Van a aparecer en Londres, en un callejón que suelen usar algunos magos para este fin, justamente y ahí va Sirius otra vez a saltar por ahí y a olerlo todo.
Remus sonríe ooootra vez porque por lo visto somos idiotas y nos hace gracia y ojitos de amor TODO lo que haga.
Y ahí va Sirius de vuelta a lamerle las manos y, como le permita, a meterle el morro a la entrepierna porque siempre le hace chillar con eso.
Remus chilla un poco y pega un saltito.
—Vengaaaa, Canuto. Vamos que ya vamos justitos de tiempo.
Sirius mueve la cola y se sienta ahí ahora sí taaan bueno, a su ladito.
—Ven —Pat pat en la cabeza.
Ahí va a seguirle... más o menos. Remus bufa un poco y se dirige a la casa, más o menos. Buscando en número correcto de malitas porque Sirius no le ayuda.
Sí le ayuda, ¡es él que no le sigue!
Remus bufa un poco más y busca a Sirius a ver dónde se ha metido.
Está sentado en la puerta, esperándole.
Resoplido al notarlo.
Le mueve la cola cuando llega al fin.
Eso le hace sonreír.
Le señala la casa con el morro y luego... se lame una pata e intenta acomodarse el pelo y los bigotes para verse bien porque... sigue siendo Sirius y van a ver a su prima.
Ojos en blanco.
No nos importa que opines, él lo hace igual esperando que toques el timbre, cosa que procede a hacer.
Le va a ir a abrir Nimfadora.
—Ehm… Hola —sonrisita tímida de Remus.
Sirius salta sobre ella tirándola al suelo porque es un bestia, pero... es que ¡Miraaaa es la niña, Remus y está bien y ya es mayor!
—Ohh… uff, lo siento —Remus parpadea.
Sirius le lame toda la cara a Nimfadora que tampoco lo esperaba, tirados los dos en el suelo.
—¡Lo siento, lo siento! —se apresura a disculparse Remus intentando ayudarla, sin saber muy bien cómo.
Ella se ríe un poco intentando detener al perro y Ted pregunta desde dentro que quien es, así que ahí va el perro tan contento para dentro.
Nimfadora se incorpora un poco como si acabara de atropellarla un tren. Remus aprieta los ojos y le ofrece una mano a la chica para ayudarle a que se levante.
—¿Tú eres Remus Lupin? —Ella le mira y se la toma.
—Yes.
—Ah, mi madre dijo que vendrías a cenar —le sonríe—. Yo soy Tonks. Adelante, pasa por favor. Tienes un perro muy bonito.
—Es un poco intenso —le sonríe de vuelta—. Mucho gusto, Tonks
Cuando llegan al salón, Sirius está saltando alrededor de Andrómeda como loco. Remus se humedece los labios al mirarle con... la punzadita de celos.
Andrómeda parpadea sin entender del todo este perro de donde ha salido, aunque debe admitir que el muchacho parece encantador.
—¿Teeeed? Y este perro quie- oh! —levanta las cejas al ver a Remus Lupin ahí en medio. Sonríe—. ¡Oh! ¡Remus!
—Me lo he encontrado en la puerta —asegura Nimfadora entrando detrás.
—Andrómeda, hola —sonríe Remus un poco avergonzado en general—. Perdonen al perro, viene conmigo.
—No sabía que ibas a traer un perro, ¡mira qué bonito es! —asegura Ted mientras Sirius se sienta ahí como si no hubiera desbaratado toda la casa.
—Lo siento, no podía dejarle solo. Debí avisarles desde antes, pero… ahora entenderán.
Sirius ladra.
—Pero pasa, pasa, siéntate… ¿Cómo te va? Te tienen a ti también… —Andrómeda se detiene y mira al perro. Sonríe.
Leeee mueveeee la colaaaa a Andrómedaaaa.
—¿Quieres una cerveza? —le ofrece Ted a Remus.
—Ah, muchas gracias… Sí, sí quiero una cerveza —asiente este.
—Yo también, ¡gracias, Papá! —añade Nimfadora.
Ted pone los ojos en blanco un poco y ahí se va a la cocina. Sirius se sube al sofá de un salto.
—Ufff…. —Remus aprieta los ojos y se humedece los labios sin estar muy seguro de cómo empezar esta conversación—. Perdónenle. Es… limpio, y… ahora limpiaré lo que él no.
—Ah, no te preocupes, es muy bonitooo —asegura Nimfadora sentándose al lado del perro a hacerle cariñitos y este le lame la cara otra vez—. ¡Y es súper amigable con desconocidos!
Es que no eres un desconocido, eres su sobrina favorita.
—Me gustan mucho los perros, Mamá, ¿seguro que no podemos tener uno? —le pregunta Nimfadora a su madre.
—Es amable con la gente que sabe tiene que ser amable —asegura Remus.
—¿Para que tú y tu padre estén todo el tiempo en el ministerio trabajando y yo me tenga que ocupar de todo? No —sentencia Andrómeda.
—Bueno, eso es fácil de arreglar. Remus, cásate conmigo —decide Nimfadora y Remus levanta las cejas.
—¿Cómo es eso un arreglo? —Andrómeda se ríe igual.
—Bueno, él sí parece querer tener uno —Nimfadora se ríe.
—Mmm... Más o menos, debo decirlo —bromea Remus, más para Sirius que para ellas.
Sirius ladra otra vez y Remus se ríe.
El perro se baja del sofá y se va con Remus porque quiere que les cuente yaaaa.
—Igualmente, Remus, me da mucho gusto verte y, más aún, verte bien y saber que eres un profesor de Hogwarts —Andrómeda le sonríe a Remus un poco más, sin saber realmente cómo tocar el tema de su primo escapado de Azkabán.
—A mí también me da mucho gusto verles y saber que están bien.
—¿Y cómo va todo en Hogwarts? Dicen en el ministerio que están teniendo problemas con los dementores —pregunta Nimfadora cuando Ted vuelve de la cocina con las cervezas.
—Ah, sí. Dementores por todos lados, está siendo un poco duro para algunos. Harry e particular lo está pasando mal —explica Remus agradeciendo a Ted con la cabeza.
—Buf... es que con todo este asunto está siendo un desastre. Moody y yo pensamos que sería más lógico que estuviéramos nosotros en el castillo ayudando a las rondas en vez de dementores idiotas. Si además le han visto ahí varias veces —explica la chica Auror.
—Esos bichos... el periódico los pone como un mal necesario, pero no me da la impresión que lo sean —asegura Andrómeda —. Yo agradezco que no tengas que estar en Hogwarts, honestamente.
—Pero está lleno de niños, mamá, como vas a poner a esas cosas que además sirven en las prisiones... y que no saben ni lo que hacen ni distinguen a la gente en vez de a magos y brujas preparados para ayudarles, es absurdo. ¡Dumbledore mismo lo dijo!
—Lo sé, lo sé... de hecho es que —aprieta los ojos porque NO SABE QUÉ HACE SIRIUS BLACK INTENTANDO MATAR A HARRY POTTER. Aprieta los labios sin decir nada.
—Sirius... —completa Remus y este le mira, todo serio.
Andrómeda traga saliva con ese tema que... ODIA y mira a Ted así de reojito, porque... es el elefante en la habitación.
—Bueno... Mira, Sirius siempre ha sido una persona muy importante para todos, pero no debemos perder la perspectiva de que es hombre ya no existe y ahora es alguien distinto y es terrible esto que está haciendo —asegura Ted tomando la mano de Andrómeda, se nota que han hablado de esto vaaaarias veces en los últimos tiempos. Ella suspira.
—Quisiera que… —empieza Remus.
—Ojalá se fuera a Hawái a vivir la vida y nos dejara a todos en paz, bastante fue ya lo de los Potter para que ahora esté yendo a por Harry... —suspira Nimfadora acariciándole la cabeza al perro.
Remus se humedece los labios.
—¿Qué me dirían si… yo pudiera demostrarles que Sirius Black realmente no hizo eso a los Potter?
Ted y Nimfadora levantan las cejas, la segunda sonríe incorporándose porque... es que ¡tendría que contarles a todos en el ministerio!
—¿Y cómo no dices nada hasta ahora?
—Cómo vas a... no puedes demostrar eso —asegura Andrómeda, tensándose con eso, porque ya lo temía.
—¿Y... si vamos al ministerio? Dora trabaja con los aurores, quizás podría ayudarte con eso —asegura Ted, señalando a Nimfadora, porque... es que, sí, suena un poco difícil y más sabiendo quién era Sirius para Remus.
—No, no quiero ir al ministerio. Por favor. Solo... escúchenme. Escúchenme con la mente abierta y si no les convenzo... iremos al ministerio.
Ted mira a Andrómeda porque ella es quien más conocía a Sirius.
—Pero Remus, ¿qué cosa es lo que vas a decir? Como puedes demostrar algo que ni siquiera el mismo ministerio... —protesta ella, empezando a enfadarse sólo porque está tensa.
—Ni Dumbledore —añade Nimfadora.
Sirius está cada vez con las orejas más gachas, mirando el suelo.
—Insisto, no tienen nada que perder —sigue Remus—. Son tres ustedes... y bastante bien entrenados.
—Y somos... Remus, es que entiendo que quieras aferrarte a un clavo ardiendo, pero es que tenemos que superar esto ya todos, por salud mental —Ted insiste y Sirius le pone los ojos en blanco.
—Vale, pero… Sirius merece una ÚLTIMA oportunidad.
Ted aprieta los ojos porque esto revuelve todo cada vez y está un poco harto del imbécil de Sirius Black que bastante nervioso le ha puesto toda la vida, solo falta que aun como ex presidiario siga teniendo este poder.
—Bueno, por escuchar... quizás hasta nos dé alguna pista para atraparle si no —asegura Nimfadora con curiosidad
—Pero Remus… —Andrómeda suspira.
—Les aseguro que es una prueba bastante irrefutable. Solo… necesitan tener paciencia.
Ted se pellizca el puente de la nariz dejando que sea Andrómeda quien responda y Sirius se baja del sofá y se va a ella a lamerle las manos como pidiéndole por favor que le escuche.
Andrómeda se muerde el labio y es que no existe la posibilidad de que diga que no. Es Sirius, si existe una diminuta oportunidad de que se redima… Suspira.
—Dudo que puedas convencernos, pero…
—¿No? Vamos a intentarlo —pide Remus.
Nimfadora asiente y le sonríe, Ted se cruza de brazos y Sirius apoya la cabeza sobre la falda de Andrómeda, moviendo la colita.
Remus suspira un poco y mira a Sirius, que se gira a él y asiente con la cabeza.
—Empecemos por... Bueno, siento si esto es... E-es... B-bueno. N-No sé si sepan...
Ojos en blanco de Sirius
—Ehm... es importante que sepan que yo soy un hombre lobo.
Nimfadora es la que más se sorprende y Ted sigue mirándole impávido.
Andrómeda mira a Ted de reojito porque hace AAAAAAAAAAÑOS que le contó.
Sirius le manda con legerimancia la idea de "ya saben".
—Espera, ¿Qué? —Nimfadora es la única sorprendida.
—Q-Quizás lo supieran ya... l-lo siento si no, espero no causarles miedo —Remus mira a Nimfadora—. L-Lo soy desde que tengo cinco años.
—Espera, no vas a intentar convencernos tú de que es buena idea matar a Harry solo porque mi madre es Black y se llevaba bien con mi tío Sirius —empieza Nimfadora.
—Matar a Harry es algo que definitivamente NO quiero que pase —Remus hace los ojos en blanco—. Ni siquiera quiero pensar en ello como una opción. Ni yo... ni Sirius.
—Espera... ¿vosotros ya lo sabíais? —pregunta a sus padres, Ted asiente y Andrómeda se muerde el labio.
—Sirius nos contó cuando nos casamos.
—Ohh —Remus mira a Sirius de reojito y Nimfadora parpadea.
—Espera... ¿Tú eres?... ¡Oh! ¡Tú eres!
—Dora... —la riñe un poco Ted
—¿Yo soy? —Remus parpadea, esperando que le cuente alguna historia terrible de las que usarían para asustar a los niños de pequeños en Halloween o algo así.
—El que... oh. Sabía que tío Sirius... Oh. Uhm. Nada, perdón —ella niega con la cabeza y más aun con el regaño de su padre.
—Bueno, ¿qué tiene que ver eso con esto, Remus? —Ted intentando redirigir la conversación.
—¿Qué sabías de tío Sirius? —pregunta Remus mirándola.
—Pues que tenía un novio —le sonría un poco como pidiendo disculpas.
Remus se SONROJA y Sirius ladra con ello, tan divertido, así que el hombre lobo le da una patadita.
—Ehm... bueno. Eso explica porque fue... ¡Espera! ¿Eso significa que fue a verte a ti? ¿al colegio? ¿Tú lo dejaste entrar? —pregunta volviendo a activársele su mente de Auror.
—¡Entró solo! —se defiende.
—Bueno, entonces ¿qué es lo que te dijo? —baja un poco a la impetuosidad.
—Quiero explicarles una cosa importante antes —pide Remus levantando la mano en un gesto para intentar calmarla.
—¡O sea que sí hablasteis! —le señala, porque esa fue una pregunta trampa como Moody le enseñó a hacer.
—Es que tendrían que escuchar toda la historia —protesta Remus apretando los ojos.
—¡Pues cuéntala! —le insiste.
—¡Eso intento! —se defiende.
—Pues venga, Remus! Que estamos ansiosos —protesta Andrómeda.
—Cuando éramos niños e íbamos a Hogwarts, yo ya era un hombre lobo. Así que, mis mejores amigos hicieron para ayudarme a pasar las noches de luna llena. Ustedes… ¿se acuerdan de Peter Pettigrew?
Sirius pone los ojos en blanco con eso "Una vez, Orión y Wallburga Black decidieron asquear a todo el mundo y acostarse entre ellos. O a lo mejor ella se tiró a alguien más y le hizo creer a Orión..."
¡Deja de mandarle a Remus imágenes mentales del sexo entre tus padres!
—El pobre chico a quien mato Sirius, si —asiente Andrómeda revolviéndose en su sitio.
—¿Iban contigo las... noches en las que te convertías en lobo? ¡Qué hardcore! —exclama Nimfadora.
—Peter Pettigrew se puede convertir en una rata —señala Remus.
Ted levanta las cejas con eso. Nimfadora parpadea y Sirius bufa.
—¿No era un chico joven como ustedes?
—Sí, y nunca le dijimos a nadie, pero él puede convertirse en rata, y… creemos que está vivo aún.
—O sea... ¿se hizo animago a escondidas de todos mientras aún estaba en el colegio? Porque... si estuviera registrado se hubiera sabido en el juicio de tío Sirius.
Sirius ladra con eso hacia Nimfadora.
—Eso es… y fingió su muerte para culpar a Sirius porque…. Él era realmente el guarda secreto de James y Lily.
Nimfadora está con la boca abierta, mira a Andrómeda.
—Remus, entiendo que... es lo que te guste creer... —sigue Ted, nervioso con eso.
Andrómeda que frunce un poco el ceño porque toda esta historia suena demasiado…
—Tengo una manera de probarlo —declara Remus. Sirius mueve la cola de nervios.
—¿Cuál? —pregunta Nimfadora.
—Solo… necesitan prometerme que van a escuchar TODA la historia antes de hacer… nada.
—Lo que pasa es que eso no explica cómo es que Sirius no era el asesino —comenta Ted.
—Si Peter Pettigrew sigue vivo, Sirius no le ha matado.
—Insisto, Remus, todas estas son historias muy tomadas de los pelos —Andrómeda se revuelve otra vez—. ¿Cómo vas a probarlo?
—¿Cómo va a seguir vivo Peter Pettigrew solo porque puede convertirse en rata? —insiste Ted
—¿Se acuerdan del dedo?
—Ah, sí, Peter solo dejó un dedo cuando murió, no encontraron el resto del cuerpo —asegura Nimfadora.
—Eso es porque no HAY resto del cuerpo. Peter se lo cortó.
Es que... los tres le miran porque todo esto es como...suena a la historia que alguien que quiere aferrarse a una versión distinta a la realidad se hace.
—Ya lo sé… —asiente Remus ante la mirada fija de Andrómeda.
—De todos modos, sin pruebas de ello... —asegura Nimfadora encogiendose de hombros.
—Tengo pruebas de algunas cosas —insiste Remus—. Pero tienen que prometerme escuchar todo lo que tengo que decir.
—Pues eso hacemos, Remus —protesta Andrómeda, tensa y de malas.
—¿Y cómo explicas que ahora quiera matar a Harry Potter? —pregunta Ted, el mayor fan de Sirius...— No es que no quiera creerte, pero hasta salió en el periódico que lo murmuraba antes de escaparse, en su celda.
Sirius quiere golpearse la cabeza contra algo de la frustración.
—Si quieren que les explique esa parte tienen que PROMETER —Remus NECIO.
—¿Prometer qué?
—Que van a oír TODO lo que tengo que decir y LUEGO decidir. No importa que les cuente.
—Pues oírte te estamos oyendo.
—No, es que no han oído lo primordial.
—¡Pues cuéntalo ya!
—¡Solo si prometen!
—Hombre, vale, ya está. Prometido. Ahora habla.
—Sí, yo también —añade Nimfadora y Ted asiente en señal de consentir también.
Remus… saca su varita.
Nimfadora y Andrómeda se tensan un poco y Ted piensa que va a invocar algo... ¿una rata a la que le falta un dedo?
Sirius se sienta en el suelo como si fuera de porcelana y Remus le mira.
Sirius le mira de reojo y nota que quiere que se transforme ya... parpadea y... niega, porque es súper bestia.
Remus pone cara de circunstancias y Andrómeda piensa que quizás Remus se ha vuelto un poquito loco.
Sirius levanta una pata para que espere un momento... y luego le hace Legerimancia a Andrómeda. Un recuerdo de ellos dos de pequeños en la casa de campo jugando con las escobas. "Andy"
Andrómeda… parpadea descolocada y por un momento piensa si Remus será… Sirius black con una poción multijugos. El perro se acerca a ella, mirándola.
Remus mira al perro con insistencia. Este suspira cerrando los ojos y intentándolo de nuevo. Un secreto inconfesable de Sirius Black. Él, de seis años, pidiéndole a Andrómeda que le diera su primer beso de la manera más burda y torpe del universo.
Awwwww
—¿C-Como…. ? —Andrómeda se muerde el labio, porque Sirius era monísimo y lo quiere aún mucho.
El perro recarga más la cabeza sobre su falda. No le obligues a que te muestre otro.
Andrómeda al fin le mira a él y no a Remus.
—¿Está pasando algo? —pregunta Nimfadora sin entender.
—No sé, ¿no ibas a contarnos algo más? —pregunta Ted a Remus sin entender tampoco.
Los segundos largos y silenciosos.
La siguiente legerimancia del perro es "pregúntale a Remus".
—¿Qué está pasando, Remus? Como…. Como… ? —pregunta Andrómeda poniendo una mano en la cabeza del perro y mirando a Remus.
Todos miran a Remus.
Sirius aprieta los ojos porque no quiere mostrarle otro recuerdo vergonzoso.
—Sirius…
Sirius le mira todo nervioso y se vuelve a Andrómeda a ver si ella... Pilla la idea de que lo que pasa es que Sirius está aquí.
—¿Eres tú Sirius Black con una poción Multijugos? —pregunta Andrómeda mirando a Remus.
Sirius le ladra a Andrómeda porque...
—¿Quéee? ¿Tú eres Sirius Black? —chilla Nimfadora sacando la varita. Ted se tensa también y aprieta los ojos.
—No, no. YO no soy Sirius Black —asegura Remus levantando las manos pensando que debieron tener esta discusión de qué tenía que hacer quien ANTES de venir
Sirius quiere golpear a Remus ahora.
—¡Demuestra que no eres Sirius Black! —Nimfadora sigue histérica y es que Sirius no quiere volverse hombre así y asustarles aún más.
—¡Pues hazme un hechizo revelador y verás que no! Soy Remus Lupin. ¡Por favor, cálmense y no se asusten! —pide Remus levantando las manos.
—No, pero… me… Sirius… —Andrómeda parpadea y mira al perro.
El perro la mira y... aprieta los ojos. Siguiente recuerdo vergonzoso. Sirius y Regulus de como ocho y seis años respectivamente con el pelo corto como de un dedo porque tuvieron piojos.
Andrómeda sonríe con ese recuerdo de manera casi automática porque… se rió mucho en el momento.
—S-Sirius…
Y esta vez se lo está diciendo a él. El perro traga saliva, todo avergonzado y nervioso y... ahora si se vuelve persona para provocar los gritos de Ted y Nimfadora.
Es que antes de que alguien pueda hacer algo diferente, Andrómeda le abraza y Sirius, que estaba en el suelo hecho bolita sin moverse demasiado, esperando el alud de hechizos, levanta las cejas con eso y vacila antes de abrazarla de vuelta.
—¡E-El perro! —sigue Nimfadora, subiendo los pies al sofá, un poco sin habla y Ted se paraliza de hacer un hechizo al ver la reacción de Andrómeda.
Remus levanta la varita por si acaso.
—Sirius, ¡eres tú! —es que Andrómeda le abraza aún más.
—A-Andy —susurra él. Nimfadora y Ted, es que dadles unos segundos.
—¿Cómo es que estás aquí? ¿Qué ha pasado?
—Escapé de prisión —susurra de manera un poco infantil.
—Esa parte ya la veo... —responde ella.
—Me... hice perro. Los dementores son ciegos y no lo notaron, me adelgacé tanto que pude pasar entre los barrotes y luego salté al mar. Casi me muero.
—Pero estas aquí.
—¿Así escapaste? Espera, ¿desde cuándo te haces perro tú también? ¿Y así entraste a Hogwarts? ¿Qué pasa con Remus? ¿Y Harry? —Nimfadora y su batería de preguntas
Sirius la mira de reojo.
Andrómeda le suelta un poco para que pueda mirarla y contestarle. Sirius mira a Remus de reojo mientras Ted sigue tenso como la cuerda de un violín.
Remus piensa que Andrómeda y Sirius son monos de modo fraternal, dejando de lado los celos porque en el fondo le gusta que la gente le quiera, bastante aliviado de la respuesta en general que están teniendo todos.
No hay muertos, esto ha salido mejor de lo que esperaba.
—¿Y qué pasa con esta historia de la rata? ¿Y Jimmy? No podías haber sido tú, por Merlín.
—N-No fui yo. Remus dice la verdad —asegura Sirius.
—Pero... es que... sin pruebas solo tenemos al hombre más buscado de Reino Unido en nuestro salón —insiste Ted.
—Bueno, no tengo pruebas muy fehacientes más que una historia y una foto... y el hecho de que soy un animago yo mismo. Pero he traído esto para ayudaros a creerme —busca dentro de su chaqueta y, la verdad, Nimfadora y Ted se tensan otra vez.
—No es nada malo, no es nada malo, espera —intenta tranquilizarles Remus.
Sirius saca el vial de veritaserum y lo deja sobre la mesita del comedor mirando a Nimfadora y Ted que se relajan un poco.
—¿Qué es eso? —pregunta Nimfadora.
—Veritaserum —explica Sirius—. Se lo birlé a Snivellus.
—No quisiera yo ser esa persona pero... ¿por qué íbamos a confiar en tu veritaserum? —pregunta Ted.
—Tomadlo conmigo —propone Sirius—. Si funciona contigo lo hará conmigo también.
—Eeeeh... —Remus vacila con esa propuesta y la verdad, Nimfadora traga saliva opinando lo mismo.
Ted se tensa más sosteniéndole la mirada a Sirius Black porque...
—Yo lo haré —se ofrece Andrómeda.
—¡Pero mamá! —suelta Nimfadora, preocupada.
—No, no, lo haré yo —asegura Ted. Andrómeda le sonríe, agradecida
—En la casa Black tenemos un dicho... —empieza Sirius y si todos teníais celos esperad que empiezan los chistes internos.
—¿Tú, ahora citas a la casa Black? —Andrómeda levanta una ceja.
—Yo, ahora, SOY la casa Black.
—¡Anda ya!
—Y probablemente morirá conmigo —se ríe.
—Tu madre estaría orgullosa de esa declaración —Andrómeda le pica.
—De que muera la casa Black, seguro. Pero el mérito es todo tuyo.
Remus se relaja un poquito con todos estos chistes. La verdad, Ted no, porque pensaba que ya habíamos superado esto hacía tiempo y ahí vamos de nuevo con el estúpido flirteo infinito.
Ya, ya… Shh.
Andrómeda se ríe un poquito. Sí. Están flirteando.
—Necesitas contarnos todo desde el principio… con Veritaserum.
—Sí, sí... saca unas copas envenenadas.
—Envenenadas… Ahora resulta que quieres copas envenenadas
—¿Cómo si no?
—Quiero explicaciones antes del veneno.
—¿Y cuál era el dicho de la casa Black? —interrumpe Remus.
—No me vas a dar veneno, es un clásico de mi madre. Digo, ya que estamos en esas.
—No entiendo nada —asegura Nimfadora
—No eres la única —es Remus el que se revuelve—. ¿Podrían dejar de hablar Black?
—Esto siempre acaba así —protesta Ted también.
—¡Nadie está hablando ningún Black! Estamos hablando su mismo idioma, ¡No sean exagerados!
Sirius pone los ojos en blanco con eso también pero vaaaale, vale.
—Ugh —protesta bajito Remus a la cara de Sirius.
—El dicho es que el veritaserum es como el alcohol, solo cuando toman todos es divertido —responde Sirius.
—Tendría cierta gracia—Andrómeda, no le des cuerda.
Sirius hace un gesto con las manos hacia ella de "veeeeis"
Remus se revuelve porque esto no estaba en el plan
—Pensaba que esto era más en la línea del interrogatorio policial y no tanto del "yo nunca nunca" —asegura Nimfadora un poco descolocada con la actitud de su madre. ¿Sí recordamos todos que este es Sirius Black el asesino? Tenéis suerte que no este Moody aquí con cinco aurores más aún.
—¡Justamente! —asiente Remus hacia Tonks, muy convencido.
La verdad, Sirius baja la cabeza, un poco regañado.
—Oh, venga ya, no sean aburridos. Es un semi interrogatorio. ¿Qué secretos tienen que no pueden contar?
Sirius sonríe otra vez con eso y es Ted el que decide traer unos vasitos a la mesa del centro. Cinco.
Uhhh ¿A Ted no le van a decir que es poco valiente?
Remus traga saliva pero… ya no parece opción.
—¿Ha-Hay reglas en esto?
—¿Reglas? —pregunta Sirius sirviendo los vasos.
—Pues... primero, al menos una prueba para saber que es veritaserum de verdad y luego que tío Sirius nos cuente la historia, completa —pide Nimfadora.
—Nunca he tomado Veritaserum —explica Remus—. ¿Los demás sí?
—Uhm... Yo sí, forma parte de las pruebas para ser Auror —asegura Nimfadora.
—Yo personalmente no, pero he visto algunos casos en el hospital —responde Ted.
—Uhm... —Sirius vacila porque veras... no era fácil vivir en la casa Black.
—Ajá?
—La noble y antigua casa Black. Pues no iban a torturarnos pero...
—¿Queeeeeé? —el escándalo se Remus
—Es solo una poción y a veces... es más divertido jugar a yo nunca así, es inofensivo —asegura Sirius—. Salvo si juegas con Bella.
—¿Qué hace Bella? —pregunta Remus preocupado
—Dar pesadillas.
—Ella es terrible —asiente Andrómeda—. Los métodos de enseñanza no eran muy convencionales en ninguna casa Black.
—¿Pesadillas de que tipo? —pregunta Nimfadora.
—No quieres saberlo —Sirius le sonríe, porque mira que mayor está ¡y es toda un Auror! Y quiere abrazarla.
—Necesitamos limpiar tu nombre de otras pesadillas, Sirius.
Sirius suspira con eso volviendo un poco al drama y se toma uno de los vasitos de veritaserum.
Remus traga saliva, mirando el vaso teniendo MUCHOS problemas con esto. En una gran proporción por estar tan habituado a tener que defender su propio SECRETO ante el mundo. Aunque ahora mismo no fuera un secreto. Pero estaban… otros pormenores de su vida de lobo que no quería confesar. Pero todo fuera por limpiar el nombre de Sirius…
Ted vacila porque ha dicho que él lo tomaría para probar que es real.
Nimfadora piensa que si ni su padre ni Remus han tomado nunca, no va a servir de mucho que lo hagan.
Andrómeda toma su vasito pensando que hace mucho que no tiene que hacer algo como esto.
—No tiene sentido que hagáis esto si no vais a saber si es como actúa el veritaserum real, papá.
—Pues... —Ted mira a Remus y Andrómeda se bebe el suyo.
Remus se revuelve porque… Sirius le sonríe a su prima con eso.
—¡Mamá! —Nimfadora le protesta a Andrómeda—. Bueno, vale a ver... prueba a decir que el cielo es verde.
Andrómeda sonríe un poquito, cerrando los ojos porque… esto.
—E-El… c-cielo e-es… —se concentra más —. El cielo es verde.
—¿Q-Qué? —Nimfadora vacila con eso. Ted frunce el ceño.
—¡Andy! —protesta Sirius—. ¡No uses los bloody trucos de tío Cygnus!
—En Júpiter, vale, vale… en Júpiter —Andrómeda se ríe un poco.
Remus aprieta los ojos porque… ¡¿qué les pasa a los Black?!
—¿Qué trucos de... hay trucos para esto? —pregunta Nimfadora.
—¿Es veritaserum real o no?—pregunta Ted a Andrómeda.
—Es absolutamente real, el cabrón de Snape siempre se ha distinguido por hacer buenas pociones.
—Gracias —responde Sirius ignorando la pregunta de Nimfadora porque no quiere explicarles que tienen formas de manejar el veritaserum que aprendieron de pequeños en casa como parte de la educación primordial de un miembro de la noble y antigua casa Black o también conocida como nido de víboras a los que solo les falta un pequeño ataque de nervios para volverse todos magos tenebrosos... y perder aún más la poca credibilidad que le queda.
—Ehm… Bueno, quizás sea bueno que hagamos el cuestionario —trata de redirigir Remus al objetivo.
Ted se humedece los labios porque no es un hombre rencoroso, pero venga, darle un poco a Sirius Black donde le duele es algo... Karmico.
Nimfadora mira a Sirius porque ella como único Auror de la reunión y representante del Ministerio de Magia, tal vez debería ser la que llevara esto.
—¿Te has vuelto un mago oscuro? —pregunta Andrómeda.
Sirius levanta las cejas con eso y trata de no sonreír demasiado con su propio chiste imbécil de ser un Black.
—No —responde tras humedecerse los labios—. Nunca he sido ni voy a ser seguidor del innombrable.
—¿Y un seguidor de la familia?
—No. Y me alegro un poco de que estén todos muertos... —lucha contra el veritaserum para no decir "menos de lo que esperaba".
Andrómeda suspira aliviada con eso y Remus les mira, porque él no hubiera empezado por ahí.
—¿Quién traicionó a los Potter? —pregunta Nimfadora entonces haciendo que Sirius apriete los ojos.
—Y-Yo... —confiesa, haciendo que todos se tensen.
—¡Cuenta por qué! —Remus BUFA.
—Ahm... —Sirius le mira y vacila porque odia este tema, pero...— J-James confiaba en mí, ciegamente. Estaba... había una profecía o algo así, no recuerdo como supimos de ella. ¿Fue por Bella? No lo sé... El innombrable quería matarles por culpa de eso, así que decidimos esconderlos con un guarda secretos.
—Que eras tú —añade Ted porque esa es la historia original, sí.
Remus mueve la mano al brazo de Ted para callarle suavemente y que no interrumpa.
—Sí... o sea, no. Iba a ser yo, pero yo... era la opción obvia. Lily pensó que todo el mundo sabría que lo era yo. Así que James dijo que hiciéramos a Remus y yo... —baja la cabeza porque no quiere contar esto, pero el veritaserum—. L-Les dije que... R-Remus era... En ese momento...—se le nota que pelea porque ÉL mismo pensó en ese momento que Remus era el que más fácilmente podía verse tentado al lado oscuro por su condición de hombre lobo porque Sirius Black traicionó a todo el mundo esa noche.
Remus traga saliva con eso.
—Un hombre lobo —susurra el mismo.
—No era el indicado —evita la respuesta con sus trucos y aprieta los ojos con esa deducción de Remus, intentando ignorarla.
Si Remus fuera un lobo ahora mismo, bajaría las orejas.
—Pero entonces... ¿No te hicieron guarda secretos a ti? —pregunta Nimfadora con eso.
—No. Yo propuse a Peter. El pequeño y dulce Peter de quién nadie iba a desconfiar, que resultó sí ser el seguidor del innombrable sin que los demás supiéramos y que fue corriendo con su amo sin poder creerse su suerte.
—Peter, el chiquillo que te acusan de matar. ¿Por qué confesaste? —pregunta Andrómeda
—¡No confesé! Yo... ¡Había sido mi idea, Andy! ¡Murieron por mi culpa!
—No es tu culpa que él les haya traicionado.
—Espera, ¿te refieres a que como tu propusiste a Peter... tú sientes que los traicionaste, pero nunca hablaste con el innombrable? —pregunta Nimfadora y Sirius asiente.
—Pero el profeta hablaba de que confesaste —explica Andrómeda—. Son unos IMBECILES.
—¡Es que fue mi culpa! —sigue Sirius.
—¡Para ya con eso! —protesta Remus
—No puedo parar con eso, ¡fue mi culpa! —sigue Sirius apretando los ojos porque doce años de prisión atormentándose con ello te dejan un trauma.
—Pues una cosa es que fuera tu culpa así y otra ¡que les mataras tú!
—Pero a ver, a ver... esperad. ¿Qué pasó con Peter entonces? —pregunta Nimfadora.
Sirius mira a Remus de reojo y decide mejor volverse a ella. Remus se hace pequeñito en su asiento.
—Era la noche de Halloween e íbamos a cenar todos juntos, yo llegué un poco antes con la moto y Remus iba a venir más tarde porque me empeñé en comprar un disfraz para Halloween para Harry y le mandé a él a recogerlo a último momento como siempre... ¿Te acuerdas? —mira a Remus con un poco de ensoñación con esto—. Era de conejito, porque Jimmy tenía un conejo de peluche y nos burlábamos de él diciendo que cuando se casara iban a ser tres en la cama y todo eso...
Ted carraspea un poco porque eso es un encanto pero...
—Cuando llegué y vi toda la casa medio en ruinas por la explosión... —Sirius se revuelve y decide continuar—. Al principio no entendí que había pasado, Peter estaba ahí en medio y pensé que acababa de llegar igual que yo, pero cuando le llamé... le cambió la cara. Parecía encantado. Hizo explotar la calle entera también y gritó que yo era el traidor. Aun no caía yo en la cuenta de lo que había pasado cuando él fingió su muerte para que no se descubriera su fidelidad al Innombrable. Mató a todos esos muggles, se cortó un dedo y desapareció como rata para que los testigos, que también era muggles, pensaran que yo le había matado.
—¿Y por qué no contaste todo eso en el juicio?
—Por qué no hubo juicio, Dora. Yo confesé, por lo visto. O sea... cuando hice dos más dos y entendí, lo primero que pensé es que si hubiera dejado que James me hiciera guarda secretos a mí, nada de eso hubiera pasado, así que habían muerto por mi culpa... Tampoco tenía pruebas para demostrar que Peter podía convertirse en rata, ya que fue algo que hicimos todos a escondidas de todo el mundo y ninguno estábamos registrados como animagos en el ministerio.
—Es el crimen perfecto de este chico Peter —asegura Andrómeda.
—¿Y qué pasa con Harry Potter? ¿Por qué quieres matarlo ahora? —pregunta Ted.
—¡Yo no quiero matar a Harry! ¡Es mi ahijado!
—Pero si has ido a Hogwarts a matarle. ¡Te han visto! —acusa Andrómeda.
—¡Y de hecho el periódico decía que llevabas planeándolo desde antes de escapar, que te oyeron murmurar en Azkabán! —añade Nimfadora.
—Porque PETER está en Hogwarts. Es la mascota de uno de los niños Weasley. Es a él a quien estoy buscando. Le vi en una foto en el periódico y ¡supe que era él! —saca su recorte de periódico del bolsillo para mostrárselo.
—¿Cómo supiste que era él? —pregunta sorprendida Andrómeda.
—¡Porque le falta un dedo! Se ve en la foto —explica y la verdad, Nimfadora que es quien está viendo el recorte está en plan... "Si tú lo dices..."
Ted mira la foto por encima de hombro de su hija y luego mira a Andrómeda de reojo porque... cielos con esto, todo suena absurdo, pero sabe que ella va a creerle... porque es SIRIUS BLACK.
—¡Entonces eres inocente! —Andrómeda ni se molesta en mirar la foto.
Remus sonríe un poquito la verdad, porque… Esperaba esto.
—Salvo de ser estúpido, sí, lo soy —Sirius asiente para ella, sonriendo un poco.
—¡Pero debiste decir algo antes! ¡Todos estos años!
—Pues... Cuando traiga el cadáver del imbécil de Pettigrew, por lo menos me mandarán a prisión por lo correcto.
—No vamos a matar a Peter —agrega Remus.
—M-Más bien creo que deberías capturarle —Nimfadora aprieta los ojos con eso porque... no debería matar a nadie ni ir a prisión de nuevo, pero... es que no puede ir ella mañana y presentar esta historia al ministerio ahora. Nadie va a creerles, en eso Sirius tiene razón.
—Ya, bueno, ojalá eso fuera fácil. Remus me está ayudando a hacerlo —explica Sirius.
—Sí, le estoy ayudando yo en el colegio, pero les aseguro que no es para matar a Harry en lo absoluto —Remus sonríe un poquito.
—Bueno, si es la rata de uno de los niños Weasley solo tienes que pedirle que la traiga... tú... eres profe o algo ahora, ¿no? —pregunta ella a Remus.
—Peter no es tonto. Desde que Sirius escapó y sabe que yo estoy en la escuela se le ha escapado a Ron.
—No, bueno... y Hogwarts además que es súper grande y laberintico —se lamenta Nimfadora.
—Y más aún para una rata, hay una plaga, como para encontrar además a la correcta —sigue Sirius—. El otro día pase una noche entera corriendo por el bosque tras la equivocada, creedme, me estoy volviendo loco.
—Los dementores tampoco ayudan —añade Remus suspirando.
—Uhm... —Ted vacila con todo esto porque por lo visto así es la vida en la familia Madrigal... No se habla de Bruno hasta que hay que puto esconder a Bruno del gobierno.
—¿Entonces... lo que necesitas es... asilo? —acaba por preguntar, temeroso porque ya está viendo a Andrómeda montar el cuarto de invitados. "El grande, Ted, ES SIRIUS"
—Ohh! —Andrómeda levanta las cejas—. Ya han venido a preguntar si sabemos algo de ti.
—Ya me imagino —Sirius suspira y luego mira a Ted—. En realidad... de algún modo... sí.
—Ahh! Seguro que sí podemos darte asilo —Andrómeda tan feliz.
Remus parpadea y Ted aprieta los ojos.
—Lo que necesito es... Grimmlaud Place —explica Sirius para el absoluto alivio de Ted.
—¡Ah! Yo estoy asignada ahí porque solo los Black podemos conocer el lugar, por si ibas en algún punto —explica Nimfadora.
—Pues… ¿será posible que hagas la vista gorda? —pregunta Andrómeda mirando a Tonks.
—Ahm... —ella vacila y mira a su madre... y a Sirius... y a Remus.
—Y la herencia —añade Sirius para Andrómeda asumiendo que eso es un sí—. La de mis padres. Tienes que... hacer a Remus beneficiario. Obviamente a mí no me la van a dar nunca en mi situación.
—Eso va a ser sospechoso —Andrómeda se gira a él, asumiendo también lo mismo. Entrecierra los ojos—. Quizás debiera pedirla para mí y dártela físicamente o algo así.
—Eso también lo he pensado, pero es todo el problema para ti y si luego... espero que no haya problemas con el fisco y los impuestos. Puedo haceros un documento... lo falsificamos para que parezca que lo firmamos desde antes de todo esto y vas y dices que lo necesitáis para una casa nueva o algo así.
—Voy a darte dinero y lo resolvemos luego —decide Andrómeda haciendo un gesto de desinterés.
Ted vuelve a apretar los ojos porque ahora además, falsificaciones y fraude fiscal además de ayudar a ex presidiarios y hombres lobo y obstrucción a la justicia por parte de Dora.
—Eso podría ayudar —Sirius sonríe—. Aunque sí quiero arreglarlo, ¿sabes que Remus lleva doce años vagando por ahí sin apenas poder comer con su dinero en la cámara de Gringotts de mis padres muriéndose de risa? —lo siento, eso fue el veritaserum.
Remus parpadea un poco con esas declaraciones TAN BLACK de los Black.
—Oh, Remus, debiste venir a pedir ayuda —le riñe un poco Andrómeda.
—¿Veeees? ¡Te lo dije! —Sirius señala a su prima para Remus.
—No he estado vagando por ahí sin apenas poder comer —Remus protesta, sonrojándose.
—Hombre, prácticamente. Si hasta trabajó para Ollivanders que es un completo imbécil —sigue Sirius y Nimfadora se levanta yendo a otro cuarto.
—Ehm… —Remus suspira. ¿Pueden cambiar de tema, por favor?
—No quiero que si vuelve a pasarme algo no tenga ni donde vivir solo porque sus padres siempre estaban de alquiler por el tema del lobo.
—No, no, eso no debe pasar. Pero ahora mismo creo que sería arriesgado. Deberás firmarme los papeles y Ted nos ayudará a arreglarlo —sigue Andrómeda.
¡Además Ted nos ayudará a arreglarlo! Protesta Ted internamente.
—Esta bien, por ahora estoy aquí, pero si quisiera... por favor, si vuelvo a prisión o... me muero... quiero que consideres a Remus... —Sirius mira a Remus de reojo y se sonroja, volviéndose a Andrómeda y lo que pasa es que el puñetero veritaserum no ayuda.
Remus piensa sinceramente que esto es peor que tomarse Veritaserum él mismo.
—Lo haré. ¿Aún están juntos? Remus… ¡debiste venir a contarnos esto antes!
Sirius intenta asentir y luego se le va la cabeza haciendo un gesto de más o menos porque el estúpido veritaserum.
Wtf! ¡¿Como que más o menos?!
—¿Más o menos? ¿Por? —pregunta Andrómeda, preocupada.
—Ehm... O-O sea... sí. Uhm... m-más o menos... —Sirius lucha con el veritaserum y Remus se TENSAAAAA
—¿Por qué? —sigue Andrómeda.
—Andyyyy —lloriquea Sirius.
Remus se cruza de brazos, mirándose los pies.
—Pues ¡es una pregunta válida! ¿Qué les pasa? ¿Tiene el otra pareja?
—¿Cuál es la norma de la casa Black sobre preguntar por la vida sexual de los demás mientras toman veritaserum? —protesta Sirius que además sabe que la respuesta a esa pregunta es así como... ¡exprimir la situación como si fuera una sanguijuela!
—Ohhh, ¿es algo sexual? Uhh… ¿el lobo hace que no se te levante o algo? —el Veritaserum juega para todos. Mira a Remus.
—No, si acaso el lobo hace... Andy!
—¿Qué hace el lobo?
—Ugh, pues mírale, ¿tú qué crees que hace el lobo? ¡Cómo si tú misma no lo supieras perfecto! —porque Remus Lupin trae de cabeza a TODA la casa Black.
—¡Siiiirius! —protestan Andrómeda y Remus a la vez.
—¡Es el veritaserum! —se defiende él. Ted no podría estar más incómodo.
—Esto fue bajo hasta para ti —protesta Andrómeda.
—¡Como si lo tuyo no lo hubiera sido! —se devuelve Sirius.
—No lo es, intento resolver tú… situación.
Va a volver Nimfadora, podéis darle todos las gracias.
—Tío Sirius.
Gracias, Merlín
—No se resuelve... eh? —se gira con ella.
—Toma. Hice una copia, no puedo darte las originales porque son del ministerio, pero supongo que servirán —le tiende las llaves de Grimmlaud place.
—Oh... vale, haremos otra copia para Remus.
—De todos modos no hagáis cambios muy... grandes, si alguien quiere hacer una redada será raro que de repente la casa parezca otra por dentro sin que yo lo haya notado —pide ella.
—Esa casa tétrica… —protesta un poco Andrómeda, apretando los ojos.
—Bueno algunas cosas igual sí que las cambiamos de sitio...
—Sí, eso no pasa nada.
—¿Qué vas a hacer con ojo loco? —pregunta Andrómeda a Nimfadora.
—Ehm... voy a... intentar disuadirle de entrar a la casa. Quizás podemos convencerle de ir a Hogwarts, que de hecho parece ser donde está la acción.
—Uy, que hable con Snivellus que van a estar ambos encantados de conspirar juntos —protesta Sirius.
—Igualmente esto no va a durar así para siempre —sigue la pequeña—. Habrá que contarle en algún punto.
—Ugh… contarle a Moody me parece peligroso —Andrómeda aprieta los ojos—. Ese hombre está bastante loco y demasiado paranoico.
—Nah, es un buen hombre y sabe un montón —Nimfadora sonríe porque a ella, él le cae bien.
—Por lo pronto, tenemos que conseguir capturar a Peter —explica Remus —. Y limpiar el nombre de Sirius.
—Sí —Sirius asiente y Ted suspira.
—Ojalá tengáis suerte en eso, de verdad —les desea, porque de verdad que tampoco le quiere mal.
—Mientras Peter viva, hay esperanzas.
—Y si en algún punto necesitas ayuda médica, Sirius, puedes venir conmigo... —añade.
—Gracias —responde Sirius sinceramente, apreciándole, porque si es algo que le preocupa no poder ir al hospital si se hace daño.
—Gracias a los tres por escuchar, y perdonen que haya venido aquí con Sirius sin… Avisarles —se disculpa Remus.
—Aaaw... que mono —Nimfadora sonríe con eso de Remus porque por lo visto ella no necesita Veritaserum.
Remus se sonroja.
—Si que es mono, siempre hace esas cosas —responde Sirius sonriendo de ladito, todo orgulloso—. Bueno, entonces quedamos en que le ingresas a Remus, ¿no? será lo más fácil —le pregunta a Andrómeda.
—Ah, sí. Mañana iré al banco. Remus, pediré que lo pongan en tu bóveda
—De todos modos, tío, deberías ir con cuidado —insiste Nimfadora—. Nadie en el ministerio sabe ni como escapaste ni como buscarte, sobre todo porque el asunto del perro es... Bueno, nadie creo que ni se lo imagine. Seguramente lo más sensato es que pases como perro el mayor tiempo posible.
—Eso es lo que yo le digo todo el tiempo —asiente Remus.
—No es tan divertido. Ojalá pudiera cambiar de cara así de fácil como tú, pero en el Londres muggle va a ser más fácil moverme.
—No te creas, también apareces en periódicos muggles —comenta ella.
—Bueno, pero menos, ¿no? Espero… —Remus se muerde el labio.
—No, bueno, claro. Ellos, pobres, no entienden la magnitud del problema. Aunque sabiendo esto estoy más tranquila porque en realidad no representas un problema.
—Hombre, gracias —Sirius se ríe—. ¡Mejor cuéntame eso de que ahora eres Auror! No te veo desde... acababas de entrar al colegio ¡y mírate! —tan orgulloso que suena Sirius, Nimfadora se sonroja un poco con eso porque uno nunca escapa del todo del gen incestuoso de los Black, por lo visto.
—Eres muy joven para ser Auror, ¿no? —interviene Remus sonriéndole.
—Bueno, aún estoy aprendiendo con Moody, como de... semi prácticas.
—Y todavía tienes todos los brazos, todas las piernas y todos los ojos —bromea.
—Podría tener más ojos si eso te atrae —no solo cambia de forma, también coquetea como una Black.
Sirius mira a Nimfadora con ojos entrecerrados con eso. Remus levanta las cejas y se ríe un poco porque insisto… a Remus también le gustan los Black.
—Oye, ¿y has oído lo del niño de Cissy? —se gira Sirius a Andrómeda.
—Draco. ¿Ahora qué?
—Por lo visto "casi lo mata" un hipogrifo.
—¿Lo miró un hipogrifo? —Andrómeda hace los ojos en blanco.
—Pues a mí me lo contó Remus, pero algo con Hagrid. Por lo visto van a hacerle un juicio para sacrificarlo.
—¿A Hagrid van a sacrificarlo? —pregunta Andrómeda toda preocupada.
—No, al hipogrifo. Ahora es profe de cuidado de animales.
—¿El hipogrifo es profe? —la verdad, no se sabe si ahora le está vacilando.
—No, Hagrid —protesta Sirius sonriendo y sacándole la lengua.
—Era, le van a destituir —interviene Remus.
—¿De veras? —pregunta Nimfadora porque Hagrid le caía bien.
—Eso dicen, aunque Dumbledore parece negarse apasionadamente —sigue Remus.
—Seguro no lo permite, si es su primer año dando clase —interviene Sirius.
—Pero por lo visto el padre de Draco hace mucho drama y tiene amigos en la directiva.
—Es como mi madre, por eso le gusta a Cissy. Recuerdas cuando... —se vuelve a Andrómeda y se detiene a si mismo apretando los ojos—. Vale o tomáis de esta mierda todos o no me dejáis hablar más.
—¿Cuándo qué? —Andrómeda se ríe.
—No, no, es que... ¡Andy!
—¡Quiero saber!
—Pues cuando se lo tiró la primera vez y estaba segura de que por el culo no contaba, porque él era un hombre demasiado integro para hacer eso antes del matrimonio... Como si no me hubieras contado tu esa historia.
—Ughhhh! —protesta Remus.
—La verdad, pareciera que la que le da por culo es Cissy a él y no al revés —suelta Andrómeda.
—¿Quéeee? —Nimfadora flipando con todo esto.
—Eso. ESO seguro. Recuerdo que Bella se lo preguntó cómo... se pasó todo un verano preguntándole si no había sido ella a él.
—Cielos con tus hermanas —protesta Ted apretando los ojos.
—Son un desastre —hace una pausa—. Yo no contaba estas cosas
—La verdad, tío Sirius, esto tendría más gracia si contaras de mamá.
—Uuuuuy que noooo —esa sonrisa de Sirius...
—¡No! ESAS cosas no las contaba. Tú calla, que contabas también DEMASIADO.
—De gente no importante —Sirius se encoge de hombros.
—Espera, ¿les contaste de mí? —pregunta Ted a Andrómeda.
—Sí —suelta Andrómeda de golpe.
—¿Qué les contaste?
—Pues... Sé que no esto lo que quieres oír de tu cuñado, Ted, pero hasta de qué color tienes el pene sabemos todos —asegura Sirius.
—¿Q-Qué? —Ted palidece y Nimfadora arruga la nariz.
—Por Merlín… —susurra Remus.
—Y si no sabemos cosas más turbias es porque con esta nunca se sabía si hablaba de ti o de otro que se inventaba para poder hablar de ti sin que la miraran mal o de otro que se inventaba solo por el morbo o de alguien de verdad...
—Siriuuuus! ¡Venga ya! Ted, solo contaba algunas cosas porque Cissy parecía tener tooooodo perfecto y si no contábamos los demás era aburrido. Además Sirius siempre hablaba de sus conquistas.
Remus pone los ojos en BLAAAANCO
—Cissy era asquerosamente perfecta con Lucius —asiente Sirius.
—Lucius: Alto, guapo, rubio, sangre pura, caballeroso, familia perfecta, dinero… —sigue Andrómeda haciendo los ojos en blanco también e imitando un poco en burla el tono relamido de su hermana.
—¿Recuerdas que tío Cygnus quería a Lucius para Bella?
—A ratos mi padre quería a Lucius para CUALQUEIRA de nosotras. Ugh!
—Eso era bastante triste...
—¡Asqueroso!
—Tampoco es que tus pretendientes estuvieran tan mal.
—¿Tan mal? Oh, venga ya… Frenrir Greyback?
—Yo no hablaba de él, claramente.
—¿De quién? —Nimfadora parpadea con eso, porque le suena el nombre que ha dicho su madre.
—Greyback, el… oh... —Remus s A.
—No siempre fue un hombre lobo —explica Sirius—. Creo que lo hicieron hombre lobo después del colegio, como con veinte años o así... Es el tío que mordió a Remus porque su padre dijo cosas horribles sobre los licántropos —sigue porque el veritaseruuum...
—Ugh… Sirius —protesta un poquito Remus.
—Ohh… perdona, no sabía que hubiera sido Greyback. Es… bastante despreciable, contaba historias bastante horribles —sigue Andrómeda.
—¿Recuerdas cuando les decía a mis padres que deberían dejar que nos mordiera a Regulus y a mí porque ser hombres lobo era la raza superior? —pregunta Sirius.
—Siiiií, y tu madre estaba SÚPER enfadada.
—Eso suena un poco bestia —comenta Nimfadora.
—Pero no so vayáis de tema —pide Ted—. Yo quiero saber que decías.
—¿Qué decía de qué? —pregunta Andrómeda esperando que haga preguntas más específicas.
—¡Pues de mí! ¡Qué les decías de mí!
—Pues que eras un buen muchacho, guapo y con un pene gordo gordo.
—UUUGH! MAMÁAA!
Sirius se ríe con eso.
—¡Es la poción! —Andrómeda se sonroja un poco llevándose las manos a la cara.
—Por Merlín… no sé si quiero saber que decías tú de mí, Sirius —comenta Remus.
—Si no quieres saberlo no lo digo, aunque no es nada nuevo o que no sepas.
—Dilo.
—Que tienes la irresistible atracción animal del lobo y eres mucho más listo y dulce que yo y te admiro como eres capaz de seguir siendo bueno aun con todo lo malo que te ha pasado —explica y se lleva las manos a la boca porque eso es más de lo que quería decir. De hecho quería decir algo cochino y que hiciera sonrojar a Remus pero... UGH.
Remus se SONROJA, pero es que… se le derrite el corazón.
Sirius aprieta los ojos porque eso... es injusto, ¡no se lo decía a sus primas si no a la imbecil de Lily que siempre le sacaba todo peor que una poción de mierda!
—B-Bueno… ¿E-eso decías? G-Gracias, Sirius.
—Ehm... a... ellas no. A Lily.
—Aun así es algo bonito que de ir de alguien —asiente Andrómeda—. A nosotros nos decía que eras insaciable.
—Y que aúlla —añade Sirius.
—¡No aulló!
Andrómeda se ríe.
—Auuuuuu —se burla el muy bully.
—Ugh —Remus se cruza de brazos y Sirius le sonríe—. ¿Eso quieres? ¿Que ahora aullé?
—No, hombre no —se ríe porque igual es muy mono.
—Jum!
—¿Vas a decirme entonces por qué es que están más o menos juntos? —pregunta Andrómeda mirándole igual porque…
—La verdad es que no, si puedo evitarlo —Sirius aprieta los ojos.
—Pero ¿no acabas de decirle a mamá que quieres que él herede tus cosas si te mueres?
—¿Es que no quieres estar con él? —pregunta Andrómeda.
—¡No! ¡SÍ quiero estar con él y quiero que hagas con él lo mismo que quisieras que hiciera yo con Ted si faltaras tú!
—¿Pero entonces?
—Todo está bien entre nosotros, solo… es un proceso —interrumpe Remus el interrogatorio.
—¡Uno que tiene que acabar ya o me voy a volver loco!
—¿Proceso de qué? —pregunta Nimfadora.
—Proceso de… personas que no se han visto en años
—Proceso de alguien a quien le han hecho cosas en prisión que no deberían hacerle a nadie.
—¿Qué… C-Cosas? —balbucea Andrómeda
—Abusos sexuales que no quiero contarte y menos con veritaserum —explica apretando los ojos.
—Por Merlín, no quiero que me los cuentes —Andrómeda le mira un poco desconsolada y Remus aprieta los ojos también.
—S-Solo me está costando volver a la... a... ugh. N-Normalidad —confiesa apretando los ojos.
—¿Y si Ted te ayudara? —propone ella.
—Wtf, Andrómeda —protesta Sirius imaginándose que quiere que se lo tire.
—¡Pues trabaja en un hospital! No seas idiota.
—No creo que esto se arregle con una poción —protesta Sirius.
—Pero podría recomendarte a alguien. Un Magirapeuta.
—No, pero... A veces, a algunas personas les ayuda por ejemplo, eliminar la mayor parte de los recuerdos de ese trauma especialmente si no aporta nada —propone Ted.
—Por ejemplo. ¿Ves? Teddy siempre es muy servicial, aunque no te quiera demasiado.
—¡Andrómeda! —protesta Ted
—Ehm... sí, gracias, Ted —responde Sirius, porque si le parece buena idea pero a la vez... Es que son sus recuerdos aunque sean malos.
—¡Es la poción! —se defiende ella.
—De todos modos no es como que no sepa yo que no... te gusto mucho —le consuela Sirius.
—Me parece que es mutuo —Andrómeda le mira.
—Lo es —suelta y aprieta los ojos tapándose la boca porque no quería admitirlo—. Andy! —protesta.
—¿Ves? puras confesiones. Ya deberían los demás ahora si de tomarse su vasito.
—¡SÍ! —pide Sirius
Ted aprieta los ojos con eso igual que Remus y es que Nimfadora también se rehusa.
—O si no, vamos a tener que irnos porque... —Sirius asiente con eso.
—Es un poco injusto —Andrómeda acaba la frase.
—Pero así se os puede interrogar más fácil, aunque solo parecéis contestar guarradas —protesta Nimfadora.
—Eso es porque solo nos preguntáis guarradas —se defiende Sirius.
—Nadie les ha preguntado una sola guardada —protesta Remus.
—Tú me preguntaste que qué le digo de ti ¿Qué crees que les digo? Que prefiero cuando tú me... —¡manos a la boca!
—¡Sirius!
Nimfadora se une a ese grito y Ted hace "Ugh" Andrómeda se ríe.
—¡¿Solo piensas en eso?! —protesta Remus.
—¿Veis? ¡Este es el puto problema de esto! ¡Claro que no!
—Parece haber como un diez por ciento de su cerebro siendo usado para respirar y por eso no es todo el tiempo —asegura Nimfadora, burlonamente.
—Una neurona —asiente Remus también a ese comentario.
—¡Oye! —protesta Sirius a los dos
—Vale, demuestra en qué más piensas...
—P-Pues en un montón de cosas, sobre vosotros y Harry y mi vida y Peter y volver a prisión y...
—Sexo —agrega Andrómeda.
—Sexo —añade Sirius sin darse cuenta.
—Qué más piensas de Remus, ¡hombre! —protesta Nimfadora—. ¿Alguna vez os casasteis? ¿Cuándo empezasteis a salir? ¿Qué pensaste la primera vez que le viste?
—Ufff… —Remus se sonroja temieeeeeendo.
—¿Qué? ¿No debería preguntar eso? —se gira a Remus porque tampoco quiere molestarle.
—No, no… está bien —en realidad si quiere saber la respuesta. Le sonríe un poco a Tonks pero… sigue sonrojado.
—Ugh, Dora... —protesta Sirius—. Esto fue... mira, esto no pasó así como tu madre que vió a tu padre y mojó las bragas en el gran salón, ¿vale?
—¡Yo no vi a su padre y moje las bravas en el gran salón! ¡Fue en el patio de transfiguraciones!
—Con el pelo suelto que llevaba al viento y la guitarrita y su culito prieto... —se ríe Sirius porque ha contado esa historia un millón de veces.
—¡Estabas contando de Remus!
—¿Mi qué? —pregunta Ted.
—Nunca supe si lo de la guitarra era un eufemismo para hablar de su polla otra vez, la verdad, creo que a veces sí lo era —sigue Sirius.
—Uuugh! Tío Sirius!
—Eres un guarro —protesta Andrómeda… Riendo.
—No tanto como tu diario.
—¡Mejor habla de Remus!
—Remus es un buen chico. Volviendo a la guitarra de Teddy...
—¿Se casaron o no tú y Remus?
Sirius mira a Remus y se sonroja, porque además con Lily y James no es como que no... Saliera el tema.
Remus se revuelve porque la respuesta debe ser parecida a por qué razón él no debía ser el guarda secretos.
—No. A mí me daba miedo —confiesa Sirius y luego aprieta los ojos.
—¿Quién querría casarse con alguien como yo? —Remus asiente.
—¡No seas idiota! —Sirius pone los ojos en blanco—. ¡No por eso!
—Ya…
—No seas imbécil, ¡es en serio! La verdad lo hable con James cuando... después de que dijo que iba a ir por un anillo para Lily y estaba hecho un manojo de nervios.
—James tenía en el destino casarse con Lily desde el día uno del colegio.
—Eso le gustaba pensar a él y aun creía que Lily podía decir que no.
—Bueno, es que Lily —Remus sonríe porque aún la echa de menos.
—A ella le gustaba más yo. Le quería más a él, pero le gustaba más yo —ay, Sirius... el veritaserum...
Los OJOS EN BLANCO
—P-Pues... ¿sabes? ¡Hay motivos por los que la gente no toma esto así! —señala la botellita.
—Igualmente te daba miedo —Remus no suelta las cosas.
—James... Quería una boda doble porque él estaba cagado de miedo y yo le dije que para nada pretendía opacar su momento. Parecía aliviado con eso cuando ella le dijo que sí pero yo sentía que... éramos súper jóvenes y que la vida era muy larga y que había muchas cosas que hacer antes de eso.
Remus… debería admitir, que en ESO, coincide completamente con Sirius.
—Ay, sí, típico caso del tipo con miedo al compromiso. Red flag, tío Sirius... —suelta Nimfadora.
—Pues ¡es que tenía yo tu edad, Dora! Además, él me hubiera dicho que no.
—Porque es mala idea casarte con alguien como yo.
—¿Ves?
—Ay, ojos en blanco contigo también —protesta Nimfadora a Remus.
—Pues es que nadie debería casarse con un Hombre lobo, ¡es tirar su vida!
—No sé qué crees que tengan los hombres normales tan maravilloso y diferente de lo que tienes tú —replica ella.
—Gracias —replica Sirius que piensa lo mismo.
—No. ser. Hombres. Lobo.
Ojos en blanco de Sirius.
—Es igual, déjalo. Lo que pasa es que él me vio a mí y se enamoró y claro, nunca conoció a un capullo de verdad, así que no puede ver las diferencias.
—Sirius! No es… ugh —protesta Remus.
—¿Lo ves?
—Oh... vale ahora veo el asunto del veritaserum para todos porque querría preguntarle a él y a papá si nunca les gustó alguien más que vosotros dos...—Nimfadora la cínica.
—Ni siquiera creo que se lo plantee —asiente Remus.
—No, sí sé perfecto quien más te gustaba —replica Sirius.
—Anda ya, ¿quién?
—Miiiii... —empieza solo para oír el...
—Cállate.
Sirius se ríe.
—¿Qué? —pregunta Nimfadora—. ¿Tú qué? ¿Tu hermano o qué?
—Ugh, ¡no! —protesta Remus.
—Ay, no. Espero que no... Solo Cissy es así de asquerosa.
—¿Entonces? ¿A tía Narcisa le gustaba tío Regulus?
—Cuando éramos muy pequeños, nuestra familia era un infierno y casarse entre primos parecía algo bien visto por la pureza de la sangre, así que nos... Emparejaban de esa manera súper sospechosa incluso antes de nacer.
—Y luego ustedes se lo creían —agrega Remus.
—Pues era machacarnos mucho desde muy pequeños, tú también lo habrías creído... Y NO VAYAS POR AHÍ.
—Pues yo solo digo… —Remus levanta las manos, tan… "inocente".
—¿Por ahí por dónde? ¿Con quién estabas prometido tú?—pregunta Nimfadora y luego se vuelve a su madre—. ¿Y tú?
—A mí también me machacan con eso —asiente Andrómeda.
—A todos —Sirius desvía la mirada sin responderle a Nimfadora.
—Ugh.
—Cuéntale tú, que es tu hija.
—Alguien con quien no pasó, menos mal —responde Andrómeda.
Ted sonríe un poco con eso y Sirius pone los ojos en blanco.
—Tampoco iba a pasar, yo me largué mucho antes de eso.
—Aunque no te hubieras largado.
—La verdad, me hubiera largado igual aunque no hubieras sido tu —responde frunciendo el ceño, porque vale. Vale. Ya lo sabemos todos no hace falta ser tan clara.
—Yo no soy el enemigo aquí, por qué te enfadas conmigo. ¡Los raros son ellos! —protesta Andrómeda.
—Ya sé que los raros son ellos, por eso lo digo.
—En realidad me sorprende que los únicos sobrevivientes seamos JUSTAMENTE los que nos largamos.
—Eso es lo que le pasa la gente que flirtea demasiado con las artes oscuras.
Flirtear es bastante… poco decir, piensa Remus.
—O sea... a ver —interviene Nimfadora un poco perdida—. Entonces... tío Regulus con tía Narcissa, vosotros... dos ¿y tía Bellatrix?
—Bella era de este tamaño —pone la mano señalando—. Creo que no había ni nacido Regulín y ya estaba diciendo que ella quería casarse con el innombrable y no podría haber dado más miedo... No, y tendrías que haber visto lo orgulloso que estaba tu abuelo.
—Es bastante asquerosa su obsesión con él —asiente Andrómeda —. Toda su adolescencia tuvo fantasías sexuales con el señor tenebroso.
—Y además nos las contaba a todos... para darnos pesadillas.
—Pero él no le hace caso ¿o sí? —pregunta Remus.
—¿Quién sabe? —Sirius se encoge de hombros.
—Tampoco quiero pensar en su vida sexual —aprieta los ojos Andrómeda—, debe ser rara. Quizás a Bella le gusta que le haga Crucio.
—Con lo que le gustaba a ella hacerlo...
—Pregúntales a los pobres Longbottom —Andrómeda suspira.
—Ya... quería ir a verles al hospital —explica Sirius.
—Quizás Ted podría ayudarles.
—¿A entrar al hospital? Eso sería de mucha ayuda.
Ted pone un poco los ojos en blanco pero vale.
—Gracias, Teddy… no me odies —pide Andrómeda.
—Te escribiremos entonces cuando vayamos a hacerlo —asegura Sirius, asintiendo.
—Sirius… —le nombra Andrómeda y él la mira—. Me alegra mucho que estés aquí.
Le sonríe sinceramente.
—Espero que nos veamos en Navidad —suelta por el veritaserum aunque no debería decírselo sin saber aún ni cómo.
—Yo también espero que nos veamos en Navidad.
Sirius sonríe más porque es que esta es una de las pocas veces en que todo parece ser normal de nuevo y luego se levanta
Andrómeda se levanta también y Sirius busca sobre la mesa el botellín de veritaserum que, ya no está. Parpadea un poco mirando alrededor
—¿Y el veritaserum?
—¡Oh! —Andrómeda levanta las cejas.
—Ya lo traigo —Remus se sonroja un poco.
—Ah, ¿lo tienes tú?
—Yes —el hombre lobo se sonroja un poco más.
—Vale, guárdalo tú, luego ya me lo darás.
—Ehh… sí.
—Venga, pues vámonos —Sirius va a despedirse de todos con abrazos y besos.
Remus va detrás.
Andrómeda le abraza y le da vario besos. Sirius también a ella.
—Gracias por escucharme —Remus le ofrece la mano a Ted sonriéndole un poco como despedida.
Ted le sonríe apretándole la mano de vuelta porque... Remus es un buen aliado y sí le gusta. El hombre lobo se gira con Tonks.
—A ti también muchas gracias y siento todas las noticias raras del día. Sé que asusta saber que soy un hombre lobo…
—He visto cosas peores —ella le mira de arriba abajo y sonríe un poquito de lado.
—¿En serio?
—El mundo es un lugar muy complicado —se encoge de hombros cuando Sirius la toma de los hombros.
—Tristemente, sí —Remus le sonríe a Sirius.
—Dora... tienes que escribirme y contarme todo, aunque supongo que nos veremos en Grimmlaud place si estás ahí haciendo la ronda, ya te interrogaré entonces —Sirius le da un besito en la mejilla y ella protesta un poco, jugando.
—Aww
—No más veritaserum para ti, eso seguro —replica ella empujándole y él la suelta sonriendo.
Remus se ríe un poquito porque son súper monos y se gira con Andrómeda para despedirse de ella, que le da un abrazo y le pide que cuide a Sirius.
Sirius se va con Ted en una despedida de esas... TENSAS, mientras este le recomienda de nuevo que piense lo quitarse los recuerdos que no le aportan nada de la mente.
—Juro que eso intento… pero ¡es muy difícil! —le susurra Remus a Andrómeda haciéndola reír y mirando a Sirius despedirse de Ted.
La verdad, Sirius admite que es posible que lo haga porque el veritaserum... lo que pasa es que no quería admitir que era una buena idea de él así. Ugh. ¿Cuánto puto dura esta poción?
Meses.
El problema es que una vez salgan a la calle, Sirius va a tener que hacerse perro de nuevo.
De hecho, antes de que salgan, gracias.
Oooojos en blanco, sí, sí... Lo que sea.
¡Es importante, Sirius!
¡Y lo ha hecho! ¿O no?
Pues esperamos que sí. Remus le acaricia la cabeza un poquito saliendo a la calle y desapareciendo a la primera oportunidad junto con el hasta la casa de los gritos.
