Buenos días, tardes o noches, esta es la segunda parte de la historia de Gray y Juvia.

Espero que les guste la historia, recuerden que son 4 libros y apenas vamos en el segundo.

Pido una disculpa, pero me quede sin computadora, me apareció una pantalla azul, así que toco repararla, y me la tardaron bastante, pero lo bueno es que aquí estoy de vuelta.

Gracias por leer y espero les guste.


Disclaimer: Tanto la historia como los personajes no me pertenecen todos los derechos a sus respectivos autores, yo solo los utilizo para mi diversión.


Suavemente

Llega el tan esperado día de la boda. Por Dios… por Dios, ¡qué nervios!

Gray, empujado por mi madre y la abuela Nira, se marcha a casa de su hermano Gajeel para vestirse. Pobre… He visto por su cara que no quería irse, pero ha obedecido y no ha dicho ni mu. Según mi madre y mi abuela, no es bueno que nos veamos antes de la ceremonia.

Sé que se resiste a dejarme. Algo que me indica que no se fía totalmente de mí. ¿Temerá que salga corriendo?

Sonrío y, para que se vaya más tranquilo, le digo:

—No me perdería nuestra boda por nada del mundo.

Cuando se va, siento un gran vacío. ¿Por qué mi madre y mi abuela son tan pesaditas con las tradiciones?

Sólo permito que mi madre y Lucy me ayuden a vestirme. Quiero que ambas disfruten de este momento a tope. Y así es. Lo veo en sus caras, en cómo sonríen. Se emocionan mil veces y, cuando la peluquera me coloca el velo, mi madre llora.

—Ay, mi niñaaaaaaaaaa. Ay, mi Juviaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

—Mamá, por favor —me río—, que se me corre el rímel si lloro.

—Ay, mi niña, ¡qué bonita estás! ¿Llevas lo azul, lo nuevo, lo viejo y lo prestado?

Sonrío. Lo nuevo es el vestido. Lo viejo es la llave que la madre de Gray le regaló y que él me entregó a mí; me la he cosido al liguero azul. Y lo prestado es el conjunto de pendientes y collar que mi madre llevó en su boda.

—Sí, mamá, tranquila. Ya me lo has preguntado siete veces.

—Increíble, Juvia. Hasta pareces buena —suelta Lucy.

Eso me hace reír. Es lo mismo que pensé y o cuando me vi vestida de novia la primera vez. No sé si será por el pelo rubio o los ojos azules, pero, vamos, así vestida soy la virginidad personificada.

—Estás preciosa, cariño, ¡preciosa!

—Superdivinaaaaaa —se mofa Lucy.

Con los ojos anegados en lágrimas, mi madre entra en el cuarto de baño para enjugárselas y que no se le estropee el maquillaje y Lucy, mirándome, cuchichea mientras me coge las manos:

—Siempre había pensado que este día sería al revés. Yo vestida de novia y tú ayudándome a vestirme, pero…

—Ya llegará tu momento —la corto—. No seas tonta.

Ella sonríe y, suspirando, murmura:

—Me he vuelto muy selectiva. Ahora, o me hacen llegar a las seis fases del orgasmo por todo lo alto o directamente los descarto.

—¿Y si te digo que hay siete fases? Lucy me mira y, acercándose, susurra:

—Dime ahora mismo cuál es esa fase, Floricienta, o de aquí no sales viva. Nos miramos y, entre risas, murmuro:

—La séptima es la fase estrellada. —Y al ver cómo me mira, aclaro—: Tras la homicida, que es la sexta, Gray me ha enseñado a ver las estrellas.

—Joder con el maquinote de Gray… —se burla mi amiga y, sin perder su humor, añade—: Al final va a ser verdad eso de que los maduritos tienen su morbazo.

—Te lo aseguro.

—Vale… si tú has visto esa fase, y o también la quiero ver. Por lo tanto, y a te informaré de mis progresos orgasmales.

Nos estamos riendo cuando mi madre vuelve con nosotras.

—Ya verás cuando te vean tu padre, tus abuelas y tus hermanos —dice—. Ay, qué guapa estás, cariñooooooooooooo.

Contenta, me miro al espejo. Esa que está ahí reflejada so aún no me lo creo. Parezco una estrella de Holly wood con este peinado y este vestido, y espero que Gray se quede tan impresionado como mi madre.

Cuando salgo de la habitación, el primero al que veo es a mi hermano Bluenote esperando abajo, en el vestíbulo. Nos miramos y sonrío al ver que va de caballero Jedi. Está muy guapo. No esperaba menos de él, aunque no me quiero ni imaginar el disgusto de mi abuela Nira.

Con parsimonia, bajo la escalera y Bluenote viene a mi encuentro. Me coge la mano y, tras besármela, me dice:

—Hoy será un día largamente recordado por mí. Siempre has sido hermosa, mi princesa, pero hoy tu perfección se supera a sí misma.

—Amor… me superencantaaaaaaaaaaaa —exclama Lucy.

Me río. Mi hermano es la bomba y mi amiga, la leche… y, como si él fuera de la realeza, hago un asentimiento de cabeza y respondo:

—Caballero Jedi Bluenote Sky walker, me honran tus halagos, pero he de decirte que tú sí que estás increíblemente guapo.

—Me superencanta tambiénnnnnnnnnnn —se mofa Lucy. Mi madre pone los ojos en blanco y nos apremia:

—Vamos, dejaos de tonterías y bajemos a hacernos las fotos.

Entre risas, agarro la mano de Bluenote y entramos juntos en el salón, donde está el resto de mi familia que, al verme, se quedan sin habla.

—Bueno, ¿tan fea estoy ? —bromeo.

Mi abuela Nira se echa a llorar mientras mi abuela Ankie corre a besarme.

Mi padre se queda paralizado sin dejar de mirarme, mientras Acnologia sonríe y Bora dice:

—Estás que rompes la pana, hermanita. Espero que en la fiesta hay a bellezas como tú.

Poco después, todos felices, nos hacemos las fotos y cuando un Hummer blanco e impresionante viene a buscarnos, mi abuela Ankie, besándome, sentencia:

—Eres la novia más guapa del mundo, cariño. Sonrío y la beso y o también.

Subimos todos al coche. Mis hermanos y Lucy están flipados. No quiero ni imaginármelos cuando vean a algunos de los invitados.

Cuando llegamos a la 540 South Commonwealth Avenue me sorprendo al ver la iglesia tan bonita. Sólo había estado aquí una vez y era por la tarde. Nunca la había visto a la luz del día.

Mi familia baja del coche y comienzan a subir la escalera. Yo espero junto a mi padre a la Tata y a la pequeña Preciosa.

La niña corre a abrazarme. Esta guapísima con su traje de tul, elegido por Levy, y y o, encantada, me la como a besos. Cuando la suelto, la Tata me abraza. Me murmura al oído que espera que sea muy feliz y cuando se aparta, le dice a la pequeña:

—Pórtate bien, Preciosa. Y recuerda, tienes que ir delante de Juvia echando pétalos en el suelo, ¿vale?

La cría asiente y le dice adiós con la mano cuando la Tata entra en la iglesia.

—Hoy es uno de los días más felices de mi vida, resoplidos —dice mi padre mirándome sonriente—. Hoy te voy a entregar en matrimonio y espero que seas tan feliz como y o lo soy con tu madre.

Me emociono y resoplo.

Mi padre es de pocas palabras, pero lo que dice siempre me llega al corazón. Lo beso en la mejilla y noto en su abrazo lo emocionado que está. De pronto, mi abuela Ankie y Lucy bajan la escalera y mi abuela dice:

—Si antes te he dicho que eres la novia más guapa del mundo, espera a ver al novio. ¡Impresionante, mi niña! ¡Ese muchacho está impresionante!

—Mamáaaaa… —la regaña mi padre con cariño. De la mano de mi abuela, Lucy interviene divertida:

—En serio, Juvia… qué guapo, ¡qué guapo! Estoy por ponerte la zancadilla, quitarte el vestido y entrar y o del brazo de tu padre. Como se te ocurra decir que no cuando el cura te lo pregunte, te juro que me caso y o con él y veo las estrellas. Qué tío más guapooooooooooooooooooo.

Mi abuela suelta una carcajada. Al final, las dos me guiñan un ojo y se vuelven a la iglesia.

Cuando desaparecen de nuestra vista, mi padre me mira y pregunta:

—¿Preparada, cariño?

Asiento y tras animar a Preciosa a que camine delante de nosotros, los tres comenzamos a subir la escalera. Cuando llegamos a la puerta, me siento cohibida. La iglesia está a rebosar de gente y el órgano comienza a sonar. Veo a Preciosa y murmuro:

—Ahora tienes que ir hasta la Tata despacito y echando pétalos de la cesta, ¿vale?

La cría asiente, recorro el pasillo del brazo de mi padre, mientras los invitados, actores, músicos y cantantes me sonríe les sonrío a ellos. Esto no tiene nada que ver con lo que propuse de Las Vegas, pero me gusta. Reconozco que me gusta. Sin embargo, cuando veo a Gray, oh, Dios, ¡oh, Dios!, ya no puedo mirar a nadie que no sea él.

Madre mía, qué pedazo de hombre, de tío, de machote, ¡de todoooo! Y es mío, ¡sólo mío!

Está guapísimo con su frac negro.

¡Joderrr… cuánto me gusta!

¡Lo adoro! ¡Lo amo! ¡Lo necesito!

Su sonrisa y ver cómo me mira me llenan de felicidad. Por el amor de Dios, pero si hasta creo que me va a dar un infarto de placer. Nos vamos a casar. Estoy totalmente enamorada de Gray y él lo está de mí. ¿Qué más puedo pedir?

Cuando llegamos ante el altar, la Tata coge a Preciosa de la mano y la lleva junto a los Fullbuster. Yo los miro sonriente y ellos me sonríen también y me guiñan un ojo. Levy asiente contenta con la cabeza y leo en sus labios:

—Me superencantaaaaaa.

Mi padre me besa en la mejilla y en ese momento siento la mano de Gray sobre la mía. Me agarra con fuerza, con seguridad y, acercándome a él, me susurra al oído:

—Si no estuviéramos donde estamos, te arrancaría el vestido. Esta noche voy a poseer con deleite cada milímetro de tu cuerpo, caprichosa.

Guau, ¡qué calor!

¿Cómo me puede decir eso en un momento así? Joder, ¡que estamos en una iglesia!

Me humedezco al oír sus palabras y el muy granuja sonríe con cara de no haber roto un plato.

¡Para matarlo!

Pero feliz y contenta le guiño un ojo y él me lo guiña a mí. Después miro hacia delante y la ceremonia comienza.

¡Allá vamos!


Gracias por leer, espero cualquier Review que se agrecera.

¥Luthien¥