Harry Potter: Una lectura distinta, vol. 8

Por edwinguerrave

Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008

El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.

Algunos capítulos incluyen extractos de los "fan fic" 'Harry Potter y la Orden del Fénix', © "Daniela Linx", y 'Harry Potter y el Círculo Secreto', © "jesterdead".


La Frontera Final (1)

Capítulo 33: "A tout le monde" (2)

—Supiste jugar tus cartas, Snape, y eso lo reconozco —dijo James, sorprendiendo al propio lector, quien se había detenido en el movimiento de colocar el pergamino en el atril.

—Sí —confirmó Sirius—, ¿quién iba a pensar que detrás de esa máscara de imperturbabilidad se ocultaba alguien como tú?

—¿Qué esperas que te responda, Black? —replicó Snape—, hice lo que debía hacer, lo hice como se esperaba y los resultados fueron los esperados, por los que se lucharon. Que mis métodos no fueran los mismos que los de ustedes, es conversable.

—Lo que discutiría, en todo caso —comentó Lily—, es porqué tuviste que esperar a mi muerte para saber que debías cambiar y proteger a Harry, con todo lo que te recordaba a James.

—Desde el momento que cometí el error de llamarte como te llamé —respondió Snape—, sabía que había algo más grande que mi estrechez mental, pero no lo supe ver hasta que se comenzó a filtrar en el grupo de mortífagos que se había emitido la profecía y que involucraba a los Potter —James y Sirius miraron con decepción a Snape, quien los ignoró olímpicamente—, te involucraba directamente a tí, por lo que acudí al profesor Dumbledore para pedirle ayuda o consejo.

—A partir de ahí —intervino Dumbledore antes que se alborotara la Sala—, como bien se ha leído, Severus se convirtió en un miembro importante en la orden del Fénix, ayudando a la derrota final de Tom Ryddle.

Los asistentes aplaudieron levemente, a la vez que el atril con el nuevo capítulo se ubicaba delante de la profesora Sprout.

—No sé qué significa "A tout le monde" —comentó con ciertas dudas—, pero así se llama el capítulo.

—"A todo el mundo", profesora —aclaró Fleur con orgullo—, es una expresión francesa que quiere decir "A quien pueda interesar", algo así.

—Gracias, señora Weasley —le sonrió la profesora Sprout antes de comenzar a leer.

Al siguiente día, Harry se despertó, suspiró, y se incorporó en la cama, pensando en lo que se viviría en algunas horas, cuando el colegio en pleno, junto con sus invitados, se reuniera a homenajear la libertad y el sacrificio.

Ahí lo vio Ron, reflexionando, por lo que le preguntó:

¿Pasa algo, Harry?

No, Ron, sólo pensaba… Ya ha pasado un año, ¿no? Y lo que falta.

Y lo que falta —ratificó Ron, poniendo su mano en el hombro de Harry—. Vamos, el desayuno nos espera.

—Lo normal en papá —comentó Hugo, provocando risas.

—Y en ti también, así que no te hagas el listo —replicó Rose, haciendo que el alboroto aumentara.

Luego de vestirse, bajaron a la Sala Común, donde ya los esperaban Hermione, Ginny y Dil; luego de saludarse, bajaron al Gran Comedor, y se dieron cuenta que habían colocado más bancos a las mesas de las casas, debido a que ya habían llegado los primeros invitados. Ahí, los chicos descubrieron que la familia Weasley en pleno les esperaba: los señores Weasley, Charlie, Bill y Fleur, Percy y Audrey, su novia, y George y Angelina, quien exhibía una incipiente panza de embarazo, lo que hizo exclamar a Ginny:

¡Qué lindo! ¡Mi primer sobrino!

—Sobrina, por favor —aclaró Roxanne, entre las risas de los bromistas.

—Bueno —se defendió Ginny, sonriendo—, fue lo primero que pensé en ese momento, no sabía que nacería una sobrina tan hermosa como fuiste cuando eras una bebé.

Awwwww —exclamó el coro de bromistas, generando risas y aplausos.

—Sí —complementó Angelina, sonriendo mientras abrazaba a Roxanne—, mi niña siempre ha sido hermosa.

Luego de los abrazos correspondientes, se sentaron a desayunar, comentando las peripecias de la captura de los mortífagos. En ese instante, el señor Arthur les acercó un ejemplar de El Profeta, que daba cuenta de los juicios a esos mortífagos:

Condenados los Mortífagos capturados en Hogwarts

En una serie de "juicios expresos", los mortífagos capturados el pasado 27 de abril, en los terrenos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, fueron condenados a diversas condenas en Azkabán, por cargos que van desde posesión de artefactos mágicos altamente controlados, invasión de espacios privados, destrucción de bienes, lesiones de varios grados, hasta cuatro cargos de intento de asesinato capital hacia Harry Potter. Entre los acusados, solamente el joven Draco Malfoy aceptó la culpabilidad de los cargos con los que se le acusó, y al llegar a un acuerdo con el Ministerio, identificó varias células de mortífagos renegados, por lo que su condena fue reducida a seis meses en la prisión de alta seguridad y a treinta meses de trabajo comunitario en el propio colegio.

"La colaboración prestada por el joven Malfoy permitió liberar al mundo mágico, e incluso al mundo muggle, de una serie de sujetos peligrosos, por lo cual el Ministerio consideró adecuado llegar a ese acuerdo con él", declaró esta tarde, luego de leída la sentencia, el Ministro de Magia, y acusador directo en los juicios, Kingsley Shacklebolt.

—Qué radical se oye eso —comentó Frankie.

—Lo comentamos —indicó Draco con calma—, creo que todos salimos ganando con ese acuerdo: pagué mis errores tanto en prisión como acá en Hogwarts, el Ministerio logró atrapar a muchos y finalmente tuve la oportunidad de volver a conocer a una mujer maravillosa —dijo mientras tomaba la mano de Astoria—, quien me aceptó con todas mis heridas.

—Heridas que te sigue costando curar —respondió Astoria, sonriendo levemente—, porque no son físicas, son emocionales.

Draco asintió en silencio, lo que aprovechó la profesora Strout para continuar la lectura.

Que bueno —comentó Harry al leer el artículo—. Sabía que Malfoy haría lo correcto.

¿Y tú crees que lo haya hecho sinceramente? —preguntó Ron, extrañado.

Bueno —terció el señor Arthur—, yo lo vi cuando lo llevaban al juicio, y lo vi bastante mal, no sé si tuvo que ver algo lo que hablaron aquí antes de que se lo llevaran —le dijo directamente a Harry, quien respondió con un lacónico:

Es probable.

—Ya lo comentó el señor Draco —indicó Rose—, cuando Scorp le preguntó si pensaba que lo que había logrado obtener en ese juicio era lo correcto. Le dijo "Reconozco que merecía mucho más, incluso una prisión de por vida, pero sabía que había hecho lo correcto al dar la información que tenía. Lo correcto para mí y para mi familia, claro está".

—Exactamente, Rose, exactamente —confirmó Draco.

Luego de desayunar, fueron a dar una vuelta por los terrenos, conversando de los preparativos para las bodas, las cuales acordaron hacer en tres meses exactos, el lunes 02 de agosto, y conjuntas, tal como Dil había propuesto. Conversaron lo de las cuatro parejas de padrinos, lo que hizo sonreír a la señora Molly, quien comentó:

Bueno, generalmente son dos parejas de padrinos en la boda, y como ustedes son dos parejas, tiene lógica que cada boda tenga cuatro padrinos. ¿Ya decidieron quienes van a ser los padrinos de cada boda?

Ehhh —dijo Harry, viendo sucesivamente a Ginny, Hermione y Ron—. Realmente, no, no nos hemos sentado a eso.

Se las voy a poner fácil —dijo Dil, acercándose a Harry y Ginny—. Los cuatro me caen excelentemente bien, son grandes personas, pero yo quiero ser madrina de Ginny, hemos congeniado muy bien, y me gustaría ser su madrina de bodas.

¡Ay, gracias! —exclamó Ginny, antes de abrazarla.

—No sé por qué —comentó Dil con cierto tono apenado—, pero congenié más rápido con Ginny y Harry que con Hermione y Ron.

—Quizás porque tía Hermione es más complicada que mamá —replicó JS, provocando algunas risas.

Muy bien, pero todavía queda gente —comentó Ron, reflexionando—. Neville y Hannah, Seamus y Dean, Parvati y Luna, y Justin Finch-Fletchey.

Sí —afirmó Hermione—. ¿Quién escoge a Luna?

Yo había dicho que quería que Luna fuera mi otra madrina, ahora no se —reflexionó Ginny.

Tendríamos que preguntarle si quiere —reflexionó Harry—. El otro tema es que yo quisiera que Neville fuera el padrino de mi boda, con Hannah, por supuesto. Eso quiere decir que Luna sería madrina de ustedes con Seamus.

Lilu miró a Harry con confusión.

—Es madrina de bodas de Hermione y Ron, pero es tu madrina de bautizo —confirmó Harry, haciendo sonreir a su hija menor.

—No sólo es su madrina —confirmó JS—, es su ejemplo a seguir.

—Mientras no siga sus excentricidades —comentó Al, provocando risas y un golpecito en el hombro de parte de Lilu.

Lo que nos deja también a Parvati y Dean —calculó Ron, para luego decirle a Dil—. Y a ti te toca ir con Justin.

Él no es mal tipo, me cae bien, que no es el "gran jueves" en el quidditch es cierto, pero es buen tipo.

Ajá —le dijo Ginny con un tono de burla—. Lánzale los cotejos, a ver si cae.

Ginny —le regañó la señora Molly—. ¿Qué es eso? ¿Tú le "lanzaste los cotejos" a Harry, acaso? —lo que hizo que Ginny se sonrojara, dejara de reírse, y se refugiara en los brazos de Harry, bajo la sonrisa de todos.

—Pues sí —reconoció Dil—, Justin es un buen tipo, y hemos mantenido una muy buena amistad, siempre pasa por el local y tenemos buenas conversaciones.

De regreso al castillo, ya estaban los preparativos para la ceremonia, por lo que los chicos subieron a la casa, se colocaron unas túnicas de clase, con sus capas, y bajaron.

Notaron que estaban formando a todos los estudiantes en el patio central del colegio, de acuerdo a su casa, mientras los profesores y los egresados ocupaban un área lateral, y quienes lucharon como integrantes del Ministerio y la Orden del Fénix, otra área.

Cuando todos los estudiantes estaban en formación, la profesora McGonagall se levantó de un asiento dispuesto en el improvisado presídium, e inició su discurso:

En ese punto, la profesora Sprout se detuvo y comentó:

—Sería bueno si tú lees lo que dijiste ese día, Minerva.

—Será un honor —respondió la directora McGonagall, recibiendo un pergamino de parte de la Sala. Al verlo, sonrió levemente, e inició la lectura de su discurso:

Hace exactamente un año atrás, nos encontrábamos luchando silenciosamente contra un grupo de magos malvados, quienes controlaban nuestro colegio. De pronto, una luz de esperanza llegó, a través de tres jóvenes, quienes estaban llevando a cabo un plan que muchos consideramos suicida, pero que logró lo que buscaban: restaurar la paz a nuestro mundo, al destruir de una vez y para siempre a quien era considerado el mago oscuro más poderoso de nuestro tiempo: Lord Voldemort. Por eso llamaré a mi lado a los señores Ronald Weasley, Hermione Granger y Harry Potter.

Al mencionarlos, los tres se vieron con sorpresa, y al comenzar a acercarse, un sonoro aplauso llenó el aire primaveral, envolviéndolos en una sensación de paz que pocas veces Harry había sentido en Hogwarts.

Unos leves aplausos se comenzaron a escuchar, pero no interrumpieron a la profesora Sprout.

Cuando se detuvieron al lado de la profesora McGonagall, continuó:

Ellos no hubieran logrado ese objetivo, si no hubieran contado con el apoyo de muchos de ustedes —dijo, mirando furtivamente las filas de los Slytherin—, quienes defendieron el castillo junto con magos del Ministerio, y de muchos magos, ex alumnos de Hogwarts, que sin importarle la posibilidad de fallecer, vinieron a defender su colegio de quienes intentaban destruirlo por un deseo de poder absoluto. Al mismo tiempo, otros tres colegios mágicos eran atacados simultáneamente: Durmstrang, Beauxbatons y Humstall. A ellos nuestros respetos.

Otra salva de aplausos se elevó en el aire, haciendo que Fleur, al lado de Bill, se secara disimuladamente una lágrima, mientras que Krum, con su túnica de gala de Durmstrang, se levantaba en las puntas de sus pies, disimulando su emoción. Dil, inmersa en el grupo de Gryffindor, suspiró violentamente al recordar a quienes fallecieron en el ataque a Humstall.

—Sí —reconoció Dil con gravedad—, recordaba a varios de mis compañeros, especialmente los que vimos caídos al momento que estábamos saliendo por el pasillo oculto.

Luego de terminar los aplausos, McGonagall continuó:

Para el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, y para mí en particular, es un orgullo reconocer a todos aquellos que dieron su vida por salvaguardar la existencia de este castillo, y ayudar a los señores Potter y Weasley y la señorita Granger a lograr la misión que tenían encomendada. Por ello, develaremos una placa conmemorativa, con los nombres de quienes no nos acompañan físicamente hoy, pero que se encuentran entre nosotros, en nuestros recuerdos. ¡A ellos honor y gloria!

Luego de otra salva de aplausos, la profesora McGonagall, acompañada por Harry, Ron y Hermione, develó una hermosa placa de mármol, en la cual se mencionaban a todos quienes habían muerto en la batalla, bajo la siguiente inscripción:

El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería quiere honrar a quienes sacrificaron su vida por la libertad, la fraternidad y la estabilidad del mundo mágico.

"La muerte no es el final"

A un año de la Batalla de Hogwarts, 2 de Mayo de 1999

Mientras era develada la placa, en la cual Harry observó sorprendido que aparecían destacados los nombres de Lily y James Potter, Sirius Black y Alastor Moody, un fuerte aplauso se escuchó, y algunos lanzaron chispas de colores, como fuegos artificiales.

—Gracias, profesora —dijo Lily, sonriendo ampliamente.

—Es lo mínimo que todos ustedes se merecen —comentó la directora McGonagall—, ya que no los podemos homenajear en persona, al menos los recordaremos eternamente con esta placa.

—Ya me parecía raro haber visto esa placa en mi primer año —dijo Dom—, especialmente porque detallando los nombres ví apellidos conocidos: Potter, Longbottom, Weasley, Bones…, y como apenas se comentó algo en la casa, especialmente porque es el mismo día de cumpleaños de Vic, me llamó la atención.

Varios vieron a Harry, quien sólo encogió los hombros.

Luego, la profesora McGonagall indicó:

A continuación, pasaremos al Gran Comedor, donde tendremos el banquete de honor y daremos reconocimientos especiales a algunas personas, tanto del colegio, como del pueblo de Hogsmeade y del Ministerio de Magia. ¡Pasemos!

A continuación, ingresaron al Gran Comedor, donde las mesas esperaban a los diversos comensales con las vajillas dispuestas, y los pendones con los colores de las cuatro casas colgando del encantado techo del salón. Harry, Ron y Hermione tomaron asiento en sus lugares usuales de la mesa Gryffindor, junto a Ginny, Neville y los Weasleys, quienes, como antiguos integrantes de la casa del león, compartirían el banquete con los actuales miembros de la casa.

Al ubicarse en la mesa de los profesores, la directora McGonagall indicó:

Ahora, disfrutemos de un delicioso banquete, como es tradicional en nuestro colegio, y después reconoceremos la excelencia. ¡Buen provecho!

Tomar asiento, y llenarse las fuentes y bandejas con las delicias culinarias provenientes de las cocinas fue un solo acto. Inmediatamente después comenzó el alegre sonar de platos, cubiertos y copas siendo usadas por los comensales.

—Y yo con hambre —comentó Hugo, lo que provocó unas carcajadas y el ácido comentario de Lucy:

—Justo lo que acaba de decir Rose. Igualito al tío Ron.

Los bromistas alborotaron un rato, haciendo sonreir a Ron.

Una enorme diversidad de preparaciones se podía degustar, y Ron, como era usual, intentaba probar de cada una que tuviera al alcance. Hermione, Ginny y la señora Molly lo veían de manera desaprobatoria, pero no le decían nada. Harry, entre tanto, comía en silencio, lo que llamó la atención de Dil:

Harry, ¿pasa algo?

No… —respondió intentando esquivar su mirada, pero al no lograrlo, se sinceró—. Bueno, es que estaba recordando que a esta hora estábamos siendo salvados por el hermano del profesor Dumbledore, y discutíamos con él nuestra necesidad de entrar al castillo.

Me imagino —reconoció Dil—. Nosotros allá en Humstall estábamos comiendo también, y Zabriski estaba comentando lo que había visto, del posible ataque… Muchos de nosotros nos burlamos, pero tuvo razón.

—Uno de los pocos —comentó Dil—, junto a Jean, que siempre me brindaron su confianza.

Luego de un buen rato, los platos salados fueron sustituidos por los postres, los cuales provocaron el alborozo de los comensales. Al terminar, y quedar las mesas totalmente limpias, se levantó la profesora McGonagall, acompañada de los profesores Slughorn y Flitwick, quien acercó una mesa auxiliar en la cual reposaban unos reconocimientos, en pergaminos e insignias.

Bien, ahora que ya todos debemos haber comido algo –comentó la profesora McGonagall, sonando similar al recordado profesor Dumbledore (el aludido sonrió, asintiendo a la directora McGonagall)—, haremos la entrega de reconocimientos especiales a algunas personas que hicieron posible que retornara la paz y la concordia a nuestro mundo. Inicialmente, quiero llamar a Kingsley Shacklebolt, Ministro de Magia, por su apoyo personal e institucional en la reconstrucción del castillo.

Una salva de aplausos se levantó cuando el fornido ex-auror recibió su pergamino.

Alguien que brindó un importantísimo apoyo en el momento de la batalla, el señor Aberforth Dumbledore.

Aberforth se levantó y caminó casi sin querer hacia el estrado, donde recibió un pergamino de manos de la directora, en medio de calurosos aplausos.

—No dudo que no quisiera recibirlo —comentó el profesor Dumbledore—, Abe siempre ha sido de mantenerse al margen, apartado de los focos.

Quisiera llamar a los señores Arthur y Molly Weasley, quienes brindaron más que apoyo en la batalla, para que reciban, post-mortem, el reconocimiento de EXTASIS en Defensa contra las Artes Oscuras de Fred Weasley, y al señor George Weasley, para que reciba el suyo propio.

Una enorme ovación surgió de la mesa de Gryffindor cuando los tres Weasley se levantaron; mientras caminaban hacia el estrado, Harry notó que tanto Ron como Ginny lloraban abrazados, y Percy, Bill y Charlie derramaban silenciosas lágrimas, al igual que Angelina Johnson, quien se acariciaba su panza de embarazo.

En la Sala, la gran mayoría, incluyendo sorpresivamente a Draco, aplaudieron a los gemelos, quienes se levantaron y saludaron, tal como hacían usualmente.

A continuación, llamo a los señores Harry Potter, Ronald Weasley y la señorita Hermione Granger, artífices de la victoria sobre el mal, para que reciban un sencillo reconocimiento de este colegio, que en nombre del mundo mágico les estará eternamente agradecido.

Harry, Ron y Hermione se levantaron y caminaron ante la mayor ovación que haya ocurrido en el día, hacia el estrado, donde la profesora McGonagall los esperaba, tratando de reprimir las lágrimas de emoción.

La lectura de la profesora Sprout se volvió a ver interrumpida por los aplausos, especialmente de parte de los más jóvenes a los que se unieron James, Sirius, Lily, Alice y Frank. Harry les hizo señas para que se calmaran, lo que tardó unos dos minutos antes de permitir a la antigua jefa de Hufflepuff continuar la lectura.

Luego de recibir los reconocimientos, Harry notó que espontáneamente comenzó un canto, desde las mesas del Gran Comedor:

¡Qué hable! ¡Qué hable! ¡Qué hable!

La profesora McGonagall le cedió el presídium, y Harry, rodeado de sus mejores amigos, comenzó a hablar:

—¿Harry? —le preguntó la profesora Sprout, mostrándole el pergamino. Con el asentimiento silencioso del aludido, la Sala materializó en sus manos un duplicado del capítulo, el cual vio y le hizo sonreír antes de comenzar a leer:

Gracias a todos —estaba nervioso, pues miró a lado y lado, asegurándose que tanto Ron como Hermione estuvieran allí, y luego a la mesa de Gryffindor, donde Ginny le hizo un gesto con la cabeza. En ese momento sintió que recobraba la confianza (lo que demostró en la Sala, asintiendo antes de retomar la lectura)—. Muchos conocen mi vida, saben de dónde vengo y lo que soy, y que en cierto modo no me gusta este tipo de fama, o algo así; pero pocos saben que esto —dijo, levantando el pergamino—, lo logré, no sólo gracias a Ron y Hermione, sino por mucha otra gente que está aquí y otros que no están. Entre ellos, los dos anteriores directores de Hogwarts, el profesor Albus Dumbledore, y el profesor Severus Snape.

Inmediatamente surgió un rumor de sorpresa, especialmente del lado de Gryffindor. Harry no se preocupó por él, pues siguió hablando:

Muchos se sorprenden de que mencione al profesor Snape, cuando era más que conocida la actitud de animadversión que él tenía hacia mí; pero les aseguro que no he conocido a alguien más valiente sobre la faz de la Tierra que él, pues estuvo al lado de los dos magos más poderosos de estos tiempos, el profesor Dumbledore y Lord Voldemort, y éste último nunca sospechó que estaba siendo engañado; por ello me permito solicitar al Ministerio de Magia que se reconozca la labor del profesor Snape al protegerme, ayudarme y sacrificarse para que yo lograra terminar con Tom Ryddle, posteriormente conocido por nosotros como Lord Voldemort; también pido humildemente que el profesor Snape sea reconocido como director de Hogwarts, a pesar de los males que se pudieron causar, pues su estadía el año pasado aquí tenía como finalidad facilitar nuestro trabajo de destruir a Voldemort.

—Estoy totalmente de acuerdo —comentó James—. Pudimos tener nuestras diferencias, eso no lo dudo, e incluso podemos tenerlas actualmente, pero lo hiciste bien, Snape. Te lo mereces.

—Sí —intervino Sirius—, te lo mereces.

—Gracias —dijo Snape, lacónicamente—, ustedes también hicieron lo suyo. Profesora Sprout.

Un tímido aplauso se levantó cuando Harry terminó de hablar, y Kingsley, pidiendo la autorización de la profesora McGonagall, le respondió:

En el Ministerio de Magia estamos conscientes de las acciones que el profesor Snape efectuó para ayudarte, Harry, pero necesitaremos pruebas más contundentes.

Se las puedo proporcionar, señor Ministro, pues están en el Pensadero de la oficina del director, si aún se encuentra allí.

Sí, Potter —confirmó la profesora McGonagall—. No he querido retirarlo porque sé que ahí hay información valiosa que el profesor Dumbledore dejó —luego de decir esto, se dirigió a todos los presentes—. Hubiéramos deseado darles un reconocimiento a todos y cada uno de ustedes, quienes compartieron estos momentos difíciles, pero quiero que se lleven el afecto, respeto y orgullo que el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería tiene por cada uno de ustedes.

Y diciendo esto extendió los brazos, como buscando abrazar a todos. Harry sintió una sensación de calidez, idéntica a la primera vez que entró al castillo, y notó que tanto Hermione y Ron, a su lado, y Ginny, Dil, Neville, los Weasleys y los demás, habían recibido esa sensación de paz.

—Mmmmm —se oyó la voz de Alisu, quien se había abrazado los brazos—, no sé si ustedes sienten esa calidez o soy sólo yo.

—Pues no eres sólo tú, Alisu —dijo Amelia—, yo también lo acabo de sentir.

Varios, entre los que se contaban Paula, Violet, Will y Lilu, asintieron, reconociendo que tenían esa sensación.

—Creo que todos ustedes merecen sentir ese afecto que el colegio tiene por sus estudiantes —indicó Dumbledore, lo que fue confirmado silenciosamente por la directora McGonagall.

Luego de esto, la profesora McGonagall pidió que todos cantaran el himno del colegio, y después les dijo:

Las puertas de Hogwarts seguirán abiertas por muchos años más, si sus profesores, estudiantes, egresados, y amigos siguen siendo fieles y consecuentes con el colegio. Tengan todos buenas noches. Los estudiantes pueden retirarse a sus respectivas salas comunes, para que celebren allí en privado si así prefieren.

En relativo silencio, fueron saliendo los estudiantes, retrasándose un poco quienes habían sido acompañados por sus familiares, por lo que la salida del comedor fue más lenta de lo usual. Mucho más lenta fue para Ron, pues Viktor Krum le hizo señas para que se acercara. Luego de cruzar miradas con Hermione, Ron se le acercó:

Usted dirá, profesor Krum.

Uuuuuuuuuuu —se oyó el coro de bromistas, lo que atrajo carcajadas entre los más jóvenes.

Bueno, "seniorr" Weasley —comenzó a hablar Viktor, balanceándose sobre las puntas de sus pies, pero luego de suspirar, tomó más confianza—. Sólo "querría decirrte" que les deseo lo "mejorr" en su "futurro matrrimonio", tanto a ti como a "Herrmione".

Ehhh, gracias —sólo logró articular Ron, sorprendido. Krum siguió hablando:

Sí, Weasley, sé cuando no puedo "ganarr" una batalla, y tú ganaste en buena lid el "corrazón" de "Herrmione", sólo te pido que la cuides, y la "rrespetes, porrque" ella te ama de "verrdad". Lo sé "porrque" ella ya me lo "confirrmó".

—¡Qué caballeroso! —exclamó Vic, sorprendiendo a Teddy—, reconociendo que ya no tenía oportunidad de obtener el amor de la tía Hermione.

—Era lo mínimo que esperaba —comentó sombríamente Ron, lo que provocó algunas risas.

Gracias, profesor —le dijo Ron, más seguro—. Ese sentimiento es mutuo, y sabré honrar ese amor, se lo garantizo.

Bien —suspiró Krum—. "Sabrré aceptarr" si no me "quierren invitarr" a la boda…

No, por favor —le interrumpió Ron, sacudiendo la mano para reforzar su negación—. Celebraremos nuestra boda junto con la de Harry y mi hermana, y será un honor si nos acompaña, por Harry, digo, dado que él aún lo estima.

Veo que "erres" un amigo fiel, Weasley, y "estarré" gustoso de "irr" a "vuestrras" bodas –le dijo mientras le estrechaba la mano.

—Eso es ser caballeroso —indicó Arthur—, invitar a su teórico "rival amooso" en nombre de su mejor amigo.

—Exactamente —confirmó James—, lo sé por experiencia propia.

—Sí —reconoció Lily—, tanto por Severus como por Tuney.

Con un nuevo sonar de los tacones de sus botas, y saludando a la distancia a Hermione, Harry y Ginny, quienes esperaban a Ron, Viktor Krum dio media vuelta y se retiró por la puerta de los profesores.

Harry, Ron (luego de la conversación con Viktor Krum), Hermione, Ginny y Dil, luego de despedirse, con muchas promesas de volverse a ver, de los Weasleys, llegaron a la sala común, donde la fiesta había comenzado con todo. Inmediatamente tomaron a Harry, Hermione, Ron y Ginny, y los metieron en el corro que habían formado los demás estudiantes, para aplaudirles. Hermione, Ginny y Harry (un poco incómodo) saludaban a los demás, al mismo tiempo que Ron se estiraba cuan largo era, henchido de orgullo.

Luego de esa ronda de aplausos, Seamus indicó, a viva voz:

¡Tomen una cerveza de mantequilla, y brindemos por nuestros cuatro héroes! —Todos buscaron un vaso o botella de esa bebida, y alzaron sus copas, coreando sucesivamente los nombres de los cuatro, y luego, como una porra, el nombre de Gryffindor, y su lema: "¡Vamos, Gryffindor, donde habitan los valientes de corazón!".

—Recuerdo que en la sala común de Hufflepuff también se celebró, y bastante —comentó Hannah, sonriendo—, aunque imagino que con menos efusión.

—Igual fue en Ravenclaw —reconoció Padma—, según me contó Michael Corner, porque nosotros nos fuimos después de la ceremonia.

Zacharias asintió en silencio.

Después del extenso brindis, donde incluso mencionaron a Fred Weasley y Colin Creevey, lo que provocó lágrimas en Ron, Ginny y Dennis, sucesivamente; se dispersó un poco el grupo, y Harry, Ginny, Ron, Hermione, Dil, Neville, Seamus y Dean lograron ubicarse en una mesa cerca de la chimenea, donde intentaban conversar. Intentaban, porque cada instante, algún estudiante, especialmente de los primeros cursos, se acercaba a conocer en persona a Harry Potter, "el elegido", lo que al cabo de unos minutos se convirtió en un gran corrillo, deseando conocer las historias de Harry, quien, aupado por Ginny, Ron y Hermione, narró algunas de sus aventuras enfrentando a Voldemort, llamando la atención de los "chiquillos" y de la propia Dil.

—La verdad es que no me sentía muy cómodo —reconoció Harry ante la mirada de varios en la Sala—, no es un tema que me guste conversarlo, ya creo que lo he dejado claro muchísimas veces; pero fue casi imposible negarme cuando estos tres —señaló sucesivamente a Ginny, Ron y Hermione— alborotaban a los demás para que preguntaran, y aquella —señaló a Dil quien sólo sonrió en un gesto divertido— era la primera en preguntar y preguntar. ¿Cómo hacía?

—Seguirles la cuerda, ¿qué más? —replicó James, provocando risas.

Esta situación duró hasta casi la medianoche, cuando Harry mencionó, tratando de ser educado:

Muchachos, agradezco sinceramente su deseo de conocer más de mí, pero creo que es tarde y muchos de ustedes no están acostumbrados a estar hasta estas horas despiertos, y no quiero que me vayan a usar de excusa por levantarse tarde, ¿está bien?

—Aguafiestas —murmuró JS. Cuando sintió el llamado de atención de Ginny, dijo en voz alta—: Es que los dos son iguales, le quitan lo divertido a la vida.

—Eso quiere decir que tú sí te quedas despierto hasta después de medianoche haciendo nada, ¿verdad? —inquirió Ginny.

—No haciendo nada, mamá —aclaró JS—, o me quedo estudiando o conversando con Freddie, Frankie y Lucy sobre alguna acción propia de los nuevos merodeadores.

—Mmmmm, que me imagino que son los días anteriores a los que recibo las cartas de llamado de atención por las bromas que hacen, ¿o me equivoco?

—Es posible, mamá —respondió JS, ya atrapado—, no sabría decirte, porque recuerda que acá nos mandan muchas tareas y tenemos que estudiar mucho; ya se ha leído como era en la época de papá y tuya, no creo que haya cambiado mucho en estos días.

—Vamos a creerte —dijo Ginny ante la seña de Harry al tocarle el brazo—, para que la profesora Sprout pueda seguir leyendo.

Resignados, los integrantes del improvisado auditorio se levantaron, y subieron a sus habitaciones, comentando la "maravillosa experiencia de conocerlo", mientras que Harry y Ron se despedían de las chicas, para subir, junto a los demás de séptimo a su habitación.

Al entrar, y cerrar la puerta de la habitación, Harry se sentó en la cama, suspiró y abrió el rollo de pergamino; en él decía, con letras doradas:

El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería entrega este Reconocimiento a

Harry James Potter

Por su invalorable aporte a la restauración de la paz, la libertad y la fraternidad del mundo mágico.

"Nuestro profundo y eterno agradecimiento"

A un año de la Batalla de Hogwarts, 2 de Mayo de 1999

Vaya —sólo atinó a decir Ron, quien veía al mismo tiempo su pergamino—. está muy bonito, pero me hubiera gustado que estuviera acompañado de algo de oro.

Harry sólo suspiró, conociendo la personalidad de Ron. Luego de volverlo a enrollar, se cambió, poniéndose una pijama y acostándose. Se durmió rápidamente, sin sobresaltos.

—¿Por qué eras así, papá? —preguntó Rose cuando notó que la profesora Sprout dejaba el pergamino en el atril—, no entiendo.

—Recuerda que siempre fuimos una familia de bajos ingresos —comentó Ron, bastante sonrojado—, y en mi caso sentía en ese momento que todo lo que habíamos hecho, además del orgullo personal de haberlo logrado y la tranquilidad de saber que no habría algún desquiciado intentando matar a nadie por ser mestizo o muggle o lo que fuera, merecía una recompensa económica. Sí, lo sé —reconoció cuando vio a varios fruncir las cejas—, luego cambiaron las circunstancias y mejoro la economía de la familia en general.

—Mmmm, claro, claro —aceptó Rose, aunque poco convencida, a la vez que Lavender veía el atril con el nuevo capítulo ubicarse delante de su asiento.


Notas al pie:

(1) Iron Maiden: "The Final Frontier" (álbum editado en 2010) © Iron Maiden Holdings

(2) Megadeth (Dave Mustaine): "A tout le monde", editado en el álbum "Youthanasia", de 1994 © Megadeth. Disponible en: watch?v=zoFDXTff-gU

Buenas tardes desde San Diego, Venezuela, y bendecido Domingo de Ramos de la Pasión del Señor! El hecho que estemos en los primeros momentos de la Semana Santa 2024 no implica que no les tenga actualización de esta "aventura astral de tres generaciones y ocho libros", especialmente cuando estamos acercándonos (no sé si peligrosamente) al final de este volumen, y este capítulo presenta un poco las actividades que vivieron el día del "homenaje a los caídos en la Batalla", un concepto que me parece interesante, aunque quizás difícil de digerir. Y ahora que lo estoy pensando, tengo que ajustar algunos detalles en ese sentido. Pero bueno, la idea no es quejarme sino agradecerles (como es usual) por acompañarme domingo a domingo con sus visitas, sus marcas de favoritos, sus alertas activadas y sus comentarios, que siempre alimentan el espíritu y el ego del fanficker... Saludos y bendiciones!