Sinopsis del capítulo: La esperada confesión de Toya y Keigo, que resulta como ninguno de los dos imagino.
CONFESIÓN
A la edad de diecinueve, Keigo está cada vez más impaciente respecto a su relación con Toya.
Los últimos años, si bien han sido el inicio de su cortejo discreto a Toya, también resultaron ser complicados de llevar a cabo, principalmente a que su debut como héroe estaba a la vuelta de la esquina.
Sus típicas salidas los fines de semana pasaron a realizarse cada dos, luego tres y finalmente cada mes (también existen las pequeñas excepciones que la Comisión concede, tales como los cumpleaños, algunas fechas festivas y los celos del alfa.); el tiempo que pasan sin verse no aumenta más allá de eso, porque Hawks trabaja arduamente con tal de cumplir con sus responsabilidades y ganarse la libertad de visitar a Toya.
Entonces sí, por mucho que Takami haya querido ser más explícito en su interés por el omega, tuvo que contenerse y planificar a largo plazo, sobre todo después de convertirse oficialmente en Hawks y liderar su propia agencia de héroes. De modo que en los meses recientes, se ha dedicado a recordarle a Toya lo importante que es para él y como disfruta de su compañía, pues saltar directo al romance, cuando actualmente no puede ver ni hablar con el Todoroki tanto como antes, se le hace un movimiento irresponsable.
Él aún se acostumbra a su vida como héroe profesional y cuando esté completamente adaptado (para lo cual no falta mucho), retomará su objetivo de preparar adecuadamente el momento para confesarse a Toya.
No obstante, hay inquietud al fondo de su mente, una que le hace sentir como si en cualquier instante dará un paso equivocado y todo le explotará en la cara.
"O quizá solo pienso de más…" , reflexiona con cansancio mientras se dirige al departamento del omega; cuando consiguen coincidir en su horario, se turnan para ir a descansar a la casa del otro y pasar juntos el día siguiente. Ante tal costumbre se ponen de acuerdo temprano y tienen la llave del contrario para agilizar las cosas.
Así que a la 1 de la madrugada del sábado, es recibido por la imagen de Toya aún despierto y viendo una película de terror slasher. Hawks sonríe ante los gustos del omega, pero dicho gesto no dura cuando el más alto se percata de su presencia y en vez de levantarse para abrazarlo, solo le da un saludo breve.
El Todoroki lleva varios días comportándose extraño, mandando pocos mensajes de texto, cuando lo normal es que éste divague sobre su día hasta llenar su chat, aunque Takami apenas le conteste en la noche por cuestiones de trabajo; por otra parte, Toya es menos efusivo en las contadas llamadas de la semana, y en la última ni siquiera se despidió diciéndole a Hawks que le quiere.
No ha averiguado el porqué ocurre esto por lo ocupado que se halla, además de que prefiere arreglar cualquier problema hablando cara a cara con el otro. Así que sin más, exhausto, esconde toda preocupación de su expresión, más tarde en la mañana se pondrá manos a la obra. Lo único que le consuela es que ellos siempre solucionan rápidamente sus conflictos.
—Iré a ducharme —avisa, el Todoroki asiente mientras apaga la TV.
Al terminar y con su pijama puesta, se sorprende cuando fuera de la puerta del baño se encuentra a Toya. A Hawks se le quita el sueño (poniéndose alerta) porque éste parece muy incómodo (desvía la vista, juega con el borde de su gran camisa, aprieta sus labios y su olor es cítrico).
—¿Pasa algo?
—Puedes dormir en mi cuarto, yo lo haré en la sala.
Ambos dicen al mismo tiempo. En el caso de Toya, lo suelta demasiado deprisa y se sonroja de paso por cómo lo soltó tan de golpe, Hawks lo entiende de todas maneras, acostumbrado a descifrar todo tipo de pronunciación, porque su trabajo como héroe requiere que sepa conversar con toda clase de personas en situaciones diversas.
De todos modos, la sugerencia del omega es tan inconcebible, que permanece en silencio y lo repite varias veces dentro de su cabeza para verificar que no se perdió de algo.
Ellos comparten cama desde niños, ¿por qué habría de cambiar ahora?
—Pensé que sería lo mejor… —Toya explica ante el obvio desconcierto de Keigo, apoyándose en la pared del pasillo y por fin viendo a los ojos a Hawks. El color azul brilla con decisión, pero a la vez con tristeza y resignación—. No quiero causarte problemas.
—¿Cómo me…?
El omega toma las riendas de la conversación, porque claramente el más joven se halla muy perdido e incapaz de formar oraciones adecuadas. Keigo es grandioso para adaptarse y resolver problemas de manera rápida y satisfactoria, pero cuando se trata de Toya… Éste posee una sencillez para que Hawks se vuelva lento, batallando arduamente para moverse y saber qué decir.
Así que solo se queda allí, quieto, mirando con fijeza a Toya mientras intenta descifrar qué paso es más idóneo a seguir.
—La semana pasada estuviste en un programa de chismes y cuando te tocó charlar sobre citas… —Toya se detiene unos segundos mostrando cuánto se le dificulta hablar también—, dijiste que buscas concretar algo … Siempre evades ese tipo de preguntas y ahora fuiste muy directo, así que pensé que decías la verdad en vez de jugar con la prensa como te gusta hacer.
Hawks recuerda la entrevista demasiado personal, a la que se vio obligado a asistir porque tenía que expandir el rango de sus fans, donde acabó siendo sincero para molestar a la presentadora—que se la pasó coqueteándole—, y básicamente reveló que sus días de soltero están contados.
Francamente, no entiende a dónde quiere ir Toya contándole esto.
—Sé que soy muy pegajoso —Toya voltea la cara para esconder el rojo en sus mejillas, es lo único que delata sus nervios, porque su voz ha ido ganando firmeza con el transcurso de los minutos; y por ese instante, Keigo se distrae ante la vista tan cautivadora, él siempre ha admirado cómo el Todoroki enfrenta su inseguridad y bochorno—. Pero prometo comportarme más… normal.
El encanto se rompe cuando la voz del omega tiembla (incluso si solo es por unos segundos). Las palabras hacen fruncir el ceño a Hawks, porque ahora entiende menos el punto de la conversación.
—No me gustaría darte una mala imagen con tu futura… pareja —Toya se fuerza a pronunciarlo, y su cara a punto de llorar le provoca dolor en el pecho a Keigo, también logra que por fin reaccione.
—¿Qué…?, ¿de qué estás…? —se detiene porque nada sale de su boca como quiere, en su lugar cierra los ojos mientras apoya la cabeza en la pared (apreciando la frialdad de la misma), sopesa la situación en un silencio que se percibe muy largo, y finalmente elige ser directo; retoma la charla con una expresión como tono afligido:—. ¿Por qué hablas como si no supieras de quién estoy enamorado? —cuestiona, clavando una mirada intensa al que se encuentra frente suyo.
También se halla perplejo, ¿qué hizo mal para que ambos estén teniendo esta plática, donde claramente ninguno se halla en la misma onda?
No obtiene descanso, puesto que de nuevo se equivoca con sus palabras. La nariz de Hawks es atacada repentinamente por el aroma agrio que desprende el Todoroki, los ojos y boca de Toya se abren con asombro como si no pudiera creer lo que oye, y su rubor se vuelve más notorio, pero no por pena sino por frustración y enojo.
—¡Porque no lo sé, nunca me dijiste! —el omega grita exasperado y mueve sus manos para dar más énfasis, claramente herido por enterarse de tal verdad por un show de TV y no por el mismo Keigo. A la vez que se encuentra contrariado, porque no tenía intenciones de pelearse o importunar al otro.
—¿Q-qué?, pensé que era obvio… —Hawks comenta de modo automático, pero se calla con una mueca derrotada, porque sus muestras de afecto no fueron tan claras si Toya no las capto. Necesita arreglar el malentendido antes de que las cosas escalen para peor, así que con la intención de acercarse a Toya, avanza lentamente mientras observa con detalle por si éste retrocede o se nota incómodo, aquello no sucede, el más alto permite que le tome de las manos.
También parece más flexible y calmado cuando Keigo suelta su aroma alfa. Debió hacerlo antes, pero estuvo tan enfocado en comprender a qué se refería Toya, que dejó que el olor de éste se volviera agrio.
—¿Cómo? —susurra el omega, después de unas cuantas respiraciones profundas consigue calmarse.
Takami se reprocha no consolarlo antes con su fragancia, sobre todo cuando el resultado es que Toya esté menos estresado y haya abandonado la idea de mantenerse distanciados. La susodicha idea jamás hubiera funcionado porque llevan unidos toda la vida, su nivel de intimidad no es broma, por ello es que creyó que el Todoroki sabría o tan siquiera sospecharía de sus verdaderos sentimientos.
Igual de importante, es lo mal que se siente ser el culpable de que Toya levante la voz y se angustie innecesariamente. A lo largo de los años siempre ha fijado los ojos en Toya, de modo que con el tiempo su facilidad para detectar lo que irrita, entristece y disgusta al omega es muy impresionante, tanto que supera a la propia familia del Todoroki en ese aspecto.
Sin embargo, falló, especialmente en algo que jamás imagino que lo haría.
Así que para empezar a compensar su error, alienta a Toya a rodearlo con los brazos mientras Hawks abraza a éste por la cintura. El omega deja caer todo su peso sobre él y además apoya su cabeza sobre los hombros de Keigo.
—Nunca hablamos de esa clase de cosas y cuando salimos solo lo hacemos nosotros dos, ¿cómo entonces podría percatarme que te gusta alguien? —murmura. La voz baja nunca ha sido un inconveniente para Hawks, ya que su quirk del tipo mutante mejora sus sentidos, lo que sí es una distracción es la manera en que los labios y respiración de Toya casi tocan su piel.
Oh.
Y en ese momento, Keigo quiere esconder su cara en el cuello de Toya por la vergüenza. No puede creer como en todos los años que han sido amigos, él nunca se dio cuenta de que jamás le comento al más alto sus gustos. Viéndolo en retrospectiva, ni siquiera hablaron de algo tan banal como los enamoramientos tontos adolescentes por celebridades.
Aunque esto último se explica porque él solo tiene ojos para Toya, entonces ningún famoso o persona nueva que conozca le genera interés más allá de lo amistoso, y, por lo tanto, considera una pérdida de tiempo mencionar si alguien tiene cabello bonito, porque a fin de cuentas ninguno es más hermoso que el de Toya. Supone que es igual para el Todoroki, quien nada más hasta la universidad empezó a formar nuevas amistades exitosas (aún muy pocas, pero algo es algo), y todavía así, nunca comentó sobre si alguien le parece atractivo, el único al que ha llamado «guapo» es justamente a Keigo.
Las recientes experiencias de ambos al expandir más sus caminos, Hawks las cataloga como necesarias para comprender mejor su relación y lo que desean.
Pero a Takami se le pasó una indispensable por su agenda abarrotada, porque lo que señaló Toya es cierto, no han salido en pareja a interactuar con sus otros amigos, por supuesto que al omega se le dificultaría notar que Keigo lo trata distinto al resto.
Aceptando otro desacierto más (y vaya que Hawks se ha estado equivocando demasiado con el tema del amor), intenta explicarse:
—Mi error, pensé que mi comportamiento contigo era-
—¿Conmigo? —es interrumpido por la incredulidad en el tono del omega—, ¿por qué sacas de repente un nosotros? —reclama apartándose lo suficiente para posar las manos en el pecho del alfa y estar cara a cara, pero no para que el otro deje de sostenerlo.
El estómago de Hawks se hunde ante la implicación.
—Mierda —maldice y las cejas de Toya se levantan, evitando quejas que les harían irse por otros rumbos, Keigo se apresura y pregunta, porque de la respuesta depende todo:—. Toya, ¿me quieres?
En este instante, lo único que lo mantiene en pie es que Toya esté apoyado en él. Desconoce qué hará si resulta que confundió por completo el cariño del Todoroki. No es la primera vez que alguien cree que el de ojos azules está enamorado de ellos, porque para la mayoría de las personas lo afectuoso que es el omega significa interés romántico, solo que Hawks jamás se vio a sí mismo dentro de ese grupo desafortunado.
—¡Por supuesto, duh! —el más alto responde con sequedad, su pizca de molestia obvia por como arruga la nariz. Toya siempre se toma muy personal que duden de él, no es para menos considerando cuánto lo malinterpretan.
La contestación no alivia a Keigo, lo preocupa más, ya que es claro que el Todoroki no está en la misma página que él.
—¿Pero qué tiene que ver con esto?, ¡espero que no pienses que…! —Toya comienza a enojarse de nuevo, pero toda irritación y ganas de luchar se esfuman cuando mira la expresión de Takami—. Oh cielos, tu cara… Tal vez debamos ir a la sala, estás muy pálido, ¿lo que dije fue tan malo? —parlotea con preocupación, mientras trata de liberarse del agarre de Hawks, con claras intenciones de guiar al rubio hacia el asiento más cercano y ver cómo ayudarlo.
Sus intentos se detienen cuando Keigo lo sujeta con más fuerza y lo atrae más hacia él. Sus rostros se hallan tan juntos que Toya pierde la voz y espera con confusión a que Hawks hable.
—No me refiero como amigo.
Hubiera preferido crear un mejor ambiente para declararse, pero no hay de otra, erró, y este desastre de conversación son las consecuencias.
El modo en que Hawks válida el amor son las acciones. Su experiencia nacida de su entorno familiar y luego su vida con la Comisión, le hicieron percatarse de que, en la mayoría de las ocasiones, las palabras solo sirven para sonar bonito y quedar en una posición más favorecida, porque la gente tiende a utilizarlas para su propio beneficio, transformándolas así en mentiras o promesas vacías. En consecuencia, desde niño le da más peso a las pruebas tangibles.
Entonces, en todo su tiempo junto a Toya, le demostró su amor por medio de sus interacciones. Ya sea brindando conforte con su olor alfa, abrazándolo y tomándolo de la mano, haciendo lo posible por verlo en persona aunque signifique menos horas para dormir; prestando atención a sus gustos e intereses, para después tener una mejor idea de qué regalarle o de dónde llevarlo en su próxima salida; escuchándolo y dejando muy en claro que Toya puede confiar en él, sea para guardar un secreto o contarle una cosa tonta que ha leído o hecho.
Por ese motivo, Hawks siempre se sintió amado por Toya sin la necesidad de que éste lo expresara románticamente en voz alta.
Y de allí viene su error. Porque incluso con todas las pruebas a simple vista, Toya es el tipo de persona que le da muchas vueltas a las cosas, cuya mente, con tendencia a esperar lo peor y ser la segunda opción de los demás, le ciega.
Las acciones necesitan ser acompañadas de palabras claras, para que Toya acepte lo que es demasiado bueno para ser real.
—¿C-cómo?, ¿a qué…? —la timidez en la voz de Toya le hace acortar los escasos centímetros que les separan, el omega está rojo hasta las orejas por la vergüenza y dirige sus ojos a todos lados excepto a Hawks.
—La única persona a la que amo eres tú —la mirada del Todoroki se fija enseguida en la suya, buscando incrédulo cualquier explicación alterna a lo que dijo Keigo, como un modo de evitar malinterpretarlo. Unos cuantos segundos bastan para que el azul se desborde con esperanza, y así, parece que está a punto de soltarse a llorar. Hawks se preocuparía si no fuera porque el olor de Toya volvió a ser dulce y feliz—. Cuando hice esa entrevista me refería a ti, he querido que seamos pareja desde adolescente y-
Keigo no es capaz de agregar nada más porque Toya lo besa.
Su primer beso es inesperado.
O tal vez no tanto, considerando que el otro cuando la emoción le rebasa es impulsivo, tiene demasiado sentido que después de una confesión, el omega se lance a chuparle la cara.
Al principio, por supuesto que el contacto es torpe y un desastre, ninguno había besado a nadie antes; es caótico porque el ángulo está mal y además hubo fuerza excesiva, sus bocas chocaron prácticamente. Al separarse para obtener una mejor posición para un buen beso, Hawks se ríe mientras suelta sonidos de dolor, Toya sisea que se calle aunque también trata de no reírse.
Cuando sus labios vuelven a encontrarse es más suave, permiten esa exploración por unos minutos y en descansos recuerdan respirar. Por mucho que Keigo desea permanecer así de cerca de Toya, sintiendo su cuerpo completamente pegado al del otro, disfrutando de la calidez de la piel del omega y su aroma dulce—que está a poco de convencerlo para dejarse llevar por la corriente—; bueno, Hawks rompe el beso porque no piensa equivocarse otra vez de manera tan tonta, así que antes de atreverse a subir de nivel, realiza una pregunta importante:
—¿Somos pareja ahora, verdad?
—Sí —Toya asiente una vez recompuesto (aunque el rubor en su cara no baja), y parece que van a besarse de nuevo cuando éste le da un manotazo en el brazo, las alas de Hawks se agitan por la sorpresa—. Tienes suerte de que también te ame, de lo contrario ya serías pollo rostizado.
—¿En serio? —sin embargo, Keigo se divierte y contesta con un tono jovial. Los abrasadores ojos azules y voz dura (como ligeramente amenazante) de Toya, provocan que Hawks anhele besarlo otra vez. Sin embargo, en represalia obtiene otro golpe, uno en el pecho que consigue apartar su vista de los labios de Toya—. ¡Ay, no me pegues! Mejor sé gentil conmigo —bromea con un tono exageradamente acaramelado.
Y ese resulta ser el límite de Toya, porque antes de esconder su rostro ruborizado en el cuello del rubio, pronuncia:
—¡No te burles de mí! Y oh dios, esto es demasiado vergonzoso… No puedo creer que me perdí todas las señales.
—En tu defensa, también fui muy despistado y poco asertivo —Keigo lo consuela mientras lo abraza y huele el aroma atractivo de Toya (que es una combinación que no debería ser tan encantadora, considerando que es dulce y picante a la vez) —. Y ya que todo está resuelto, deberíamos ir a dormir —propone, calculando que de seguro ya son más de las 2 am.
Toya murmura su aceptación y fácilmente se deja guiar por Hawks hasta su habitación.
No obstante, se mantienen despiertos media hora más por estarse besando.
N/A. Comenzaré diciendo que escribir esta última parte fue mucho sufrimiento, me tarde como una semana cuando a lo mucho los capítulos hasta ahora salían en uno o dos días. La confesión originalmente iba a tener más angustia y drama, pero revisando cómo ha ido la historia entre Keigo y Toya, algo más tranquilo funcionaba mejor; entonces tuve que editar y reescribir mucho ( ˃̣̣̥∩˂̣̣̥).
Algo más que me dificultó el capítulo, es que la historia en sí era mi modo de escribir pequeñas cosas sin pensar tanto, y bueno, sorpresa, sorpresa, de todas maneras tuve que cuidar que existiera coherencia (*ríe para no llorar*). No sé si lo logré del todo, pero cualquier agujero o inconsistencia, finjan que no existe plox.
Y sí, hay un primer beso aquí, porque imagino a Toya besando impulsivamente a Keigo después de que éste se le confiese.
Hasta este momento Toya tenía sospechas pequeñas de que era correspondido, pero eran muy mínimas y usualmente las dejaba totalmente bloqueadas al fondo de su cabeza. En su lugar, prefería esforzarse y demostrarle a Keigo que era la mejor opción. A él le jugó muy en contra su inseguridad.
De allí que fuera necesario que Hawks se declarara primero. Keigo creyó que siempre fue muy obvio con su amor por Toya, de modo que pensó que al igual que él, Toya sabía que era correspondido. Su error fue postergar demasiado tiempo la confesión. Él quería que fuera un gran momento, pero su vida como héroe le dificulto todo.
Ahora bien, esta historia termina por ahora con 13 partes. El "ahora" es porque no sé si llegaría a agregar más cositas más adelante, depende de si se me ocurren más ideas para futuros capítulos. Pero si no es así, estoy satisfecha con todo lo que he escrito, como finalizar con la confesión y el primer beso de Keigo/Toya.
La verdad me gusta mucho esta pareja, así que tengo más ideas para futuras historias—en su mayoría oneshots—. Si las cosas van bien, tal vez pueda publicar algunas más adelante.
También he dibujado HawksDabi aunque versión sáfica, pueden encontrar dichos fanarts en mi Tumblr, Twitter e Instagram; en todos estoy bajo el seudónimo de notasdeuncuervo.
Por último, ¡gracias por leer!
