Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.
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Sasuke dobló la esquina en su moto y se encontró a Hinata esperando bajo una farola.
—Sabes que podría haberte dejado por la zona si hubieras querido.
La mirada de Hinata le dio mala espina. Tomo el casco que le ofrecían.
—¿Podemos dar una vuelta?
Sasuke sintió un nudo de inseguridad en el estómago. Le hizo un gesto para que se subiera y cuando ella lo hizo, él manejó por la ciudad. Hinata permaneció callada, agarrada cómodamente a su cintura mientras él daba una larga vuelta alrededor de la ciudad, pasando junto al agua, para que ella pudiera ver el reflejo de la luna, mientras ella tenía la cabeza apoyada en su espalda. Se detuvo en un puesto de comida. Con palitos fritos en la mano, se sentaron en un banco de un parque vacío, muy parecido a aquel en el que hicieron el trato. Terminaron sus golosinas antes de que Hinata se dispusiera a hablar.
—Tengo algo que decirte que no te va a gustar oír —Sasuke asintió—. Itachi-san me pidió que rompiera contigo —admitió Hinata—. Por eso necesitaba que vinieras a buscarme.
A Sasuke se le cortó la respiración.
—¿Qué?
—No lo aprueba y cree que no necesitas una "distracción" ahora mismo —explicó Hinata.
—Pero qué... —Sasuke ni siquiera podía articular las palabras—. ¡¿Ha ido a verte?!
—Sasuke-san... —susurró Hinata.
—Ese bastardo ni siquiera puede... —Sasuke se dobló sobre sí mismo y se rascó el cuero cabelludo dolorosamente. Itachi iba a provocarle una dolencia cardíaca.
Hinata le puso la mano en el hombro.
—Considero que no sabe cómo hablarte.
—¡Eso no justifica esto! —espetó Sasuke.
—Ya lo sé. Solo supongo que tuvo sus razones. No digo que lo que hizo estuviera bien —explicó Hinata—. Pero se pone peor.
—¿Cómo? —preguntó Sasuke.
—Él no quería que te dijera que hablamos —Hinata entendió por qué le dolía—. Opino que debería haber sabido mejor que yo no iba a hacerte eso.
La ira se disparó y luego, tan rápido como llegó, toda la energía lo abandonó. Sasuke agachó la cabeza. Hinata le frotó el hombro.
—Ese bastardo no puede seguir tomando decisiones por su cuenta si quiere que yo sea un líder.
—Lo sé —susurró Hinata.
Sasuke ya debería estar insensibilizado. ¿Cuántos años llevaba su hermano decepcionándolo? ¿Cuántas veces había intervenido por "su propio bien"? ¿Y si Hinata no hubiera sabido lo de su hermano? ¿Habría seguido el consejo de Itachi y lo hubiera dejado?
—Le dije que debería hablar contigo sobre tus decisiones si considera que estás equivocado. No sé si lo hará —Sasuke volvió a sentarse y se frotó el rostro con violencia, intentando deshacerse de la sensación que lo embargaba. Aunque su hermano estuviera intentando entrometerse, no podía dejar que lo molestara—. No sé si esa charla terminara bien.
—No lo hará —Sasuke sabía que no debía pensar que Itachi iba a cambiar su forma de ser, pero, desde luego, nunca había esperado que interviniera así—. Debería llevarte a casa.
Hinata asintió, pero se tomó un momento para rodearlo los hombros con los brazos. Sasuke bajó el rostro hacia los brazos de ella. Necesitaba el abrazo.
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Hinata se levantó al terminar la clase y agarró sus cosas. Fue recibida por un ramo de flores que. Se asomó tras el ramo y vio a Sasuke con una sonrisa en el rostro. Hinata se sonrojó, tomándolas mientras escuchaba los murmullos y risitas de las chicas que pasaban a su lado.
—Fuiste por mí en la mañana. ¿Cuándo te dio el tiempo para comprarlas? —Hinata agachó la cabeza para ocultar su creciente vergüenza.
—Tengo un periodo libre justo antes de comer —Sasuke extendió el brazo. Hinata lo tomo con un suspiro. Él se estaba pasando.
—No tienes que compensar la grosería de Itachi —refunfuñó Hinata.
Sasuke se inclinó hacia ella y sonrió satisfecho.
—No sé a qué te refieres. Creo que mi novia debería recibir flores periódicamente —Sasuke iba a hacer que su corazón explotara de vergüenza. Era dulce, pero se estaba esforzando demasiado. Tal vez ella también debería esforzarse más. Sentía que no estaba haciendo lo suficiente—. ¿A dónde quieres ir este fin de semana?
—Tengo que estar en la fiesta de la apertura del nuevo hotel Uchiha. Deberás saber que tú también tienes que estar allí —Hinata le miró con el ceño fruncido.
—Ya lo sé. ¿A dónde prefieres ir? —preguntó Sasuke.
Hinata negó con la cabeza.
—No, tenemos que ir. Si vamos a anunciar a nuestras familias que vamos a ser pareja, deberíamos hacerlo públicamente para que no puedan rechazarlo sin tener malos comentarios de la prensa.
Sasuke hizo una mueca.
—Eso suena razonable.
—¿De verdad pensabas que podíamos saltarnos el evento así sin más? —preguntó Hinata con incredulidad.
Sasuke se encogió de hombros.
—Me he saltado muchos eventos. Nadie mira al segundo hijo.
—Vas a tener que empezar a preocuparte por tu imagen pública. Los actos de relaciones públicas, las inauguraciones y las obras benéficas son los mejores lugares para hacer una declaración y el peor sitio para que te pillen metiendo la pata —explicó Hinata.
—¿Ves? En realidad, solo soy la cara bonita aquí —Sasuke se puso el dorso de la mano bajo el rostro.
Hinata puso los ojos en blanco.
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Hinata estaba acostumbrada a que Hanabi la ignorara, a los mensajes desagradables y las miradas de reojo, pero no estaba deseando que llegara la confrontación que la esperaba al llegar a casa.
—¿Intentando volver a subir en la escala social? —preguntó Hanabi sin levantar la vista de su teléfono desde su sitio en la cocina.
Hinata le devolvió la mirada con una expresión más tranquila de lo que se sentía.
—Para empezar, nunca quise esto.
Hanabi puso los ojos en blanco, posando su atención en ella.
—No intentes ser una mártir.
Hinata sintió que su corazón caía en picada. ¿Por qué solo podía ver a la niña que le rogaba que se quedara en casa para jugar?
—Pierdes el tiempo insultándome. Ahora sé cómo te sientes.
—No empieces a actuar como si valiera la pena perder el tiempo contigo —los ojos de Hanabi la atravesaron—. Tsk, zorra —Hanabi volvió su atención a su teléfono.
Hinata sintió que se quebraba.
—Cuida lo que dices.
Hanabi se levantó sobresaltada, pero Hinata ya no estaba. Se encontraba al otro lado de la puerta de su habitación, tapándose la boca. ¿Acaba de regañarla? ¿Cuándo se había vuelto tan atrevida? ¿Se estaba volviendo loca?
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El brazo de Sasuke descansaba alrededor del hombro de Hinata mientras esta hojeaba sus apuntes. Su letra era pulcra y sus apuntes estaban más organizados que el libro de texto.
—¿Siempre estudias tanto?
Hinata lo miró de reojo.
—¿Tú no?
Sasuke se encogió de hombros.
—En realidad nunca he tenido que estudiar.
Hinata se quedó boquiabierta.
—Fuiste el segundo mejor de nuestro curso.
Las cejas de Sasuke se alzaron ante su sorpresa.
—¿Y?
—¿Me estás diciendo que nunca estudiaste y que sacaste sistemáticamente mejores calificaciones que yo? —Hinata preguntó horrorizada.
—Quiero decir... Si lo recordaba, ¿para qué iba a estudiarlo? —Sasuke se encogió de hombros.
Hinata se burló, frustrada.
—¿Entonces para qué me necesitas?
—¿Qué quieres decir? —esto era realmente molesto para ella.
—¿Para qué necesitas mi ayuda para dirigir una empresa si eres bueno en todo? —Hinata lo miró con el ceño fruncido.
—Que me acuerde de las tareas de la clase no significa que sepa qué hacer —explicó Sasuke—. Hacer exámenes no es como apagar el fuego creado por la prensa.
Hinata resopló. Podría estar realmente enfadada con él por esto.
Aunque era una forma fácil de hacer que lo olvidara. Sasuke la rodeó con el brazo para acercarla y besarle la mejilla. Hinata se apartó y se encogió en su asiento para poner mala cara a sus calificaciones, pero estaba sonrojada hasta las orejas, eso le hizo saber que había ganado.
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Notas: ¡Holis! ¿Cómo están? Yo ando con un poco de sueño, anoche estuve con insomnio y hoy me toco cuidar a mi hermano menor en la tarde, por eso no había podido actualizar la historia más temprano (como tenía planeado hacer). Ahora me iré, porque debo aprovechar mis últimos días de vacaciones… No quiero volver a la pinche universidad. Nos estamos leyendo en… No sé, aún no planeo el calendario de actualizaciones de este año.
Naoko Ichigo
