirección.

Me encojo de hombros.

— Claro.

Ellae da una dirección y se perfectamente dónde es, ya que es de los pocos lugares que hay en renta en este pequeño pueblo.

Me despido de ella y comienzo a caminar a la salida, no sin antes darle una mirada al tipo cobrizo. Él me mira enojado. No me importa porque he logrado que no se salga con la suya.


~~~~Amor desastroso~~~~