Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de El Reino.

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Día 3: Depaysement (francés)

"Intensa añoranza del hogar; el sentido de no pertenecer"

Durante los días siguientes, Sasuke estuvo pendiente de cierta Hyūga. No sabía si ella lo estaba evadiendo intencionalmente o si solo no se habían cruzado. Pero, ¿cómo podía ser eso? Konoha no era una aldea tan grande.

Al cuarto día, tuvo suerte. La vio sentada en un banco cerca de la Academia. Sus muletas estaban apoyaban en el espacio vacío a su lado, impidiendo que alguien se sentara junto a ella.

A Sasuke nunca le importaron las convenciones sociales.

Tomo las muletas y las sostuvo mientras se sentaba junto a Hinata. Ella llevaba un gran sombrero para sol, ella empujó el ala hacia arriba mientras lo saludaba en voz baja.

—Hola, Uchiha-san.

—Hyūga —Sasuke asintió.

Quiso acusarla de estar evitándolo, pero se mordió la lengua. Ellos no eran cercanos. Y no recordaba la última vez que habían interactuado antes de la emboscada.

Inspeccionando sus ojos de cerca, se preguntó qué vería él si tuviera un Byakugan. Tal vez obtendría una respuesta.

Ella soltó una suave risa y dejó caer el ala del sombrero.

—¿Necesitas algo?

Maldita sea. Ahora que la había encontrado, de repente, no podía hacer sus preguntas. Todas se le escapaban del cerebro.

Apretó los dientes y dirigió su atención a las muletas.

—¿Cómo te sientes? —preguntó.

Ella murmuró y se movió un poco.

—Bien. En una semana, más o menos, podré usar solo una muleta. Espero seguir sanando rápido para poder volver a entrenar.

—Hn... ¿Y tus ojos?

Dejando escapar una suave carcajada, Hinata le quitó suavemente las muletas de las manos. Él no quería dárselas. Si lo dejaba de nuevo sin respuestas, se enfadaría mucho.

—Mis ojos están bien, Uchiha-san.

Mantenía la pierna herida, estirada y alejada del suelo mientras utilizaba las muletas para ponerse de pie. Sasuke no recordaba haber visto a nadie ejecutar esa maniobra con tanta gracia. Se movió para apoyar sus axilas en las almohadillas plásticas de las muletas. Su nariz se torció por la incomodidad.

«—Linda

—Puedo conseguirte cojines para las muletas —dijo Sasuke. Señaló sus propias axilas—. Evitará las rozaduras.

Llevaba un vestido de verano con mangas largas, y Sasuke podría apostar su paga a que la piel de debajo de sus brazos estaba roja y en carne viva.

La conmoción recorrió su rostro por un momento. Sasuke resistió el impulso de fruncir el ceño. ¿Por qué se veía tan sorprendida?

—No tienes que hacer eso, Uchiha-san.

Se sentó y se cruzó de brazos.

—Bien. Entonces sufre —las palabras salieron con petulancia y quejumbrosas.

Esta vez ella no reprimió su risa. Aunque se cubrió la boca con una mano, pero la alegría brillaba en sus ojos. La comisura de los labios de Sasuke se torció hacia arriba.

—Nunca había conocido a un ninja médico como tú.

Extrañamente, un sentimiento de orgullo lo invadió. Sasuke se enderezó.

Ella continuó.

—Tus modales son atroces.

Sasuke bufó y se desplomó en el banco. Ella se inclinó hacia delante para ver mejor su rostro. Él se apartó de ella, sintiéndose mezquino.

Su voz fue suave, pero sus palabras lo cortaron como un kunai afilado.

—¿Tu forma de atender a los pacientes es así porque eres bueno en lo que haces? ¿O es una bravuconada para encubrir alguna deficiencia?

No pudo evitar soltar un pequeño grito de indignación. Sasuke rápidamente se puso en pie y la miró con irritación.

—¿Disculpa? —exigió—. Estoy intentando ayudarte, ¿y así es como me tratas?

Su ira no la molestó. Lo miró, inclinando la cabeza hacia atrás, lo suficiente como para que su sombrero no le impidiera verlo. La brisa le levantó las puntas de su largo cabello. Su mirada se clavó en la de él.

Eso lo hizo sentirse como una hormiga bajo una lupa. De repente, quiso marcharse. Ella no lo quería cerca. Lo hacía sentirse inquieto, como si su mundo se moviera sin su permiso. Era casi como si él no perteneciera a este lugar junto a ella.

Ella se inclinó hacia atrás y se acomodó sobre sus muletas.

—¿Te negarás a ayudarme ahora que te he ofendido?

Ahora se sentía como un experimento científico. Las puntas de sus orejas ardieron.

—¿Intentas insultarme para que te deje en paz?

—Ni siquiera me esforcé en hacerlo —se encogió de hombros—. Y sé que eres uno de los mejores médicos de la aldea. Solo eres superado por Tsunade-sama.

Sus palabras no sonaron como halagos falsos. Las dijo con sencillez, como si estuviera hablando de hechos de la vida. Eso calmó sus plumas erizadas. Sus hombros se relajaron.

Antes de que pudiera ordenar sus pensamientos, Hinata se inclinó hacia un lado para ver detrás de él.

—Lo siento, Uchiha-san, pero mi cita está aquí.

¿Cita? Oyó el sonido de unas pisadas contra la grava. Se giró para ver a Iruka acercarse a los dos.

—Ah, hola, Sasuke-kun —saludó su antiguo maestro—. Hace tiempo que no te veía.

Sasuke inclinó la cabeza.

Iruka se volvió hacia Hinata.

—Y Hinata-chan. Siento mucho llegar tarde.

Ella negó con la cabeza.

—Llegue temprano —se dirigió a Sasuke—. Gracias por preguntar por mi salud, Uchiha-san. Te preocupas por la gente de la aldea y te lo agradezco. Que tengas un buen día.

Después de eso, se alejó, uniéndose a Iruka mientras caminaban por el sendero que llevaba a los terrenos de la Academia. No caminaban rápido para la comodidad de Hinata. Eso le permitió a Sasuke escuchar el comienzo de su conversación.

—Tengo todos los planes para la clase preparados —dijo—. Pero quería preguntarte por un par de miembros de tu clan. Creo que uno de ellos está a punto de graduarse, ¿verdad?

Sus voces se apagaron. Sasuke frunció las cejas. ¿Por qué estaban hablando sobre planes de estudio? ¿Estaba Hinata intentando convertirse en profesora?

Se quedó allí un segundo, luego resopló y se dirigió a su casa.

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Notas: ¡Hola! ¿cómo han estado? Lo que es yo, cansada… Volví a la universidad y en una de mis clases, tengo una profesora que le encanta poner trabajos. Les juro que todos los fines de semana tengo algo que hacer para esa materia. Ahora tengo que hacer un video y escribir un ensayo para la próxima semana, genial ¿verdad? pero bueno, dejando de lado mi situación de poco tiempo libre. Les dejo una doble actualización, porque sí. Espero les gustaran los capítulos. No tengo mi calendario a mano, por lo que no les puedo decir con certeza cuando serán las próximas actualizaciones, jeje. Nos estamos leyendo. Cuídense. Bye.

Naoko Ichigo