El Dr. Whale realizó algunos exámenes de rutina a Regina, pero al hacer el chequeo no encontraba nada preocupante. Confirmó su embarazo, pero también detectó algunas complicaciones de salud que requerirían atención especializada realizando más exámenes para descartar cualquier anomalía.
Después de recibir la noticia, Regina se sintió abrumada por una mezcla de emociones. La alegría de estar embarazada se mezclaba con la preocupación por su salud y la incertidumbre sobre lo que significaría para su futuro y el de su bebé.
De regreso a casa, la salvadora y la alcaldesa se sentaron juntas para hablar sobre lo que habían descubierto. Las preocupaciones de Regina eran evidentes en su rostro, mientras que Emma la miraba con una mezcla de compasión.
-¿Cómo estás realmente?-, preguntó la rubia, tomando suavemente la mano de la morena.
Regina suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas. -Asustada, supongo. No esperaba que esto fuera fácil, pero tampoco esperaba complicaciones tan temprano en el embarazo.
Emma apretó su mano con suavidad. -Estaremos bien, Regina.
La alcaldesa asintió, agradecida por el apoyo de la sheriff. -Sé que debería estar feliz por esto, y lo estoy, de verdad. Pero también tengo miedo, Emma. Miedo de lo que esto podría significar para nosotras, para el bebé…
Emma la abrazó con ternura. -Lo sé. Pero no estás sola en esto. Estoy aquí contigo. Y encontraremos una manera de superar esto y descubrir lo que te está pasando.
Regina se aferró a a la rubia, sintiendo un poco de alivio en sus palabras reconfortantes.
Había pasado algunos días y la alcaldesa se había sentido agotada día tras día, sin entender por qué su energía parecía estar disminuyendo. Las complicaciones de su embarazo la tenían preocupada, y no sabía a quién acudir para obtener respuestas. Emma, por su parte, compartía su angustia y se sentía culpable por no haber sido más consciente con su magia en el pasado.
Sentadas en la cocina, Emma le tomó la mano a Regina mientras bebía un poco de su chocolate -Quizás debería hablar con Blue-, sugirió, pensativa dejando la taza en la mesa. -Tal vez ella tenga alguna idea de lo que está sucediendo. Lamentablemente, ya no tenemos a Rumple para preguntarle.
Regina asintió, agradecida por la sugerencia -Sí, eso podría ser una buena idea. Necesitamos entender qué está pasando para poder abordarlo adecuadamente.
Emma suspiró, sintiendo el peso de la responsabilidad. -Lamento tanto no haber sido más cuidadosa con mi magia. Si hubiera sabido que esto podría afectarte de esta manera…- Su voz se quebró, y Regina le dio una mirada comprensiva.
-No te culpes, querida-, dijo suavemente. -Ambas estamos aprendiendo a lidiar con esto. Y estoy segura, que no es tu responsabilidad, no del todo, esto fue una combinación de nuestra magia.
-Creo que deberíamos hablar con mis padres-, sugirió Emma con seriedad, mirando a Regina con determinación. -Saben que Amy es nuestra hija, pero no están al tanto de que esto es real. No sé cómo reaccionarán cuando se enteren.
Regina asintió, comprendiendo la importancia de compartir la situación con los Charming. -Tienes razón. Es mejor que estén al tanto de todo, especialmente ahora que las cosas están más complicadas.
Ambas mujeres compartieron un momento de silencio, reflexionando sobre el próximo paso que debían tomar. Sabían que, en un pueblo como el suyo, las noticias se propagaban rápidamente y preferían ser ellas quienes explicaran la situación. Emma se comunica con David, para pedirles que se acercarán a la mansión.
Se sentaron con con los Charming en la sala, tratando de encontrar las palabras adecuadas para transmitirles la noticia. Snow escuchaba con atención, su expresión llena de preocupación, mientras David asentía, mostrando su apoyo.
-Lo siento mucho, Regina-, dijo Snow, poniendo una mano sobre la de ella. -Estoy aquí para lo que necesites y estoy también feliz por la noticia.
Regina le agradeció con una sonrisa tenue, agradeciendo el gesto de apoyo de su amiga y también suegra a la vez.
Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando sintió porrazos en la puerta. Hook apareció en en el umbral, su expresión un tanto tensa. Había escuchado los rumores sobre el embarazo de Regina en la cafetería al oír a unos enfermeros hablar y quería respuestas.
La tensión en la mansión alcanzó su punto máximo cuando Hook irrumpió, su voz llena de rabia y frustración resonando en la sala de estar al momento en que la rubia abría la puerta.
-¡Emma, no puedo creer que Regina esté embarazada y lo peor, que eres tú la otra madre!, exclamó Hook, su tono lleno de incredulidad y enojo.
Emma frente de él, enfrentándolo con determinación -Hook, esto no es asunto tuyo. Mi vida ya no te concierne.
Regina, que había estado en la habitación contigua, apareció en la puerta, su expresión firme mientras enfrentaba a Hook. -Estás fuera de lugar, Killian, no tienes derecho a interferir y menos aparecer así en mi casa.
Hook se volvió hacia Regina, su mirada furiosa, pero volvió a mirar a Emma sin tomar en cuenta a la alcaldesa -¿Cómo pudiste hacerle esto a nuestra familia? ¡Después de todo lo que pasamos juntos, te vas con ella y comienzas una nueva vida como si nada!
La salvadora intervino, tratando de calmar los ánimos. -Hook, entiendo que estés molesto, pero necesitas aceptar que esto es lo que quiero. No hay vuelta atrás y lo de nosotros terminó hace mucho tiempo, lo único lo que nos une es nuestra hija Hope, pensé que había quedado claro.
El pirata los miró con incredulidad, su ira palpable en el aire.-No puedo creer que estés eligiendo esto sobre nuestra familia. Nunca pensé que serías capaz de esto, Emma.
Regina se acercó, su voz elevándose con cada palabra. -No la juzgues, Killian. Ella y tú ya no son nada. Ahora es el momento de que lo aceptes y te vayas.
Sin decir nada, el pirata se da media vuelta dejando la mansión, en medio de su frustración y desesperación, intentó contactar a Maléfica en un intento desesperado por encontrar una manera de recuperar a Emma. Sin embargo, su llamada quedó sin respuesta, lo que solo aumentó su sensación de impotencia y desesperación. Mientras se retorcía en su plan para recuperar a la rubia, sentía que Regina se interponía en su camino, complicando aún más las cosas.
En un arranque de determinación, el pirata comenzó a idear un plan para recuperar a Emma, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino. Planeó cada movimiento con meticulosidad, decidido a encontrar una forma de cambiar las cosas a su favor.
Sus pensamientos se llenaron de estrategias y tácticas mientras trazaba un plan para enfrentarse a Regina y convencer a Emma de que estaban destinados a estar juntos. Sin embargo, sabía que el camino hacia la reconciliación no sería fácil, especialmente con la presencia constante de Regina en la vida de la salvadora.
A pesar de los obstáculos que enfrentaba, el pirata estaba decidido a luchar por su amor y hacer todo lo posible para recuperar a Emma. Con determinación ardiente, comenzó a ejecutar su plan, dispuesto a enfrentarse a cualquier desafío que se interpusiera en su camino hacia la reconciliación.
Emma al otro día, fue temprano al lugar de residencia de las hadas, se acercaba con determinación hacia el grupo de monjas donde se encontraba el hada azul. La luz del sol filtraba a través de las hojas del bosque, creando un ambiente sereno y misterioso a su alrededor.
-Hada Azul-, llamó Emma cuando llegó junto a ellas. -Necesito hablar contigo.
El hada azul levantó la mirada, sus ojos brillando con curiosidad. -¿Salvadora? ¿Qué te trae por aquí?
La sheriff respiró hondo y empezó a explicar la situación con Regina y su embarazo complicado. -Estamos teniendo algunos problemas-, comenzó, buscando las palabras adecuadas. -Regina está experimentando complicaciones con su embarazo, y no sabemos por qué.
La Hada frunció el ceño al tratar de entender todo lo que la rubia dijo, sin asombrarse de la relación que está teniendo la Reina con la Salvadora, era algo que era de esperarse , pero su expresión estaba preocupada. -Eso suena grave-, dijo con voz suave. -Hay una antigua leyenda sobre bebés mágicos, pero no tengo mucha información al respecto.
Emma asintió, absorbiendo la información. -¿Pero qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo puedo ayudar a Regina?
El hada azul suspiró, pensativa. -No lo sé, Emma-, admitió con pesar. -Pero puedo intentar buscar más información en nuestros archivos. Tal vez haya algo que nos ayude a entender lo que está sucediendo.
Emma asintió con gratitud. -Gracias, Blue-, dijo sinceramente. -Cualquier ayuda que puedas brindarnos será muy apreciada.
Con una sonrisa comprensiva, el hada azul se levantó y se alejó para buscar en los archivos de la abadía. Emma la sigue hasta llegar a una biblioteca.
-¿Crees que la magia de Regina y la mía están causando esto?-, preguntó Emma, frunciendo el ceño mientras seguía a la hada mientras sacaba algunos pergaminos y archivos de un mueble. -Es extraño, ¿no crees?
Azul asintió, su capa ondeando ligeramente con los movimientos al buscar las cosas. -Es posible-, dijo con voz suave. -La magia es impredecible, especialmente cuando dos fuentes tan poderosas se unen.
Emma miró alrededor de la habitación, sintiendo la tensión en el aire. -¿Y qué hay de la niña que llegó del futuro?-, preguntó, preocupada por su hija, el hada estaba al tanto de la llegada de Amy al fin y al cabo eran una fuente de magia que predecía y sabía ciertas cosas, pero no sabía la relación que tenían y lo que las unía. -¿Podría su magia estar afectando a Regina de alguna manera?
La Hada frunció el ceño, pensativa. -Es posible-, respondió después de un momento. -La magia de los niños puede ser más poderosa de lo que pensamos. Podría estar interfiriendo de alguna manera y ella no es de está época, más complicado es.
Emma asintió, absorbiendo toda la información. La situación era más complicada de lo que había imaginado, y se sentía abrumada por la responsabilidad de proteger a su familia. Sin embargo, sabía que no podía rendirse.
-Gracias por tu ayuda, tengo que volver, si encuentra algo por favor, avíseme-, dijo con gratitud, mirando a la hada con determinación. -Seguiré buscando respuestas por mi parte.
La hada sonrió, su rostro arrugado iluminado por la luz del sol filtrándose por las ventanas. -Recuerda, Salvadora, el poder de la familia es más fuerte que cualquier magia. Mantente unida a nuestra Reina y encontrarás una manera de superar esto.
Emma asintió, sintiendo un nuevo sentido de determinación arder en su interior. Se despidió de la Hada Azul y se adentró en el bosque caminando con paso firme para dirigirse a la mansión.
Regina se encontraba recostada en el sofá, con una expresión de fatiga evidente en su rostro. Emma estaba a su lado, acariciándole la frente con ternura mientras Hope jugaba cerca.
-¿Cómo te sientes, cariño?- preguntó Emma con preocupación.
Regina suspiró, intentando ocultar su malestar y sonrojó ante el término empleado por la rubia. -No muy bien-, admitió. -Pero estoy tratando de aguantar.
Hope se acercó, mirando a la alcaldesa con ojos llenos de preocupación -¿Gina, estás bien?- preguntó con voz temblorosa.
Regina le dedicó una sonrisa forzada. -Estaré bien, cariño-, aseguró, tratando de tranquilizarla.
Emma frunció el ceño, sintiendo el peso de la preocupación en sus hombros. -Deberíamos llamar al Dr. Whale de nuevo-, sugirió. -Quizás puedan hacer más exámenes para averiguar qué está pasando.
Regina asintió, reconociendo que era necesario acudir nuevamente al médico, hasta no encontrar el motivo de su estado de salud. -Tal vez sea una buena idea-, concedió. -No puedo seguir así.
Mientras la sheriff buscaba el número del doctor en su teléfono, Hope se acurrucó junto a Regina, abrazándola con fuerza. -Todo estará bien, Gina-, murmuró, intentando reconfortarla.
Después de una breve llamada, Emma se acercó a la alcaldesa con una sonrisa tranquilizadora. -El Dr. Whale dijo que todo parece normal por ahora, reviso tus últimos exámenes-, informó. -Pero quiere que vuelvas en unos días para otros más.
Regina asintió, sintiendo un poco de alivio al saber que recibiría más atención médica. -Gracias, Emma-, dijo con gratitud.
Emma estaba de pie frente a la encimera de la cocina, con una expresión preocupada en su rostro mientras cortaba verduras. Amy estaba a su lado, ayudándola con los ingredientes mientras mantenían una conversación seria.
-¿Crees que mamá esté bien?- preguntó Amy, con la voz cargada de preocupación.
Emma suspiró, dejando caer el cuchillo sobre la tabla de cortar. -No lo sé, chica-, respondió sinceramente. -Estoy tan preocupada como tú.
Amy frunció el ceño, buscando respuestas en los gestos de Emma. -Pero, ¿qué crees que le pasa?-, insistió.
Emma sacudió la cabeza, sintiendo la frustración crecer dentro de ella. -No lo sé-, admitió. -Es tan extraño. Si tan solo pudiéramos hablar con tus madres del futuro, podríamos entender mejor lo que está sucediendo.
Ambas compartieron un momento de silencio, sumidas en sus pensamientos mientras continuaban con la preparación de la comida. La incertidumbre y la preocupación llenaban el aire de la cocina, creando una atmósfera tensa y cargada de emociones.
Emma finalmente rompió el silencio, con un tono de determinación en su voz. -Haremos todo lo posible para ayudar a tu madre-, prometió.
Amy asintió con solemnidad, sus ojos reflejando la seriedad de la conversación mientras continuaba preparando los ingredientes junto a Emma. -He notado algo-, admitió. -La magia de mamá ha estado actuando de manera extraña últimamente. A veces parece más débil de lo normal, y otras veces… bueno, es como si estuviera fluctuando, ¿sabes?
Emma frunció el ceño, reflexionando sobre las palabras de la niña. -No soy una experta en magia-, comenzó a explicar, -Pero he sentido algo similar. Es difícil de describir, como si hubiera una especie de tensión en el aire, pero no puedo decir exactamente qué está causando eso.
Amy asintió comprensivamente, sus manos moviéndose con destreza mientras seguía ayudando en la cocina. -Sí, exacto-, coincidió. -Es como si algo estuviera afectando a mamá, pero no podemos identificar qué es.
Emma colocó una mano tranquilizadora sobre el hombro de Amy, transmitiendo un gesto de consuelo. -Regina estará bien, lo prometo-, aseguró con una sonrisa reconfortante. -Solo necesitamos ser pacientes y estar ahí para ella.
Amy asintió, aunque aún mostraba signos de preocupación en su mirada. -Espero que tengas razón-, respondió, su tono reflejando una mezcla de ansiedad y esperanza.
La sheriff asintió, decidida a mantener un espíritu positivo frente a la situación. -Ahora, creo que sería una buena idea apresurarnos con la cena-, sugirió, cambiando el enfoque de la conversación. -Sabes cómo es Regina cuando tiene hambre y está en su estado hormonal de embarazo. ¡Mejor no tentar al destino!
Amy soltó una risita, agradeciendo el intento de Emma por aliviar la tensión con un toque de humor. -Sí, definitivamente no quiero lidiar con un ataque de antojos de mamá-, concordó, comenzando a moverse con más diligencia en la cocina mientras compartían una complicidad momentánea.
Ya había pasado 3 días desde la conversación con Blue, hasta esta mañana al recibir una llamada de ella solicitando su presencia.
Emma se encontraba en el antiguo santuario de las monjas, esperando ansiosa la llegada del Hada Azul. Cuando Blue finalmente apareció, la llevó a una habitación repleta de antiguos manuscritos y pergaminos.
-Gracias por llamarme, Blue. Realmente necesito tu ayuda-, dijo Emma, su voz llena de urgencia.
El hada asintió con una sonrisa comprensiva. -Entiendo tu preocupación, Emma. He estado revisando nuestros archivos antiguos y encontré algo que podría ser relevante para tu situación-, comenzó mientras sacaba un pergamino polvoriento de una estantería.
Emma la observó atentamente mientras el hada desenrollaba el pergamino. -¿Qué encontraste?-, preguntó, su curiosidad y ansiedad mezclándose en su tono.
Blue miró a Emma con seriedad. -Existe una antigua leyenda, te lo había mencionado, casi olvidada, que habla de dos amores verdaderos cuya combinación de magia es tan poderosa que puede crear un bebé mágico. La historia dice que estos bebés son bendecidos y a la vez desafiados por una energía única, derivada de la unión de sus padres.
Emma frunció el ceño, tratando de procesar la información. -¿Cómo es posible que Regina y yo…?-, comenzó a decir, pero Blue la interrumpió.
-Déjame contarte la leyenda-, dijo el hada suavemente, comenzando a leer del pergamino. -Hace muchos siglos, en un reino donde la magia era tan común como el aire, existieron dos seres cuyo amor verdadero trascendió cualquier barrera. Su magia individual era poderosa, pero cuando se unieron, crearon una energía tan pura y fuerte que alteró la misma esencia de la vida. De su unión nació un niño, un ser mágico cuya presencia trajo consigo tanto bendiciones como desafíos. La leyenda dice que estos niños son tanto una bendición como una prueba para sus padres, pues la magia que los crea es inestable y requiere un equilibrio perfecto de amor y fuerza para sostenerse.
Emma escuchaba atentamente, asimilando cada palabra. -Entonces, ¿Regina y yo hemos creado esta energía inestable y creó a un bebé?-, preguntó, su voz llena de preocupación.
El hada asintió. -Es posible. La magia que compartes con Regina, combinada con el amor verdadero, podría haber desencadenado este fenómeno. Y dado que Amy es del futuro y tiene su propia magia, esto podría estar complicando aún más las cosas-, explicó.
Emma suspiró, sintiéndose abrumada - ¿Cómo sabes sobre la chica y su conexión con nosotras? No quiero que Regina sufra más. ¿Hay algo que podamos hacer para estabilizar esta energía? Tengo tantas preguntas-, preguntó, buscando desesperadamente una solución.
El hada Azul pensó por un momento antes de responder – No hay que ser un experto en magia para entender las similitudes que tiene esa niña con ustedes dos, solo conecté la información que me entregaste sobre el embarazo de Regina y la niña. Y lo otro, lo más importante es mantener un equilibrio emocional y mágico. La estabilidad emocional entre tú y Regina es crucial. Además, deberías considerar evitar el uso excesivo de magia hasta que se estabilice. También podría ser útil que Amy minimice su uso de magia para no interferir y no le diré a nadie- indicó.
Emma asintió lentamente, comprendiendo la gravedad de la situación. -Hablaré con Regina y Amy. Intentaremos mantenernos lo más tranquilas posible y minimizar el uso de magia. Gracias, Blue. Realmente agradezco tu ayuda y por favor, no le digas a nadie sobre esto, ya mucha gente sabe sobre Amy que no quiero que se entere más gente-, dijo con sinceridad.
Blue le ofreció una sonrisa cálida. -Estoy aquí para ayudarte, Salvadora. Cualquier cosa que necesites, no dudes en pedírmela- dijo.
Emma se despidió y salió del santuario, su mente llena de pensamientos y estrategias sobre cómo manejar la situación. Sabía que la conversación con Regina y Amy no sería fácil, pero al menos ahora tenían una dirección clara y un rayo de esperanza.
La sheriff y la alcaldesa estaban acostadas en la cama, compartiendo la calidez de sus cuerpos bajo las sábanas. La luz de la luna se filtraba por las cortinas, iluminando suavemente la habitación. Regina estaba acurrucada contra Emma, sintiendo una mezcla de felicidad y miedo, habían conversado de trasladar las cosas de Hope a la mansión, ya que la rubia no quería separarse de Regina. Todo estaba sucediendo tan rápido para ambas, y la incertidumbre la inquietaba.
Emma rompió el silencio, su voz tranquila y llena de ternura. -Hoy hablé con el Hada Azul. Encontró algo en los archivos antiguos.
Regina se giró ligeramente para mirar a la salvadora, sus ojos llenos de curiosidad y preocupación. -¿Qué dijo? ¿Encontró alguna respuesta?
Emma asintió -Sí, mencionó una leyenda sobre dos amores verdaderos que con su magia crearona un bebé mágico. Según la leyenda, estos bebés traen bendiciones como desafíos debido a la energía única que proviene de la unión de sus magias.
La morena sintió un escalofrío al escuchar el término "amores verdaderos". Su corazón comenzó a latir más rápido y la rubia notó la tensión en su cuerpo.
-¿Regina, estás bien?-, preguntó Emma, su voz llena de preocupación.
La alcaldesa tragó saliva, tratando de calmarse. -Es… es solo que el término 'amores verdaderos' me asusta un poco. No estoy segura de qué significa exactamente para nosotras.
Emma la abrazó con fuerza, transmitiendo todo su apoyo y amor. -Lo sé, Regina. Es un término grande, pero lo importante es que estamos juntas en esto. Nos apoyaremos mutuamente, prometo no alejarme más y haremos todo lo posible para que esto funcione.
Regina levantó la vista para encontrarse con los ojos de Emma. -¿De verdad no tienes miedo?-, preguntó, buscando consuelo en la mirada aguamarina.
-¿Quieres hablar de lo que te preocupa?-, preguntó la sheriff suavemente.
Regina suspiró, levantando su cabeza para mirarla. -Es… es todo esto del 'amor verdadero'. Suena tan… definitivo y aterrador. He perdido tanto, Emma. Perdí a Daniel, perdí a Robin. Y tú… tuviste un matrimonio fallido con Hook. ¿Qué nos asegura que esto será diferente?
La salvadora la miró con ternura. -No hay garantías en la vida, Regina. Pero creo que lo que tenemos es especial. No digo que no tengamos miedo. Yo también la tengo. Pero estoy segura que podemos con esto.
La alcaldesa tragó saliva, sus ojos llenos de incertidumbre. -Emma, tomé una poción para quedar estéril. Nunca pensé que podría quedar… por ese motivo adopte a Henry. Y ahora, aquí estoy, embarazada. ¿Cómo es posible? ¿Y si esto es solo una ilusión? ¿Y si algo sale mal?
Emma la abrazó más fuerte. -Lo sé, cariño. Es difícil de entender. Pero creo que si esto está pasando, es por una razón. La magia tiene formas misteriosas de trabajar. Y si hemos creado un bebé juntas, entonces debe ser algo real y significativo.
Regina asintió, sus ojos brillando con lágrimas. -¿Pero cómo podemos estar seguras de que somos 'amores verdaderos'? Tú… tú tuviste eso con Hook ¿No? ¿Y si esto no es suficiente?
La rubia sonrió suavemente. -Mira, mi matrimonio con Hook no funcionó porque no éramos lo que necesitábamos el uno para el otro, dudo que fuéramos amores verdaderos. Pero eso no significa que no pueda funcionar contigo. Hemos pasado por tanto juntas, hemos luchado y nos hemos apoyado mutuamente. Y sí, tengo miedo, pero también tengo esperanza. Si esto es real, si tenemos un bebé juntas, entonces creo que es una señal de que nosotras si lo somos.
La alcaldesa se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Emma. -¿De verdad crees eso?
La salvadora asintió. -Sí, Regina. Creo que todo lo que hemos pasado nos ha llevado a este punto. Y quiero aferrarme a eso. Quiero creer que podemos tener algo hermoso juntas.
Regina sonrió débilmente, sintiendo un poco de consuelo en las palabras de la rubia. -Quiero creer en eso también. Quiero que esto funcione. Pero es tan difícil…
Emma la besó en la frente con ternura. -Lo sé. Pero no tienes que enfrentarlo sola. Estoy aquí contigo. Y haremos todo lo que podamos para entender lo que está pasando y asegurarnos de que todo salga bien.
La morena suspiró, sintiéndose un poco más aliviada y aferrandose más a la rubia -Gracias, Emma. Tu confianza es aterradora. Prometo que haré todo lo posible para mantenerme estable.
La rubia sonrió y la abrazó más fuerte. -Lo haremos juntas, Regina. Vamos a salir adelante, como siempre lo hemos hecho.
Las dos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la compañía y el apoyo mutuo. Regina se acurrucó más cerca de Emma, sintiéndose un poco más segura.
-Te amo, Emma. Gracias por no alejarte, sé que es difícil para ti esto-, dijo Regina, su voz llena de emoción.
-Yo también te amo, Regina. Siempre estaré aquí para ti, siempre lo he estado, aunque a veces sea terca y termino corriendo en círculos - respondió Emma, abrazándola con aún más fuerza.
Mientras las dos mujeres se quedaban abrazadas en la oscuridad, hasta quedarse dormidas.
Regina estaba en la sala, revisando algunos libros sobre magia y embarazo, cuando la puerta de la mansión se abrió bruscamente. Maléfica entró, su rostro marcado por una mezcla de preocupación y resolución.
-Maléfica, ¿qué estás haciendo aquí?- preguntó Regina, levantándose con esfuerzo. Emma, que estaba en la cocina, salió al oír el ruido, con Amy siguiéndola de cerca.
-Tenemos que hablar, Regina. Es urgente-, dijo Maléfica, ignorando a Emma por el momento. -Tu salud está en peligro, y necesitamos actuar rápido.
La alcaldesa frunció el ceño. -¿De qué estás hablando? ¿A qué te refieres con que mi salud está en peligro?
-Es el bebé que llevas en el vientre y la niña-, dijo la dragona, con la voz grave. -Ambos están vinculados a tu magia. La combinación de tu magia con la de Emma ha creado algo extremadamente poderoso y, al mismo tiempo, inestable. Amy está consumiendo tu energía vital, y el bebé también. Si la niña no regresa a su línea temporal pronto, la situación podría empeorar.
La sheriff se adelantó, con una mirada de preocupación. -¿Qué estás diciendo, Maléfica? ¿Qué le está pasando a Regina?
La rubia mayor suspiró, intentando mantener la calma. -La presencia de Amy aquí, junto con el bebé en el vientre de Regina, está causando un desbalance en su magia. Ambos niños están tirando de su energía vital, porque están conectados a ella de una manera que no se puede romper fácilmente. La magia se desborda y se altera. Cuanto más tiempo Amy permanezca aquí, más peligrosa será la situación para Regina.
Regina miró a Maléfica, tratando de procesar la información. -¿Quieres decir que mi salud se está deteriorando por culpa de la magia de Amy y del bebé?
-Sí-, asintió la hechicera. -El vínculo entre ellos y tú está drenando tu energía. Si no hacemos algo pronto, podrías sufrir consecuencias graves.
La rubia se giró hacia Regina, su rostro pálido de preocupación. -Regina, tenemos que hacer algo. No podemos dejar que esto siga así.
La alcaldesa se sentó, sintiendo el peso de la situación. -¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos solucionar esto?
-Debemos completar el vórtice y enviar a Amy de regreso a su línea temporal-, dijo Maléfica firmemente. -Es la única forma de detener este desbalance. Amy debe regresar, por su bien y por el tuyo.
Regina miró a Maléfica, con la mente aún girando ante la gravedad de la situación. -Maléfica, ¿cómo supiste que Amy es nuestra hija?
La rubia suspiró y se cruzó de brazos. -Lo supe en el bosque, cuando tu magia y la de Emma se combinaron. La sensación era inconfundible. Reconocí la misma energía en Amy. Y al darme cuenta de tu embarazo, todo tuvo sentido.
Emma, aún procesando la información, se adelantó. -Si esto sigue así, más gente comenzará a notar el parentesco. Necesitamos actuar rápido.
Maléfica asintió con seriedad. -Probablemente mucha gente ya ha notado la semejanza. Tenemos que actuar de inmediato y encontrar una manera de proteger al bebé en el vientre de Regina mientras hacemos el vórtice.
Emma frunció el ceño, pensativa. -¿Podríamos pedir ayuda a las hadas? Tal vez podrían ayudar a estabilizar la magia.
La dragona negó con la cabeza, su expresión seria. -La magia de las hadas es muy restringida y no podría manejar algo de esta magnitud. La combinación de sus magias es única y extremadamente poderosa. Necesitamos algo más fuerte, algo que pueda contener y regular esa energía.
La sheriff se dejó caer en el sofá, su rostro una mezcla de cansancio y preocupación. -¿Entonces qué sugieres? No podemos simplemente esperar a que las cosas empeoren.
Regina caminó de un lado a otro, pensando en voz alta. -Podríamos necesitar un artefacto antiguo, algo que pueda absorber y estabilizar la magia. Hay algunas reliquias mágicas que podrían ayudarnos, pero encontrarlas y usarlas es otra cuestión.
Emma se levanta al lado de Regina y tomó su mano. -¿Dónde podemos encontrar esas reliquias? ¿Hay alguna pista de dónde buscar?
Regina se detuvo y la miró. -Podría haber algunas en el almacén de magia antigua de Rumpelstiltskin, pero no será fácil acceder a ellas. Y no sabemos si alguna de ellas podría manejar esta situación en particular.
Emma asintió lentamente -Necesitamos un plan. No podemos dejar que esto continúe así. Amy debe regresar a su tiempo, pero no quiero arriesgar tu vida y la de ella también.
La alcaldesa apretó la mano de la salvadora. -Lo resolveremos. Encontraremos una manera de protegernos.
Maléfica se cruzó de brazos, observando a Emma con una mirada crítica. -En lugar de ir a buscar algo donde Rumple, deberías enfocarte en cómo manejar tu propia magia. Si empiezan a buscar objetos sin conocimiento adecuado, podrían empeorar las cosas. Lo mejor es trabajar con lo que tienen a mano.
La sheriff frunció el ceño, claramente frustrada. -¿Y qué sugieres exactamente? No puedo simplemente aprender a manejar mi magia de la noche a la mañana.
-Tu poder proviene del amor verdadero de tus padres, los Charming- continuó Maléfica. -Tienes una fuente de magia pura y poderosa en ti. Si comienzas a entrenar y a entender mejor tu magia, podrías ayudar a Regina en el proceso. Es tu responsabilidad, Emma. Después de todo, esto es en parte culpa tuya.
Emma sintió un nudo en el estómago y sus hombros se tensaron. Regina al notar eso, dice -No es solo culpa de ella- dijo con firmeza -Esto es algo que las dos causamos juntas.
Emma, sintiendo la tensión en el aire, intervino. -Regina tiene razón. Fue algo de las dos, no solo mía. Vamos a encontrar una solución juntas.
La dragona observó a ambas mujeres por un momento antes de asentir ligeramente. -Entonces trabajen juntas y encuentren una solución. Yo estaré esperando la llamada para devolver a Amy a su línea temporal. Hasta entonces, hagan lo mejor que puedan para proteger a Regina y al bebé.
La alcaldesa miró a Maléfica, sintiendo un destello de esperanza en medio de la preocupación -Gracias por estar aquí y ayudarnos. Sé que esto no es fácil para ti.
Maléfica esbozó una pequeña sonrisa. -No dejaré que nada le pase a ti o al bebé. Esto es más importante que cualquier otra cosa.
Emma apretó los puños, tratando de calmar su frustración y celos -Está bien. Entrenaré y aprenderé a controlar mejor mi magia.
La morena le dio un apretón en la mano a la rubia, transmitiéndole su apoyo. -Haremos lo que sea necesario. Siempre encontramos algo.
Maléfica se giró para irse, pero se detuvo en la puerta. -Recuerden, el tiempo es esencial. Cuanto más tiempo pase Amy aquí, más peligrosa será la situación para Regina y el bebé.
Emma y Regina asintieron, comprendiendo la gravedad del momento. Cuando la dragona salió, la salvadora soltó un suspiro y miró a su morena -Vamos a hacerlo. Vamos a encontrar una manera de proteger a nuestro bebé y enviar a Amy de vuelta sin causar más daño.
Regina le devolvió la mirada, su rostro reflejando una mezcla de preocupación y determinación. -Lo sé, Emma. No te frustres.
La sheriff dejó escapar otro suspiro pesado -Esto es mucho más complicado de lo que pensé. No puedo creer que tenga que aprender a manejar mi magia en tan poco tiempo.
Regina apretó la mano de Emma. -Podemos hacerlo. Hemos superado cosas peores.
La salvadora se dejó caer en el sofá junto a la alcaldesa. -Sé que tienes razón, pero es difícil no sentirse culpable. Todo esto… el bebé, Amy, tu salud. Siento que es mi responsabilidad arreglarlo.
-Emma- Regina dijo con firmeza, mirándola a los ojos. -Esto es algo que causamos juntas. No puedes cargar con toda la culpa tú sola. Además, tenemos a Maléfica ayudándonos. Y encontraremos la manera de resolver esto.
La sheriff respiró hondo, tratando de calmarse. -De acuerdo. Entrenaré y aprenderé a controlar mejor mi magia, nuevamente. Pero no quiero que te sobreexijas, Regina. Tu salud y la del bebé son lo más importante. Y nada de puentes, por favor – dijo en tono burlón aligerando un poco el ambiente.
Regina asintió, sintiendo un pequeño alivio al ver la determinación y humor en los ojos de Emma. -Lo sé. Y haré todo lo posible para mantenerme fuerte. Pero también necesitamos una solución a largo plazo y sobre el puente, fue un buen entrenamiento la última vez.
Emma esboza una sonrisa y asintió. -Primero, entrenaré mi magia de otra forma, nada de puentes. Luego, veremos qué más podemos hacer.
Regina sonrió débilmente, sintiendo un rayo de esperanza en medio de la incertidumbre – ¡Ay, señorita Swan! Mis métodos de enseñanza son muy buenas, no se queje.
Emma apretó la mano de Regina – Nunca me quejaría – dijo, tomándole la mejilla y acercando sus labios para besarla y separándose para mirarla – La mejor profesora de magia que pueda tener.
