—Bueno, ¿vamos, entonces? —pregunta Filius a Severus y Remus cuando acaba de hacer el recuento de Ravenclaw y está seguro que están todos, porque Minerva le ha dicho que vaya con ellos.

—Lo que deberíamos hacer sería ir a cuestionar a Remus, que sabe EXACTAMENTE qué es lo que pasó y dónde está Black, en vez de estar perdiendo el tiempo BUSCANDO —protesta Severus que aún no se puede creer que Dumbledore no esté dándole veritaserum.

—Severus, venga, cálmate. Él es tan sospechoso como cualquier otro de nosotros.

—No, no lo es. ¡Esto es un riesgo enorme para los alumnos!

Remus hace los ojos en blanco, MUCHO más para el maldito SIRIUS BLACK de los cojones que no debía haber hecho esto... es que va a MATARLO.

—No me hagas esa cara, Lupin. ¿Lo has visto, Filius? ¿Lo has visto?

—¿El qué?

—Me ha hecho los ojos en blanco, es que SABES perfecto donde está Black ¡confiesa ya!

—¿No es eso lo que quisiéramos saber todos? —Remus suspira.

—A lo mejor te los ha hecho porque estás siendo un poco insistente con esto —le defiende Filius y Severus hace los ojos en blanco.

—No, es que es obvio, es OBVIO lo qué pasa y nadie lo quiere ver.

—¿No crees que Dumbledore lo habría visto ya si así fuera?

—Dumbledore no tiene claridad mental cuando hablamos de Lupin.

—¿No te has puesto a pensar que si yo quisiera a Harry muerto, Severus… lo mataría? —Interviene Remus—. No tendría que hacer un plan elaborado. Es decir, ¿qué necesidad tengo de que venga Sirius a matar a Harry? con TODA la seguridad que hay... pudiendo matarle yo mismo.

—Quizás tú no te atreves —le acusa Severus.

—Ni siquiera habría que hacer mucho. No digo que funcionara una maldición, pero no sé cómo aun no se ha caído por las escaleras o algo parecido y se ha roto la cabeza con lo mucho que se accidenta. Es que... es obvio, Severus, que lo que quiero yo es que Harry sea un chico feliz. Verás, su padre era tan amigo mío como su madre era tu amiga.

—Pensaba que ambos erais amigos de ella. Lo comentábamos con... Ehm las chicas, no sabemos cómo vosotros dos no os llevabais mejor —interviene Filius.

—Es culpa suya —responden los dos a la vez señalándose el uno al otro y Filius suspira (Si te consuela, Lily opina lo mismo).

—No, no es culpa mía. Severus, ¡eres tú el que no deja de saltarme al cuello! —protesta Remus—. Si supiera dónde está Sirius ¿No crees que le hubiera detenido de hacer esto que además no iba a funcionar?

—Chicos... —pide Filius.

—¡Es que Filius! —protesta Remus.

—Ya lo sé, pero igualmente nada de esto tiene ningún sentido. Nosotros somos un equipo y esto es darle el poder a Black de ponernos uno en contra de los otros.

—A mi no me lo digas —protesta Severus.

—Os lo digo a ambos —les fulmina.

—Vamos, vamos a la oficina de Remus y a su cuarto y verás que esto no es gratis —propone Severus.

—Eso hacemos. Aunque dudo que Black siga ahí si acaso lo ha estado alguna vez.

—Es que es OBVIO que llevan días viéndonos la cara —insiste Severus yendo más rápido aún.

Remus se guarda las manos en los bolsillos, nervioso. Como Sirius esté ahí… o sea obvio no va a estar ahí, pero como por algún motivo, ALGO…

Filius niega con la cabeza a eso que dice Severus, pero igual le sigue.

—Filius, yo, de verdad… no he hecho nada —se defiende Remus con toda la cara de… angelito inocente que tiene perfectamente dominada.

—Y yo solo quería tener una buena noche y aquí estoy...—protesta el profesor de Encantamientos.

—Ya somos dos… —refunfuña pensando en Sirius…

—¿Ibas a verte con alguien hoy? —pregunta sonriendo de ladito porque CUALQUIER otro tema parece mejor tema.

Remus… es que, de verdad que el temple para mentir, nadie les gana a estos chicos.

—Pues se suponía que después de Hogsmeade, pero…

—Deja de hacer tiempo, Lupin y mejor abre tu despacho.

—Con un alohomora puedes abrirlo, Severus. No tengo nada que esconder —miente, acercándose a la puerta y abriéndola él discretamente con la contraseña.

—¿Entonces está esperándote en el pueblo? —Filius no hace mucho caso de Severus ni del despacho.

Severus entra, varita afuera todo temeroso la verdad, hasta más pálido parece… y lanza un hechizo nada más cruzar el umbral que medio explota el cuarto.

—No sé si está es... what the fuck!

Filius se gira a ver también, alertado por el estruendo.

—¡¿Qué pasó?! —Remus saca la varita, todo agobiado, buscando a Sirius casi muerto en el suelo... Y Filius saca la cabeza también a ver.

—Nada, nada. U-Una sombra —alguien tiene miedoooo. Remus sonríe de lado un poquito.

—Estas demasiado tenso... Aquí no parece haber nadie —suspira Filius.

—¡Es que parecía! Y... es que ¡hay dos copas vacías! Tenías a alguien aquí, ¡CONFIESA!

—Uuuuuuh —suelta Filius molestándole y Remus se SONROJA.

—Ahh... ehm...

—¡Le tenías aquí! ¡Confiésalo!

—Pues al amante, parece —Filius se encoge de hombros.

—Filius… —aprieta los ojos, aunque sonríe un poco pensando que esto es súper cínico.

—Yo solo digo, nada más sospechoso que un par de copas de vino. Y no me extraña que le trajeras, este lugar es impresionante.

—Pues… es mejor que ir a su casa, sin duda.

—¡Es Black! ¡Es que es OBVIO! —sigue Severus clamando en el desierto.

—Cálmate, Severus. ¿Qué hay tan obvio? —protesta Filius.

—¡Hay dos copas, hay cosas de más gente aquí! Es de Black, seguro, ¡si busco pelos en la cama voy a encontrar largos y negros!

—Hay un montón de mujeres en Reino Unido con el pelo largo y negro. Podría ser hasta de Minerva —suelta como si eso fuera absurdo.

¿En serio? ¿EN SERIO?

Pues es que no quería decir Poppy. Y Pomona es así como rubita.

Es que... Remus sabe de SEGURO que no está ahí Sirius Black solo porque no se está riendo a carcajadas. Abre la boca... y vacila sin saber qué contestar.

—Y-Yo sería... incapaz.

—Bueno, hombre, eso ya lo sé. Era un decir.

—No va a ser de Minerva, ¡va a ser de Sirius Black! Estoy seguro —es que va a ir a rebuscar a la cama y va a encontrar un millón de pelos cortos y negros de Sirius Black... el perro.

Igualmente, Severus parpadea.

Y probablemente cosas más turbias también como un montón de calzoncillos guarrillos de cosas porque todo el rato los interrumpen... Es que más indicativo aún.

—Lupin… eres un guarro.

—Pues... un poco guarrillo sí es trayendo aquí a sus amantes —Filius se ríe jijiji porque nadie parece estar preocupado por Sirius Black más que Severus.

—P-Pedí permiso —NO lo hizo—. Que tú no tengas a quien traer…

—Eso no tiene nada que ver… —refunfuña Severus—. Es que Filius, es OBVIO.

—Ah, no digas eso. A Severus le gusta la chica que trabaja en el almacén botánico —no sabemos si le gusta, pero le molestan con ello porque este hombre ES DESESPERANTE.

—Ohh… Se parece a, no sé…

—No me… Ugh. ¿En serio, Lupin?

—Se parece a la jugadora de quidditch... —explica Filius—. Nunca me acuerdo como se llama. Minerva la llama así.

—¿Podemos enfocarnos en esto? —protesta Severus.

—Igualmente, aquí no hay nadie —Filius se encoge de hombros.

—Pero hay cosas, hay que buscar bien además. Ayúdame, Filius. En los armarios.

—Esta no es una redada anti-drogas, Severus. Estamos buscando a Black. Si no está aquí...

—¡Podría estar en un armario!

—Remus, si nos permites... —pide el profesor de Encantamientos para evitar el conflicto y oir a Snape INSOPORTABLE las próximas dos horas diciendo como todo esto es estúpido porque seguro Black sigue en el armario de Lupin que no miraron.

—A-Adelante… —la verdad es que se sonroja y lo que más le agobia es…

¿Los dos cepillos de dientes en el baño? ¿La cantidad industrial de nuevos productos para el pelo? ¿Las... correas de perro que Filius está viendo ahora con las cejas levantadas?

Que no tiene casi NADA. Todo lo que vean estará casi vacío.

Algo sí tiene o irían los dos desnudos todo el día.

Bueno, o sea, es que los armarios están vacíos excepto por todas esas cosas de SIRIUS que almacena él y ¡nadie entiende cómo es que tiene tanta cosa en tan poco tiempo! Remus tiene menos cosas que Minerva.

Es que vive en otro sitio, Snivellus, es obvio. Asegura Sirius. A lo mejor es él el amante del director.

De todos modos, va a llegarle a Remus una lechuza en mitad de la búsqueda porque... cosas de británicos. Ahí, en la ventana. Toc, toc, toc.

A ver si Severus no me la tira de un hechizo con lo histérico que está.

Oh. Pobre la lechuza.

—¡Hay alguien afuera! —grita un poco Severus que debería tomarse una poción relajante. Filius levanta la cabeza a mirar por la ventana.

—¡Oh! ¡Es una lechuza! —Remus se acerca a abrir la ventana todo agobiado pensando en Sirius y si estará bien.

—¿No será de tu amante? —Comenta Filius, pensando que si le está esperando en Hogsmeade a lo mejor está preocupada.

—Q-Quizás… e-es posible —ahí va a sacarle el pergamino de la pata.

—¡Dámelo! —le ordena Severus

—Severus, no va a estar Sirius Black ahí dentro... —intenta calmarle Filius.

—Se están poniendo de acuerdo… seguro dirá dónde está.

—Eso no lo sabes.

—¡Dame la nota, antes de que puedas verla o cambiarla!

—Severus, nadie está revisando tus correspondencia —protesta Lupin abriendo la nota.

—Severus, eso es demasiado —le advierte Filius también.

Es la carta de Andromeda contestándoles que puede ir a verles en dos semanas.

—Ohhh… Es de una vieja amiga —Remus carraspea.

—¡Es de Black!—protesta Severus. Filius sonríe CONVENCIDO que es su amante.

—Que no, Severus. Por Merlín —se la guarda en el bolsillo del suéter.

—Hay más gente en este país, Severus.

—La obsesión con Black… ¿No estarías tú enamorado de él?

Filius se ríe con eso.

—No digas estupideces, Lupin. No trates de distraerme.

—¿Sirius te distrae?

—¡El que me distrae eres tú!

—Espero que no de esa manera… —arruga la nariz.

—Anda, mejor vámonos a seguir con la ronda —interviene Filius, muerto de risa.

—¡Que nos enseñe la carta!

—No vamos a estar revisando el correo privado de los profesores, Severus.

—Thank you, Filius… thank you.

—Es que Filius, ¡es OBVIO!

—No importa que tan obvio sea para ti. Hay líneas de privacidad y respeto, Severus. No querrás que empecemos a leer tu correo también.

—Es que si es lo que se necesita... Yo no soy cómplice de ese ASESINO.

—Eres tan sospechoso como cualquier otro.

—En lo que a mí respecta, podrías ser cómplice de él... ¿No eras tú un mortífago? Quizás le hacías alguna visita conyugal con él en prisión en donde se han puesto de acuerdo —sigue Remus tan indignado con Sirius.

—¿Qué? Ese serías tú, Lobo.

—Chicos, venga... —Filius suspira con todo esto.

—Es que, por mi parte vamos a seguir la ronda que seguro que no está aquí —asegura Remus.

—Es que tendrás a todo mundo encantado contigo…

—¿Qué más quieres que haga, Snivellus?

—¡Muéstrame la carta!

—Ten. Mírala —Remus hace los ojos en blanco y se la extiende.

Filius aprieta los ojos, porque... límites.

Snape casi se la ARRANCA, abriéndola y empezando a hacerle hechizos. Y a leerla, pero es que... no tiene nada.

Severus bufa después de unos segundos

—¿Quién es A. Tonks?

—Una vieja amiga, Snivellus. ¿Nos vamos? —le extiende la mano para que le de vuelva la carta.

—Voy a atraparte, tarde o temprano —ahí va Snape a darle la carta, todo refunfuñante sin poder decir nada y ahí va Filius a salir por la puerta también porque está ya un poco harto de esto.

—¿Vamos a tú habitación ahora?

—¿A cuál?

—A la de Severus, Filius…

—Ah, sí, vamos.

—Habrá que vengarse un poco... —refunfuña Remus que aún espera no encuentre NADIE a Sirius—. ¿Crees que si le encuentra alguien nos avisen para que podamos parar de buscarle?

—Si lo encuentran va a haber un lío...

—Sí, sí... sí —Remus aprieta los ojos, temiendo que lo encuentren.

—¿El plan es que consiga escaparse? —pregunta Severus, sarcásticamente.

—¿Y la siguiente vez lo intentes cazar tú? —le devuelve Remus.

—Yo sigo pensando que a estas alturas ya debe haberse ido... —suspira Filius.

—Es que sigo sin entender qué hace aquí... —refunfuña Remus.

Filius aprieta los ojos porque pues es que... está claro, ¿no? Intentar matar a Harry Potter.

—¡¿Pues qué va a hacer, Lupin!? —protesta Severus—. O sea, hasta intento entrar a Gryffindor.

—Ya sé, ya sé. Aunque justo Harry no estaba ahí porque habían ido todos a Hogsmeade.

—¿No estaba? Pensaba que Minerva no había dejado que fuera a Hogsmeade porque no tenía el permiso firmado y era más seguro que se quedara aquí —interviene Filius.

—Probablemente Potter tuvo suerte en eso —replica Severus mientras a Remus le da un microinfarto.

—O quizás Sirius quería otra cosa, no es como que él pudiera saber si tenía o no firmado el permiso —sigue Remus.

—¡¿Le estás defendiendo?! ¿¡En serio?! —protesta Severus.

—¿Cómo qué? —pregunta Filius ignorando un poco a Severus.

—Pues yo que sé, es raro... y no, no le estoy defendiendo.

—Es que Filius... ¡Date cuenta! —insiste Severus.

—Es que... No seas inocente, Remus...

Remus suspiiiiiiraaaa queriendo matar a Sirius Black. Pat pat pat.

—Vale, vale... solo lo deseo.

—Bueno, los buenos deseos siempre están bien, pero... Tampoco peques de optimista —le recomienda Filius.

—Ya, ya… —hace los ojos en blanco.

—A mi me parece evidente que además ahora nos quieres convencer de que no es tan malo… Como si no fuera ÉL el culpable DIRECTO.

—No intento convencerte de nada… sólo era una reflexión.

Filius mira a ambos de reojo mientras andan hacia las mazmorras y sigue suspirando con esta discusión infinita.

—Igualmente les garantizo que Black no podría entrar a mi despacho…

—¿Por qué no?

—Porque está bien protegido. De manera que alguien idiota como Sirius Black no podría entrar —eso DESEA pensar Severus. Se detiene igual afuera de la puerta y saca su varita, tragando saliva y secretamente agradeciendo no venir solo porque está seguro de que como Sirius Black lo encuentre. Lo mata.

—Yo recuerdo a Sirius siendo bastante listo para esas cosas, más de una vez se metió a Ravenclaw mientras salía con una de las chicas —comenta Filius.

—Esto no es Ravenclaw

—Bueno, eso ya lo sé.

—Me refiero a que Ravenclaw no estaba especialmente diseñado contra Black.

—¿Y esto sí? La obsesión… ¿tienes miedo, Severus? —agrega Remus, sonriendo.

—Bueno... ¿y quién no? —suspira Filius y de repente mira a Remus de reojo.

—¡No tengo miedo, Lupin!

Remus mira a Filius y… deja de sonreír. Ejem. Se sonroja.

—¿De verdad un boggart se convirtió Severus? —pregunta el profe de Encantamientos cambiando de tema.

—Ohhh… Uff… ha sido culpa del chico pero sí —Remus vuelve a sonreír en automático.

—¿Pero qué pasó? Es que me lo han medio contado.

—Pues… Neville le tiene mucho miedo a Severus.

—Oh, ¡Neville Longbottom! —hace una risita.

—Pobre… pero la peor versión de Severus apareció en el salón.

—¿Cuál es esa?

—Pues la… versión común —se ríe.

—¡¿Van a buscar a Balck o no!? —protesta Severus con todo esto. Filius se ríe y se le corta un poco con las protestas.

—Así que… bueno, un boggart. Tú sabes la forma de pelear contra ellos… y es difícil reírse con esto —Remus le ignora y luego le señala.

—Eso me... han dicho —vuelve a sonreír mirando a Remus porque este tema parece mucho mas divertido que pelear por Sirius Black.

—Así que pensé… ¿qué puede…? —sigue Remus.

—Lupin… —le interrumpe—. Que a ti no te preocupe esto porque estás en contubernio con Sirius Black no quiere decir…

—Venga, Severus, abre ya... —le interrumpe Filius porque es que es desesperante y no sabe que hace que no abre.

No la ha abierto porque no le hacen caso y se ponen alerta. Refunfuña unas palabras entre dientes y con temor… tada… abre la puerta.

Y Peter, que había ido a esconderse ahí, se asusta y tira un frasco de algo en lo que sale corriendo.

Severus lanza un Avada el muy histérico y lo evita por PURA SUERTE. Malditasea.

Bloody hell, Snape! —protesta Remus.

—¿Qué ha pasado? —Filius hace un hechizo de luz con el que podría hacer fotocopias.

—¡Había un… Algo!

—¿Un qué? —pregunta Remus entrando a ver, ¡cómo fuera un perro!

Remus respira cuando no ve a Canuto ahí tirado muerto cómo temía otra vez, pero Peter pasa corriendo entre sus pies y es Remus el que le lanza un hechizo bastante potente, mordiéndose el labio para no gritarle "PETER"

También se le va a escapar. Malditasea.

Pues Remus maldice entre dientes. Y refunfuña pensando que… ¿¡Sí será Peter?! Ugh. Sirius!

—Es solo una rata —respira Severus.

—Menudo susto —asiente Filius—. Será que no hay, por todo el castillo con el bosque aquí al lado.

—Igualmente… —Remus trata de ver a donde se fue la rata, nervioso—. Ya, ya… bloody hell —protesta GENUINAMENTE alterado por primera vez desde que empezó este asunto de Sirius Black.

—¿Bueno, entonces? —Filius vuelve a mirar dentro.

—No parece estar Black aquí…

Y ahí viene, pom, pom, pom... Una vaca fantasmagórica iluminando todo el pasillo y metiéndole de nuevo un sustito a Remus que no la esperaba.

—Oh, es un patronus... —comenta Remus.

—¡Es Pomona! —Filius levanta las cejas.

La vaca busca a Filius, lo cual no es tan fácil. Finalmente lo ve y trasmite el mensaje de Pomona.

"¿Así que ahora te va el peligro? ¡Tienes que contarme!"

Pero Filius solo se queda con lo de PELIGRO algo y los hace ir corriendo a dónde están ellas siguiendo al patronus.

Un poco alterados, la verdad, porque entre la rata, el susto y que Filius se ha puesto histérico...

Pues ahí corren todos hasta llegar al despacho de Dumbledore empezando a discutir todos con la gárgola, medio a gritos.

Filius entra, varita en alto, súper alterado buscando a Sirius Black por todos lados y se encuentra a Minerva ahí de pie, tan tranquila, moviendo cosas de un lado a otro.

Tranquila, tranquila, te aseguro que no está, pero entendemos lo que dices.

—¿Qué ha pasado? —pregunta Severus mirando a Minerva.

—¿Qué hacéis todos aquí?

—Pues, supuestamente estaban en peligro.

—¿Nosotras?

—Me ha llegado un patronus... —empieza Filius.

—Ah, sí, ¡era mío! —Pomona sonríe detrás de Minerva.

—¿Qué pasó? ¡Decía algo de que estabais en peligro!

—Nooooo, que a ti te gusta el peligroooo —la sonrisita.

—¿A-A mí? —Filius parpadea unas cuantas veces a ver si alguien le explica.

—Pues… Sí. Ven, ven… que quiero preguntarte una cosa —pide haciendo gestos a Filius para hablar con él "sin que Minerva se entere de qué".

Y ahí va, aun sin entender. Minerva pone los ojos en blanco para ambos.

—Venga, todo el mundo fuera que aquí ¡No hay nada que ver!

—Dile eso a Severus —refunfuña Remus.

—Os lo digo a TODOS.

—No, no, esperen… venga, espera un poco, Min que hablo con Filius —pide Pomona evidentemente sin pensar.

—Pues habla con él fuera.

—Entonces hablemos después, que todavía hay algunas cosas que ver aquí...

—¡No hay nada que ver aquí, Pomona!

—¡Sí que hay!

—Sirius Black claramente no está aquí.

—Podría estarlo —asegura Severus haciendo unos cuantos hechizos—. ¿Albus ya revisó?

—Si lo estuviera ya lo habríamos encontrado nosotras, Severus.

—Puedes encontrar otras cosas interesantes en el cuarto de Albus… —comenta Pomona.

—¡Nadie va a estar revisando el cuarto de Albus sin estar él aquí presente! —chilla Minerva.

—Vale, vale, no digo que todos. Ellos deben esperar afuera —insiste Pomona.

—¿Quieres que esperemos en TU DESPACHO mientras lo revisamos nosotros?

—Ugh… vale. Vámonos —suspira Pomona. Debo aclarar que a Poppy sigue escondida

—¿Dónde está Poppy? —pregunta Filius frunciendo el ceño al notarlo.

—Ahh… está terminando de… hacer algo en el cuarto de Albus. Tú ven conmigo que quiero preguntarte…

Minerva frunce el ceño con eso volviendo al cuarto.

Remus empieza a estar un poco harto de todo mundo y es el primero en salir de ahí tal como ha dicho Minerva.

Tan obediente, seguro que es por eso.

Pomona aprovecha para tirar de Filius y bajar el tono, sonriendo.

—Es que no te creo que te hayas atrevido…

—¿A qué?

—¡A hacer… cositas en cama de Minerva! —susurra.

—¿Q-Qué? —se sonroja.

—No me lo creo —sonríe de lado Pomona.

—Haces bien en no creerlo, ¿de dónde sacas?

—Poppy me dijo…

—¡A-Anda ya! P-Porque iba a...

—Los feticheeeeees!

—¡No es eso! ¡Pomona! —se ríe igual súper culpable.

—¿Qué va a ser si no? ¿El terror al peligro? Ese es otro fetiche.

—P-Pues... Sí, un poco...

—Ufff —Pomona sonríe un poco.

—Shh, no puedo creer que te lo haya contado —si hasta estas sonriendo, eso solo significa que tú te morías de ganas de contarlo. Pomona se ríe.

—¡Yo no puedo creer que lo hayan hecho de verdad! —susurra.

—Pues, solo fue un... arrebato. No digas nada.

—¡Y sin cambiar las sábanas!

—¿Q-Qué?

—Pues eso es un poquito guarro, pero...

—¡Sí limpie! ¿No cambié las sabanas? Oh, venga...

—¿Esto es una confesión? —Pomona se ríe un poco.

—¿Q-Qué? ¿N-No te lo había... contado ella?

—Ehhh… sí, también.

—¡Pomona! —protesta al notar que ha metido la pata—. No digas nada, ¿vale?

—No, no, si yo no he dicho nada…

Filius mira de reojo la puerta por la que se ha ido Minerva, sonriendo un poco.

—Solo es importante advertirte que… Ehm… Bueno, puede que Minerva sea quien se diera cuenta de lo que habéis hecho.

—¿Por?

—Quizás deberías preguntarle... a tu chica.

Filius parpadea un par de veces y se sonroja de que la llame así.

De hecho, no creo que se tarden mucho en venir… o sea Minerva va a tener que convencer a Poppy.

—¿Qué haces aquí? Vámonos —le pregunta cuando entra.

—Ehh… mmm…. —Poppy vacila, sonrojada.

—Están todos fuera.

Poppy la mira con cara de… EXACTO.

—Van a hacer un desastre como les deje demasiado rato, así que venga ya.

—Sí... Ahora que se vayan….

—No van a irse si no los sacamos. Severus está echando hechizos como un aspersor y a Pomona le falta solo tener la idea de que puede abrir los cajones. El único que se ha ido es Remus y no sé si porque siempre ha sido muy obediente conmigo o porque de verdad quiere ir a buscar a Black y tener una conversación con él antes que lo pillen.

Poppy suspira con eso, repentinamente preocupándose por Remus.

—Pero no puede ir tras Black él solo, ¡es peligroso! —Poppy traga saliva y… vacila—. Pero es que Minerva…

—¿Qué? —Minerva hace un gesto con la mano.

—No voy a salir… con todos ahí afuera para que todos me riñan y además este Él. No.

—Eres una mujer adulta, Poppy. Salir a tu paseo de la vergüenza no es negociable.

—No voy a… Ugh. No.

—No. Es. Negociable —abre la puerta para que salga.

—¡Está Severus!

—Pues se lo explicas a él también —hace un gesto.

—¡No!

—Lo haré yo, entonces —se da la vuelta, dispuesta a salir delante.

—¿¡Qué?! Minerva… ¡No! —intenta detenerla.

—¡Severus! —ahí va ella, llamándole.

—¡Minervaaaa! —ahí va detrás.

Y cuando sale del cuarto Minerva SELLA la puerta, no va a poder ni entrar ni Albus sin ella. Muy bien, nada sospechoso tu movimiento.

El frentazo que se va a dar Albus distraído.

Exacto y se va a estar un rato echando encantamientos sin entender que pasa y sin poder abrirla.

Sí… sí. Así de… dafuq. Quizás está Sirius Black aquí dentro. Golpecitos en la puerta "Siriuuuus, vamoooos. Abre que tengo sueño, ¡vete al cuarto de Remus!"

Severus sigue lanzando hechizos por aquí y por allá aunque ahora con menos ímpetu.

—Severus, este es el despacho del director, bastantes cosas raras pasan aquí dentro ya sin tanta magia.

Severus le levanta una ceja a Minerva.

Filius se sonroja un poco al ver a Poppy, que le ECHA UNOS OJOS

—¿Cosas raras, Minerva? —pregunta Pomona con ESE tonito.

—¡Me refiero a por la magia alrededor!

Filius deja de sonreír y tensa la espalda con esa mirada. Traga saliva, tan nervioso. Poppy es que se SONROJA color Gryffindor.

—Bastantes cosas de magia alrededor pasan aquí dentro sin tanta magia —repite Severus.

—Exacto, no necesitamos más hechizos. Está claro que Black no está aquí, deberías ir a seguir la ronda.

—Es un buen lugar para esconderse.

—Ya lo habríamos encontrado. Somos aquí como treinta personas, alguien le habría visto.

—Pues para el caso, todo el castillo tiene el mismo problema…. El que sabe es Remus.

—Entonces tal vez deberías perseguirle a ver si acaso va a encontrarse con él.

—A… Ohh! ¡Se ha ido! —ahí va detrás y la verdad, Poppy lo agradece.

Minerva suspira y la mira de reojo.

—Ehm… Bueno, quizás debería irme también —determina Poppy.

Filius levanta las cejas con eso yendo tras ella.

—Ese compa ya está muertooooo, pero no le han avisadooooo —canta Pomona.

—¡Pomona! —protesta Filius, pero Minerva sonríe con eso.

Pomona se ríe, porque… es que Poppy da miedo.

—Fue un gusto conocerte Filius…

—¡Pomona! —protesta Poppy.

—¡Vale ya! —protesta Filius a la vez también.

—En realidad… Yo pienso que esto es tanto culpa de uno como del otro.

—Poppy, ¿podemos hablar? —pide Filius.

—No podemos hablar, VAMOS a hablar.

—Ehm... ¿fuera?

Poppy asiente, casi corriendo hacia la gárgola y Filius va tras ella arrastrando un poco los pies.

Poppy se detiene junto a la gárgola y le mira de reojo antes de montarse en las escaleras. Filius se sonroja un poco y la sigue.

A la mitad de la bajada Poppy se agacha y le besa en los labios y él levanta las cejas sin haberse esperado eso.

Poppy, no le besa poquito. Le da un bueeeeen beso. Aunque luego se separa.

Filius parpadea y sonríe. Hombre muerto, ¡JA!

—Ni sonrías tanto —le protesta porque… pues hay que protestar, aunque ella sonríe un poco también, limpiándose los labios.

—¿Estás... muy enfadada? —igualmente no se le va la sonrisa.

—No puedo creer que nos haya OLIDO. Sí. MUY.

—¿O-Olido?

—Es así como supo que había pasado. Oliendo. Como un GATO. ¿Sabes la VERGÜENZA?

—Pero como... —Parpadea varias veces más—. ¡Si ni esta ahí nunca!

—¡Estábamos buscando a Black! ¡Pensé que habías cambiado las sábanas! ¡O limpiado o yo qué sé!

—¡Pues lo hice! Pero no TAN a consciencia...

—Eso ya lo veo.

—No pensaba que fuera a notarlo, si no pasa por ahí nunca .

—Pues ya lo sé, pero ha pasado y ha sido un DESASTRE.

—¿Qué ha dicho?

—Pues… me han hecho las dos avergonzarme todo lo posible y lo he negado un montón de veces —se masajea el puente de la nariz.

—¡Oh! ¿Y no... No ha servido?

—¿Tú qué crees? —le mira fijamente.

—Ugh... —protesta Filius apretando los ojos—. L-Lo siento.

—Ha sido terrible y NO volvemos a hacerlo nunca y no pensé en sus sentidos animales.

—Uhm... —vacila mirándola de reojo porque no quiere verse muy cínico pero...

—¿Qué?

—Solo digo que... si ahora ya lo sabe, pues a lo mejor... ya no puede saber si hemos vuelto o no... —vacila, sin mirarla.

—¡Filius Flitwick! —le riñe, porque el cinismo.

—¡Pues solo digo! —levanta las manos, sonrojándose.

—¡Es que ha sido mala suerte! —protesta, frustrada.

—Sí... Habrá que pensarlo bien en el futuro. Podemos descartar el despacho de Remus también. Y el de Pomona por otros motivos, pero Severus no se hace animago...

Pomona porque solo babea. Pomona porque tiene ahí dentro UN ARBOL.

—Así que a alguien le ha gustado… —Poppy sonríe un poquito de lado

Filius se sonroja con eso porque ehm... bueno, no tiene mucho sentido negarlo a estas alturas.

¿Y qué?, ¡un árbol es romántico!

—Pues… sería mejor si no nos atraparan —añade la enfermera.

—Mejor tampoco implica que haya salido mal, ¿eh? —nota, mirándola de reojo.

—Ehm… —ella se sonroja y él se ríe un poquito "jijiji"

—Bueno, Ehm… Si algo así pasa… Otra vez y nos atrapan...

—¿Ajá? —La mira de reojito

—No volverá a pasar.

—Vaaaale vale —levanta las manos todo "inocente" con su sonrisita de lado.

—Jum! Ahora pórtate bien —le mira de reojo y se le escapa un poco la sonrisa.

—Siempre —le abre la puerta de la enfermería tan caballerosamente.

—Gracias —pasa adelante de él, igualmente sonrojadita. (Y no ha querido hacerle pat pat en la cabeza)

¡Ugh! Pues va a cerrar la puerta... con pestillo. Guiño, guiño.

Uhh. Cállate. Pero puede que funcione bien. ¡Ugh!