Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.
xxx
—Así que... ¿Hinata te ha gustado todo este tiempo? —preguntó Naruto, caminando desde su última clase—. Pero también sabías que yo le gustaba a ella... —Sasuke asintió—. ¿Por qué esperaste hasta que le rompieran el corazón?
Esa era una crítica válida.
—Quería que tuvieras tu oportunidad. No necesitaba ninguna duda en su mente —le dijo Sasuke—. Ahora, lo que haya entre nosotros es solo entre nosotros.
Naruto se quedó pensativo, frotándose la nuca.
—¿Y Sakura?
—¿Qué pasa con ella? —preguntó rotundamente Sasuke.
Naruto hizo una mueca de dolor.
—Sabes lo mucho que le gustas.
—Y sus sentimientos no significan nada para mí, igual que los de Hinata no significaron nada para ti —Sasuke le dirigió una mirada mordaz—. Tú no fuiste a consolar a Hinata cuando la rechazaste. Yo no lo haré con Sakura después de haberle dicho tantas veces que no me interesa.
Naruto lo consideró.
—Sí, supongo que eso tiene sentido.
—Puedes consolar a Sakura, pero no le des falsas esperanzas sobre mí. Ya tengo lo que quiero. No voy a dejarlo ir —Sasuke terminó mientras levantaba la vista para ver a Hinata esperando junto a su moto. Hinata los saludo, vacilante—. No está enfadada. Dale un poco de tiempo.
Naruto hizo una mueca.
—Hasta luego —Sasuke se adelantó mientras Naruto se separaba. Los ojos de Hinata lo siguieron—. Él está bien. Solo lo está procesando, dale un máximo de dos días. Volverá a ser el mismo idiota irritante.
—¿Has oído hablar de Sakura-chan? —preguntó Hinata.
—Ino dijo que fue a sus clases y luego desapareció —explicó Sasuke—. Ya se le pasará. No es la primera vez que se enfada conmigo. Cuando no la invité al baile de graduación, pensó que no hablarme durante un mes era un castigo. Fue el mes más tranquilo de mi vida.
—No fuiste a nuestro baile de graduación —Hinata le lanzó una mirada confusa.
—¿Crees que eso importó? —preguntó Sasuke—. Le molestó que no fuera con ella. Ni siquiera le importaba si yo estaba interesado en ir.
—Estuvo... Bien —murmuró Hinata.
—¿No conseguiste tu baile? —Sasuke adivinó.
Hinata evitó lo que en realidad le estaba preguntando.
—Me pasé toda la noche sentada con Shino porque Kiba estaba demasiado enfermo para asistir y Shino no baila.
—Yo hubiera sacado a bailar a la chica tímida —le dijo Sasuke.
Hinata negó con la cabeza.
—Jamás. Se hubiera creado un alboroto.
—No delante de todo el mundo. La música se escucha afuera —Sasuke aclaró antes de ponerse el casco—. Vamos.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Hinata no se sorprendió cuando Sasuke no la llevó directamente a su casa. Se sentó con él en el mismo lugar donde hicieron su trato y comieron. Sasuke le ofreció sus patatas fritas. Ella las tomó encantada. A Sasuke no le gustaban las papas fritas. Las comía, pero prefería tener otra hamburguesa. Ella, en cambio, se comería con gusto cualquier patata.
—Deberíamos hablar de tu padre —empezó Sasuke.
Hinata suspiró.
—Sí.
—¿Qué te parece su reacción? —preguntó Sasuke.
—Yo... Creo que se ha rendido conmigo. Por completo, —Hinata frunció el ceño—. Considero que a estas alturas está encantado de librarse de mí, aunque eso signifique que me convierta en una Uchiha —sus familias no se tomaban las citas a la ligera. Si tenías una relación, se hablaba de si esa persona encajaba bien en la familia. Hinata ni siquiera estaba segura de si hubiera podido salir con Naruto, aunque él aceptara sus sentimientos.
—Sí —Sasuke asintió con un suspiro—. Eso hace esto más fácil, pero estoy seguro de que es horrible.
—Se siente como... —Hinata no estaba segura de poder expresarlo con palabras—. Por un lado, ha dejado de verme, lo cual duele, pero... Es como si esto fuera lo que debería haber pasado cuando tomaba decisiones que no le gustaban —Sasuke estaba confuso—. Siempre me dijo lo que tenía que hacer o lo que debería haber hecho. Que él no opine es liberador. Creo que nunca antes había dejado de darme su opinión directa —explicó Hinata—. No quiere hablar de ello. Eso significa... Que no le importa, ¿verdad? ¿No va a hacer ningún esfuerzo para detenernos?
—Es una forma horrible de tergiversarlo para que suene positivo, pero sí funciona, pues bien —Sasuke cedió—. Mientras no te encierre en tu habitación y me persiga con una escoba. Si deja que ocurra, podremos ser felices.
Hinata asintió.
—Esto va mucho mejor de lo que pensé —sonrió—. ¿Qué ibas a hacer si él se molestaba?
—Declararte mi amor, tirar piedras a tu ventana y te pediría que nos fugáramos hasta que él aceptara —sonrió Sasuke mientras ella se ponía roja.
Hinata se quejó.
—Lo digo en serio.
—No, estoy hablando en serio —le dijo Sasuke—. Ya has aceptado casarte conmigo. Podemos hacerlo por las buenas o por las malas —Sasuke se rio de la mirada que ella le dirigió—. Ahora que lo reflexiono, quizá fugarnos hubiera sido más fácil. No tendrían más remedio que aceptarlo, pues el matrimonio ya estaría consumado y no había ninguna duda al respecto.
—No te hagas ilusiones —le advirtió Hinata.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Empezaba a sentirse normal. Sasuke la iba a buscar. Asistían a clase. Hablaban con sus amigos. Iban a lugares como el parque o una cafetería para terminar sus tareas. Luego la llevaba a casa. Su padre no dijo nada. Incluso le prohibió a Hanabi preguntar sobre ello. Pero eso no detuvo los desagradables mensajes en su teléfono. Ahora solo tenían nuevas palabras. ¿Dónde aprendió esas palabras? Hinata ciertamente nunca le enseñó a hablar así.
Hinata estaba contenta de que Neji estuviera estudiando en el extranjero. Estaba segura de que la esperaría en la puerta todas las noches.
Sakura volvió a almorzar con los demás como de costumbre, pero solo la veía feo si estaban de frente. Por suerte, Sakura evitaba mirarla. Sin embargo, parecía que Ino se estaba cansando de la tensión que había entre ellas.
Sasuke le tomaba la mano por debajo de la mesa hasta que Hinata lo reñía porque necesitaba esa mano para comer, entonces le ponía la mano en la cintura y la jalaba hacia él. Recibía una mirada severa por eso.
Hinata se despidió con la mano cuando la moto de Sasuke se marchó, pero recibió una llamada antes de entrar a la casa. El identificador de llamadas mostraba el nombre de Itachi. Hinata contestó vacilante.
—Hinata —Itachi saludó—. ¿Cómo has estado?
—Bien —murmuró Hinata al teléfono.
—Date la vuelta —le dijo Itachi.
Hinata vio a Itachi saludándola desde un auto. El teléfono se le cayó. Miró momentáneamente hacia la casa, pero decidió que él debía de estar allí por alguna razón. No era tarde, por lo que no tenía excusa.
Hinata se acercó al auto. Itachi se acercó para abrirle la puerta del pasajero. La llevó a una cafetería, hablaron de pequeñas cosas sin sentido durante el camino, él intentaba ponerla menos nerviosa, pero eso solo hizo que el nudo en su estómago creciera.
—Mi hermano pequeño te ha estado cortejando —dijo Itachi. Hinata jugueteó con su taza. No era una pregunta, así que no sabía qué responder. ¿Cómo se había enterado? Sasuke dijo que no se hablaban y seguramente Hiashi no les había ido con el chisme—. No lo apruebo.
—Yo... ¿Por qué? —preguntó Hinata.
—Mi salud está empeorando —comentó Itachi sin rodeos—. No estoy seguro de si Sasuke lo ha mencionado. Aún no es de dominio público. Como heredera de tu familia, estoy seguro de que sabes lo que eso conlleva.
—Estoy segura de que Sasuke lo entiende —empezó Hinata.
—¿Lo entiendes? —espetó Itachi.
Hinata se estremeció ante su tono.
—¿Qué...?
—¿Piensas que sabe lo que eso implica? —aclaró Itachi con dureza—. ¿Crees que estaría tonteando ahora mismo si lo supiera? —Itachi siempre protegía a su hermano pequeño, pero esto... Parecía extremo—. Hinata, él no necesita este tipo de distracción. Esto va a terminar mal.
Hinata se levantó e inclinó la cabeza.
—Lo siento, pero no es conmigo con quien deberías hablar. Esta conversación deberías tenerla con Sasuke —Itachi la miró risible—. Gracias por el café. Me voy.
Hinata salió por la puerta. Se paró en la acera y miró una señal antes de sacar el teléfono para llamar a Sasuke. Su mano fue detenida.
—No le cuentes nada de esto —los ojos de Itachi se clavaron en los suyos antes de soltarle la mano y dirigirse a su auto.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Naoko Ichigo
