Ahí va Sirius a entrar sigilosamente al despacho la noche siguiente, cuando Remus ya duerme porque ha tenido algunos problemas con los dementores de Hogsmeade hoy y se le ha ido un poco la hora...
Además. Remus pega un SALTO.
Sirius estaba intentando ser sigiloso, pero entendemos, entendemos.
Sí, sí… yo sé que sí. Pero Remus y el lobo y…. LO QUE HICISTE AYER, SIRIUS BLACK
—Estas… Estas… —medio tienta a su alrededor sin ver bien.
—Soy... soy yo. Espera —responde Sirius acabando de cerrar la puerta y acercándose a la cama.
Remus le toma medio violentamente de la camisa.
Levanta las cejas, porque no esperaba que se levantara.
Y luego tira de él y le abraza ¡COMO NO VAS A ESPERAR QUE SE LEVANTE!
Sirius se tensa con eso unos instantes porque aún no superamos que hace un tiempito que nadie nos toca con buenas intenciones. Vacila un poco antes de... devolverle el abrazo un poco tímidamente.
—Ehm... Hola.
—¡¿Qué te pasa?! ¡Estás LOCO! —protesta gritando en susurritos.
—Uhm... B-Bueno, ya sé que no salió del todo como...
—¡Podrían haberte matado!
—Ehm... sí, últimamente eso pasa bastante a menudo —badum tssss
—¡¿Qué te pasa además atacando a la Dama Gorda!?
—Ehm... Es que no me... dejaba pasar. Y me puse un poco nervioso porque pensé que vendría alguien y me atraparía ahí en mitad de las escaleras.
—Un poco. Es que ahora todos creen que eres agresivo.
—Eso ya lo pensaban —ojos en blanco y le suelta un poco.
—¡Pues aún más! ¡Y casi te encuentras a Harry!
—Que va, si estaban todos en Hogsmeade. Tú mismo lo dijiste...
—Harry no estaba en Hogsmeade, no tiene permiso para ir, no sea que te encuentre y lo mates.
—¿Q-Qué? Pero ¡Eso es injusto! —frunce el ceño.
—Lo es, pero no tiene permiso. Sus tíos no firmaron el papel.
—¿Por? —levanta las cejas—. Pues... ¡Consígueme un permiso de esos y se lo firmo yo!
—Claro, para que llegue con Minnie diciéndole "Sirius no quiere matarle, pero puedes dejar que se salga del cole a ver si es verdad."
—Pues... No, pero para que le dejen ir con sus amigos. Venga, es una mierda a esa edad que te obliguen a quedarte aquí, ¡Minnie no tiene corazón! ¡Y yo soy su padrino! —protesta, yendo a buscar su pijama.
—Y un prófugo de la justicia que no les gusta… aún —le recuerda, mirándole de reojo—. Y aun así, es sumamente idiota todo esto.
—Mira, yo sé que esto siempre te ha roto el corazón y que sigues en negación, pero tienes que empezar a superar que yo le gustaba a ella —asegura, sonriendo de lado, mientras se quita el cinturón que aún necesita para que no le caigan los pantalones.
—¡Ugh! ¡Cállate! Y aún estoy enfadado contigo —le señala con el dedo aunque sonríe un poquito.
—No es como que yo pueda controlar lo que ella siente... lo sabes, ¿no? —se sienta en la cama, quitándose los zapatos.
Ojos en blanco de Remus.
—No, pero... vale, vale. A lo mejor podrías firmarle tú el permiso a Harry. Digo, es prácticamente tu ahijado también, por extensión —se señala a si mismo y luego a él varias veces y luego se quita el jersey y la camisa.
—No creo que Minerva lo vea así, tristemente —le mira con interés y se sonroja un poco, bajando la mirada para darle "privacidad".
—Es que ¡de verdad es súper injusto! ¿Qué hubiera hecho si la imbécil de Petunia se lo hubiera firmado? Esto es solo una excusa porque les es más fácil "tenerlo controlado" aquí —protesta, poniéndose la camisa del pijama.
—Pues claro, es que yo creo que no debería dejarle ir solo por el riesgo… tenga o no papel.
—¿Qué riesgo, Lunático? —protesta levantándose y quitándose pantalones y calzones a la vez—. Si ahora el bloody ministerio hasta dementores han puesto en puto Hogsmeade. Y no quiero ni pensar que harán cuando se enteren de esto de la Dama Gorda.
Se le van los ojos a Remus sin poder evitarlo
—No… No van a hacerte nada. Vamos a… ugh. Quizás deberías irte del cole.
—No voy a irme del cole —nota la miradita y sonríe de ladito... dejando los pantalones del pijama donde están y tomando un peine de su mesita de noche para cepillarse el pelo, así tal como va—. No he podido volver antes y créeme, que lo he lamentado más yo que tú, pero no pienso irme. Tú estás aquí, Harry está aquí... y Peter está aquí.
—Y esto sería perfecto si no estuviera toda la escuela buscándote —se sonroja más.
—Bueno, ya deben pensar que me he marchado a estas alturas, no me han encontrado en un día y una noche enteras —le sonríe a través del espejo, levantando bastante los brazos y haciendo que se le levante bastante la camisa también con ese movimiento.
Se le vuelven a ir los ojos porque le gustas. Ugh.
—Severus me trajo poción hoy. La luna es mañana, no sé si…
—No te la tomes, vamos a Hogsmeade... —se gira a mirarle.
—¿Qué?
—Ven conmigo —le sonríe—. A la casa de los gritos, como de pequeños. Nos encerraremos ahí y... yo te cuidaré.
—El lobo se ha hecho peor.
—Eso ya me lo dijiste, pero... Yo también —sonríe de ladito. Deja el peine y se pone los pantalones.
—Que va… espera.
Le mira, esperando, aun con los pantalones en la manos.
—Ven.
Se sube a la cama y la cruza gateando por encima de ella hasta él, sin pantalones.
Remus se sonroja bastante pero… sonríe.
Él le mira, de rodillas, sobre la cama.
Remus levanta una mano y le pone el pelo tras la oreja.
Le hace una miradita de cejas, cejas con su sonrisita de chico fatal.
Ugh.
—E-Ehm…
—¿Aja?
—Hola…
Sirius se sienta en la cama y mueve las piernas para no estar de rodillas. Remus se sienta a su lado, le pone una mano en la pierna y le mira a los ojos, un poco torpemente
—Uuuuuh —le mira de reojo.
—No seas tonto —protesta un poco quitando la mano, sin saber muy bien qué hacer. Le da un empujoncito en el hombro
—Pues es que mira que ojos me echas —se burla aun un poco.
—¿Qué ojos te echo?
—De lobo.
—¡Que va! No tengo ojos de lobo —aprieta los ojos y se ríe.
—Claro que sí —le toma de la mejilla para girarle la cara hacia sí... y va a darle un beso porque aunque se llevó chocolate, lleva todo el día huyendo de dementores por todo el pueblo y esto es mejor incluso que el chocolate.
Remus sonríe más con eso, sin abrir los ojos, pensando que AHORA Sirius Black sabe cómo debe saber y huele como debe oler y se siente como debe sentirse, abrazándole un poco de la cintura y atrayéndole hacia así con suavidad, recreándose en el beso.
Sirius se le tumba encima sin dejar de besarle.
Remus le pasa las manos con suavidad por encima de la camiseta de la pijama, hasta el borde de la misma sin pensar mucho. Le mete los dedos a la camiseta.
La verdad es que cada vez se siente más natural esto y menos invasivo después de unos cuantos días así, aunque aún no logra volver a hacer nada mucho más allá.
Sinceramente a Remus por ahora esto le parece no tan mal.
Ya verás cuando te duelan los huevos.
Uuugh.
—Ehm... —vacila Sirius, separándose un poco—. No deberías asustarte tanto. No ha pasado nada, yo siempre lo tengo controlado.
—Lo dice el chico que pasó trece años en Azkabán.
—Uhm... Bueno, vale, sí. Eso se me descontroló un poco, lo admito.
—Un POCO.
Ojos en blanco, pero sonríe.
—Es imposible que no me asuste porque… estás aquí, eres de verdad TÚ y te echaba de menos.
Sirius sonríe de lado, de manera molestita y le mueve un poco el pelo, pasándole los dedos haciéndole un cariño.
—Ugh —protesta Remus con esa sonrisa, pero cierra los ojos y le sigue el cariño.
—Me... echabas... de menooos —canturrea un poquito sin parar con el pelo.
—Shut up, tú seguro también aunque no sea yo James.
—T-Tengo uno... tuyo —admite con eso de manera un poco más seria.
—¿Uno… mío? ¿Un qué?
—Tatuaje, que te representa a ti —no le mira.
—¿M-Mío? —Remus traga saliva.
—No me atreví a contártelo. Las... runas —se tumba mirando al techo—. Tengo a James y a Lily... a Peter... y a ti.
—¿Y cuál es el mío?
Cierra los ojos y se lo dibuja a si mismo sobre la camisa.
Remus baja la mirada y mira el movimiento. Pone una mano con suavidad en la muñeca solo para acariciarle.
—¿Qué quiere decir?
—Amalgama... está unido al lobo gris... y tiene que ver conmigo también siendo un perro.
—Y si el día que… vayamos a Londres...
—¿Eh? —le mira de reojo.
—Contestó tu prima. Vamos a tener que ir a Londres… el día que vayamos, podríamos ir a que yo me hiciera uno igual.
—¿Querrías uno igual? —se sonroja—. Fue uno de los que más dolió —añade.
—Ugh, siento que te doliera —le acaricia la mejilla—. Pero… bueno, ¿sería muy... invasivo robarte un tatuaje?
—No quiero que te duela, no lo hagas.
—Yo... soy un master del dolor —Remus se ríe un poquito.
—No, que va. ¿Y qué dijo Andy?
—Que podíamos ir en dos semanas, el fin de semana.
—Eso es perfecto entonces —sonríe.
—Al menos podré acompañarte y no será en la luna llena.
—Además en la luna iremos a la casa de los gritos, ¿verdad? No te vas a tomar la poción de Snivellus.
—Sirius… hoy me la llevó mientras estaba con Harry. ¡No sé si está es la mejor idea!
—Pues la guardas para más adelante o la tiras por el wáter, nadie se va a enterar
—¡Es peligroso! ¿Y si muerdo a alguien?
—Más peligroso era cuando eras pequeño y nunca pasó nada.
—A los quince yo… era… idiota —sonríe igual, acariciándole la espalda a Sirius.
—Todos —asegura, mirándole, hecho un poco bolita.
Remus se le acerca por otro beso. Sirius sonríe con eso disfrutándolo amplia y abiertamente.
Es que está aquiiiii
Sí, sí está aquí.
—¿Dónde está mi tatuaje? —Pregunta tras separarse un poco del beso, porque aun quiere verlo.
Sirius le mira y se lo señala en el pecho, sobre su estúpido corazón.
Remus le pone una mano sobre el tatuaje y le besa otra vez, súper profundo y sentido.
Se lo devuelve, poniendo una mano sobre la suya y apretándosela un poco contra el pecho.
Después de un poquito, se le separa.
—Quiero verlo —insiste.
Sirius cierra los ojos y aparta la mano para dejarle que le abra la camisa. Ahí va Remus, él se sonroja un poco, siguiendo el movimiento de las manos con los botones.
—No pensé que... fueras a verlo nunca —confiesa.
—Verlo, tocarlo… besarlo —susurra Remus todo serio, descubriéndolo y resiguiendo la runa con el dedo, haciéndole tragar saliva de manera obvia y la verdad, poniéndole la piel de gallina.
—Ojalá hubiera estado yo ahí cuando lo hiciste.
—No lo hubiera hecho si hubieras estado.
Remus se acerca al tatuaje y le da un besito.
Sirius sonríe un poco y... suspira, acariciándole el pelo.
—Te ves tan chico malo…
—A lo mejor tenías razón...
—¿Razón?
—Ehm... sí —le toma de las mejillas—. Con lo de ayer... q-quizás sí... me importa lo que me pase.
Remus le mira a los ojos y se le llenan de laaaaagrinas. Drama, drama, drama.
—Sí hay cosas por las que... quizás no puedo permitirme ser tan descuidado y que me devuelvan a Azkabán... —añade.
—Sí las hay, sí que las hay.
Sirius sonríe un poquito y le acaricia la cara
—Tienes que cuidarte y no volver ahí jamás y estar conmigo y con Harry.
Se limpia un ojo con eso, intentando disimular que lo hace. Remus le da un beso en la frente
—Yo voy a ayudarte, no te impacientes… —le pide el hombre lobo.
—Pensé... mucho, mucho tiempo, demasiado, pensé de verdad que había perdido esto para siempre —Suspira y sonríe también, derrotado.
—Lo siento, no debiste pensarlo nunca. Nunca —le acaricia el pelo y le vuelve a besar la cara.
Sirius le abraza con fuerza. Remus le abraza también, acariciándole la espalda y cerrando los ojos
—No dejes que se me olvide —Se va a acurrucar para dormir...
—Nunca más — le abraza y le da un beso en la cabeza apapachándole—. Te quiero, Sirius.
—Y yo a ti.
Remus sonríe un poco y va a dormir hoy mucho más feliz y tranquilo de lo que ha dormido en un buen tiempo.
