Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.

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Hinata no sabía qué esperar. Ni siquiera sabía si Sasuke hablaba en serio o si solo había tenido un bajón emocional. Tal vez había bebido. Le dejo la chamarra en su casa una vez más. Ella no quería hacer una escena de ella devolviéndose, por si él había cambiado de opinión.

—¿Cómo te sientes? —Kiba la acompañó a su primera clase.

—Eh... Mejor —murmuró Hinata.

—¿De verdad? Pareces un poco distraída —Kiba contraatacó.

—Estoy bien. Solo tuve un fin de semana agotador —se excusó Hinata.

La cabeza de Kiba se inclinó con curiosidad mientras el fin de semana de Hinata volvía a perseguirla.

—¿Sasuke toma esta clase?

—No... Uhm, te veré en el almuerzo, Kiba-kun —Hinata aceleró su paso para encontrarse con Sasuke y perder a Kiba.

—Hey —Sasuke se apartó de la pared en la que estaba apoyado—. ¿Puedes reunirte conmigo en el patio después del almuerzo? —se ajustó la mochila.

—No traje tu chamarra —Hinata admitió.

—No te preocupes por la chamarra —le dijo Sasuke.

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Hinata no sabía qué contestar cuando le preguntaban que qué quería Sasuke con ella. Respondía lo más sinceramente que podía. Que solo quería hablar con ella. Iba de un lado a otro, preguntándose qué estaría pensando Sasuke. Seguro que no haría algo tan estúpido como volver a pedirle matrimonio delante de todo el mundo, ¿verdad?, ¿Verdad?

Hinata lo miró en su mesa del almuerzo, pero el rubio llamó la atención y mantuvo la cabeza gacha. Cuando terminó de comer, sintió un codazo en el hombro. Esperaba ver a Shino dispuesto a hablar, pero él miraba hacia otro lado, hacia donde estaba Sasuke.

Sasuke inclinó la cabeza hacia el patio y empezó a dirigirse hacia allá.

—¿Qué fue eso? —preguntó Shino.

—¿Será por lo de antes? —Kiba también añadió.

Hinata tomo sus cosas para seguirlo.

—Eh... Nos vemos luego.

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Sasuke se detuvo en una esquina del patio, bajo un cerezo. Hinata lo alcanzó antes de que él se volviera hacia ella, llevaba una cajita con un lazo en la mano. Intentó ignorar las miradas curiosas del resto de los estudiantes en el patio.

—Hinata. ¿Quieres salir conmigo? —¿Sasuke iba a hacerlo públicamente?

El viento pasó entre ellos, sacudiendo unas cuantas flores del árbol. Hizo que el enmudecimiento de Hinata se sintiera más prolongado. ¿Qué se suponía que tenía que decir? ¿Qué sería creíble? Quizá le resultaría más fácil si alguien se le hubiera confesado antes.

—¿Por qué...?

—Aprovecho la oportunidad, ya que otra persona no lo hará —el corazón de Hinata se apretó y aleteó al mismo tiempo. Sasuke la conocía lo bastante bien como para saber lo que quería oír—. Le di su oportunidad. Él no la aprovechó. Ahora ya no voy a ocultar mis sentimientos.

Murmullos y jadeos se escucharon a su espalda mientras tomaba temblorosamente la caja, abriéndola para revelar una cadena con un dije.

—¿Me aceptas? —realmente iban a hacer esto. Sasuke se estaba esforzando tanto por apelar a su fibra sensible y ser la historia de amor que ella siempre había deseado. Y lo estaba consiguiendo.

—Sí —se oyeron más jadeos detrás de ella. Sasuke le quitó el collar, haciéndole un gesto para que se diera la vuelta y se apartara el cabello. Las mejillas de Hinata ardieron mientras él le arreglaba el cabello. Ella forzó la vista hacia el suelo para evitar sus ojos.

Sasuke se inclinó cerca de su oído para susurrarle.

—Gracias.

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Hinata hizo girar el collar entre sus dedos, con la mirada perdida en la ventana, en la hoja que bailaba con la brisa, sin ayudarla a quitarse de la cabeza la imagen de la confesión. Sasuke estaba loco. No podía creer que se le hubiera ocurrido esto. Ni que ella lo hubiera aceptado. Giró el dije entre sus dedos. Tenía bordes dobles. Debía de ser un relicario. Era lo bastante grande como para tener fotos u otra cosa dentro. Intentó abrirlo, pero no pudo. O estaba equivocada, o estaba sellado.

Era bonito y sencillo. ¿Cómo había encontrado Sasuke algo que encajara tan perfectamente con ella? Tal vez se conocían demasiado bien.

—Hinata —ella oyó que la llamaban por su nombre.

—¿Hmm? —Hinata cerró la mano alrededor del dije.

—¿Vienes? —Kiba llamó desde la puerta del aula. Oh, era casi hora de su próxima clase.

—Oh, lo siento —Hinata se levantó de un salto para seguirlo.

—Parece que eres la única del campus que no está animada hoy —Kiba se rio entre dientes. Shino la miró mientras se ponía a su otro lado. Hinata agachó la cabeza. Kiba divagó como de costumbre hasta que…— Y se rumorea que Sasuke por fin se le ha confesado a una chica.

Hinata tropezó con sus propios pies y se aclaró la garganta.

—¿Has oído a quién? —Shino enarcó una ceja mirando a Hinata—. ¿Te lo ha dicho después de comer? —que cruel. Él ya lo sabía.

Kiba se encogió de hombros, sin saberlo.

—Solo lo he oído. No me imagino quién será. ¿Puedes pensar en alguna vez en que haya sido amable con una chica?

—Él... Siempre ha sido amable conmigo —Hinata hizo un mohín a Shino.

—Eres especial, Hinata. Es difícil odiarte y todo el mundo sabe quién te gusta —eso le valió un manotazo en la nuca por parte de Shino alcanzándola por detrás—. ¡Ay!

Shino desvió la conversación.

—Sí, puedo recordar que eres la única chica a la que nunca ha rechazado.

Hinata dejó que su rostro se arrugara.

—Shino-kun...

—No se lo voy a decir —Shino giró la cabeza. Qué cruel.

—¿Decirme qué? —preguntó Kiba—. ¿Lo sabes? Espera... No era un chico, ¿verdad?

—No —se defendió Hinata—. Kiba-kun, la chica a la que Sasuke-san se le confesó... Soy yo.

—Quién —Kiba articuló.

Shino y Hinata se detuvieron a mirar a Kiba con incredulidad mientras él se tomaba unos segundos para procesarlo y sus ojos se abrieron de par en par.

—No...

Hinata asintió.

—Después de comer.

—¡¿Qué?! —ladró Kiba.

Hinata agitó las manos.

—No me lo esperaba. Pensé que solo quería recuperar su chamarra —mintió.

—¿Su chamarra? —preguntó Shino.

—Me la dio la semana pasada. Cuando tuve un mal día —Hinata no quería rememorar ese día—. Me pilló la lluvia. Por eso me compró el refuerzo inmunológico.

—¿Y bien? —Shino la cuestionó.

Kiba le dio un codazo.

—¿Y bien? No es como que aceptara —Hinata se encogió con culpa—. ¡¿Qué?!

Hinata lo hizo callar, empujándolos a ambos para que empezaran a caminar de nuevo.

—Nosotros... Vamos a intentarlo.

—Pero, ¿qué pasa con Naruto? —Kiba le apuñaló el corazón—. Hinata, eso fue la semana pasada.

—Creo que ella sabe eso —Shino lo regañó.

—Es que... Sé lo que es estar enamorada de alguien por tanto tiempo —explicó Hinata—. Y no puedo aferrarme a alguien que me rechazó.

—¿Así que simplemente esperó a que te rechazaran para pedírtelo? —preguntó Shino.

—Dijo que le estaba dando una oportunidad a Naruto-kun —Hinata lo corrigió.

—No sé. Hinata, esto está pasando demasiado rápido, apenas te rompieron el corazón —expresó Kiba.

—Él lo sabe... Y considero que va a ser paciente conmigo —lo tranquilizó Hinata—. Estoy bien. Me alegro de gustarle a alguien—Hinata les dedicó una sonrisa. Aunque un poco forzada.

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Sasuke se apoyó en la pared junto a la puerta de su clase mientras esta se vaciaba. Hinata pasó junto a él. Sin darse cuenta esbozó una sonrisa.

Sasuke le agarró la muñeca antes de que se fuera lejos. Hinata chilló antes de reconocerlo.

—Oh —Sasuke deslizó la mano hacia abajo para tomar la de ella. Ella infló las mejillas—. Sasuke-san...—se avergonzaba tan fácilmente.

—¿Qué? ¿No puedo tomar la mano de mi novia? —Sasuke sonrió.

Hinata agachó la cabeza, tratando de ocultar su sonrojo.

—No te burles de mí.

—No lo hago —Sasuke se rio entre dientes—. Pero tu reacción es tierna —Hinata gimoteó. Vale, eso era burlarse—. Vámonos.

—¿Qué? ¿Adónde? —Hinata tropezó detrás de él.

—Nuestra primera cita —le dijo Sasuke.

—Te lo estás tomando muy en serio —Hinata refunfuñó.

—Por supuesto —Sasuke tiró de ella—. Seré el novio que siempre quisiste.

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El corazón de Hinata latía con fuerza. Sentía que la sangre le golpeteaba en los oídos. Sasuke se lo estaba tomando demasiado en serio. No necesitaba que le nublara la mente. Sasuke la empujó hacia su moto.

—Espera —chilló Hinata—. Nunca he montado una moto.

—No te preocupes, yo sí —le dijo Sasuke con suficiencia, tendiéndole un casco. Hinata vaciló, así que él se lo puso, abrochándoselo—. No iré rápido. Sé que no te gustan las emociones fuertes.

Hinata resopló mientras le bajaba el visor.

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Ino tomó una foto y se preguntó qué debía hacer. ¿Debería enviársela a Sakura? Sakura faltó a clase para ir a una entrevista. Tendría una desagradable sorpresa mañana por la mañana, pero se enteraría de cualquier manera. Todo el campus sabía que Sasuke se le había confesado a una chica. ¿Pero Hinata Hyūga? ¿La única chica que nunca estuvo interesada en él? Sakura se pondría furiosa.

Ino se llevó el teléfono al pecho. Nunca había visto a Sasuke sonreír así. Era como si llevaran mucho tiempo juntos, no solo unas horas. Debía de gustarle de verdad. Una pequeña lágrima apareció en su corazón, ella había superado a su antiguo amor, pero conocía a alguien que no lo había hecho.

Su dedo se posó sobre el botón de enviar, pero lo pasó por alto y borró la fotografía.

Tal vez Naruto finalmente tendría una oportunidad.

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Sasuke le tendió un café con leche y caramelo. Hinata tomó un sorbo. ¿Sería más o menos interesante tener una relación con alguien que ya lo sabías todo de ella? No es que supiera cómo era tener una relación normal.

—¿Cómo ha estado tu hermano? —preguntó Hinata.

Sasuke se echó hacia atrás y suspiró.

—Sinceramente, no sabría decírtelo. No quiere hablar de ello.

—No me sorprende. Seguro que no quiere que le des más vueltas al asunto —Hinata murmuró contra su taza.

—¿Cómo te sientes? —Sasuke hizo un gesto hacia ellos—. Sobre esto —la expresión de Hinata lo decía todo. Atravesaba una gama de emociones, principalmente incomodidad y vergüenza. Sasuke se rio entre dientes—. No te preocupes. Solo la confesión tenía que ser pública.

—Es que... —Hinata bajó la mirada hacia su café—. Es que se me hace... Raro.

—Creo que nos acostumbraremos. Todas las relaciones tienen una fase incómoda —Sasuke dio un sorbo a su café.

—La mayoría de la gente pasa por una fase de luna de miel, al mismo tiempo —replicó Hinata.

—Dale tiempo —Sasuke le dio una mirada—. ¿Cómo te has sentido sobre todo lo demás?

Hinata se encogió de hombros.

—No he pensado en ello. Padre me ha estado ignorando y olvidé mi confesión de la semana pasada hasta que Kiba-kun lo mencionó. Es que están pasando demasiadas cosas.

—Eso es bueno —concluyó Sasuke—. No me gustaría que mi novia piense en otros chicos —Hinata se sonrojó. Sasuke se estaba divirtiendo demasiado con esto— ¿Soy ya un -kun? —Hinata le frunció el ceño—. Naruto lo es —Sasuke se defendió—. ¿Sabes qué? Eso lo hace indeseable.

Hinata soltó una risita y luego su rostro quedó pensativo.

—¿Ya lo sabe?

Sasuke se encogió de hombros.

—Si lo sabe, no me lo ha mencionado. Conociéndolo, será el último en enterarse —a ella se le descompuso el rostro—. Lo siento, me expresé mal.

—No, necesito superarlo. No es justo para ti —murmuró Hinata.

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Hinata se bajó de la moto y le devolvió el casco a Sasuke.

—Sabes que puedo venir a buscarte por la mañana.

Hinata negó con la cabeza.

—Creo que debería decírselo a mi padre antes de que aparezcas mientras se va al trabajo.

Sasuke se acercó, desordenándole el flequillo que le quedo aplastado por el casco.

—No hay mejor forma de decírselo que viniendo por ti.

Hinata lo miró con el ceño fruncido.

—Vas a venir, aunque te diga que no lo hagas, ¿verdad?

—No. Dejaré que tú decidas —Hinata sintió que se le aceleraba el ritmo cardíaco—. Estamos juntos en esto. No voy a hacer que te resulte incómodo ni haré algo que no quieras hacer.

Hinata pensó por un momento, aunque los latidos de su corazón la distraían.

—Ven mañana temprano, se lo diré esta noche y así no llegaremos tarde cuando él quiera convertir esto en un problema mañana por la mañana.

Sasuke sonrió.

—Por eso tú eres la inteligente. Yo solo soy el atractivo —Hinata soltó una risita—. Me pondré en marcha entonces —Sasuke miró a un lado, abriendo un brazo.

Hinata se sintió confundida por la pose. Ah, un abrazo. Vacilante, lo rodeó por la cintura con los pasando los brazos por dentro de su chamarra que estaba abierta. Era cálido y se sentía demasiado íntimo. Sasuke la rodeó con el brazo y la sostuvo un momento. Hinata sintió que la sangre le corría demasiado deprisa. Retrocedió e inclinó la cabeza, precipitándose hacia el interior de la casa.

Al otro lado de la puerta, Hinata sacudió la cabeza para quitarse el mareo. No iba a desmayarse por un recibir un abrazo de Sasuke Uchiha.

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Naoko Ichigo