Bailemos juntos

Habían pasado varias horas de la partida a la expedición de caza por parte de Dillan y Tara, y el grupo comenzaba a inquietarse. No estaban tardando siquiera, rastrear una presa grande podía llevar muchas horas, pero el hecho de que el grupo estuviera dividido resultaba incómodo. Que aquel par de integrantes del grupo fueran los últimos en formar parte o la mayoría apenas el conocieran resultaba irrelevante. Habían pasado por demasiado en un escaso periodo de tiempo como para no sentir una hermandad natural para con ellos, para con todos.

Mantenerse ocupado era la forma más fácil y fructífera de apartar los malos pensamientos de la mente, y tras la conversación que Daryl había mantenido sobre los planes a corto plazo no tardó demasiado hacer un gesto a Mara para hablar con ella a solas. Le joven le indicó que esperase, no deseaba dejar a Sasha sola, así que espero a que Maggie se sentara junto a ella y unos minutos después se disculpó para ir en busca de Daryl.

Sin demasiados rodeos Daryl le comentó la propuesta de Eugene de fortificar aquella casa e instalarse durante algunos meses, especialmente pensando en la seguridad de ella y del futuro bebé.

—Lori viajó hasta salir de cuentas, por lo que sé. Si viajamos en coche, sobretodo en la caravana que tiene espacio, no será demasiado arriesgado para mí —comentó ella tras sopesar la propuesta—. Y de ese modo cabría la posibilidad de encontrar un mejor refugio. Algún sitio más apto y con gente…

—¿Aún te quedan ganas de encontrar un grupo al que unirnos? —cuestionó Daryl, un tanto sorprendido.

—No, ganas no tengo… —reconoció—. Pero no hay nadie que pueda asistirme en el parto si hay complicaciones —confesó. Alejándose un paso de Daryl tomó asiento en un elegante sofá de la sala—. No quiero ponerme en lo peor, pero no dejo de pensar en ello…

»Antes estaba Caleb, luego contábamos con Bob, pero ¿ahora? —Miró a Daryl negando—. Aunque Beth se haya preparado no está preparada para algo así. No si se complica, y podría pasar. Es decir, Caleb me dijo que todo estaba bien porque estaba sana y había pasado una década de… lo que me pasó, pero ¿y si lo que me pasó complica el parto?

»Descansar estos días aquí nos ha venido bien, a todos. Necesitábamos un descanso y algo de rutina sedentaria. Pero me sentiría más tranquila pensando que cada día que pasa queda menos para estar seguros para siempre. Si al final no lo logramos, si Hope llega cuando aún estamos en el camino no será porque no lo hemos intentado.

Daryl se había quedado de pie escuchando a Mara. Procuraba no pensar en el momento del parto, siempre que esa idea llegaba a su cabeza el recuerdo de Rick derrotado en el suelo al comprender que Lori había muerto regresaba a su mente. Pero escuchar a Mara hablar de ello le puso frente a lo inevitable, y como había temido no sabía qué hacer.

Tal vez debería haberse acercado a ella y decirla que todo iría bien, pero aquello le parecía estúpido y vació. No encontraba forma de tranquilizar a Mara porque tras escucharla él se hallaba incluso más preocupado que ella. Así que se limitó a asentir a sus palabras.

—Les diré que quieres continuar, que te parece lo más sensato en tu estado —declaró, y dando media vuelta se fue a buscar a Rick.

Mara se quedó confusa. En aquel instante, tras dar voz a sus temores, el temor y la incertidumbre recorría cada centímetro de su cuerpo y que Daryl se mostrara tan frio y pragmático la hizo sentir desvalida y un poco desdichada.

Se incorporó con pesadez e intento apartar todas aquellas sensaciones desagradables de encima, pero le resulto imposible.

Por fortuna Glenn entró en la casa anunciando la llegada de Dillan y Tara caza, lo que alegró a todos. No solo con su regreso sino porque por fin comerían algo fresco que no salía de una lata de conservas a punto de caducar.

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Daryl había tenido que ocuparse de preparar el pequeño ciervo para cocinarlo. Dillan estaba haciendo una autentica escabechina con el animal, cuando le arrebató el cuchillo.

—Observa —indicó, tomando el machete de caza con la hoja hacia la parte externa de la mano, junto al meñique y con dos rápidos movimientos cortó la piel del animal sin llegar a rajar los músculos y comenzó a tirar con fuerza, despellejando todo el costado.

Dillan dio un par de pasos atrás, sin dejar de mirar como Daryl maniobraba de forma mecánica con el cadáver de aquel animal, para dejarlo listo para ser cocinado. Tardó una décima parte del tiempo que a él le hubiera tomado.

Aquella comerían estofado de ciervo con raíces y carne a la brasa. Tanta como le cupiera en sus estómagos, pues no tenían forma de conservar aquella comida por más de un día.

En cuanto el fuego estuvo listo y se comenzó a cocinar Daryl fue a limpiarse las manos manchadas de sangre, reparando justo después que Mara no estaba en ningún lado. Había estado apartado de ella después de su conversación, pero siempre la tenía localizada, aunque fuera a distancia, hasta aquel momento.

Por un instante sintió una punzada de pánico al mirar a su alrededor y ver que junto a la chimenea de la gran sala todos estaba casi celebrando la futura cena, menos ella. Entonces reparó en el intenso olor de la carne al fuego y soltó aire más aliviado. Salió de la estancia y pensó donde podía encontrarla lejos de aquel penetrante olor. Se encaminó escaleras arriba y no tardó en dar con ella en la biblioteca, con la nariz hundida en el interior de una viejo libro encuadernado en cuero.

—Creo que lo único que puede mejorar el olor a celulosa y tinta de los libros es el de la encuadernación del cuero —comentó ella al verse descubierta—. Si fuera posible me llevaría todo este lugar allá donde fuéramos.

Daryl había olvidado la última vez que Mara le había dicho algo tan banal como aquello.

—Puedo subirte algo de comer cuando esté listo, el salón tardará un día en dejar de oler a churrasco.

—Solo me molesta cuando se quema, pero quería prevenir. Bajaré en un rato —dijo acariciándose la tripa.

—Está bien… —se sentó a su lado en el diván que ocupaba Mara.

—¿Daryl? No intento hacerme la fuerte, no he dicho que quiera irme por no ser un problema ni nada así —dijo ella entonces.

—Lo sé.

—Entonces, ¿por qué estás molesto conmigo? —Daryl la miró extrañado y negó—. ¿Entonces? ¿Es por Carol? Creí que no querías hablar de…

—No estoy enfadado, no has hecho nada —aseguró.

Era cierto que no habían hablado de la perdida de Carol. Él pensó que Mara la mencionaría e intentaría que él se desahogara con ella, pero tan solo guardó silencio e intentó reconfortarlo mediante su contacto, con caricias y leves abrazos abrazos no pedidos, pero si necesitados. Justo lo que quería, porque dar voz a lo que sentía no se le daba bien, y en aquellas circunstancias no tenía sentido. Se había ido y no había palabra alguna que lo pudiera cambiar ni hacer sentir mejor, ni dicha ni escuchada. Así que agradecía que Mara no hubiera actuado como ella hubiera requerido sino como él necesitaba.

Cuando giró el cuello para observarla ella le miraba confusa y dolida.

Se sintió culpable, y sobre todo superado. Bajó la cabeza y se cubrió la cara con las manos.

Mara se incorporó hacía él, preocupada por su comportamiento y le acarició la espalda pegándose a su costado.

—Daryl… —susurró.

—¿Cómo lo voy a hacer? —declaró con voz queda—. Ni siquiera Rick la pudo salvar, no podía hacer nada. ¿Qué voy a…?

Pese a lo parco de sus palabras, Mara intuyó cual era la angustia que sentía Daryl y el por qué de su comportamiento anterior.

—Yo también tengo miedo, tampoco hay nada que pueda hacer —confesó emocionada—. Solo confiar en acertar con lo que decida.

Daryl cerró los ojos bajo sus manos, asintiendo en silencio. Eso era lo que él le debía haber dicho hacia un par de horas, no solo asentir y largarse. Debía haberla abrazado y demostrarla que pasara lo que pasase estaba a su lado, lo estaría siempre, hasta el último segundo. Pero sentía que no era capaz, que la situación o sencillamente la responsabilidad le quedaba grande. Sin embargo, se giró hacia ella y la rodeó entre sus brazos no porque quisiera reconfortarla o darle apoyo sino porque él lo necesitaba.

No habían tenido tiempo ni lugar para abrazarse, no de verdad y ni por un tiempo de más de dos segundos. Y en aquel momento Daryl fue consciente de cómo necesitaba aquello. Necesitaba aquel contacto cercano y casi íntimo con Mara, necesitaba sentirse en su hogar y aferrarse a ella, y no para protegerla sino para cobijarse, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello la estrechó con más fuerza reconfortándose en cómo ella hundía sus dedos entre su cabello y lo consolaba.

Todo había sido un caos desde hacía demasiado tiempo, incluso desde antes de perder la prisión, cuando la gripe se propagó por los pabellones y la muerte acechaba de forma invisible. La escasa calma que habían podido disfrutar desde entonces se había producido en la terminal, donde en lugar de encontrarse a salvo eran presa de una macabra conspiración sin saberlo y que había provocado la perdida de tres miembros del grupo, entre ello una de las personas a las que Daryl más unido se había sentido a lo largo de toda su vida y a la que apenas había podido llorar porque el bienestar de alguien a quién aun no había podido conocer le preocupaba más que ninguna otra cosa. Y esos instantes junto a Mara, al igual que cada segundo de calma que arañaba a esa vida incierta eran su único consuelo, demasiado efímero e insatisfactorio pero siempre necesario para no perder la cabeza.

—Sé lo que sientes —susurró Mara—. Me sentí igual cuando perdí a Megan. —Daryl se alejó un poco y la miró a los ojos—. Sé que estás cansado de tanta muerte y te sientes superado, pero no podemos rendirnos aún… todavía no.

—¿Sigues pensando que Five estaba en lo cierto? ¿Qué ese lugar existe y será seguro? —preguntó Daryl—. Porque eso es lo único que tenemos para continuar, sin eso no importa quedarnos o movernos, no hay seguridad alguna, y aquí por ahora estás más segura…

—Sí, creo en ese lugar, porque él sabía que estaba embarazada y decidió llevarme, de no tener plena convicción no se hubiera arriesgado, no me hubiera arriesgado a mí.

—Sigo sin fiarme de Eugene —confesó—. Algo no me cuadra en él, en lo que dice y hace.

—Dijiste eso de la terminal… —recordó ella, sintiendo un escalofrío.

—No creo que sea peligroso —intentó tranquilizarla—. Aunque pienso que nos oculta algo.

—Bueno, si no es peligroso algo menos que temer —intentó bromear Mara, mostrando una leve sonrisa, en un vano intento de animar a Daryl. Él suspiró con cierto alivio porque Mara mostrase ganas de bromear y la besó en la frente sujetándola por la nuca con fuerza.

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Todos estaban reunidos en el gran salón presidido por la chimenea donde habían cocinado el venado. Abraham que había pasado los últimos días descansando de su herida y operación por fin se encontraba con fuerzas como para levantarse y reunirse con los demás, lo que subió el ánimo en general. Su recuperación era prácticamente un símbolo, significaba que se estaban recuperando del golpe sufrido, que iban a reponerse y a continuar.

La noticia de que saldrían de nuevo en su particular éxodo era conocida por todos, y palpable en el rostro contrariado de Eugene. La única persona que no parecía contagiarse por el buen ánimo era Sasha que seguía arrastrando el pesar de haber perdido a su Bob y a Tyreese de forma tan seguida. Sin embargo, Beth tuvo la idea sentarse junto a ella cargando con Judith, a la que animaba a interactuar con su amiga. No había pesar que un la risa de un bebé no pudiera aplacar.

Las refinadas bandejas de plata que habían servido a los socios de aquel club de campo ahora iban pasando de mano en mano para que cada uno de los supervivientes se sirviera, regando la comida con las reservas de vino que habían encontrado en la bodega.

—Dentro de dos horas todos estaremos durmiendo la mona —dijo Maggie.

—O seguiremos bebiendo y bailando —apunto Glenn.

Rieron.

—Aguantaré despierta lo que sea necesario por ver a Daryl bailar —dijo Mara.

Rieron aún más, y más aún cuando Daryl negó con la cabeza sirviéndose al servirse un nuevo vaso de vino.

—No hay suficiente alcohol en el condado para eso —dijo él.

—Beth, deberías cantar algo —propuso Carl, que había tomado asiento al lado de Sasha para jugar con su hermana.

—Claro —dijo Glenn.

—Sí, venga —la animó su hermana.

La joven se puso colorada.

—Las crónicas contarás que este fue una gran día en mitad del apocalipsis porque Beth entonó una canción, como siempre hacía en los días importantes —bromeó Mara.

—Parad —dijo avergonzada su amiga, mientras el grupo intentaba animarla.

—Canta, es lo que le falta a esta noche —pidió Dillan.

Viendo las reticencias de su hermana, Maggie comenzó a entonar una melodía, Glenn y Rick siguieron aquel ritmo chasqueando los dedos a quien el resto no perdió tiempo en imitar. A Beth no le quedó otro remedio que comenzar a cantar aquella canción que tanto le gustaba escuchar a su padre: The Parting Glass

Mara se recostó sobre el hombro de Daryl y miró la escena acariciando su vientre hasta que sintió como Daryl, que la tenía rodeada con su brazo por la espalada, posaba la mano sobre la suya.

—Si pudiera levantarme sin temor a terminar rodando por el suelo te sacaba a bailar —le susurró divertida y él sonrió sin dejar de mirar a Beth cantar.

Mara también observó a su amiga, pero sus ojos se desviaron hacía la izquierda y observó la forma en que Dillan también estaba perdido en la presencia de Beth. Aquella visión, y sobre todo lo que significaba, la hizo sentir una calidez agradable en su interior. Pese a todo lo malo, el peligro y el dolor, lo bueno se colaba por las grietas de la vida y los días, dejando que el amor y la esperanza se filtrara para dar sentido a su existencia.

—Mi salvadora —gritó Abraham señalando a Beth, cuando esta terminó la canción.

Después de aquella canción todo el mundo estaba más motivado, incluso Sasha, y Beth se animó a seguir cantando, decantándose por una canción con más ritmo llamada Julie.

En el último estribillo, con más o menos vigor, todos hicieron coros a Beth.

Una hora más tarde varios habían sucumbido al sueño, aunque se podía escuchar a Abraham entonar una cancioncilla de fondo con un tono desafinado, los que seguían aún despiertos estaban sentados en círculo iluminados por las escasas llamas de la chimenea.

—Sumaremos un par de coches en los que viajar para no ir hacinados en la caravana, y nos turnaremos —dijo Dillan.

—La carretera está transitable y no será complicado avanzar —apuntó Tara—. Algo de buena suerte al fin.

—Echaré de menos este sitio —dijo Glenn.

Maggie le apretó la mano y sonrió.

—Sí, es… refinado —dijo Mara, contemplando una cucharilla de té labrada, entre cerrando los ojos.

—Cuando lleguemos a Washington dejaremos de echar de menos todo esto —declaró Rosita, que se había acercado a ellos.

Abraham había sucumbido al sueño al fin, no se le escuchaba cantar al otro lado de la sala.

—Para eso será mejor que descansemos —dijo Daryl—. Venga, marmota, hay que dormir.

Se incorporó tendiendo la mano a Mara para ayudarla a levantarse.

—Ayuda, tengo una persona encajada entre las costillas —Las hermanas Green la empujaron hacia arriba—. Gracias chicas.

—Descansar —dijeron a la pareja.

—Buenas noches —contestó Mara alejándose rodeando el costado de Daryl.

Saliendo del salón escucharon los ronquidos de Abraham y la respiración acompasada de Eugene. Sasha que también estaba acostada pero no dormida los vio salir al recibidor. Allí, Rick en compañía de su hijo comprobaba el exterior.

—Avísame si necesitas relevo —le dijo Daryl.

Rick asintió con gesto despreocupado y le palmeó el hombro.

La sala de té donde normalmente dormía Mara estaba desierta en aquel momento aunque las pasadas noche la habían compartido para descansar con los Grimes y Michonne, que también estaría de guardia.

—Ahora nadie te ve —dijo Mara, girándose hacía Daryl y poniéndose frente a él—. Venga…

Se movió rítmicamente.

—Ni de coña.

—Oh, vamos, baila conmigo —insistió, sujetándose a sus caderas—. Un poquito —dijo poniendo morritos.

—No finjas que estás borracha, solo has bebido agua. —Ella rio, pero no dejo de moverse.

Se acercó más a Daryl moviendo los hombros divertida y tomando su mano, se giró con la mayor agilidad que pudo.

—No puedes dejar que una mujer embarazada baile sola, es deprimente —dijo.

Daryl la acercó a él negando con la cabeza, pero en su semblante se veía una leve y casi imperceptible sonrisa antes de besarla. Mara respondió al beso con ganas pero siguió moviendo sus caderas hasta que Daryl tímidamente siguió su ritmo.

—¡Lo logré! —declaró triunfante, alzando los brazos al cielo para rodear el cuello de él a continuación—. Hice bailar a Daryl Dixon, me siento súperpoderosa.

—Pero no tienes testigos —bromeó Daryl.

—¿Qué no? Nuestra hija ha sido testigo de tu ritmo sureño—dijo ella y se abrazó a él.

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El piloto rojo de la cámara indicaba que estaba encendida y su presencia ponía nervioso a Five.

—Grabo las entrevistas de todos los que llegan hasta Alexandría —indicó la mujer—. Es para llevar un registro.

—¿Tiene muchas?

—No tantas como me gustaría, pero son de ayuda para poder…

—Sé por qué lo hace —la interrumpió.

—Hábleme de ese sitio, de por qué piensa que existe y descarta que ya haya llegado a él.

—Ya se lo he dicho, se lo conté a Aaron y estaba presente —dijo Five, un poco hastiado.

—Lo sé, pero quiero dejar constancia. Tras pensarlo no descarto que tenga razón. No nos hemos aventurado demasiado en el exterior para descartar que haya más lugares, mejores lugares, pero lo que hemos logrado aquí…

—Está bien.

—Usted era congresista, sabrá como funcionan estas cosas —comenzó él—. Lo primero que supimos nos llegó por medio de comunicaciones militares, mencionaban un refugio gubernamental defendido por militares, aquí en la capital del país. Le dimos importancia, pero con el pasar de las semanas y comprobando lo que sucedía en todos lados descartamos su viabilidad.

»Unos meses después encontramos un campamento, estaba invadido, pero los restos indicaban que hacía poco que había caído. Había militares y civiles. Era un campamento temporal, les fallaron las defensas cuando llegó un horda. Pero entre los restos había documentos que volvían a mencionar la zona segura. Analizamos esos documentos durante meses, eran lo más valioso que teníamos, casi lo más valioso —se corrigió—. Tuve que dejarlos atrás para sacar a la niña con vida.

—Por desgracia en esos documento no indicaba el enclave de la zona segura, solo los puntos de recogida. Los códigos de comunicación estaban incompletos, No pudimos hallar el código exácto en las pruebas que hicimos.

»Le diría más, pero es información irrelevante en comparación.

—¿Sigue queriendo encontrar ese lugar?

Five junto las manos y apoyó el rostro en ellas, pensativo.

—Quiero ver cuán seguro es este sitio.

—¿Nos ayudaría a reforzarlo de ver carencias?

—¿Cuántas personas puede acoger? —preguntó sin responder directamente.

—¿Por qué? —preguntó la mujer con curiosidad—. Aaron le siguió varios días antes de acercarse hasta donde se ocultaba, no vio a nadie más ni que mantuviera comunicación con otro grupo.

—Yo, digamos, que formaba parte del pelotón de reconocimiento.

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*FETWD*


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Lo sé, lo sé. no hay acción ni nada en este capítulo. Aunque reconozco que mientras escribía hasta yo misma temía que de pronto la casa fuera asaltada por una horda de caminantes, o por mismamente los wolf con sus marcas en la frente. Porque en TWD siempre que están felices se acaba liando la de padre y muy señor mío y muriendo un montón de gente que llegaron a la serie dos capítulos antes. Pero por eso mismo quería salirme del patrón y darles una noche y disfrute, de risas, canciones hasta baile, sin dramas, muertes ni tan siquiera sobre saltos.

reconozco que pensé que una vez muerta Carol me la quitaría de encima, pero por coherencia con el personaje de Daryl debía volver a mencionarla, al fin y al cabo para él ha sido una persona importante.

Por último, una confesión. No he visto la 10 temporada, ayer la puse en Netflix porque me entró algo de ganas al ponerme a escribir y aguante 5 min del primer capítulo. Me pareció tan cutre y flipado a la vez que no lo pude soportar... en serio, temí no ser objetiva y sencillamente odiar la serie por entero, pero sin embargo al escribir este cap me he puesto videos de la 3ª temporada donde Beth cantaba y he vuelto a sentir ese cariño antes las escenas. No sé cual es el momento exacto que para mí la serie se fue al carajo, aunque está alrededor de la 5ª temporada, así que lo que vaya pasando en el fanfic, como he dicho varias veces, ya no tendrá tanto que ver como en la primera parte (flor eterna) donde me estudiaba los capítulos y hacía mil referencias a lo visto en pantalla para ser canon, ahora la mayoría de información será recogida de las primeras temporadas o sacada directamente de mi información. Resumiendo no será canon con respecto a la serie tras la 5ª temporada, pero espero que tenga coherencia con el propio fanfic.

Me estoy enrollando mucho... cuando lo realmente importantes que os tengo que decir es MIL GRACIAS POR LEER, que es lo más asombros, que sigáis leyendo.

Un gran abrazo. Os adoro, mis musas.