FRAGMENTOS

¡Hola! Nuevo capítulo :)

- Cbt1996: ¡Hola! ¡Ay, me alegra saber que he aclarado tantas de tus dudas con el capítulo anterior! La revelación sobre Sango y Naraku fue un gran giro, no sé si inesperados, pero sí sorprendente. Entiendo perfectamente que Kag haga lo que sea para proteger a su hija, aunque duela verlo. Estoy feliz de que te guste cómo todo se va conectando, es genial saber que estás disfrutando de la trama. :) Gracias por tus lindas palabras, me motivan demasiado. ¡Kikyo definitivamente sabe cómo ganarse enemigos! Pero eso solo hace que la historia sea aún más emocionante, ¿no? ¡Gracias por tu apoyo constante y por seguir leyendo! Nos vemos en el siguiente capítulo, donde espero mantenerte al borde de tu asiento. ¡Un abrazo grande, bella!

- Valentinehigurashi: ¡Hola! ¡Qué review tan lindo! :) Sí, definitivamente va a ser un golpe duro para Inuyasha cuando descubra todo el engaño, y estoy de acuerdo, mi pobre Moroha es la que más ha sufrido en esta situación. Me alegra tanto que encuentres un lugar seguro y motivación en mis historias. La vida puede ser realmente difícil a veces, pero siempre hay luz al final del túnel, y estoy feliz de poder aportar un poquito de esa luz a través de mis escritos. Es emocionante saber que estás a punto de comenzar un nuevo capítulo en tu vida con tu hijo, y estoy segura de que todo saldrá bien para ustedes. Tienes toda la razón, no hay villanos que puedan separarte de tu pequeño, y eso es algo maravilloso. El final de este capítulo fue realmente intenso, ¿verdad? ¡Me alegra que te haya gustado! Ay, Kagome y sus recuerdos... Y sí, Kikyo en camisón definitivamente complicó las cosas. Pero todo por el bien de Moroha. Te deseo una semana llena de éxitos y cosas bonitas también. Gracias por tu apoyo constante, y nos vemos en el próximo capítulo. ¡Un abrazote enorme!

- Annie Perez: ¡Hola! Sí, también estoy preocupada por Sango. Esperemos que esté bien. Y sí, finalmente se están revelando más detalles sobre lo que ocurrió durante ese misterioso accidente de hace cinco años. ¡Qué intriga! Estoy ansiosa por descubrir más. Saludos, nos leemos pronto.

- Karii Taisho: ¡Hola, hola! ¡Wow, qué emoción tus reviews! Naraku definitivamente es un villano despreciable. Pero me encanta tu teoría sobre Kag y el respaldo de la empresa Higurashi a los Taisho. Sería genial ver cómo Kag y Moroha pueden finalmente estar juntas y seguras. Y sí, Kikyo parece estar involucrada en todo este enredo ¡Es tan frustrante! Pero como dices, mientras haga que se retuerza un poco con sus comentarios, ¡eso es suficiente! Sería genial ver cómo se desarrolla todo eso. Y sí, Naraku sigue siendo un dolor de cabeza, ¡pero tenemos que mantener la esperanza de que Kag y Moroha encuentren la manera de estar seguras! ¡Estoy ansiosa por descubrir qué sucede en el próximo capítulo! Nos vemos allí, ¡y gracias por tus palabras tan alentadoras! Saludos y abrazos. :)

- kcar: ¡Ay, sí! Naraku y Kikyo realmente están haciendo de las suyas, ¿verdad? Pobre Kagome, ha pasado por tanto y definitivamente merece algo de paz y felicidad. Esperemos que InuYasha se dé cuenta de lo que está sucediendo y pueda ayudarla. Pero para ello creo que aún tendremos que esperar un poco más, tengo planeado algo para ese par jeje ¡Y sí, la situación con Sango también es preocupante! Esperemos que todo mejore pronto. ¡Estoy emocionada por compartir el siguiente capítulo contigo! ¡Abrazos!

- Rosa. Taisho: ¡Hola! ¡Oh no! ¡Entiendo tu frustración! Naraku es realmente despreciable, y Kikyo tampoco se queda atrás. ¡Es desgarrador ver cómo han manipulado todo! ¡Totalmente de acuerdo! ¡Naraku es un monstruo! Es difícil de creer. Y también espero que Kagome pueda encontrar el momento adecuado para revelar la verdad. ¡Eso sí sería emocionante! Y sí, el coraje hacia Naraku y Kikyo es completamente justificado. ¡Y Sango! ¡Es un giro realmente angustiante! Veremos qué sucede más adelante. ¡Gracias por tus palabras y por seguir con esta montaña rusa de emociones! ¡Nos vemos en el próximo capítulo! ¡Besos!

- Kayla Lynnet: ¡Hola! Tienes razón ¡Naraku es realmente despreciable! ¡No hay límites para su maldad! Es comprensible que hayas considerado la posibilidad de que Sango estuviera trabajando para él, pero la verdad es aún más perturbadora. ¡Naraku la tiene completamente manipulada! Y sí, Koga también parece ser una víctima en esta situación. Aunque su actitud en la fiesta fue un poco desconcertante, es posible que esté siendo engañado por Naraku de alguna manera. ¡Totalmente de acuerdo contigo sobre Kikyo! ¡Es tan irritante en esta historia! jeje Es difícil no desear apartarla de la vida de Inuyasha de una vez por todas. Kagome muestra una fuerza increíble al resistirse a las tentaciones y mantenerse firme por el bien de Moroha. ¡Realmente la admiro por eso! ¡También espero de todo corazón que Sango esté bien y que su herida no sea grave! ¡Naraku es capaz de cualquier cosa, pero mantengamos la esperanza de que sobreviva! ¡Gracias por tu comprensión! Siempre trato de dejar reviews cuando puedo, ¡pero a veces el tiempo simplemente se escapa! ¡Pero seguro que disfruto cada palabra de tu historia! ¡Y gracias por tus buenos deseos! ¡Espero que también te vaya de maravilla en todo! ¡Nos vemos en la próxima actualización! ¡Besos!

- Ferdy Arevalo: ¡Hola! ¡Me alegra que hayas disfrutado tanto del capítulo! Sí, Naraku y Kikyo son unos verdaderos villanos, ¡pero estoy segura de que Inu y Kag sabrán salir adelante con el amor de Moroha y su fuerza interior! ¡Me encanta tu sentido del humor sobre la situación de Naraku y Kikyo! jeje Y sí, definitivamente Sango ha resultado ser una gran aliada en este desafío. Estoy emocionada por compartir contigo los próximos capítulos y ver cómo se desarrolla la historia. ¡Espero seguir manteniéndote atrapada con cada nuevo giro! ¡Cuídate mucho también y gracias por todo tu apoyo! ¡Besos y abrazos!

- joiscar: ¡Hola! ¡Qué bien que estés empezando a entender más de la historia! Moroha definitivamente ha sido una pieza clave para Inu y Kag, y Sango ha demostrado ser una aliada valiosa en momentos difíciles. Veremos qué hace Inuyasha para que Escargot hable por si sola. Y sí, Naraku y Kikyo pronto recibirán su merecido, ¡no hay duda de eso! Espero que Sango esté bien también, ¡pronto sabremos más sobre su situación! ¡Gracias a ti por seguir la historia y por tus palabras tan amables! ¡Me alegra mucho que te hayan encantado las actualizaciones! ¡Un abrazo!

- Rocio K. Echeverria: ¡Hola! ¡Qué alegría que te hayan encantado los últimos capítulos! Me emociona saber que te han dado algunas respuestas y que la historia te tiene atrapada. Sí, Naraku ha demostrado ser despiadado en sus planes, incluso poniendo en peligro a su propia hija. Kikyo también parece estar inmersa en todo este caos, y su resentimiento hacia Kagome parece ser parte de su motivación. Y sí, Sango es realmente un gran apoyo para Kagome, una amiga incondicional. El momento a solas entre Inuyasha y Kagome fue especial, ¿verdad? Pues prepárate porque se vienen cositas jeje ¡La química entre ellos es innegable! Y estoy segura de que Inuyasha no dejará pasar la oportunidad de descubrir la verdad detrás de la aparición de Kagome. ¡Estoy emocionada de que estés emocionada por lo que sigue! :) Espero poder mantener esa emoción en los próximos capítulos. ¡Muchas gracias por tus buenos deseos! Espero que tú también estés muy bien y que todo te esté yendo de maravilla. ¡Un abrazo enorme y muchos cariños para ti también!

- MegoKa: ¡Hola! ¡Oh vaya, tus emociones están en un torbellino! Entiendo completamente cómo te sientes. Naraku ha tejido una red de engaños y manipulaciones que ha dejado a todos atrapados en una situación desesperada. Pero no te preocupes, la fuerza y la determinación de Kagome, junto con el apoyo de sus amigos, seguramente la llevarán a través de este desafío. Sango es realmente una amiga increíble. Su lealtad y valentía son admirables. Y Moroha, bueno, ella es una chispa de luz en medio de tanta oscuridad. Estoy emocionada por ver cómo se desarrollarán las cosas para ellos. ¡Gracias por compartir tus pensamientos y por seguir la historia con tanto entusiasmo! No te preocupes, pronto descubriremos qué le pasó a Sango y cómo se resolverán todos estos enredos. ¡Espero que disfrutes del próximo capítulo tanto como el anterior! ¡Un abrazo fuerte y hasta pronto!

- anapauulacastrejonlopez: ¡Hola! Entiendo totalmente cómo te sientes. Ser Kagome en esta situación debe ser increíblemente difícil. Pero ¡tenemos esperanza de que encontrará una salida! Kagome es fuerte y valiente, y con la ayuda de Inu, seguro que encontrará una manera de superar esta difícil situación. Gracias por compartir tus pensamientos y emociones. ¡Sigamos apoyando a Kagome en su camino! Un abrazo y espero que disfrutes del próximo capítulo.

Creo que hay muchas cosas que no saben de mí, y me gustaría compartir algunas de ellas con ustedes, si alguna vez se han preguntado en cómo llamarme, si XideVill, Xide o Xi, quiero que sepan que todas me gustan, pero si desean también pueden llamarme por el diminutivo de mi verdadero nombre y ese es Xiony ¿Y cómo me llamo...?

.

Hola, soy Xionayda V. tengo 22 años y empecé a escribir por una razón, tratar de escapar y crear un lugar seguro para mí. Porque eso es lo que ha hecho la lectura y la escritura conmigo. No estoy segura y creo que aún no soy cien por ciento consciente de lo mucho que les gusta lo que escribo, pero es que yo aún me siento la Xiony de hace años, la que creía que a nadie le gustaría lo que escribía, la que encontró un mundo maravillo entre las páginas de un libro. La que conoció lo que era llorar por un personaje ficticio y no por las acciones de otra persona. Porque sí, empecé a escribir por culpa de un corazón roto y en su momento no lo entendía, pero ahora sí.

Puedo decir que las cosas pasan por algo y ese algo te puede sorprender con el tiempo...

.

Y eso fue un pedazo de mí, un pequeño fragmento de lo que soy.

P.D. Un abrazo especial a mi querida Valentinehigurashi, que, aunque la vida se ponga algo ruda, recuerda que siempre hay una luz al final del túnel.

Atte. XideVill


Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.


CAPÍTULO 8.

INUYASHA

–Inuyasha, la mujer, esa de la que hablaste ¡Sí, es ella!

–¡Podrías hablar más despacio! –exclamé ansioso.

–¡Inuyasha, es ella!

– Miroku, no te estoy entendiendo nada…

–Tiene un disparo –Se anticipó–, le dispararon cerca del corazón

–¿Qué? ¿Cómo que un disparo?

Giré un poco tratando de no alarmar a la mujer estaba junto a mí.

–No sé más, ahora está en cirugía, entró de emergencia, pero es ella Inuyasha

–¿Quién es? –cuestioné comenzando a sentir la ansiedad.

–La mujer de la que me hablaste, la mujer que Moroha mencionó.

–Sango… –solté perdiendo la voz.

Por alguna razón noté que el ambiente se ponía tenso. Para evitar que la situación empeorara, decidí colgar la llamada y mantener la calma.

–Tal parece que el almuerzo se tendrá que postergar –comenté mientras me aclaraba la garganta.

Escargot tenía la mirada perdida, pero en sus ojos había algo más.

–¿Pasa algo?

–¿Eh?

Me acerqué a ella y enseguida dio un paso hacia atrás, como si de pronto hubiera reaccionado.

–¿Todo bien…?

–Perdóname –soltó con dificultad– Me… me tengo que ir…

–Escargot…

La vi dirigirse apresuradamente hacia la puerta.

–Hijo ¿qué ocurre?

Miré a mi madre mientras buscaba mis llaves.

–Surgió algo –solté– Si Kikyo pregunta dile que me fui de emergencia a la clínica.

–Pero hijo…

Besé su frente y le regalé una sonrisa. Lo último que quería era preocuparla.

–Todo está bien mamá.

–Le prometiste a Moroha que la llevarías a ver a los patos ¿Lo olvidaste?

–No. Volveré enseguida e iremos juntos.

–¿Seguro? –insistió– Es que es una niña, y los niños se ilusionan muy rápido.

–Volveré, madre, no te angusties.

–Bien, pero no te tardes.

Me despedí de ella antes de correr hacia el auto. Las ruedas resonaron contra el pavimento cuando aceleré a toda prisa.

Al llegar a la clínica traté de no llamar la atención mientras me dirigía a cuidados intensivos. Para mi gran alivio, vi a Miroku deambulando por los pasillos de ese piso.

–Inuyasha –saludó al verme y yo le correspondí con unos golpes en la espalda.

–¿Cómo está?

–Grave –comentó bajando la voz– Hablé con Larry y su pronóstico no es nada bueno.

–¿A qué te refieres?

–Sabes perfectamente a lo que me refiero. Esa mujer recibió un balazo cerca del corazón, tiene varios órganos comprometidos. Inuyasha, es probable que no sobreviva, y quien le hizo esto claramente tenía esa intención.

–No puede morir –repliqué– Esa mujer es la única que sabe la verdad sobre Moroha.

–¿De qué verdad hablas?

Lo miré y ambos nos mantuvimos en silencio por unos segundos.

–No me digas que aún no has visto los resultados que te envié hace días –soltó conteniendo su tono de sorpresa– Inuyasha…

–No necesito ver esas pruebas para saber que Moroha es mi hija.

–Eres…

–No lo digas –advertí– Sé que es mi hija, mía y de Kagome.

Lo vi sonreír mientras negaba con la cabeza.

–Estás loco –mencionó– No sé si eres irremediablemente estúpido o es el instinto paternal lo que te hace actuar de esa manera.

–¿Qué?

–Sí es tu hija, Inuyasha –declaró– Los análisis fueron positivos.

–¿Qué?

Yo aún no salía de mi asombro.

–Ahora la pregunta es ¿quién es la madre? –murmuró y después me miró con seriedad– Ya dime, ¿tuviste alguna aventura con alguna lindura?

–Idiota –golpeé su hombro– Tú más que nadie sabe que después de Kagome no hubo nadie más.

–¡¿Entonces lo hiciste mientras estabas con ella?!

–¡NO!

Los murmullos no tardaron en aparecer, y varias enfermeras comentaban mientras nos veían con disimulo. Sonreí fingidamente mientras señalaba la puerta de las escaleras. Una vez solos pase mis manos por mi cabello, necesitaba procesar la nueva información, si bien sentía que Moroha era mi hija, el saberlo, más concretamente me llenaba de esperanza.

–Yo nunca… quiero decir… Kagome y yo, lo que tuvimos solo se reducía a nosotros.

–Pero ¿no dijiste que comenzó como una relación libre?

–¡Sí lo dije! Sin embargo, nunca lo cumplí.

Todo se complicó cuando Kagome y yo empezamos a vernos como algo más que amigos. Éramos amigos, sí, pero hacíamos cosas que no eran precisamente propias de amigos, como besarnos, tocarnos, vernos casi seguido y…

–¿Qué quieres decir? –cuestionó.

–Si bien desde el principio acordamos que podíamos estar con otras personas mientras… ya sabes –él asintió– Yo nunca lo hice. Nunca estuve con alguien más mientras estaba con ella.

–¿Por qué?

–Porque la amaba, y tardé mucho en darme cuenta de eso.

–Lo bueno es que te diste cuenta –comentó.

–Pero fue demasiado tarde, siento que no tuve suficiente tiempo con ella. Debí decirle cuánto la amaba en lugar de reprocharle el estúpido beso con Koga. Debí haberla besado más para borrar ese recuerdo de su mente y no conducir como un loco.

–Inuyasha…

Solté un suspiro.

–Sabes que no fue tu culpa. Los frenos estaban mal…

–¡Los frenos estaban bien! –exclamé– Ya estoy harto de que intenten convencerme de lo contrario, ¡Fue mi culpa! ¡Yo la maté! Yo soy el único culpable…

Ambos miramos hacia las escaleras cuando escuchamos un ruido venir de la planta baja. Tomé a Miroku del brazo y ambos salimos de inmediato.

–Inuyasha…

–No digas nada –pedí al dirigirnos al consultorio de Larry, el mejor cirujano que tenía las clínicas Taisho.

Mi amigo y yo esperamos en completo silencio hasta que el hombre apareció por la puerta.

–Oh, Taisho. ¿A qué se debe esta inesperada visita? –soltó estrechándome la mano.

Sonreí y correspondí a su saludo.

–Solo vine a saludar a un viejo amigo.

Larry sonrió mientras negaba con la cabeza.

–Ese viejo truco ya está muy desgastado –contestó– Ya dime qué quieres.

–Supe que hiciste una cirugía.

–Oh, oh.

–Sí, oh-oh –Lo acompañó Miroku y yo lo miré con disgusto.

–Sabes que no puedo darte información, Taisho. Son las reglas, reglas que por cierto impuso tu propio padre.

–Vamos, no te estoy pidiendo que me cedas el caso.

–¿Ah no? –cuestionó.

–No. Solo quiero saber algunas cosas.

–¿Qué cosas? Ya le dije a Miroku que su estado es crítico, probablemente no sobreviva esta noche.

–Miroku dijo que se llamaba Sango.

–Ah sí –dijo Larry– Encontramos una identificación entre sus cosas, pero sospecho que es falsa.

–¿Por qué?

–Porque la policía se la llevó de inmediato para analizar la información.

–¿Dónde la encontraron?

–Recibimos una llamada de emergencia, sobre una mujer muy malherida en medio de la carretera.

–¿Qué carretera?

–La que va a Nippori. Para serte sincero me sorprende que haya resistido tanto a pesar de la gravedad de sus heridas.

–¿Qué se puede hacer?

–Por ahora, nada. Ya se hizo todo lo posible por ella.

–¿Morirá?

–Ya has hecho muchas preguntas, Taisho –soltó– ¿Por qué te importa tanto esa mujer?

Solté aire por la nariz y miré a Miroku.

–Solo es curiosidad.

–Claro –dijo Larry no muy convencido.

Doctor Larry. Doctor Larry, se solicita su presencia de emergencia en la habitación 671.

–Es ella –soltó Larry antes de abandonar el lugar.

Miré a Miroku, y ambos seguimos de cerca al hombre de cincuenta años. Cuando llegamos a la habitación todo era un caos, varias enfermeras, doctores, Larry tratando de reanimarla y… ¿Escargot? ¿Qué hacía ella aquí?

Al notar mi presencia se escabulló entre la gente usando unas gafas de sol bastante elegantes.

–Quiero que te quedes aquí –le dije a Miroku– Encárgate de ella.

–¿Qué?

–Ya vuelvo, tengo un asunto que atender.

–Inuyasha, se te olvida que también trabajó aquí… –Ignoré sus reclamos mientras me dirigía a los elevadores– ¡Y soy pediatra, trabajo con niños!

Renuncié al elevador cuando la vi desaparecer en uno. Opté por las escaleras; esta vez no se me iba a escapar, lo juro por mi nombre, Inuyasha Taisho.


KAGOME

No planeaba encontrarme con Inuyasha, pero todo ocurrió tan rápido que no me di cuenta. La desesperación por saber algo de Sango fue más fuerte que mi prudencia. ¡Maldición! Inuyasha me había visto, pero ¿qué hacía allí? ¿Por qué estaba interesado en Sango?

Las puertas se abrieron y, al verlo, me llevé un pequeño susto.

–¿A dónde vas tan rápido? –cuestionó con aquel tono seductor en su voz.

–No es asunto tuyo –respondí arisca saliendo del elevador y evitando su mirada.

No estaba preparada cuando, de pronto, me tomó por la cintura y me atrajo hacia él.

–¿Qué…?

–Shh… –recorrió mis labios con la yema de sus dedos y entonces lo entendí.

Nos estábamos escondiendo. ¿Pero de quién?

Giré la cabeza hacia donde él miraba y entonces la vi. Kikyo bajaba de un auto negro y caminaba hacia el elevador, con el sonido de sus tacones resonando a cada paso.

La situación empeoró cuando comencé a sentir su respiración rozándome las mejillas. Esto no era bueno, para nada bueno. Una de sus manos aún sujetaba mi cintura, y podía percibir ese grado de posesión que solo Inuyasha Taisho podía tener.

–¿Te pongo nerviosa?

Levanté la mirada para ver sus ojos y entonces lo vi sonreírme.

–¿Te escondes de tu esposa? –ataqué con otra pregunta igual de afilada.

–No me escondo de ella.

–Y tú no me pones nerviosa en absoluto.

Entonces volvió a sonreír, pero esta vez pude ver un par de colmillos asomándose. No hacía falta ser tan obvios, ambos sabíamos las respuestas a esas preguntas.

–¿Qué relación tienes con Sango? –interrogó al soltarme.

–¿Sango? –fingí demencia– No sé de quién hablas.

–La mujer a la que dispararon, a la que fuiste a ver.

–Yo no fui a ver a nadie –aclaré– Vine aquí por otro asunto.

–¿Qué asunto?

–No tengo por qué contarte todos los detalles de mi vida ¿o sí?

–¿Por qué? –soltó con frustración– ¿Por qué eres tan misteriosa?

–No sé a qué clase de mujeres has conocido, pero la mayoría, sí se puede decir decente, no van por el mundo divulgando su vida con desconocidos.

–No soy un desconocido.

–Nos acabamos de conocer anoche –añadí, tratando de aclarar las cosas– Eso te convierte en un desconocido.

–Bien, tú ganas. Soy un desconocido.

–¿Qué haces? –increpé cuando me tomó del brazo.

–Vas a conocer a este desconocido –dijo con una sonrisa pícara.

Caminamos hacia su auto, abrió la puerta del copiloto y me subió así sin más.

–A esto se le llama secuestro.

–Yo prefiero usar el término, salida involuntaria.

–Secuestro.

Puso el seguro para niños y me sonrió.

–Salida involuntaria –insistió– Ponte el cinturón.

No lo hice, y entonces se estiró para bajarme las gafas.

–¿O prefieres que lo haga yo?

–No, yo puedo sola, gracias.

Volvió a su lugar y soltó una risa traviesa.

–Como prefieras.

Si Naraku descubre esta "salida involuntaria", seguramente me buscaría para hacerme pagar, y no dudaría en lastimar a mi hija, a mi madre y a mi hermana.

Esto estaba mal. Nunca debí haber ido a la clínica de los Taisho, pero la vida de Sango estaba en juego. No podía simplemente abandonarla después de todo lo que había hecho por mí y por Moroha. No podía ser tan miserable.

–La mujer… –empecé con cautela– La que vi hace rato.

–¿Sango? –soltó distraído con la mirada puesta en la autopista.

–Sí ella. ¿La conoces?

–No.

–¿Entonces por qué…?

–Es una larga historia. No tengo por qué contarte todo ¿O sí?

Touché

Había usado mis propias palabras en mi contra.

–No, tienes razón. Solo sentí curiosamente –Traté de sonar serena– ¿Qué le pasó?

–Recibió un disparo. Mi colega no tiene buenos pronósticos para ella. Probablemente no sobreviva esta noche.

Sentí como si me estrujaran el corazón al escucharlo decir aquello con tanta facilidad.

–Es una pena, se veía tan joven y… ¿te sientes bien? –cuestionó al verme.

Asentí con la cabeza mientras mantenía la mirada hacia el frente.

–¿A dónde vamos? –preferí cambiar de tema. Ya no quería seguir torturando mi mente y mi corazón.

–Te gustará.

–Eso no responde mi pregunta –señalé.

–¿Te gustan los animales?

–¿Qué?

No me esperaba esto.

Jamás imaginé encontrarme en medio de una tienda de mascotas, rodeada de animales domésticos y otros exóticos que en mi vida hubiera visto.

–¿Qué hacemos aquí? –pregunté volteando a ver a un grupo de niños mirando a los peces.

–Hace unos días mi hija perdió a Kuma.

–¿Lo perdió?

Inmediatamente, Inuyasha me miró ante mi asombro.

–Quiero decir ¿Quién es Kuma? –sonreí con inocencia mientras me adentraba en la tienda.

–Era su oso de peluche.

–¿Y cómo fue que lo perdió?

–No lo perdió, bueno… es una larga historia.

–Entonces, no lo perdió, pero ya no lo tiene –resalté y él sonrió.

–Sí, algo así.

–¿Y qué hacemos aquí? ¿Piensas comprarle un oso de verdad? –bromeé, pero entonces me di cuenta de que él no estaba siguiendo la broma– No pensarás…

–No un oso –se adelantó– Pero sí pienso comprarle algo.

–No es más simple comprarle otro peluche.

–No.

–Pero es una mascota. Estamos hablando de otro ser vivo, y ellos no son juguetes para los niños, no creo que sea una buena idea, no creo que…

–Tranquila, empiezas a actuar como una madre angustiada. Moroha es una buena niña, sé que jamás lastimaría a nadie y mucho menos a una mascota.

Tragué saliva. ¡En qué estaba pensando! Tenía que actuar como Escargot y no como Kagome, una madre desesperada por la primera mascota de su hija.

–Bien, sí. Supongo que tienes razón, de todas formas, es tu hija y yo… bueno yo no soy madre y no sé de estas cosas.

Me moví incómoda ante mi patético intento de salir de este apuro.

–¿Qué crees que le guste? –preguntó mirando a una camada de cachorros.

–Los perros son una buena opción. Algunos aman a los niños.

–Yo pensaba en algo más pequeño –comentó.

–¿Un gato?

Yo no era muy de gatos, quizás porque ese era el apodo que me había puesto Naraku.

–No precisamente.

–¿Entonces? –cuestioné.

–Hoy tenía planeado salir con Moroha, pero temo no poder cumplir con mi promesa.

–¿Y adónde pensabas llevarla? ¿Aquí?

Inuyasha negó mientras se adentraba por un pasillo.

–Por alguna extraña razón Moroha adquirió un gusto particular por los…

–Patos –completé y él me miró sin entender– Es que están de moda –quise librarme otra vez.

Tenía que dejar de ser tan imprudente. Pero, es que yo más que nadie sabía lo mucho que mi hija amaba a los patos; los había amado desde el primer momento en que le conté el cuento del patito feo.

–Sí, ama a los patos –concluyó Inuyasha con un dejo de nostalgia en su voz.

En ese momento, deseé saber qué pasaba por su mente, qué pensamiento había sido el culpable de robarme su sonrisa.

–¿No pensarás en…?

–Sí, pienso comprarle un pato a mi hija.

Pude decir algo más, pero aquellas dos simples palabras "mi hija" me estremecieron por completo. Qué bonito sonaba eso, qué bonito se escuchaba salir de sus labios.

Al reaccionar ya estábamos en la sección de aves domésticas. Inuyasha me sonrió a lo lejos y me ofreció una mano para que me acercara.

–Tenemos una variedad de razas, desde los clásicos patos blancos hasta los encantadores patos mallard con sus colores vibrantes –dijo el muchacho que lo atendió– Cada uno tiene sus propias características únicas, así que podemos encontrar el que mejor se adapte a tu hogar y estilo de vida.

–¿Se llevan bien con los niños? –me fue inevitable preguntar.

–Claro, los patos son muy sociables y les encanta interactuar con las personas. De hecho, son muy juguetones y pueden formar vínculos fuertes con sus dueños. Imaginen las risas y la diversión que tendrá su hija mientras juegan juntos en el jardín o pasean por el parque.

–Oh, no, no es mi…

–Cariño, ya lo escuchaste –soltó Inuyasha pasando un brazo sobre mis hombros– Nuestra hija se pondrá feliz cuando vea a su nuevo amigo.

–¿Qué haces…? –murmuré.

–Además, los patos son bastante fáciles de cuidar –añadió el joven y me obligué a sonreír– Solo necesitan un espacio seguro para vivir, agua fresca para nadar y explorar, y una dieta balanceada que podemos recomendarle.

–Está decidido –dijo Inuyasha con emoción– Nos llevamos un pato.

Y fue así como terminamos subiendo al auto alimento para patos, un par de cobijas, una transportadora pequeña y claro, un pato bebé.

–Esto es una locura –solté– ¿Dónde piensas que dormirá?

–Con mi hija claro.

–Es un bebé ¡Ella es una bebé!

–Tranquila, ya te dije, Moroha es la niña más dulce que he conocido.

–Solo espero que no duerma en su cama –pedí y él me sonrió.

–Claro que no, por eso compré cobijas y una transportadora, ¿crees que debí de comprar una cama?

Lo miré fijamente.

–Es una broma ¿cierto?

–¿Por qué te angustias tanto? –cuestionó aún con una sonrisa– No dormirá en la cama de Moroha. No lo hará porque nadie me quitará ese lugar.

–¿Qué…? –dije perdiendo el aliento– ¿Duermes con ella?

–Sí. Es solo una niña y… a ratos extraña a su madre.

Después de aquel último comentario no fui capaz de añadir algo más. ¿Cómo podría? si yo también extrañaba estar con ella, tomarla en brazos y llenarla de besos.

–Por favor nunca la dejes sola, yo sé lo mucho que importa una figura paterna cuando se extraña a mamá.

–¿Naraku no ha sido un buen padre? –cuestionó incorporándose a la autopista.

–Ni eso, ni nada –solté honesta y agradecí que no dijera nada más.

–¿Segura que quieres que te deje aquí? –preguntó estacionando a tres cuadras de la mansión de los Hirano.

–Sí, lo que menos quiero es que Naraku me vea llegar en el carro del esposo de su hija.

–Pero tú también eres su hija.

–Sí, pero no soy tu esposa, así que prefiero caminar.

–Como desees.

Me quité el cinturón y antes de bajar Inuyasha me sostuvo la muñeca.

–Gracias.

Me quedé helada cuando sus labios rozaron el dorso de mi mano como despedida.


INUYASHA

No fui consciente del tiempo hasta que me despedí de ella, y al hacerlo, sentí un gran vacío por alguna razón. El sol estaba por esconderse y con aquello vino a mí las palabras de mi madre. Seguro que Moroha me había estado esperando toda la tarde.

Al llegar a la mansión, lo primero que hice fue pedir que alguien llevara todas las cosas a la habitación de Moroha, excepto al pequeño pato. Escuché su risa proveniente del comedor, así que no hizo falta preguntar por ella.

–¡Papi! –corrió hacía mí en cuanto me vio.

–Moroha, ¿ya se te olvidó? –preguntó mi madre con tono calmado.

–¿Olvidar qué? –cuestioné sin entender.

Moroha se detuvo a unos pasos de mí y pude ver cómo se esforzaba por no sonreír.

–¿Qué pasa princesa?

–Estoy enojada contigo, papi.

–¿Así? –solté tratando de controlar mis ganas de abrazarla.

Había descubierto que amaba su expresión de enfado, me recordaba tanto a Kagome.

–Sí, no cumpliste tu palabra.

Sonreí, no dudaba de que Izayoi tenía algo que ver en esto.

–Lo sé mi amor, pero para compensar mi gran error, te he traído un regalo.

–¿Un regalo? –Una gran sonrisa se le dibujó en la cara– ¿Qué regalo…?

Enmudeció al ver al pequeño pato que tenía en las manos. Puede escuchar la exclamación de sorpresa de mi madre y las disimuladas palabras de mi padre tratando de calmarla.

–¡Un patito! –chilló de alegría.

Me senté y Moroha se sentó junto a mí para acariciar al pequeño animal.

–Inuyasha –intervino mi madre– ¿En qué estás pensando?

–Pienso, madre, en la felicidad de mi hija.

–Esto es una locura.

–Es muy bonito –dijo Moroha abrazándome de pronto– Gracias papi.

La atraje hacia mí dejando un beso en su cabeza.

–¿Te gusta? –pregunté en un susurro.

–Mucho.

–Inuyasha…

–Déjalo Izayoi –intervino mi padre para mi sorpresa– Nuestro hijo sabe lo que hace.

–Pero cariño, no creo que…

En ese momento, escuchamos la puerta, y supe que la felicidad había llegado a su fin cuando oí el primer chillido de Kikyo al ver a la pequeña mascota en manos de Moroha.

–¡Qué hace ese animal aquí!

Ahí iba otra vez, el ciclo interminable de disgustos y discusiones con Kikyo se repetía. ¿Hasta cuándo? Ya estaba empezando a cansarme.

Continuará...