El Torneo de Lannisport

Summary: El Torneo de Lannisport se realizará para celebrar el reinado de Robert, lo que nadie esperaba era que los rumores sobre ella fueran ciertos, se decía que era la mujer mas bella de los Siete Reinos, y muchos nobles podrían dar testimonio de ello.

Ned Stark no permitía que nadie se le acercara o que ella estuviera sola, la vigilaba constantemente haciendo que Joanna a veces sintiera que era la prisionera de su propio padre, no es como si alguien fuera a raptarla o a comenzar una guerra por una niña bastarda incluso si todos decían que era demasiado parecida a su tía Lyanna o incluso mas hermosa que Ashara Dayne o la misma reina Cersei.

Nota: Debido a la falta de tiempo dispongo por los motivos laborales, no podré responder sus comentarios, pero ya pronto tendré un nuevo horario y podré hacerlo, así que no duden en decirme sus opiniones, e igualmente podré actualizar más pronto debido a este cambio de horario laboral.


William Mooton era un hombre cansado, también reconocía que era un poco cobarde, no le gustaba verse en vuelto en los grandes conflictos de los grandes señores, prefería dialogar antes que empuñar una espada, disfrutaba del buen vino y la compañía de sus hijas sobre la de sus capitanes y hombres de armas. No tenía cualidades estratégicas y era propenso a caerse cuando intentaba montarse en su caballo. Sí, ante los ojos de muchos, no era un señor que resaltará mucho, pero era un hombre leal, demasiado leal para el gusto de quienes lo conocían en persona, porque se daban cuenta de otra de sus cualidades o de su personalidad molesta, dependiendo a quien se lo preguntes como era la rectitud, la honestidad hacia sus amigos y el fuerte sentimiento del deber que a pesar de no disfrutar de la guerra, ni del juego de la política no significaba que se escondiera cuando el llamado de sus obligaciones y juramentos tocaran a su puerta.

Oh, él era un cobarde, pero una vez conoció a Rickard Stark, tal vez la primera persona, que había conseguido atemorizarle solo con su mirada, recordaba ese día, cuando los lobos de Invernalia habían descendido de sus gélidos páramos para el compromiso de Brandon Stark y Lady Catelyn Tully, intercambiaron unas cuantas palabras, pero nunca olvido como este insinuó que los verdaderos hombres valientes eran aquellos que enfrentaban sus miedos, luchar por lo que consideraba correcto incluso siendo devorado por sus temores era la verdadera valentía.

Y aunque William no lucho del lado de los rebeldes para vengar la muerte de Rickard, de su hijo Brandon, y aún menos para rescatar a Lyanna no significa que no sintió un gran dolor en su interior al saber el destino de ellos.

Pero juro lealtad a la casa Targaryen, lucho por el príncipe Rhaegar fallo. Era leal, así que cuando tuvo que arrodillarse fue la más grande humillación que había sentido dentro de él, no porque su príncipe había muerto, o porque el matarreyes había asesinado al rey Aerys, por los siete dioses debió haberlo matado mucho antes de toda esa locura consumiera el reino.

Se sentía humillado porque tenía que aceptar que las palabras de otros fueran ciertas, aunque en el fondo de su corazón pensara con fervor que no era cierto, tuvo que agachar la cabeza ante Robert y ver como este insultaba al príncipe de plata, él nunca iba a aceptar, nunca reconocería que su amado príncipe realmente hubiera raptado a Lyanna Stark.

Los dioses saben que Lyanna no sería la primera, ni la última mujer noble que intentaría huir de un matrimonio arreglado, o que engendraría un bastardo, el hijo de otro hombre.

Ni siquiera ese estirado y antipático de Hoster Tully no pudo evitar que su hija Lysa se acostara con Petyr - La niña estaba enferma - ja, ja, ja, si claro, William no sería el hombre más brillante, pero todos en la tierra de los ríos sabían el verdadero motivo del matrimonio apresurado entre Lysa y Jon Arryn.

William no era un hombre vengativo, pero le deseaba todo el mal posible a Hoster, el hombre le arrebato tierras, riquezas, ancestrales de su familia, es cierto, eran enemigos, pero ante sus ojos, fue William quien permaneció leal a la familia real.

¿Qué harás ahora Hoster? ¿Apoyarás a la nueva familia de tu hija? ¿Lucharás por los Stark? Si todos los rumores, mensajes y comentarios son ciertos, entonces Ned Stark ha ocultado a una princesa Targaryen, ¿Princesa o Bastarda? ¿Realmente importaba? Para William no, no le importaba porque pronto vería a esa vieja trucha tomar una decisión que claramente le dolería hasta la medula. Oh, como deseaba ver su expresión al saber que su buen yerno, su buen hijo, fue asesinado por el rey que ayudo a coronar.

Qué ironía era la vida misma. No culpaba a Ned Stark por ocultar a la niña, en cambio, estaba agradecido por ello.

Las cartas han sido enviadas, los cuervos han volado, rumor o no, lo cierto es que el torneo de Lannisport un viejo lobo ha sido despellejado por un rey que fue consumido por la locura - Quien pensaría que Robert de todas las personas, le afectaría tanto que una mujer lo rechazara - La guerra era inevitable. Tal vez incluso ya ha comenzado.

Su vieja armadura aún le sirve, las arcas de sus tesoros ya han empezado a usarse para la compra de sus suministros, comida, el heno para los corceles de guerra, la contratación de armeros y hombres libres. Ha convocado a sus hombres, y los albañiles han comenzado a reforzar sus murallas.

"Larga vida a la reina Joanna Targaryen" Pronuncio con entusiasmo, esas palabras, la copa de vino fue alzada mientras él observaba el horizonte. Estaba en la parte superior de su torre, observando, esperando las banderas enemigas, tal vez incluso de aliados. Mientras, en la punta más alta estaba el símbolo del dragón de tres cabezas, el blasón de la casa real, la única y auténtica.

William Mooton sabía que era un poco cobarde, pero también que era extremadamente leal.


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Si Lord Velaryon hubiera sabido que cuando partió al Torneo traería consigo a una princesa Targaryen, se hubiera asegurado de traer más que una simple galera para escoltarle.

Los dioses se burlaban de su persona, porque por primera vez en años sintió esperanza y esta parecía que podría irse por la borda debido a que sus perseguidores parecían no rendirse.

Dos Galeras de guerra Lannister le perseguían desde que abandonaron el puerto, ¿cuántos días más podrían seguir con este ritmo? Agradecería profundamente cuando consiguiera una tormenta, o al menos una marea salvaje que hiciera que estos leones se hundieran. Él era un Velaryon antes que aprendiera a caminar, ya sabía lo más importante sobre navegar. Tal vez un comentario algo presuntuoso de su parte, pero en estos momentos necesitaba toda la confianza posible.

"Debes dejarme atrás" Dijo con lágrimas en sus ojos la joven Joanna, Monford Velaryon miro a la niña con tristeza, la entendía, su corazón estaba partido y se encontraba confundida, la muerte de su padre adoptivo, el saber que toda su vida había sido un engaño para protegerla.

"No la dejaré atrás su majestad, la protegeré con mi vida si es necesario" Anuncio con vehemencia Ser Barristan Selmy quien se negaba apartarse de la niña, se había vuelto su sombra estos días en el barco.

"Deja de llamarme así, no soy ninguna reina, no soy majestad de nada, yo solo..." Intento controlarse, intento realmente no llorar, pero no pudo "Solo soy una niña, quiero a mi padre, por favor, solo quiero recuperarlo"

Nadie dijo nada, perder a un padre era difícil, saber que eres huérfana en todo sentido de la palabra era peor. Se encontraba lejos de su familia, la poca que tenía, su madre había muerto cuando ella nació, su padre quien la crio era realmente su tío, pero ella daría su vida solo por volverle a ver una última vez.

"Cuidado" Grito uno de los marineros, Domerica se abalanzó sobre Joanna cubriéndola con su cuerpo, una bola de fuego había caído desde el cielo. Monford miro con molestia, las naves Lannister se encontraban a tiro de sus catapultas, esto era muy malo.

"¡Remen con fuerza!, ¡remen bastardos!" Grito con fuerza, los hombres comenzaron a remar, no se detuvieron, las velas estaban desplegadas a su máxima capacidad, pero no parecían poder conseguir una distancia considerable.

El agua marina salpicó un poco su rostro, ese último ataque estuvo cerca, Joanna estaba asustada pero más que todo cansada.

"Domerica perdóname por arrastrarte a esto" Dijo la jovencita mientras miraba a su amiga que intentaba cubrirla, protegerla con su cuerpo. Domerica alzo la mirada, intento ocultar su sonrojo, y solo le sonrió "¿arrastrarme? Ya deberías saberlo Joanna, que yo te seguiré hasta el final, por ello necesito que seas fuerte por ambas, como siempre lo has sido, soy muy joven para que este sea nuestro final" luego soltó una pequeña risa risueña.

Joanna aprovecho la cercanía para abrazar con fuerza a su amiga, era su única forma de agradecerle tantos años de amistad. Domerica se sorprendió un poco ante aquel abrazo, pero antes que pudiera responderlo adecuadamente, su amiga se había separado, también se apartó de ella caminando hacia los remeros.

Muchos observaron en silencio, como la niña, aquella que habían empezado a referirse como princesa o reina, se sentaba al lado de uno de los marineros más agotados, tomo con sus manos el sujetador del remo, y aun sabiendo que su fuerza, energía no haría mucho la diferencia solo pudo decirles a todos "remen" e intento con todas sus fuerzas ayudar, luego Domerica se sentó a su lado y entre ambas intentaron generar la misma fuerza, la energía de aquel agotado marinero.


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El puente bajo a un ritmo lento, al menos en la opinión de Robb quien tenía los ojos rojos, falta de sueño, lágrimas derramadas por su padre, pero ante todo de rabia, enojo y deseos de justicia. Su padre había sido asesinado como un vulgar criminal, sin derecho a pronunciar palabra alguna en su defensa, el rey no le escucho, Robert Baratheon había asesinado ante los ojos de mil espectadores a quien en el pasado llamo su único hermano.

Vaya hermano, pensó molesto Robb, no sabía nada sobre sus hermanas, ninguna de ellas. La falta de noticias le estaba enloqueciendo, cuando llegaron donde los Mallister consiguió enviar un cuervo hacia su madre, al norte. Solicitando que se convocaran todos los abanderados, todos a las armas, muchos de sus señores que le habían acompañado en el escape - retirada - hicieron lo mismo.

Debería estar agradecido, reflexionó, al menos sus aliados, las perdidas eran mínimas, algunos hombres de armas y jinetes caídos, pero los nobles estaban a salvo junto con herederos que le habían acompañado.

Bueno, no todos, según los pocos testigos de lo ocurrido, Domerica Bolton, heredera de la casa Bolton, había escapado con su hermana Joanna - Dioses Joanna, ¿cómo estás, hermanita? - Necesitaba tener alguna noticia de ella, de su pequeña, su amada luchadora, su loba salvaje que siempre le acompañaba en todas sus aventuras cuando eran niños.

"Mi señor" Le hablo con voz suave, Dacey Mormont al ver que no avanzaba, el puente estaba por fin abajo, solo asintió cabalgo en silencio ingresando al hogar ancestral de su madre.

Aguasdulces era una locura, soldados corrían de un lado para otro, se podía observar a muchos campesinos dejando atrás sus instrumentos para trabajar la tierra para solicitar las lanzas, los arcos, las espadas y sus armaduras.

Las noticias debieron haber llegado rápido, pensó Robb, se preguntaba porque su abuelo no había salido a recibirles,

Pero vio el rostro sombrío de su tío Edmure acercándose, se alegró de saber que se encontraba bien.

"Sobrino"

"Tío"

Robb desmonto, camino hacia su familiar y se abrazaron brevemente "Lamento lo de tu padre"

"Se hará justicia, tío, créeme que no permitiré que su muerte quede impune" Ambos hombres asintieron, Edmure le ordeno a los sirvientes que preparan comida fresca para los caballos, una suave habitación para los acompañantes de Robb y una sopa de trucha caliente para calentar sus cuerpos del largo viaje, en la noche tendrían un breve banquete.

"¿Mi abuelo?" Pregunto suavemente Robb intentando que nadie más escuchara la pregunta, Edmure alzo la mirada brevemente esperando que nadie les prestara atención "Enfermo, temo que no sobrevivirá las semanas por venir"


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"No voy a esconderme" No iba a hacerlo, no lo aceptaría, se negaron a dejarla atrás cuando se los pidió y ahora querían esconderla.

Las galeras enemigas avanzaban a gran velocidad, había perdido la vela, no tenían forma de escapar, con los remos no iban a llegar muy lejos, solo se agotarían ahora, entonces solo quedaba luchar.

Pero todos habían decidido esconder a Joanna en los camerinos. Lástima que la niña llorosa de horas anteriores recordó que tenía sangre de lobo salvaje y se negaba a escucharles, o sería su sangre de Dragón, recordando a las princesas Targaryen que tenían un largo historial de hacer la guerra sobre los lomos de sus dragones, salvo que Joanna no tenía dragón alguno.

La niña estaba siendo imposible y Barristan estaba realmente pensando en encerrarla contra su voluntad, pero si todos iban a caer, si eran derrotados, qué finalidad tenía para ella esconderse, iban a hundir esta nave, matarían a todos dentro de ella, y principalmente su objetivo era la niña.

"No puedo creer que haga esto" Dijo mientras le entregaba una espada a la jovencita "¿sabes al menos como usarla?"

Joanna asintió dudosa "me viste en el torneo peleando"

"Esto no es un torneo Majestad, es la vida real" Barristan le recordó mientras la miraba fijamente y Joanna asintió en silencio.

Domerica le trajo las piezas de la armadura que había usado en el torneo, literalmente se montó al barco con esas piezas, pero se las había quitado en medio de sus llantos y la rabia que sentía por las mentiras, por los engaños las arrojo por toda su habitación, era una suerte que Domerica se aseguró de tenerlas listas.

Monford quería replicar, mostrarse en desacuerdo, pero sabía que una vez que abordaran su barco, los Lannister irían por todos dentro de la embarcación, sin importar su edad o género.

Estaban cerca, todos estaban listos para defender la aeronave, los remos Lannister se habían detenido, preparaban sus cuerdas para abordar la nave y los insultos de los marineros ya se escuchaban. Estaban a pocos metros, todos estaban armados, pero también cansados.

Joanna sentía que sus manos temblaban, que el miedo interno la consumía, no quería huir, pero sentía la necesidad de hacerlo, no se dio cuenta, pero había apretado con tanta fuerza la empuñadura de su espada que se estaba lastimando

Solo en esos momentos podía pensar en una persona - pronto me reuniré contigo papi- rezo en silencio a los dioses del norte, a los antiguos y en su opinión a los verdaderos.

Pero los barcos Lannister se detuvieron.

Se escuchó un leve sonido que se fue haciendo más y más fuerte, fue entonces que el grumete grito con todas sus fuerzas "Barcos en el horizonte"

Seis Galeras de guerra con el blasón de la casa Hewett se acercaban a ellos a gran velocidad.

Pero, ¿eran aliados o enemigos?


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Falia Flowers odiaba a muchas personas, tal vez la persona que más odiaba era a su madre Humfrey Hewett, tal vez por ello no soltó ni una sola lágrima cuando llego la carta de Lannisport firmada por Cersei Lannister de que los Norteños en su conspiración para usurpar el trono, bla, bla, bla, tonterías y demás. Dijeron que habían asesinado a su padre, que sus hermanas habían sido violadas, se habían suicidado por el deshonor - lo más seguro es que estaban muertas - asesinadas a manos de los Lannister

Ella quería bailar, quería celebrar con dicha, con gozo por aquella espléndida noticia, solo tuvo que organizar el arresto de uno y otro sobrino, pero no fue difícil, eran niños, bebes, que importaban ahora.

Si los norteños mataron a su padre, entonces debería ir a ofrecerle su cuerpo y su alma a Robb Stark, quien en teoría era el nuevo señor del norte, si trágica la muerte de Ned, pero a quien le importaba, claramente a ella no.

Su padre estaba muerto, sus hermanas desaparecidas, muertas, que importaba. Aprovecho su viejo amorío con el capitán de la guardia, tomo el control de la casa Hewett, tomo el control de la isla Escudo de Roble, pero la noticia más interesante fue que una bastarda Targaryen estaba en estos momentos navegando el mar del ocaso, que se ofrecía oro, tierras, títulos a quien la capturara.

En solo pensar en la idea, le generaba un sin fin de alegrías, sensaciones de dicha. Una bastarda haciendo temblar al trono de hierro, una bastarda sentada en el trono de hierro sonaba mucho mejor.

Tal vez moriría, la muerte era algo horrible que no deseaba, pero no iba a negar que no iba a seguir viviendo bajo la sombra de sus familiares ahora. Ella iba a dejar su marca en la historia, su nombre labrado en el corazón de sus enemigos.

Falia Flowers la bastarda que ayudo a Joanna Snow a conquistar el trono de hierro, cantarían canciones sobre ella.