Separadores que encontrarás en esta historia:
FFFFF - Cuando se narra un flashback o algo relacionado con el pasado de un personaje.
PPPPP - Cambio de escena. Ya sea que los mismos personajes estén en un ambiente diferente o que se relate una situación distinta, con otros personajes y en otro lugar.
SSSSS - Un personaje está soñando.
-¡H-HanaYasha!
Sasuke la llamó angustiado, luego de presenciar como la gran bestia de pelaje marrón la aplastó con las gradas del gimnasio, ocasionando, no solo que perdiera el conocimiento. Sino que también se anulara su transformación, devolviéndole sus rasgos humanos.
-¡Oye, bestia panzona! – en eso, Naruto cruzó la puerta que daba hacia el jardín, lanzándole a la gigantesca criatura un par de piedras detrás de su nuca. Una vez que volteó hacia él, cumpliendo con su objetivo, agregó: - ¡Si, te estoy hablando a ti, animal! ¡Apuesto a que con ese gran cuerpo de globo no puedes alcanzarme, de verás!
Gruñendo enojado, el Youkai aventó las gradas a un lado, girándose lentamente. Gracias a esa distracción, Sasuke pudo acercarse a HanaYasha y sostenerla en sus brazos.
-¡NO ESCAPARÁS, PULGAAAAAAA! – gritó la bestia, flexionando sus patas.
Con la frente azul, Naruto salió huyendo del gimnasio, corriendo como si fuera un cohete, hacia la barda de concreto que rodeaba la institución. Fue entonces, que el Youkai destruyó gran parte de la pared del gimnasio, emprendiendo su cacería con su lengua fuera de su hocico.
Por la distancia que Sasuke había acortado con HanaYasha; al inclinarse para protegerla de los pequeños escombros que caían del techo, pudo darse cuenta de que estaba recobrando el conocimiento, parpadeando, quejándose y respirando hondo.
-¿Sasuke? – lo llamó confundida, intentando levantar su brazo derecho.
No obstante, el terrible dolor que sintió no se lo permitió, obligándola a cerrar con fuerza los ojos. Y a recordar el terrible poder de su enemigo. – Maldita bestia... - pensó enojada. - ...me rompió el brazo.
-¿Te encuentras bien? – la voz de Sasuke la devolvió a la realidad.
Como sus brazos la sostenían, consiguió darse cuenta fácilmente de la gran conmoción que le había causado la aparición del Youkai. No paraba de temblar y su mirada estaba pálida.
Asintió, permitiendo que la ayudara a ponerse de pie.
-¡Sasuke! ¡HanaYasha!
De pronto, Ino y Sakura corrieron hacia ellos.
-¡¿Q-Qué acaba de pasar?! – cuestionó la rubia, con dos círculos blancos en lugar de ojos. - ¡¿Por qué hay un gran hoyo en la pared y a dónde demonios se fue Naruto?!
Al escuchar aquello, la Hanyou recordó de golpe, parte de las palabras que le dijo a la gran criatura marrón.
-¡Ese tonto hará que lo maten! – pensó, poniendo una mueca.
Sakura, quien la miraba con dudas, puso su atención en su brazo derecho.
-Ah... HanaYasha.
Al escucharla, la mencionada la vio atónita.
-¿Estás herida o algo parecido?
Tragó saliva.
-¡N-No, cómo crees! – bramó lo primero que se le ocurrió, sonriendo. - ¡S-Solo es mugre, es todo!
De repente, sintió como una mano de Sasuke tomaba su brazo izquierdo, haciéndola sonrojar de golpe.
-Iremos a buscar a Naruto. Ustedes vuelvan al salón. – comentó.
Rodearon a las chicas y esquivando los escombros tirados de la pared, salieron al jardín.
-¡Cielos! – se quejó Ino, poniendo sus manos a los lados de su cadera. - ¡¿Cómo pasamos de una confesión de amor a una destrucción apocalíptica?!
Sakura arqueó una ceja. Continuaba teniendo dudas sobre el brazo derecho de HanaYasha. Y el motivo que hizo que Naruto desapareciera de un segundo a otro tampoco le quedaba claro. Inquieta por esto último, salió corriendo hacia el gran hoyo en la pared.
-¡¿Sakura?!
-¡Vuelve con los demás, Ino! – gritó, observándola por encima de su hombro izquierdo. - ¡Prometo que te alcanzaré después!
-¡¿DÓNDE ESTÁS, MALDITA PULGAAAA?! – rugió el Youkai con armadura, asomándose entre los callejones más pequeños de la calle para dar con Naruto. - ¡SAL DE TU ESCONDITE Y PELEAAAAAAAAA!
Faltaban solo otros dos para poder hallarlo. Cuando, de repente, HanaYasha apareció desde el cielo, dándole una patada de lleno en su hocico y haciéndolo perder el equilibrio.
-¡Metete con alguien de tu tamaño, bestia sarnosa! – exclamó, frunciendo el ceño y aterrizando frente a él.
Había vuelto a transformarse, teniendo su largo cabello plateado, sus ojos dorados, sus garras y sus colmillos.
-¡ESTÚPIDA HANYOU! – la imponente criatura azotó el suelo con sus manos y se puso de pie, cubriendo a la joven con su sombra. - ¡¿TODAVÍA TE ATREVES A DESAFIARME?! – cerró su puño y movió su brazo derecho hacia atrás. - ¡A MÍ! ¡EL GRAN ROYAKAN!
Antes de que el golpe le asestara, HanaYasha saltó muy alto, haciendo otro intento por golpearlo en la cabeza. Sin embargo, su oponente se percató de sus intenciones, por lo que solo la esquivó, haciéndose a un lado y dejando que cayera y rodara en el pavimento.
Furiosa, la Hanyou se levantó de nuevo, justo para esquivar los golpes del Youkai, saltando hacia las ramas de unos árboles que estaban en la zona. Pero, antes de llegar al último, Royakan la alcanzó, golpeándola con su puño derecho y tirándola de nuevo en la acera. En esta ocasión, un grito de dolor se le escapó de su garganta, ya que su brazo derecho le dolía como el infierno.
-¡Maldición! – pensó Sasuke, frunciendo el ceño.
Al encontrar a Naruto en el callejón correcto, gracias a la distracción de la joven, ambos decidieron quedarse quietos y observar. HanaYasha le había asegurado que estaba bien. Que podía seguir peleando. Sin embargo, al verla caer constantemente en el suelo, por los golpes del monstruo, ya no estaba tan seguro.
Frunció más el ceño. Apretó con decisión los puños y dio un paso al frente para invocar su arma. Su inmensa cantidad de energía espiritual, consiguió alterar a Royakan. Lo suficiente como para que se girara hacia ellos, saltara y golpeara el suelo donde estaban, haciéndolos volar por los aires hacia un parque para niños.
-¡Sasuke! ¡Naruto! – HanaYasha gritó preocupada, sentándose y volviéndose a quejar por el dolor en su brazo.
Al otro lado, encontrándose más cerca del parque donde estaban los muchachos, Sakura detuvo su paso, asustada con la imponente figura de Royakan.
-¿Q-Qué es eso? – pensó, viendo cómo se acercaba lentamente hacia algo, riendo entre dientes.
Volteó a su derecha. Unos metros más adelante, Sasuke y Naruto se hallaban tirados en un suelo lleno de tierra y hojas de árboles.
-¡JAJAJAJAJAJAJAJA! – se burló el gran lobo. - ¡NO ERES MÁS QUE ESCORIA! – nuevamente, cerró su puño derecho y movió su brazo hacia atrás, apuntando hacia el rubio, quien lo miraba enojado al igual que Sasuke. - ¡MUEREEEE!
En eso, alguien se interpuso entre los jóvenes y el Youkai.
-¡¿S-Sakura?! – la llamó Naruto, con dos círculos blancos en lugar de ojos.
¡Ninguno se explicaba cómo era capaz de contener el puño de Royakan! Por otra parte, la chica de largo cabello rosa, solo podía pensar en una cosa: no permitir que una gran bestia como la que tenía en frente, tocara a Naruto, a su amigo de la infancia. Al único que no la había juzgado por practicar deportes rudos como karate o luchas.
Frunciendo el ceño, trató de ejercer más fuerza en sus manos minúsculas. Fue en ese momento, que sintió algo extraño y alentador. No sabía explicar de qué se trataba. De lo único que estaba segura, era de que la había ayudado a empujar a Royakan, lo bastante lejos como para agrietar el pavimento y tumbar algunos postes de luz junto a los callejones, haciéndolo chocar, finalmente, con un edificio abandonado.
-¿Qué rayos...? – susurró, parpadeando anonadada y viendo las temblorosas palmas de sus manos. - ¡¿S-Será un efecto secundario de mi dieta?!
Al escuchar aquello, los chicos la vieron con una gotita de sudor bajando por su nuca. En eso, vieron como el gran demonio volvía a su dirección, corriendo. Sakura frunció el ceño, volteando de un lado a otro. ¡¿Qué podía usar para detenerlo?!
Al girar a su derecha, encontró una banca de acero. Rápidamente, corrió hacia ella. Ejerció su fuerza mágica para desanclarla del piso con tierra del parque y volvió a pararse frente a los chicos, justo a tiempo para poner la banca en el estómago de Royakan.
-¡TOMA ESTO! – exclamó, empujando más la banca y destruyendo su armadura. - ¡SHANAROOOOOO!
Sin dejar de presionar, consiguió derrotar al Youkai, dejando ir la banca para que cayera con él. Entonces, HanaYasha apareció detrás de su cabeza; dirigida al cielo. Sacó su rosario de su cuello, con su mano izquierda y lo extendió, absorbiéndolo para que otra cuenca, pasara de ser negra a blanca. Ya con Royakan capturado, se dio el lujo de caer de rodillas y respirar agitada.
-¡HanaYasha!
Sasuke se levantó y corrió hacia ella, agachándose a su altura para abrazarla. Respirar su aroma y sentir los frenéticos latidos de su corazón la hicieron sonrojar.
-¿Cómo pudiste ser tan imprudente? – la interrogó, separándose y apoyando sus manos en sus hombros. - Estuviste a punto de morir...
-No podía rendirme si estaban en peligro. – explicó, sonriendo.
-¡T-Tú también, Sakura! – le siguió Naruto, viéndola enojado. - ¡¿Qué te hizo pensar que lo vencerías así?!
Ella parpadeó atónita.
-Supongo... - hizo una pausa, recordando la angustia en su rostro, antes de que llegara a protegerlo. - ...que es como dijo HanaYasha. No podía permitir que los lastimara. – agachó la mirada, apenada. - Solo pensé en correr y en bloquear su camino. Jamás creí que tendría tanta fuerza conmigo.
-Tu poder estaba dormido. – explicó la joven de cabello plateado, consiguiendo que volteara hacia ella y quedara desconcertada con su apariencia. HanaYasha, al percatarse de ello, sonrió con comprensión. - Soy una Hanyou. Una chica mitad bestia. Royakan, el lobo gigante al que acabas de vencer, es uno de los monstruos que debo capturar en mi rosario, para poder volver a mi verdadero hogar junto con mi hermano.
Sakura la vio perpleja.
-Sin embargo, la persona que me dio esta misión, me advirtió que los últimos 10 serían los más peligrosos, por lo que es necesario que encuentre a mis "compañeros de batalla".
-¡¿Y-Y crees que yo soy uno de ellos solo porque empujé a una rata gigante?! – cuestionó la pelirrosa, nerviosa.
-HMP. Tú y Naruto tuvieron suerte. – dijo Sasuke. - Yo tuve que enfrentarme a una máscara que devoraba carne humana.
-¡Oigan, oigan! – bramó el rubio, moviendo sus manos a los lados de su cabeza. - ¡No hay que desviarnos tanto del tema, de verás! – bajó los brazos y tragó saliva, mirando a su amiga. - Sakura, si nos quieres ayudar o no con esto, será decisión tuya. Nadie te obligará a formar parte, ya que es una labor muy peligrosa de hacer.
-Naruto tiene razón. – agregó HanaYasha. - Puedo darte tiempo para pensarlo.
La joven suspiró.
-No, no es necesario. – dijo con una sonrisa. - Si puedo evitar que más cosas como ese monstruo peludo ataquen a mis amigos, lo haré.
HanaYasha y Naruto le sonrieron con ilusión, mientras que Sasuke continuaba serio.
-¡Oigan, ustedes! - de pronto, apareció un policía, señalándolos a unos metros del pavimento destruido. - ¡¿No deberían estar en la escuela?!
Al verlo, los chicos comenzaron a correr. Sasuke se llevó a HanaYasha en brazos, huyendo detrás de Naruto y Sakura, muertos de miedo por el silbato de la autoridad.
Fin del capítulo.
